“Analizando la actualidad, previendo el futuro”

Transcripción

“Analizando la actualidad, previendo el futuro”
“Analizando la actualidad, previendo el futuro”
1
EL CULTIVO DE SOJA EN AMÉRICA DEL SUR
El cultivo de soja ha registrado un creciente avance en el cono Sur de Sudamérica,
especialmente en la última década. Este notable incremento se debe a que representa un
pilar económico muy importante para la región, liderando el desarrollo agrícola y
desplazando geográficamente a otras producciones (como la ganadería y los alimentos
diversificados). Su importancia económica (representa uno de los principales ingresos de
divisas en la región) dificulta la regulación de su avance y de sus potenciales
consecuencias socio-ambientales. Si bien existen en nuestros países leyes y normas, en
muchos casos de avanzada y apropiadas, las mismas presentan un cumplimiento leve.
Esto último se potencia con la falta de solidez de muchas de las instituciones que deben
regular el avance de la frontera agropecuaria en Sudamérica y mitigar sus impactos
indeseados.
El avance de la soja en Sudamérica ha sido exponencial y en un poco más de una década
cambió abruptamente la situación económica, social y ambiental de enormes superficies.
Puntualmente, en el año 2012 en Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay el área cultivada
con soja alcanzó 47 millones de hectáreas. Brasil y Argentina son los países con mayor tasa
de incremento promedio por año (aproximadamente 800.000 ha). Estas cifras representan
casi el doble de la superficie deforestada en el Amazonas en el año 2012. En estos 4 países
la superficie sembrada con soja constituye más del 50% de la superficie total sembrada
con los cultivos más importantes (representantes de más del 70% de la producción total) y
este porcentaje se incrementó notablemente en los últimos 10 años.
Tabla 1: Porcentaje del área cultivada con soja
respecto al área cultivada con los 5 cultivos más
importantes de cada país en el 2012.
Fuente: Ministerio de Agricultura, Ganadería y
Pesca (Argentina); Instituto nacional de
Estadística, encuesta nacional agropecuaria
(Bolivia); Instituto Brasilero de Geografía y
Estadística (Brasil); Ministerio de Agricultura y
Ganadería del Gobierno Nacional (Paraguay).
% área sembrada con soja
Argentina
63
Bolivia
52
Brasil
51
Paraguay
66
2
EL OBSERVATORIO SOCIOAMBIENTAL DE LA SOJA (OSAS)
Como respuesta a la creciente importancia del cultivo de soja en la región y los impactos
que esta actividad genera, ONGs de Argentina (Fundación Humedales, y Fundación
ProYungas), Bolivia (Productividad, Biosfera y Medio ambiente- Probioma), Brasil
(Instituto Centro de Vida-ICV) y Paraguay (Guyra) se asociaron para formar el
Observatorio Socio-Ambiental de la Soja (OSAS). El OSAS representa un esfuerzo
conjunto de estas instituciones junto a los miembros de la Alianza de Ecosistema (Both
ENDS, UICN NL y Wetlands International en Holanda) que busca dar cuenta de los
impactos sociales y ambientales provocados por el aumento creciente del cultivo de soja
en los países de la región (Fig.1). Una de las principales metas del OSAS es, por un lado,
dar insumos para la formulación de políticas públicas y privadas orientadas a disminuir los
impactos negativos de la producción de soja en la región, tanto en los países productores
de la región como en la Unión Europea y en particular en Holanda, que es el principal
importador de soja en Europa. Y por otro, fortalecer la capacidad de las organizaciones de
la sociedad civil para dialogar con los “stakeholders” en sus países. El Observatorio está
organizado en una plataforma virtual que administra y comunica información en distintos
formatos
(http://observatoriosoja.org/).
Fig. 1. Área de trabajo del OSAS que
corresponde a los departamentos o
municipios productores de soja en los
cuatro países.
3
Los objetivos específicos del OSAS son:
Sistematizar y dar a conocer información sobre los impactos (positivos y negativos) que
genera el cultivo de soja en los principales países productores de Sudamérica (Brasil,
Argentina, Paraguay y Bolivia).
Influir, con conocimiento técnico, sobre las políticas públicas de planificación territorial y
en la gestión socio-ambiental de la producción.
Acompañar y direccionar el desempeño del sector privado para impulsar el crecimiento
sostenible.
Crear un espacio de comunicación referente a la temática entre Organizaciones de la
Sociedad Civil, potenciando sus capacidades institucionales de incidir en las políticas
públicas y privadas de los países productores y compradores.
Este reporte está basado en la información proveniente de cada país miembro, y está
organizado en 7 temas principales. En base a la información colectada en los 4 países en
estos últimos dos años, resumimos estos temas en las siguientes conclusiones:
1) El avance del monocultivo de soja ocurre en detrimento de otros usos de la tierra con
una clara tendencia en aumento y sin una planificación adecuada del uso del territorio.
2) El avance de la soja actúa como el principal impulsor (driver) de la degradación y
pérdida de ecosistemas nativos.
3) El modelo de soja promueve un aumento del uso de agroquímicos con consecuencias
negativas sobre el ambiente y la salud.
4) En muchos países de la región no existen normativas específicas ni planes de
ordenamiento territorial que regulen o conduzcan la ampliación de la frontera
agropecuaria.
5) El modelo de soja promueve la concentración de la tierra, afectando derechos
indígenas, de pequeños productores y comunidades locales.
6) La soja tiene una importancia económica relevante para la región y por lo tanto es difícil
regular su avance.
7) La certificación es una opción hacia una producción de soja más responsable.
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Cada conclusión está basada en un análisis regional para los cuatro países y luego se
ilustra la problemática dentro de cada país o región con datos y/o ejemplos específicos.
Esto permite realizar generalizaciones a nivel regional y también llamar la atención sobre
las distintas situaciones que marcan similitudes y diferencias entre los cuatro países. Estas
conclusiones resumen los temas más importantes que consideramos deben llamar la
atención del sector privado, gobierno y miembros de la sociedad civil.
1-
El avance del cultivo de soja va en detrimento de otros usos de la
tierra con una clara tendencia en aumento y sin una planificación
adecuada en el uso del territorio.
El incremento de las áreas sembradas con soja tiene consecuencias sobre otros usos de la
tierra (áreas sembradas con otros cultivos o dedicadas a la ganadería) y sobre los
ambientes naturales. En el 2012 la superficie sembrada con soja alcanzó 47 millones de
hectáreas en los cuatro países integrantes del OSAS (todos los países productores de soja
del Cono Sur a excepción de Uruguay). Brasil y Argentina representan el 91% de la
superficie total sembrada y son los países con mayor incremento neto promedio por año
(aproximadamente 800.000 ha).
La superficie sembrada con soja se incrementó notablemente en relación a la superficie
sembrada con otros cultivos a partir de fines de la década del 90 (Fig. 2). Esto es
especialmente evidente en Argentina en donde en la estación de crecimiento 96-97, la
superficie sembrada con soja era similar a la sembrada con trigo, mientras que en el 2012
la superficie de soja alcanzó 4 veces la del trigo. Tendencias similares se evidenciaron en
Brasil, Bolivia y Paraguay. Además, si bien en la mayoría de los casos los otros cultivos
también son, en parte, para exportación, el porcentaje no es tan elevado como en el caso
de la soja (en los 4 países se exporta entre el 50 y más del 75% del volumen de soja
producido). Es decir, la predominancia del cultivo de soja tiene como consecuencia
cambios en el balance entre exportación y consumo interno de los cultivos que se
producen en los 4 países.
5
Fig. 2. Superficie sembrada en
miles de hectáreas en Argentina,
Brasil, Bolivia y Paraguay para los
cultivos más comunes.
Fuente: Ministerio de Agricultura,
Ganadería y Pesca (Argentina);
Instituto nacional de estadística,
encuesta nacional agropecuaria
(Bolivia); Instituto Brasilero de
Geografía y Estadística (Brasil);
Ministerio de Agricultura y
Ganadería del Gobierno Nacional
(Paraguay).
En resumen, el aumento en la dominancia de la soja trae como resultado el
desplazamiento de otras actividades productivas, esto es evidente tanto a nivel país (Box
1.1.), regional (Box 1.2.) o de áreas especialmente importantes para la diversidad o el
funcionamiento de los ecosistemas (Box 1.3.).
BOX 1.1.
Desplazamiento de ganadería en Argentina: ¿más soja y menos vacas?
La relación entre superficie sembrada con soja y stock ganadero en Argentina (cabezas de
ganado bovino) es diferente en distintas regiones (Fig. 3). Las provincias del núcleo sojero
(Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos) presentaron una disminución en la actividad
ganadera durante los últimos cinco años que coincide con un incremento en la superficie
cultivada con soja (Fig. 4a). Las provincias de la región semiárida subtropical del centro del
país (Salta, Chaco, Santiago, Formosa) que son las de áreas de expansión de la frontera
agropecuaria, presentan en cambio, un aumento conjunto del cultivo de soja y la
ganadería que va acompañado de una elevada tasa de transformación (conversión de
áreas naturales en áreas productivas) (Fig. 4b). En estas áreas boscosas del Norte
argentino, la transformación representa principalmente deforestación en bosques
semiáridos de la ecoregión chaqueña (en total implica unas 3.700.000 ha que representa
aproximadamente el 8% de la superficie de las provincias). La superficie sembrada con
6
soja aumentó un 29% entre 2008 y 2012, mientras que el número de cabezas de ganado
disminuyó en un 15% en el mismo periodo en la Provincia de Buenos Aires.
Fig. 3. Núcleo sojero y zona de expansión del cultivo de soja en Argentina.
7
Fig. 4. Cabezas de ganado y superficie sembrada con soja en la Provincia de Buenos Aires (A) y en la
Provincia de Salta (B).
Fuente: Dirección de Inocuidad de productos de Origen Animal, SENASA.
Entre 2002 y 2012 tanto la superficie sembrada con soja como el número de cabezas de
ganado aumentó aproximadamente en un 50% en la Provincia de Salta. Esto coincidió con
una superficie deforestada en el mismo periodo de unas 900.000 hectáreas que
representa aproximadamente un 10% de la superficie forestal de la provincia. Es decir, el
cultivo de soja, por un lado, reemplaza a otras actividades productivas (Fig. 2 y 4) y por
otro, afecta a áreas naturales (ver tema 2). Además de afectar a áreas de bosques, el
desplazamiento de la ganadería en Argentina también afecta a áreas de humedales de
importante valor para la biodiversidad y el mantenimiento de servicios ecosistémicos (box
1.3).
BOX 1.2.
Dinámica de los cambios del uso de la tierra en el Alto Paraguay
Las mayores reservas ecológicas de Paraguay con cobertura de bosques vírgenes y al
mismo tiempo con los precios más bajos de las tierras, se encuentran en el departamento
8
de Alto Paraguay, zona del Gran Chaco Americano (Fig. 5). Esta es una región remota con
escasa infraestructura y pocas inversiones para el desarrollo (principalmente red de
caminos) y en la que coexisten tres tipos de ecosistemas: Chaco, Pantanal y Cerrado.
Además una gran proporción de su territorio forma parte de áreas protegidas en
diferentes categorías de manejo y que también constituyen áreas reclamadas por
naciones tradicionales (pueblos indígenas). La Reserva de Biósfera del Gran Chaco es
reconocida por su importancia ambiental a nivel global.
Fig. 5. Departamento de Alto Paraguay.
Fuente: DGEC 2012. Guyra Paraguay
La situación de aislamiento y estado silvestre está cambiando aceleradamente, con una
transformación de los bosques y otras comunidades naturales en campos de ganadería y
luego, estos a su vez, en áreas de uso agrícola para el cultivo de soja (Fig. 6). Si bien la
presencia de soja es incipiente se predice que la región podría albergar hasta 1,5 millones
de hectáreas de este cultivo en los próximos años. Acompañando esta tendencia, el
gobierno y el sector privado están evaluando el desarrollo de infraestructura,
principalmente caminos, para fomentar el avance de la frontera productiva en el Alto
Paraguay. Este proceso de reemplazo de áreas ganaderas por soja en la Región Occidental
de Paraguay, también está influenciado por las restricciones vigentes en la Región Oriental
del país. La Ley de Deforestación Cero, logró disminuir en un 85% el índice de
deforestación en esta zona, pero redirigió la presión hacia los bosques del Alto Paraguay.
9
Fig. 6. Estado de los bosques en el Alto Paraguay en el año 2014. La categoría “no bosque” corresponde a
urbanización, agricultura y ganadería, es decir áreas que fueron bosques en el pasado y que hoy están
transformadas. La deforestación durante 2011-2014 (en rojo) corresponde aproximadamente a un millón de
hectáreas.
En un contexto más amplio, el Chaco Paraguayo (Departamentos Alto Paraguay, Boquerón
y Presidente Hayes) posee actualmente el índice de deforestación más alto del mundo
(Fig. 7). En el año 1990 en la toda la Región Occidental (aproximadamente 24 millones de
ha), había una cobertura de bosque de casi 16 millones de ha, mientras que en el año
2003 esta superficie disminuyó a 11 millones de ha.
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Fig. 7. Cobertura de bosques año 1990 (A) y 2013 (B). Deforestación acumulada en 23 años en los
departamentos de Alto Paraguay, Boquerón y Presidente Hayes
Fuente: The Global Land Cover Facility (2006), Forest Cover Change in Paraguay, Version 1.0 University of
Maryland Institute for Advanced Computer Studies, College Park, Maryland, 1990-2000.
Para evitar que lo que ocurrió en la Región Oriental se repita en la Occidental, desde
Guyra-Paraguay se proponen las siguientes líneas de acciones para el Paraguay:
a) Avanzar hacia un ordenamiento territorial que permita zonificar el territorio y que se
acompañe este ordenamiento con un desarrollo territorial.
b) Valorar el recurso bosque y los diferentes complejos de bosques, inclusive los palmares
(hoy considerados recursos forestales) para evitar su transformación.
c) Fortalecer los gobiernos locales, gobernaciones y en particular municipios que son los
que tienen el mandato legal de velar por los recursos naturales.
d) Insertar los recursos naturales como parte de la economía de la región chaqueña,
cuando estos recursos (suelo, agua, bosques, biodiversidad) sean reconocidos como parte
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de los insumos productivos, tendrán un valor y los mismos serán debidamente
conservados.
e) Establecer corredores etnobiológicos que aseguren la conservación de los recursos
ecosistémicos y aporten resiliencia a los sistemas naturales y productivos.
Referencias
Yanosky, A. 2013. Paraguay’s challenge of conserving natural hábitats and biodiversity with global markets
demanding for products. Conservation Biology. Voices from the Tropics, First Edition, 114-119.
http://www.survivalinternational.org/news/9911: Study reveals world’s highest deforestation rate on
uncontacted tribe’s land
BOX 1.3.
Cambio en el uso de la tierra y efectos sobre humedales: aumento de la ganadería en el
Delta del Paraná en Argentina (provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe)
La expansión del cultivo de soja y la profundización del proceso de “agriculturización” en
la región pampeana, a partir del uso del paquete tecnológico (para más información ver
Box 6.1) promocionado a nivel internacional (organismos genéticamente modificados y
agroquímicos) y a la siembra directa, dio como resultado una reconfiguración territorial de
la ganadería en la región. Una importante parte de este stock ganadero de las pampas fue
desplazado hacia zonas de humedales como la región del Delta del Paraná (Fig. 8) que
registró un incremento notable en el número de cabezas (de 160.000 a 1.500.000 entre
1997 y 2007). Este cambio en el uso de la tierra implicó la construcción de más de 330 km2
de diques y terraplenes usados con el fin de facilitar la circulación y evitar el ingreso de
agua al interior de los campos, con la consiguiente alteración del régimen hidrológico.
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Fig. 8. Delta del Paraná dentro de la Cuenca del Rio de la Plata.
El sobrepastoreo trajo como consecuencia la erosión de suelos y la contaminación
biológica y química de los cuerpos de agua, conjuntamente con prácticas de manejo del
fuego irresponsables que, sumadas a las condiciones de sequía y aguas bajas imperantes
en 2008, produjeron incendios de intensidad y extensión significativas los que resultaron
en la quema de 2.070 km2 del Delta, lo cual representa el 11% de la región (Fig. 9). La
pérdida de cobertura vegetal a causa de los incendios registrados en el Delta, además de
producir una pérdida de hábitats para la fauna silvestre, llevó a la disminución de la
“rugosidad” del sistema frente a las inundaciones, lo que afecta la capacidad de
amortiguación de excedentes hídricos durante los eventos de inundaciones.
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Fig. 9: Superficie afectada por incendios en el delta del Paraná.
Fuente: Stamati et al. 2008. Evaluación de la superficie afectada por los incendios ocurridos en el Delta del
río Paraná en abril de 2008. Reunión Argentina de Ecología.
Esta situación, que tuvo gran repercusión dado que el humo afectó a la Ciudad de Buenos
Aires, impulsó que se tomaran medidas desde los gobiernos provinciales y el nacional. Así,
eventos de la magnitud de los incendios del 2008 no han vuelto a repetirse, lo cual
también fue favorecido por el fin de la sequía en la región.
El Delta del Paraná es un ejemplo sobre cómo el avance de la agricultura en una zona
puede implicar cambios en el uso de la tierra de otras áreas. Cabe agregar que además de
este impacto indirecto en el uso del suelo, el cultivo de soja también se está extendiendo
en la región, acompañado por endicamientos y el paquete tecnológico asociado,
incluyendo el uso de agroquímicos a gran escala. Esto pone en serio riesgo las
producciones locales y sobre todo los servicios ecosistémicos que el Delta provee a sus
habitantes y a la población del área de influencia, entre ellos el agua que luego se
consume en la Ciudad de Buenos Aires y la Región Metropolitana.
Referencias
Bó, R.F., R.D. Quintana, P. Courtalon, E. Astrada, M.L. Bolkovik, G. Lo Coco y A. Magnano.
2010. Efectos de los cambios en el régimen hidrológico por las actividades humanas sobre la vegetación y la
fauna silvestre del Delta del Río Paraná. En Blanco, D.E. y F.M. Méndez (Eds.): Endicamientos y terraplenes
en el Delta del Paraná: situación, efectos ambientales y marco jurídico. Fundación Humedales / Wetlands
International, Buenos Aires.
14
Kandus, P. y P. Minotti. 2010. Distribución de terraplenes y áreas endicadas en la región del Delta del
Paraná. In Blanco, D.E. y F.M. Méndez (eds.): Endicamientos y terraplenes en el Delta del Paraná: situación,
efectos ambientales y marco jurídico. Fundación Humedales / Wetlands International. Buenos Aires.
Bó, R.F., R. Fernández, P. Courtalon, G. Porini y R.D. Quintana. 2010b. Caza de Fauna Silvestre. En Taller
Ecologista-Rosario/ LETyE-UNSAM (Eds.): Humedales del Paraná. Biodiversidad, usos y amenazas en el Delta
Medio. Programa de Subvenciones para Ecosistemas (EGP)- UICN- The Netherlands/ Taller Ecologista,
Rosario.
Kandus, P., R.D. Quintana, P. Minotti, J. Oddi, C. Baigún, G. González Trilla y D. Ceballos. 2011. Ecosistemas
de humedal y una perspectiva hidrogeomórfica como marco para la valoración ecológica de sus bienes y
servicios. In Laterra, P., E.G. Jobbágy, J.M. Paruelo (eds.): Valoración de servicios ecosistémicos: conceptos,
herramientas y aplicaciones para el ordenamiento territorial. INTA Editions. Buenos Aires. 740 pp.
Minotti, P.G. y P. Kandus. 2013. Actualización y profundización del mapa de endicamientos y terraplenes de
la región del Delta del Paraná – 2013. Informe Técnico. Fundación Humedales / Wetlands International.
Buenos Aires.
Quintana, R.D., R.F. Bó, E. Astrada y C. Reeves. 2014. Lineamientos para una ganadería ambientalmente
sustentable en el Delta del Paraná. Fundación Humedales / Wetlands International LAC. Buenos Aires,
Argentina
BOX 1.4.
Impactos sobre la producción diversificada de alimentos en Brasil
1800
1600
1400
1200
1000
800
600
400
200
2012/13
2010/11
2008/09
2006/07
2004/05
2002/03
2000/01
1998/99
1996/97
1994/95
1992/93
1990/91
1988/89
1986/87
1984/85
1982/83
1980/81
1978/79
0
1976/77
Produccion de arroz (Toneladas)
La expansión de la soja se dio en perjuicio del cultivo de alimentos básicos como arroz,
frijoles y yuca, producidos tradicionalmente por agricultores familiares. También ha
disminuido la producción diversificada de otros alimentos como frutas, legumbres y
verduras y se observa el consumo de frijoles, arroz e incluso plátano, provenientes de
países asiáticos y europeos (Fig. 10).
Fig. 10. Producción en toneladas de arroz en el Estado de Mato Grosso, principal productor de soja en Brasil.
Fuente: Conab – Ministerio da Agricultura.
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En el estado de Mato Grosso, estos cambios en la producción del sector agrícola son muy
visibles. El área plantada de arroz se ha reducido de 1,5 millones de hectáreas en 1977 a
528 000 en 2013. La reducción no es linear por dos razones. Por un lado, el alza de precios
en función de problemas climáticos en la región Sur de Brasil, gran productora de arroz,
como la que ocurrió en 1998, explica el aumento del área plantada con arroz en 1999, en
Mato Grosso (Fig. 10). Y por otro lado, el cultivo del arroz es utilizado con frecuencia, por
uno o dos años, para adaptar los suelos al cultivo de la soja. Así, la producción de arroz
presenta crecimiento en años de mayor apertura de nuevas áreas para el cultivo de soja,
maíz y algodón.
Según la información recopilada junto al municipio de Lucas de Río Verde, ubicado en el
norte de Mato Grosso y conocido como el "granero del mundo" por su producción y
exportación de granos y carne, la región importa de lugares distantes como San Pablo y
Curitiba (a 1.800 y 2.000 Km respectivamente), más del 90% de los alimentos consumidos
por la población local. Esta reducción en la producción de alimentos básicos afecta a los
habitantes de la región productora de soja, porque aumentan los costos de
intermediación y transporte y porque se reduce del acceso a los alimentos frescos, como
los fruti-hortícolas. Toda la población brasileña está pagando precios más altos por estos
productos. Datos del IBGE muestran que durante el periodo 2003-2012, el precio del frijol
aumentó casi el 200%, mientras que la inflación del período fue de 76,6%. El arroz
aumentó un 36,7% entre 2011 y 2012. En 2011, los valores del tradicional "frijol con arroz"
subieron más de un 30%, para una tasa de inflación de 5,84%, según el Índice de Precios al
Consumidor Amplio (IPCA).
Referencias
Eliane Oliveira e Cristiane Bonfanti. O alimento da inflação. O Globo, 13/02/13.
Villar, P. y Ferreira, C. Dinâmicas Territoriais do Arroz de Terras Altas na Região Centro-Oeste Do Brasil.
Cadernos de Ciência & Tecnologia, Brasília, v. 22, n. 1, p. 97-107, jan./abr. 2005.
http://ainfo.cnptia.embrapa.br/digital/bitstream/item/46473/1/cct.pdf
2-
El avance de la soja actúa como el principal motor de la
degradación y pérdida de ecosistemas nativos.
Grandes superficies de nuestros países se han mantenido en estado silvestre hasta hace
poco simplemente porque estaban fuera de la “mirada” productiva. Se trata de ambientes
que hasta hace una década no se pensaba que podrían ser sometidos a agricultura
intensiva y en grandes superficies. Esa situación cambió radicalmente en poco tiempo
ampliando la frontera agropecuaria a una tasa que en varios países del Cono Sur no tenía
16
precedentes. Ello no sólo en relación al aumento de la superficie neta cultivada con soja
sino también a que este cultivo “empujó” hacia áreas más marginales a otras actividades
productivas como por ejemplo, la ganadería. Este proceso ha afectado o afectará en un
corto plazo a Áreas de Valor para la Conservación (AVC) que no tienen aún un estatus
formal de protección y además afectará la conectividad entre las mismas
comprometiendo la persistencia de la biodiversidad, principalmente de aquellas especies
que requieren de grandes territorios continuos. Estos ambientes de ampliación actual de
la frontera agropecuaria por lo general presentan un porcentaje bajo de protección
aunque aún existen oportunidades reales para modificar esta situación radicalmente.
Dentro del área de trabajo del OSAS, los ambientes que se encuentran en esta situación
de elevada presión actual de transformación, son el Amazonas (Brasil) y el Chaco
(Argentina, Paraguay, Brasil y Bolivia), (Fig. 11). Por otro lado, ambientes como el Cerrado
y la Mata Atlántica en Brasil o el Espinal y la Región Pampeana en Argentina, tienen una
larga historia productiva. Estas ecorregiones tenían transformado hasta el año 2000, más
del 50% de su superficie original (Tabla 2). Los bajos valores de deforestación actual que
se observan en el Espinal y la Pampa, se deben a que ya no hay tierras silvestres
disponibles adecuadas para la
actividad productiva. En el caso
de la Pampa ya se encuentra
transformada el 76% de la
superficie total, siendo el área
remanente, marginal para las
actividades agropecuarias.
Fig. 11. Ecorregiones en el área del
OSAS.
17
Ecorregión
Sup. Total
(ha)
Amazonas
Cerrado
Chaco
Mata Atlántica
Región Pampeana
Espinal
Guyana
163.555.906
139.919.572
110.453.129
82.207.512
49.546.162
26.661.001
5.407.480
%
Transformado
hasta 2000
21,5
56,1
21,2
63,0
75,4
49,1
3,5
%
Transformado
2000-2012
8,2
4,6
8,1
3,9
0,5
0,6
2,5
%
Transformado
total
29,7
60,7
29,3
67,0
75,9
49,7
6,0
%
Protegido
total
8,9
3,3
7,5
3,3
0,7
1,1
16
Tabla 2. Superficie total, porcentaje transformado y porcentaje protegido en las distintas ecorregiones.
Fuentes: Limite ecorregiones: Provincias Biogeográficas de América del Sur, según Cabrera y Willink (1980);
Transformado 2000: Eva et al. 2004; Transformado 2000-2012: Hansen et al. 2013.
En contraste a este intenso proceso de transformación de ambientes naturales, la
superficie destinada a protección en las principales ecorregiones del sur de Sudamérica es
relativamente baja (Tabla 2, Fig. 12). Las áreas protegidas cubren entre el 1% y el 9% de
cada ecorregión representada en el OSAS. Este valor es significativamente bajo
comparado con el porcentaje total de transformación dentro de cada ecorregión, que
varía entre el 29% y el 75% (la única excepción a esta situación es la ecorregión de la
Guyana). Considerando tan sólo el periodo 2000-2012, se observa que la transformación
ocurrida en Amazonas y el Chaco han igualado a la superficie total destinada a protección
en ambas ecorregiones, y en el caso del Cerrado la ha superado.
18.0
Porcentaje
15.0
12.0
9.0
6.0
3.0
0.0
Amazonas
Cerrado
Chaco
Protegido
Espinal
Guyana
Mata
atlantica
Region
Pampeana
Deforestado 2000-2012
Fig. 12. Porcentaje de superficie protegida y superficie transformada en el periodo 2000-2012 para las
ecorregiones presentes en el área de trabajo del OSAS.
18
Sin duda esta falta de protección bajo alguna figura legal que ampare a los ambientes naturales de
la región, junto con la inmensa presión que implica la rentabilidad de la soja, amenaza
enormemente su conservación. Esta fragilidad a la que están expuestos se ve reforzada por otras
cuestiones que también preocupan en la región, como ser la falta de planificación para la
realización de actividades que comprometen la sustentabilidad de los recursos naturales en el
tiempo, así como los vacíos normativos en relación a estas mismas cuestiones (ver más adelante).
Es muy importante recalcar que además de la pérdida directa de ambientes naturales, su
degradación (ya sea por fragmentación, contaminación, etc.) tiene también importantes
consecuencias sobre su integridad y resiliencia, afectando todos los bienes y servicios que los
ecosistemas naturales nos brindan y su sustentabilidad. Esta problemática está reflejada a nivel de
país (Box 2.1), del Gran Chaco americano (Box 2.2 y 2.3) y a nivel de ambientes naturales como los
humedales (Box 2.4).
BOX 2.1.
La soja y la deforestación en Brasil
El cultivo de la soja es entre de las
actividades agrícolas, el mayor
responsable de la deforestación en
Brasil (Fig. 13). En las últimas
décadas, el Cerrado es el bioma más
devastados por la expansión del
cultivo de soja. Esto afecta también
a la existencia del Pantanal que
depende de la preservación del
Cerrado en la Cuenca Alta del Río
Paraguay, donde se encuentran las
cabeceras de los ríos que forman tan
importante bioma. Alrededor del
10% de la superficie plantada con
soja en Brasil se encuentran en estas
regiones de nacientes.
Fig. 13. Producción de soja (en
toneladas) en Brasil en 2014 (solo de los
municipios que producen más de
5000 toneladas).
19
La expansión de la soja y el desplazamiento de la ganadería hacia LA Amazonia (debido al
crecimiento de la superficie sembrada con soja y caña de azúcar en otras regiones del
país), son hace mucho tiempo, motivo de preocupación. El gobierno federal tomó una
serie de medidas para frenar esta deforestación, como por ejemplo una mayor
fiscalización, y el bloqueo de nuevos préstamos para actividades agropecuarias,
principalmente ganaderas. El establecimiento de la moratoria de la soja, de la cual
participan también el sector privado y organizaciones de la sociedad civil, es otro hecho
importante. De acuerdo al Ministerio de Medio Ambiente el área sembrada con soja en la
zona cubierta por la moratoria se redujo significativamente, a excepción del año 2013.
Según Greenpeace, este reciente crecimiento se explica por los altos precios de la soja en
el mercado internacional en el último período.
El Cerrado es el segundo bioma más grande de Brasil, ocupaba una superficie de dos
millones de km2 (24% del país). Está en comunicación con otros biomas como Amazonia,
Mata Atlántica, Caatinga, Chaco y Pantanal por lo que actúa como un corredor de elevada
biodiversidad. Además, en él nacen las aguas que abastecen a tres grandes acuíferos y seis
grandes cuencas fluviales: el Amazonas, Tocantins, el Atlántico Nororiental San Francisco y
Paraná-Paraguay. De la última depende la supervivencia del Pantanal, la llanura de
inundación más grande en el mundo. Finalmente este bioma está formado por mesetas, lo
que hace que sea también esencial para la producción de energía hidroeléctrica.
Actualmente, el Cerrado concentra la mayor producción y la mayor tasa de crecimiento
del cultivo de soja. Sin embargo, no recibe tanta atención como Amazonia. El Código
Forestal Brasileño, que impone la conservación de un área ubicada dentro de la propiedad
como reserva legal, establece al menos un 80% para Amazonia y sólo un 20% o 35% para
el Cerrado.
La conservación del Pantanal está amenazada actualmente por la deforestación en la
Cuenca Alta del Río Paraguay, como ya se mencionó, y por la construcción de la hidrovia
Paraguay-Paraná, en el estado de Mato Grosso. Esta obra resultará en un estímulo para la
expansión de la agricultura, y no sólo en las regiones de la meseta de la Cuenca del Alto
Paraguay. La Asociación de Productores de Soja y maíz de Mato Grosso (Aprosoja), estima
que el uso de la hidrovia puede reducir el costo del transporte de la soja hasta en un 34%
en un radio de 400 Km, lo que incluye varios municipios productores y fomenta nuevas
fronteras agrícolas. Las obras viales adicionales, tales como la apertura, ampliación y
pavimentación de carreteras, sin duda acelerarán el proceso de ocupación y destrucción
del Pantanal.
20
BOX 2.2.
El Gran Chaco Americano: Transformación y protección de ambientes naturales
La región del Gran Chaco Americano abarca alrededor de 1 millón de km², compartidos
entre Argentina (que comprende el 60% de esa extensión), Bolivia y Paraguay, y
constituye una de las regiones boscosas más extensas de Sudamérica, junto al Amazonas y
el Cerrado. Este ejemplo combina la problemática de presión actual de transformación
frente a un bajo esfuerzo relativo de conservación (Tabla 3).
Argentina
Bolivia
Paraguay
Chaco americano
Sup. Total
%
(Ha)
Transformado
51.357.592
21%
12.351.842
12%
27.103.794
13%
Áreas protegidas
%
%
Ecorregión Transformado
3%
1,9%
35%
0,5%
8%
0,8%
Áreas prioritarias
%
%
Ecorregión Transformado
36%
9,4%
69%
5,8%
53%
13%
Tabla 3. Proceso de deforestación en el Gran Chaco Americano asociado a los esfuerzos de conservación
Fuente: Limite Gran Chaco Americano The Nature Conservancy 2005; Áreas transformadas: Fundación
ProYungas 2012: Clasificación digital de imagen MODIS
El Gran Chaco se encuentra actualmente transformado para actividades agrícolas y
ganaderas en un 15%, mientras que tan sólo la mitad de la superficie (7%), se encuentra
bajo un estatus formal de protección. Bolivia es el país que tiene la mayor superficie
protegida, el 35% de la ecorregión presente en el país. Complementario a las áreas
protegidas, esta región tiene identificadas áreas prioritarias de conservación, que
representan un porcentaje elevado dentro de cada país (Tabla 3). Sin embargo, el proceso
de transformación productiva ha afectado estas áreas, llegando algunas incluso a
desaparecer. El país con mayor superficie de áreas prioritarias deforestadas es Paraguay,
con un 13%. El área prioritaria más afectada es la que corresponde a Mariscal, Boquerón y
Las Colonias en el Paraguay, las cuales presentan más del 50% de la superficie deforestada
(Tabla 3 y Fig. 14).
Al observar la Fig. 14 se ve claramente la fragmentación que presentan las áreas
protegidas de esta importante ecorregión. Sin embargo, algunas áreas prioritarias
mantienen su condición natural y representan ubicaciones estratégicas que
complementan y fortalecen el esquema actual de protección. Sería importante realizar un
análisis detallado de cada una de las mismas, y diseñar un esquema de conservación de
21
paisaje que las incluya como nuevos núcleos de conservación o mejor aún, que se
promueva un corredor biológico que garantice una mayor conectividad del sistema y no
parches dispersos como se perfila actualmente.
Fig. 14. Distribución de las áreas transformadas en el Gran Chaco en relación a las áreas protegidas y áreas
prioritarias de conservación.
Fuentes: The Nature Conservancy 2005; Fundación ProYungas 2012.
Referencias
Eva, H.D; A.S. Belward; E.E. De Miranda; C.M. Di Bella; V. Gond; O. Huber; S. Jones; M. Sgrenzaroli y S. Frits.
2004. A land cover map of South America. Global Change Biology 10: 731-744.
Evaluación ecoregional del Gran Chaco Americano - 1a ed. - Buenos Aires: Fundación Vida Silvestre
Argentina: The Nature Conservancy. Fundación DeSdel Chaco: Wildlife Conservation Society-Bolivia, 2005.
24 p.
22
BOX 2.3.
Alteración de servicios ecosistémicos
Los servicios ecosistémicos representan procesos intangibles que nos brindan los
ecosistemas naturales por su propia existencia (Tabla 4) e incluyen, entre muchos otros,
funciones como regulación del agua y del clima, control biológico o la provisión de
recursos naturales y genéticos. La relación de la sociedad con los bienes y servicios es
dispar, ya que los habitantes de las grandes ciudades no tienen conciencia real de su
dependencia, mientras que comunidades locales e indígenas tienen en general una
relación mucho más estrecha pues el ambiente que los rodea les da sus medios de vida.
Esta dependencia humana de los servicios ecosistémicos se aprecia de manera evidente
en economías de subsistencia ligadas al medio natural, donde las comunidades toman
directamente de los ecosistemas todo lo que necesitan para vivir.
Funciones ecosistémicas
Regulación de clima
Regulación atmosférica
Regulación hídrica
Formación de suelo
Retención de nutrientes y dilución de contaminantes
Control biológico
Soporte
Hábitats de soporte para especies silvestres
Hábitats de soporte para pueblos originarios
Provisión
Provisión de alimentos
Provisión de materia prima
Provisión de agua
Provisión de recursos genéticos
Tabla 4. Principales Servicios Ecosistémicos.
En el “Estudio de Vulnerabilidad e Impacto del Gran Chaco Americano” (ver link en
referencias), se evaluó la vulnerabilidad y la resiliencia de los ecosistemas del Gran Chaco,
como así también la provisión de servicios ecosistémicos por parte de los distintos
complejos ecológicos, bajo diferentes escenarios de cambio climático. En este estudio se
valoraron servicios ecosistémicos en distintos complejos ecológicos del Gran Chaco a
través de superponer a la información de base ecológica, datos de producción de
alimentos, disponibilidad de agua y recursos biológicos. Para los servicios de provisión (de
agua, de alimentos, y recursos genéticos) los complejos asociados al Abanico Aluvial del
Rio Parapeti y al interfluvio Bermejo-Pilcomayo fueron los más importantes (Fig. 15).
Mientras que para servicios de regulación (hídrica, atmosférica) se destacaron el complejo
23
Chaco de los Llanos y la Dorsal Oriental, además de los mencionados previamente. Los
valores relativos de los servicios ecosistémicos de Soporte, indican que el ecosistema del
Alto Chaco permite la supervivencia de pueblos originarios que viven de la caza y la
recolección. Así mismo, y de acuerdo a testimonios y huellas detectadas, permite la
existencia de pueblos “aislados” o en aislamiento voluntario, que se movilizan entre los
complejos transfronterizos de Paraguay y Bolivia, hoy amenazados por cambios en los
paisajes naturales.
Fig. 15. Valor relativo de servicios ecosistémicos por complejos ecológicos. Los valores más altos
representan mayor valor relativo.
24
De los servicios de regulación analizados, el de mayor cantidad de procesos en las
funciones ecosistémicas, es el servicio de regulación hídrica, seguido del de regulación del
clima. El Servicio de menor proceso en sus funciones está dado por la retención de
nutrientes (capacidad de diluir o retener los excesos de nutrientes y agroquímicos que el
complejo recibe, disminuyendo así el aporte de estos productos a su entorno inmediato),
y que se puede observar en casi todo el Alto Chaco. La mayoría de los Complejos
Ecológicos muestran altos procesos de regulación, los cuales permiten el mantenimiento
de las condiciones ecológicas necesarias para el desarrollo de las sociedades humanas.
Referencias
Gómez-Baggethun, E., de Groot, R. 2007. Capital natural y funciones de los ecosistemas: Explorando las
bases ecológicas de la economía. Ecosistemas 16: 4-14.
Yanosky, A. 2013. Paraguay’s challenge of conserving natural hábitats and biodiversity with global markets
demanding for products. Conservation Biology. Voices from the Tropics, First Edition, 114-119.
Yanosky, A, Bragayrac E., & F. Palacios. 2013. Recursos ecosistémicos Medios de vida: Estudio de
Vulnerabilidad e Impacto del Cambio Climático en el Gran Chaco americano.
http://granchaco13.wix.com/comunidad#!documentos-del-estudio/cu4g
BOX 2.4.
Efecto de la producción de soja sobre los humedales
El avance del monocultivo de soja se realiza en muchas regiones a expensas del drenaje de
ecosistemas de humedales, mediante canalizaciones, endicamientos y otras obras de
infraestructura que generan cambios en el patrón hidrológico y resultan en la degradación
de humedales y su transformación en un ecosistema terrestre apto para la agricultura.
Los ecosistemas de humedales se caracterizan por la presencia de agua, por lo tanto su
régimen hidrológico es clave para mantener sus propiedades funcionales y estructurales.
Cuando las actividades agrícolas modifican la cantidad y distribución cronológica de los
flujos de agua, ya sea por drenado o canalización, se impacta la capacidad de los
humedales para brindar servicios de importancia para la sociedad, entre ellos su
capacidad de almacenar y depurar agua, funcionando como auténtica infraestructura
natural.
a) Bañados de Saladillo, Córdoba, Argentina
Los Bañados de Saladillo constituyen un sitio de importancia para la biodiversidad y son el
área de descarga de todos los sistemas de drenaje en Córdoba meridional, siendo
originalmente una compleja red de charcas interconectadas por bañados bajos. Sin
25
embargo, esta región también es una de las áreas más productivas para la agricultura y
ganadería de la provincia de Córdoba, siendo las principales causas de la degradación del
suelo y del reemplazo de ambientes naturales.
A partir del año 2000 el gobierno de la provincia de Córdoba comenzó la construcción de
canales artificiales; asimismo se reportaron numerosos casos de canales ilegales
construidos por privados. En conjunto todas estas obras dieron lugar a la reducción del
área inundable en la región (Fig. 16), afectando la función natural de regulador
hidrológico, así como a la pérdida del estado endorreico de sus cuencas. Paralelamente, la
mayoría de las zonas de humedales perdidos fueron transformadas para uso agrícola.
Además, entre los impactos indirectos se destaca la salinización de campos (como
resultados de la voladura de sal de las lagunas) y el uso inadecuado de agroquímicos.
-
Se perdió el 69% de la superficie de los bañados
Se perdió el 19,6% de las lagunas y la conectividad original de los bañados
Se redujo la riqueza y abundancia de especies
Foto 1. Vista aérea actual de los Bañados
del río Saladillo. Se observa indicios del gran
bañado que fue y el proceso de desecación
producido por las canalizaciones. A su vez,
se observan algunos sectores que ya están
siendo cultivados (Foto: P. Brandolin).
Foto 2. Degradación de humedales:
Salinización del suelo de la laguna.
Foto: Informe Técnico Potencial de
Restauración de los Humedales de la
Laguna Larga (Laguna De Cachicoya),
provincia de Córdoba. Grupo de Trabajo de
Recursos Acuáticos, Dirección Nacional de
Ordenamiento Ambiental y Conservación de
la Biodiversidad, Subsecretaría de
Planificación y Política Ambiental, Secretaría
de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la
Nación.
26
Fig. 16. Cuerpos de agua >5 ha en Bañados del Saladillo en 1987 (A) y 2007 (B). La línea separa zonas de baja
canalización (Este) de alta canalización (Oeste).
b) Laguna de Cachicoya, Córdoba Argentina
La Laguna Larga o Laguna de Cachicoya se ubica en el Departamento de Río Segundo,
provincia de Córdoba, junto a la localidad que debe su nombre y existencia a este ojo de
agua. La laguna albergaba actividades de pesca, canotaje y otros deportes náuticos, así
como una importante actividad social y recreativa. Además el sitio es de alto valor cultural
ya que en sus humedales tuvo lugar la Batalla de Oncativo, muy importante en la historia
Argentina.
En el año 2004 la laguna fue drenada por medio de diferentes canalizaciones que la
hicieron desaparecer con el fin de destinar sus tierras a la agricultura. El ecosistema se
destruyó por completo y el pueblo, con más de 8.000 habitantes, perdió su propia
identidad y lugar de recreación. Estas canalizaciones son las responsables directas del
drenaje de la laguna y de todas las áreas deprimidas de esta zona, que naturalmente se
presentaban anegadas. Como consecuencia de estos drenajes forzados se ha generado un
importante incremento de las áreas para la producción agroganadera, con la pérdida de
áreas paisajísticas y de recreación, además de una profunda alteración de los ecosistemas
naturales. Esto último se puede observar en la modificación de la vegetación, la
salinización de los suelos y pérdida de espacios disponibles para la biodiversidad de la
laguna. En virtud de las modificaciones antrópicas introducidas en la cuenca, el área de
aporte superficial actual a la Laguna Larga, se ha reducido notablemente en comparación
con la macrocuenca natural mostrada en las figuras precedentes (de 333 Km2 a 189 Km2).
Las vertientes naturales siguen brindando agua al igual que las lluvias, pero los drenajes
escurren el agua acumulada desviándola, evitando que el espejo de agua vuelva a
formarse. Debido al alto porcentaje de humedad de las tierras y el grado de sal que dejó el
drenado la zona solo puede utilizarse en parte para la ganadería.
27
Foto 3. Vistas del Club de Caza, Pesca y
Náutica de Laguna Larga y lo que fuera
su muelle, donde se puede apreciar
claramente el reemplazo de la laguna
por pastizales.
Referencias
Grupo de Trabajo de Recursos Acuáticos, Dirección Nacional de Ordenamiento Ambiental y Conservación de
la Biodiversidad, Subsecretaría de Planificación y Política Ambiental, Secretaría de Ambiente y Desarrollo
Sustentable de la Nación. Informe Técnico Potencial de Restauración de los Humedales de la Laguna Larga
(Laguna De Cachicoya), provincia de Córdoba.
Brandolin P.G., Ávalos M.A. y De Angelo C. 2013. The impact of flood control on the loss of wetlands in
Argentina. Aquatic Conservation: Marine and Freshwater Ecosystems 23: 291-300.
3-
El cultivo de soja promueve el uso de agroquímicos con
potenciales consecuencias para el medio ambiente y la salud
Entre los diversos impactos de la cadena de producción de la soja, la contaminación y las
intoxicaciones agudas y crónicas relacionadas con el uso de agroquímicos, son los más
relevantes para la salud humada y del medio ambiente. Si bien la adopción del paquete
tecnológico (semillas genéticamente modificadas resistentes al herbicida glifosato y
siembra directa) (para más información ver box 6.1), produjo beneficios en el rendimiento
(producción por unidad de superficie), el uso de agroquímicos se ha hecho extensivo dado
el incremento del área cultivada. El aumento de la aplicación por unidad de superficie y la
ampliación notable del área cultivada alerta sobre los potenciales impactos sobre la salud
de la población y los ecosistemas.
Entre los agroquímicos usados en la producción de soja el más importante es el herbicida
glifosato. Actualmente en América del Sur se aplican, en promedio, 15 litros de glifosato
por hectárea por año. En Argentina, esa cifra es de 12 litros y en muchos casos
“potenciados” con otros herbicidas como graminicidas u hormonales. Esto contrasta con
los 3 litros/ha utilizados en los años 96-97 antes de la introducción de la soja
28
Genéticamente Modificada (GM) (Fig. 17). Es destacable que el rendimiento por hectárea
(promedio para el país) no aumentó de manera lineal con la cantidad de herbicidas
utilizados. En Bolivia el incremento más notable se produjo en el uso de fertilizantes (en el
año 2013 se importaron más de 4 veces el volumen registrado en el año 2000) (Fig. 18).
Esta situación se agrava considerando que ante el desarrollo de resistencia de malezas, el
enfoque de las empresas es crear nuevos cultivos transgénicos con tolerancia a herbicidas
más potentes y perjudiciales para la salud y el ambiente.
14.0
L de glifosato / ha
12.0
10.0
8.0
6.0
4.0
2.0
0.0
1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003 2005 2007 2009
Fig. 17. Volumen de glifosato (en litros) por hectárea cultivada con soja en Argentina desde 1991 a 2010.
Fuente: Cámara de sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (CASAFE)-Argentina
2.50
45.0
Rendimiento (tn/ha)
2.00
35.0
30.0
1.50
25.0
20.0
1.00
rendimiento
Kilos /Hectarea
0.50
15.0
10.0
5.0
0.00
Kilos de agroquimicos / ha de soja cultivada
40.0
0.0
Fig. 18. Rendimiento (tn/ha) de soja y volumen importado de distintos agroquímicos (en kg) en relación a las
hectáreas de soja cultivadas en Bolivia entre 1999 y 2013. Los agroquímicos incluyen fertilizantes,
herbicidas, insecticidas y funguicidas.
Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas (INE) (Bolivia)
29
El uso generalizado de agroquímicos que implica el actual modelo sojero en la región
genera mucha controversia en la sociedad. Existen en toda la región del OSAS varios
grupos que denuncian graves impactos sobre la salud humana y el medio ambiente. Esta
polémica lleva a que numerosas instituciones prestigiosas conduzcan actualmente
estudios científicos sobre los potenciales impactos de ciertos plaguicidas de extendido uso
como el glifosato, controversia que deberá ser aclarada.
A continuación se presenta un análisis del uso de agroquímicos en Argentina (Box 3.1),
Bolivia (Box 2.3) y el Mato Groso en Brasil (Box 3.3) y un caso particular de contaminación
en humedales (Box 3.4).
BOX 3.1.
Uso de agroquímicos en Argentina: tendencias y legislación
El mercado de fitosanitarios en Argentina ha mostrado una evolución creciente y
sostenida a lo largo del tiempo. En el año 1991 se utilizaban cerca de 100 millones de
litros/kg/unidad de productos fitosanitarios (herbicidas, insecticidas, funguicidas),
mientras que en el año 2012 se aplicaron cerca de 317 millones de litros. Este aumento no
está asociado solamente al incremento del cultivo de soja pero, dada su preponderancia,
es posiblemente el principal causante. La producción de soja acaparó casi el 62% del total
de los productos aplicados (contando el barbecho químico) (Fig. 19).
Fig. 19. Porcentaje de uso de agroquímicos por cultivo. Fuente: CASAFE
30
El glifosato es el agroquímico más utilizado en Argentina, concentra el 64% del total de las
ventas y se aplicaron 200 millones de kg/l de glifosato en el 2012 y un poco más de 182
millones para el 2013. En el caso particular de la soja, el 99% de las variedades sembradas
son transgénicas (GM) y el glifosato representa el 76% del total de productos químicos
utilizados para su cultivo (Fig. 20). Además del incremento en la superficie tratada con
glifosato, también hubo un incremento en el principio activo que se usa en su elaboración,
que pasó de una concentración del 48% a una de entre 66 y74%.
Fig. 20. Fitosanitarios usados en el cultivo de soja en 2012/2013 (en porcentaje).
Fuente: CASAFE
Si bien actualmente en Argentina existe una legislación nacional sobre el uso de
agroquímicos, existen también múltiples legislaciones que difieren entre provincias y
municipios (para una revisión consultar el mapa de legislación de agroquímicos y bosques
en Argentina: http://mapas-crea.info de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales
de Experimentación Agrícola-AACREA). Todas ellas consideran, en distinto grado, el tipo
de agroquímico, su grado de toxicidad, normas de aplicación (por ejemplo, distancias
mínimas de pulverización a centros urbanos, cursos de agua, etc.), y tratamientos de los
residuos y se lleva un registro de aplicadores y asesores. Además en el año 2009, dada la
31
creciente preocupación por la extensión en la aplicación de glifosato, y en particular por
las denuncias sobre intoxicaciones en Ituzaingó, Prov. de Córboba, se creó la Comisión
Nacional de Investigaciones sobre Agroquímicos (CNIA). Esta comisión tiene como
objetivos investigar, prevenir, dar asistencia y tratamiento en casos de intoxicación con
productos agroquímicos que afecten la salud de la población y el ambiente y tuvo como
productos el desarrollo de una página web (http://www.msal.gov.ar/agroquimicos), el
relevamiento y sistematización de las legislaciones provinciales sobre agroquímicos y
también el relevamiento de las debilidades en el sistema de fiscalización. Uno de los
puntos más débiles del sistema son justamente los mecanismos de control, ya que en
muchos casos los problemas se producen por el uso de sustancias autorizadas, pero de
maneras no previstas por las regulaciones.
En Argentina, el caso del Barrio Ituzaingó Anexo (provincia de Córdoba) fue emblemático
ya que constituye la primera causa judicial con sentencia firme sobre contaminación
ambiental dolosa. Esta causa encontró una vinculación espacial directa entre incidencia de
cáncer, trastornos endocrinos y hematológicos y la distancia a los cultivos (principalmente
de soja), relación que aparece luego del 1997 cuando comienzan las fumigaciones más
intensivas.
Además de este caso, otros acapararon la atención de la sociedad, y más allá de la
creación del CNIA, en la provincia de Córdoba existe actualmente un proyecto de Ley que
propone modificar los requisitos para la aplicación el herbicida glifosato. Este proyecto
propone prohibir la aplicación aérea de glifosato en toda la provincia y modificar la
distancia mínima de aplicación terrestre (de 500 a 1500 m de áreas urbanas, ríos y
embalses). Este proyecto de ley adquiere más fuerza dada la reciente modificación de la
categorización del glifosato por parte de la Agencia Internacional para la investigación
sobre el Cáncer (IARC) que depende de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este
herbicida junto el diazinón (insecticida) y malatión han sido clasificados como
"probablemente cancerígenos para los humanos” y pertenecen ahora al grupo 2A o de
toxicidad moderada. En la escala de la OMS existen 4 categorías con la categoría 1
representando la de mayor peligrosidad. En la categoría 2 se agrupan agroquímicos sobre
los que existen suficiente evidencia de carcinogenecidad en animales y evidencia limitada
en humanos. Esto quiere decir que existe una asociación positiva entre estos
agroquímicos y la incidencia de cáncer en humanos, pero que no se puede señalar
directamente como causa.
Muchos distribuidores de semillas y empresas del agronegocio promueven la adopción del
modelo semillas transgénicas + glifosato afirmando que tiene como resultado una
disminución en el uso de agroquímicos. Sin embargo, esta premisa no se puede verificar
32
claramente. La implementación exitosa del paquete tecnológico no debería solo suponer
una productividad mayor por hectárea, sino también menores costos por unidad de
producto agrícola. Esto no parece ser la situación en los últimos años en Argentina en
donde aumentó el consumo de agroquímicos por hectárea o tonelada producida (Fig. 17).
Así como el adecuado uso de la tecnología transgénica implica técnicas de labranza mucho
menos agresivas con los suelos, también debería significar el uso menor de agroquímicos.
La problemática relacionada con el uso de los plaguicidas es compleja y dinámica e incluye
varios actores con distintos intereses y posturas. Los problemas no sólo están vinculados
con el glifosato sino con más de 500 formulaciones de plaguicidas que se utilizan solos o
en mezclas. Las empresas deberían generar no sólo productos de menor impacto sino
ponerlos al alcance de los agricultores, con el compromiso de asegurar un correcto uso.
Esto contrasta con el enfoque de muchas empresas que ante problemas del desarrollo de
resistencia de malezas, se promueve la creación de nuevos cultivos transgénicos con
tolerancia a herbicidas más potentes y perjudiciales para la salud y el ambiente. Las
empresas productoras de semillas o agroquímicos deberían incluir, en cambio, programas
de capacitación y técnicas de monitoreo, que incluyan no solo la etapa de aplicación sino
también el manejo responsable antes, durante y después de la aplicación (manejo de
residuos y envases). La regulación debería ser lo suficientemente rígida para proteger la
salud de las personas y el medioambiente; y a su vez, lo suficientemente flexible para que
no afecte negativamente el volumen de la producción agrícola y el nivel de actividad
económica.
Referencias
IARC Monographs Volume 112: evaluation of five organophosphate insecticides and herbicides
http://www.iarc.fr/en/media-centre/iarcnews/pdf/MonographVolume112.pdf.
Fotos 4. Barrio Ituzaingó Anexo (provincia de Córdoba) rodeado por terrenos de cultivo. Foto extraída de
www.juicioalafumigacion.com.ar
33
BOX 3.2.
Evolución del Uso de Agroquímicos en Bolivia
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística el uso de agroquímicos se ha
incrementado de manera acelerada en Bolivia. Esto no tan sólo se refiere al volumen total
importado, sino a aplicación por unidad de superficie (tabla 5). En el año 2000 se utilizaba
14,69 kilos de agroquímicos por hectárea mientras que en el año 2012 se ha utilizado más
de 30 kilos por hectárea. Estos datos no incluyen los agroquímicos que ingresan al país vía
contrabando, que se estima representan entre el 30 y 40% de los que se importan de
manera legal. Es importante destacar que estos números se refieren al total de
agroquímicos importados que se usan para toda la producción agrícola. Lamentablemente
no hay datos discriminados por cultivos. Sin embargo, dado que el cultivo de soja
representa en la actualidad cerca del 50% de la producción agrícola, es esperable que el
aumento del uso de agroquímicos esté directamente relacionado al aumento de este
cultivo.
Tabla 5. Bolivia: Volúmenes Importados de Agroquímicos 2000-2013 (en Kilogramos). (p) Datos Preliminares.
(1) Datos hasta el 30 de noviembre de 2013.
34
Fuente: Instituto Nacional de Estadística INE-Bolivia
Año
Herbicidas Fungicidas
(Kg.)
(Kg.)
Insecticidas
(Kg.)
Fertilizantes
(Kg.)
Otros
(Kg.)
Total (Kg.)
Superficie
Agrícola
Hectáreas
2000
5.425.606
249.692
2.208.750
22.035.614
0 29.919.662
2.036.517
2001
7.035.552
209.458
3.130.972
22.171.360
0 32.547.342
2.042.151
2002
6.382.945
129.308
2.091.898
27.048.015
0 35.652.166
2.155.208
2003
8.550.901
289.640
3.421.729
26.371.216
0 38.633.486
2.159.630
2004
11.071.995
444.298
4.345.528
42.081.746
0 57.943.567
2.308.020
2005
11.954.124
396.596
5.539.827
55.947.259
0 73.837.806
2.529.455
2006
12.446.960
564.948
5.857.765
39.035.114
0 57.904.787
2.627.676
2007
14.139.089
2.441.451
6.059.033
58.532.881
0 81.172.454
2.751.700
2008
14.374.878
3.332.441
5.947.384
51.115.645
214.165 74.984.513
2.784.444
2009
17.211.298
3.648.040
7.281.109
52.907.038
2.974.627
2010
17.242.250
4.467.223
9.864.743
78.740.971
2011
19.713.683
4.329.763
9.191.071
84.425.534
2012
23.645.047
3.937.506
9.516.073
79.860.077
2013(p)(1)
22.240.597
3.781.988
7.506.337
80.813.049
0 81.047.485
110.607.26
292.078
5
117.755.47
95.425
6
117.081.39
122.692
5
114.466.29
124.321
2
2.823.128
2.841.820
3.206.988
3.345.475
Kilo
s
/Ha
14,
69
15,
94
16,
54
17,
89
25,
11
29,
19
22,
04
29,
50
26,
93
27,
25
39,
18
41,
44
36,
51
34,
22
BOX 3.3.
Impacto de los agroquímicos sobre la salud y el ambiente en los municipios del interior
de Mato Grosso (Brasil).
Brasil es un gran productor de alimentos y también el mayor consumidor mundial de
plaguicidas, 1,05 mil millones de litros en 2012. El estado de Mato Grosso presenta el
record de uso de plaguicidas en sus cultivos. La mitad de sus municipios producen el 70%
de los productos agrícolas y consumen el 70% de los plaguicidas y fertilizantes. En 2012
Mato Grosso cultivó 10,7 millones de hectáreas, produjo 28 millones de bovinos y usó
alrededor de 140 millones de litros de plaguicidas, principalmente herbicidas, insecticidas
y fungicidas. En particular en el Municipio de Lucas de Río Verde (Estado de Mato Grosso)
se cultivan cerca de 420 mil hectáreas de soja, maíz y algodón, y se consume 5,1 millones
de litros de plaguicidas. En 2006 la fumigación aérea con paraquat produjo una nube
tóxica sobre la ciudad de Lucas do Rio Verde, ocasionando la desecación de miles de
35
plantas ornamentales, medicinales y de arbolado urbano. También desencadenó brotes
de intoxicación aguda en niños y ancianos.
Los resultados de estudios realizados en escuelas de los municipios de Lucas do Río Verde
y Campo Verde comprobaron que el 83% de los 12 pozos de agua potable (de la escuela y
de la ciudad), el 56% de las muestras de agua de lluvia (colectadas en patios escolares) y el
25% de las muestras de aire (colectadas en patios escolares) monitoreados durante 2
años, registraban contaminación con plaguicidas. Además se comprobaron
pulverizaciones por aviones y tractores dentro de los 10 m de las fuentes de agua potable,
arroyos, ganado y residencias, sin tener en cuenta el Decreto MT / 2283/09 que lo prohíbe
(límite 300 m). El 88% de las muestras de sangre y orina de los maestros de esas escuelas
registraron contaminación por plaguicidas y el 100% de las muestras de leche materna en
62 madres que dieron a luz y amamantaron en Lucas do Rio Verde en 2010 mostraron
rastros de DDE, endosulfán, deltametrina o DDT. El impacto de diversas enfermedades
(cánceres, malformaciones y trastornos respiratorios) en el municipio aumentó de 40% a
102% en los últimos 10 años, con un nivel de 50% por encima de la incidencia en el resto
del Estado en estos años. En este estado no están disponibles los servicios de salud
relacionados a la vigilancia de salud de los trabajadores y de las poblaciones expuestas a
agroquímicos. La vigilancia se limita al uso "correcto" de los plaguicidas y al acopio de los
envases vacíos, sin cuestionar donde fue a parar su contenido. Esta situación destaca la
necesidad de implementación de mecanismos de vigilancia del medio ambiente y sobre
todo de la salud de los trabajadores expuestos a plaguicidas.
Cerca del 20% de todos los insecticidas, funguicidas, herbicidas, nematicidas, acaricidas,
hormiguicidas y otros agrotóxicos producidos en el mundo se aplican en Brasil. Se
registran en el mercado brasileño más de 400 ingredientes activos que se combinan para
convertirse en casi 2.500 fórmulas de agroquímicos ampliamente utilizados. Entre ellos se
encuentran 14 sustancias prohibidas en los Estados Unidos y la Unión Europea, de los
cuales cuatro, con riesgos para la salud humana, fueron prohibidos en 2013, pero los
investigadores sospechan que todavía están en uso en la agricultura. La lista de prohibidos
en otros países pero todavía en uso en Brasil incluyen a Tricolfon, Cihexatina, Abamectina,
Acefato, Carbofuran, Forato, Fosmete, Lactofen, Parationa Metílica e Thiram.
Referencias
Pignati W e Dores EF da UFMT; Moreira JC y Peres F da FIOCRUZ. Cuiabá.
http://www.riosvivos.org.br/bkp/arquivos/site_noticias_627620781.pdf
Agostinho Vieira. A contaminação da ética. http://oglobo.globo.com/blogs/ecoverde/posts/2013/04/04/acontaminacao-da-etica-492178.asp
http://ultimosegundo.ig.com.br/brasil/2014-02-24/brasil-consome-14-agrotoxicos-proibidos-nomundo.html
36
BOX 3.4.
Contaminación acuática en humedales de Argentina
Los herbicidas y plaguicidas pueden ser transportados a través de la escorrentía a zonas
aguas abajo, acumulándose en los humedales. Algunos trabajos realizados en la principal
zona de cultivo de soja de Argentina (región Pampeana), han comprobado la presencia de
plaguicidas de alta toxicidad como el Clorpirifós, Cipermetrina y Endosulfán, tanto en
sedimentos, partículas en suspensión y en el agua. Investigaciones realizadas en arroyos
tributarios del río Arrecifes durante el período de aplicación de plaguicidas, mostraron que
las concentraciones de Clorpirifós y Cipermetrina registradas en el agua de escorrentía y
en los arroyos, excedió los criterios de calidad de agua aceptados internacionalmente
(Tabla 6) indicando un riesgo agudo para la biota acuática. El uso de herbicidas como el
glifosato también afecta a los organismos acuáticos y a la calidad del agua, modificando la
estructura y la funcionalidad de los humedales de agua dulce.
Pesticida
Clorpirifós
Cipermetrina
Endosulfán
Agua de escorrentía
0,3 g/l
0,49 g/l
ND
Agua del arroyo
0,45 g/l
0,7 g/l.
ND
Partículas transportados
por escorrentía
150 g/kg
53 g/kg
ND
Partículas en suspensión
en el arroyo
226 g/kg
13,2 g/kg
318 g/kg
0,01g/l
≤ 0,007 g/l
-
Principios de la Unión
Europea (2)
0,001 g/l
0,0009 g/l
0,003 g/l
Agencia Protección
Ambiental de EE.UU. (3)
0,041 g/l
-
0,056 g/l
Lineamientos del
Gobierno de Canadá (4)
0,0035 g/l
-
0,02 g/l
Toxicidad crónica o
aguda para organismos
no blanco
Toxicidad
moderada a muy
alta para peces e
invertebrados
Toxicidad alta
para
organismos
acuáticos y
Toxicidad
moderada a alta
para aves. Muy
tóxico para
Detección en
Criterios de calidad del
agua
Concentración
ecológicamente
aceptable (1)
37
acuáticos y en
menor medida
para aves y
pequeños
mamíferos.
Toxicidad alta para
abejas y otros
insectos benéficos.
abejas.
peces y
moderadamente
tóxico para
abejas y otros
insectos
benéficos.
Fuentes: (1) Brock, T.C.M., Van Wijingaarden, R.P.A., Van Geest, G.J., 2000. Ecological risk of
pesticides in freshwater ecosystems. Part 2 Insecticides, Alterra Rapport 089, Alterra, Green
World Research, Wageningen.
(2) EU, 2001. Working document—guidance document on aquatic ecotoxicology in the context
of the Directive 91/414/EEC. Directorate E—Food Safety; plant health, animal health, welfare,
international questions, 62 pp.
(3) US EPA, 1986. Quality criteria for water 1986. EPA 440/5-86-001. Office of Water
Regulations and Standard, Washington, DC.
(4) CCME, 1999. Canadian Environmental Quality Guidelines. Canadian Council of Ministers of
the Environment, Winnipeg.
Tabla 6. Contaminación por insecticidas en arroyos tributarios del río Arrecifes, en la zona primaria de
cultivo de soja en la Pampa Ondulada, en el noreste de la provincia de Buenos Aires. Se indican las
concentraciones máximas registradas para cada insecticida. ND= No detectado.
Existe un conjunto de evidencias que demuestran tanto efectos directos como indirectos
del uso de agroquímicos sobre la biota asociada a los humedales cercanos a cultivos de
soja. La reducción en el tamaño poblacional de muchas especies acuáticas y cambios
fisiológicos y de comportamiento asociados, modifican las redes tróficas, incluso
ocasionando la pérdida de interacciones entre organismos y afectando directamente el
funcionamiento del ecosistema. Estas evidencias señalan la importancia de que las
prácticas agrícolas sean revisadas en función del riesgo potencial de contaminación de los
humedales. Son necesarios estudios sobre el impacto del uso de agroquímicos a nivel de
cuenca para investigar el riesgo de contaminación y el impacto sobre estos ecosistemas y
sobre la biota acuática en zonas bajo uso agrícola intensivo.
Referencias
Jergentz S., Mugni H., Bonetto C. & Schulz R. (2005) Assessment of insecticide contamination in runoff and
stream water of small agricultural streams in the main soybean area of Argentina. Chemosphere 61, 6,
November 2005, pp 817-826.
Marino D. y Ronco A. (2005). Cypermethrin and Chlorpyrifos concentration levels in surface water bodies of
the Pampa Ondulada, Argentina. Bulletin of Environmental Contamination and Toxicology 75, 4, October
2005, pp 820–826.
Peruzzo P.J., Porta A.A. & Ronco A.E. (2008). Levels of glyphosate in surface waters, sediments and soils
associated with direct sowing soybean cultivation in north pampasic region of Argentina. Environmental
Pollution 156, 1, November 2008, pp 61-66.
38
Vera, T., A. Muñoz, A. Mellouki, J. Treacy, I. Al Mulla y H. Sidebottom. 2010. Photolysis of
Trichloronitromethane (chloropicrin) under atmospheric conditions. Z. Phys. Chem. 224: 1039-1057.
4-
Existencia y limitación en las normas y leyes que regulan el avance
del cultivo de soja
El ordenamiento territorial es una de las herramientas principales para regular los cambios
en el uso de la tierra. Las políticas de ordenamiento territorial a gran escala resultan
instrumentos nuevos en nuestras legislaciones y aún no se ha podido determinar su
eficacia por varias razones. Primero, no se cumplen plenamente; segundo, están en
permanente evolución a partir de las experiencias de implementación; y por último
porque existen desvíos o “fugas” hacia otros ecosistemas de menor valoración (Cerrado
por Amazonas) o menos visibles para la opinión pública (Chaco por Yungas o Mata
Atlántica). A esto se puede sumar que las experiencias de Ordenamiento Territorial de
cada país no han sido contrastadas adecuadamente con las experiencias de los países
vecinos, existiendo un enorme potencial para el intercambio de experiencias e
información entre los países del Cono Sur. La gran demanda de productos sin
compromisos de certificación o de cumplimiento de ciertas pautas ambientales y sociales
mínimas atenta en gran medida sobre el interés de gobernantes y empresarios para
empujar un mejor desempeño en el uso de territorios críticos.
A continuación se describen las regulaciones relacionadas a los ordenamientos
territoriales en Argentina (box 4.1.), Bolivia (box 4.2.) y Brasil (box 4.3.)
BOX 4.1.
Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos en Argentina
A partir del proceso acelerado de conversión de ambientes naturales en áreas destinadas
al cultivo de la soja principalmente, y por presión de organizaciones de la sociedad civil y
técnicos, se sanciona en el año 2007 la Ley Nacional de Presupuestos Mínimos de
Protección de los Bosques Nativos de Argentina. Esto implicó la puesta en marcha de
planes de ordenamiento territorial en las distintas provincias con superficies boscosas, con
el objetivo de zonificar los bosques en bosques a proteger (Categoría I rojo), bosques que
podrán ser manejados sustentablemente (Categoría II amarilla) y bosques que podrán ser
convertidos para otras actividades diferentes a la forestal (Categoría III verde) (Fig. 21).
39
Fig.21. Mosaico de ordenamientos territoriales de las distintas provincias con superficies importantes de
bosques nativos en el subtrópico argentino.
Fuente: SAyDS
Los ordenamientos territoriales provinciales implementados tienen por objetivo mantener
gran parte de la superficie forestal actual, entre el 70 y 90% de los bosques existentes en
la actualidad en las categorías rojo y amarillo (Tabla 7). Ahora bien, este desafío de
mantener más del 70% de los bosques nativos hacia el futuro (unas 20 millones de
40
hectáreas) requerirá de desarrollar herramientas técnicas y económicas para encarar un
proceso que derive en un aprovechamiento sustentable de los bosques, que implique una
alternativa económica real a la deforestación. En síntesis, la discusión recién empieza,
deberemos generar mucha discusión técnica, recursos humanos capacitados y
fundamentalmente se deberán generar reglas claras y ajustada a las realidades regionales
desde el Estado Nacional y desde las provincias para que los programas y los fondos que la
Ley prevé lleguen en tiempo y forma a los beneficiarios reales, es decir a los
administradores y propietarios de estos bosques privados y comunitarios.
Provincia
Rojo %
Amarillo %
Verde %
Tucumán
70
20
10
Misiones
14
59
27
Córdoba
30
70
Chaco
6
61
33
Santiago del Estero
14
74
12
Salta
16
65
19
Jujuy
19
67
14
Formosa
8
17
75
Tabla 7. Porcentaje aproximado de las superficies de bosques nativos en las distintas categorías de
Ordenamiento Territorial (OT) por provincia. El porcentaje está calculado para el bosque remanente, sin
considerar superficies transformadas.
Fuente: SAyDS.
BOX 4.2.
Marco legal para el Ordenamiento Territorial en Bolivia
El ordenamiento territorial en Bolivia se engloba dentro de un cambio en el marco jurídico
legal, a partir de la nueva Constitución Política del Estado (2009), la Ley Marco de la
Madre Tierra y Desarrollo Integral para Vivir Bien (2012) y la Ley de Autonomías (2010).
Esta última asigna competencia en temas ambientales y la administración de áreas
protegidas a los municipios. También el nuevo marco legal establece la noción de Tierras
41
Comunitarias de Origen (TCO) (o Territorios Indígenas Comunitarios Campesinos, TIOC),
dando un marco especial para el reconocimiento de derechos territoriales para
comunidades preexistentes al Estado Nacional. En el 2014, el 70% de los municipios de
Bolivia cuentan con Planes Municipales de Ordenamiento Territorial (PMOT), que es un
instrumento técnico para la planificación de asentamientos y actividades dentro el
territorio de los municipios. Además, a escala departamental o de macro regiones, Bolivia
cuenta con los respectivos Planes de Uso del Suelo (PLUS) o equivalentes.
En el caso del Departamento Santa Cruz donde se concentra la producción de soja de
Bolivia, el Plan de Uso del Suelo vigente fue aprobado mediante decreto en 1995 y
elevado a rango de ley de la República en el año 2003. En él se identifican las áreas con y
sin aptitud agrícola o ganadera y las áreas para reservas. Pero lamentablemente no existe
un estudio que cuantifique cuanto avanzó la frontera agrícola en áreas calificadas como
no aptas para esa actividad. En el año 2012, se presentó el Plan Departamental de
Ordenamiento Territorial (PDOT) de Santa Cruz, para validar lo que está asentado y no
cumple el PLUS.
El proceso de ordenamiento territorial en Bolivia ha avanzado en términos formales, de
dictado de normas y elaboración de instrumentos normativos, pero existen severos
problemas de cumplimiento y aplicación. Esto se debe principalmente a que no existe una
norma única o general de ordenamiento territorial, sino que se trata de varias
disposiciones dispersas, de distinta jerarquía; no hay capacidad de los gobiernos locales
municipales para cumplir con las funciones asignadas; y la mayor parte de los
instrumentos operativos de OT, no se aplican. En el caso particular de Santa Cruz, hay un
proceso de dotación de tierras desde el Gobierno Central sin tomar en cuenta ninguna
restricción. En este sentido el instrumento técnico y legal más importante no es tomado
en cuenta y de esta forma, el agronegocio de la soja crece sin planificación y control.
En Bolivia hay una debilidad institucional estatal crónica, esto se ejemplifica con una
ausencia de la carrera administrativa estatal, donde cada nuevo gobierno cambia
completamente a todos los funcionarios públicos, y los criterios para de selección de estos
nuevos funcionarios no son técnicos sino de acuerdo a la militancia política. Por otra
parte, está la corrupción en todos los niveles estatales. En Bolivia se han elaborado leyes
muy avanzadas en cuanto a la Planificación del Territorio, pero la debilidad institucional
hace que estas leyes no se implementen o que su implementación sea parcial o limitada.
Además en muchos casos no se cuenta con los recursos financieros necesarios para
ponerla en marcha o fiscalizar su cumplimiento.
42
Referencias
Müller R. Pacheco P y Montero JC. 2014. El contexto de la deforestación y degradación de los bosques en
Bolivia: Causas, actores e instituciones. Documentos Ocasionales 100. Bogor, Indonesia: CIFOR.
http://www.santacruz.gob.bo/archivos/PN23072010131607.pdf
BOX 4.3.
Las políticas gubernamentales de gestión ambiental y la expansión de la soja (Brasil):
muchos mecanismos, poca eficiencia
Aunque existe un proceso de difusión de instrumentos económicos para fomentar la
conservación, los instrumentos de mando y control siguen siendo pocos frecuentes en
Brasil, con raras excepciones producidas en un contexto más reciente.
El Código Forestal, el principal instrumento de la legislación ambiental brasileña, fue
reformulado en 2012, bajo la fuerte presión de la llamada bancada ruralista del Congreso.
Según opinión de la mayoría de los grupos ecologistas, los cambios realizados significaron
un retroceso. Se declaró una amnistía para aquellos que deforestaron hasta 2008 y la
reducción efectiva de los límites de las Áreas de Preservación Permanente en las orillas de
los arroyos, ya que la nueva legislación no tiene en cuenta las épocas de inundación de los
ríos.
Un estudio realizado por el IPAM, UFMT y Woods Hole Research Center (ver link en
referencias), estima que el área deforestada ilegalmente, que según la legislación anterior
debería haberse restaurado, se redujo desde 50 hasta 21 millones de hectáreas, de las
cuales el 22% correspondía a áreas ribereñas y el 78% a áreas de Reserva Legal. Esas
reducciones según los autores, afectan los programas nacionales de conservación
ambiental, en particular en la Amazonia, Cerrado y Mata Atlántica. Por ejemplo, la
recuperación de la Mata Atlántica, donde queda entre el 12 y el 16% de los bosques, es
vital para la prestación de servicios ambientales, entre los que se destaca el suministro de
agua para la generación de energía hidroeléctrica y el suministro a los grandes centros
urbanos. Por lo tanto, se puede agravar la crisis de suministro de agua que ya afecta a la
región metropolitana de São Paulo y otras ciudades brasileñas. Además, el estudio apunta
que sólo el 1% de las áreas agrícolas nacionales son las que ocupan márgenes de los ríos
que debieran ser restauradas.
El Código Forestal Nuevo prevé también un curso para la regulación ambiental rural. Este
proceso comienza con el Registro Ambiental Rural - CAR, acto declaratorio realizado por el
propio agricultor. Después la Agencia Ambiental del Estado analiza el CAR con dos posibles
resultados: a- el productor cumple con la ley y recibe un certificado; b- el agricultor tiene
que hacer ajustes para cumplir con el Plan de Adecuación Ambiental - PRA. Para
compensar las Áreas de Reserva Legal - déficit de ARL en la ley permite la comercialización
de cuotas de Reserva Ambiental - CARs.
43
En 2014, sin embargo, la reglamentación por parte del Ministerio de Medio Ambiente
frustró gran parte de las expectativas positivas en el sector ambiental. Según estas
organizaciones, el sistema de catastro ambiental será un instrumento meramente
declarativo sin el apoyo técnico adecuado. No será obligatoria la contratación de un
técnico para la presentación del proyecto de restauración forestal, necesaria para la firma
del acuerdo de compromiso con la agencia ambiental.
Es importante señalar que en los períodos posteriores a la entrada en vigor del nuevo
Código Forestal, hubo un fuerte crecimiento en la deforestación de la Amazonia, opuesto
a la reducción de años anteriores. En el período 2013-2014, los datos oficiales publicados
por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) mostraron un aumento del
29% en la deforestación, con respecto al año anterior. Esta fue la última encuesta
publicada hasta abril de 2015. Los datos de Imazon (Instituto del Hombre y Medio
Ambiente de la Amazonia) lanzado en marzo de 2015, indican que entre agosto de 2014 y
febrero 2015 la deforestación creció un 282% comparándola con el mismo lapso del año
anterior.
Otra herramienta en la gestión ambiental es la de Zonificación Ecológico - Económica ZEE. La ZEE tiene por objeto permitir el desarrollo sostenible basado en la compatibilidad
del desarrollo socio-económico con la conservación del medio ambiente. Sin embargo, en
los principales estados donde la soja se está expandiendo, la ZEE aún no se ha
implementado, lo que dificulta enormemente la planificación del desarrollo en estas
regiones.
Una excepción que podría servir de ejemplo para un plan de ordenamiento del territorio
más amplio es la Zonificación Agro-Ecológica (ZAE) de la caña de azúcar, creado por
decreto presidencial en 2009. La Zonificación prohíbe la expansión de las plantaciones de
caña de azúcar y la implementación de nuevas plantas de etanol o azúcar en el Amazonas,
el Pantanal y la Cuenca Alta del Río Paraguay. También establece que las áreas de
vegetación primaria no pueden ser desmontadas y que el cultivo de caña no se puede
ampliar en áreas con una pendiente igual o superior a 12% (donde el mecanizado no es
factible). Por último, los nuevos emprendimientos tienen que obtener un certificado del
Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento que compruebe que no habrá
riesgos para la seguridad alimentaria. El hecho de que estos requisitos se aplican sólo a la
caña de azúcar se explica ya que es la principal materia prima utilizada en Brasil para la
producción de etanol. Por lo tanto, la zonificación específica de azúcar de caña introdujo
requisitos sociales y ambientales que serían apropiados para los requisitos impuestos por
los países importadores de etanol, especialmente la Unión Europea.
En el campo de los instrumentos económicos, en el Estado de Pará existe el Programa de
Ciudades Verdes - PMV, que añade criterios ambientales a la redistribución de ICMS
(Impuestos a mercaderías y servicios). En 2014 en Mato Grosso, se aprobó una ley que
establece el Programa de Municipios Sostenibles, que va más allá de la redistribución de
los impuestos y tiene la intención de planificar el desarrollo de consorcios
intermunicipales. Pero esto no incluye la región conocida como Matopiba - que
44
comprende los Estados de Maranhão, Tocantins, Piauí y Bahía - una importante frontera
agrícola, donde la superficie de soja se está expandiendo fuertemente.
Entre las iniciativas privadas en el año 2006 comenzó la Moratoria de la Soja. Este es un
pacto ambiental realizado entre la Asociación Brasileña de Industrias de Aceites Vegetales
(ABIOVE), la Asociación Brasileña de Exportadores de Cereales (ANEC) y las ONG
ambientales que prevé la adopción de medidas contra la deforestación de la Amazonia.
Estos organismos se comprometieron a no vender o financiar la producción de soja
proveniente de áreas desmontadas del Bioma Amazónico después del año 2006. Para
lograr la propuesta las organizaciones no gubernamentales, junto con los productores y el
Banco de Brasil, formaron el llamado Grupo de Trabajo de Soja - GTS. Recién en 2008 el
gobierno brasileño firmó la moratoria con el registro de las unidades de producción
ubicadas dentro de la Amazonia y la información técnica de GTS. Luego de firmada la
moratoria, el avance de la soja sobre vegetación natural en el Amazonas se redujo
dramáticamente. La moratoria se renovó por sexta vez en noviembre de 2014, se extendió
hasta 2016 y se mantuvieron los mismos compromisos.
El éxito de la Moratoria está relacionado con varios factores que actuaron conjuntamente.
Entre ellos: a) el número de compradores de la producción de soja es limitado y estos
ejercen un fuerte control para la compra y el financiamiento, b) el cumplimiento de la
norma es simple (no se puede comprar soja proveniente de lotes deforestados después de
Julio de 2006), c) se estableció un monitoreo transparente y exitosos mecanismos de
control, d) hubo esfuerzos simultáneos del gobierno para reducir la deforestación, y por
último, e) hubo una activa participación de ONGs y agencias del gobierno. Por supuesto,
además de los beneficios, esta norma también tiene desventajas. Por ejemplo, al prohibir
la deforestación de nuevas áreas, se incentiva el cambio de uso de la tierra en áreas ya
previamente deforestadas (por ejemplo, el reemplazo de pasturas a cultivo de soja). Lo
que lleva a una nueva, y autorizada, deforestación para estos otros usos. Además como la
moratoria está restringida a la Amazonia, se puede argumentar que fomenta la
deforestación en otros biomas, como el Cerrado que actualmente experimenta una de las
más altas tasas de deforestación en Brasil.
Actualmente, el análisis de imágenes satelitales y el uso de técnicas de SIG permiten se
monitoree la deforestación a partir de una superficie mínima de 25 ha. El seguimiento se
realiza en los tres estados productores de la región: Mato Grosso, Pará y Rondônia. En el
periodo 2012-2013, el monitoreo identificó la producción de soja en la deforestación
acumulada de 29.295 hectáreas desde el inicio de la moratoria, es decir el 0,7% del área
total deforestada en los tres estados. Por lo tanto, se puede concluir que la moratoria fue
eficaz como herramienta de control de la deforestación directa para la soja. Todavía, los
datos sobre la deforestación presentados en 2014 son preocupantes. En la temporada
2013-2014, se identificaron 47.028 ha deforestadas, un aumento del 61% en comparación
con el año anterior.
En conclusión, las políticas públicas en Brasil tienen una legislación bastante avanzada en
términos de protección del medio ambiente, pero hay que acelerar el proceso de
regulación ambiental rural y la aplicación de la ZEE en los estados. Por otro lado, en las
45
políticas privadas hay que garantizar la renovación de la moratoria indefinidamente (hoy
pactada para culminar en el año 2016) y extenderla al Cerrado y al Pantanal para evitar la
pérdida de áreas todavía preservadas.
Referencias
Gibbs HK, L Rausch, J Munger, I Schelly, DC Morton, P Noojipady, B Soares-Filho, P Barreto, L Micol and NF
Walker. 2014. Brazil´s soy moratorium. Supply-chain governance is needed to avoid deforestation. Science
347, 377.
http://www.ipam.org.br/noticias/Science-publica-estudo-que-avalia-o-impacto-do-novo-Codigo-Florestalbrasileiro/3073/destaque
5-
La expansión del cultivo de soja genera cambios en la tenencia de
la tierra
La magnitud que tiene la expansión del cultivo de soja en América del Sur tiene innegables
consecuencias sociales. El modelo de soja regional promueve la concentración de la tierra,
afectando derechos indígenas, de pequeños productores y comunidades locales. La mayor
parte del cultivo de soja se produce a gran escala y es llevado a cabo por empresas de
agronegocios orientadas a mercados globales. Esas empresas administran grandes
propiedades, emplean muchas veces un sistema de alquiler de propiedades y
maquinarias, tercerizan las actividades productivas, y en algunos casos sus propiedades
trascienden las fronteras de un país (por ejemplo propiedades alquiladas por productores
de Brasil en el Chaco Paraguayo y en Bolivia). Los Estados de los países ricos también están
adquiriendo grandes extensiones de tierras en otros países (conocido como land grabbing
en inglés), lo que ha generado desalojos forzosos de los agricultores en los países en
desarrollo. Como ejemplo de esta situación, en la última década los agronegocios globales
han adquirido y concentrado una superficie de 120 millones de hectáreas en Bolivia, a una
tasa de 200.000 ha cada seis días y 1,5 millones de hectáreas en Argentina.
En la adquisición de tierra a gran escala, no se evalúan las repercusiones sociales,
económicas y medio ambientales y sus contratos no incluyen compromisos claros y
vinculantes sobre empleo y distribución de beneficios. Se espera que para el año 2050 la
economía mundial se triplique, para lo cual será necesaria una cantidad cada vez mayor
de recursos naturales y agrícolas que ya son escasos. La tierra es un recurso que ya está
siendo sometido a mucha presión, debido al cambio climático, el agotamiento a los
recursos hídricos y las exigencias de la conservación; además la demanda de tierra con
fines económicos será cada vez mayor, como la captura de carbono. La producción de
biocombustibles, madera y otros cultivos no alimentarios, así como la especulación
financiera generan una mayor demanda. Estos usos entraran en conflicto directo con la
46
necesidad de disponer de tierras para alimentar a una población mundial en aumento.
Este contexto global, es el que rodea y envuelve al negocio de la soja.
Foto 5 y 6. Grandes extensiones ocupadas por el cultivo de soja en Argentina
Foto: Rubén Quintana, y Sebastián Malizia.
47
BOX 5.1.
Tenencia de la tierra en Bolivia
El cultivo de la soja en Bolivia se concentra en el Departamento de Santa Cruz. En el año
1991 representaba el 37% de la superficie agrícola, pero en el año 2013 alcanza el 52%.
Este crecimiento acelerado del agronegocio de la soja ha significado efectos económicos e
impactos socio-ambientales importantes como deforestación, contaminación de recursos
hídricos y cambio de patrones alimenticios. Por otra parte, dicho impulso ha permitido la
concentración de las mejores tierras en manos de grandes y medianos productores. En el
año 2010 los pequeños productores que representan el 84% del total de los productores
de soja, sólo tenían control sobre el 24% de la superficie cultivada, mientras que los
medianos que representan el 13% de los productores tienen el control de 21% y los
grandes que sólo son el 3% de los productores concentran el 56% de la superficie. Es decir
de cada 100 hectáreas 76 están en manos de grandes y medianos productores (Fig. 22).
24%
21%
56%
84%
13%
3%
Pequeños
Medianos
Numero de productores
Grandes
Superficie Cultivada
Fig. 22. Distribución de pequeños (0-50 ha), medianos (50 a 500 ha) y grandes productores (> 500 ha) en el
departamento de Santa Cruz, Bolivia en el año 2010.
Fuentes: Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) y Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo
(ANAPO) (Bolivia).
Por otra parte, la distribución de grandes extensiones de tierras en la región Oriental de
Bolivia ha estado vinculada a favores políticos y a hechos de corrupción de los
administradores de turno. Con el auge del agronegocio de la soja, comienza a finales de
los años 80 la adquisición de tierras principalmente por inversionistas brasileros que son
atraídos por los bajos precios, impuestos reducidos y ausencia de regulación ambiental. En
48
el año 2010 el 67% de los grandes y medianos productores son extranjeros, mientras que
solo el 33% representan a los productores nacionales. En cuanto a los pequeños
productores solo el 31,8% son nacionales y el 68,2% son extranjeros.
En conclusión, en Bolivia la presión sobre la tierra ya descripta se acentúa por el hecho de
que la mayoría de las nuevas tierras habilitadas para cultivo de soja, son poco aptas para
la agricultura. Así mismo, hay una tendencia a la concentración de las mejores tierras en
manos de grandes productores e inversionistas extranjeros del agronegocio de la soja.
BOX 5.2.
Concentración de la tierra en Argentina
En Argentina más del 50% de la producción de soja en el 2010 estuvo controlada por el
2,6% del total de productores. Esta concentración de la tierra se produjo tanto en la
región pampeana, como en la región de expansión sojera, ubicada particularmente en el
norte del país. Entre 1988 y 2002 hubo un aumento del tamaño medio de los
establecimientos de 375 a 776 hectáreas en la región pampeana y una disminución en el
porcentaje de pequeños productores (menos de 200 ha) que pasaron de representar el
12% de la superficie cultivada al 8% (Tabla 8). Esta disminución es especialmente
importante para el número de productores con menos de 25 ha que disminuyeron más de
un 50% entre 1988 y 2002. Acorde al censo rural agropecuario, en esta región hubo una
reducción de 24.000 fincas entre 2002 y 2008 (una disminución del 18%). Comparando
con datos del censo rural de 1988, la disminución es más marcada, con una pérdida de
78.900 fincas entre 1988 y el 2008 (47,7% en dos décadas).
Hectáreas
menos de 25
25-100
100-200
200-1000
1000-2500
mas 2500
1988
2002
#productores superficie (ha) #productores superficie (ha)
31105
366
17034
204
53268
3237
33496
2056
35846
5278
24294
3608
53210
22890
44330
20094
9735
14992
10294
15969
4308
23709
4664
26440
187472
70472
134112
68371
Tabla 8. Cantidad y superficie (en hectáreas) de explotaciones agropecuarias en las provincias pampeanas.
Fuente: Censo Nacional Agropecuario.
49
En la región semiárida del Noroeste y centro del país, el impacto social del sistema de
producción de soja fue más brusco que en la región pampeana, dado que en esta área,
nueva a la actividad agrícola intensiva, prácticamente no existían productores medianos,
sino que preponderaban pequeños productores. En muchos casos se trata de economías
de subsistencia con un fuerte apoyo en la recolección (ejemplo, leña) y uso (ganadería
extensiva) del bosque que se ve afectado por el cambio en la tenencia de la tierra,
particularmente por la reducción de la superficie forestal disponible para estas
comunidades locales. En las provincias del norte se produjo una reducción del número de
fincas de casi el 15% entre 2002 y 2008 (7.166 fincas) y de un 20,6% en las dos décadas de
1988-2008 (10.657 fincas). También se observó el crecimiento en el tamaño promedio de
las fincas. Se calcula que entre 1988 y 2002, el tamaño medio de las fincas aumentó un
25%. Las fincas más grandes entre 1000 y 2500 ha han aumentado su tamaño relativo en
un promedio de 8,5%. La fincas más grandes de más de 1000 ha representan una pequeña
fracción del total (0,9%), pero controlan casi el 36% de los latifundios. Los pequeños
productores arriendan sus tierras, porque lo consideran menos riesgoso. En el año 2002 el
52% de la tierra se encontraba bajo este sistema y se estima que en el año 2014 ascendió
al 70%.
Referencias
Leguizamon A. 2013. Modifying Argentina: GM soy and socio-enviromental change. Geoforum.
http://dx.doi.org/10.1016/j.geoforum.2013.04.001
Piñeiro M, y F Villareal. 2005. Modernización agrícola y nuevos actores sociales. Ciencia Hoy. 15, (87).
BOX 5.3.
Concentración de la propiedad y uso de la tierra en Brasil
El Censo Agropecuario de 2006, publicado por el IBGE en octubre de 2009, muestra que la
concentración de la tierra sigue siendo alta en Brasil. El coeficiente de Gini tuvo valores de
0,856 y 0,854 para los años 1996 y 2006 (cuanto más cercano a 1, mayor es el grado de
concentración). Las propiedades con más de mil hectáreas ocupaban en 2006 el 43% de la
superficie total, frente al 2,7% de la superficie ocupada por los establecimientos con
menos de 10 ha, que representaban el 47% de las propiedades.
La concentración, según el propio IBGE, es estimulada por los principales cultivos de
exportación (soja y maíz, sobre todo), por la profesionalización de los agronegocios
(Cerrado) y el avance de la frontera agrícola hacia la Amazonia y el Cerrado. Con un
crecimiento de más del 120% en la producción, la soja fue el cultivo que más se ha
extendido durante ese período.
50
De acuerdo con el Censo Agropecuario de 2006, la soja representa el porcentaje más bajo
de la agricultura familiar (16%), mientras que la agricultura familiar aportó el 87% de la
producción nacional de la yuca, el 70% de la producción de frijol, el 46% de maíz, el 38%
del café, el 34% del arroz, el 58% de la leche, el 59% de los cerdos de cría, el 50% de las
aves, el 30% del ganado vacuno y el 21% del trigo. En 1996, también de acuerdo con el
Censo de IBGE, este porcentaje fue del 33%.
En el caso de Mato Grosso, el uso intensivo de las áreas del Cerrado, en las llanuras de la
Meseta Central de Brasil, principalmente en la región del Medio Oeste, hacia la frontera
agrícola al norte de Mato Grosso, se profundiza el proceso de concentración de la tierra. El
monocultivo de soja o el conjunto de maíz y soja, además del algodón, reforzó la
desigualdad que caracteriza el uso de la propiedad y la tierra en una región históricamente
ocupado por una ganadería ultraextensiva. Por lo tanto, a diferencia de las zonas de Río
Grande do Sul y Paraná, precursoras de la introducción y consolidación de la agroindustria
de soja en el sur del país a partir de 1970, en la región Centro Oeste este cultivo alcanzó
una escala de tecnificación que indujo el aumento de la concentración de la propiedad de
la tierra. Seguramente esta concentración ha aumentado en los últimos años a través de
la adquisición de áreas más pequeñas por los grandes terratenientes (Censo IBGE, AF).
Familiar
Brasil
No Familiar
Total
% AF*
80.250
249.691
329.941
24,3
Mato Grosso
4.884
42.921
47.805
10,2
Paraná
4.250
11.037
15.287
27,8
Rio G. Sul
6.172
14.028
20.200
30,6
Tabla 9. Áreas (mil hectáreas) de los establecimientos productivos en cuatro Estado de Brasil en 2006.
Fuente: IBGE, 2009 AF (* AF: agricultura familiar).
En la Figura 23 se presentan datos sobre el tamaño de propiedades rurales en Brasil, en
Mato Grosso y en el Municipio de Diamantino, gran productor de soja de ese estado. Se
puede observar que en el estado de Mato Grosso y en Diamantino, la propiedad de la
tierra está más concentrada con respecto al promedio nacional.
51
0-10
10-100
100-1.000
1.000-2.500
2.500 o +
70
60
50
40
30
20
10
0
Mato Grosso
Diamantino
Brasil
Figura 23. Tamaño de propiedades productivas en ha para el año 2009.
Fuente: Inácio Werner, basado en IBGE 2006.
Otro aspecto de la concentración no sólo la propiedad, sino también del uso de la tierra
causada por la soja, es el arrendamiento de tierra de pequeños productores por grandes
empresas como el grupo argentino Tejar, que fue el mayor productor de soja en Brasil en
2011 y 2012. Estos grupos optan por no llevar a cabo la producción en su propia tierra,
manteniendo su capital libre para otras inversiones.
También se produce el alquiler de lotes de los asentados de la reforma agraria por parte
de los productores de soja de gran tamaño, lo cual ha sido comprobado en diferentes
regiones de Mato Grosso. Como el alquiler de estas áreas es ilegal, no existen datos
oficiales sobre el tamaño de las áreas cubiertas.
Referencias
IBGE. Agrícola Censo 2006. La agricultura familiar. Brasil, Grandes Regiones y Unidades de la Federación.
IBGE, 2009. Disponible en
http://www.ibge.gov.br/home/estatistica/economia/agropecuaria/censoagro/agri_familiar_2006/default.sh
tm, Acceso 08/10/09
6-
Relevancia económica del cultivo de soja y características del
modelo productivo: razones por la cuales es difícil limitar el
avance de la soja
La producción mundial de soja durante la campaña 2013 alcanzó un total de 276.000.000
toneladas. Los países integrantes del Cono Sur (Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y
Uruguay) conforman el bloque sojero de mayor producción y exportación del mundo, con
un volumen próximo a 142.000.000 toneladas en la cosecha 2013. Brasil ocupa la posición
de liderazgo en cuanto a las toneladas producidas (31%), seguido por Argentina (19%),
52
Paraguay (3%), y en menor medida Bolivia y Uruguay (Fig. 24). El volumen total producido
en estos países supera lo que produce actualmente Estados Unidos, hasta el año 2013 el
país de mayor producción mundial. El grueso de la producción del Cono Sur es volcada al
mercado internacional, ya sea como commodity o como productos procesados (aceites y
harinas de soja). El tipo de producto que se exporta (granos, aceites o harina) y por lo
tanto, el grado de procesamiento y desarrollo industrial difiere entre países.
9 Paraguay
3%
Bolivia
1%
2
China
5%
49
Argentina
19%
USA
34%
Brazil
31%
82
India
5%
Europa
2%
Países miembros
del OSAS
Producción (en
millones de
toneladas)
Fig. 24. Porcentaje de la producción de soja mundial que aporta cada país. http://www.fyo.com/
El incremento de la cuota del Cono Sur en el mercado mundial de la soja es el resultado
principalmente de la expansión de la superficie bajo este cultivo. Este aumento en la
superficie cultivada responde a diferentes procesos tales como la incorporación y
habilitación de nuevas tierras aptas para la agricultura provenientes de la remoción de
bosque nativo (desmontes), o de praderas y pastizales usados anteriormente para
pastoreo, y también por la sustitución de áreas originalmente dedicadas a otras
actividades productivas, tanto agrícolas como ganaderas, que resultaron de menor
rentabilidad que el cultivo de soja, y como consecuencia fueron reemplazadas.
Este proceso de expansión fue impulsado por un importante incremento en la demanda
global de commodities, que se usan principalmente como alimento para la cría de
animales (cerdos, pollos, vacas) por parte de países asiáticos como China, Japón y
República de Corea, y por la Unión Europea. A nivel global, la soja representa una fuente
proteica de bajo costo, que ha permitido mejorar la composición dietaria humana y de las
producciones pecuarias en diferentes países del mundo. Además diversos subproductos
derivados de la industria de la transformación de la soja se usan para la fabricación de
53
alimentos, cosméticos y productos de limpieza. Los países exportadores influyen en la
mejora de los precios internacionales en el mercado de comercialización de granos, y
particularmente, el de la soja y sus derivados. Adicionalmente, en estos últimos años el
cultivo de soja es también clave para la obtención de biocombustibles. La soja es uno de
los cultivos más utilizados para la producción de biodiesel y la Argentina es por ejemplo es
el cuarto país productor y el primer exportador a nivel mundial (para más información ver:
http://observatoriosoja.org/wp-content/uploads/2015/01/Biocombustibles-enArgentina.pdf).
Simultáneamente a esta demanda internacional, se dio un acompañamiento tecnológico
para que el cultivo pueda adaptarse adecuadamente, en términos productivos, a
diferentes ambientes. El desarrollo de un Paquete tecnológico para el manejo de cultivo
que involucra la adaptación de modelos de manejo integrado de plagas y enfermedades, y
la incorporación del sistema de siembra directa y labranza “cero” fueron, sin duda,
responsables directos del incremento en el área cultivada. Este modelo se vió estimulado
por políticas neoliberales de gobierno que fomentaron la modernización de la agricultura
y la especialización en pocos commodities para la exportación. Entidades financieras
internacionales como el Banco Mundial, impulsaron también este sistema a través de
líneas de crédito (Leguizamon, 2013)
La soja es actualmente uno de los puntales de la estabilidad económica de los países de la
región. En los cuatro países conforma gran parte de las exportaciones totales, domina las
exportaciones agrícolas (20% del PIB agrícola en Brasil, 37% y 25% de las exportaciones
totales de Paraguay y Argentina respectivamente) y por lo tanto, representa un
importante ingreso para los Estados, ya sea en forma de divisas extranjeras o de
impuestos.
Referencias
Lorena P. Herrera, José Luis Panigatti, María P. Barral y Daniel E. Blanco. 2013. Biocombustibles en
Argentina: Impactos de la producción de soja sobre los humedales y el agua. - 1a ed. - Buenos Aires:
Fundación para la Conservación y el Uso Sustentable de los Humedales.
BOX 6.1.
Paquete tecnológico asociado a la soja
La soja, que es una especie de origen asiático, comenzó a sembrarse alrededor de 1970 en
los países del Cono Sur, pero solamente como cultivo experimental. Su extensión aumentó
durante la década del 80 y a principios de los 90, la superficie sembrada con soja ya era
54
similar a la sembrada con trigo (en Argentina) o maíz (en Bolivia y Brasil). Sin embargo, los
rendimientos no eran óptimos, quizás por falta de rotación de cultivos y la erosión del
suelo. El gran cambio se produjo alrededor de 1997 con la introducción del paquete
tecnológico que incluye semillas transgénicas (GM) resistentes al herbicida glifosato
(también conocido como RoundUp) y siembra directa. Las primeras semillas transgénicas
(conocidas como RR o roundup ready) fueron producidas por la empresa Monsanto que
rápidamente representaron toda la producción en Argentina, Brasil y Paraguay. El
glifosato es un herbicida no selectivo de amplio espectro desarrollado para la eliminación
de hierbas y arbustos, especialmente los perennes que es absorbido por medio de las
hojas. La Organización Mundial de la Salud lo clasificó como de baja toxicidad y lo agrupó
en la clase III (de I a IV clases, de mayor a menor toxicidad). Las semillas y el glifosato se
combinan con la técnica de siembra directa, o labranza cero, que es una técnica de cultivo
sin alteración del suelo mediante arado. Las semillas se colocan sin disturbar el suelo, a
una profundidad específica y sobre el rastrojo de previas cosechas. La siembra directa
incrementa la cantidad de agua que se infiltra en el suelo (el arado, por el contrario,
compacta el suelo) y aumenta la conservación de nutrientes, por lo tanto, previene o
controla la erosión preservando las características físicas, químicas y biológicas del suelo.
El paquete tecnológico, fue sin duda un gran impulso para el sector agropecuario
relacionado al cultivo de soja, que rápidamente amplió los márgenes económicos, esto
junto a una mayor demanda internacional, motivó el rápido crecimiento de este cultivo.
BOX 6.2.
Relevancia de la soja para la economía Argentina
La soja es actualmente uno de los puntales de la estabilidad económica de Argentina no
tan solo por su importancia en el ingreso de divisas a través de las exportaciones
(representa alrededor del 70% de las exportaciones agrícolas) sino también por su
relevancia en las recaudaciones tributarias (a través de las retenciones). Por ejemplo, en
la campaña agrícola 2012/13 la soja generó ingresos al Estado (en forma de impuestos) de
10.000 millones de dólares.
Argentina es el tercer exportador de granos, luego de Estados Unidos y de Brasil pero es el
primer exportador mundial de productos procesados: aceites –tanto crudo como
envasados- y harinas proteicas en un nivel de oferta muy superior al de Brasil que es el
segundo exportador mundial.
55
A pesar de que este sector es uno de los más industrializados de la cadena, desde la
perspectiva del empleo, la actividad primaria solo aporta un 3.4% del empleo total y un
4.46% del empleo registrado. En términos generales, la relevancia del sector agropecuario
no reside tanto en su capacidad de generar una porción importante del ingreso o en el
empleo nacional sino que debido a su elevada productividad relativa y su perfil
fuertemente orientado al mercado externo, constituye el principal complejo exportador
de nuestro país (28% del total de las divisas que ingresan en concepto de exportaciones),
por encima de la cadena automotriz y petroquímica.
El caso de Argentina es en general citado como uno de los ejemplos exitosos basados en la
modernización de la agricultura a través de la adopción de tecnología transgénica (GM). Si
bien es innegable que el modelo sojero ha revestido de gran importancia en términos de
crecimiento económico en los últimos 10 años, una evaluación completa de sus impactos
sociales y ambientales es difícil de realizar. Es necesario considerar las soluciones de
compromiso entre la obtención de recompensas inmediatas y las consecuencias a largo
plazo, y en qué medida estas recompensas y consecuencias se transmiten a la sociedad en
su conjunto. Para esto es vital generar un dialogo fluido entre los gobiernos (provinciales
y nacional), el sector agropecuario (productores, semilleros, exportadores) y las
asociaciones civiles (por ejemplo ONGs) que consideren las consecuencias tanto sociales
como ambientales de estos cambios.
Referencia
Brown A. 2014. Sustentabilidad ambiental en la producción de soja en Argentina, un cambio posible? Nota
Editorial ProYungas. http://proyungas.org.ar/?p=911
BOX 6.3.
La importancia de la soja para la economía de Brasil
La soja es parte de un complejo agroindustrial con una alta capacidad instalada que reúne
miles de empresas, desde pequeñas explotaciones familiares hasta grandes
multinacionales. En 2013 el PIB del sector agropecuario brasileño fue del orden de 85.000
millones de dólares, correspondientes al 4,84 % del PIB total. En el conjunto del sector
agropecuario, la soja representó cerca del 20 % del valor bruto de la producción. Para
alcanzar este resultado, el área plantada con soja en Brasil fue de 27,7 millones de
hectáreas, que correspondieron al 52 % del área total sembrada con granos en el país. Las
exportaciones de soja en grano alcanzaron la cifra record de 22.810 millones de dólares en
2013, con un aumento de 5.360 millones de dólares en relación a 2012. La cantidad
56
exportada pasó de 32,9 millones a 42.8 millones de toneladas, que representó el 52,5% de
la cosecha brasileña de soja de 2012/2013.
La importancia estratégica de la soja en las cuentas nacionales reside en las exportaciones
del producto y en la consecuente generación de divisas, lo que contribuye al equilibrio de
la balanza comercial y, de un modo más amplio, de las cuentas externas brasileñas. La
elevada deuda externa y los sucesivos déficits en la balanza de pagos hicieron que la
década del 90 estuviera marcada por una radical modificación de la estrategia económica
brasileña. Tuvo lugar la apertura económica, en los ámbitos comercial, tecnológico,
financiero y de inversiones, lo que supuso una nueva inserción de Brasil en la economía
internacional. Se le concedieron al capital productivo beneficios adicionales que, aliados a
la coyuntura internacional, convirtieron a Brasil en un país especialmente atractivo para
los capitales extranjeros.
Las principales medidas que favorecieron el agronegocio en la década del 90 fueron:
- Una legislación ambiental y social poco exigente, y sobre todo poco fiscalizada, que dio
libre acceso a los recursos naturales sin exigir contrapartidas efectivas por los daños
causados;
- La mayor liberalización de las importaciones interesantes para el agronegocio. La
importación de insumos agrícolas, por ejemplo, fue objeto de medidas específicas. Las
tarifas de importación para abonos, fertilizantes, materias primas químicas, insecticidas,
fungicidas y equipos agrícolas se redujeron cerca de un 70 % entre 1988 y 1993;
- A nivel internacional, el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad
Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC), firmado en el ámbito de la Organización
Mundial de Comercio (OMC) en 1996, impuso que se protegieran, mediante patentes, los
microorganismos genéticamente modificados, lo que posibilitó que se establecieran
monopolios (Bruch 2005);
- La desgravación de las exportaciones (Ley Kandir en 1996) sobre las materias primas.
Hasta la aprobación de esta ley, Brasil tasaba la exportación de soja en grano en un 13 %,
la del harina en un 11 % y la del aceite en un 8,5 %. Esta diferenciación daba mayor
ventaja al procesamiento interno de soja en grano, de forma similar a lo que establece,
desde 1982, la Ley de Retenciones de Argentina. Esto trajo como consecuencia la
reducción en la proporción de exportación de productos procesados (Fig. 25). En este
escenario, las exportaciones de soja en grano de Brasil pasan a representar más del 50 %
de las exportaciones totales del complejo soja. Como resultado de la pérdida de valor
añadido a la soja exportada, las pérdidas totales del valor de las exportaciones del
57
complejo soja habrían sido, según estimaciones de Filho y Belik (2010), del orden de
16.900 millones de dólares entre 1997 y 2008.
40000
30000
20000
10000
0
Grano
Harina
Aceite
Fig. 25. Evolución de la exportación de soja en grano, harina y aceite. Entre 1996-2014 en millones de
dólares.
Fuente: Secretaria de Comercio Exterior (SECEX).
La principal promesa social de la liberalización comercial y financiera, en el caso del
agronegocio, fue la mejoría de los niveles de empleo, supuestamente resultante del
aumento de las exportaciones. Sin embargo, además de no generar un número
importante de empleos en el sector de molienda, el número de puestos de trabajo en las
actividades productivas de grano de soja en el campo presentó una fuerte caída, como
resultado de la presencia creciente de las grandes transnacionales y del correspondiente
paquete tecnológico (Fig. 26). La expansión de la soja se dio, predominantemente, en
grandes propiedades. Y mientras su producción subía de 18,3 a 52,5 millones de toneladas
entre 1985 y 2006, los censos agropecuarios de estos mismos periodos indicaban que el
total de empleados en la actividad había bajado de 1.694.000 a 419.000 en todo el país.
Así la estrategia brasileña llevó al país a tener, además de pérdidas significativas de divisas
de exportación, pérdidas en la generación de empleos y en el procesamiento de soja, con
la innecesaria incorporación de nuevas áreas de siembra para obtener los mismos
ingresos, lo que profundizó la especialización del país como exportador de recursos
naturales.
58
100000
52464
50000
18278
1694
23190
741
1985
1996
419
0
Producción (1000 t)
2006
Empleos (1000)
Fig. 26. Producción de soja en toneladas y número de empleos en 1985, 1996 y 2006.
Fuente: IBGE.
En resumen, la soja entró en nuestros países para quedarse y nada indica que este
proceso se frenará salvo limitaciones financieras y ambientales severas, esto último quizás
ya palpable para algunas de las regiones de reciente ampliación de la superficie cultivada
(por ejemplo la región chaqueña). La rapidez de su crecimiento imposibilitó, en gran parte
de la última década, generar e implementar eficazmente políticas territoriales que frenen
y/o conduzcan este proceso. Es importante en este período que se inicia en cierta medida
de “lentificación” de la expansión, que la misma pueda asociarse a políticas activas de
preservación de la naturaleza y a generar escenarios sociales más adecuados que de
alguna manera permitan aprovechar localmente (protección de la naturaleza y generación
de empleos), lo que nuestros países han sabido aprovechar globalmente (ingreso de
divisas por ejemplo).
Referencias
BRUCH, K. et. al. Barreiras à entrada no mercado brasileiro de sementes transgênicas. Ribeirão Preto, SP.
Sociedade Brasileira de Economia e Sociologia Rural, 2005. http://150.162.138.7/documents/760
FILHO, J. e BELIK, W. A política de tributação na exportação do complexo soja pelo Brasil: transformação e
resultados. http://www.sober.org.br/palestra/15/662.pdf
SCHLESINGER, S. Soja: o grão que cresceu demais. A soja e seus impactos sobre a sociedade e o meio
ambiente. Rio de Janeiro. FASE, 2006. Disponível
https://drive.google.com/open?id=0B7D6uUVe8ukkSjltTzA4MkNzbFU&authuser=0
7-
La certificación es una opción hacia una producción de soja más
responsable: Asociación de Soja Responsable (RTRS)
Usando una dinámica de mesa redonda, se creó en 2006 el Estándar RTRS de Producción
de Soja Responsable que asegura la producción de soja ambientalmente correcta,
socialmente adecuada y económicamente viable. La Asociación de Soja Responsable (RTRS
por sus siglas en ingles Round table of responsable soy) es una organización civil que
59
promueve la producción, procesamiento y comercialización responsable de la soja a nivel
mundial. Sus miembros incluyen a los principales representantes de la cadena de valor de
la soja y de la sociedad civil en todo el mundo. En 2010 se formalizó la primera versión del
Estándar RTRS y en 2011 se certificaron los primeros productores de Argentina, Brasil y
Paraguay. Hoy la RTRS cuenta con 180 miembros provenientes de más de 20 países de
América, Europa y Asia (http://www.responsiblesoy.org/).
Si bien existen otros estándares, la RTRS se destaca como el mejor sistema de estándares
voluntario (Voluntary Standard Systems-VSS) para la cadena de soja. Su condición básica
de multi-stakeholder VSS ofrece un nivel de confiabilidad mayor que cualquier otro
sistema basado en compañías de propiedades privadas o en asociaciones industriales. La
participación de organizaciones de la sociedad civil ha impulsado la creación de grupos de
trabajo con temas muy relevantes como es el uso de agroquímicos. Wetlands
International Argentina participó en el Grupo de Trabajo de Plaguicidas que generó
recomendaciones que se incorporaron al estándar.
Entre 2011 y 2014 el volumen de soja certificado se incrementó en un 68% a nivel global.
Sin embargo, el porcentaje certificado con respecto a la producción total sigue siendo
relativamente bajo (1.127. 366 toneladas certificadas de una producción global de 276.
000. 000 toneladas en 2013). En la región del OSAS, sólo 401.405 ha tienen certificación
RTRS al 2013, lo que representa 853. 644 toneladas de soja (tabla 8, Fig. 26). Esto significa
que menos del 1% de la producción de soja en el área se encuentra bajo el sistema de
certificación RTRS. Esto sólo podría revertirse con un mayor compromiso por parte de los
productores y las principales empresas compradoras conjuntamente con normas o
regulaciones de los gobiernos que estimulen ese compromiso. Sin embargo, estos
mecanismos de certificación deberían vincularse con otros sistemas complementarios que
permitan avanzar en buenas prácticas agrícolas y de planificación del uso de la tierra en
áreas críticas, de alta diversidad biológica, presencia de población rural campesina e
indígena y con fuerte dinámica de ampliación de la frontera agropecuaria, en lo que
podría llamarse como “paisajes sustentables”. Paisajes donde los sistemas clásicos de
certificación generalmente evitan involucrarse. Tal como está el sistema en la actualidad,
estas áreas críticas que no pueden adscribirse a la certificación, seguirán siendo
transformadas y poco respetadas socialmente. En definitiva, un sistema que sirve para
mostrar compromisos globales pero que poco atiende a las urgentes necesidades locales
de nuestros territorios.
A pesar de estas debilidades y de las dificultades que presenta un mercado internacional
reticente a comprometerse a la compra de volúmenes importantes de soja certificada, la
certificación RTRS es en este momento un instrumento único en su tipo, que resulta útil
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para disminuir los impactos negativos ambientales y sociales en los países productores de
soja.
Hectáreas
certificadas
en 2013
Países
Argentina
Brasil
Paraguay
155 681
269 834
22 081
%
Porcentaje
de
incremento
11-13
0.8
1
0.9
58.7
71.6
87.5
Total
447 596
0.9
Tabla 10: Superficie de certificación RTRS en el año 2013 y porcentaje de incremento en el periodo 21112013.
Fuente: http://www.responsiblesoy.org/
Figura 26. Empresas bajo el sistema de certificación RTRS.
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CONCLUSIONES GENERALES
-
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La soja es un elemento muy importante de la economía de nuestros países y su
cultivo seguirá incrementándose en el futuro quizás a una tasa de incremento
anual menor pero sin dudas aún importante;
Una correcta expansión futura del área cultivada deberá vincularse con medidas
igualmente activas de preservación de la naturaleza en espacios críticos de alta
biodiversidad y el respeto a territorios de comunidades locales (indígenas,
campesinas y criollas);
La expansión de la soja moviliza territorialmente a otras actividades productivas
(ganadería, agricultura) ampliando en conjunto significativamente la frontera
agropecuaria. Por lo tanto las soluciones deberán abarcar a estas otras
producciones también;
El creciente uso de agroquímicos debería ser evaluado y regulado a la luz de los
costos incrementales y de los riesgos a la salud humana y el daño creciente a los
ecosistemas;
Los procesos de certificación que consideran criterios óptimos desde el punto de
vista ambiental y social son un camino adecuado pero deberán vincularse con
nuevas formas adaptadas a espacios de fuerte dinamismo en áreas de alta
valoración ambiental y social generando opciones donde la expansión de la
frontera agropecuaria incluya acciones concretas de preservación de la naturaleza
y de solución a problemáticas sociales acuciantes en el marco de “paisajes
sustentables”;
Es necesario mantener un sistema de monitoreo de la expansión de la frontera
agropecuaria y de las medidas y políticas tendientes a mitigar sus impactos
negativos y potenciar aquellos positivos. Este Observatorio deberá tener
incidencia sobre políticas públicas y privadas de desempeño agropecuario.
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