Universidad Distrital Francisco José de Caldas
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Universidad Distrital Francisco José de Caldas Colección Teatro Colombiano Diana Chery Ramírez c Aviones de papel Teatro colombiano [ xiii ] Chery Ramírez, Diana Aviones de papel / Diana Chery Ramírez. -- Bogotá : Universidad Distrital Francisco José de Caldas, 2008. 46 p. : il. ; 17 cm. -- (Textos universitarios) ISBN 978-958-8337-33-3 1. Artes escénicas 2. Actuación teatral 3. Teatro. 792 cd 21 ed. A1173640 CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango Colección Teatro Colombiano AVIONES DE PAPEL © Universidad Distrital Francisco José de Caldas © Facultad de Artes, ASAB © Diana Chery Ramírez Primera edición, Bogotá 2008 ISBN 978-958-8337-33-3 Dirección General María Alexándra Gutiérrez Ojeda Coordinación editorial Leonardo Holguín Rincón Corrección de estilo Germán Villamizar Diagramación Cristina Castañeda Pedraza Coordinador de la colección Epifanio Arévalo Gómez Preparación editorial e impresión Sección de Publicaciones Universidad Distrital Francisco José de Caldas Miembro de la Asociación de Editoriales Universitarias de Colombia, ASEUC. Diagonal 61C No. 27-21 Tel. 2102856 Fax2102865 correo electrónico: [email protected] Todos los derechos reservados. El montaje comercial de esta obra sólo podrán realizarlo previa autorización del autor. Gracias Pablo, Eva, Berioska, Alejandro Aviones de papel Aviones de papel fue escrita en el transcurso del Laboratorio de Dramaturgia del Teatro IATI en Nueva York durante 2005. La pieza se estrenó en junio de 2006 en el teatro La Tea de Nueva York con la siguiente ficha técnica: Dirección teatral: Dirección artística: Diseño de luces: Fotografía: Berioska Ipinza Aminta de Lara Alfonso Rey Johanna Ramírez Elenco Pietro González como Diego Diana Chery Ramírez como Beatriz AV I O N E S D E PA P E L El escenario dará la ilusión de dos apartamentos contiguos. Una pared une los apartamentos, pero ha sido sellada en uno de los costados, que corresponde al piso de Diego. Las acciones suceden en el orden que están escritas y pueden desarrollarse simultáneamente a menos que se indique lo contrario. I En el apartamento de Beatriz. De madrugada. Beatriz aparece sentada en el sofá de su apartamento, lleva una pijama. Tiene la mirada fija en un punto, inexpresiva. Se queda allí por unos segundos. Sobre el sofá, una manta y un cojín. El televisor encendido, un cenicero con colillas de cigarrillo y una taza de café sobre una mesa, libros en una pila, álbumes de fotos, fotos rotas. El estruendoso pitido de la cafetera la hace saltar. Sale de la sala y regresa con una taza de café. Toma unos cuantos sorbos sin sentarse. Busca el control del televisor, sube el volumen, cambia canales, deja la taza sobre la mesa, junto a los cigarrillos. Se sienta en el sofá, continúa –9– D i a n a C h e r y R a m í r e z cambiando canales. Se escucha un canal de aeróbicos, ella mira el reloj. Se acuesta, continúa mirando la TV. Se sienta sobre el sofá, hace algunos ejercicios desganadamente. Se levanta del sofá, toma una bolsa de basura, introduce todos los álbumes de fotos y las fotos a medio romper, las colillas de cigarrillo. Cierra la bolsa y la deja en una esquina. Se sienta. Observa la bolsa, cambia canales, mira la bolsa de nuevo, como si estuviera llamando su atención. Se sienta de espaldas a ella. Sube el volumen del televisor, se acuesta bajo la manta, se pone el cojín en la cabeza, se levanta, toma la bolsa, la tiene en sus manos por un segundo, sale, regresa sin ella. Sonríe. Suspira. Se sienta en el sofá, busca un canal, encuentra PlayBoy. Se escucha la música y gemidos característicos; ella se relaja en el sofá, sigue con su cabeza algunos movimientos. Continúa mirando la TV, se acomoda en el sofá. La parte contigua del escenario se ilumina. Diego entra con una linterna muy lentamente, hasta que encuentra el interruptor de luz. La enciende. Desaparece y entra con una caja de cartón y una maleta que deja en una esquina sobre el piso. Camina por el espacio tratando de reconocerlo. Se sienta en el piso, se quita los zapatos, los deja en una esquina junto a la caja. El espacio está vacío a excepción de la maleta, la caja y él. Toma de la maleta una hoja de papel y escribe. Se detiene. Los sonidos del televisor de Beatriz traspasan las paredes. Camina hacia una pared sellada, se acerca y escucha. Se aleja con disgusto, se sienta en el piso, intenta escribir. No puede. Dobla el papel. Toma el teléfono de su chaqueta, marca y espera un poco antes de hablar. Diego– Señor Anderson. Es Diego Medina... Por favor regréseme la llamada mañana a primera hora (mira el reloj) Quiero decir, hoy a primera hora. Usted me dijo que el apartamento estaba completamente aislado y no es así. ¡En fin! Espero su llamada apenas llegue a su oficina. Gracias. – 10 – A v i o n e s d e p a p e l Cuelga el teléfono. Dobla el papel de nuevo, instintivamente construye un avión de papel que deja en el piso. Saca una botella de whiskey de la maleta, bebe de ella. Camina por el piso, se acerca a la pared de nuevo. Camina hacia la luz, la apaga y sale. Beatriz se ha quedado dormida en el sofá. El TV y las luces están prendidos. Intempestivamente se despierta, está sudando. Apaga el televisor. Se sienta en el sofá con la mirada perdida. Busca una cajetilla de cigarrillos, la abre. Mira el reloj. La cierra, sin sacar ninguno. Se levanta, sale de la habitación. Apaga las luces. II De mañana. Música en el apartamento de Beatriz. El TV se enciende automáticamente, se escuchan las noticias de la mañana. Ella entra con el cepillo de dientes. Observa un momento la TV y luego desaparece. Diego entra con el teléfono en la mano. Diego– ¿Usted cree que esto es aislar? (levanta el teléfono y lo pega a la pared sellada) Yo sé que la pared está sellada. Lleva años así, ¿o no?... Exacto. Entonces, ¿cuál fue su trabajo?... No sé, ni me interesa saber. ¡No voy a hablar con nadie! Esa es su responsabilidad. Yo le pedí que... ¿Aló? ¿Aló? Diego se recuesta sobre la caja. Camina de un lado a otro. Beatriz está lista para salir, apaga el radio, el TV, las luces. Diego se queda inmóvil por un momento como si al moverse destruyera el silencio. Escucha la puerta de Beatriz al salir. Beatriz ha salido, Diego respira profundamente. Beatriz regresa al apartamento, prende el TV, busca el canal del informe del tiempo. Recoge una sombrilla, una taza de café y sale. Deja el TV encendido. – 11 – D i a n a C h e r y R a m í r e z Diego se mueve muy lentamente, estudiando sus movimientos. Camina hacia la pared, la analiza. Toma el teléfono, lo deja. III En la tarde. Diego está sentado en el piso, escribe una carta. Tiene la botella de whiskey al lado. Busca las palabras, se arrepiente y busca otra hoja en blanco... Sin pensar demasiado construye un avión de papel y otro, con una familiaridad rutinaria. Toma algunos sorbos de licor, lanza los aviones en el espacio del apartamento. Beatriz entra en su apartamento. Suena el teléfono; ella corre a contestar. Beatriz– ¿Aló?... (alterada) ¿Cómo conseguiste este teléfono? (gritando) ¡No! ¡No! ¡Porque no se me da la gana! (Cuelga el teléfono con disgusto. Timbra de nuevo casi de inmediato) Beatriz– (Gritando) ¿Alooo? (cambia el tono de voz). Sí, con ella. ¡Ah! Gracias. Mañana a las diez. Cuelga. Timbra casi en seguida. Beatriz lo deja timbrar un par de veces antes de contestar Beatriz– ¿Aló?... “No” tiene un solo significado: ¡No! No voy a abrir la puerta. Beatriz grita por el teléfono mirando hacia la puerta Beatriz– No voy a abrir, idiota. ¡Te vas! Te vas ya o llamo a la policía. La llamo; tú me conoces. Cuelga el teléfono. Antes de que pueda reaccionar entra una nueva llamada. – 12 – A Beatriz– v i o n e s d e p a p e l ¡Maldita sea!... ¿Aló? (cambiando el tono de voz) Sí, es Beatriz... Discúlpeme, es que tengo un problemita... Sí, está bien. Bien, mañana a las doce. Podemos almorzar si le parece. Perfecto. Discúlpeme de nuevo. OK. Cuelga. Silencio. Beatriz corre el sofá hasta la puerta a modo de tranca. Espera un momento en la puerta, se cerciora de que no haya sonidos, coloca música a todo volumen. Diego ha tenido que escuchar todo. Se pone los zapatos. Camina un poco. Sale del apartamento decidido. Pasillo frente a los apartamentos. Diego toca la puerta, Beatriz salta del sofá. Diego– Beatriz– Diego– Beatriz– Diego– Beatriz– Hola (continúa tocando) (No reconoce la voz, grita sin abrir la puerta. Busca algún objeto para protegerse) Hola. ¿Quién es? Disculpe. Estoy viviendo en el apartamento del lado y... (Lo interrumpe) El piso del lado está abandonado. A otro con ese cuento. (Golpea más fuerte) ¡Perdón! Solo quiero pedirle un favor; tenga un mínimo sentido de cortesía con sus vecinos... (Sin abrir la puerta) En este piso no hay vecinos. Si está muy aburrido y quiere conversar con alguien, hay una anciana enferma en el tercer piso. Buena suerte. (Beatriz sube el volumen de la música) Diego desiste y camina furioso hacia su apartamento. Beatriz– (Hace una llamada, continúa muy asustada) ¿Aló? Benjamín. Es Beatriz del 6B. Hay un loco molestando de puerta en puerta dentro del edificio... Sí, estoy bien. – 13 – D i a n a C h e r y R a m í r e z OK... Gracias... Y, otra pregunta... ¿Viste a mi ex por aquí hoy?... La hora del almuerzo, claro Benjamín, tu hora de almuerzo es sagrada. Perdón. OK. Tú sabes que él no puede entrar... Diego, ya en su piso, camina hacia a la pared sellada y toca con mucha fuerza. Beatriz corre hacia la pared sorprendida. Beatriz– Diego– ¿Quién está ahí? Benjamín, ¿eres tú? Mi nombre es Diego. Soy su vecino. ¿Me cree ahora? Silencio. Diego– (Gritando desde la pared) ¿Le importaría tener un poco de consideración y hacer menos ruido? Gracias. Beatriz sale del apartamento hacia el apartamento de Diego. Pasillo. Beatriz toca la puerta y empieza a hablar antes de que Diego abra la puerta. Beatriz– Alquilé este apartamento precisamente porque no tenía a nadie al lado y a nadie encima. Diego abre la puerta por completo. Se para frente a ella. Beatriz continúa Beatriz– Llevo casi un año aquí y nunca he tenido problemas con nadie y espero continuar así. Diego la mira sin decir nada Beatriz– Diego– Beatriz– Bueno, es una sorpresa que alguien viva en este apartamento tan mal construido. Igual. Espero que hayamos aclarado este malentendido. ¿Perdón? Soy arquitecto y parece que esto lo cortaron en dos peda– 14 – A v i o n e s d e p a p e l zos, y la suya es la peor parte, pero no tiene importancia. Bueno, mucho gusto. Mi nombre es Beatriz. (En tono irónico) A mí no me molesta el ruido, así que usted puede sentirse totalmente cómodo, y yo espero sentirme igual. Como en mi propia casa, ¿no? Beatriz se retira y entra en su piso. Diego se queda inmóvil en la puerta. Beatriz vuelve a poner música en su apartamento. Diego se pone los zapatos y sale del apartamento. IV Una noche. Diego está tirado en el piso, la caja continúa en el mismo lugar. El apartamento tiene unas cuantas botellas vacías y varios aviones de papel regados. Tose un poco. Diego los tira hacia el techo y deja que le reboten sobre su cara. Se ríe. Repite esta acción varias veces. Diego– (Susurrando) ‘Las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra’... Fin... El final.... en silencio. Callados todos... Nadie sabe, que nadie sepa... ¿Para qué? ¿Para qué? El silencio es mejor... Si pasara un ventarrón que acabara con todo, conmigo de una vez... porque así, tan lento, es más difícil. Es como una canción de cuna que se convierte en réquiem y así... ¿para qué? Hermanita consentida, si me vieras, ¿qué dirías... dirías?... ¿’para qué’? Lo mismo me pregunto yo, ¿ves? No sé. Beatriz está sentada en el sofá con la mirada perdida. Todo está en silencio. Juguetea con la caja de cigarrillos. – 15 –