Boletín Celam 310
Transcripción
Boletín Celam 310
Después de Aparecida… la Misión A parecida ha sido un gran regalo de Dios a toda la Iglesia, pero de modo particular a la Iglesia que peregrina en América Latina y El Caribe. Desde su preparación tan cuidadosa hasta su realización, en la que se palpó de una manera notable la presencia del Espíritu Santo, siempre se ha visto la mano de Dios. La presencia del Santo Padre Benedicto XVI, su mensaje inicial y la carta que dirigió después a sus “hermanos en el Episcopado de América Latina y El Caribe” fueron sumamente alentadores. Se puede decir con verdad que el Documento final marca sensiblemente el camino que Dios quiere que sigamos para lograr con su ayuda que todos seamos verdaderos discípulos y misioneros de Jesucristo a fin de que nuestros pueblos tan queridos en Él tengan vida. La protección maternal de María, bajo su advocación de Nuestra Señora de Aparecida, se percibió sensiblemente. Nos toca ahora a todos, Pastores y fieles, trabajar incansablemente para que, con la ayuda de la gracia, el Documento se transforme en vida: La gran tarea es la de custodiar y alimentar la fe del pueblo de Dios y recordar a los fieles que en virtud de su Bautismo todos están llamados a ser Discípulos y Misioneros de Jesucristo (DA 10). Esto nos obliga a responder al reto fundamental que afrontamos: mostrar la capacidad de la Iglesia para promover y formar Discípulos y Misioneros que respondan a la vocación recibida y comuniquen por doquier, llenos de gratitud y alegría, el don del encuentro con Jesucristo… (DA 14). Sin duda, todas las Conferencias Episcopales de América Latina y El Caribe han iniciado ya la elaboración de sus planes de trabajo. Poco a poco iremos conociendo buenos resultados. Ya los daremos a conocer en nuestro boletín. En este momento, dentro de la sección Magisterio Episcopal, aparecen los comunicados de las Asambleas de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Venezuela. La nueva Directiva del CELAM, elegida para el cuatrienio 2007-2011, tiene ahora un campo muy amplio de trabajo, puesto que además de los asuntos ordinarios deberá ayudar a que se conozcan y se enriquezcan mutuamente todas las iniciativas y logros que se vayan dando de parte de las diversas Conferencias Episcopales en lo que respecta al trabajo potencial que mana de Aparecida. En este número damos a conocer los nuevos Obispos responsables de las diversas instancias del CELAM para este cuatrienio. Pedimos a todos que hagan oración por sus miembros para que Dios nos conceda cumplir con eficacia y fidelidad a la Iglesia el nuevo servicio que nos ha encomendado. Nuestro Dossier cuenta con cinco aportaciones muy valiosas, la del Cardenal Errázuriz, Arzobispo de Santiago, Chile: “El lugar en que estás es tierra santa (Ex 3, 5)”; la de Mons. Andrés Stanovnik, Arzobispo de Corrientes, Argentina: “Apuntes sobre Aparecida. Acontecimiento, método, documento y misión”; la de Mons. Felipe Arizmendi, Obispo de San Cristóbal Las Casas, México: “Logros y retos de la inculturación litúrgica en los pueblos indígenas”. No es un terreno fácil, pero es necesario empezar a trabajarlo. También presentamos un aporte del P. Joaquín Alliende, de Chile: “El Tríptico de Benedicto XVI, Cristo del Envío” y del Sr. Edgardo Lürig, de Argentina: “La brecha digital y la sociedad de la información, una mirada desde la RIIAL”. Estando ya cercana la XXIII Jornada Mundial de la Juventud, que el año próximo se va a celebrar en Australia, publicamos el Mensaje de su Santidad Benedicto XVI. Ofrecemos también una selección de textos del documento de Aparecida sobre la misión, elaborada por el P. Carlos María Galli, de Argentina. A propósito de liturgia es muy interesante el aporte del Documento de Aparecida en este campo. La dimensión litúrgica de la Iglesia es tratada allí más desde el aspecto pastoral, que desde el aspecto doctrinal. ¿A qué se debe esta postura? Creo que hay tres razones. 2 BOLETÍN CELAM 317 - 318 La primera, se ha evitado hacer una repetición doctrinal de lo que otros documentos conciliares y posconciliares han dicho de la liturgia, para hacer una aplicación pastoral de ella, dentro de la gran misión evangelizadora de la Iglesia Latinoamericana y del Caribe, pero siempre dentro de los lineamientos de la renovación conciliar (SC 7 y 9; SetS 3). La segunda, se debe al momento por el que pasa la Liturgia en la vida de la Iglesia, a más de cuarenta años del Concilio: la renovación litúrgica ha terminado, ahora es tiempo de profundización. El Papa Juan Pablo II lo expresaba de esta manera: “La renovación conciliar tiene como expresión más evidente la publicación de los libros litúrgicos… es necesario profundizar en las riquezas y las potencialidades que encierran” (SetS 7). Esta profundización implica, según la misma Carta apostólica, “una pastoral litúrgica marcada por una plena fidelidad a los nuevos ordines” (SetS 8). De ahí que Aparecida, al hablar de la tarea irrenunciable de la Iniciación Cristiana en las parroquias, ponga como “una referencia necesaria y un apoyo seguro, el estudio y la asimilación del Ritual de la Iniciación Cristiana de Adultos” (DA 293). Y la tercera razón consiste en ubicar la pastoral litúrgica dentro del objetivo del documento: Esta V Conferencia se propone la gran tarea de custodiar y alimentar la fe del Pueblo de Dios, y recordar también a los fieles de este Continente que, en virtud de su Bautismo, están llamados a ser discípulos y misioneros de Jesucristo (DA 10). La Pastoral litúrgica, sólo puede ser entendida en su justa dimensión y dar frutos, dentro de una Pastoral Orgánica, la cual, dice el mismo documento de Aparecida, es la respuesta consciente y eficaz para atender las exigencias del mundo de hoy (DA 371). Por eso la Liturgia se ubica, dentro del Documento, en el itinerario formativo de los discípulos misioneros, más concretamente se dice que ella es el lugar admirable de encuentro con Jesucristo: “Al vivirla, celebrando el Misterio Pascual, los discípulos de Cristo penetran más en los misterios del Reino y expresan de modo sacramental su vocación de discípulos y misioneros” (DA 250). Las acciones litúrgicas, sobre todo los Sacramentos, acompañan toda la vida cristiana, desde su nacimiento, y el proceso de formación de discípulos misioneros. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 3 Hay que señalar de manera particular, la importancia que le da Aparecida a la piedad popular (le dedica ocho números), no sólo como espacio de encuentro con Jesucristo (DA 258), sino también, como un “imprescindible punto de partida para conseguir que la fe del pueblo madure y se haga más fecunda” (DA 262). Las más bellas páginas de este documento hablan de este “precioso tesoro de la Iglesia católica en América Latina”: la piedad popular (DA 258). Encomendamos nuestro servicio a la Virgen María y le pedimos que a todos nos cubra con su manto. + VÍCTOR SÁNCHEZ ESPINOSA Obispo auxiliar de la Arquidiócesis de México Secretario General del CELAM 4 BOLETÍN CELAM 317 - 318 Saludo del Presidente del CELAM a los participantes de la Reunión General de Coordinación M uy estimado señor Cardenal Julio Terrazas, señores Arzobispos y Obispos; estimados sacerdotes, Hermana María Izabel y personal del CELAM aquí presentes que hemos sido convocados para tomar la conducción de esta importante institución eclesial de nuestro continente, única en su género dentro de la Iglesia y rica en experiencia al servicio de la comunión y de los desafíos pastorales que compartimos junto a nuestros pueblos. Les doy la bienvenida a la primera reunión General de Coordinación después de la importante Asamblea Ordinaria que acabamos de celebrar en la Habana, Cuba, el mes pasado. Allí eligieron nuestros nombres para asumir durante los próximos cuatro años la responsabilidad por los diversos servicios que presta el CELAM a las 22 Conferencias Episcopales de Latinoamérica y El Caribe. Creo que ahora también es un momento oportuno para expresarles nuestra gratitud y admiración a todos los que llevaron esta responsabilidad en el cuatrienio anterior. Algunos de ellos nos acompañan ahora en nuevas responsabilidades, un gesto que apreciamos muy sincera y fraternalmente. Para mi sorpresa yo mismo fui elegido como Presidente del CELAM. Agradezco el gesto de confianza que esto significa y acepté esta nueva tarea que me imponían mis hermanos Obispos precisamente porque venía de ellos y esto me dio la seguridad de contar con la gracia del Señor para ello y, además, con colaboración fraterna y generosa de mis hermanos Obispos que también fueron elegidos en esta ocasión. Quisiéramos realizar esta tarea que se nos ha confiado en comunión con las Conferencias Episcopales de SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 5 Latinoamérica y El Caribe y en estrecha y fiel comunión con el Santo Padre, sucesor de Pedro y cabeza del colegio episcopal, para servir cum Petro y sub Petro. En los años 1991-1995 fui Secretario General del CELAM por lo mismo conozco de cerca la responsabilidad que esto significa. En aquel entonces me tocó ser Secretario General para la IV Conferencia General realizada en Santo Domingo. Curiosamente o más bien providencialmente, ahora me tocó acoger la V Conferencia General en mi arquidiócesis de Aparecida, Brasil. Con confianza acojo esta responsabilidad continental pensando que es parte de la obligación que cada uno de nosotros Obispos tenemos de ocuparnos con la Iglesia Universal más allá de nuestras propias Iglesias particulares. Me da ánimo mi propio lema episcopal In gaudium Domini (comparte la felicidad de tu Señor; entra en el gozo de tu Señor) para poder prestar este servicio con lo mejor que mis propias limitaciones me lo permitan. El objetivo de esta reunión es de gran envergadura. Por Estatutos nos toca en esta primera reunión de Coordinación después de la Asamblea Ordinaria electiva elaborar el Plan Global para el cuatrienio que iniciamos. El espíritu y las metas de este Plan ya están trazados con bastante nitidez; por la V Conferencia General. Lo que el Santo Padre nos señaló en su gran discurso inaugural y lo que se elaboró en el Documento Conclusivo son las directrices claras y concretas que debemos desplegar en el Plan y poner por ejecución durante los próximos cuatro años. En un importante acto de confianza el Santo Padre prefirió autorizar la publicación del Documento Conclusivo de Aparecida para respaldar así el magisterio episcopal continental y no aplazar su entrega y publicación para refrendarlo con su aprobación personal. Como sabemos y hemos escuchado de muchos lados, el documento ha sido esperado con muchas ansias y bien acogido por todos los círculos de Iglesia. Las líneas matrices ya las conocemos: en el camino actual la Iglesia tiene el gran desafío de formar discípulos y misioneros para que, en Él, nuestros pueblos tengan vida. Su triple eje lo sabemos: Uno, discípulos: llamados por Jesús a compartir con Él su vida y su intimidad trinitaria; 6 BOLETÍN CELAM 317 - 318 Dos, misioneros: ser portadores de la Buena Nueva que es Jesús para todos y establecer en el mundo los rasgos de su Reino, mientras más cristiano más humano; Tres, vida: que florezca este don de Dios en todas sus dimensiones, en su participación en la vida divina que “se desarrolla también en plenitud en la existencia humana en su dimensión personal, familiar, social y cultural”; desarrolla al hombre en su vocación a bien nacer y morir, a establecerse en la vida con la dignidad de los hijos de Dios y en la mutua convivencia en el amor, la justicia y la paz. Este cuatrienio también conlleva el mandato que dejaron la Conferencia de Aparecida, las palabras del Santo Padre y reafirmó recientemente la Asamblea en Cuba: el conjunto de nuestra Iglesia debe hacer una auténtica conversión pastoral y personal hacia un Pueblo de Dios mucho más misionero en el mundo y en la cultura en la que nos movemos y, para esto, gestar una acción Misionera Continental que cree su dimensión misionera como realidad adquirida. En este encargo el CELAM debe impulsar, acompañar, colaborar con las Conferencias Episcopales en este proceso que se desea hacer como urgente voz de Dios hoy y oportunamente evaluarlo. La próxima evaluación de este proceso la haremos en la Asamblea Ordinaria del CELAM, que en dos años más tendremos en Nicaragua. Para esto necesitamos que este grupo de Obispos del CELAM esté en especial comunión fraterna, se integre como un fuerte equipo de trabajo y nos complementemos mutuamente en la implementación, con know how y know what –como se dice hoy día, de esa hora cenacular continental como lo fue Aparecida. Nuestros Departamentos, Secciones y Centros serán los instrumentos inmediatos de esta acción Misión Continental. Ahora sólo nos queda aprovechar muy bien estos tres días de trabajo para que con la bendición del Señor y la protección y guía de Ella, Nuestra Señora de Guadalupe y Aparecida, que es la primera discípula y misionera podamos iniciar bien nuestra tarea. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 7 D NOVEDA ¿VALE LA PENA SER SACERDOTE HOY? Pastoral de Pastores Mons. Guillermo Melguizo Yepes Todo esto requiere que las diócesis y las Conferencias Episcopales desarrollen una pastoral presbiteral que privilegie la espiritualidad específica y la formación permanente e integral de los sacerdotes. Documento de Aparecida 200 En esta obra, que se alimenta de las reflexiones y orientaciones de la V Conferencia, el autor desarrolla elementos valiosos para llevar adelante una pastoral presbiteral que ayude a los sacerdotes a ser “discípulos misioneros de Jesús Buen Pastor”. Contenido: • Contexto socio-eclesial ¿síntomas de crisis? • Breves líneas teológicas sobre el sacerdocio. La identidad sacerdotal • Un camino pastoral: la Pastoral de Pastores • Algunas temáticas particulares • El perfil del pastor en la Iglesia de hoy Precio: $ 20.000 USD 10 Peso: 285 gramos Páginas: 260 Pedidos y Envíos: Centro de Publicaciones CELAM Avenida Boyacá No. 169D-75 / A.A. 253 353 Tel: (571) 6680900 / Fax: (571) 6711213 [email protected] Bogotá, D.C., Colombia Directivas del Consejo Episcopal Latinoamericano CELAM 2007-2011 PRESIDENCIA PRESIDENTE Dom Raymundo Damasceno Assis Arzobispo de Aparecida - Brasil PRIMER VICEPRESIDENTE Monseñor Baltazar Enrique Porras Cardozo Arzobispo de Mérida - Venezuela SEGUNDO VICEPRESIDENTE Monseñor Andrés Stanovnik, OFMCap. Obispo de Reconquista - Argentina SECRETARIO GENERAL Monseñor Víctor Sánchez Espinosa Obispo Auxiliar de México - México PRESIDENTE DEL COMITÉ ECONÓMICO Monseñor Emilio Aranguren Echeverría Obispo de Holguín - Cuba SECRETARIO GENERAL ADJUNTO Padre Sidney Fones I. - Chile SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 9 DEPARTAMENTOS COMUNIÓN ECLESIAL Y DIÁLOGO PRESIDENTE Monseñor Carlos Aguiar Retes Obispo de Texcoco - México RESPONSABLES DE SECCIONES • Conferencias Episcopales e Iglesias Particulares Monseñor Carlos María Collazzi Irazabal, S.D.B. Obispo de Mercedes - Uruguay • Pastoral Castrense Monseñor Fabio Suescún Mutis Ordinario Militar para Colombia • Parroquias, Pequeñas Comunidades y Comunidades Eclesiales de Base Monseñor Sergio Alfredo Gualberti Calandrina Obispo Auxiliar de Santa Cruz de la Sierra - Bolivia • Movimientos Eclesiales y Nuevas Comunidades Eclesiales Monseñor José Francisco Ulloa Rojas Obispo de Cartago - Costa Rica • Ecumenismo y Diálogo Interreligioso Monseñor Félix Lázaro Martínez, Sch.P. Obispo de Ponce - Puerto Rico SECRETARIO EJECUTIVO Padre Crisóforo Domínguez Pedral México MISIÓN Y ESPIRITUALIDAD PRESIDENTE Monseñor Héctor Miguel Cabrejos Vidarte, OFM Arzobispo de Trujillo - Perú 10 BOLETÍN CELAM 317 - 318 RESPONSABLES DE SECCIONES • Catequesis Dom Juventino Kestering Bispo de Rondonópolis - Brasil • Liturgia Monseñor Lorenzo Voltolini Esti Arzobispo de Portoviejo - Ecuador • Santuarios y Piedad Popular Monseñor Marco Antonio Órdenes Fernández Obispo de Iquique - Chile • Misión ad gentes Monseñor Edmundo Valenzuela Mellid, s.d.b. Vicario Apostólico del Chaco Paraguayo - Paraguay SECRETARIO EJECUTIVO Padre Efraín Martínez Delgado México Frei Carlos Rockenbach (a partir de enero de 2008) Brasil VOCACIONES Y MINISTERIOS PRESIDENTE Monseñor Sergio Da Rocha Arzobispo Coadjutor de Teresina - Brasil RESPONSABLES DE SECCIONES • Pastoral Vocacional Monseñor Guido Plante, P.M.E. Obispo de Choluteca - Honduras • Ministerios no Ordenados Monseñor Luis Antonio Secco, S.D.B. Bishop of Willemstad - Curaçao, N.A. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 11 • Vida Consagrada Monseñor Ignacio Gogorza Izaguirre, S.C.J Obispo de Encarnación - Paraguay • Seminarios y Ministerios ordenados Monseñor Oscar Omar Aparicio Céspedes Obispo Auxiliar de La Paz - Bolivia SECRETARIO EJECUTIVO Padre Alexis Rodríguez Vargas Costa Rica FAMILIA Y VIDA PRESIDENTE Monseñor Leopoldo José Brenes Solórzano Arzobispo de Managua - Nicaragua RESPONSABLES DE SECCIONES • Vida Dom Antonio Augusto Dias Duarte Bispo Auxiliar de São Sebastião do Rio de Janeiro - Brasil • Familia Monseñor Germán Trajano Pavón Puente Obispo de Ambato - Ecuador • Juventud Monseñor Mariano José Parra Sandoval Obispo de Ciudad Guayana - Venezuela SECRETARIO EJECUTIVO Padre José Antonio Díaz Ruiz Argentina CULTURA Y EDUCACIÓN Presidente Monseñor Ricardo Ezzati Andrello, S.D.B. Arzobispo de Concepción - Chile 12 BOLETÍN CELAM 317 - 318 RESPONSABLES DE SECCIONES • Cultura Monseñor Oscar Urbina Ortega Arzobispo de Villavicencio - Colombia • Educación Superior Monseñor Norbert Klemens Strotmann Hoppe, M.S.C. Obispo de Chosica - Perú • Educación General y Media Monseñor Juan Vicente Córdoba Villota, S.J. Obispo Auxiliar de Bucaramanga • Afroamericanos Dom Gílio Felício Bispo de Bagé - Brasil • Pueblos Originarios Monseñor Rodolfo Valenzuela Núñez Obispo de Vera Paz, Cobán - Guatemala SECRETARIO EJECUTIVO Padre Jorge Andrés Marín Colombia JUSTICIA Y SOLIDARIDAD PRESIDENTE Sr. Cardenal Julio Terrazas Sandoval, C.SS.R Arzobispo de Santa Cruz de la Sierra - Bolivia RESPONSABLES DE SECCIONES • Pastoral Social Monseñor Jorge Eduardo Lozano Obispo Gualeguaychú - Argentina Monseñor Luis Artemio Flores Calzada Obispo de Valle de Chalco - México SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 13 • Movilidad Humana Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, O.S.A. Obispo Auxiliar de Panamá - Panamá • Laicos constructores de la sociedad Monseñor José Luis Azuaje Ayala Obispo de El Vigía-San Carlos del Zulia - Venezuela SECRETARIO EJECUTIVO Padre Enrique Quiroga Civera Bolivia AUXILIAR SECRETARIO EJECUTIVO Hermana María Izabel Arantes, mscs Brasil COMUNICACIÓN PRESIDENTE Monseñor Héctor Gutiérrez Pabón Obispo de Engativá - Colombia RESPONSABLES DE SECCIONES • Comunicación Social Monseñor Gregorio Rosa Chávez Obispo Auxiliar de San Salvador - El Salvador • Cultura Mediática Monseñor Pierre-André Dumas Evêqué Auxiliaire de Port-au-Prince - Haití • Comunicación digital y RIIAL Monseñor Guillermo Ortiz Mondragón Obispo de Cuautitlán - México SECRETARIO EJECUTIVO Padre Carlos Arturo Quintero Gómez Colombia 14 BOLETÍN CELAM 317 - 318 OFICINA DE PRENSA DIRECTOR Padre David Gutiérrez Venezuela CENTRO DE PUBLICACIONES DIRECTOR Sr. Eduardo Peña Vanegas Colombia COMITÈ ECONÓMICO PRESIDENTE Monseñor Emilio Aranguren Echeverría Obispo de Holguín - Cuba COMISIÓN EPISCOPAL Monseñor José Francisco Ulloa Rojas Obispo de Cartago - Costa Rica Dom Moacir Silva Bispo de São José dos Campos - Brasil TESORERO GENERAL Padre Sidney Fones Infante Chile CENTROS DE FORMACIÓN E INVESTIGACIÓN INSTITUTO TEOLÓGICO PASTORAL PARA AMÉRICA LATINA ITEPAL RESPONSABLE Monseñor Baltazar Enrique Porras Cardozo Arzobispo de Mérida - Venezuela RECTOR Padre Salvador Valadez Fuentes México SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 15 VICE-RECTOR ACADÉMICO Padre Paulo Crozera Brasil VICE-RECTOR PASTORAL Monseñor Guillermo Melguizo Yepes Colombia OBSERVATORIO PASTORAL RESPONSABLE Monseñor Víctor Sánchez Espinosa Obispo Auxiliar de México - México DIRECTOR Padre Leonidas Ortiz Lozada Colombia CENTRO BÍBLICO PARA AMÉRICA LATINA - CEBIPAL RESPONSABLE Monseñor Santiago Silva Retamales Obispo Auxiliar de Valparaíso - Chile DIRECTOR Padre Fidel Oñoro Consuegra Colombia 16 BOLETÍN CELAM 317 - 318 317 EL LUGAR EN QUE ESTÁS ES TIERRA SANTA (Ex 3, 5) APUNTES SOBRE APARECIDA. ACONTECIMIENTO, MÉTODO, DOCUMENTO Y MISIÓN LOGROS Y RETOS DE LA INCULTURACIÓN LITÚRGICA EN LOS PUEBLOS INDÍGENAS EL TRÍPTICO DE BENEDICTO XVI “CRISTO DEL ENVÍO” LA BRECHA DIGITAL Y LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN, UNA MIRADA DESDE LA RIIAL El lugar en que estás es tierra santa (Ex 3, 5) Card. Francisco Javier Errázuriz Ossa Arzobispo de Santiago de Chile S anta, la Virgen bendita, que acogía a sus hijos en la casa del pueblo brasileño que peregrina a Aparecida. Santo el propósito de una Asamblea compuesta por discípulos de Jesucristo que se reunían para alabarlo y escuchar su voz en el tiempo, y que buscaban caminos para que todas nuestras comunidades sean escuelas de discípulos misioneros. Santo el proyecto de acoger con más vigor los proyectos de Cristo, que nos invita a cargar con nuestra cruz para que nuestros pueblos en Él tengan vida: la vida nueva que quiere darnos en abundancia. Santa, por la santidad del Espíritu que nos congregó y alentó nuestra comunión fraterna, el amor a los más pobres y afligidos y el ardor misionero. Sabiendo que nuestro encuentro no fue un evento meramente humano, me atrevo a escribir estas palabras acerca del espíritu de Aparecida y de sus proyectos más novedosos, muy consciente de que serán pobres e insuficientes en relación a la experiencia vivida; una de las más hermosas de nuestras vidas. 1. UN RECUERDO IMBORRABLE Hacer memoria de Aparecida es peregrinar en silencio, con mucho asombro, a su impresionante santuario, admirar la labor pastoral y la acogida de la Arquidiócesis y de su Arzobispo, el impulso misionero de los padres redentoristas que animan la vida del santuario, como también de los agentes pastorales que se han consagrado al servicio del amor de la Sma. Virgen a su pueblo y de la confianza que éste SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 19 deposita en ella; es maravillarse del espíritu alegre y servicial de los mil voluntarios, y de la fe, el amor y la esperanza, los gestos religiosos y el canto de los incontables peregrinos do povo de Deus. Hacer memoria de Aparecida es también sumergirse nuevamente en los salmos, acompañados de las 100 voces del coro del santuario, recordar a los seminaristas, acólitos infaltables en las celebraciones, y sobre todo la belleza de las significativas celebraciones litúrgicas que rodearon y fermentaron nuestro trabajo. Con el himno y los salmos de Laudes, lo abrían las concelebraciones eucarísticas en el altar central del santuario, presididas casi siempre por uno de los presidentes de nuestras Conferencias Episcopales, y lo concluían con el rezo común de Vísperas. Resueltos a ser nosotros mismos discípulos de Jesucristo, cada día nos enriquecimos con el ardor y la luz de su Palabra, comentada en inspiradas homilías, tanto al iniciar la jornada con la misa, como al atardecer, en el rezo de Vísperas. Ellas avivaban nuestra fe en el encargo que habíamos recibido de Dios y en la esperanza de su Pueblo, y nos preparaban a recibir el pan bajado del cielo, para la vida del mundo. Nos alegraba ver a los peregrinos que participaban en las celebraciones eucarísticas, concluyéndolas con uno de sus fervorosos himnos a la Padroeira del Brasil. Y nos fortalecía saber que innumerables fieles, gracias a las trasmisiones de radio y televisión y al envío en tiempo real de ‘celam.info’, nos acompañaban y oraban con nosotros desde sus hogares en cercanos y lejanos rincones del continente y de las islas caribeñas. Aparecida fue una hora de gracias de nuestra propia vocación de discípulos de Jesucristo, compartida con el pueblo-familia de Dios. 2. EN COMUNIÓN Y PARTICIPACIÓN Nos despedimos de Nuestra Señora Aparecida con una experiencia profunda del espíritu de comunión y participación que nos legó la Conferencia de Puebla de los Ángeles, una experiencia gozosa en la cual la comunión con Dios se entrelazaba en todo momento con la comunión con los hermanos. 20 BOLETÍN CELAM 317 - 318 a. Con ese espíritu preparamos la V Conferencia General con laicos, religiosos y religiosas, y con sacerdotes diocesanos, durante largos y apretados meses, propiciando el trabajo de miles y miles de comunidades que rezaban la oración que guiaba nuestros pasos hacia Aparecida, que hacían propio su temario, reflexionando sobre él con la ayuda del Documento de Participación y de sus fichas, y que quedaron muy contentas de poder aportar lo suyo a la reflexión posterior de los obispos. Con ese ánimo trabajaron las Conferencias Episcopales que conforman el CELAM en las reuniones de sus asambleas que dedicaron a este tema, y colaboraron con nosotros muchas diócesis de los Estados Unidos, Canadá y Europa. Y unánimemente, la presidencia del Consejo Episcopal con los presidentes de las Conferencias Episcopales, elaboramos la proposición metodológica y las listas de nombres que le ofrecimos a la asamblea para constituir con ellos las comisiones auxiliares que facilitarían el trabajo. El espíritu de comunión y participación inspiró también nuestros diálogos con la Santa Sede y la colaboración que ella nos prestó, sobre todo el Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, el Cardenal Giovanni Battista Re, y numerosos responsables de Dicasterios romanos. b. Selló el espíritu que caracterizó el tiempo de preparación, la presencia del Santo Padre en Brasil, especialmente en Aparecida. Agregó un nuevo motivo de gratitud a él su discurso inaugural a la asamblea. En él unió magistralmente su enseñanza, llena de verdad evangélica, con la cual confirmaba e iluminaba nuestra fe, con un trato cordial, colmado de cercana fraternidad y de esperanza. Uno de los miembros de nuestra delegación, el P. Eduardo Pérez-Cotapos, en un artículo que resume sus reflexiones iniciales, después de manifestar su alta valoración del contenido de los discursos del Santo Padre, agrega: Pero más que el contenido doctrinal de los discursos (…) me parece que impactó positivamente el modo sencillo, discreto, fraterno, dialogal de la presencia del Papa (…). Fue experimentado como un hermano que viene a confirmar en la fe a sus hermanos. De mi parte, nunca había escuchado un discurso pontificio en el cual el Pastor Universal hablara a la vez con tal sabiduría doctrinal SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 21 y con tanta sencilla cordialidad. Fue él quien abrió el espacio de comunión fraterna, de confianza en la acción del Espíritu Santo y en los hermanos, y de libertad evangélica que caracterizó a la V Conferencia General. c. En medio de los trabajos, mientras transcurrían los días, la comunión y participación adquirieron además otra dimensión que muchos no esperaban. Los laicos, los sacerdotes diocesanos, los diáconos permanentes, los religiosos y las religiosas que fueron invitados a Aparecida tuvieron una profunda experiencia de sus pastores como hermanos y amigos, sin que ello eclipsara en absoluto su misión de padres y pastores. Un obispo de tierras lejanas, al experimentar en Aparecida el espíritu de comunión fraterna que manifestaban los obispos en las comisiones y subcomisiones, escuchando, acogiendo y aportando, para ejercer mejor su responsabilidad de pastores y su derecho a voto, meditaba las palabras con las cuales Su Santidad Juan Pablo II decidió que el encuentro no fuera ni una Asamblea del Sínodo de Obispos ni una asamblea del CELAM, sino una Conferencia General del Episcopado: Mantenete la vostra forma!, “mantengan la forma de reunirse que es propia de ustedes”. d. Por eso tenemos en nuestras manos un documento conclusivo elaborado por una asamblea, en el cual casi todos los participantes pueden encontrar un aporte personal. Sin embargo, no por eso dejó de ser un documento episcopal. Fueron obispos los que acogieron y discernieron en la comisión de redacción las 2.400 modificaciones que propusieron a la segunda redacción del documento los obispos presentes que gozaban de derecho a voto (sin que ello les impidiera proponer a esa segunda redacción modificaciones que estimaron valiosas, y que procedían de quienes habían sido invitados, pero sin derecho a voto), y fueron asimismo los obispos los que aprobaron el Documento Conclusivo casi por unanimidad, ya que los votos contrarios fueron sólo dos. Como es natural, debido a la cantidad de autores del documento resultaba inevitable la coexistencia de diferentes estilos y de distintas aproximaciones bíblicas y teológicas a los temas, pero ellas tienen el valor de no dejar duda alguna sobre la integración de mu- 22 BOLETÍN CELAM 317 - 318 chas fuentes, realizada en espíritu de mutuo aprecio. Además resultaron inevitables las frecuentes repeticiones, las cuales tienen el mérito de dar relevancia de manera inequívoca a las grandes líneas de la orientación pastoral que Aparecida le entregó a la Iglesia en América Latina y El Caribe. e. Por otra parte, en ciertos vacíos y en determinadas reflexiones no acabadas, se nota la gestación de un documento en numerosas comisiones, la imposibilidad de disponer de más tiempo para el trabajo, y la ausencia de una etapa ulterior de integración y discernimiento, con la cual se podría haber logrado un documento más homogéneo y más maduro. Asumir el magisterio episcopal que expresa la V Conferencia General implica por eso más de una tarea. Por una parte, consiste en valorar y hacer propio el espíritu de Aparecida; por otra, implica además traducir en vida, en trabajo de comunidades y en acción evangelizadora las grandes orientaciones pastorales, también en sus aplicaciones específicas descritas en el documento conclusivo. Pero hay una tercera tarea, que consiste en continuar el proceso de la asamblea episcopal, abordando en el espíritu de Aparecida aquellos temas cuya elaboración quedó inconclusa o no pudo ser abordada. 3. ORIENTACIONES QUE ENCIERRAN MAYOR NOVEDAD En lo que sigue no me referiré a todas las orientaciones pastorales, sino sólo a aquellas que encierran, a mi parecer, mayor novedad. Por eso, esta exposición no presenta la totalidad de las prioridades pastorales, sino sólo algunas. Recién con la lectura de los otros artículos se obtendrá una visión global verdadera y plena, incluyendo aquellos temas que Aparecida reafirma y profundiza, como son la opción preferencial por los pobres, por los jóvenes y las familias, la evangelización de la cultura, la parroquia, las comunidades eclesiales de base, la educación católica y tantos otros. Mientras más veces leo el Documento Conclusivo, más descubrimientos hago en sus páginas. La manera de elaborar un texto como el presente, le impide ser monótono o plano. En las comisiones y en las subcomisiones que elaboraban los temas y los subtemas del documento final se encontraron los obispos y los invitados que se postularon SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 23 para trabajarlos. Eran los que más interés tenían en el tema, más lo habían estudiado, y más experiencias habían adquirido en ese ámbito. Por eso, en general, los capítulos fueron elaborados por expertos, cuyas conclusiones fueron acogidas y enriquecidas por la asamblea. Pero eso no significa que el documento no tenga unidad. Para lograrla, en consecutivos trabajos y repartidos en quince comisiones, todos reflexionamos simultáneamente sobre los mismos dos temas: la situación del mundo, de nuestros pueblos y de la Iglesia en ellos, y el significado, en este tiempo, de ser discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en Él tengan vida. Por ese camino, que valorábamos como la ruta pastoral más actual y necesaria, fue surgiendo la riqueza de las orientaciones pastorales que formulamos después de recoger las mejores experiencias de nuestras Iglesias particulares y de hacer un profundo discernimiento de la voz del tiempo, para encontrar la voz de Dios, iluminados por el discurso del Santo Padre al inicio de la asamblea, y acompañados por el tríptico cuzqueño que nos dejó como regalo y que nos recuerda el mandato de Cristo de hacer discípulos a todos los pueblos. a. En el ambiente de comunión y esperanza de Aparecida surgió un acorde fundamental en nuestras reflexiones. Ante los grandes desafíos y las grandes amenazas de nuestro tiempo, ante los grandes sueños y las grandes dificultades de nuestros pueblos, ante las vacilaciones, las expectativas y los problemas que aporta la globalización económica, cultural y religiosa, no reaccionaremos con temor o con ansiedad, con ingenuidad ni con agresividad, con indiferencia o aislándonos de los demás. Peregrinaremos por el mundo, seremos discípulos y misioneros, viviremos en comunión, colaboraremos con la gracia de Dios en camino a la santidad y trabajando en la construcción del Reino de justicia, de vida y de paz, simplemente dando cabida preponderante en nuestro espíritu a un sentimiento y una actitud básica, a la alegría de ser cristianos, que surge de un corazón lleno de gratitud por los dones de Dios, a partir de la presencia de Cristo entre nosotros, Evangelio vivo del Padre, Esperanza y Vida de nuestros pueblos. La importancia de este acorde fundamental se hizo presente vigorosamente en una de las votaciones finales el día 30 de mayo. La 24 BOLETÍN CELAM 317 - 318 comisión de redacción ya había entregado la 3ª redacción del documento conclusivo, con el orden de los capítulos que tenemos en la versión actual. Después de la introducción, antes de proceder a “La mirada de los discípulos misioneros sobre la realidad”, que es el capítulo 2 de la primera parte, aparecía un capítulo 1 con el título “Los Discípulos Misioneros”, y los subtítulos: “Acción de gracias a Dios”, “La alegría de ser discípulos y misioneros de Jesucristo”, y “La misión de la Iglesia es evangelizar”. Algunos miembros de la Conferencia, sin embargo, quisieron trasladar este capítulo 1 a otra parte del documento, por ejemplo, a la parte segunda, de manera que la parte primera, sin reflexiones previas, entrase directamente y de lleno en la descripción de la realidad en que vivimos. Fue lo que propuso un obispo, con el apoyo de 15 presidentes de Conferencias Episcopales. Por eso el tema tenía que ser decidido por el plenario de la V Conferencia. Ese obispo presentó el objetivo de la moción: que se respetara en toda su pureza el método “ver - juzgar - actuar”, iniciando por eso la primera parte del documento con el capítulo que presenta la “Mirada de los discípulos misioneros sobre la realidad”. El presidente de la comisión de redacción, el Cardenal Jorge Mario Bergoglio, explicó las razones de haber ubicado en ese lugar, antes del “ver”, la reflexión sobre nuestra vocación de discípulos y misioneros, que viven en acción de gracias a Dios, con la alegría propia de su vocación y conscientes de la misión evangelizadora de la Iglesia. No recuerdo las palabras exactas del Cardenal, pero sus razones fueron dos: nuestra visión de la realidad nunca es ‘aséptica’; nosotros la miramos como discípulos misioneros. La segunda razón fue ésta: es propio de nuestra espiritualidad cristiana, como emerge en las epístolas apostólicas, comenzar nuestras tareas dando gracias a Dios. Vino la votación: el 75% de los votantes, si mal no recuerdo, quiso que la conciencia de ser discípulos misioneros y la gratitud por serlo fuera el punto de partida desde el cual miramos el mundo y la Iglesia en que vivimos. A mi entender, ésta fue una de las votaciones más importantes de Aparecida. Miramos la realidad conscientes de nuestra vocación, es decir, como discípulos y misioneros de Jesucristo, y con alegría, ya SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 25 que el corazón está sobrecogido por la gratitud. Esta decisión ya estaba implícita en todo el documento. La votación la explicitó. Ella relacionó nuestra vida y nuestra misión con los apóstoles y los primeros cristianos, como lo expresa el Documento: Quienes se sintieron atraídos por la sabiduría de las palabras de Jesucristo, por la bondad de su trato y por el poder de sus milagros, por el asombro inusitado que despertaba su persona, acogieron el don de la fe y llegaron a ser discípulos de Jesús. Al salir de las tinieblas y de las sombras de muerte (cf. Lc 1, 79), su vida adquirió una plenitud extraordinaria: la de haber sido enriquecida con el don del Padre. Vivieron la historia de su pueblo y de su tiempo, y pasaron por los caminos del Imperio Romano, sin olvidar nunca el encuentro más importante y decisivo de su vida que los había llenado de luz, de fuerza y de esperanza: el encuentro con Jesús, su roca, su paz, su vida (21). En este encuentro queremos expresar la alegría de ser discípulos del Señor y de haber sido enviados con el tesoro del Evangelio. Ser cristiano no es una carga sino un don: Dios Padre nos ha bendecido en Jesucristo su Hijo, Salvador del mundo (23). Podría detenernos en muchos otros números, tanto del documento como del Mensaje final1. A mi parecer, mientras más hagamos nuestra esta dimensión transversal del documento y de toda nuestra vida, más rápido será nuestro camino a la santidad y más fecundas serán nuestras comunidades, nuestra acción en el mundo y el dinamismo misionero de todos los cristianos. b. Es claro, queremos vivir acogiendo la moción del Espíritu Santo que nos impulsa a valorar el inapreciable don del encuentro con Cristo, y todos los demás dones que nos llegan desde la Creación del mundo y desde la Nueva Alianza que Cristo selló con su sangre. No es el momento de enumerarlos, pero no quisiera dejar de mencionar ese don que palpábamos todos los días junto al santua- 1 Ver por ejemplo, en el Documento (DA) los números 24-26, 28s, 103ss, 145, 270, 280 d, 513, 552. 26 BOLETÍN CELAM 317 - 318 rio: el amor entrañable a la Sma. Virgen que late en nuestros pueblos, y el sustrato católico de nuestra cultura, del cual ha surgido, con la gracia de Dios, entre otros valiosos frutos, la religiosidad popular, muy valorada por la Conferencia, y sus múltiples expresiones, que hablan de la inculturación del Evangelio. A la piedad popular se refiere el documento con mucha profundidad y sensibilidad evangélica2. c. Otra gran riqueza fue recoger el origen de nuestra vida cristiana y convertirlo en el objetivo central de nuestra formación. Todas nuestras comunidades, de una u otra manera, han de ser escuelas de formación de discípulos misioneros. Como Cristo ha salido a nuestro encuentro, lo que más queremos impulsar en nuestras comunidades es el encuentro con Jesucristo vivo, y por eso el amor a su Palabra, a la Eucaristía y el recurso a todos los lugares de encuentro con Él. Entre ellos, junto a la celebración eucarística, valorada tantas veces a lo largo del documento, sobresale con cierta novedad la presentación de la Lectio divina3, para que la centralidad de la Palabra de Dios tenga su lugar en la vida. El texto conclusivo también da gran relevancia al valor fontal del kerygma, como asimismo de la iniciación cristiana, de modo que todas las comunidades de la Iglesia sean verdaderas casas y escuelas de la comunión, y en virtud de esa comunión con Jesucristo, atrayentes y vivificadoras escuelas de discípulos misioneros de Jesucristo, que colaboran con su madre y educadora, la Virgen María4. Por eso se detiene el documento en la pedagogía que nos ofrecen los evangelios para formar discípulos al estilo de Jesús5. En este ámbito se dio un nuevo paso hacia el reconocimiento de los movimientos eclesiales como escuelas al discipulado, unido a la invitación a un intercambio de dones entre éstos y las diócesis6. Así recogió Aparecida conclusiones del primer congreso continental de los movimientos, celebrado en preparación a la V Conferencia General. 2 Cf. DA 258ss. 3 Cf. DA 249. 4 Cf. DA 270-2. 5 Cf. DA 244s, y 276-8. 6 Cf. DA 311-313. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 27 d. Nuestra ruta a través de las Conferencias Generales del episcopado, siempre por el camino de la nueva evangelización, ha puesto el acento de nuestra labor pastoral en varias dimensiones esenciales de la vida y la misión de la Iglesia. Esta vez fuimos al corazón de nuestra existencia y vocación: al encuentro con Jesucristo vivo, que nos hace sus discípulos misioneros. (Paso a paso, Aparecida fue dejando atrás la noción de discípulos y misioneros, para preferir otra manera de caracterizar nuestra vocación, subrayando que ambos términos son inseparables. Somos discípulos-misioneros de Jesucristo). De esta manera, acogiendo y profundizando la orientación que recibimos del Sínodo de América, hemos vuelto a poner en primer plano el primado de la caridad. Hemos tomado más conciencia de que tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, y que nuestra vida despierta, crece y llega a su plenitud, cuando dejamos que su amor, expresado de manera eminente en la Eucaristía, nos penetre, nos sobrecoja, nos transforme y despierte en nosotros la imagen y la semejanza misteriosa de un Dios que es amor. Fue el Santo Padre quien nos invitó en la introducción de su primera encíclica a partir desde el encuentro con la persona de Jesús, a partir del amor. Nos escribía que no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva7. Enfocar la pedagogía pastoral, y de eso se trata, hacia el encuentro con Cristo, es enfocarla hacia el amor. En el Hijo enviado de Dios vino a nuestro encuentro el amor de Dios. Era necesario que sacara de nuestro pecho el corazón de piedra, para darnos un corazón capaz de latir según el ritmo del corazón de Dios, impulsado por el Espíritu de Amor. El encuentro con Cristo desata el dinamismo del amor, ya que su amor despierta en nosotros el amor, el asombro y la contemplación, pero también la voluntad de seguirlo y de amar como Él. Amarlo despliega en nosotros el dinamismo de la transformación liberadora de sentimientos y actitudes ajenas al 7 DCE 1. 28 BOLETÍN CELAM 317 - 318 Reino, el dinamismo de la conversión que nos da los sentimientos de Cristo; el dinamismo de la gratuidad, la amistad, el servicio y la adhesión no sólo a su persona, sino también a su camino y a su misión. Reconocer el primado del amor es ir más allá de toda concepción ritualista o moralista del cristianismo, es reconocerse peregrino muy amado, que siempre va al encuentro del Señor acompañado por su madre María, y por todas las personas que Jesús ama. En su discurso inaugural el Papa se refirió a la civilización que surge del sacramento del amor. Nos dijo: ¡Sólo de la Eucaristía brotará la civilización del amor que transformará Latinoamérica y El Caribe para que además de ser el Continente de la esperanza, sea también el continente del amor! (4). Recogiendo la riqueza del encuentro con Jesucristo, el número 14 del documento conclusivo señala: Lo que nos define no son las circunstancias dramáticas de la vida, ni los desafíos de la sociedad, ni las tareas que debemos emprender, sino ante todo el amor recibido del Padre gracias a Jesucristo por la unción del Espíritu Santo. Esta prioridad fundamental es la que ha presidido todos nuestros trabajos, ofreciéndolos a Dios, a nuestra Iglesia, a nuestro pueblo, a cada uno de los latinoamericanos, mientras elevamos al Espíritu Santo nuestra súplica confiada para que redescubramos la belleza y la alegría de ser cristianos. Aquí está el reto fundamental que afrontamos: mostrar la capacidad de la Iglesia para promover y formar discípulos y misioneros que respondan a la vocación recibida y comuniquen por doquier, por desborde de gratitud y alegría, el don del encuentro con Jesucristo. No tenemos otro tesoro que éste. No tenemos otra dicha ni otra prioridad que ser instrumentos del Espíritu de Dios, en Iglesia, para que Jesucristo sea encontrado, seguido, amado, adorado, anunciado y comunicado a todos, no obstante todas las dificultades y resistencias. Éste es el mejor servicio –¡su servicio!– que la Iglesia tiene que ofrecer a las personas y naciones8. 8 Cf. EN 1. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 29 e. Todos los discípulos de Jesucristo, así nos lo recuerda Aparecida, hemos sido llamados a estar con Él y a seguirlo, para ser enviados a anunciar el Evangelio del Reino de Vida. Jesús lo inauguró en medio de nosotros. En él, después de comunicarnos su vida, Él mismo se pone al servicio de la vida. Su Reino es incompatible con las situaciones inhumanas, que marcan el camino de la desgracia y la muerte y no de la comunión y la vida. Al anunciar el Reino queremos conducir a todos al encuentro con Aquel que es nuestra Vida. Nuestros pueblos anhelan la vida nueva en Cristo9. Repasando la tercera parte del Documento es claro que tenemos en nuestras manos unas conclusiones que guardan también esta gran riqueza: la voluntad misionera de lograr que el Señor de la Vida pueda construir con nosotros el Reino de la vida, de la vida nueva en el Espíritu, abriéndole espacio a la cultura de la vida, que comprende en sí el compromiso con la justicia y la paz, la solidaridad y la dedicación a satisfacer los anhelos de felicidad, de vida plena de nuestras familias, de nuestros jóvenes y, sobre todo, de los más pobres, abandonados y abatidos, de los enfermos de adicciones, encarcelados y desprotegidos de nuestros pueblos. Con fuerza reafirman los obispos la opción preferencial por los pobres, haciéndose eco de las palabras del Papa sobre el valor teológico y el compromiso práctico que ella representa10, y enumeran con dolor los rostros de quienes sufren en el continente11. Para avanzar por el camino de la vida en nuestros pueblos, queremos apoyar la vocación de los sacerdotes y nuestra propia vocación, como asimismo la vocación de las familias, para trabajar y vivir como discípulos del Señor, asumiendo su manera de vivir, de relacionarse y de sentir: haciendo nuestro su amor al Padre y a los hermanos, su apertura a la conducción del Espíritu Santo y su dedicación a los que viven al margen de la vida. Asimismo queremos alentar la vocación de los laicos, no sólo a colaborar con nosotros en la edificación del Pueblo de Dios, sino a consagrarse con 9 Cf. DA 350. 10 Cf. DA 391ss. 11 Cf. DA 65; 257, 407-430. 30 BOLETÍN CELAM 317 - 318 todas sus fuerzas, y con la coherencia propia de los discípulos del Señor, a sus tareas en la familia y en el mundo, llenos de fe y de audacia, de verdadero ardor por la construcción del Reino. Para que todos los dones que Dios nos regaló en la V Conferencia General sean apreciados y asumidos por nuestras Iglesias particulares, Aparecida nos dejó el encargo de programar y realizar una Misión Continental, que selle el despertar misionero de nuestra Iglesia. Todos fuimos convocados a realizarla con las siguientes palabras del Mensaje de Aparecida: Al terminar la Conferencia de Aparecida, en el vigor del Espíritu Santo, convocamos a todos nuestros hermanos y hermanas, para que unidos y con entusiasmo realicemos la Gran Misión Continental. Será un nuevo Pentecostés que nos impulse a ir, de manera especial, en búsqueda de los católicos alejados y de los que poco o nada conocen a Jesucristo, para que formemos con alegría la comunidad de amor de nuestro Padre Dios. Misión que debe llegar a todos, ser permanente y profunda (5)12. f. Todas estas orientaciones pastorales nos movieron a pedir una verdadera conversión pastoral en nuestras parroquias, en nuestros colegios, en los movimientos y en todas nuestras instituciones, como también en nosotros mismos, llamados a servir y a formar a las comunidades como discípulos-pastores13 que las guían según el corazón de Cristo Pastor. Desde el Concilio nos esforzamos para que sean comunidades cristianas y no meras instituciones. Ya la carta apostólica Novo Millennio Ineunte les pedía que respondieran a los desafíos de comienzos del tercer milenio, siendo casas y escuelas de comunión, y espacios en los cuales se aprende a orar y a compartir desde Cristo desplegando la fantasía de la caridad y teniendo por norte la santidad14. Pues bien, Aparecida les pide que sean verdaderas escuelas del encuentro con Jesús, lugares de formación de sus discípulos y misio- 12 Cf. DA 362s, 548ss. 13 Cf. DA 186, 188. 14 Cf. NMI 29s, 33, 43 y 50. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 31 neros, y que todas ellas estén profundamente impregnadas de espíritu misionero. Se trata de un nuevo impulso a esa conciencia misionera que crece entre nosotros en cada vez más parroquias, familias, colegios, movimientos y universidades. El Documento asume esta inquietud en los números encabezados por el título “Conversión pastoral y renovación misionera de las comunidades” y también en la Conclusión, cuando proclama: ¡Necesitamos un nuevo Pentecostés! ¡Necesitamos salir al encuentro de las personas, las familias, las comunidades y los pueblos para comunicarles y compartir el don del encuentro con Cristo, que ha llenado nuestra vidas de ‘sentido’, de verdad y amor, de alegría y de esperanza! (548). Ninguna comunidad puede excusarse de entrar decididamente, con todas sus fuerzas, en los procesos constantes de renovación misionera, y de abandonar las estructuras caducas que ya no favorezcan la transmisión de la fe (365). Concluyo con la esperanza que nos infunde la presencia de la Santísima Virgen en nuestra América y El Caribe. Nos dicen los obispos: Con gozo constatamos que se ha hecho parte del caminar de cada uno de nuestros pueblos, entrando profundamente en el tejido de su historia y acogiendo los rasgos más nobles y significativos de su gente. Ponemos nuestra confianza nuevamente en María, porque ella es la gran misionera, continuadora de la misión de su Hijo y formadora de misioneros. Ella, así como dio a luz al Salvador del mundo, trajo el Evangelio a nuestra América. En el acontecimiento guadalupano, presidió junto al humilde Juan Diego el Pentecostés que nos abrió a los dones del Espíritu. Desde entonces son incontables las comunidades que han encontrado en ella la inspiración más cercana para aprender cómo ser discípulos y misioneros de Jesús (269). 32 BOLETÍN CELAM 317 - 318 Por todas estas razones, nuestra gratitud se dirige a Dios, nuestro Padre, por su Hijo Jesucristo, en el Espíritu Santo, y expresa también nuestro reconocimiento a la Virgen Aparecida. A la Santísima Trinidad se eleva el agradecimiento de todos nosotros por haber mirado en aquella tierra santa de Aparecida la pequeñez de sus siervos. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 33 D NOVEDA “SÍGUEME” Lectio divina para las lecturas litúrgicas dominicales y festivas. Ciclo A Mons. Víctor Hugo Palma Paúl Entre las muchas formas de acercarse a la Sagrada Escritura, hay una privilegiada a la que todos estamos invitados: la Lectio divina o ejercicio de lectura orante de la Sagrada Escritura. Esta lectura orante, bien practicada, conduce al encuentro con Jesús-Maestro, al conocimiento del misterio de Jesús-Mesías, a la comunión con Jesús-Hijo de Dios, y al testimonio de Jesús-Señor del universo (DA 249). Disponibles los ciclos B y C. Precio: $ 32.000 USD 16 Peso: 505 gramos Páginas: 392 Pedidos y Envíos: Centro de Publicaciones CELAM Avenida Boyacá No. 169D-75 / A.A. 253 353 Tel: (571) 6680900 / Fax: (571) 6711213 [email protected] Bogotá, D.C., Colombia Apuntes sobre Aparecida acontecimiento, método, documento y misión Mons. Andrés Stanovnik, OFMCap. Arzobispo de Corrientes, Argentina Q uisiera compartir con ustedes algunas reflexiones entorno a Aparecida. Para ello, opté por algunos temas que están relacionados entre sí: me gustaría comunicarles algo sobre el acontecimiento eclesial y el espíritu de Aparecida; presentarles algunas consideraciones importantes acerca del método que allí se utilizó; descubrir el lenguaje kerygmático mediante el cual se transmite ese espíritu; y, finalmente, hacer una breve introducción al documento y a la misión continental, como los mejores instrumentos que nos dejó la V Conferencia General, para orientar la tarea pastoral del Continente en los próximos años. 1. QUÉ ES UNA CONFERENCIA GENERAL Ante todo, conviene que digamos una palabra sobre qué es una Conferencia General, porque nos va a resultar útil para valorar adecuadamente este tipo de reuniones episcopales. Un error muy común es atribuir estas reuniones al CELAM, por ejemplo cuando se dice “la V CELAM” o “la V Conferencia del CELAM”. Las Conferencias Generales no son reuniones del CELAM, baste recordar que la primera Conferencia General, celebrada en 1955 en Rio de Janeiro, dio como resultado la creación del CELAM. En los años sucesivos, este organismo episcopal latinoamericano, colaboró con la Santa Sede en la preparación de las otras Conferencias Generales. En SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 35 la práctica, este tipo de reuniones episcopales se realizaron sólo en América Latina, de modo que las Conferencias Generales son una originalidad exclusiva de nuestra región. La Conferencia General es una reunión de obispos convocada por el Papa, pero la iniciativa de reunirse parte de los mismos obispos. Estas reuniones se diferencian de otras, por ejemplo de los Sínodos de Obispos, porque en el caso de una Conferencia General, la iniciativa de reunirse nace de los obispos y son ellos quienes la presentan al Santo Padre, junto con la propuesta de tema, de fecha y de lugar. El Papa convoca luego a los obispos y a los demás participantes, les entrega el tema y decide la fecha y el lugar del encuentro. Las deliberaciones de estas reuniones, que ordinariamente se articulan en un texto, son, por lo tanto, el resultado de un auténtico ejercicio del magisterio episcopal. Para conservar todo el valor episcopal de este magisterio, el Papa no aprueba el texto final, sino que autoriza su publicación. En cambio, un Sínodo de Obispos, es convocado por iniciativa del Santo Padre, sobre un determinado tema que él elige y sobre el que pide aportaciones a los obispos. Éstos entregan al Papa sus aportes, quien los recoge en forma de “proposiciones” y luego asume en tiempo y forma que él mismo considera oportuno. Por lo general, con esos aportes, el Santo Padre escribe una exhortación postsinodal. De este modo, el Sínodo de Obispos se convierte en un instrumento en función del magisterio pontificio. Por tanto, como ya dijimos, el fruto de las deliberaciones de los obispos en las Conferencias Generales, mediante la correspondiente autorización pontificia, se convierte en una genuina expresión del ejercicio colegiado del magisterio episcopal. 2. EL ESPÍRITU DE APARECIDA La V Conferencia fue un acontecimiento eclesial vivido en la alegría de la fe, donde los participantes pudimos experimentar la presencia viva y la acción eficaz del Espíritu Santo. Mediante una atenta lectura del Documento Conclusivo, que produjo la Asamblea, se puede percibir el espíritu que subyace en el texto, como bien se afirma en sus primeras líneas, donde leemos que 36 BOLETÍN CELAM 317 - 318 Con la luz del Señor resucitado y con la fuerza del Espíritu Santo, Obispos de América nos reunimos en Aparecida, Brasil, para celebrar la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y El Caribe (DA 1). El Santuario y la devoción a Nuestra Señora de Aparecida, con la presencia de muchos peregrinos que acompañaron las celebraciones diarias de la Eucaristía; la celebración de la Liturgia de las Horas y el ejercicio de la Lectio divina; la oración de innumerables personas y comunidades, fueron una valiosísima ayuda para vivir el trabajo y la convivencia en un ambiente de fe y de alegría. Fue constante el clima fraterno, abierto, dialogal, sencillo y muy participativo. Este ejercicio de participación se amplió a todo teólogo, pastoralista, biblista, y pensador que deseaba ofrecer su contribución a través de alguno de los participantes de la Asamblea. Esto ha creado un clima de apertura, de libertad y de integración, sin precedentes en la historia de estas Asambleas. Todos los participantes, sin distinción de categorías –miembros, invitados, observadores y peritos–, se han integrado activamente en el trabajo, de tal modo que el fiel laico, la religiosa, el diácono, el sacerdote y el obispo, trabajaron a la par en los diversos grupos y comisiones. Igualmente, la tarea de la Asamblea se fue compartiendo en forma simultánea y abierta con los medios de comunicación social, en un clima de recíproca colaboración y relaciones amables. En conclusión, todos los participantes quedaron contentos y entusiasmados, algunos hablaron de un “nuevo Pentecostés”, y antes de finalizar la reunión, ya se empezó a hablar del “espíritu de Aparecida”. Hay que tener en cuenta que todo el proceso de preparación de la V Conferencia ayudó mucho a este clima de comunión y participación. Fue muy importante la reflexión y oración de numerosas comunidades e instituciones que, junto con los encuentros, congresos y seminarios, que se realizaron a nivel continental, ofrecieron valiosos aportes, que luego se recogieron en la Síntesis de los aportes para la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, y fueron muy útiles para la tarea de los participantes en la Asamblea. También es bueno destacar que el “espíritu de Aparecida” puso de manifiesto algunas notas esenciales del misterio de la Iglesia, que no es fácil ni frecuente que se perciban con tanta claridad. La Iglesia, con ser jerárquica en su constitución, se manifiesta también y al mismo SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 37 tiempo como comunión y participación, todas notas esenciales de su naturaleza. La vivencia de Aparecida mostró un alto nivel de integración entre las dimensiones jerárquica y comunional de la Iglesia, entre institución y carisma, entre fieles laicos y Pastores. Estos aspectos del encuentro de Aparecida fueron de vital importancia para que hayamos podido vivir la V Conferencia como un verdadero acontecimiento eclesial. El Documento Conclusivo no se puede separar de ese acontecimiento. Es más, el Documento quiere ser un instrumento, mediante el cual se irradie el espíritu de Aparecida a todas las Iglesias particulares del Continente. El Documento hace referencia a ese espíritu en muchas partes. Por ejemplo, en la Introducción, donde dice que “con alegría, estuvimos reunidos con el Sucesor de Pedro” (DA 2); y a continuación recuerda que “nos hemos sentido acompañados por la oración de nuestro pueblo creyente católico” (DP 3); para señalar inmediatamente que el reto fundamental que afrontamos es mostrar la capacidad de la Iglesia para promover y formar discípulos y misioneros, que respondan a la vocación recibida y comuniquen por doquier, por desborde de gratitud y alegría, el don del encuentro con Jesucristo. No tenemos otro tesoro que éste. No tenemos otra dicha ni otra prioridad que ser instrumentos del Espíritu de Dios, en la Iglesia, para que Jesucristo sea encontrado, seguido, amado adorado, anunciado y comunicado a todos, no obstante todas las dificultades y resistencias (DA 14). Los dos últimos números de la Introducción son realmente bellos porque logran comunicar, a través de sus líneas, ese espíritu que se vivió en Aparecida. Antes de leerlos, conviene saber que la Introducción y la Conclusión son, prácticamente, los últimos textos que elabora la Asamblea, convirtiéndolos así en instrumentos excelentes, mediante los cuales se recoge y comunica el espíritu que animó a los participantes durante sus trabajos. Apreciemos, pues, los dos últimos parágrafos de la Introducción. Nuestra alegría, pues, se basa en el amor del Padre, en la participación en el misterio pascual de Jesucristo quien, por el Espíritu Santo, nos hace pasar de la muerte a la vida, de la tristeza al gozo, del absurdo al hondo sentido de la existencia, del desaliento a la espe- 38 BOLETÍN CELAM 317 - 318 ranza que no defrauda. Esta alegría no es un sentimiento artificialmente provocado ni un estado de ánimo pasajero. El amor del Padre nos ha sido revelado en Cristo que nos ha invitado a entrar en su reino. Él nos ha enseñado a orar diciendo “Abba, Padre” (Rm 8, 15; cf. Mt 6, 9) (DA 17). Conocer a Jesucristo por la fe es nuestro gozo; seguirlo es una gracia, y transmitir este tesoro a los demás es un encargo que el Señor, al llamarnos y elegirnos, nos ha confiado. Con los ojos iluminados por la luz de Jesucristo resucitado, podemos y queremos contemplar al mundo, a la historia, a nuestros pueblos de América Latina y de El Caribe, y a cada una de sus personas (DA 18). También el texto de la Conclusión refleja muy bien el espíritu que animó esta reunión episcopal. Allí, en el primer parágrafo leemos que En 19 jornadas de intensa oración, intercambios y reflexión, dedicación y fatiga, nuestra solicitud pastoral tomó forma en el documento final, que fue adquiriendo cada vez mayor densidad y madurez. El Espíritu de Dios fue conduciéndonos, suave pero firmemente, hacia la meta (DA 547). A continuación, y luego de recordar el mandato de ir y hacer discípulos, el espíritu que se vivió en Aparecida hace estallar el texto exclamando: ¡Necesitamos un nuevo Pentecostés! ¡Necesitamos salir al encuentro de las personas, las familias, las comunidades y los pueblos para comunicarles y compartir el don del encuentro con Cristo, que ha llenado nuestras vidas de “sentido”, de verdad y amor, de alegría y de esperanza! (DA 548). Podemos percibir el mismo espíritu en el parágrafo siguiente, donde leemos que Todos los bautizados estamos llamados a “recomenzar desde Cristo”, a reconocer y seguir su Presencia con la misma realidad y novedad, el mismo poder de afecto, persuasión y esperanza, que tuvo su encuentro con los primeros discípulos a las orillas del Jordán, hace 2000 años, y con los “Juan Diego” del Nuevo Mundo. Sólo gracias a ese SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 39 encuentro y seguimiento, que se convierte en familiaridad y comunión, por desborde de gratitud y alegría, somos rescatados de nuestra conciencia aislada y salimos a comunicar a todos la vida verdadera, la felicidad y esperanza que nos ha sido dado experimentar y gozar (DA 549). Como broche de oro al final del documento, se retoma la oración que pronunció Benedicto XVI, al concluir su Discurso Inaugural, en cuyas estrofas se recoge y sintetiza, con mucho acierto y originalidad, el espíritu que movió la Asamblea. 3. ELEMENTOS PARA LA LECTURA Y COMPRENSIÓN DEL DOCUMENTO Quisiera presentar sólo algunos elementos para la lectura y comprensión del Documento Conclusivo, que considero útiles para una adecuada comprensión del texto. Ante todo, destaco aquellos que aparecen en la carta del Santo Padre, con la que autoriza la publicación del documento. El Papa, en esa breve carta, señala dos pautas para la aplicación del documento, a fin de que sea “luz y aliento para una fecunda labor pastoral y evangelizadora en los años venideros”. La primera pauta es la “comunión con la Santa Sede”, y la otra es “el debido respeto por la responsabilidad de cada Obispo en su propia Iglesia particular”. El Obispo, precisamente para estar en comunión con la Santa Sede y, al mismo tiempo, para el ejercicio de la responsabilidad en su propia Iglesia particular, necesita valorar y tomar en cuenta pastoralmente –como lo reconoce el Papa– que en el documento hay: • numerosas y oportunas indicaciones pastorales, motivadas con ricas reflexiones a la luz de la fe y del contexto actual. Entre esas reflexiones se destaca: • la exhortación a dar prioridad a la Eucaristía y a la santificación del Día del Señor; • el anhelo de reforzar la formación cristiana de los fieles en general y de los agentes de pastoral en particular. 40 BOLETÍN CELAM 317 - 318 Finalmente, el Papa, al presentar el Documento, manifiesta su alegría por el deseo de realizar una “Misión Continental”, señalando, al mismo tiempo, cuáles son los protagonistas principales de esta misión: “Las Conferencias Episcopales y cada diócesis, convocando para ello a todas las fuerzas vivas”. Y concluye centrándose en el núcleo del tema de la V Conferencia: “De modo que caminando desde Cristo se busque su rostro” (NMI 29). Además de esa breve presentación que hace el Santo Padre del documento, es recomendable leer con atención su Discurso Inaugural, su Homilía en la Misa de Apertura de la V Conferencia General y su Discurso en el Rezo del Santo Rosario. Igualmente, conviene conocer el Mensaje Final de la Asamblea. Conocer estos documentos favorece mucho para una buena comprensión del Documento Conclusivo. Un criterio que no puede faltar para una correcta comprensión del acontecimiento de Aparecida y de su respectivo documento, es la continuidad-renovación que la V Conferencia marca, no sólo con las Conferencias Generales anteriores (Río de Janeiro, Medellín, Puebla y Santo Domingo), sino también con el Concilio Vaticano II y Ecclesia in America. El Papa plantea este criterio muy al comienzo de su Discurso Inaugural, donde dice que Ante la nueva encrucijada, los fieles esperan de esta V Conferencia una renovación y revitalización de su fe en Cristo, nuestro único Maestro y Salvador, que nos ha revelado la experiencia única del Amor infinito de Dios Padre a los hombres. De esta fuente podrán surgir nuevos caminos y proyectos pastorales creativos, que infundan una firme esperanza para vivir de manera responsable y gozosa la fe e irradiarla así en el propio ambiente (DI 2). El mismo criterio de continuidad y renovación se plantea en el Mensaje Final de la V Conferencia En nuestros trabajos, realizados en ferviente oración, fraternidad y comunión afectiva, hemos buscado dar continuidad al camino de renovación recorrido por la Iglesia católica desde el Concilio Vaticano II y en las anteriores cuatro Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 41 Luego, en el Documento Conclusivo se retoma ese criterio, afirmando que La V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y Caribeño es un nuevo paso en el camino de la Iglesia, especialmente desde el Concilio Ecuménico Vaticano II. Ella da continuidad y, a la vez, recapitula el camino de fidelidad, renovación y evangelización de la Iglesia latinoamericana al servicio de sus pueblos, que se expresó oportunamente en las anteriores Conferencias Generales del Episcopado (Río, 1955; Medellín, 1968; Puebla, 1979; Santo Domingo, 1992). En todo ello reconocemos la acción del Espíritu. También tenemos presente la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para América (1997) (DA 9). No se trata de una continuidad que repite el pasado, sino que lo recapitula –como dice el texto– con miras a la renovación y evangelización de la Iglesia. Por eso, la V Conferencia, se concibe como un nuevo paso en el camino de la Iglesia, que da continuidad y, al mismo tiempo, plantea la necesidad de una profunda renovación: es fidelidad, renovación y evangelización. Este binomio de “continuidad renovación” es una clave muy importante, como ya dijimos, para la comprensión del acontecimiento de Aparecida y para la lectura del Documento. Otro aspecto que hay que tener en cuenta a la hora de leer el Documento, es la finalidad de esta reunión de obispos. La Asamblea no se propuso tratar todos los temas, ni tampoco abordar con amplitud y en profundidad algunos de ellos. En este sentido, se aclara que el documento no puede detenerse a analizar todas las cuestiones que integran la actividad pastoral de la Iglesia, ni proponer proyectos acabados o líneas de acción exhaustivas. Sólo nos detendremos –se dice– a mencionar algunas cuestiones que han alcanzado particular relevancia en los últimos tiempos, para que, posteriormente, las Conferencias Episcopales y otros organismos locales avancen en consideraciones más amplias, concretas, y adaptadas a las necesidades del propio territorio (ver DA 431). Por eso, para la lectura del Documento, es importante no perder de vista el objetivo que motivó la reflexión de los obispos en Aparecida. Al respecto, en el texto se afirma que el objetivo es “seguir 42 BOLETÍN CELAM 317 - 318 impulsando la acción evangelizadora de la Iglesia, llamada a hacer de todos sus miembros discípulos y misioneros de Cristo, Camino, Verdad y Vida, para que nuestros pueblos tengan vida en Él” (DA 1). O, como dice el Papa en su Discurso Inaugural, que esta Conferencia se propone “la gran tarea de custodiar y alimentar la fe del pueblo de Dios, y recordar también a los fieles de este continente que, en virtud de su bautismo, están llamados a ser discípulos y misioneros de Jesucristo” (DA 10). Un poco más adelante, se vuelve sobre la finalidad de esta Conferencia, diciendo que “la Iglesia está llamada a repensar profundamente y relanzar con fidelidad y audacia su misión en las nuevas circunstancias latinoamericanas y mundiales” (DA 11). 3.1 La clave principal y ejes centrales La clave principal para leer e interpretar el Documento es el tema central que orientó la preparación de la V Conferencia y luego las deliberaciones en Aparecida: “Discípulos y misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos en Él tengan vida”, junto con la cita bíblica: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14, 6). En esta clave están los principales elementos que guían la lectura y el estudio del documento. En el tema se pueden distinguir tres grandes ejes: discípulo misionero, vida en Cristo y nuestros pueblos. El eje central es la vida en Cristo. Los discípulos y misioneros son de Jesucristo y nuestros pueblos tienen vida en Él. Podríamos expresar el tema también así: la Vida de Cristo en los discípulos misioneros y en nuestros pueblos. Así vemos cómo la vida en Cristo, como vida digna, integral y plena para el discípulo y para nuestros pueblos, es un elemento central para comprender el Documento. El siguiente esquema puede servir para visualizar mejor lo que acabamos de decir: Discípulos ¥ Misioneros De Jesucristo ¥ Para que nuestros pueblos en Él tengan vida La vocación de los discípulos misioneros y la vocación de nuestros pueblos es la vida en Cristo. La misión de los discípulos y discípulas de Jesucristo es hacer que nuestros pueblos tengan vida en Cristo. En SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 43 el contexto de la vida en Cristo hay que colocar la Iglesia y el Reino, a la que pertenecen los discípulos misioneros y nuestros pueblos, como sujetos a ser evangelizados y como sujetos llamados a evangelizar. Esto nos remite al llamado evangélico de “estar con Cristo” y “ser enviados a predicar”. Con esta breve introducción a los tres grandes ejes del documento, podemos ver cómo las tres grandes partes que tiene el documento se centran en el dominador común que es la vida en Cristo: A. La vida de nuestros pueblos B. La vida de Jesucristo en los discípulos y misioneros C. La vida de Jesucristo para nuestros pueblos La vida en Cristo, apareció como el eje central, que ayudó a articular toda la reflexión de Aparecida, gracias a la inclusión “en Él” y la cita evangélica: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14, 6), que hizo el Santo Padre, cuando se le propuso el tema del discipulado y la misión para la V Conferencia. Con esa inclusión, el tema quedaba claramente centrado en la vida en Cristo. Por eso, no es de extrañar que en el documento aparezca el término vida más de trescientas veces. El texto nos ofrece una abundante adjetivación de esta vida en Cristo. Se trata de la vida nueva, vida en Él, vida de los bautizados, vida de la Iglesia, vida integral, plena, verdadera y plena para todos, plenitud de vida en Cristo, vida que Dios nos participa, amor que da vida, vida libre, bella y grande; Reino de amor y de vida, de justicia y de paz; pan de vida eterna, vida eterna, vida digna para todos, vida feliz, etc. Puesto que hay una conciencia cada vez más clara sobre el valor de la vida, mucho más todavía cuando su valoración está fundada en Dios, crece también la conciencia sobre las amenazas a la que está expuesta la vida de los seres humanos y de los pueblos, y las agresiones que se cometen al medio ambiente y a la vida en el planeta. Es impresionante ver cómo el texto de Aparecida irradia vida por todos lados. Creo que su lectura es atractiva precisamente por eso, y porque despierta en los creyentes entusiasmo, gozo y adhesión a los diversos planteos y orientaciones pastorales que allí se hacen. Hay una conciencia cada vez mayor sobre la importancia y la 44 BOLETÍN CELAM 317 - 318 responsabilidad que tenemos acerca de la vida de las personas, de las comunidades, de los pueblos y del planeta en general. La Iglesia es cada vez más consciente del inmenso caudal de vida que le viene de Jesucristo, de su Palabra y de los sacramentos, es decir, de su presencia viva y de su fuerza transformadora. La Iglesia siente un nuevo impulso de vida que le viene del Espíritu Santo y no puede menos que transformar ese impulso en misión “para que nuestros pueblos en Él tengan vida”. 4. LENGUAJE KERIYGMÁTICO EN APARECIDA En los diversos mensajes que dejó Benedicto XVI en Aparecida, llama la atención la abundancia de expresiones kerygmáticas, que se caracterizan por el tono atrayente e impactante con el que presenta la persona de Jesús, el Cristo y Señor, y la acción de su Espíritu en la Iglesia y en los creyentes. El Documento también refleja ese tono kerygmático en muchas partes. En particular, nos interesa ver, en alguno de sus pasajes, cómo el kerigma sigue siendo el punto de partida y la referencia constante del itinerario formativo del discípulo misionero, como asimismo en la catequesis. En la Homilía y Discursos del Santo Padre Veamos primero algunas de esas expresiones keriygmáticas que aparecen en la Homilía que pronunció el Papa en la Misa de Inauguración de Aparecida. Por ejemplo, cuando afirma que Sólo la caridad de Cristo, derramada por el Espíritu Santo, puede hacer de esta reunión un auténtico acontecimiento eclesial, un momento de gracia para este continente y para el mundo entero. Un poco más adelante, vuelve a señalar la acción del Espíritu Santo Tiempo de la Iglesia, tiempo del Espíritu Santo: Él es el Maestro que forma a los discípulos: los hace enamorarse de Jesús; los educa para que escuchen su palabra, para que contemplen su rostro; los configura con su humanidad bienaventurada, pobre de espíritu, afliSEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 45 gida, mansa, sedienta de justicia, misericordiosa, pura de corazón, pacífica, perseguida a causa de la justicia (cf. Mt 5, 3-10). En seguida se refirió a la Iglesia y la acción keriygmática que realiza el Espíritu Santo en ella La Iglesia se siente discípula y misionera de este Amor: misionera sólo en cuanto discípula, es decir, capaz de dejarse atraer siempre, con renovado asombro, por Dios que nos amó y nos ama primero (cf. 1 Jn 4, 10). La Iglesia (…) crece mucho más por “atracción”: como Cristo “atrae a todos hacia sí” con la fuerza de su amor… Luego esclarece la naturaleza de la fe y anuncia el kerigma, como el auténtico fundamento de la esperanza [La fe] No es una ideología política, ni un movimiento social, como tampoco un sistema económico; es la fe en Dios Amor, encarnado, muerto y resucitado en Jesucristo, el auténtico fundamento de esta esperanza que produjo frutos tan magníficos desde la primera evangelización hasta hoy. En el Discurso al final del rezo del Santo Rosario, en Aparecida, el Papa, al hablar del sentido de pertenencia a la Iglesia, lo hace en un tono keriygmático Queridos hombres y mujeres de América Latina sé que tenéis una gran sed de Dios. Sé que seguís a aquel Jesús, que dijo: “Nadie va al Padre sino por mí” (Jn 14, 6). Por eso el Papa quiere deciros a todos: la Iglesia es nuestra casa. Esta es nuestra casa. En la Iglesia católica tenemos todo lo que es bueno, todo lo que es motivo de seguridad y de consuelo. Quien acepta a Cristo, “camino, verdad y vida”, en su totalidad, tiene garantizada la paz y la felicidad, en esta y en la otra vida. Por eso, el Papa vino aquí para rezar y confesar con todos vosotros: vale la pena ser fieles, vale la pena perseverar en la propia fe. En el Mensaje Final y Documento Conclusivo En el Mensaje Final, luego de una breve introducción, encontramos inmediatamente la proclamación gozosa del kerigma 46 BOLETÍN CELAM 317 - 318 Ante los desafíos que nos plantea esta nueva época en la que estamos inmersos, renovamos nuestra fe, proclamando con alegría a todos los hombres y mujeres de nuestro continente: somos amados y redimidos en Jesús, Hijo de Dios, el Resucitado vivo en medio de nosotros; por Él podemos ser libres del pecado, de toda esclavitud y vivir en justicia y fraternidad. ¡Jesús es el camino que nos permite descubrir la verdad y lograr la plena realización de nuestra vida! ¡Nuestra mayor alegría es ser discípulos suyos! (…) ¡Sigamos al Señor Jesús! Luego, en el Documento Conclusivo, son frecuentes los tonos “explosivos”, el lenguaje vivencial y de testimonio, que transmiten el anuncio gozoso del kerigma. Veamos algunos ejemplos. Ante todo, damos gracias a Dios y lo alabamos por todo lo que nos ha sido regalado. (…) Sobre todo, nos ha sido dado Jesucristo, la plenitud de la Revelación de Dios, un tesoro incalculable, la “perla preciosa” (cf. Mt 13, 45-46), el Verbo de Dios hecho carne, Camino, Verdad y Vida de los hombres y mujeres, a quienes abre un destino de plena justicia y felicidad. Él es el único Liberador y Salvador que, con su muerte y resurrección, rompió las cadenas opresivas del pecado y la muerte, que revela el amor misericordioso del Padre y la vocación, dignidad y destino de la persona humana (DA 6). Lo que nos define no son las circunstancias dramáticas de la vida, ni los desafíos de la sociedad, ni las tareas que debemos emprender, sino ante todo el amor recibido del Padre gracias a Jesucristo por la unción del Espíritu Santo. (…) No tenemos otra dicha ni otra prioridad que ser instrumentos del Espíritu de Dios, en Iglesia, para que Jesucristo sea encontrado, seguido, amado, adorado, anunciado y comunicado a todos… (DA 14). Mientras sufrimos y nos alegramos, permanecemos en el amor de Cristo viendo nuestro mundo, tratamos de discernir sus caminos con la gozosa esperanza y la indecible gratitud de creer en Jesucristo. Él es el Hijo de Dios verdadero, el único Salvador de la humanidad. La importancia única e insustituible de Cristo para nosotros, para la humanidad, consiste en que Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida (DA 22). SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 47 Antes de describir la realidad así como la ven los discípulos y misioneros, el Documento Conclusivo ofrece, en el primer capítulo, dos apartados con un fuerte tono kerigmático. El primero (1.1) es una manifestación de alabanza y acción de gracias a Dios; y el segundo (1.2), es una expresión de la alegría que causa ser discípulos y misioneros de Jesucristo. El capítulo 3, “La alegría de ser discípulos misioneros para anunciar el Evangelio de Jesucristo”, con el que se introduce la segunda parte del Documento, donde se realiza el ejercicio de la iluminación como segundo paso del método ver-juzgar-actuar, transmite un intenso clima de alabanza y gratitud. De los 28 números, 16 de ellos empiezan con una expresión de alabanza, de bendición, de gratitud o de alegría. Veamos algunos ejemplos: Con la alegría de la fe somos misioneros... (103). Bendecimos a Dios por la dignidad de la persona humana, creada a su imagen y semejanza… (104). Alabamos a Dios por los hombres y mujeres de América Latina y El Cribe que, movidos por su fe, han trabajado incansablemente en defensa de la dignidad de la persona humana… (105). Alabamos a Dios por el don maravilloso de la vida y por quienes la honran y la dignifican al ponerla al servicio de los demás… (106). Bendecimos al Padre por el don de su Hijo Jesucristo, “rostro humano de Dios y rostro divino del hombre”… (107). Bendecimos al Padre porque todo hombre abierto sinceramente a la verdad y al bien, aun entre dificultades e incertidumbres, puede llegar a descubrir, en la ley natural escrita en su corazón (cf. Rm 2, 14-15), el valor sagrado de la vida humana… (108). Proclamamos con alegría el valor de la familia… (114). Agradecemos a Cristo que nos revela que “Dios es amor y vive en sí mismo un misterio personal de amor”… (115). 48 BOLETÍN CELAM 317 - 318 Bendecimos a Dios por haber creado al ser humano varón y mujer, aunque hoy se quiera confundir esta verdad… (116). El ser amados por Dios nos llena de alegría… (117). En el capítulo 4 encontramos, en pocas frases, la interrelación entre pertenencia a Cristo y encuentro con Él, alegría y gratitud que ello produce, acontecimiento y misión que de todo ello se desprende. Cuando crece la conciencia de pertenencia a Cristo, en razón de la gratitud y alegría que produce, crece también el ímpetu de comunicar a todos el don de ese encuentro. La misión no se limita a un programa o proyecto, sino que es compartir la experiencia del acontecimiento del encuentro con Cristo, testimoniarlo y anunciarlo de persona a persona, de comunidad a comunidad, y de la Iglesia a todos los confines del mundo (cf. Hch 1, 8). En el capítulo 5, donde se habla de los lugares eclesiales para la comunión, se refiere, en primer lugar a la Iglesia particular como lugar eclesial donde el discípulo está llamado a hacer y madurar la experiencia del encuentro con Jesucristo vivo y a descubrir su misión. En su realidad social concreta [en la Iglesia particular], el discípulo hace la experiencia del encuentro con Jesucristo vivo, madura su vocación cristiana, descubre la riqueza y la gracia de ser misionero y anuncia la Palabra con alegría (DA 167). Como síntesis de este capítulo, en el número 226, Aparecida plantea cuatro ejes, que es necesario reforzar para una auténtica renovación de nuestra Iglesia. Podemos notar cómo se insiste en la necesidad de una fuerte experiencia religiosa, en la vivencia comunitaria y la responsabilidad de sus miembros, en la formación bíblica y doctrinal y en la misión. En estos cuatro ejes, podemos individuar también los principales componentes, que hacen posible el acontecimiento salvífico: una experiencia personal intensa de encuentro con Jesucristo vivo; la dimensión comunitaria de esa experiencia; su carácter global que da sentido unitario a todas las dimensiones de la existencia; y su proyección difusiva y misionera. a) La experiencia religiosa. En nuestra Iglesia debemos ofrecer a todos nuestros fieles un “encuentro personal con Jesucristo”, una SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 49 experiencia religiosa profunda e intensa, un anuncio keriygmático y el testimonio personal de los evangelizadores, que lleve a una conversión personal y a un cambio de vida integral. b) La vivencia comunitaria. Nuestros fieles buscan comunidades cristianas, en donde sean acogidos fraternalmente y se sientan valorados, visibles y eclesialmente incluidos. Es necesario que nuestros fieles se sientan realmente miembros de una comunidad eclesial y corresponsables en su desarrollo. Eso permitirá un mayor compromiso y entrega en y por la Iglesia. c) La formación bíblico-doctrinal. Junto con una fuerte experiencia religiosa y una destacada convivencia comunitaria, nuestros fieles necesitan profundizar el conocimiento de la Palabra de Dios y los contenidos de la fe, ya que es la única manera de madurar su experiencia religiosa. En este camino, acentuadamente vivencial y comunitario, la formación doctrinal no se experimenta como un conocimiento teórico y frío, sino como una herramienta fundamental y necesaria en el crecimiento espiritual, personal y comunitario. d) El compromiso misionero de toda la comunidad. Ella sale al encuentro de los alejados, se interesa por su situación, a fin de reencantarlos con la Iglesia e invitarlos a volver a ella. Vale la pena detenerse en el capítulo 6.2 “El proceso de Formación de los discípulos misioneros”, porque en el primer número (276) invita a mirar a Jesús, el Maestro, para aprender de Él el método para formar discípulos, con un estilo que se vuelve emblemático para los formadores en el nuevo contexto sociocultural de América Latina. El número siguiente (277) continúa el tono kerigmático para poner de relieve la pasión que despierta el encuentro con Jesús. Esa fascinación se inserta en la naturaleza dinámica de la persona y desencadena un proceso de formación, en el que se distinguen cinco aspectos fundamentales. Estos aspectos son muy semejantes a los cuatro ejes que se plantan para la renovación de la Iglesia. Los cinco aspectos fundamentales se encuentran en el n. 279 y que presentamos resumidos a continuación. En el proceso de formación de discípulos misioneros, destacamos cinco aspectos fundamentales, que aparecen de diversa manera en cada 50 BOLETÍN CELAM 317 - 318 etapa del camino, pero que se compenetran íntimamente y se alimentan entre sí: a) El Encuentro con Jesucristo. Quienes serán sus discípulos ya lo buscan (cf. Jn 1, 38), pero es el Señor quien los llama: “Sígueme” (Mc 1, 14; Mt 9, 9). (…) Este encuentro debe renovarse constantemente por el testimonio personal, el anuncio del kerygma y la acción misionera de la comunidad. El kerygma no sólo es una etapa, sino el hilo conductor de un proceso que culmina en la madurez del discípulo de Jesucristo (…) b) La Conversión: Es la respuesta inicial de quien ha escuchado al Señor con admiración, cree en Él por la acción del Espíritu, se decide a ser su amigo e ir tras de Él, cambiando su forma de pensar y de vivir (…) c) El Discipulado: La persona madura constantemente en el conocimiento, amor y seguimiento de Jesús maestro, profundiza en el misterio de su persona, de su ejemplo y de su doctrina (…). d) La Comunión: No puede haber vida cristiana sino en comunidad: en las familias, las parroquias, las comunidades de vida consagrada, las comunidades de base, otras pequeñas comunidades y movimientos (…) e) La Misión: El discípulo, a medida que conoce y ama a su Señor, experimenta la necesidad de compartir con otros su alegría de ser enviado, de ir al mundo a anunciar a Jesucristo, muerto y resucitado, a hacer realidad el amor y el servicio en la persona de los más necesitados, en una palabra, a construir el Reino de Dios (…) A continuación se tratan los criterios generales para el itinerario formativo de los discípulos misioneros. El primer apartado (6.2.2.1) tiene como título muy sugerente: “Una formación integral, keriygmática y permanente”. Allí se afirma que en la base de las variadas dimensiones del proceso formativo: humana y comunitaria, espiritual, intelectual, pastoral y misionera (280), está la fuerza del anuncio keriygmático (279). SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 51 La tercera parte del documento “La misión de los discípulos al servicio de la vida plena”, que se ocupa principalmente de ofrecer orientaciones pastorales, plantea de entrada, en forma explícita, la gracia y la gratuidad que trae el anuncio y la escucha del kerygma. El anuncio del kerygma invita a tomar conciencia de ese amor vivificador de Dios que se nos ofrece en Cristo muerto y resucitado. Esto es lo primero que necesitamos anunciar y también escuchar, porque la gracia tiene un primado absoluto en la vida cristiana y en toda la actividad evangelizadora de la Iglesia: “Por la gracia de Dios soy lo que soy” (1 Co 15, 10) (DA 348). Finalmente, en la Conclusión, se puede percibir un claro tono keriygmático en todo el texto, empezando por el primer número, donde la Asamblea se transmite que En 19 jornadas de intensa oración, intercambios y reflexión, dedicación y fatiga, nuestra solicitud pastoral tomó forma en el documento final, que fue adquiriendo cada vez mayor densidad y madurez. El Espíritu de Dios fue conduciéndonos, suave pero firmemente, hacia la meta (DA 547). Para concluir, exclamando: ¡Necesitamos un nuevo Pentecostés! ¡Necesitamos salir al encuentro de las personas, las familias, las comunidades y los pueblos para comunicarles y compartir el don del encuentro con Cristo, que ha llenado nuestras vidas de “sentido”, de verdad y amor, de alegría y de esperanza! (DA 548). 5. EL MÉTODO EN LA V CONFERENCIA GENERAL Para la elaboración del Documento Conclusivo se usó el método clásico “ver, juzgar y actuar”, que ya se había empleado para recoger las contribuciones que enviaron las Conferencias Episcopales al tema de la V Conferencia. En el n. 19 del documento se encuentra una descripción bastante detallada sobre los diversos pasos de este método. Este método fue objeto de largas discusiones durante el período de preparación de Aparecida. Muchos veían que el método había 52 BOLETÍN CELAM 317 - 318 perdido la perspectiva cristiana que tenía cuando se había creado a mediados del siglo pasado. Con el paso del tiempo y el avance del secularismo, el primer paso de este método, que consiste en ver la realidad, fue reduciéndose al ámbito del análisis social. La iluminación evangélica se postergaba para un segundo momento y para un tercer momento las acciones. No se sabía mucho qué hacer con la fe durante el primer paso, porque la preocupación principal era lograr que la realidad fuera lo más objetiva posible y la fe aparecía como una amenaza a esa objetividad. Sin embargo, en la práctica, cuando la mirada sobre la realidad quedaba despojada de la mirada creyente, resultaba muy difícil recuperarla en los pasos siguientes. La realidad ya no era vista desde la fe. La fe –postergada a un segundo momento– iluminaba una realidad vista sólo desde el prisma de las ciencias humanas, por consiguiente, una realidad de horizontes reducidos. Las acciones que resultaban de esta comprensión no lograban una suficiente correspondencia con los valores del evangelio. El mérito que tuvo Aparecida fue recuperar el valor cristiano de este método. El punto clave para su reposición consistió en el esfuerzo de hacer que el primer paso lograra una mirada creyente de la realidad, asegurando así una visión de fe sobre los pasos siguientes. Veamos cómo se plasma el método en el documento. El documento tiene tres grandes partes que corresponden a los tres pasos del método. La primera parte del documento tiene como título “La vida de nuestros pueblos hoy”. Con este título, uno esperaría encontrarse inmediatamente con el análisis de la realidad, sin embargo, el primer capítulo, de los dos que conforman esta primera parte, se detiene en la acción de gracias a Dios, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones en la persona de Cristo (cf. Ef 1, 3); en manifestar la alegría de ser discípulos y misioneros de Jesucristo, porque “conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo” (DA 29); y en recordar que la misión de Iglesia es evangelizar. Son nada menos que 32 parágrafos los que preceden el análisis de la realidad. Este análisis tiene lugar a continuación en el segundo capítulo, bajo el sugestivo título “La mirada de los discípulos misioneros sobre la realidad”, para alejar cualquier duda sobre la perspectiva cristiana, desde la cual se pretende mirar la vida de nuestros pueblos en el tiempo presente. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 53 Sin embargo, a pesar del gran esfuerzo que hizo la Asamblea en tratar de plasmar en el texto la visión creyente de la realidad, los resultados fueron buenos pero insuficientes. El análisis del tiempo presente, que se hace en el capítulo dos, no aparece suficientemente asumido en la segunda parte del documento, dedicada a la iluminación y, tampoco en la tercera, donde encontramos las orientaciones para la acción. Con todo, hay que reconocer el mérito que tiene esta Asamblea en el rescate del método, sobre todo en el primer paso del ver, porque, como dijimos, determina los pasos siguientes. De esta manera, se enriqueció la perspectiva de fe, propia de toda persona creyente, que se distingue por su visión cristiana de la realidad. 5.1 Un aporte sustancial al método El Papa, en la Homilía de la Misa de apertura de la V Conferencia y en su Discurso Inaugural, entregó elementos sustanciales, que enriquecen la visión creyente de la realidad, y dejan entrever que la fe no es un obstáculo para una mirada objetiva, al contrario, la fe potencia todo lo humano, le da claridad y lo enriquece. Veamos algunas de esas afirmaciones del Discurso Inaugural, partiendo de la que coloca a Dios, como la realidad fundante y decisiva. Quien excluye a Dios de su horizonte falsifica el concepto de “realidad” y, en consecuencia, sólo puede terminar en caminos equivocados y con recetas destructivas (DI 3). Para decir inmediatamente que Sólo quien reconoce a Dios, conoce la realidad y puede responder a ella de modo adecuado y realmente humano (DI 3). Una afirmación así, deja mucha claridad sobre el alcance de humanidad que caracteriza la visión que tiene el hombre creyente de la realidad, “para responder a ella de modo adecuado y realmente humano”. Un poco más adelante, el Papa precisa la afirmación precedente diciendo que: Si no conocemos a Dios en Cristo y con Cristo, toda la realidad se convierte en un enigma indescifrable; no hay camino y, al no haber camino, no hay vida ni verdad (DI 3). 54 BOLETÍN CELAM 317 - 318 Luego, en el n. 19 del documento, sobre todo en la primera parte, se describe la visión creyente y se señalan los elementos que la integran y constituyen, para que esa visión de la realidad sea realmente humana. Este método implica contemplar a Dios con los ojos de la fe a través de su Palabra revelada y el contacto vivificante de los Sacramentos, a fin de que, en la vida cotidiana, veamos la realidad que nos circunda a la luz de su providencia, la juzguemos según Jesucristo, Camino, Verdad y Vida, y actuemos desde la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo y Sacramento universal de salvación, en la propagación del reino de Dios, que se siembra en esta tierra y que fructifica plenamente en el Cielo. En el Documento Conclusivo, encontramos otras referencias al método que, como veremos luego, no hacen más que desarrollar la visión y experiencia creyente de la realidad. En este sentido, vemos cómo en el n. 244 se habla del “método cristiano”: El evangelista Juan nos ha dejado plasmado el impacto que produjo la persona de Jesús en los dos primeros discípulos que lo encontraron, Juan y Andrés. Todo comienza con una pregunta: “¿qué buscan?” (Jn 1, 38). A esa pregunta siguió la invitación a vivir una experiencia: “vengan y lo verán” (Jn 1, 39). Esta narración permanecerá en la historia como síntesis única del método cristiano (DA 244). Los elementos principales de este “método cristiano” aparecen en diversas partes del documento. En los dos números que siguen, esos elementos se notan más claramente. Jesús, al inicio de su ministerio, elige a los doce para vivir en comunión con Él (cf. Mc 3, 14). Para favorecer la comunión y evaluar la misión, Jesús les pide: “Vengan ustedes solos a un lugar deshabitado, para descansar un poco” (Mc 6, 31-32). En otras oportunidades, se encontrará con ellos para explicarles el misterio del Reino (cf. Mc. 4, 11.33-34). De la misma manera se comporta con el grupo de los setenta y dos discípulos (cf. Lc 10, 17-20). Al parecer, el encuentro a solas indica que Jesús quiere hablarles al corazón (cf. Os 2, 14). Hoy, también el encuentro de los discípulos con Jesús en la intimidad es indispensable para alimentar la vida comunitaria y la actividad misionera (DA 154). SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 55 La vocación y el compromiso de ser hoy discípulos y misioneros de Jesucristo en América Latina y El Caribe, requieren una clara y decidida opción por la formación de los miembros de nuestras comunidades, en bien de todos los bautizados, cualquiera sea la función que desarrollen en la Iglesia. Miramos a Jesús, el Maestro que formó personalmente a sus apóstoles y discípulos. Cristo nos da el método: “Vengan y vean” (Jn 1, 39), “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14, 6) (DA 276). Podríamos sintetizar los principales aspectos que aparecen en el llamado “método cristiano” en los siguientes puntos: • Fascinación, atracción, admiración por la persona de Jesús y deseos de conocerlo: Maestro ¿dónde vives? • Invitación de Jesús: “Vengan y vean”: experiencia de “estar con Él” para aprender a “ver y juzgar” por Él, con Él y en Él. • Enviados a seguir encontrando a Jesús en los “lugares” donde Él se hace presente, para abrir un “auténtico proceso de conversión, comunión y solidaridad”, es decir, obrar en consecuencia con lo que se ha experimentado, visto e iluminado. En estos números notamos que convivir con Jesús, escuchar su Palabra, “estar con Él”, es el presupuesto para ver la realidad con su mirada. La “objetividad” en el análisis de la realidad, va a depender de la autenticidad del encuentro con Jesús. En la medida en que el discípulo conforma su visión, sus sentimientos y su mente con la de Jesús, su lectura e interpretación de la realidad será cristiana y “realmente humana”, como lo expresó Benedicto XVI en Aparecida. Llegados a este punto, es importante señalar que la visión creyente es una visión esencialmente “en comunión”. El creyente, desde su experiencia de encuentro con Jesús, inserto en la comunidad eclesial, tiene una mirada sobre la realidad desde la comunión. Podríamos decir que se trata de una visión “en alianza”, porque se funda sobre la experiencia originaria de comunión con Dios, que nos amó primero y nos sigue amando. Por eso, la mirada que parte de la experiencia de comunión, necesariamente conduce al encuentro y se convierte en una mirada que recrea, dignifica y promueve. 56 BOLETÍN CELAM 317 - 318 6. UN MÉTODO ORIGINAL PARA LA MISIÓN DEL DISCÍPULO DE JESUCRISTO También el Papa Benedicto XVI habló del método en la Homilía de la Misa de Inauguración de la V Conferencia General, y propuso el “método original”. Se trata del “método con el que actuamos en la Iglesia tanto en las pequeñas asambleas como en las grandes”. En seguida aclaró que “no es sólo una cuestión de modo de proceder; es el resultado de la misma naturaleza de la Iglesia, misterio de comunión con Cristo en el Espíritu Santo”. ¿En qué consiste ese método? El Santo Padre lo describe partiendo de los Hechos de los Apóstoles, donde se “habla del sentido del discernimiento comunitario en torno a los grandes problemas, que la Iglesia encuentra a lo largo de su camino, y que son aclarados por los “Apóstoles” y por los “ancianos”, con la luz del Espíritu Santo, el cual recuerda la enseñanza de Jesucristo (Jn 14, 6), y así ayuda a la comunidad cristiana a caminar en la caridad hacia la verdad plena (cf. Jn 16, 13). Los jefes de la Iglesia discuten y se confrontan, pero siempre con una actitud de religiosa escucha de la palabra de Cristo en el Espíritu Santo. Por eso, al final pueden afirmar: “Hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros…” (Hch 15, 28). Esta es la Iglesia: nosotros, la comunidad de fieles, el pueblo de Dios, con sus pastores, llamados a hacer de guías del camino; junto con el Espíritu Santo, Espíritu del Padre enviado en nombre del Hijo Jesús, Espíritu de Aquel que es el “mayor” de todos y que nos fue dado mediante Cristo, que se hizo el “menor” por nuestra causa. Espíritu Paráclito, Advocatus, Defensor y Consolador. Él nos hace vivir en la presencia de Dios, en la escucha de su Palabra, sin inquietud ni temor, teniendo en el corazón la paz que Jesús nos dejó y que el mundo no puede dar (cf. Jn 14, 26-27). El Papa prosiguió su reflexión explayándose sobre el contenido experiencial de este método, afirmando que el tiempo de la Iglesia es el tiempo del Espíritu Santo: “Él es el Maestro que forma a los discípulos: los hace enamorarse de Jesús; los educa para que escuchen su palabra, para que contemplen su rostro; los configura con su humanidad bienaventurada, pobre de espíritu, afligida, mansa, sedienta de justicia, misericordiosa, pura de corazón, pacífica, perseguida a causa de la justicia (cf. Mt 5, 3-10). Así, gracias a la acción del Espíritu Santo, Jesús se convierte en el “camino” por donde avanza el discípulo. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 57 Este “contenido” que conforma la identidad y vocación del discípulo se proyecta en envío misionero. Por eso, “la Iglesia es enviada a difundir en el mundo la caridad de Cristo, –prosigue el Papa– para que los hombres y los pueblos “tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10, 10). (…) La Iglesia se siente discípula y misionera de este Amor: misionera sólo en cuanto discípula, es decir, capaz de dejarse atraer siempre, con renovado asombro, por Dios que nos amó y nos ama primero (cf. 1 Jn 4, 10). En resumen, la dinámica de este método, así como lo plantea el Santo Padre, parte de la experiencia de atracción irresistible de la persona de Cristo, quien por la fuerza de su amor, que culminó en el sacrificio de la cruz, atrae a todos hacia sí. La Iglesia, atraída por esa fuerza y asociada a Cristo, realiza su obra conformándose en espíritu y concretamente con la caridad de su Señor. La dinámica misionera de la Iglesia, y más concretamente la Misión Continental, como expresión histórica de esa dinámica en nuestro continente, tanto en sus “pequeñas asambleas como en las grandes”, está llamada a actuar en el espíritu de ese método, que “no es sólo una cuestión de modo de proceder; es el resultado de la misma naturaleza de la Iglesia, misterio de comunión con Cristo en el Espíritu Santo”. En el mismo sentido, “cuando crece la conciencia de pertenencia a Cristo, en razón de la gratitud y alegría que produce, crece también el ímpetu de comunicar a todos el don de ese encuentro. La misión no se limita a un programa o proyecto, sino que es compartir la experiencia del acontecimiento del encuentro con Cristo, testimoniarlo y anunciarlo de persona a persona, de comunidad a comunidad, y de la Iglesia a todos los confines del mundo (cf. Hch 1, 8) (n. 144). En consecuencia, la tercera parte del documento “La vida de Jesucristo para nuestros pueblos” está toda orientada, con sus cuatro capítulos, hacia la misión de los discípulos al servicio de la vida plena. En el primero de esos capítulos se declara: Asumimos el compromiso de una gran misión en todo el Continente, que nos exigirá profundizar y enriquecer todas las razones y motivaciones que permitan convertir a cada creyente en un discípulo misionero. Necesitamos desarrollar la dimensión misionera de la vida 58 BOLETÍN CELAM 317 - 318 en Cristo. La Iglesia necesita una fuerte conmoción que le impida instalarse en la comodidad, el estancamiento y en la tibieza, al margen del sufrimiento de los pobres del Continente. Necesitamos que cada comunidad cristiana se convierta en un poderoso centro de irradiación de la vida en Cristo. Esperamos un nuevo Pentecostés que nos libre de la fatiga, la desilusión, la acomodación al ambiente; una venida del Espíritu que renueve nuestra alegría y nuestra esperanza. Por eso, se volverá imperioso asegurar cálidos espacios de oración comunitaria que alimenten el fuego de un ardor incontenible y hagan posible un atractivo testimonio de unidad para que el mundo crea (DA 362). Y a continuación se advierte que La fuerza de este anuncio de vida será fecunda si lo hacemos con el estilo adecuado, con las actitudes del Maestro, teniendo siempre a la Eucaristía como fuente y cumbre de toda actividad misionera. Invocamos al Espíritu Santo para poder dar un testimonio de proximidad que entraña cercanía afectuosa, escucha, humildad, solidaridad, compasión, diálogo, reconciliación, compromiso con la justicia social y capacidad de compartir, como Jesús lo hizo. Él sigue convocando, sigue invitando, sigue ofreciendo incesantemente una vida digna y plena para todos. Nosotros somos ahora, en América Latina y El Caribe, sus discípulos y discípulas, llamados a navegar mar adentro para una pesca abundante. Se trata de salir de nuestra conciencia aislada y de lanzarnos, con valentía y confianza (parresía), a la misión de toda la Iglesia (DA 363). Con el mismo espíritu, en la Conclusión, dice que Para convertirnos en una Iglesia llena de ímpetu y audacia evangelizadora, tenemos que ser de nuevo evangelizados y fieles discípulos. (…) No hemos de dar nada por presupuesto y descontado. Todos los bautizados estamos llamados a “recomenzar desde Cristo”, a reconocer y seguir su Presencia con la misma realidad y novedad, el mismo poder de afecto, persuasión y esperanza, que tuvo su encuentro con los primeros discípulos a las orillas del Jordán, hace 2000 años, y con los “Juan Diego” del Nuevo Mundo. Sólo gracias a ese encuentro y seguimiento, que se convierte en familiaridad y comunión, por desborde de gratitud y alegría, somos rescatados de nuestra SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 59 conciencia aislada y salimos a comunicar a todos la vida verdadera, la felicidad y esperanza que nos ha sido dado experimentar y gozar (DA 549). Aparecida nos anima con fuerza para que Recobremos, pues, “el fervor espiritual. Conservemos la dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas. Hagámoslo –como Juan el Bautista, como Pedro y Pablo, como los otros Apóstoles, como esa multitud de admirables evangelizadores que se han sucedido a lo largo de la historia de la Iglesia– con un ímpetu interior que nadie ni nada sea capaz de extinguir. Sea ésta la mayor alegría de nuestras vidas entregadas. Y ojalá el mundo actual –que busca a veces con angustia, a veces con esperanza– pueda así recibir la Buena Nueva, no a través de evangelizadores tristes y desalentados, impacientes o ansiosos, sino a través de ministros del Evangelio, cuya vida irradia el fervor de quienes han recibido, ante todo en sí mismos, la alegría de Cristo y aceptan consagrar su vida a la tarea de anunciar el Reino de Dios y de implantar la Iglesia en el mundo”1. Recobremos el valor y la audacia apostólicos (DA 552). 7. MISIÓN CONTINENTAL: COMPROMISO DE UNA IGLESIA DISCÍPULA La Misión Continental es un anhelo amplio y difundido en las comunidades de América Latina y El Caribe, que fue recogido durante la preparación de la V Conferencia y luego asumido en Aparecida. Por otra parte, la finalidad propia de esta reunión episcopal es esencialmente misionera. En el primer número del documento, se dice explícitamente que los pastores quieren Seguir impulsando la acción evangelizadora de la Iglesia, llamada a hacer de todos sus miembros discípulos y misioneros de Cristo, Camino, Verdad y Vida, para que nuestros pueblos tengan vida en Él. En la Presentación del documento, el Papa dice que para él 1 EN 80. 60 BOLETÍN CELAM 317 - 318 Es motivo de alegría conocer el deseo de realizar una Misión Continental, que las Conferencias Episcopales y cada diócesis están llamadas a estudiar y llevar a cabo, convocando para ello a todas las fuerzas vivas, de modo que caminando desde Cristo se busque su rostro (cf. Novo millennio ineunte, 29). Entre los temas que despertaron mayor coincidencia y entusiasmo en los participantes, fue la “Misión Continental”. El Mensaje Final lo refleja muy bien con estas palabras: Al terminar la Conferencia de Aparecida, en el vigor del Espíritu Santo, convocamos a todos nuestros hermanos y hermanas, para que, unidos, con entusiasmo realicemos la Gran Misión Continental. Será un nuevo Pentecostés que nos impulse a ir, de manera especial, en búsqueda de los católicos alejados y de los que poco o nada conocen a Jesucristo, para que formemos con alegría la comunidad de amor de nuestro Padre Dios. Misión que debe llegar a todos, ser permanente y profunda (n. 5). El Documento Conclusivo asume el despertar misionero, expresándolo en forma de Misión Continental, y asegura que la misma será Más concretamente considerada durante la próxima Asamblea Plenaria del CELAM en La Habana”. Al mismo tiempo, subraya la necesidad de una “decidida colaboración de las Conferencias Episcopales y de cada diócesis en particular (DA 551) Hay un punto importante que debemos destacar. Las Conferencias Episcopales, reunidas como Conferencia General en Aparecida, no “inventaron” la Misión Continental en ese momento. El anhelo de una misión, que abrace el Continente entero, viene palpitando, como ya lo señalamos, desde mucho antes. La expresión Misión Continental o formulaciones semejantes, fueron cobrando vigencia y consenso entre los obispos desde los inicios de la preparación de la V Conferencia. En la medida que se fue avanzando con los preparativos de la Conferencia General, fue ganando consenso esta propuesta de misión en el Continente, hasta convertirse en un deseo unánime y una voz común de todos los participantes de Aparecida. Tanto el SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 61 Mensaje Final, como el Documento Conclusivo de la V Conferencia, dan cuenta de esa unanimidad. Es importante subrayar responsabilidad propia que tienen las Conferencias Episcopales en la realización de la Misión Continental. Si la Conferencia Episcopal no asume activamente su servicio de animar la Misión, es muy difícil que tengamos una verdadera expresión continental de la misma. Podrá haber Iglesias particulares más o menos misioneras, pero perderían la providencial ocasión de colaborar en conjunto para “una América Latina y Caribeña unida, reconciliada e integrada” (DA 520). Es preciso que asumamos toda la riqueza y potencialidad que nos da la dignidad de reconocernos como una familia de latinoamericanos y caribeños, que implica una experiencia singular de proximidad, fraternidad y solidaridad, decíamos en Aparecida. No somos un mero continente, apenas una suma de pueblos y de etnias que se yuxtaponen. Somos la gran patria de hermanos, como dijo Juan Pablo II, unos pueblos a quienes la misma geografía, la fe cristiana, la lengua y la cultura han unido definitivamente en el camino de la historia (cf. DA 526). Esta misión no es apenas una estrategia pastoral de alcance continental, que pretenden impulsar las Conferencias Episcopales. La Iglesia es comunión y misión, éstas pertenecen a su misma esencia. Cuanto más proyectada a la misión, la Iglesia es más Iglesia. La experiencia única y original de las 22 Conferencias Episcopales de América Latina y El Caribe, las coloca en una situación privilegiada en orden a proyectarse juntas hacia una misión en el Continente, “para promover y defender el mayor bien” (CIC n. 447), como reza el canon, o como decíamos en el lenguaje del tema de Aparecida, “para la vida de nuestros pueblos en Cristo”. Las Conferencias Episcopales, con la ayuda del CELAM, son los organismos a través de los cuales se deberá animar, proyectar, concretar y evaluar esta misión. La reciente Reunión de Coordinación del CELAM, realizada a principios del mes de agosto en Bogotá, que reunió a la nueva Presidencia del CELAM, a los Presidentes de los Departamentos, Responsables de Secciones y Directores de Centros, y a los Secretarios ejecutivos, retomó estos encargos y los proyectó en programas concretos para el próximo cuatrienio. En esta reunión, asumiendo la propuesta de la Asamblea de La Habana, se constituyó 62 BOLETÍN CELAM 317 - 318 una Comisión especial para la Misión Continental, que tendrá como primer encargo hacer que el Documento Conclusivo de Aparecida sea ampliamente conocido y asimilado en todo el Continente, a fin de que se capte y transmita el Espíritu que animó la Asamblea de la V Conferencia, y se procure la aplicación de sus orientaciones pastorales, con especial énfasis en la Misión Continental. Podemos decir que, en Aparecida, la Iglesia, evangelizada por el feliz encuentro con su Señor, revivió con renovado gozo su misión de evangelizar. Misión que consiste en anunciar que la vida en Cristo trae vida digna, plena y feliz para todos. Esta misión es un compromiso que tendremos que asumir todos, pastores, vida consagrada y fieles laicos. Así lo hemos vivido en Aparecida, donde, en medio del trabajo intenso, experimentamos la alegría del encuentro, la confianza en el diálogo, la búsqueda sincera de la verdad, en el respeto y valoración de la diversidad, en la amplia coincidencia de visión y de orientaciones pastorales que se elaboraron en común, y en el intenso deseo de llevar esta experiencia a los demás, a fin de que todos puedan vivirla en sus familias, en las comunidades, en el trabajo, en las responsabilidades ciudadanas, y en el compromiso de seguir construyendo un mundo más justo y más fraterno para todos, sin excluir a nadie. Esperamos que este espíritu de comunión y de renovado deseo de misión, que se ha vivido en Aparecida, pueda concretarse de una manera viva y eficaz en todo el Continente. Quisiéramos, con la ayuda de Dios, una Iglesia que se asemeje más a una Iglesia esposa fiel de Cristo, que refleje más claramente el rostro de su Señor y, sea, por tanto, una Iglesia más servidora, cada vez más abierta al diálogo ecuménico y dispuesta a colaborar con todos los hombres y mujeres de buena voluntad, para que hagamos posible un mundo realmente humano, y con una Iglesia más discípula y misionera, para que nuestros pueblos tengan vida en Cristo, vida digna y plena. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 63 D NOVEDA Colección Quinta Conferencia EL PRESBÍTERO, DISCÍPULO Y MISIONERO DE JESUCRISTO EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE Secretaría General El discipulado y la misión, aplicado a la realidad presbiteral, se desprenden del tema que entregó el Santo Padre a la V Conferencia General: “Discípulos y misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos en Él tengan vida - ‘Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida’ (Jn 14, 6)”. Con este motivo la Presidencia del CELAM organizó este Seminario, con un calificado grupo de expertos, cuyas ponencias y conclusiones se incluyen en esta publicación. Especialmente útil para la formación permanente del presbiterio. Contenido: • Identidad y misión de los presbíteros • Aproximación a la realidad humana del presbítero • La dimensión eclesial en la vida de los presbíteros • Presbíteros con corazón y mentalidad misioneros para que nuestros pueblos en Jesucristo tengan vida • Algunos desafíos para los presbíteros de hoy 372 páginas Col $ 26.500 Pedidos y Envíos: Centro de Publicaciones CELAM Avenida Boyacá No. 169D-75 / A.A. 253 353 Tel: (571) 6680900 / Fax: (571) 6711213 [email protected] Bogotá, D.C., Colombia USD 12 Logros y retos de la inculturación litúrgica en los pueblos indígenas + Felipe Arizmendi Esquivel Obispo de San Cristóbal de Las Casas C INTRODUCCIÓN onsiderando que al término “inculturación” se le dan muchas interpretaciones, asumo lo que el Magisterio de la Iglesia nos dice sobre su significado y sus exigencias. Según el Papa Juan Pablo II, La inculturación significa una íntima transformación de los auténticos valores culturales por su integración en el cristianismo y el enraizamiento del cristianismo en las diversas culturas humanas (RMi 52). También: La encarnación del Evangelio en las culturas autóctonas y al mismo tiempo la introducción de estas culturas en la vida de la Iglesia (Slavorum Apostoli, 21). Por la inculturación, la Iglesia encarna el Evangelio en las diversas culturas y, al mismo tiempo, ella introduce los pueblos con sus culturas en su propia comunidad (RMi 52). Como ya había dicho el Concilio Vaticano II, la penetración del Evangelio en un determinado medio sociocultural, por una parte, fecunda como desde sus entrañas las cualidades espirituales y los propios valores de cada pueblo..., los consolida, los perfecciona y los restaura en Cristo (GS 58); por otra, la Iglesia asimila estos valores, en cuanto son compatibles con el Evangelio, para profundizar mejor el mensaje de Cristo y expresarlo más perfectamente en la celebración litúrgica y en la vida de la multiforme comunidad de fieles (Ibid). Este doble movimiento SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 65 que se da en la tarea de la inculturación expresa así uno de los componentes del misterio de la Encarnación (cf. Juan Pablo II: Catechesi tradendae, 53). Al entrar en contacto con las culturas, la Iglesia debe acoger todo lo que, en las tradiciones de los pueblos, es compatible con el Evangelio, a fin de comunicarles las riquezas de Cristo y enriquecerse ella misma con la sabiduría multiforme de las naciones de la tierra (Juan Pablo II: Discurso al Pontificio Consejo para la Cultura [17 enero 1987], No. 5). Por su parte, el Papa Benedicto XVI ha tenido ya intervenciones iluminadoras en el tema de la inculturación: Para cumplir la misión salvífica que la Iglesia recibió de Cristo, se trata de hacer que el Evangelio penetre en lo más profundo de las culturas y las tradiciones de vuestro pueblo, caracterizadas por la riqueza de sus valores humanos, espirituales y morales, sin dejar de purificar estas culturas, mediante una conversión necesaria, de lo que en ellas se opone a la plenitud de verdad y de vida que se manifiesta en Cristo Jesús. Esto también requiere anunciar y vivir la buena nueva, entablando sin temor un diálogo crítico con las culturas nuevas vinculadas a la aparición de la globalización, para que la Iglesia les lleve un mensaje cada vez más pertinente y creíble, permaneciendo fiel al mandato que recibió de su Señor (cf. Mt 28,19). (A los Obispos de Camerún: 18 de marzo de 2006: L’Osservatore Romano del 24 de marzo de 2006, p. 7). El cristianismo está abierto a todo lo que hay de justo, verdadero y puro en las culturas y en las civilizaciones; a lo que alegra, consuela y fortalece nuestra existencia. San Pablo, en la carta a los Filipenses, escribió: ‘Todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud y cosa digna de elogio, todo esto tenedlo en cuenta’ (Flp 4,8). Por tanto, los discípulos de Cristo reconocen y acogen de buen grado los auténticos valores de la cultura de nuestro tiempo, como el conocimiento científico y el desarrollo tecnológico, los derechos del hombre, la libertad religiosa y la democracia. Sin embargo, no ignoran y no subestiman la peligrosa fragilidad de la naturaleza humana, que es una amenaza para el camino del hombre en todo contexto histórico. En particular, no 66 BOLETÍN CELAM 317 - 318 descuidan las tensiones interiores y las contradicciones de nuestra época. Por eso, la obra de evangelización nunca consiste sólo en adaptarse a las culturas, sino que siempre es también una purificación, un corte valiente, que se transforma en maduración y saneamiento, una apertura que permite nacer a la ‘nueva creatura’ (2 Co 5,17; Ga 6,15) que es el fruto del Espíritu Santo (Benedicto XVI a la IV Asamblea Eclesial Nacional Italiana, 19 de octubre de 2006: L’Osservatore Romano del 27 de octubre de 2006, p. 9). El papel histórico, espiritual, cultural y social que ha desempeñado la Iglesia católica en América Latina sigue siendo primario, también gracias a la feliz fusión entre la antigua y rica sensibilidad de los pueblos indígenas con el cristianismo y con la cultura moderna. Como sabemos, algunos ambientes afirman un contraste entre la riqueza y profundidad de las culturas precolombinas y la fe cristiana, presentada como una imposición exterior o una alienación para los pueblos de América Latina. En verdad, el encuentro entre estas culturas y la fe en Cristo fue una respuesta interiormente esperada por esas culturas. Por tanto, no hay que renegar de ese encuentro, sino que se ha de profundizar: ha creado la verdadera identidad de los pueblos de América Latina (Benedicto XVI, a los Nuncios Apostólicos de los países de América Latina, 17 de febrero de 2007: L’Osservatore Romano en español del 23 de febrero de 2007, p. 10). Y en su reciente Exhortación Sacramentum caritatis, afirma: A partir de las afirmaciones fundamentales del Concilio Vaticano II, se ha subrayado varias veces la importancia de la participación activa de los fieles en el Sacrificio eucarístico. Para favorecerla, se pueden permitir algunas adaptaciones apropiadas a los diversos contextos y culturas. El hecho de que haya habido algunos abusos no disminuye la claridad de este principio, que se debe mantener de acuerdo con las necesidades reales de la Iglesia, que vive y celebra el misterio de Cristo en situaciones culturales diferentes. En efecto, el Señor Jesús, precisamente en el misterio de la Encarnación, naciendo de mujer como hombre perfecto, no sólo está en relación directa con las expectativas expresadas en el Antiguo Testamento, sino también con las de todos los pueblos. Con eso, Él ha manifestado que Dios quiere encontrarse con nosotros en nuestro contexto vital. Por tanto, SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 67 para una participación más eficaz de los fieles en los santos Misterios, es útil proseguir el proceso de inculturación en el ámbito de la celebración eucarística, teniendo en cuenta las posibilidades de adaptación de los diversos documentos de la Iglesia al respecto. Para lograr este objetivo, recomiendo a las Conferencias Episcopales que favorezcan el adecuado equilibrio entre los criterios y normas ya publicadas y las nuevas adaptaciones, siempre de acuerdo con la Sede Apostólica (No. 54). Iluminado por estos criterios, expongo a continuación tanto algunos logros que hemos tenido en la inculturación de la liturgia en los pueblos indígenas, como los retos que implica. 1. LOGROS En varias etnias se tiene ya la traducción a las lenguas nativas de la Biblia, o al menos del Nuevo Testamento. En algunas partes, este trabajo lo hicieron primero los protestantes, sobre todo los del Instituto Lingüístico de Verano; sin embargo, se ha comprobado que, además de errores doctrinales, tienen deficiencias culturales. En otras partes, se han hecho y se están haciendo traducciones ecuménicas, o sólo católicas. Este primer logro es fundamental, pues en la liturgia se proclaman muchos textos bíblicos y se debe contar con una edición católica confiable. En varios pueblos indígenas, la liturgia se celebra en el idioma del lugar, porque hay agentes de pastoral nativos, o porque los que han llegado de fuera han aprendido el idioma. Algunas traducciones litúrgicas ya han sido aprobadas por la Santa Sede; otras están en proceso de lograrlo. El dominio del idioma indígena es presupuesto básico para inculturarse. Es una injusticia que se siga imponiendo una liturgia en un idioma que no es el propio. Se ha formado a laicos indígenas, hombres y mujeres, como catequistas y servidores para diversos ministerios, tanto instituidos como reconocidos. Al menos, se les ha nombrado como Ministros Extraordinarios de la Comunión. Ha habido un trabajo notable para lograr que a la mujer se le reconozca su dignidad y su lugar en la Iglesia y en la comunidad, a pesar de la persistente marginación. 68 BOLETÍN CELAM 317 - 318 Se han revalorado diferentes servicios tradicionales, como mayordomos, fiscales, topiles, alféreces, capitanes, presidentes de ermitas, rezadores, principales, ancianos, arregladores del corazón, etc., para el servicio de la comunidad; la mayoría, tienen que ver con los ritos y celebraciones de la piedad popular y de la liturgia. Algunos de sus ritos tradicionales se han incorporado a la celebración litúrgica, aunque no siempre con el debido discernimiento. Se hacen esfuerzos por descubrir las “semillas del Verbo” en las culturas indígenas, conociendo y valorando más la sabiduría de los antepasados, tanto en sus libros sagrados, como en sus lugares de culto y en sus costumbres. Se han ido perfilando los pasos para elaborar una “Teología India” católica, lo cual incidirá ciertamente en las celebraciones litúrgicas. En varias diócesis, ha habido mucha creatividad para lograr una Liturgia inculturada, incorporando a la Misa, a otros sacramentos y sacramentales, a la Celebración Dominical de la Palabra, diversos ritos propios de los pueblos indios, como danzas, “siembra de velas”, actos penitenciales, ofrendas, incienso, procesiones, etc. Sin embargo, no siempre se ha hecho con la debida armonía con el rito litúrgico, sin la aprobación de la Conferencia Episcopal y sin la recognitio de la Santa Sede. A veces, se tiene muy buena voluntad para inculturar la Liturgia, pero se desconoce tanto su teología como la cultura indígena. Hay agentes de pastoral que dan otro sentido, a veces ideologizado, de algunos ritos indígenas, que no corresponde a lo que realmente contienen. En nuestra diócesis, la institución de diáconos permanentes, en su gran mayoría indígenas, ha respondido a una verdadera necesidad pastoral. Son elegidos con gran participación de la comunidad; se capacitan sin salir de su cultura y ejercen el ministerio en su pueblo. Además de los servicios litúrgicos ordinarios, tienen responsabilidades en las otras áreas pastorales de la evangelización y la promoción social. Sus esposas les acompañan en el desempeño de las ceremonias. Son una riqueza para ser una Iglesia más inculturada y autóctona. La orden de la Santa Sede para suspender temporalmente la ordenación de más diáconos permanentes, es por el temor de que su gran número (330 en este momento, y sólo 84 sacerdotes) sea una presión para exigir su ordenación como sacerdotes casados. No vamos por ese camino; no lo intentamos, aunque sí ha habido peticiones en ese sentido. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 69 2. RETOS Como cimiento y base de toda inculturación, se requieren tres amores, que son uno solo: Amor a Jesucristo, amor a su Iglesia y amor a los pueblos indígenas. Amor a Jesucristo, porque es Él nuestra inspiración y el centro al que debemos llevar a los pueblos. Amor a su Iglesia, para construirla en comunión. Amor a los indígenas, para ser un sacramento del amor del Padre, y no ir por otros intereses. Sin amor apasionado por Jesucristo, no hacemos lo posible por llevar a los pueblos hacia Él, sino que los dejamos con lo que tienen. Sin amor sufriente y perseverante a nuestra Iglesia, corremos el peligro de hacer nuestras propias iglesias, como sectas, que giran en torno a un agente de pastoral, o amargarnos y desanimarnos cuando no encontramos el apoyo que deseamos. Sin amor misericordioso a los pobres, no soportamos por mucho tiempo vivir con ellos. Jesucristo, al encarnarse, asumió la cultura judía. Este es el primer desafío para la Iglesia: encarnarnos en las culturas donde el Señor nos ha colocado. Esto implica conocer, valorar y respetar a nuestros pueblos; estar cerca de sus gozos y tristezas; compartir su vida y hacernos uno de ellos. Sin esta actitud del corazón, no es posible ninguna inculturación, ni de la liturgia, ni del Evangelio, ni de la Iglesia. Jesucristo, sin embargo, manifestó plena libertad para purificar y transformar lo que en la cultura judía no correspondía al plan original del Padre. Tuvo más problemas con quienes defendían las tradiciones mosaicas, que con el régimen romano. Además, no encerró a su Iglesia en una cultura, sino que ordenó evangelizar todas las culturas. La evangelización debe respetar las culturas; pero también tener la audacia y la libertad de purificarlas y santificarlas. La plenitud de los pueblos indios es Jesucristo. Es necesario que Él crezca en ellos, y no seamos nosotros el centro. Nuestra tarea es llevarles al encuentro vivo con Él, sobre todo en su Palabra y en sus sacramentos. Para ello, es urgente hacer la traducción católica o ecuménica de la Biblia, en los pueblos donde no se tenga. Es una injusticia que muchos pueblos aún no tengan la traducción católica de la Biblia. Además de biblistas y teólogos, se requiere la participación de los mismos indígenas y de conocedores de la cultura. La traducción 70 BOLETÍN CELAM 317 - 318 debe hacerse en colaboración con las comunidades, y no ser sólo fruto de un experto. Hay que seguir buscando caminos para lograr una liturgia más inculturada, en que se asuman ritos y costumbres que sean acordes con el Evangelio y la práctica de la Iglesia. Esta no tiene ningún poder para cambiar lo que es voluntad de Cristo, que es lo que constituye la parte inmutable de la liturgia. Romper el vínculo que los sacramentos tienen con Cristo que los ha instituido, o con los hechos fundacionales de la Iglesia, no sería inculturarlos, sino vaciarlos de su contenido (Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos: La Liturgia Romana y la Inculturación, 25). Por ejemplo, en la celebración de la Liturgia, la palabra de Dios tiene suma importancia, de modo que la Escritura Santa no puede ser sustituida por ningún otro texto por venerable que sea (Ib 23). Para hacer una buena inculturación litúrgica en los pueblos indígenas, no basta la buena voluntad y el cariño por ellos. Es requisito indispensable conocer a fondo la historia, la teología y la pastoral de la liturgia, por una parte, y la historia, la antropología y la sociología de las culturas indígenas, por otra. Esto pide un trabajo interdisciplinar, que requiere tiempo, paciencia, constancia y recursos económicos. Desde luego, la participación de la propia comunidad, de los catequistas, de los jóvenes y ancianos, de los servidores, es de primera importancia. No puede ser imposición de un inquieto agente de pastoral, que a los pocos días de llegar a la misión, ya quiere cambiar todo. Además, hay que tomar en cuenta que las culturas siempre están cambiando, y las culturas indígenas actuales están en un profundo proceso de transformación, porque a casi todas partes llegan los medios masivos de comunicación, por la migración y la movilidad humana constante, por el racismo persistente. No podemos encerrarlos en una reserva cultural, para exponerlos, como en un museo, a la observación de los antropólogos. Para que el proceso de inculturación litúrgica tenga futuro, hay que involucrar tanto al obispo diocesano y a los agentes de pastoral, como a la Conferencia Episcopal. Para avanzar con firmeza y confianza, SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 71 se requiere procurar estar en comunión siempre con las Iglesias de la misma Provincia eclesiástica, con la Conferencia Episcopal, y con la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, pues no somos dueños de la liturgia, sino sus servidores. No conviene que un agente de pastoral, sin estar en comunión con el resto de la Iglesia, haga por sí mismo todos los cambios que considere pertinentes, porque al poco tiempo le cambian de lugar, viene otro que no está de acuerdo con el anterior, y las comunidades sufren desconcierto. A pesar de las resistencias que a veces encontremos en las instancias eclesiales para introducir cambios, por encima de todo está la comunión eclesial. La inculturación la hacen las Iglesias locales, pero siempre en comunión con quien preside la Iglesia universal y sus colaboradores. Hemos de hacer lo posible por que allá comprendan nuestras realidades y situaciones tan diversas, y que nosotros aceptemos de corazón sus indicaciones, para salvar la unidad eclesial. La traducción es el primer paso de la inculturación. Por ello, debemos empezar por traducir los textos litúrgicos actuales a los idiomas indígenas, para lo cual hay que tomar en cuenta el iter que prescribe la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos (cf. Anexo). Pero es necesario trabajar por llegar a tener rituales propios inculturados, con aprobación de la Conferencia Episcopal y la recognitio de la Santa Sede. Que los agentes de pastoral mestizos aprendan y dominen, en la medida de lo posible, el idioma indígena que se usa en donde desarrollan su servicio. El uso de la lengua del lugar es un derecho que tienen los pueblos originarios. Si no logramos hablarlo en forma normal, que al menos leamos los textos litúrgicos ya traducidos, previo conveniente ensayo. Que las diócesis con mayoría de población indígena, den los pasos necesarios para ser una Iglesia autóctona; para ello, que en todas las comunidades haya agentes de pastoral indígenas: catequistas, servidores, diáconos, sacerdotes, religiosos y religiosas. Ha de llegar el tiempo en que haya obispos indígenas. Hay que evitar, sin embargo, el riesgo de ser una Iglesia autónoma, pues cada Iglesia particular debe estar en comunión con la Iglesia universal, no sólo en la doctrina de la fe y en los signos sacramentales, sino también en los usos recibidos universalmente de la tradición apostólica ininterrumpida (Ib 26). 72 BOLETÍN CELAM 317 - 318 Pedir al Espíritu Santo que nos conceda su luz, para realizar un adecuado discernimiento de los elementos paganos que puedan subsistir aún en las culturas indígenas, para distinguir lo que es incompatible con el cristianismo y lo que puede ser asumido, en armonía con la tradición apostólica y en fidelidad al Evangelio de la salvación (cf. Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos: La Liturgia Romana y la Inculturación, 16). Los cristianos venidos del paganismo, al adherirse a Cristo, tuvieron que renunciar a los ídolos, a las mitologías, a las supersticiones... Conciliar las renuncias exigidas por la fe en Cristo con la fidelidad a la cultura y a las tradiciones del pueblo al que pertenecen fue el reto de los primeros cristianos... Y lo mismo será para los cristianos de todos los tiempos (Ib 19; 20). Hay que evitar el peligro de un sincretismo religioso. Ello podría suceder si los lugares, los objetos de culto, los vestidos litúrgicos, los gestos y las actitudes dan a entender que, en las celebraciones cristianas, ciertos ritos conservan el mismo significado que antes de la evangelización. Aún sería peor el sincretismo religioso si se pretendiera reemplazar las lecturas y cantos bíblicos, o las oraciones, por textos tomados de otras religiones, aun teniendo estos un valor religioso o moral innegables... La recepción de los usos tradicionales debe ir acompañada de una purificación y, donde sea preciso, incluso de una ruptura... Es preciso evitar cualquier ambigüedad en todos los casos (Ib 47; 48). No se puede volver a una situación anterior a la evangelización (cf. Ib 32). Compartir los materiales litúrgicos inculturados que ya existen en unas diócesis, con otras donde haya indígenas de la misma etnia. Hay que hacer lo posible por lograr textos unificados del mismo idioma, a pesar de la resistencia que existe hacia las diferencias dialectales con los pueblos vecinos. Tengamos en cuenta, sin embargo, que no todos los actos religiosos, no todas las expresiones cultuales, ni toda la vida cristiana deben estar integrados a la liturgia. La liturgia es la máxima expresión de la SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 73 Iglesia, es fuente y culmen, es lo más sublime, pero no todo es liturgia. Hay muchas expresiones de fe que no necesariamente deben meterse en la celebración litúrgica. Esto nos da mucha libertad para respetar, valorar y promover variadas formas de oración, muchos ritos indígenas, compatibles con el catolicismo, sin necesidad de pretender a fuerza hacerlos que quepan en la liturgia. Esta tiene sus propias leyes y nosotros no somos sus dueños, sino sus ministros, sus servidores. Ante el fenómeno actual de la globalización de una cultura uniformizante, que está influyendo gravemente para que las nuevas generaciones ya no sigan las tradiciones de sus mayores, buscar el método pastoral para que los niños y los jóvenes no pierdan las riquezas de las culturas indígenas, y al mismo tiempo armonicen sus valores con los de la modernidad. Hay que educar para la pluralidad cultural. No se puede conservar a los indígenas como en reservas, sin influencias del exterior, sino que se han de beneficiar de lo positivo que tienen el desarrollo y el progreso de la humanidad, sin perder sus valores más profundos. No se debe reducir el servicio evangelizador inculturado a conservar las buenas tradiciones indígenas, sobre todo las rituales, sino lograr que éstas también se impliquen en la urgente transformación social, para que los pueblos indios ya no vivan más en la injusticia, la marginación, el racismo y la exclusión. El plan de Dios es que nuestros pueblos en Cristo tengan vida, digna y abundante. De lo contrario, los reducimos a ser un espectáculo folclórico. La inculturación exige un esfuerzo metódico y progresivo de investigación y discernimiento... Sólo podrá ser el fruto de una maduración progresiva en la fe (Ib 5). A ello nos anima el Papa Juan Pablo II: Reafirmo con insistencia la necesidad de movilizar a toda la Iglesia en un esfuerzo creativo, por una evangelización renovadora de las personas y de las culturas. Porque solamente con este esfuerzo la Iglesia estará en condición de llevar la esperanza de Cristo al seno de las culturas y de las mentalidades actuales (Discurso al Pontificio Consejo para la Cultura, 17 enero 1987). 74 BOLETÍN CELAM 317 - 318 ITER PARA LA APROBACIÓN DE LA TRADUCCIÓN Y LA PETICIÓN DE LA RECOGNITIO A LA SANTA SEDE De la Instrucción Liturgiam authenticam, de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos 79. La aprobación de los textos litúrgicos, sea definitiva, sea ad interim o ad experimentum, se debe realizar mediante decreto. Para llevar a cabo esto, de modo legítimo, es preciso observar lo que sigue: a) Para que los decretos sean legítimos se requieren, en votación secreta, dos tercios de los sufragios de los que tienen derecho, en la Conferencia de Obispos, a voto deliberativo. b) Todas las decisiones que deban ser aprobadas por la Sede Apostólica, se deben enviar a la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en doble copia, firmada por el Presidente y el Secretario de la Conferencia, y con el debido sello. En dichas actas debe constar: i) Los nombres de los Obispos y de los que se les equiparan en derecho, que estuvieron presentes en la reunión. ii) La relación de lo acontecido, en la que debe constar el resultado de las votaciones, para cada una de las decisiones, junto con el número de los votos favorables, los negativos y las abstenciones. iii)La exposición clara de cada una de las partes de la Liturgia que se deben traducir a lengua vernácula. c) Se deben enviar dos ejemplares de los textos litúrgicos preparados en lengua vernácula; en la medida de lo posible, envíese el texto en soporte informático. d) En una relación particular se debe explicar con toda claridad lo que sigue: i) El proceso y criterios seguidos en la traducción. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 75 ii) Un elenco de las personas que han participado en las diversas fases del trabajo, junto con una breve nota que indique sus cualidades y pericia. iii)Los cambios introducidos, respecto a la traducción anterior del mismo libro litúrgico, junto con las causas de los mismos. iv) La indicación de cualquier cambio respecto al contenido de la edición típica latina, junto con las causas por las que esto ha sido necesario, y con la mención de la licencia concedida por la Sede Apostólica para introducir un cambio de este tipo. 80. La praxis de pedir la recognitio de la Sede Apostólica, para todas las traducciones de los textos litúrgicos, ofrece la necesaria seguridad de que la traducción es auténtica y conforme con los textos originales; y expresa y realiza el verdadero vínculo de comunión entre el Sucesor de San Pedro y sus hermanos en el Episcopado... 81. La recognitio concedida por la Sede Apostólica se debe indicar en la edición impresa, junto con la frase concuerda con el original, suscrita por el Presidente de la Comisión litúrgica de la Conferencia de Obispos, así como el imprimatur, firmado por el Presidente de la misma Conferencia. Además, se deben enviar dos ejemplares de toda edición impresa a la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. 76 BOLETÍN CELAM 317 - 318 El tríptico de Benedicto XVI “Cristo del Envío” P. Joaquín Alliende Asistente Eclesiástico Internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada E 1. UN REGALO QUE PERMANECE n el santuario mariano de Aparecida, el Papa Benedicto XVI entregó al Episcopado de Latinoamérica y El Caribe un tríptico. Por decisión de los obispos participantes de la V Conferencia General, ese conjunto de pinturas catequéticas, quedó allí para veneración del extenso y abigarrado pueblo que peregrina a encontrarse con María Madre. 1.1. La Iglesia de Latinoamérica y del Caribe considera como hito inicial de su evangelización un icono: la figura mestiza de María de Guadalupe, representada en la tilma indígena de san Juan Diego. Benedicto XVI quiso retomar esa tradición primigenia, porque está consciente de la eficacia evangelizadora y devocional del lenguaje de las imágenes en nuestras culturas. 1.2. Este tríptico contiene la espiritualidad y un programa pastoral característico, ya antes propuesto por el Santo Padre como lema de la V Conferencia: “Discípulos y misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos –en Él– tengan vida. ‘Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida’ (Jn 14,6)”. En lo pictórico, las imágenes provienen de la tradición del arte cuzqueño, del taller limeño Artes Velásquez, del pincel del maestro Eduardo Velásquez y sus ayudantes. En este regalo del Papa se encuentran simbólicamente, las SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 77 regiones americanas bañadas por el Atlántico y por el Pacífico. El hecho de haber sido pintado en Lima, asume lo andino. Por quedarse ahora en el santuario de Aparecida, irradia memoria de fe hacia la ribera del otro mar. 2. DOS LENGUAJES DEL PAPA 2.1. Benedicto XVI en las primera horas de su estadía en Brasil declaró en portugués: “Ayer por la tarde, al sobrevolar el territorio brasileño, pensaba ya en nuestro encuentro y despertaba en mí el deseo de dar a todos vosotros un abrazo bien brasileño”. Este Papa alemán universal quiso, en su primer viaje americano, entrar en comunicación con nuestras Iglesias. Como obispo de Roma él es un sacramental, un signo muy específico, de la caridad del Buen Pastor. En tal condición quiso entregar un enjundioso mensaje a la mitad de los católicos del mundo, los que peregrinan por la América mestiza. En su valija de viaje venían 78 BOLETÍN CELAM 317 - 318 sus homilías y discursos largamente preparados. Por ellos habló a los que, más naturalmente, siguen los textos doctrinales. Además, en varios instantes, se comunicó con el lenguaje del gesto espontáneo y de la sonrisa tímida de bávaro sucesor de Pedro. En la retina permanecerá inolvidable cuando largo abrazo estrechó a unos cinco niños en la Granja de la Esperanza próxima a Aparecida. 2.2. Benedicto XVI buscó además otro lenguaje, el idioma “no verbal”: la imagen, la iconografía religiosa. Por sus viajes anteriores a lo largo y ancho del Continente latinoamericano, él estaba consciente que la cultura mestiza nació del abrazo, intenso y doloroso, de las culturas indígenas con los ibéricos que iban saliendo del mundo medieval tan poblado de rostros, figuras y colores. Por su parte, el universo autóctono se expresaba en un río de signos y jeroglíficos riquísimos de semillas del Verbo. La cultura que emerge del encuentro de esos dos orígenes, tiene un icono mayor, una bandera inicial, una clave misteriosa y supra-humana. Al comienzo fue la imagen. Un rostro moreno de mujer. Ni ibérico, ni azteca. Una fusión de ambos. La imagen de María de Guadalupe fue la síntesis del Evangelio que el Señor de la historia nos regaló cual vagido de nuestra fe primigenia. 2.3. En los meses previos a su peregrinación a Brasil, el Santo Padre encargó un tríptico, a la usanza pictórica de las regiones andinas. Escogió por cuna de la obra a la vieja capital del Virreinato del Perú, la mística Lima de San Toribio de Mogrovejo, de Santa Rosa, del mulato Martín de Porres... A través de esta pintura de cinco superficies cromáticas, el mensaje papal a Latinoamérica puede pasar a esas gentes que, más que leer, miran y contemplan. Puede hablar a pueblos que están marcados por una evangelización barroca figurativa y teatral, desplegada en figuras y cromatismos. Benedicto XVI entroncó así con los retablos de catedrales y parroquias y con la humilde pintura popular de los artistas anónimos. Nuestra historia americana muestra que esas imágenes religiosas tienen una gran permanencia evangelizadora. Cuando sólo muy pocos siguen citando los textos y homilías pretéritas, el pueblo creyente vuelve a encender cirios titilantes ante los iconos de su fe y su esperanza. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 79 2.4. Texto y pintura: dos lenguajes de un Pontífice y de un mensaje con vigor de futuro. Durante meses Benedicto XVI maduró, en contacto con el Cardenal Presidente del CELAM, el programa pictórico-catequético del tríptico. Es la síntesis apretada y comunicativa de la espiritualidad de discípulos que son enviados a evangelizar. En la próxima Misión Continental, convocada por los Pastores en Aparecida, este regalo del Papa puede jugar una función muy importante, si los pastores y catequistas tienen la habilidad pedagógica de presentarlo y difundirlo bien y seriamente. El tríptico de Benedicto XVI tiene grandes potencialidades pastorales en el anuncio y en la devoción, en los militantes y en la religiosidad popular. El lugar que actualmente ocupa la televisión en nuestras sociedades, viene a reforzar la importancia de la imagen, de lo “icónico”, dándole al tríptico de Aparecida nuevas posibles resonancias en una estrategia pastoral creativa y apremiante. 3. EL PROGRAMA ICONOGRÁFICO SE DESPLIEGA EN OCHO CUADROS 3.1. El motivo central lo ocupa una representación de Cristo Resucitado, a la hora del envío misionero de los discípulos. La radiante figura de Jesús preside la totalidad del tríptico con el halo de una serena victoriosidad. En los rostros de los enviados se manifiesta la plural riqueza del pueblo de Dios. Hay hombres y mujeres. Son algunos de tez blanca. Otros rostros son de mulatos, de indígenas, o de mestizos. Hacia el fondo, se ve la escena del Calvario y dos ángeles, tan presentes éstos en nuestra tradición de fe. En la leyenda se reproduce 80 BOLETÍN CELAM 317 - 318 la autodefinición del Mesías, las palabras del envío discipular –“vayan y hagan discípulos a todos los pueblos” (Mt 28,19)– y el encargo solemne de la Madre de Dios confiada a la Iglesia. 3.2. A la luz del milagro de Caná se señala catequéticamente el imperativo pastoral de movilizar el amor de los fieles a María a una obediencia irrestricta al querer de Jesús –“hagan lo que Él les diga”–. La figura de los esposos, destaca la grandeza del sacramento del matrimonio. Las tinajas del vino expresan la alegría de los discípulos que, por la “manifestación de su gloria… creyeron en Él”, adelantando la boda mesiánica en la casa del Padre. 3.3. Vocación de los primeros. Pedro y Andrés, Santiago y Juan son llamados. Las palabras de elección de Jesús, tienen una réplica humilde de Pedro, quien se siente del todo indigno para seguir la vocación de apóstol. Desde ahora serán pescadores de hombres. Los cuatro escogidos aceptan remar mar adentro y echar las redes sólo “en tu nombre”. El resultado es una abundancia milagrosa. Han dejado todo. Comienzan la senda del seguimiento discipular. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 81 3.4. La multiplicación de los panes. El verde de la hierba recuerda que ocurrió en primavera. Cristo despliega el poder de su misericordia, haciendo abundante el escaso alimento inicial. Pero no es él quien entrega el pan a la multitud –”denles ustedes de comer”. Los discípulos tienen el mandato de atender a los menesterosos. Resuena aquí una urgencia mordiente. Es un imperativo de la Iglesia Latinoamericana y del Caribe de atender a los pobres y postergados, “sea en el socorro de sus necesidades más urgentes, como también en la defensa de sus derechos” (Homilía de Benedicto XVI a los obispos brasileños, 11.05.07). 3.5. Encuentro con los discípulos de Emaús. Esta escena muestra cómo Jesús mismo entra en el dinamismo peregrinante de la Iglesia. Durante el camino, Él explica las Escrituras. En la mesa de Emaús, el Resucitado parte y comparte el pan. Pictóricamente, la atención se focaliza en la centralidad complementaria de la Palabra y la Eucaristía. El texto de la leyenda registra la intensidad del encuentro del discípulo con su Maestro. Es un ardor contemplativo que llevará a un nuevo trayecto misionero hacia Jerusalén. 3.6. La venida del Espíritu Santo. Es el nacimiento de la Iglesia. Los apóstoles se congregan en torno a María Madre. Pedro tiene las llaves, como símbolo de su encargo específico en el Co- 82 BOLETÍN CELAM 317 - 318 legio Apostólico. “Todos quedaron llenos del Espíritu Santo”. Aparecen las mujeres, de las que habla el libro de los Hechos. Unidad en la comunión del Espíritu Santo. Variedad de carismas. Sólo por el vigor divino que el Paráclito les concede, podrán asumir la ardua misión encomendada. 3.7. Los discípulos de Jesús evangelizan. Sucede ahora. Los discípulos entran en la vida de “nuestros pueblos”. La evangelización ocurre en el diálogo cotidiano. Los discípulos y misioneros del siglo XXI prolongan el amor y el compromiso de san Juan Diego de Guadalupe, con la Biblia en la mano. En su tilma va, impresa por el cielo, la imagen de la Virgen María, discípula perfecta y sabia educadora de los elegidos por Jesús para la tarea de evangelizar. 3.8. El Padre Eterno y el Espíritu Santo. Corona el tríptico una imagen del Padre de Jesucristo. Se muestra a la Primera Persona, unida por el Espíritu al Señor Resucitado. Con este remate, todo el tríptico logra un expreso carácter trinitario, tal como era usual en los retablos de la primera evangelización. Se indica así cuál es la fuente y el destino de la historia humana. El Dios Uno y Trino es propuesto como la suprema realidad de amor, en la que se sostienen e inspiran todas las formas fraternas de comunión y solidaridad que brotan del evangelio en la historia concreta de los pueblos. Dos santos son retratados como testigos mayores del SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 83 acontecimiento fundante: Toribio, varón, español y misionero, primer obispo de Lima y Rosa, mujer de cuna limeña, misionada, consagrada, primera santa de la nueva frontera de la Iglesia. 4. PRESENCIA SUYA 4.1. Benedicto XVI ha dejado a los países de América Latina y El Caribe el regalo de su presencia, de su oración, de sus palabras vivificantes y valientes. Junto a ello está el don de este tríptico que representa el “Cristo del Envío”. El pueblo creyente lo irá recibiendo, no sólo como una ilustración de verdades. Tal vez lo hará suyo y lo transformará, por la plegaria, en un icono de su devoción cálida y confiada. Será una parábola pictórica en la cual se unan el Credo de la fe con la persona del Sucesor de Pedro, el padre común. 84 BOLETÍN CELAM 317 - 318 La brecha digital y la sociedad de la información, una mirada desde la RIIAL Sr. Edgardo Horacio Lürig Responsable de Formación del Centro Nuestra Señora de Guadalupe de la Red Informática de la Iglesia en América Latina (RIIAL) A BRECHA DIGITAL Y SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN, DEFINICIONES ntes de entrar de lleno en el aporte sobre brecha digital desde la mirada de la RIIAL (Red Informática de la Iglesia en América Latina) y desde el Centro Nuestra Señora de Guadalupe, creo conveniente definir previamente qué entendemos por Brecha Digital y Sociedad de la Información. Nos dice la Wikipedia: Brecha digital es una expresión que hace referencia a la diferencia socioeconómica entre aquellas comunidades que tienen Internet y aquellas que no, aunque también se puede referir a todas las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (teléfonos móviles y otros dispositivos). Como tal, la brecha digital se basa en diferencias previas al acceso a las tecnologías. Este término también hace referencia a las diferencias que hay entre grupos según su capacidad para utilizar las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) de forma eficaz, debido a los distintos niveles de alfabetización y capacidad tecnológica. También se utiliza en ocasiones para señalar las diferencias entre aquellos grupos que tienen acceso a contenidos digitales de calidad y aquellos que no1. 1 Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Brecha_digital. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 85 La brecha digital se define como la separación que existe entre las personas (comunidades, Estados, países…) que utilizan las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) como una parte rutinaria de su vida diaria y aquellas que no tienen acceso a las mismas y que aunque las tengan no saben cómo utilizarlas2. Con respecto al término Sociedad de la información, la Wikipedia nos dice que: “Una sociedad de la información es una sociedad en la que la creación, distribución y manipulación de la información forman parte importante de las actividades culturales y económicas”3. La sociedad de la información es vista como la sucesora de la sociedad industrial. Relativamente similares serían los conceptos de sociedad post-industrial (Daniel Bell), posfordismo, sociedad postmoderna, sociedad del conocimiento, entre otros. Desde la perspectiva de la economía globalizada contemporánea, la sociedad de la información concede a las TIC, el poder de convertirse en los nuevos motores de desarrollo y progreso. En todo caso, aun quienes se muestran optimistas con respecto a la “Sociedad de la Información”, admiten que la brecha digital es uno de los principales obstáculos en este modelo de desarrollo. A grandes rasgos, este fenómeno se refiere a todos aquellos sectores que permanecen por muy diversas razones, al margen de los beneficios y ventajas asociados a las TIC4”. LA RED INFORMÁTICA DE LA IGLESIA EN AMÉRICA LATINA5 La UNESCO, en el I Congreso Continental de Iglesia e Informática, en el año 2003, ha destacado el papel de la RIIAL, como una red social única en el mundo. No por su infraestructura tecnológica 2 Arturo Serrano, Evelio Martinez; “La Brecha Digital: Mitos y Realidades”, México, 2003, Editorial UABC, 175 páginas, ISBN 970-9051-89-X www.labrechadigital.org. 3 Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Sociedad_de_la_informaci%C3%B3n. 4 TIC o TICs: Tecnologías de la Información y la Comunicación. También se les llama Nuevas Tecnologías. 5 Agradezco el invalorable aporte del libro del P. Justo Ariel Beramendi, “La RIIAL y la informatización de América Latina”, que sirvió de guía para el desarrollo de esta ponencia. 86 BOLETÍN CELAM 317 - 318 (que no es mucha), sino fundamentalmente por sus principios que a continuación veremos. La RIIAL, surgida antes de que el fenómeno Internet se expandiera en el continente latinoamericano, dio respuestas concretas al problema de la brecha digital. Pero antes abordar dichas respuestas, creo conveniente, explicar que es la RIIAL y cuál es su filosofía6. La RIIAL es: una Red de personas, de la Iglesia, para la Iglesia y para la Sociedad. Para la Iglesia: instrumento de comunicación. Para la sociedad: instrumento para el encuentro y la evangelización. Permite: acortar distancias, reducir tiempos, disminuir costos, reunir conocimientos, encontrar y distribuir información. Inicialmente estaba pensada para ser una red informática, de ahí su nombre. Con el tiempo, se convirtió en una importante red social. Es un instrumento para la comunión porque ayuda a conocercomprender la situación que viven los demás, compartir experiencias, documentos y recursos, estrechar los vínculos entre las Iglesias particulares, compartir la vivencia de la fe, contemplar juntos la realidad del Continente a la luz de la fe, conjuntar esfuerzos para la evangelización, hacer accesibles recursos y conocimientos a los grupos más necesitados, llegar a los agentes de Evangelización oportunamente. Con el uso de la informática se ha desarrollado la ciencia, se han impulsado las empresas, se han humanizado muchas tareas. Así pues, ambos pueden servir también para la Evangelización, teniendo en cuenta que es un proceso generalizado en el mundo, y que los signos de los tiempos nos impulsan a servirnos de él. La capacidad de formar equipos de personas que colaboren entre sí para lograr una meta común, ha mostrado siempre ser muy fructuosa. Pero yo diría que hoy se trata de un método irrenunciable. La configuración de nuestro mundo ya no admite las figuras solitarias que brillan y se extinguen en un fulgurante aislamiento. La complejidad de la sociedad actual requiere una visión interdisciplinar. Nadie puede permitirse el lujo de rechazar la aportación de los otros 6 Textos extraídos de www.riial.org. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 87 sin correr el riesgo de ser más pobre. La colaboración de todos en este campo es, si cabe, más necesaria y más urgente que nunca. Al formar una red, siendo cada uno quien es, se hace capaz de escuchar a los demás, compartir sus hallazgos y sentarse a la mesa de un banquete donde todos dan y reciben, aceptada la invitación del “Presidente del Ágape”. Suscitar redes implica a la vez paciencia y humildad por parte de todos. Así los frutos son mayores y más permanentes, pues se ve que no sólo el mensaje es el de Cristo, sino también lo es el modo como se expresa, y es vivido en unidad por las personas que lo proclaman (S.E.R. Pierfranco Pastore, Secretario del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales. Lima, 24 de marzo de 2000). El proyecto técnico estudia soluciones en tres áreas: • La Comunicación: comunicar a las personas e instituciones, asegurar la privacidad y reserva de las comunicaciones y acortar distancias, tiempos y costos. • Las Bases de Datos: ayudar a acceder a entidades y encontrar personas, proveer de estadísticas y datos que ayuden a comprender la realidad, proveer los datos de los cristianos de manera que puedan ser fácilmente accedidos, mantener actualizadas y accesibles las Guías Eclesiásticas y demás datos de interés general y proveer de programas para la gestión económica. • Los Bancos Documentales: digitalizar la documentación de la Iglesia para su mejor conservación y difundir la sabiduría y la enseñanza eclesial de manera sencilla y accesible. CONTRIBUCIONES DE LA RIIAL EN LA REDUCCIÓN DE LA BRECHA DIGITAL La RIIAL, desde sus orígenes ha sido misionera en esta cultura digital. Impulsada por el “Id y evangelizad hasta los confines del mundo”, ha buscado siempre la inclusión en el área de las TICs favoreciendo a “… los excluidos por el analfabetismo tecnológico…”7. 7 Documento de Aparecida, N. 402. 88 BOLETÍN CELAM 317 - 318 • “Una red humana de respuestas y ayudas”: “Todo miembro de la RIIAL que encuentre soluciones específicas para su propio contexto, está invitado a compartirla con los demás, en el espíritu solidario de la RIIAL. Se trata de un espacio colaborativo, un modo de uso de la informática con espíritu de colaboración, de comunicación y comunión… Puede compararse con una ‘mesa común’ en la que cada uno participa según su identidad eclesial y ofrece sus hallazgos de forma gratuita para los demás miembros, beneficiándose a su vez con lo de los otros. Esto genera una conciencia de red”8. “Una Red, dentro de la gran red de la humanidad, que se convierta en permanente agencia de sentido, que ofrezca como contenidos al hombre de hoy respuestas certeras y que siempre esté dispuesta a dar razones de nuestra esperanza (cf. 1 P 3,15)”9. • “Llegar a los últimos”: desde sus inicios, la RIIAL ha tenido como eje principal de su acción “Llegar a los últimos”. Es decir, uno de sus objetivos principales ha sido “construir una red para la comunión eclesial, que sirva a los más pobres y necesitados y que lleve el mensaje del evangelio hasta el último rincón del continente”10. Como se lee al pie del sitio web de la RIIAL: “Mientras exista en el continente un sacerdote, una comunidad religiosa, un catequista, un agente de pastoral que esté necesitado de comunicación y de asistencia de materiales para su vida y su trabajo evangelizador, la RIIAL estará ‘en construcción’ y no habrá completado su objetivo”. • “Necesidad-Servicio”: la RIIAL ha ideado soluciones siempre de acuerdo a la ecuación “Necesidad-Servicio”, es decir, ha creado servicios que apunten a necesidades reales y concretas. Ejemplo: si la Iglesia necesitaba comunicación, la RIIAL buscó soluciones diversas de comunicación: e-mail, correo, telefonía, etc. Más adelante, veremos algunos ejemplos de redes de comunicación creadas con pocos recursos pero con mucho ingenio. • “Traje a medida”: otro concepto fundamental en la filosofía RIIAL es confeccionar el “traje a medida”, ya que el proyecto es 8 Ponencia de la Lic. Leticia Soberón, Coordinadora General de la RIIAL. 9 Mensaje del Papa Juan Pablo II al I Congreso Continental sobre Iglesia e Informática, 2003. 10 Conclusiones del Encuentro Continental de la RIIAL, Brasilia 1994. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 89 aplicado según la realidad: no se aplica de una única forma. Se tienen en cuenta, en cada país, diócesis, etc., los objetivos eclesiales propios a corto, mediano y largo plazo, las condiciones socio-económicas de la Iglesia local. Las personas que lo llevan adelante, las necesidades concretas de cada punto de la Red, la cultura a la que servirá, las posibilidades técnicas del mercado propio y la situación técnica del lugar11. • “Experiencias piloto”: con su experiencia de casi 20 años, la RIIAL propone realizar los proyectos de TICs con la metodología de experiencia piloto, con un grupo reducido, gradualmente, por etapas. Y poco a poco, ir extendiendo el proyecto hasta alcanzar toda la realidad. • “Principio de subsidiariedad”: por el cual las diócesis más grandes o con mayor infraestructura o personal, “apadrinan” a diócesis más pobres o pequeñas. • “Capilaridad”: “Se llega hasta el último no por disponer de una gran infraestructura, sino por la dinámica de la capilaridad de la propia Iglesia”. La RIIAL aprovecha los canales que le son propios: capillas, parroquias, diócesis, conferencias, institutos, universidades, colegios, etc. para poder llegar al que necesita los servicios concretos. EJEMPLOS DE ALGUNOS PROYECTOS DE INCLUSIÓN DIGITAL QUE LLEVÓ ADELANTE LA RIIAL ¾ Experiencias de Conectividad, Eje de Comunicación: • Argentina, Arquidiócesis de Santa Fe de la Vera Cruz: año 1995, construcción de una Red de correo electrónico sin Internet, con computadores 286, 386 y 486, bajo Windows 3.1. Dicha red aún funciona, combinada con una red más avanzada. • Cuba, Conferencia Episcopal: año 2000, construcción de una Red de correo electrónico con una única cuenta de correo a bajísima velocidad provista por el gobierno para todas las diócesis de la isla. 11 Espiritualidad o Filosofía RIIAL. 90 BOLETÍN CELAM 317 - 318 • Perú, Diócesis selvática: año 2000, sin electricidad ni líneas telefónicas, construcción de una Red de correo electrónico a través de la tecnología de radio módem (Esto es servicio de email combinando computadoras y equipos de radio llamado). Con equipos antiguos. Dicha red aún funciona. ¾ Agencias de Noticias y Servicios Informativos: la RIIAL ha ido acogiendo o generando agencias de noticias en formato digital, accesibles vía web o por envío en formato de boletín digital o newsletter: • ZENIT: agencia electrónica informativa católica. “El mundo visto desde Roma”, en español, inglés, francés, portugués, alemán e italiano. Noticias diarias, análisis semanal. Es la Agencia católica de mayor difusión en el mundo. Ver www.zenit.org. • O BSERVATORIO D IGITAL (Servicio de Observación sobre Internet - SOI): un asistente para el examen constante de diversas realidades en la Sociedad de la Información, y de la propia Internet como fenómeno técnico, cultural, religioso y social. Publica un Boletín semanal. Análisis sobre el impacto de las nuevas tecnologías y su uso en los diversos ámbitos sociales, desde una visión esperanzada, con base en los valores del Evangelio. Elabora estudios sobre la evolución de la “cultura digital” a través de un equipo interdisciplinar e intercultural desde América Latina y España. Ver www.observatoriodigital.net • Agencia informativa católica argentina: noticias diarias vía email con información de la Iglesia Argentina y universal. Información sobre obispados, obispos y documentos. Santoral. Documentos oficiales de la Iglesia. Temas de actualidad. Ver www.aica.org. • Agencia electrónica informativa católica realizada en Perú. Servicios web con santoral, enciclopedia católica y muchos otros. Español e inglés. Ver www.aciprensa.com. ¾ Radio y Servicios para Emisoras: • Radio Vaticano: informativo semanal en español, portugués que llega automáticamente a todos los subscriptores a través de SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 91 la RIIAL. Este llega en forma escrita y en audio según lo que el subscritor lo desee. El interés de este sitio es llegar a todos los interesados siguiendo la filosofía de la RIIAL pero especialmente a las emisoras, periódicos, televisión, etc. Actualmente se cuenta con muchos subscriptores que de diversas maneras están en comunicación con nosotros. Este informativo vía e-mail puede también encontrarse en la página web de la Radio Vaticana, sección en español para América Latina y en la pagina web de la RIIAL. Todos los boletines se mantienen en un archivo para que pueda ser consultado posteriormente. Ver www.radiovaticana.org. y www.radiovaticano.org/demand.htm. ¾ Bancos Documentales: • Servidoras: como la Iglesia necesitaba documentos eclesiales en formato digital para sus tareas pastorales, la RIIAL desarrolló los Bancos Documentales, disponibles vía web (www.servidoras.org.ar) pero también pensando en aquellos que no pueden acceder a Internet, disponibles en CD-ROM o incluso en disquetes que funcionan bajo Windows 3.1. • Clerus: Documentos eclesiales en diferentes formatos e idiomas (CD, Smart-CD, Web, PDA, Móviles). Ver www.clerus.org. • Biblioteca Electrónica Cristiana (BEC), actualizada constantemente, con los documentos más recientes del Magisterio pontificio y de la Santa Sede en general. Especialmente rica en Teología, Patrística, Pastoral, Humanidades. Ver www.multimedios.org. ¾ Desarrollo de Software Eclesial y Formación para la RIIAL • Centro de Formación y Desarrollo de la RIIAL “N.S. de Guadalupe”: El Centro, surgido en el año 2003 a instancias del PCCS, desde el año 1999 ofrece el software gratuito para la gestión de curias diocesanas y parroquias llamado “Office Eclesial”. El mismo funciona en diversas versiones para los diferentes tipos de computadoras: desde PC 386 con Windows 3.1 hasta las de última generación, incluyendo Windows Vista. Linux o Mac no han sido contemplados como plataformas aún porque en base a estudios previos, el continente posee en su gran ma- 92 BOLETÍN CELAM 317 - 318 yoría sistemas operativos Windows. Bajo Linux, hubo pruebas usando emuladores. ¾ Formación • Centro de Formación y Desarrollo de la RIIAL “N.S. de Guadalupe”: * Cursos presenciales sobre la RIIAL: desde el año 2003, el Centro ha organizado en forma colaborativa con las Conferencias Episcopales 18 cursos presenciales para la formación de Técnicos o Delegados RIIAL en los siguientes países: Bolivia, Ecuador, Guatemala, Honduras (con la participación de Costa Rica, El Salvador y Nicaragua), Paraguay (2 veces), Chile, Venezuela (2 veces), Argentina, Uruguay, Cuba, Perú, México, Panamá y República Dominicana. Ha estado presente como Experto en los Talleres sobre Nuevos Lenguajes de la Comunicación organizados por el CELAM en Colombia, Argentina y El Salvador. * Cursos de formación virtuales: cursos virtuales del software “Office Eclesial” a bajo costo, para llegar de esa manera a muchas comunidades que no pueden costear los gastos de un curso presencial. • Instituto Superior de Catequesis Argentino: el ISCA es un Instituto Superior nacional de catequética cuya finalidad se inscribe en el ámbito de la investigación y de la formación de formadores. Por eso asume la preparación de los que van a ejercer la responsabilidad de la animación, coordinación, conducción y/o formación en la catequesis a nivel diocesano, regional y nacional, en las casas de formación del clero y en el ámbito de las congregaciones religiosas. Ver www.isca.org.ar. • Espacios de Estudio, Formación y Diálogo Interdisciplinar: con la voz “formación interdisciplinar” la RIIAL está dando paso a una serie de personas y focos de sabiduría y cultura que desean hacer de su rica experiencia un patrimonio común y de la interrelación y el diálogo unas bases de conocimiento interdisciplinar en que se apoye el futuro. Filosofía, Cultura de la paz, formación en valores, etc. Ver http://www.riial.org/espacios. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 93 ¾ Webs eclesiales gratuitas • Proyecto Trimilenio (www.trimilenio.com): la RIIAL provee a través de VE Multimedios, un espacio de alojamiento gratuito, diseño y soporte técnico para las parroquias, diócesis, movimientos, grupos juveniles, etc. ¾ Proyectos de las Conferencias Episcopales: por último cada Responsable de la RIIAL de las Oficinas de Comunicación a nivel país, desarrolla proyectos de inclusión digital. Alguno de ellos son: • Ecuador: desarrollo del Plan Amanecer, Curso Virtual de “Office Eclesial” para todos los técnicos diocesanos, Programa de Radio “Sin cables”, Manuales de Computación Básica para Párrocos, etc. • Perú: la RIIAL Perú recorrió presencialmente todas las diócesis del país en la persona de la Sra. Rosa Ramón, visitando y ofreciendo los servicios propios. • Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica: desarrollo de la Red de Medios de Comunicación Centroamericana, aplicando los principios de la RIIAL a todos los MCS. • Bolivia: la RIIAL Bolivia ha recorrido y visitado todo el país, formando en comunicaciones e informática. Ha desarrollado un Directorio online de todo el país. Un servicio muy importante es el ofrecido por www.diakonia.com, que es una escuela superior de comunicación audiovisual: producciones audiovisuales, Campañas de promoción y educación sobre cultura y valores y Boletín electrónico. ¾ Portales: todos ellos ofrecen gran cantidad de subsidios para la vida espiritual, la pastoral, la información sobre la fe, consultorios familiares, fotos y dibujos digitales para hojas parroquiales y publicaciones, etc. • • • • • 94 www.churchforum.org www.es.catholic.net www.encuentra.com www.elvaticano.com www.aciprensa.com BOLETÍN CELAM 317 - 318 CONCLUSIÓN La RIIAL, de acuerdo a uno de sus lemas: “Mientras exista en el continente una persona que necesite comunicación, estará ‘en construcción’ y no habrá completado su objetivo”. De acuerdo a la realidad sobre Brecha Digital que conocemos, la RIIAL estará en construcción permanente. Y de la misma manera, todas las iniciativas tendientes a reducir la famosa Brecha Digital, también se encuentran en construcción permanente, ya que surgirán nuevos desafíos, nuevas tecnologías, nuevas comunidades incomunicadas. La tentación que se da muchas veces en proyectos de tecnología y comunicación es pensar en la cuestión económica: qué equipos se deben comprar, maquinaria, materiales, etc. Cuando en realidad, lo primero es tener bien claro el mensaje a transmitir, comprender que cada medio tiene su lenguaje, conocer a los destinatarios del mensaje y el equipo de personas con que se cuenta para el trabajo, verificar la ecuación necesidad-servicio, comenzar con lo que se tiene, ya que no siempre “lo último” es lo que sirve. Lo que sirve viene evaluado de su capacidad para satisfacer la necesidad planteada y trasmitir el mensaje deseado, ya que a veces las cosas “viejas” o sistemas que combinan resultan ser los más adecuados para nuestra necesidad concreta12. Como la RIIAL lo ha comprobador en algunas de sus experiencias, hechas con muy pocos recursos. La clave está en las personas. No en las computadoras, no en las tecnologías, no en las estructuras. La conexión no asegura la comunicación. La clave está en conformar una red de personas, que mediante su compromiso y convencimiento personal, hagan lo posible para que la comunicación “llegue al último”. Y “llegar al último” será posible si cada persona que conforma la red se convierte en un “tejedor de redes”13, es decir, en gente que 12 Mons. Lucio Ruiz, Coordinador Técnico de la RIIAL, elementos de la Catédra Comunicación Digital, PUSC. 13 Lic. Leticia Soberón, Coodinadora General de la RIIAL, Ponencia I Congreso Iglesia e Informática. Ver http://www.iglesiaeinformatica.org/1-4-No%20basta%20ser%20uno%20mismo.pdf. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 95 dedique tiempo y esfuerzos a abrir espacios comunes de colaboración con otros individuos y entidades, de modo que los esfuerzos de cada uno se articulen entre sí, configurando áreas más amplias de comunión y de participación, incluso de una forma interdisciplinar que atraviese las fronteras de la propia específica área de acción. El tejedor de redes es aquél que, sin dejar de ser él mismo, es capaz de mirar a su alrededor, comprender también los estilos y metas de los demás y dialogar con ellos para aunar esfuerzos en lo posible. La reflexión conjunta ayuda a establecer vínculos más duraderos y permite ofrecer servicios más amplios a los destinatarios de ambos. Vista en esta clave, la pluralidad de formas, estilos o sensibilidades no sólo no constituye ningún obstáculo, sino se manifiesta como una gran riqueza para el conjunto. 96 BOLETÍN CELAM 317 - 318 Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI a los jóvenes del mundo con ocasión de la XXIII Jornada Mundial de la Juventud 2008 “Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos” (Hch 1, 8) Queridos jóvenes: 1. LA XXIII JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD R ecuerdo siempre con gran alegría los diversos momentos transcurridos juntos en Colonia, en el mes de agosto de 2005. Al final de aquella inolvidable manifestación de fe y entusiasmo, que permanece impresa en mi espíritu y en mi corazón, os di cita para el próximo encuentro que tendrá lugar en Sydney, en 2008. Será la XXIII Jornada Mundial de la Juventud y tendrá como tema: Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos (Hch 1, 8). El hilo conductor de la preparación espiritual para el encuentro en Sydney es el Espíritu Santo y la misión. En 2006 nos habíamos detenido a meditar sobre el Espíritu Santo como Espíritu de verdad, en 2007 quisimos descubrirlo más profundamente como Espíritu de amor, para encaminarnos después hacia la Jornada Mundial de la Juventud 2008 reflexionando sobre el Espíritu de fortaleza y testimonio, que nos da el valor de vivir el Evangelio y la audacia de proclamarlo. Por ello es fundamental que cada uno de vosotros, jóvenes, en SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 97 la propia comunidad y con los educadores, reflexione sobre este Protagonista de la historia de la salvación que es el Espíritu Santo o Espíritu de Jesús, para alcanzar estas altas metas: reconocer la verdadera identidad del Espíritu, escuchando sobre todo la Palabra de Dios en la Revelación de la Biblia; tomar una lúcida conciencia de su presencia viva y constante en la vida de la Iglesia, redescubrir en particular que el Espíritu Santo es como el “alma”, el respiro vital de la propia vida cristiana gracias a los sacramentos de la iniciación cristiana: Bautismo, Confirmación y Eucaristía; hacerse capaces así de ir madurando una comprensión de Jesús cada vez más profunda y gozosa y, al mismo tiempo, hacer una aplicación eficaz del Evangelio en el alba del tercer milenio. Con mucho gusto os ofrezco con este mensaje un motivo de meditación, ir profundizándolo a lo largo de este año de preparación y ante el cual verificar la calidad de vuestra fe en el Espíritu Santo, de volver a encontrarla si se ha extraviado, de afianzarla si se ha debilitado, de gustarla como compañía del Padre y del Hijo Jesucristo, gracias precisamente a la obra indispensable del Espíritu Santo. No olvidéis nunca que la Iglesia, más aún la humanidad misma, la que está en torno a vosotros y que os aguarda en vuestro futuro, espera mucho de vosotros, jóvenes, porque tenéis en vosotros el don supremo del Padre, el Espíritu de Jesús. 2. LA PROMESA DEL ESPÍRITU SANTO EN LA BIBLIA La escucha atenta de la Palabra de Dios respecto al misterio y a la obra del Espíritu Santo nos abre al conocimiento cosas grandes y estimulantes que resumo en los siguientes puntos. Poco antes de su ascensión, Jesús dijo a los discípulos: “Yo os enviaré lo que mi Padre ha prometido” (Lc 24, 49). Esto se cumplió el día de Pentecostés, cuando estaban reunidos en oración en el Cenáculo con la Virgen María. La efusión del Espíritu Santo sobre la Iglesia naciente fue el cumplimiento de una promesa de Dios más antigua aún, anunciada y preparada en todo el Antiguo Testamento. En efecto, ya desde las primeras páginas, la Biblia evoca el espíritu de Dios como un viento que “aleteaba por encima de las aguas” (cf. Gn 1, 2) y precisa que Dios insufló en las narices del hombre un aliento de vida, (cf. Gn 2, 7), infundiéndole así la vida misma. Después del pecado original, el espíritu vivificante de Dios se ha ido manifestando en diversas ocasiones en la historia de los hombres, suscitando profetas para incitar al pueblo elegido a 98 BOLETÍN CELAM 317 - 318 volver a Dios y a observar fielmente los mandamientos. En la célebre visión del profeta Ezequiel, Dios hace revivir con su espíritu al pueblo de Israel, representado en “huesos secos” (cf. 37, 1-14). Joel profetiza una “efusión del espíritu” sobre todo el pueblo, sin excluir a nadie: “Después de esto –escribe el Autor sagrado– yo derramaré mi Espíritu en toda carne... Hasta en los siervos y las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días” (3, 1-2). En la “plenitud del tiempo” (cf. Ga 4, 4), el ángel del Señor anuncia a la Virgen de Nazaret que el Espíritu Santo, “poder del Altísimo”, descenderá sobre Ella y la cubrirá con su sombra. El que nacerá de Ella será santo y será llamado Hijo de Dios (cf. Lc 1, 35). Según la expresión del profeta Isaías, sobre el Mesías se posará el Espíritu del Señor (cf. 11, 1-2; 42, 1). Jesús retoma precisamente esta profecía al inicio de su ministerio público en la sinagoga de Nazaret: El Espíritu del Señor está sobre mí –dijo ante el asombro de los presentes–, porque él me ha ungido. Me ha enviado a dar la Buena Noticia a los pobres. Para anunciar a los cautivos la libertad y, a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos; y para anunciar un año de gracia del Señor (Lc 4, 18-19; cf. Is 61, 1-2). Dirigiéndose a los presentes, se atribuye a sí mismo estas palabras proféticas afirmando: “Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír ” (Lc 4, 21). Y una vez más, antes de su muerte en la cruz, anuncia varias veces a sus discípulos la venida del Espíritu Santo, el “Consolador”, cuya misión será la de dar testimonio de Él y asistir a los creyentes, enseñándoles y guiándoles hasta la Verdad completa (cf. Jn 14, 16-17.25-26; 15, 26; 16, 13). 3. PENTECOSTÉS, PUNTO DE PARTIDA DE LA MISIÓN DE LA IGLESIA La tarde del día de su resurrección, Jesús, apareciéndose a los discípulos, “sopló sobre ellos y les dijo: ‘Recibid el Espíritu Santo’” (Jn 20, 22). El Espíritu Santo se posó sobre los Apóstoles con mayor fuerza aún el día de Pentecostés: De repente un ruido del cielo –se lee en los Hechos de los Apóstoles–, como el de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno (2, 2-3). SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 99 El Espíritu Santo renovó interiormente a los Apóstoles, revistiéndolos de una fuerza que los hizo audaces para anunciar sin miedo: “¡Cristo ha muerto y ha resucitado!”. Libres de todo temor comenzaron a hablar con franqueza (cf. Hch 2, 29; 4, 13; 4, 29.31). De pescadores atemorizados se convirtieron en heraldos valientes del Evangelio. Tampoco sus enemigos lograron entender cómo hombres “sin instrucción ni cultura” (cf. Hch 4, 13) fueran capaces de demostrar tanto valor y de soportar las contrariedades, los sufrimientos y las persecuciones con alegría. Nada podía detenerlos. A los que intentaban reducirlos al silencio respondían: “Nosotros no podemos dejar de contar lo que hemos visto y oído” (Hch 4, 20). Así nació la Iglesia, que desde el día de Pentecostés no ha dejado de extender la Buena Noticia “hasta los confines de la tierra” (Hch 1, 8). 4. EL ESPÍRITU SANTO, ALMA DE LA IGLESIA Y PRINCIPIO DE COMUNIÓN Pero para comprender la misión de la Iglesia hemos de regresar al Cenáculo donde los discípulos permanecían juntos (cf. Lc 24, 49), rezando con María, la “Madre”, a la espera del Espíritu prometido. Toda comunidad cristiana tiene que inspirarse constantemente en este icono de la Iglesia naciente. La fecundidad apostólica y misionera no es el resultado principalmente de programas y métodos pastorales sabiamente elaborados y “eficientes”, sino el fruto de la oración comunitaria incesante (cf. Pablo VI, Exhort. apost. Evangelii nuntiandi, 75). La eficacia de la misión presupone, además, que las comunidades estén unidas, que tengan “un solo corazón y una sola alma” (cf. Hch 4, 32), y que estén dispuestas a dar testimonio del amor y la alegría que el Espíritu Santo infunde en los corazones de los creyentes (cf. Hch 2, 42). El Siervo de Dios Juan Pablo II escribió que antes de ser acción, la misión de la Iglesia es testimonio e irradiación (cf. Enc. Redemptoris missio, 26). Así sucedía al inicio del cristianismo, cuando, como escribe Tertuliano, los paganos se convertían viendo el amor que reinaba entre los cristianos: “Ved –dicen– cómo se aman entre ellos” (cf. Apologético, 39, 7). Concluyendo esta rápida mirada a la Palabra de Dios en la Biblia, os invito a notar cómo el Espíritu Santo es el don más alto de Dios al hombre, el testimonio supremo por tanto de su amor por nosotros, un amor que se expresa concretamente como “sí a la vida” que Dios quiere para cada una de sus criaturas. Este “sí a la vida” tiene su forma plena en Jesús de Nazaret 100 BOLETÍN CELAM 317 - 318 y en su victoria sobre el mal mediante la redención. A este respecto, nunca olvidemos que el Evangelio de Jesús, precisamente en virtud del Espíritu, no se reduce a una mera constatación, sino que quiere ser “Buena Noticia para los pobres, libertad para los oprimidos, vista para los ciegos...”. Es lo que se manifestó con vigor el día de Pentecostés, convirtiéndose en gracia y en tarea de la Iglesia para con el mundo, su misión prioritaria. Nosotros somos los frutos de esta misión de la Iglesia por obra del Espíritu Santo. Llevamos dentro de nosotros ese sello del amor del Padre en Jesucristo que es el Espíritu Santo. No lo olvidemos jamás, porque el Espíritu del Señor se acuerda siempre de cada uno y quiere, en particular mediante vosotros, jóvenes, suscitar en el mundo el viento y el fuego de un nuevo Pentecostés. 5. EL ESPÍRITU SANTO “MAESTRO INTERIOR” Queridos jóvenes, el Espíritu Santo sigue actuando con poder en la Iglesia también hoy y sus frutos son abundantes en la medida en que estamos dispuestos a abrirnos a su fuerza renovadora. Para esto es importante que cada uno de nosotros lo conozca, entre en relación con Él y se deje guiar por Él. Pero aquí surge naturalmente una pregunta: ¿Quién es para mí el Espíritu Santo? Para muchos cristianos sigue siendo el “gran desconocido”. Por eso, como preparación a la próxima Jornada Mundial de la Juventud, he querido invitaros a profundizar en el conocimiento personal del Espíritu Santo. En nuestra profesión de fe proclamamos: “Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo” (Credo Niceno-Constantinopolitano). Sí, el Espíritu Santo, Espíritu de amor del Padre y del Hijo, es Fuente de vida que nos santifica, “porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que se nos ha dado” (Rm 5, 5). Pero no basta conocerlo; es necesario acogerlo como guía de nuestras almas, como el “Maestro interior” que nos introduce en el Misterio trinitario, porque sólo Él puede abrirnos a la fe y permitirnos vivirla cada día en plenitud. Él nos impulsa hacia los demás, enciende en nosotros el fuego del amor, nos hace misioneros de la caridad de Dios. Sé bien que vosotros, jóvenes, lleváis en el corazón una gran estima y amor hacia Jesús, cómo deseáis encontrarlo y hablar con Él. Pues bien, recordad que precisamente la presencia del Espíritu en nosotros atestigua, SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 101 constituye y construye nuestra persona sobre la Persona misma de Jesús crucificado y resucitado. Por tanto, tengamos familiaridad con el Espíritu Santo, para tenerla con Jesús. 6. LOS SACRAMENTOS DE LA CONFIRMACIÓN Y DE LA EUCARISTÍA Pero –diréis– ¿Cómo podemos dejarnos renovar por el Espíritu Santo y crecer en nuestra vida espiritual? La respuesta ya la sabéis: se puede mediante los Sacramentos, porque la fe nace y se robustece en nosotros gracias a los Sacramentos, sobre todo los de la iniciación cristiana: el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía, que son complementarios e inseparables (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1285). Esta verdad sobre los tres Sacramentos que están al inicio de nuestro ser cristianos se encuentra quizás desatendida en la vida de fe de no pocos cristianos, para los que estos son gestos del pasado, pero sin repercusión real en la actualidad, como raíces sin savia vital. Resulta que, una vez recibida la Confirmación, muchos jóvenes se alejan de la vida de fe. Y también hay jóvenes que ni siquiera reciben este sacramento. Sin embargo, con los sacramentos del Bautismo, de la Confirmación y después, de modo constante, de la Eucaristía, es como el Espíritu Santo nos hace hijos del Padre, hermanos de Jesús, miembros de su Iglesia, capaces de un verdadero testimonio del Evangelio, beneficiarios de la alegría de la fe. Os invito por tanto a reflexionar sobre lo que aquí os escribo. Hoy es especialmente importante redescubrir el sacramento de la Confirmación y reencontrar su valor para nuestro crecimiento espiritual. Quien ha recibido los sacramentos del Bautismo y de la Confirmación, recuerde que se ha convertido en “templo del Espíritu”: Dios habita en él. Que sea siempre consciente de ello y haga que el tesoro que lleva dentro produzca frutos de santidad. Quien está bautizado, pero no ha recibido aún el sacramento de la Confirmación, que se prepare para recibirlo sabiendo que así se convertirá en un cristiano “pleno”, porque la Confirmación perfecciona la gracia bautismal (cf. Ibid., 1302-1304). La Confirmación nos da una fuerza especial para testimoniar y glorificar a Dios con toda nuestra vida (cf. Rm 12, 1); nos hace íntimamente conscientes de nuestra pertenencia a la Iglesia, “Cuerpo de Cristo”, del cual todos somos miembros vivos, solidarios los unos con los otros (cf. 1 Co 12, 12-25). Todo bautizado, dejándose guiar por el Espíritu, puede dar su propia aporta- 102 BOLETÍN CELAM 317 - 318 ción a la edificación de la Iglesia gracias a los carismas que Él nos da, porque en cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común (1 Co 12, 7). Y cuando el Espíritu actúa produce en el alma sus frutos que son “amor, alegría, paz, paciencia, benevolencia, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí” (Ga 5, 22). A cuantos, jóvenes como vosotros, no han recibido la Confirmación, les invito cordialmente a prepararse a recibir este sacramento, pidiendo la ayuda de sus sacerdotes. Es una especial ocasión de gracia que el Señor os ofrece: ¡no la dejéis escapar! Quisiera añadir aquí una palabra sobre la Eucaristía. Para crecer en la vida cristiana es necesario alimentarse del Cuerpo y de la Sangre de Cristo. En efecto, hemos sido bautizados y confirmados con vistas a la Eucaristía (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1322; Exhort. apost. Sacramentum caritatis, 17). Como “fuente y culmen” de la vida eclesial, la Eucaristía es un “Pentecostés perpetuo”, porque cada vez que celebramos la Santa Misa recibimos el Espíritu Santo que nos une más profundamente a Cristo y nos transforma en Él. Queridos jóvenes, si participáis frecuentemente en la Celebración eucarística, si consagráis un poco de vuestro tiempo a la adoración del Santísimo Sacramento, a la Fuente del amor, que es la Eucaristía, os llegará esa gozosa determinación de dedicar la vida a seguir las pautas del Evangelio. Al mismo tiempo, experimentaréis que donde no llegan nuestras fuerzas, el Espíritu Santo nos transforma, nos colma de su fuerza y nos hace testigos plenos del ardor misionero de Cristo resucitado. 7. LA NECESIDAD Y LA URGENCIA DE LA MISIÓN Muchos jóvenes miran su vida con aprensión y se plantean tantos interrogantes sobre su futuro. Ellos se preguntan preocupados: ¿Cómo insertarse en un mundo marcado por numerosas y graves injusticias y sufrimientos? ¿Cómo reaccionar ante el egoísmo y la violencia que a veces parecen prevalecer? ¿Cómo dar sentido pleno a la vida? ¿Cómo contribuir para que los frutos del Espíritu que hemos recordado precedentemente, “amor, alegría, paz, paciencia, benevolencia, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio de sí” (n. 6), inunden este mundo herido y frágil, el mundo de los jóvenes sobre todo? ¿En qué condiciones el Espíritu vivificante de la primera creación, y sobre todo de la segunda creación o redención, puede convertirse en el alma nueva de la humanidad? No olvidemos que cuanto más grande es el don de Dios –y el del Espíritu de Jesús es el máximo– tanto más lo es la necesidad del mundo de recibirlo y, en consecuencia, más grande y apaSEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 103 sionante es la misión de la Iglesia de dar un testimonio creíble de él. Y vosotros, jóvenes, con la Jornada Mundial de la Juventud, dais en cierto modo testimonio de querer participar en dicha misión. A este propósito, queridos amigos, me apremia recordaros aquí algunas verdades cruciales sobre las cuales meditar. Una vez más os repito que sólo Cristo puede colmar las aspiraciones más íntimas del corazón del hombre; sólo Él es capaz de humanizar la humanidad y conducirla a su “divinización”. Con la fuerza de su Espíritu, Él infunde en nosotros la caridad divina, que nos hace capaces de amar al prójimo y prontos para ponernos a su servicio. El Espíritu Santo ilumina, revelando a Cristo crucificado y resucitado, y nos indica el camino para asemejarnos más a Él, para ser precisamente “expresión e instrumento del amor que de Él emana” (Enc. Deus caritas est, 33). Y quien se deja guiar por el Espíritu comprende que ponerse al servicio del Evangelio no es una opción facultativa, porque advierte la urgencia de transmitir a los demás esta Buena Noticia. Sin embargo, es necesario recordarlo una vez más, sólo podemos ser testigos de Cristo si nos dejamos guiar por el Espíritu Santo, que es “el agente principal de la evangelización” (cf. Evangelii nuntiandi, 75) y “el protagonista de la misión” (cf. Redemptoris missio, 21). Queridos jóvenes, como han reiterado tantas veces mis venerados Predecesores Pablo VI y Juan Pablo II, anunciar el Evangelio y testimoniar la fe es hoy más necesario que nunca (cf. Redemptoris missio, 1). Alguno puede pensar que presentar el tesoro precioso de la fe a las personas que no la comparten significa ser intolerantes con ellos, pero no es así, porque proponer a Cristo no significa imponerlo (cf. Evangelii nuntiandi, 80). Además, doce Apóstoles, hace ya dos mil años, han dado la vida para que Cristo fuese conocido y amado. Desde entonces, el Evangelio sigue difundiéndose a través de los tiempos gracias a hombres y mujeres animados por el mismo fervor misionero. Por lo tanto, también hoy se necesitan discípulos de Cristo que no escatimen tiempo ni energía para servir al Evangelio. Se necesitan jóvenes que dejen arder dentro de sí el amor de Dios y respondan generosamente a su llamamiento apremiante, como lo han hecho tantos jóvenes beatos y santos del pasado y también de tiempos cercanos al nuestro. En particular, os aseguro que el Espíritu de Jesús os invita hoy a vosotros, jóvenes, a ser portadores de la buena noticia de Jesús a vuestros coetáneos. La indudable dificultad de los adultos de tratar de manera comprensible y convincente con el ámbito juvenil puede ser un signo con el cual el Espíritu quiere impulsaros a vosotros, jóvenes, a que os hagáis cargo de ello. Vosotros conocéis el idealismo, el lenguaje y también las heridas, las expectativas y, al mismo tiempo, el deseo de bienestar de vuestros coetáneos. Tenéis ante vosotros el vasto mundo de los afectos, del trabajo, de la formación, de la 104 BOLETÍN CELAM 317 - 318 expectativa, del sufrimiento juvenil... Que cada uno de vosotros tenga la valentía de prometer al Espíritu Santo llevar a un joven a Jesucristo, como mejor lo considere, sabiendo “dar razón de vuestra esperanza, pero con mansedumbre” (cf. 1 P 3, 15). Pero para lograr este objetivo, queridos amigos, sed santos, sed misioneros, porque nunca se puede separar la santidad de la misión (cf. Redemptoris missio, 90). No tengáis miedo de convertiros en santos misioneros como san Francisco Javier, que recorrió el Extremo Oriente anunciando la Buena Noticia hasta el límite de sus fuerzas, o como santa Teresa del Niño Jesús, que fue misionera aún sin haber dejado el Carmelo: tanto el uno como la otra son “Patronos de las Misiones”. Estad listos a poner en juego vuestra vida para iluminar el mundo con la verdad de Cristo; para responder con amor al odio y al desprecio de la vida; para proclamar la esperanza de Cristo resucitado en cada rincón de la tierra. 8. INVOCAR UN “NUEVO PENTECOSTÉS” SOBRE EL MUNDO Queridos jóvenes, os espero en gran número en julio de 2008 en Sydney. Será una ocasión providencial para experimentar plenamente el poder del Espíritu Santo. Venid muchos, para ser signo de esperanza y sustento precioso para las comunidades de la Iglesia en Australia que se preparan para acogeros. Para los jóvenes del país que nos hospedará será una ocasión excepcional de anunciar la belleza y el gozo del Evangelio a una sociedad secularizada de muchas maneras. Australia, como toda Oceanía, tiene necesidad de redescubrir sus raíces cristianas. En la Exhortación postsinodal Ecclesia in Oceania Juan Pablo II escribía: Con la fuerza del Espíritu Santo, la Iglesia en Oceanía se está preparando para una nueva evangelización de pueblos que hoy tienen hambre de Cristo... La nueva evangelización es una prioridad para la Iglesia en Oceanía (n. 18). Os invito a dedicar tiempo a la oración y a vuestra formación espiritual en este último tramo del camino que nos conduce a la XXIII Jornada Mundial de la Juventud, para que en Sydney podáis renovar las promesas de vuestro Bautismo y de vuestra Confirmación. Juntos invocaremos al Espíritu Santo, pidiendo con confianza a Dios el don de un nuevo Pentecostés para la Iglesia y para la humanidad del tercer milenio. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 105 María, unida en oración a los Apóstoles en el Cenáculo, os acompañe durante estos meses y obtenga para todos los jóvenes cristianos una nueva efusión del Espíritu Santo que inflame los corazones. Recordad: ¡la Iglesia confía en vosotros! Nosotros, los Pastores, en particular, oramos para que améis y hagáis amar siempre más a Jesús y lo sigáis fielmente. Con estos sentimientos os bendigo a todos con gran afecto. En Lorenzago, 20 de julio de 2007 BENEDICTO XVI 106 BOLETÍN CELAM 317 - 318 Aparecida Selección de textos del Documento de Aparecida sobre la misión P. Carlos María Galli XIII Seminario Intercátedras Facultad de Teología UCA I. EL DISCIPULADO MISIONERO DE JESÚS EN LA IGLESIA, COMUNIÓN EVANGELIZADA Y EVANGELIZADORA 347. (Inicio del capítulo siete y de la tercera parte ‘La Vida de Jesucristo para nuestros pueblos’): “La Iglesia peregrinante es misionera por naturaleza, porque toma su origen de la misión del Hijo y del Espíritu Santo, según el designio del Padre” (AG 2). Por eso, el impulso misionero es fruto necesario de la vida que la Trinidad comunica a los discípulos. a. Jesús, evangelizador y evangelio 30... Dios ha amado tanto nuestro mundo que nos ha dado a su Hijo. Él anuncia la buena noticia del Reino a los pobres y a los pecadores. Por esto, nosotros, como discípulos de Jesús y misioneros, queremos y debemos proclamar el Evangelio, que es Cristo mismo. Anunciamos a nuestros pueblos que Dios nos ama, que su existencia no es una amenaza para el hombre, que está cerca con el poder salvador y liberador de su Reino, que nos acompaña en la tribulación, que alienta incesantemente nuestra esperanza en medio de todas las pruebas. Los cristianos somos portadores de buenas noticias para la humanidad y no profetas de desventuras. 31. La Iglesia debe cumplir su misión siguiendo los pasos de Jesús y adoptando sus actitudes (cf. Mt 9,35-36). Él, siendo el Señor, se hizo servidor y obediente SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 107 hasta la muerte de cruz (cf. Fil 2,8); siendo rico, eligió ser pobre por nosotros (cf. 2 Co 8,9), enseñándonos el itinerario de nuestra vocación de discípulos y misioneros. En el Evangelio aprendemos la sublime lección de ser pobres siguiendo a Jesús pobre (cf. Lc 6,20; 9,58), y la de anunciar el Evangelio de la paz sin bolsa ni alforja, sin poner nuestra confianza en el dinero ni en el poder de este mundo (cf. Lc 10,4 ss). En la generosidad de los misioneros se manif iesta la generosidad de Dios, en la gratuidad de los apóstoles aparece la gratuidad del Evangelio. 103. Los discípulos de Jesús reconocemos que Él es el primer y más grande evangelizador enviado por Dios (cf. Lc 4,44) y, al mismo tiempo, el Evangelio de Dios (cf. Rm 1,3). Creemos y anunciamos “la buena noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios” (Mc 1,1). Como hijos obedientes a la voz del Padre, queremos escuchar a Jesús (cf. Lc 9,35) porque Él es el único Maestro (cf. Mt 23,8). Como discípulos suyos, sabemos que sus palabras son Espíritu y Vida (cf. Jn 6, 63.68). Con la alegría de la fe, somos misioneros para proclamar el Evangelio de Jesucristo y, en Él, la buena nueva de la dignidad humana, de la vida, de la familia, del trabajo, de la ciencia y de la solidaridad con la creación. b. Discipulado y misión: las dos caras de la medalla del seguimiento/comunión con Jesús 131. El llamamiento que hace Jesús, el Maestro, conlleva una gran novedad... descubren dos cosas del todo originales en la relación con Jesús. Por una parte, no fueron ellos los que escogieron a su maestro, fue Cristo quien los eligió. De otra parte, ellos no fueron convocados para algo (purificarse, aprender la Ley…), sino para Alguien, elegidos para vincularse íntimamente a su Persona (cf. Mc 1,17; 2,14). Jesús los eligió para “que estuvieran con Él y enviarlos a predicar” (Mc 3,14), para que lo siguieran con la finalidad de “ser de Él” y formar parte “de los suyos” y participar de su misión... 146. Benedicto XVI nos recuerda que: “El discípulo, fundamentado así en la roca de la Palabra de Dios, se siente impulsado a llevar la Buena Nueva de la salvación a sus hermanos. Discipulado y misión son como las dos caras de una misma medalla: cuando el discípulo está enamorado de Cristo, no puede dejar de anunciar al mundo que sólo Él nos salva (cf. Hch 4, 12)” (DI 3)... Esta es la tarea esencial de la evangelización, que incluye la opción preferencial por los pobres, la promoción humana integral y la auténtica liberación cristiana. 108 BOLETÍN CELAM 317 - 318 278e. El discípulo, a medida que conoce y ama a su Señor, experimenta la necesidad de compartir con otros su alegría de ser enviado, de ir al mundo a anunciar a Jesucristo, muerto y resucitado, a hacer realidad el amor y el servicio en la persona de los más necesitados, en una palabra, a construir el Reino de Dios. La misión es inseparable del discipulado, por lo cual no debe entenderse como una etapa posterior a la formación, aunque se la realice de diversas maneras de acuerdo a la propia vocación y al momento de la maduración humana y cristiana en que se encuentre la persona. c. La Iglesia: con-vocación al discipulado en y para la comunión misionera 156. La vocación al discipulado misionero es con-vocación a la comunión en su Iglesia. No hay discipulado sin comunión. Ante la tentación, muy presente en la cultura actual, de ser cristianos sin Iglesia, y las nuevas búsquedas espirituales individualistas, afirmamos que la fe en Cristo nos llegó a través de la comunidad eclesial y ella “nos da una familia, la familia universal de Dios en la Iglesia Católica. La fe nos libera del aislamiento del yo, porque nos lleva a la comunión” (DI 3). 163. En el pueblo de Dios, “la comunión y la misión están profundamente unidas entre sí… La comunión es misionera y la misión es para la comunión” (ChL 32). En las Iglesias particulares, todos los miembros del pueblo de Dios, según sus vocaciones específicas, estamos convocados a la santidad en la comunión y la misión. 202. Pero, sin duda, no basta la entrega generosa del sacerdote y de las comunidades de religiosos. Se requiere que todos los laicos se sientan corresponsables en la formación de los discípulos y en la misión... La integración de todos ellos en la unidad de un único proyecto evangelizador es esencial para asegurar una comunión misionera. 364. Detenemos la mirada en María y reconocemos en ella una imagen perfecta de la discípula misionera. Ella nos exhorta a hacer lo que Jesús nos diga (cf. Jn 2,5) para que Él pueda derramar su vida en América Latina y El Caribe. Junto con ella, queremos estar atentos una vez más a la escucha del Maestro, y, en torno a ella, volvemos a recibir con estremecimiento el mandato misionero de su hijo: Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos (Mt 28,19). Lo escuchamos como comunidad de discípulos misioneros, que hemos SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 109 experimentado el encuentro vivo con Él y queremos compartir todos los días con los demás esa alegría incomparable. II. ALGUNOS ASPECTOS Y ACENTOS DE LA MISIÓN EVANGELIZADORA EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE 549. Para convertirnos en una Iglesia llena de ímpetu y audacia evangelizadora, tenemos que ser de nuevo evangelizados y fieles discípulos... No hemos de dar nada por presupuesto y descontado. Todos los bautizados estamos llamados a “recomenzar desde Cristo”, a reconocer y seguir su Presencia con la misma realidad y novedad, el mismo poder de afecto, persuasión y esperanza, que tuvo su encuentro con los primeros discípulos a las orillas del Jordán, hace 2000 años, y con los “Juan Diego” del Nuevo Mundo. Sólo gracias a ese encuentro y seguimiento, que se convierte en familiaridad y comunión, por desborde de gratitud y alegría, somos rescatados de nuestra conciencia aislada y salimos a comunicar a todos la vida verdadera, la felicidad y esperanza que nos ha sido dado experimentar y gozar. a. La misión: recibir, gozar y comunicar el don de Jesucristo en la belleza y alegría de la fe 6. Por eso, ante todo, damos gracias a Dios y lo alabamos por todo lo que nos ha sido regalado. Acogemos la realidad entera del Continente como don: la belleza y fecundidad de sus tierras, la riqueza de humanidad que se expresa en las personas, familias, pueblos y culturas del Continente. Sobre todo, nos ha sido dado Jesucristo, la plenitud de la Revelación de Dios, un tesoro incalculable, la “perla preciosa” (cf. Mt 13,45-46), el Verbo de Dios hecho carne, Camino, Verdad y Vida de los hombres y mujeres, a quienes abre un destino de plena justicia y felicidad. 14. ... Lo que nos def ine no son las circunstancias dramáticas de la vida, ni los desafíos de la sociedad, ni las tareas que debemos emprender, sino ante todo el amor recibido del Padre gracias a Jesucristo por la unción del Espíritu Santo. Esta prioridad fundamental es la que ha presidido todos nuestros trabajos, ofreciéndolos a Dios, a nuestra Iglesia, a nuestro pueblo, a cada uno de los latinoamericanos, mientras elevamos al Espíritu Santo nuestra súplica confiada para que redescubramos la belleza y la alegría de ser cristianos. Aquí está el reto fundamental que afrontamos: mostrar la capacidad de la Iglesia para promover y formar discípulos y misioneros que respondan a la vocación recibida 110 BOLETÍN CELAM 317 - 318 y comuniquen por doquier, por desborde de gratitud y alegría, el don del encuentro con Jesucristo. No tenemos otro tesoro que éste. No tenemos otra dicha ni otra prioridad que ser instrumentos del Espíritu de Dios, en Iglesia, para que Jesucristo sea encontrado, seguido, amado, adorado, anunciado y comunicado a todos, no obstante todas las dificultades y resistencias. Este es el mejor servicio –¡su servicio!– que la Iglesia tiene que ofrecer a las personas y naciones (EN 1). 28-29. En el encuentro con Cristo queremos expresar la alegría de ser discípulos del Señor y de haber sido enviados con el tesoro del Evangelio. Ser cristiano no es una carga sino un don: Dios Padre nos ha bendecido en Jesucristo su Hijo, Salvador del mundo... La alegría que hemos recibido en el encuentro con Jesucristo, a quien reconocemos como el Hijo de Dios encarnado y redentor, deseamos que llegue a todos los hombres y mujeres heridos por las adversidades; deseamos que la alegría de la buena noticia del Reino de Dios, de Jesucristo vencedor del pecado y de la muerte, llegue a todos cuantos yacen al borde del camino, pidiendo limosna y compasión (cf. Lc 10,29-37; 18,25-43). La alegría del discípulo es antídoto frente a un mundo atemorizado por el futuro y agobiado por la violencia y el odio. La alegría del discípulo no es un sentimiento de bienestar egoísta sino una certeza que brota de la fe, que serena el corazón y capacita para anunciar la buena noticia del amor de Dios. Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo. b. La misión: testimoniar el don del acontecimiento del encuentro con Cristo 55. El énfasis en la experiencia personal y lo vivencial nos lleva a considerar el testimonio como un componente clave en la vivencia de la fe. Los hechos son valorados en cuanto que son signif icativos para la persona. En el lenguaje testimonial podemos encontrar un punto de contacto con las personas que componen la sociedad y de ellas entre sí. 144. Al llamar a los suyos para que lo sigan, les da un encargo muy preciso: anunciar el evangelio del Reino a todas las naciones (cf. Mt 28,19; Lc 24,4648). Por esto, todo discípulo es misionero, pues Jesús lo hace partícipe de su misión, al mismo tiempo que lo vincula a Él como amigo y hermano. De esta manera, como Él es testigo del misterio del Padre, así los discípulos son testigos de la muerte y resurrección del Señor hasta que Él vuelva. Cumplir este encargo SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 111 no es una tarea opcional, sino parte integrante de la identidad cristiana, porque es la extensión testimonial de la vocación misma. 145. Cuando crece la conciencia de pertenencia a Cristo, en razón de la gratitud y alegría que produce, crece también el ímpetu de comunicar a todos el don de ese encuentro. La misión no se limita a un programa o proyecto, sino que es compartir la experiencia del acontecimiento del encuentro con Cristo, testimoniarlo y anunciarlo de persona a persona, de comunidad a comunidad, y de la Iglesia a todos los confines del mundo (cf. Hch 1,8). 287. ... (el gran desafío) ... O educamos en la fe, poniendo realmente en contacto con Jesucristo e invitando a su seguimiento, o no cumpliremos nuestra misión evangelizadora. Se impone la tarea irrenunciable de ofrecer una modalidad operativa de iniciación cristiana que, además de marcar el qué, dé también elementos para el quién, el cómo y el dónde se realiza. Así, asumiremos el desafío de una nueva evangelización, a la que hemos sido reiteradamente convocados. c. La misión: recomenzar desde Cristo para revitalizar la vida y la misión del discípulo misionero 11. La Iglesia está llamada a repensar profundamente y relanzar con fidelidad y audacia su misión en las nuevas circunstancias latinoamericanas y mundiales... Se trata de confirmar, renovar y revitalizar la novedad del Evangelio arraigada en nuestra historia, desde un encuentro personal y comunitario con Jesucristo, que suscite discípulos y misioneros... 12. No resistiría a los embates del tiempo una fe católica reducida a bagaje, a elenco de algunas normas y prohibiciones, a prácticas de devoción fragmentadas, a adhesiones selectivas y parciales de las verdades de la fe, a una participación ocasional en algunos sacramentos, a la repetición de principios doctrinales, a moralismos blandos o crispados que no convierten la vida de los bautizados. Nuestra mayor amenaza “es el gris pragmatismo de la vida cotidiana de la Iglesia en el cual aparentemente todo procede con normalidad, pero en realidad la fe se va desgastando y degenerando en mezquindad” (J. Ratzinger, Guadalajara, 1992). A todos nos toca recomenzar desde Cristo (NMI 28-29), reconociendo que “no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (DCE 2). 112 BOLETÍN CELAM 317 - 318 41. ... los cristianos necesitamos recomenzar desde Cristo, desde la contemplación de quien nos ha revelado en su misterio la plenitud del cumplimiento de la vocación humana y de su sentido. Necesitamos hacernos discípulos dóciles, para aprender de Él, en su seguimiento, la dignidad y plenitud de la vida. Y necesitamos, al mismo tiempo, que nos consuma el celo misionero para llevar al corazón de la cultura de nuestro tiempo, aquel sentido unitario y completo de la vida humana... 243. El acontecimiento de Cristo es, por lo tanto, el inicio de ese sujeto nuevo que surge en la historia y al que llamamos discípulo: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona...” (DCE 2). Esto es justamente lo que, con presentaciones diferentes, nos han conservado todos los evangelios como el inicio del cristianismo: un encuentro de fe con la persona de Jesús (cf. Jn. 1,35-39). d. La misión: reflejar, irradiar, y dejar(se) atraer o fascinar por la gloria del amor de Cristo 159. La Iglesia, como comunidad de amor (DCE 19), está llamada a reflejar la gloria del amor de Dios que, es comunión, y así atraer a las personas y a los pueblos hacia Cristo. En el ejercicio de la unidad querida por Jesús, los hombres y mujeres de nuestro tiempo se sienten convocados y recorren la hermosa aventura de la fe. “Que también ellos vivan unidos a nosotros para que el mundo crea” (Jn 17,21). La Iglesia crece no por proselitismo sino “por ‘atracción’: como Cristo ‘atrae todo a sí’ con la fuerza de su amor” (Homilía 13/5/07). La Iglesia “atrae” cuando vive en comunión, pues los discípulos de Jesús serán reconocidos si se aman los unos a los otros como Él nos amó (cf. Rm 12,4-13; Jn 13,34). 268. Como en la familia humana, la Iglesia-familia se genera en torno a una madre, quien confiere alma y ternura a la convivencia familiar (cf. DP 295). María, Madre de la Iglesia, además de modelo y paradigma de humanidad, es artífice de comunión. Uno de los eventos fundamentales de la Iglesia es cuando el “sí” brotó de María. Ella atrae multitudes a la comunión con Jesús y su Iglesia, como experimentamos a menudo en los santuarios marianos. La Iglesia, como la Virgen, es madre. Esta visión mariana de la Iglesia es el mejor remedio para una Iglesia meramente funcional o burocrática. 274. Nuestros pueblos nutren un cariño y especial devoción a José, esposo de María, hombre justo, fiel y generoso que sabe perderse para hallarse en el misterio SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 113 del Hijo. San José, el silencioso maestro, fascina, atrae y enseña, no con palabras sino con el resplandeciente testimonio de sus virtudes y de su firme sencillez. 277. El itinerario formativo del seguidor de Jesús hunde sus raíces en la naturaleza dinámica de la persona y en la invitación personal de Jesucristo, que llama a los suyos por su nombre, y éstos lo siguen porque conocen su voz. El Señor despertaba las aspiraciones profundas de sus discípulos y los atraía a sí, llenos de asombro. El seguimiento es fruto de una fascinación que responde al deseo de realización humana, al deseo de vida plena. El discípulo es alguien apasionado por Cristo, a quien reconoce como el maestro que lo conduce y acompaña. e. La misión: manifestar el amor del Padre que en Cristo nos participa la Vida en el Espíritu 157. Al recibir la fe y el bautismo, los cristianos acogemos la acción del Espíritu Santo que lleva a confesar a Jesús como Hijo de Dios y a llamar a Dios “Abba”. Todos los bautizados y bautizadas de América Latina y El Caribe, “a través del sacerdocio común del Pueblo de Dios” (DI 5), estamos llamados a vivir y transmitir la comunión con la Trinidad, pues la evangelización es un llamado a la participación de la comunión trinitaria (DP 218). 348. La gran novedad que la Iglesia anuncia al mundo es que Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre, la Palabra y la Vida, vino al mundo a hacernos “partícipes de la naturaleza divina” (2 P 1,4), a participarnos de su propia vida. Es la vida trinitaria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, la vida eterna. Su misión es manifestar el inmenso amor del Padre, que quiere que seamos hijos suyos. El anuncio del kerygma invita a tomar conciencia de ese amor vivif icador de Dios que se nos ofrece en Cristo muerto y resucitado. Esto es lo primero que necesitamos anunciar y también escuchar, porque la gracia tiene un primado absoluto en la vida cristiana y en toda la actividad evangelizadora de la Iglesia: “Por la gracia de Dios soy lo que soy” (1 Co 15,10). f. La misión: trasmitir la fe como un encuentro personal y por mediaciones religiosas y culturales 8. El don de la tradición católica es un cimiento fundamental de identidad, originalidad y unidad de América Latina y El Caribe: una realidad históricocultural, marcada por el Evangelio de Cristo, en la que abunda el pecado –descuido de Dios, conductas viciosas, opresión, violencia, ingratitudes y miserias– pero donde sobreabunda la gracia de la victoria pascual. 114 BOLETÍN CELAM 317 - 318 38-39. ... debemos admitir que esta preciosa tradición comienza a erosionarse... Este fenómeno (globalización mediática) explica, tal vez, uno de los hechos más desconcertantes y novedosos que vivimos en el presente. Nuestras tradiciones culturales ya no se transmiten de una generación a otra con la misma fluidez que en el pasado. Ello afecta, incluso, a ese núcleo más profundo de cada cultura, constituido por la experiencia religiosa, que resulta ahora igualmente difícil de transmitir a través de la educación y de la belleza de las expresiones culturales, alcanzando aun la misma familia que, como lugar del diálogo y de la solidaridad intergeneracional, había sido uno de los vehículos más importantes de la transmisión de la fe. Los medios de comunicación han invadido todos los espacios y todas las conversaciones, introduciéndose también en la intimidad del hogar. Al lado de la sabiduría de las tradiciones se ubica ahora, en competencia, la información de último minuto, la distracción, el entretenimiento, las imágenes de los exitosos que han sabido aprovechar en su favor las herramientas tecnológicas y las expectativas de prestigio y estima social. Ello hace que las personas busquen denodadamente una experiencia de sentido que llene las exigencias de su vocación, allí donde nunca podrán encontrarla. 264. La piedad popular es una manera legítima de vivir la fe, un modo de sentirse parte de la Iglesia y una forma de ser misioneros, donde se recogen las más hondas vibraciones de la América profunda. Es parte de una “originalidad histórica cultural” (DP 448) de los pobres de este continente, y fruto de “una síntesis entre las culturas y la fe cristiana” (DI 1). En el ambiente de secularización que viven nuestros pueblos, sigue siendo una poderosa confesión del Dios vivo que actúa en la historia y un canal de transmisión de la fe. El caminar juntos hacia los santuarios y el participar en otras manifestaciones de la piedad popular, también llevando a los hijos o invitando a otros, es en sí mismo un gesto evangelizador por el cual el pueblo cristiano se evangeliza a sí mismo y cumple la vocación misionera de la Iglesia. III. UN NUEVO PENTECOSTÉS: PROYECTO RADICALMENTE MISIONERO PARA NUESTRA IGLESIA EN EL SIGLO XXI 548. Esta V Conferencia, recordando el mandato de ir y de hacer discípulos (cf. Mt 28,20), desea despertar la Iglesia en América Latina y El Caribe para un gran impulso misionero. No podemos desaprovechar esta hora de gracia. ¡Necesitamos un nuevo Pentecostés! ¡Necesitamos salir al encuentro de las personas, las familias, las comunidades y los pueblos para comunicarles y compartir el don del encuentro con Cristo, que ha llenado nuestras vidas de SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 115 sentido, de verdad y amor, de alegría y de esperanza! No podemos quedarnos tranquilos en espera pasiva en nuestros templos, sino urge acudir en todas las direcciones para proclamar que el mal y la muerte no tienen la última palabra, que el amor es más fuerte, que hemos sido liberados y salvados por la victoria pascual del Señor de la historia, que Él nos convoca en Iglesia, y que quiere multiplicar el número de sus discípulos y misioneros en la construcción de su Reino en nuestro Continente. Somos testigos y misioneros: en las grandes ciudades y campos, en las montañas y selvas de nuestra América, en todos los ambientes de la convivencia social, en los más diversos areópagos de la vida pública de las naciones, en las situaciones extremas de la existencia, asumiendo ‘ad gentes’ nuestra solicitud por la misión universal de la Iglesia. a. Un nuevo Pentecostés: una Iglesia que despierta para desplegar un gran impulso misionero 150. A partir de Pentecostés, la Iglesia experimenta de inmediato fecundas irrupciones del Espíritu, vitalidad divina que se expresa en diversos dones y carismas (cf. 1 Co 12,1-11) y variados oficios que edifican la Iglesia y sirven a la evangelización (cf. 1 Co 12,28-29). Por estos dones del Espíritu, la comunidad extiende el ministerio salvífico del Señor hasta que Él de nuevo se manifieste al final de los tiempos (cf. 1 Co 1,6-7). El Espíritu en la Iglesia forja misioneros decididos y valientes como Pedro (cf. Hch 4,13) y Pablo (cf. Hch 13,9), señala los lugares que deben ser evangelizados y elige a quiénes deben hacerlo (cf. Hch 13,2). 269. María es la gran misionera, continuadora de la misión de su Hijo y formadora de misioneros. Ella, así como dio a luz al Salvador del mundo, trajo el Evangelio a nuestra América. En el acontecimiento guadalupano, presidió, junto al humilde Juan Diego, el Pentecostés que nos abrió a los dones del Espíritu. Desde entonces, son incontables las comunidades que han encontrado en ella la inspiración más cercana para aprender cómo ser discípulos y misioneros de Jesús. Con gozo, constatamos que se ha hecho parte del caminar de cada uno de nuestros pueblos, entrando profundamente en el tejido de su historia y acogiendo los rasgos más nobles y significativos de su gente... 362. Asumimos el compromiso de una gran misión en todo el Continente, que nos exigirá profundizar y enriquecer todas las razones y motivaciones que permitan convertir a cada creyente en un discípulo misionero. Necesitamos desarrollar la dimensión misionera de la vida en Cristo. La Iglesia necesita una fuerte conmoción que le impida instalarse en la comodidad, el estancamiento 116 BOLETÍN CELAM 317 - 318 y en la tibieza, al margen del sufrimiento de los pobres del Continente. Necesitamos que cada comunidad cristiana se convierta en un poderoso centro de irradiación de la vida en Cristo. Esperamos un nuevo Pentecostés que nos libre de la fatiga, la desilusión, la acomodación al ambiente; una venida del Espíritu que renueve nuestra alegría y nuestra esperanza. Por eso, se volverá imperioso asegurar cálidos espacios de oración comunitaria que alimenten el fuego de un ardor incontenible y hagan posible un atractivo testimonio de unidad “para que el mundo crea” (Jn 17,21). 370. La conversión pastoral de nuestras comunidades exige que se pase de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera. Así será posible que “el único programa del Evangelio siga introduciéndose en la historia de cada comunidad eclesial” (NMI 12) con nuevo ardor misionero, haciendo que la Iglesia se manifieste como una madre que sale al encuentro, una casa acogedora, una escuela permanente de comunión misionera. b. Una Iglesia en estado de conversión para ponerse en un estado permanente de misión 213. Hoy, toda la Iglesia en América Latina y El Caribe quiere ponerse en estado de misión. La evangelización del Continente, nos decía el papa Juan Pablo II, no puede realizarse hoy sin la colaboración de los fieles laicos (EAm 44). Ellos han de ser parte activa y creativa en la elaboración y ejecución de proyectos pastorales a favor de la comunidad. Esto exige, de parte de los pastores, una mayor apertura de mentalidad para que entiendan y acojan el “ser” y el “hacer” del laico en la Iglesia, quien, por su bautismo y su confirmación, es discípulo y misionero de Jesucristo... 365. Esta firme decisión misionera debe impregnar todas las estructuras eclesiales y todos los planes pastorales de diócesis, parroquias, comunidades religiosas, movimientos y de cualquier institución de la Iglesia. Ninguna comunidad debe excusarse de entrar decididamente, con todas sus fuerzas, en los procesos constantes de renovación misionera, y de abandonar las estructuras caducas que ya no favorezcan la transmisión de la fe. 368... La conversión pastoral requiere que las comunidades eclesiales sean comunidades de discípulos misioneros en torno a Jesucristo, Maestro y Pastor. De allí, nace la actitud de apertura, de diálogo y disponibilidad para promover la corresponsabilidad y participación efectiva de todos los fieles en la vida de las comunidades cristianas. Hoy, más que nunca, el testimonio de comunión eclesial y la santidad son una urgencia pastoral... SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 117 551. Este despertar misionero, en forma de una Misión Continental, cuyas líneas fundamentales han sido examinadas por nuestra Conferencia y que esperamos sea portadora de su riqueza de enseñanzas, orientaciones y prioridades, será aún más concretamente considerada durante la próxima Asamblea Plenaria del CELAM en La Habana. Requerirá la decidida colaboración de las Conferencias Episcopales y de cada diócesis en particular. Buscará poner a la Iglesia en estado permanente de misión. Llevemos nuestras naves mar adentro, con el soplo potente del Espíritu Santo, sin miedo a las tormentas, seguros de que la Providencia de Dios nos deparará grandes sorpresas. c. Una Iglesia en búsqueda de nuevos lenguajes para la misión en la(s) cultura(s) actual(es) 100d. En la evangelización, en la catequesis y, en general, en la pastoral, persisten también lenguajes poco significativos para la cultura actual, y en particular, para los jóvenes. Muchas veces, los lenguajes utilizados parecieran no tener en cuenta la mutación de los códigos existencialmente relevantes en las sociedades influenciadas por la postmodernidad y marcadas por un amplio pluralismo social y cultural. Los cambios culturales dificultan la transmisión de la fe por parte de la familia y de la sociedad. Frente a ello, no se ve una presencia importante de la Iglesia en la generación de cultura, de modo especial en el mundo universitario y en los medios de comunicación social. 484. La revolución tecnológica y los procesos de globalización conforman el mundo actual como una gran cultura mediática. Esto implica una capacidad para reconocer los nuevos lenguajes, que pueden ayudar a una mayor humanización global. Estos nuevos lenguajes configuran un elemento articulador de los cambios en la sociedad. 497. Es necesario comunicar los valores evangélicos de manera positiva y propositiva. Son muchos los que se dicen descontentos, no tanto con el contenido de la doctrina de la Iglesia, sino con la forma como ésta es presentada... d. Una Iglesia que realiza su misión en el diálogo ecuménico, interreligioso e intercultural 95. Nuestro servicio pastoral a la vida plena de los pueblos indígenas exige anunciar a Jesucristo y la Buena Nueva del Reino de Dios, denunciar las situaciones de pecado, las estructuras de muerte, la violencia y las injusticias 118 BOLETÍN CELAM 317 - 318 internas y externas, fomentar el diálogo intercultural, interreligioso y ecuménico. Jesucristo es la plenitud de la revelación para todos los pueblos y el centro fundamental de referencia para discernir los valores y las deficiencias de todas las culturas, incluidas las indígenas. Por ello, el mayor tesoro que les podemos ofrecer es que lleguen al encuentro con Jesucristo resucitado... 233. En esta nueva etapa evangelizadora, queremos que el diálogo y la cooperación ecuménica se encaminen a suscitar nuevas formas de discipulado y misión en comunión. Cabe observar que, donde se establece el diálogo, disminuye el proselitismo, crece el conocimiento recíproco, el respeto y se abren posibilidades de testimonio común. 237. El diálogo interreligioso, en especial con las religiones monoteístas, se fundamenta justamente en la misión que Cristo nos conf ió, solicitando la sabia articulación entre el anuncio y el diálogo como elementos constitutivos de la evangelización (NMI 55). Con tal actitud, la Iglesia, sacramento universal de salvación, refleja la luz de Cristo que “ilumina a todo hombre” (Jn 1,9). La presencia de la Iglesia entre las religiones no cristianas está hecha de empeño, discernimiento y testimonio, apoyados en la fe, esperanza y caridad teologales (DYA 40). e. Una Iglesia que se compromete a colaborar en nuevas formas de la misión universal ad gentes 375. Su Santidad Benedicto XVI ha confirmado que la misión ad gentes se abre a nuevas dimensiones: El campo de la misión ad gentes se ha ampliado notablemente y no se puede definir sólo basándose en consideraciones geográficas o jurídicas. En efecto, los verdaderos destinatarios de la actividad misionera del pueblo de Dios no son sólo los pueblos no cristianos y las tierras lejanas sino también los ámbitos socioculturales y, sobre todo, los corazones (Discurso 5/5/ 2007). 376. Al mismo tiempo, el mundo espera de nuestra Iglesia latinoamericana y caribeña un compromiso más significativo con la misión universal en todos los Continentes. Para no caer en la trampa de encerrarnos en nosotros mismos, debemos formarnos como discípulos misioneros sin fronteras, dispuestos a ir “a la otra orilla”, aquélla en la que Cristo no es aún reconocido como Dios y Señor, y la Iglesia no está todavía presente (cf. AG 6). SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 119 377. Los discípulos, quienes por esencia somos misioneros en virtud del Bautismo y la Conf irmación, nos formamos con un corazón universal, abierto a todas las culturas y a todas las verdades, cultivando nuestra capacidad de contacto humano y de diálogo. Estamos dispuestos con la valentía que nos da el Espíritu, a anunciar a Cristo donde no es aceptado, con nuestra vida, con nuestra acción, con nuestra profesión de fe y con su Palabra. Los emigrantes son igualmente discípulos y misioneros y están llamados a ser una nueva semilla de evangelización, a ejemplo de tantos emigrantes y misioneros, que trajeron la fe cristiana a nuestra América. 379. Nuestro anhelo es que esta V Conferencia sea un estímulo para que muchos discípulos de nuestras Iglesias vayan y evangelicen en la “otra orilla”. La fe se fortifica dándola y es preciso que entremos en nuestro continente en una nueva primavera de la misión ad gentes. Somos Iglesias pobres, pero “debemos dar desde nuestra pobreza y desde la alegría de nuestra fe” (DP 368) y esto sin descargar en unos pocos enviados el compromiso que es de toda la comunidad cristiana... IV. COMUNICACIÓN DE LA VIDA EN CRISTO EN TODAS LAS DIMENSIONES PERSONALES, SOCIALES Y CULTURALES 386. La Iglesia tiene, como misión propia y específica, comunicar la vida de Jesucristo a todas las personas, anunciando la Palabra, administrando los Sacramentos y practicando la caridad... a. Una Iglesia que piensa y realiza su misión como una oferta de Vida plena en Cristo 361. El proyecto de Jesús es instaurar el Reino de su Padre. Por eso, pide a sus discípulos: “¡Proclamen que está llegando el Reino de los cielos!” (Mt 10,7). Se trata del Reino de la vida. Porque la propuesta de Jesucristo a nuestros pueblos, el contenido fundamental de esta misión, es la oferta de una vida plena para todos. Por eso, la doctrina, las normas, las orientaciones éticas, y toda la actividad misionera de la Iglesia, debe dejar transparentar esta atractiva oferta de una vida más digna, en Cristo, para cada hombre y para cada mujer de América Latina y de El Caribe. 359. Descubrimos, así, una ley profunda de la realidad: la vida sólo se desarrolla plenamente en la comunión fraterna y justa. Porque “Dios en Cristo 120 BOLETÍN CELAM 317 - 318 no redime solamente la persona individual, sino también las relaciones sociales entre los seres humanos” (CDSI 52). Ante diversas situaciones que manifiestan la ruptura entre hermanos, nos apremia que la fe católica de nuestros pueblos latinoamericanos y caribeños se manifieste en una vida más digna para todos. El rico magisterio social de la Iglesia nos indica que no podemos concebir una oferta de vida en Cristo sin un dinamismo de liberación integral, de humanización, de reconciliación y de inserción social. 380. La misión del anuncio de la Buena Nueva de Jesucristo tiene una destinación universal. Su mandato de caridad abraza todas las dimensiones de la existencia, todas las personas, todos los ambientes de la convivencia y todos los pueblos. Nada de lo humano le puede resultar extraño. La Iglesia sabe, por revelación de Dios y por la experiencia humana de la fe, que Jesucristo es la respuesta total, sobreabundante y satisfactoria a las preguntas humanas sobre la verdad, el sentido de la vida y de la realidad, la felicidad, la justicia y la belleza. Son las inquietudes que están arraigadas en el corazón de toda persona y que laten en lo más humano de la cultura de los pueblos. Por eso, todo signo auténtico de verdad, bien y belleza en la aventura humana viene de Dios y clama por Dios. b. Una Iglesia que comunica la buena nueva sobre la dignidad humana y promueve la vida digna 384. Ser discípulos y misioneros de Cristo para que nuestros pueblos, en Él, tengan vida, nos lleva a asumir evangélicamente y desde la perspectiva del Reino las tareas prioritarias que contribuyen a la dignificación de todo ser humano, y a trabajar junto con los demás ciudadanos e instituciones en bien del ser humano. El amor de misericordia para con todos los que ven vulnerada su vida en cualquiera de sus dimensiones, como bien nos muestra el Señor en todos sus gestos de misericordia, requiere que socorramos las necesidades urgentes; al mismo tiempo que colaboremos con otros organismos o instituciones para organizar estructuras más justas en los ámbitos nacionales e internacionales. Urge crear estructuras que consoliden un orden social, económico y político en el que no haya inequidad y donde haya posibilidades para todos... 389. Nuestra misión para que nuestros pueblos en Él tengan vida, manif iesta nuestra convicción de que en el Dios vivo revelado en Jesús se encuentra el sentido, la fecundidad y la dignidad de la vida humana. Nos urge la misión de entregar a nuestros pueblos la vida plena y feliz que Jesús nos trae, para que cada persona SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 121 humana viva de acuerdo con la dignidad que Dios le ha dado. Lo hacemos con la conciencia de que esa dignidad alcanzará su plenitud cuando Dios sea todo en todos. Él es el Señor de la vida y de la historia, vencedor del misterio del mal y acontecimiento salvífico que nos hace capaces de emitir un juicio verdadero sobre la realidad, que salvaguarde la dignidad de las personas y de los pueblos. 399. Asumiendo con nueva fuerza esta opción por los pobres, ponemos de manifiesto que todo proceso evangelizador implica la promoción humana y la auténtica liberación “sin la cual no es posible un orden justo en la sociedad” (DI 3). Entendemos que la verdadera promoción humana no puede reducirse a aspectos particulares: “Debe ser integral, es decir, promover a todos los hombres y a todo el hombre” (GS 76), desde la vida nueva en Cristo que transforma a la persona de tal manera que “la hace sujeto de su propio desarrollo” (PP 15). Para la Iglesia, el servicio de la caridad, igual que el anuncio de la Palabra y la celebración de los Sacramentos, “es expresión irrenunciable de la propia esencia” (DCE 25). c. Una evangelización inculturada que siga delineando el rostro de la Iglesia latinoamericana 100 h. Reconocemos que ... nos ha faltado valentía, persistencia y docilidad a la gracia para proseguir, fiel a la Iglesia de siempre, la renovación iniciada por el Concilio Vaticano II, impulsada por las anteriores Conferencias Generales, y para asegurar el rostro latinoamericano y caribeño de nuestra Iglesia... 127. Agradecemos a Dios como discípulos y misioneros porque la mayoría de los latinoamericanos y caribeños están bautizados. La providencia de Dios nos ha confiado el precioso patrimonio de la pertenencia a la Iglesia por el don del bautismo que nos ha hecho miembros del Cuerpo de Cristo, pueblo de Dios peregrino en tierras americanas, desde hace más de quinientos años. Alienta nuestra esperanza la multitud de nuestros niños, los ideales de nuestros jóvenes y el heroísmo de muchas de nuestras familias que, a pesar de las crecientes dificultades, siguen siendo fieles al amor. Agradecemos a Dios la religiosidad de nuestros pueblos, que resplandece en la devoción al Cristo sufriente y a su Madre bendita, en la veneración a los Santos con sus fiestas patronales, en el amor al Papa y a los demás pastores, en el amor a la Iglesia universal como gran familia de Dios que nunca puede ni debe dejar solos o en la miseria a sus propios hijos (DI 1). 122 BOLETÍN CELAM 317 - 318 128. Reconocemos el don de la vitalidad de la Iglesia que peregrina en América Latina y El Caribe, su opción por los pobres, sus parroquias, sus comunidades, sus asociaciones, sus movimientos eclesiales, nuevas comunidades y sus múltiples servicios sociales y educativos. Alabamos al Señor porque ha hecho de este continente un espacio de comunión y comunicación de pueblos y culturas indígenas. También agradecemos el protagonismo que van adquiriendo sectores que fueron desplazados: mujeres, indígenas, afroamericanas, campesinos y habitantes de áreas marginales de las grandes ciudades. Toda la vida de nuestros pueblos fundada en Cristo y redimida por Él, puede mirar al futuro con esperanza y alegría acogiendo el llamado de Benedicto XVI: “¡Sólo de la Eucaristía brotará la civilización del amor que transformará Latinoamérica y El Caribe para que además de ser el Continente de la esperanza, sea también el Continente del amor!” (DI 4). d. Una Iglesia discipular y misionera que quiere evangelizar los nuevos cambios culturales 479. Con la inculturación de la fe, la Iglesia se enriquece con nuevas expresiones y valores, manifestando y celebrando cada vez mejor el misterio de Cristo, logrando unir más la fe con la vida y contribuyendo así a una catolicidad más plena, no sólo geográfica, sino también cultural. Sin embargo, este patrimonio cultural latinoamericano y caribeño se ve confrontado con la cultura actual, que presenta luces y sombras. Debemos considerarla con empatía para entenderla, pero con una postura crítica para descubrir lo que en ella es fruto de la limitación humana y del pecado. Ella presenta muchos y sucesivos cambios provocados por nuevos conocimientos y descubrimientos de la ciencia y la técnica. De este modo se desvanece una única imagen del mundo que ofrecía orientación para la vida cotidiana. Recae sobre el individuo toda la responsabilidad de construir su personalidad y plasmar su identidad social. Así tenemos por un lado, la emergencia de la subjetividad, el respeto a la dignidad y la libertad de cada uno, una importante conquista de la humanidad. Por otro lado, este mismo pluralismo de orden cultural y religioso, propagado fuertemente por una cultura globalizada, acaba por erigir el individualismo como característica dominante de la actual sociedad, responsable del relativismo ético y la crisis de la familia. 508. Los obispos en la V Conferencia queremos acompañar a los constructores de la sociedad, ya que es la vocación fundamental de la Iglesia en este sector formar las conciencias, ser abogada de la justicia y de la verdad, y educar en las virtudes individuales y políticas (cf. DI 4). Queremos llamar al SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 123 sentido de responsabilidad de los laicos para que estén presentes en la vida pública, y “en la formación de los consensos necesarios y en la oposición contra las injusticias” (DI 4). 538. Todas las auténticas transformaciones se fraguan y forjan en el corazón de las personas e irradian en todas las dimensiones de su existencia y convivencia. No hay nuevas estructuras si no hay hombres nuevos y mujeres nuevas que movilicen y hagan converger en los pueblos ideales y poderosas energías morales y religiosas. Formando discípulos y misioneros, la Iglesia da respuesta a esta exigencia. V. CUESTIONES HISTÓRICAS, SEMÁNTICAS, TEOLÓGICAS, PASTORALES Y ESPIRITUALES ABIERTAS... Y TRES TEXTOS * ... les missions ne sont pas tant une affaire de vie ou de mort que de plénitude de vie (H. DE LUBAC, Le fondement théologique des missions, du Seuil, Paris, 1946, 37). ** “Al contrario, la Iglesia piensa que estas multitudes tienen derecho a conocer la riqueza del misterio de Cristo, dentro del cual creemos que toda la humanidad puede encontrar, con insospechada plenitud, todo lo que busca a tientas acerca de Dios, del hombre y de su destino, de la vida y de la muerte, de la verdad...” (EN 53). *** “Conservemos, pues, el fervor espiritual. Conservemos la dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas. Hagámoslo... con un ímpetu interior que nadie ni nada sea capaz de extinguir. Sea ésta la mayor alegría de nuestras vidas entregadas...” (EN 80, citado en Doc. Aparecida 552). 124 BOLETÍN CELAM 317 - 318 CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA Comunicado de la 94º Asamblea Plenaria “Ceferino, hijo de Dios y hermano de todos” Al Pueblo de Dios: C on inmensa gratitud a Dios queremos compartir con todos ustedes la buena noticia de la Beatif icación de CEFERINO NAMUNCURÁ, que celebraremos el próximo 11 de noviembre en Chimpay (Río Negro). Celebrar la beatificación de Ceferino es alegrarnos por el reconocimiento del significado de su vida y de sus virtudes. Y así, quienes peregrinamos en este mundo lo descubrimos como: • modelo de encuentro con Cristo y cercanía de Dios hacia la humanidad; • ejemplo claro del Evangelio hecho vida en lo cotidiano; • fuerza y sostén en las fragilidades y debilidades; • encuentro y aceptación de otra cultura y religiosidad. En nuestro caminar como Pueblo de Dios en la Argentina, Ceferino es una clara invitación, entre otros aspectos: • a descubrirnos hijos de Dios, necesitados de Dios, desterrando así toda autosuficiencia. Desde pequeño, Ceferino, a la luz de la religiosidad de su raza y luego con el acontecer de la fe cristiana en su vida, se descubrió en las manos de Dios, necesitado y agradecido al Dios creador y Padre de todos, SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 125 • a tomar decisiones que marcan la vida. Decisiones abiertas al bien de los demás, no cerradas en horizontes mezquinos. Ceferino, a sus 11 años se propone “quiero ser útil a mi gente”, y allí inicia un camino sin ambigüedades. Camino que lo lleva a anhelar ser misionero y sacerdote para compartir esa Palabra de Dios recibida y llevarla a todos como vida en abundancia, • a valorar lo cotidiano como el lugar donde se realizan los grandes ideales. La vida sencilla de Ceferino está marcada por un cotidiano vivir con un gran amor a la familia y a la tierra, con una entrega generosa y alegre a todos, con un espíritu de reconciliación y comunión, en un amor preferencial por los más sufridos. Ceferino es conocido y amado por muchos. Es uno de nosotros. Los niños y los jóvenes encuentran en él un ejemplo de vida que despierta y sostiene su esperanza. Ceferino es para ellos un modelo que da razones para vivir en el descubrimiento de la vocación a la que cada uno está llamado. Los adultos, en especial los padres de familia, encuentran en él sostén para cuidar todo lo que es importante: los hijos, la unión de la familia, el trabajo honesto y sacrificado. Los ancianos, nuestros abuelos, encuentran en él serenidad y gratitud para mirar la vida vivida. Los enfermos encuentran en él valor y fuerzas, porque él mismo vivió y sufrió la experiencia de la enfermedad. Los pobres, marginados y excluidos encuentran en él un mensaje de dignidad y la invitación a no renunciar a ser protagonistas de la historia. Los poderosos descubren en él un fuerte llamado a no aferrarse a sus bienes y a su poder, sino a recorrer el camino del compartir, del abrirse a los demás, del hacer de nuestro mundo la mesa de todos. La gente de campo encuentra en él al compañero que está con ellos en el duro trabajo de cada día, y los alienta en su lucha por preservar la tierra de todo emprendimiento irresponsable que sólo busca intereses económicos para unos pocos. 126 BOLETÍN CELAM 317 - 318 La gente de la ciudad, en el ritmo acelerado que le impone la vida, encuentra en él la mano amiga que hace a Dios cercano y ayuda a descubrir al vecino como hermano. Los pueblos originarios descubren en él aquel valioso mensaje de cuidar y ofrecer los bienes de su cultura, a valorar el amor a la vida, el sentido de familia y de pertenencia a la comunidad, el amor y el cuidado a la tierra, la apertura a Dios. Los variados grupos religiosos aprenden de él a reconocer y apreciar las expresiones religiosas distintas, y recorrer caminos de diálogo y de colaboración. Los que no tienen fe, los desalentados, golpeados y abrumados, encuentran en él un signo de esperanza y de confianza en su caminar. La Iglesia toda descubre en él un llamado a renovar la fe en Cristo, en la responsabilidad de hacerla vida y anuncio para cada uno. Todos recibimos de él un mensaje de reconciliación. Estos son algunos de los mensajes que descubrimos en Ceferino: alguien cercano, que nos hace vivir la alegría de ser hijos de Dios. Alguien cercano que nos hace hermano de todos. La beatificación confirma esta cercanía y renueva su testimonio de vida. Que para nosotros y para todos ustedes, este acontecimiento signifique y exprese la bendición de nuestro Padre Dios y el cuidado de nuestra Madre la Virgen de Luján. Pilar, 9 de noviembre de 2007 94º Asamblea Plenaria CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 127 D NOVEDA Colección Quinta Conferencia MARÍA, MADRE DE DISCÍPULOS Secretaría General Organizados por el CELAM, como parte de la preparación para la V Conferencia General se celebraron en ciudad de México: el Encuentro Continental de Pastoral Mariana y el Congreso Teológico Pastoral Mariano. Esta publicación recoge las ponencias y las conclusiones, que se constituyen en un valioso aporte para la reflexión y la pastoral mariana en América Latina y El Caribe. Contenido: • María Madre y discípula, formadora de los discípulos y misioneros de Jesucristo, en la teología postconciliar • Orientaciones pastorales para iluminar e impulsar la pastoral mariana • María educadora de discípulos y misioneros en la pastoral de América Latina • La espiritualidad mariana, la espiritualidad de María, la presencia y función de la santísima Virgen en la vida de todo cristiano • Conclusiones de los diez talleres • Iluminación sobre los aportes de los talleres 527 páginas Edición en rústica Edición en tapa dura Col $ 26.000 Col $ 31.500 Pedidos y Envíos: Centro de Publicaciones CELAM Avenida Boyacá No. 169D-75 / A.A. 253 353 Tel: (571) 6680900 / Fax: (571) 6711213 [email protected] Bogotá, D.C., Colombia USD 11 USD 14 CONFERENCIA EPISCOPAL BOLIVIANA Mensaje de los Señores Obispos al pueblo de Dios, en la LXXXV Asamblea de la CEB Hagamos de Bolivia una casa de hermanos para vivir y convivir con dignidad L os Obispos de Bolivia, reunidos en Asamblea bajo la acción del Espíritu Santo, queremos como pastores seguir impulsando la tarea de anunciar la Buena Noticia de Jesucristo, Camino, Verdad y Vida, para que nuestro pueblo tenga vida en Él. Al reflexionar sobre la realidad de nuestra Iglesia y nuestra sociedad, descubrimos luces y sombras que, si por una parte nos dan esperanza, por otra nos preocupan y afligen. En estas consideraciones nos ha acompañado el Documento final de la V Conferencia General de los Obispos de América Latina y El Caribe, celebrada en el Santuario de Aparecida en Brasil, acontecimiento providencial y verdadero Pentecostés que seguimos viviendo y que marca las líneas pastorales de los próximos años en nuestra Iglesia. LA VOCACIÓN CRISTIANA Aparecida nos recuerda que Jesús vino a traernos un mensaje de vida, esperanza y amor. Nos urge partir de un encuentro personal con Cristo SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 129 para acogerlo como fieles discípulos y compartirlo como verdaderos misioneros, ya que “no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona que da un nuevo horizonte a la vida” (Benedicto XVI - Dios es Amor 1). Todos los cristianos estamos convocados a esta tarea y debemos involucrarnos en el compromiso de mejorar la vida de nuestro pueblo, porque Dios nos ha hecho sujetos de derechos y deberes en la creación e historia. TIEMPOS DE CAMBIO Los tiempos que vivimos en Bolivia, como en todo el continente, se caracterizan por grandes cambios que inciden profundamente en nuestra vida y en todos los ámbitos de la sociedad. Desde la perspectiva del Evangelio de la vida, que como Iglesia constantemente hemos anunciado, es motivo de esperanza el reconocimiento que están adquiriendo los pueblos indígenas y los sectores, históricamente marginados, en el seno de nuestra sociedad, como actores y ciudadanos con pleno derecho. Muestra de eso es la elevación en Bolivia a rango de Ley de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos Indígenas. Hoy no podemos pensar en una nueva Bolivia sin la participación de los pueblos indígenas, con sus riquezas culturales, morales y espirituales. Así mismo, queremos destacar las iniciativas y preocupaciones por mejorar la calidad de vida de los sectores más vulnerables. Ellos son para la Iglesia, siguiendo la práctica de Jesús, los predilectos y quienes tienen que estar en el corazón de todos, particularmente de los que rigen los destinos de los pueblos. CAMBIOS PARA UNA SOCIEDAD MÁS JUSTA Y FRATERNA Estamos convencidos de la necesidad de cambios importantes y urgentes en el país. Todo cambio, sin embargo, puede ser ambiguo; por sí sólo no es garantía de progreso, crecimiento y bienestar. Para que realmente el cambio abra a nuevos horizontes de paz, justicia y convivencia fraterna, es indispensable que se realice en el respeto de la dignidad de toda persona humana y de su identidad cultural y religiosa, y que salvaguarde la libertad individual y colectiva en el ejercicio de los derechos y responsabilidades. 130 BOLETÍN CELAM 317 - 318 De ninguna manera se debe pretender, por principio, imponer el cambio u oponerse a él, recurriendo al enfrentamiento, a la violencia, a las amenazas o a manipulaciones de grupos o sectores de la población; pues son actitudes que, además de sembrar dolor, sufrimiento y luto en muchas familias y en la sociedad, van en contra de la convivencia social y desvirtúan la democracia. El clima de tensión que se vive crea en los ciudadanos un sentimiento de inseguridad ante el futuro, agravado por los problemas económicos, como la falta de fuentes de trabajo y la subida del costo de vida, que perjudican de manera directa a los más pobres y marginados. Sin embargo, las perspectivas macroeconómicas muestran que se puede disponer de considerables recursos, que esperamos sean invertidos positivamente para mejorar la calidad de vida de los habitantes de nuestro país. Aparecida nos proporciona elementos de juicio muy iluminadores acerca de esta compleja problemática: Urge crear estructuras que consoliden un orden social, económico y político en el que no haya inequidad y donde haya posibilidades para todos. Igualmente, se requieren nuevas estructuras que promuevan una auténtica convivencia humana, que impidan la prepotencia de algunos y faciliten el diálogo constructivo para los necesarios consensos sociales (Aparecida N. 384). RECUPERAR LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE Es urgente recuperar el sentido de racionalidad en las relaciones entre bolivianos, desterrando el recurso a la violencia que se ha convertido casi en una práctica normal, como se constata continuamente en el acontecer nacional. Sólo y únicamente con el diálogo constructivo y sincero se logrará superar las diferencias y se alcanzarán las transformaciones urgentes requeridas en el país. Esto vale de manera especial para la Asamblea Constituyente a fin de que pueda cumplir con la grave responsabilidad de configurar estos cambios en la nueva Constitución Política del Estado, tal como el pueblo boliviano le ha confiado. Reafirmamos lo expresado en nuestro Mensaje de marzo de 2006: SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 131 Como Iglesia reconocemos en la Constituyente una gran oportunidad de apertura a la esperanza, sin duda un “signo de los tiempos”, que nos mueve a tender puentes de encuentro y reconciliación, de diálogo, transparencia y búsqueda de consensos indispensables para una democracia verdadera, en la que todos podamos ejercer en libertad nuestros derechos y cumplir nuestras obligaciones. Esta gran oportunidad, con todas las esperanzas que despertó en la conciencia del país, tenemos que decirlo con dolor, está empantanada y con grave riesgo de fracasar por radicalismos, intransigencias, intereses sectoriales y revanchismos de un lado y otro. Creemos que es preciso atenerse al marco de legalidad establecido y asumir, con claridad y decisión, los principios humanos y cristianos, que son la base de toda convivencia social: la dignidad de la persona humana, el destino universal de los bienes, la subsidiariedad, la participación, la solidaridad, el bien común, y los valores de la libertad, la verdad, la justicia, la caridad, la transparencia y la paz (cf. Mensaje CEB, marzo 2006). ADVIENTO TIEMPO DE RECONCILIACION Y ESPERANZA Estas circunstancias difíciles, señaladas anteriormente, no son las determinantes en la vida del cristiano, que ve la realidad con una perspectiva más amplia. Los cristianos somos conscientes de la presencia y acción de Dios en nuestras vidas y de la importancia decisiva de su amor, recibido gracias a Jesucristo que se hizo uno de nosotros; amor que nos abre al camino de la vida plena, en todas las dimensiones personales, familiares, sociales, religiosas y culturales. El Adviento, que se acerca, nos introduce al misterio del nacimiento de Jesús en la Navidad. Es un tiempo que nos llama a la conversión auténtica hacia Dios y los hermanos, lo cual implica un cambio profundo en la manera de pensar y en las actitudes que debemos asumir y que son necesarias para erradicar la inequidad que hoy existe en nuestro país. Todas las auténticas transformaciones se fraguan y forjan en el corazón de las personas e irradian en todas las dimensiones de su existencia y convivencia. No hay nuevas estructuras, si no hay hombres nuevos que movilicen y hagan converger en los pueblos, ideales y poderosas energías morales y religiosas (Aparecida N. 538). 132 BOLETÍN CELAM 317 - 318 El Adviento es sobre todo tiempo de nueva vida, como nos señalan los Obispos de América Latina: En el corazón y la vida de nuestros pueblos late un fuerte sentido de esperanza, no obstante las condiciones de vida que parecen ofuscar toda esperanza. Ella se experimenta y alimenta en el presente, gracias a los dones y signos de vida nueva que se comparte; compromete en la construcción de un futuro de mayor dignidad y justicia (Aparecida N. 536), de una casa de hermanos, donde todos tengamos una morada para vivir y convivir con dignidad. Como Pastores y también como ciudadanos de este país, hacemos un llamado apremiante a deponer intransigencias y enfrentamientos, a utilizar las grandes potencialidades culturales, sociales, morales y espirituales que tenemos en nuestros pueblos, y a aprovechar este tiempo propicio que nos prepara a la Navidad para reconciliarnos y trabajar juntos, con la ayuda de Dios, por el progreso verdadero que todos deseamos. Que María, la Virgen de la Esperanza, nos traiga, con su Hijo Jesús, los tiempos nuevos que tanto anhelamos para nuestra Patria. Cochabamba, 13 de noviembre de 2007 LOS OBISPOS DE BOLIVIA SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 133 D NOVEDA Colección Quinta Conferencia POR LA VIDA DE NUESTROS PUEBLOS Secretaría General Convocado por la Presidencia del CELAM se desarrolló el Seminario “Por la vida de nuestros pueblos” resultó una valiosa experiencia de reflexión llevada a cabo por un grupo de 20 mujeres, provenientes de las respectivas Conferencias Episcopales de América Latina y El Caribe. La iniciativa de realizar este Seminario surgió por la necesidad de profundizar en la segunda frase del tema de la V Conferencia General: “Para que nuestros pueblos en Él tengan vida”. Contenido: • Misión de la Mujer y su maternidad espiritual a favor de la vida y la sociedad • Una apuesta de lineamientos para la construcción de la paz desde América Latina y El Caribe • Iglesia, Familia y Desarrollo • Discípulos y discípulas en Comunidad Eclesial de Base para que nuestros pueblos tengan Vida 344 páginas Col $ 24.000 Pedidos y Envíos: Centro de Publicaciones CELAM Avenida Boyacá No. 169D-75 / A.A. 253 353 Tel: (571) 6680900 / Fax: (571) 6711213 [email protected] Bogotá, D.C., Colombia USD 11 CONFERENCIA EPISCOPAL BOLIVIANA Comunicado de la Secretaría General A nte la gravedad de los hechos que acontecen en los últimos días en el país, la Secretaría General de la Conferencia Episcopal Boliviana expresa su honda preocupación, hace un llamado urgente a la población y quiere compartir algunas reflexiones y exhortaciones oportunas: La Iglesia Católica ha reconocido y apoyado desde su origen el proceso de la Asamblea Constituyente como “una gran oportunidad de apertura a la esperanza (…) que nos mueve a tender puentes de encuentro y reconciliación…” (Mensaje de los Obispos bolivianos de marzo de 2006). Sin embargo, es importante también ser conscientes del desgaste que ha sufrido este espacio, debido a las posturas intransigentes y a la ingerencia de intereses ajenos a la propia Asamblea, como señalamos los Obispos hace pocos días. No es responsable mantener un clima de enfrentamiento y recurrir a grupos de presión, sin aportar con honestidad y transparencia, a la solución de los problemas que atravesamos. La convivencia pacífica y estabilidad que demanda nuestro pueblo, no pueden ser abordadas solamente como mero discurso. Corresponde a los dirigentes políticos, sociales y cívicos ofrecer propuestas concretas y justas, actuar con desprendimiento y escucharse mutuamente para lograr la solución de los temas de conflicto. Es urgente que todas las autoridades y los responsables de sectores y organizaciones políticas, sociales y civiles promuevan en la población boliviana y, de manera particular, en los sectores en conflicto, una visión cada vez más integral de los problemas, en base a la verdad y la justicia con miras al bien común. Solamente por esa vía se pueden crear las condiciones necesarias para el diálogo y el consenso que necesitamos. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 135 Es una aberración, que contradice los principios humanos y cristianos, usar las necesidades y aspiraciones humanas como recurso de cálculo político, e instrumentalizar a grupos sociales como recursos de presión, más aún cuando estas medidas pueden conducir a lamentables enfrentamientos entre hermanos. Exhortamos a todos a volver a la racionalidad y a deponer actitudes y acciones que sólo dividen y enfrentan, de manera especial a todos los responsables de la sociedad, a asumir su grave responsabilidad, para canalizar un sano y auténtico diálogo social que compatibilice las aspiraciones particulares con el bienestar general de toda la población. Instamos a todos los ciudadanos a no dejarse llevar por las actitudes de enfrentamiento y descalificaciones mutuas, ya que todos somos hermanos e hijos del mismo Padre, Dios. A los medios de comunicación social, les animamos insistentemente a contribuir en la búsqueda de salidas pacíficas por medio de una información veraz, serena y orientadora. Que el inicio del Tiempo de Adviento que nos prepara a todos los bautizados para la llegada de Nuestro Salvador, nos permita revestirnos de la madurez, humildad, desprendimiento y vocación de servicio que nuestro pueblo necesita. Convocamos a la población cristiana católica y a todos los creyentes a elevar sus oraciones al Señor de la Vida para que nos conceda los dones de la reconciliación, la unidad y la paz. La Paz, 23 de noviembre de 2007 Mons. JESÚS JUÁREZ Obispo de la Diócesis de El Alto Secretario General CEB 136 BOLETÍN CELAM 317 - 318 CONFERENCIA EPISCOPAL DE CHILE Declaración “Educar para la paz, desafío para Chile” 1. L os chilenos nos aprestamos a iniciar la celebración de Fiestas Patrias. En los principales templos cristianos daremos gracias a Dios por el regalo de Chile. Para algunas familias será además, ocasión de merecido descanso. Y para muchos será, sin duda, una oportunidad de relevar los valores y tradiciones de nuestra cultura nacional y popular. Lamentablemente, los violentos episodios ocurridos en Santiago la noche del pasado martes 11 de septiembre, estremecen nuestra memoria, y producen sentimientos encontrados en este tiempo de fiesta, en el mes de Chile. 2. Nos duele la muerte injusta de un carabinero, hombre querido por su familia y sus compañeros, servidor de su patria y de su gente. Nos inquieta la violencia irracional de personas que se amparan en la oscuridad y en el tumulto para herir, agredir y saquear. Nos asombra ver a niños pequeños manipulando armas. Nos conmueve que se ataque a las escuelas donde se educan los pobres para que tengan mejores oportunidades, o que se destruya y robe los modestos bienes de los propios vecinos. 3. Nos preocupa esta colusión peligrosa en que la delincuencia y el narcotráfico se apoderan de muchas poblaciones, barrios y vías públicas. La violencia irracional todo lo desnaturaliza y corrompe. De un modo muy particular, nos preocupa la magnitud de las agresiones y de la violencia, como también la aparición de armas en manos irresponsables, que impulsan al caos. Creemos que estos síntomas son una luz poderosa y urgente de alerta sobre nuestra convivencia. 4. Si miramos nuestra convivencia social, constatamos cómo la violencia se va enquistando en distintos ámbitos de nuestra vida: al interior del hogar y la familia, con episodios también fatales que nos han conmovido; en los SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 137 colegios, incluso en los cursos básicos; en la vida laboral; en el desenvolvimiento cotidiano de nuestras ciudades, en el tránsito y en el transporte público. Hay una predisposición a la agresividad y la violencia que es sumamente preocupante. 5. Necesitamos redoblar esfuerzos en el desafío de educar para la paz. Educar para la paz no es sólo una tarea de autoridades. Urge conversar el tema en el hogar, en los colegios, organizaciones comunitarias y sociales. A los medios de comunicación también corresponde reflexionar sobre las maneras directas e indirectas en que se exacerba la violencia. Pero, ante todo, necesitamos apreciar más el testimonio coherente de la gente de paz, de las instituciones encargadas de proteger el orden y la seguridad, como Carabineros de Chile, y de las personas de buena voluntad que enfrentan las agresiones con diálogo y con amor. Esos gestos convencen más que cualquier discurso. 6. En este mes de la patria, en que celebramos el centenario del natalicio del Cardenal Raúl Silva Henríquez, hacemos nuestras sus palabras, pronunciadas en otro contexto histórico, pero que adquieren también hoy una dramática actualidad: “Tenemos que matar el odio, antes de que el odio envenene y mate el alma de Chile”. 7. Al Señor pedimos que nos regale una cultura de la paz. Encomendamos esta intención a la Virgen del Carmen, Madre de nuestro Chile. † ALEJANDRO GOIC KARMELIC Obispo de Rancagua Presidente de la CECh † GONZALO DUARTE GARCÍA DE CORTÁZAR Obispo de Valparaíso Vicepresidente † CARD. FRANCISCO JAVIER ERRÁZURIZ OSSA † RICARDO EZZATI ANDRELLO Arzobispo de Santiago Arzobispo de Concepción † CRISTIÁN CONTRERAS VILLARROEL Obispo Auxiliar de Santiago Secretario General Santiago de Chile, 14 de septiembre de 2007 138 BOLETÍN CELAM 317 - 318 CONFERENCIA EPISCOPAL DE CHILE Declaración al término de la 94ª Asamblea Plenaria Que el diálogo se abra paso entre nosotros “Mañana tras mañana el Señor despierta mi oído para escuchar como los discípulos” (Is 50,4) 1. E n vísperas del tiempo de Adviento que nos prepara a la Navidad, nuestra mirada de fe se vuelve hacia Jesucristo, el Príncipe de la Paz y Señor de la Vida; y desde Él a la Iglesia y al pueblo de Chile. Con nuestra oración y pensamiento cercano a los pueblos del Norte Grande que se han visto remecidos por el terremoto, y con nuestro corazón unido a las familias que mucho han perdido, hemos vivido la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de Chile. 2. Tuvimos en estos días la oportunidad de despedirnos de Monseñor Aldo Cavalli, quien durante seis años ha servido como Nuncio Apostólico de Su Santidad Benedicto XVI en Chile, y que ahora parte a tierras colombianas. Le hemos expresado nuestra gratitud por su misión pastoral y por la cercanía que ha mostrado hacia las comunidades y sus pastores en las diócesis. Que el Señor retribuya copiosamente su servicio y le bendiga en sus nuevas tareas. También hemos elegido a los Obispos del Comité Permanente, de la Comisión Pastoral y de otros organismos de servicio eclesial. 3. La tarea fundamental que nos ha congregado en esta Asamblea es la preparación de las próximas Orientaciones Pastorales que conducirán a la Iglesia en Chile durante los cinco años venideros. Y lo hemos hecho a partir del impulso profético de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano de Aparecida, y de la Primera Asamblea Eclesial, que vivimos recientemente en nuestra patria. Ambos acontecimientos han sido una SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 139 experiencia muy valiosa de comunión y participación que ocurre providencialmente el año en que celebramos el centenario del natalicio del cardenal Raúl Silva Henríquez y los 50 años de la Conferencia Episcopal. 4. A partir de Jesucristo y su Evangelio, creyendo en Él como “Camino Verdad y Vida” (Jn 14,6) y considerando los acontecimientos de la realidad nacional, nos ha parecido conveniente decir una palabra al país con relación a algunas situaciones de la hora presente. 5. En el último tiempo, pequeños y grandes acuerdos en distintos planos de la vida social nos han confirmado que el diálogo es el principal camino para la solución de conflictos y para fortalecer los liderazgos en la participación y corresponsabilidad social. Los consensos alcanzados en materia de reforma educacional, con el respaldo de un abanico amplio de miradas, lo mismo que los esfuerzos desplegados para solucionar de modo pacífico conflictos internacionales, laborales y políticos, son logros que nos confirman esa convicción. Por el contrario, cada vez que se imponen medidas unilaterales frente a asuntos de interés público, como por ejemplo algunas políticas emanadas de la autoridad de salud, resultan contra la ciudadanía, que es la principal perjudicada por atentar en contra de la sexualidad humana y la familia. 6. Afirmamos con el Santo Padre que más allá del diálogo las estructuras justas son… una condición indispensable para una sociedad justa, pero no nacen ni funcionan sin un consenso moral de la sociedad sobre los valores fundamentales y sobre la necesidad de vivir esos valores con las necesarias renuncias, incluso contra el interés personal. En particular esperamos que el Consejo Asesor Presidencial para la Equidad y el Trabajo, llegue a proponer soluciones que vayan en beneficio de los más pobres. Es un deber moral de nuestro país aproximarnos al Bicentenario con avances concretos hacia una mayor justicia social. 7. Animamos a todas las personas de buena voluntad que buscan acuerdos, que promueven el diálogo y que se declaran abiertas a él, más allá de sus legítimas opciones ideológicas o de los intereses que representan. Creemos que la disposición a escuchar a quienes piensan distinto y a sentarse a la mesa con ellos es un rasgo indispensable de los líderes que el país necesita. En cambio, el fracaso del diálogo posterga soluciones urgentes 140 BOLETÍN CELAM 317 - 318 para los más necesitados. El diálogo parece ser, en definitiva, la vía obligada para enfrentar y superar un deterioro en nuestra convivencia diaria, que miramos con preocupación. 8. De un modo especial nos duele y alarma las situaciones de violencia que se generan al interior del hogar y otras expresiones de violencia que conmueven y desestabiliza nuestra convivencia cotidiana. No podemos resignarnos a que los golpes resuelvan lo que el diálogo no puede zanjar. Las historias de mujeres golpeadas por aquellos que les han jurado amor son una luz de alerta para los indicadores de nuestro “desarrollo”. Esta salvaje agresión, que muchas veces se oculta o minimiza, no nos puede dejar indiferentes. 9. Examinemos con qué testimonio estamos enseñando a las nuevas generaciones a resolver conflictos por la vía del diálogo. La educación para una auténtica cultura de la paz es una tarea urgente para la felicidad de las familias, y el crecimiento integral de jóvenes y niños. Éste es uno de los desafíos más urgentes que nuestro país tiene por delante, en la perspectiva del próximo Bicentenario. 10. No podemos celebrar el nacimiento del Señor de la Vida, sin manifestar la profunda tristeza que nos embarga al constatar una persistente actitud atentatoria contra la vida humana. Reiteramos nuestro insistente y respetuoso llamado a las autoridades gubernamentales y parlamentarias para que acojan y protejan la vida desde su concepción hasta su muerte natural. 11. En el espíritu de Navidad, tiempo de esperanza manifestamos la convicción de que “la presencia de Dios, la amistad con el Hijo de Dios encarnado, la luz de su Palabra, son siempre condiciones fundamentales para la presencia y eficiencia de la justicia y del amor en nuestras sociedades” (Benedicto XVI). Acogiendo la invitación de Aparecida a ser discípulos misioneros, nos comprometemos en esta tarea y confiamos a nuestra Madre, la Santísima Virgen María cuyo mes celebramos en este tiempo, que interceda por el bien de esta Patria que tanto amamos. LA ASAMBLEA PLENARIA DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE CHILE Punta de Tralca, 23 de noviembre de 2007 SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 141 D NOVEDA SÍNTESIS DE LOS APORTES RECIBIDOS PARA LA V CONFERENCIA GENERAL Los aportes al Documento de Participación fueron numerosos y de una especial riqueza. Un grupo especializado llevó a cabo la tarea de síntesis que fue revisada y aprobada por las Directivas de la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y El Caribe. Contenido: • Introducción • Miramos a nuestros pueblos a la luz del proyecto del Padre • Jesucristo, fuente de vida digna y plena • El Espíritu nos impulsa a ser discípulos misioneros • Conclusión general • Índice analítico 190 gramos 188 páginas Col $ 13.000 Pedidos y Envíos: Centro de Publicaciones CELAM Avenida Boyacá No. 169D-75 / A.A. 253 353 Tel: (571) 6680900 / Fax: (571) 6711213 [email protected] Bogotá, D.C., Colombia USD 6 CONFERENCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA Comunicado del Presidente “No es lo mismo muerte digna que eutanasia” 1. V IVIR DIGNAMENTE Y MORIR DIGNAMENTE: La vida humana es un bien superior y un derecho inalienable que no puede estar al arbitrio de la decisión de otros, ni de la de uno mismo. Todo ser humano tiene derecho a una vida digna que le permita realizarse como tal y buscar su propia felicidad. El sentido de la dignidad humana implica la búsqueda y el desarrollo de las condiciones físicas, psicológicas, espirituales y morales propias de la persona humana. La muerte es el destino inevitable de todo ser humano, una etapa en la vida de todos los seres vivos que –quiérase o no, guste o no– constituye el horizonte natural del proceso vital. Morir dignamente no puede entenderse como el derecho a terminar con la vida de acuerdo a condiciones propicias creadas artificialmente por los servicios médicos o por un equivocado sentimiento de misericordia con el enfermo. El verdadero sentido de la muerte digna está en la conclusión natural del proceso vital en condiciones humanas de asistencia médica, familiar y espiritual. 2. VALOR HUMANO DEL SUFRIMIENTO Y DEL DOLOR: Muchos creen que la dignidad humana se degrada por el hecho del sufrimiento y del dolor. Esta es una manera parcial de mirar a la persona que sabe que el dolor y el sufrimiento son parte integrante de su existencia, del cual no puede huir sino asumirlo y vivirlo como un valor fundamental. El dolor y el sufrimiento no son obstáculos para la vida del ser humano, por el contrario, la experiencia de todos los seres humanos nos dice que esta realidad es parte integrante de la persona considerada en su integriSEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 143 dad y totalidad. Tener dolor no significa sin más carecer de dignidad, es la gran oportunidad de reconocer la fragilidad humana y el natural desafío a superarla. La dignidad de un ser humano no entra en conflicto con la propia naturaleza, de tal manera que, envejecer, padecer y morir no son fenómenos que degraden la dignidad de un ser humano. 3. EUTANASIA Y SUICIDIO ASISTIDO: El proyecto de ley que se presenta al Senado pretende ofrecer la posibilidad de “terminar con la vida de una forma digna y humana o de la previsión de la asistencia al suicidio”. No existe forma digna y humana posible cuando se trata de terminar con la vida de cualquier ser humano. Aunque el lenguaje emplee términos, presumiblemente suaves, estamos hablando de eutanasia, que es un homicidio, que no lo atenúa, ni la falsa piedad, ni la solicitud del paciente, en el caso del suicidio asistido. Los argumentos planteados por los Senadores que presentan dicho proyecto atentan contra los valores propios de nuestra cultura, que desde siglos, siempre ha experimentado el dolor y la muerte con un sagrado respeto y un sentido trascendente. 4. LA VIDA ES INVIOLABLE, NO HABRÁ PENA DE MUERTE (Art. 11): Agrava la situación del proyecto de ley el hecho de que haya sido avalado por el Ministerio de la Protección Social. Esta propuesta pone a unos seres humanos en situación de vulnerabilidad y desprotección, por parte del Gobierno que está en la obligación de respetar la vida como el primero y fundamental de los derechos de los colombianos. Hay graves problemas en el campo de la salud, inasistencia, paseos de la muerte, pocas oportunidades de una atención con calidad para los enfermos de nuestro país y ahora sumamos otro elemento agravante, se aprueba la legalización de la pena de muerte. La Iglesia siempre ha atendido al ser humano en todas sus circunstancias y ha dedicado personas y esfuerzos a asistir espiritual y humanamente a los enfermos, porque considera que todos merecemos una muerte digna, con cuidados que atenúen el dolor y el sufrimiento, pero permitiendo que el ritmo natural de la existencia termine sin decisiones apresuradas y sin prolongar innecesariamente el dolor de los enfermos. 144 BOLETÍN CELAM 317 - 318 EXHORTACIÓN FINAL: Invito a todos los colombianos, hombres y mujeres de buena voluntad, para que nos expresemos y rechacemos enérgica y valerosamente ante este proyecto que atenta contra la dignidad y la vida de nuestro pueblo. A los legisladores un llamado especial a la honestidad frente a los graves problemas que sufre nuestro país y especialmente que busquen legislar en bien de la vida y no se conviertan en los verdugos de quienes un día les confiaron el favor mediante el voto popular. Invitación final a todo el pueblo católico para orar por esta intención y para seguir trabajando desde la atención pastoral a los ancianos y a los enfermos por una dignificación de la ancianidad, del dolor y de la muerte, que en Cristo Jesús ha recibido el don de la salvación y la gracia de la redención. Bogotá, D.C., 3 de octubre de 2007 † LUIS AUGUSTO CASTRO QUIROGA Arzobispo de Tunja Presidente de la Conferencia Episcopal SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 145 D NOVEDA Colección Quinta Conferencia EL ESTILO PEDAGÓGICO DE JESÚS MAESTRO Arturo Bravo Si bien es cierto que los cristianos asociamos a Jesús con el término o título “Maestro” no sabemos que pueda significar esto concretamente en la vida cotidiana y menos aún en el ámbito pedagógico. Es por esto que el presente trabajo puede resultar interesante para cualquier lector. Contenido: • La educación en Israel • La educación de Jesús • Jesús Maestro • Jesús enseñando • Los métodos • Las actitudes 144 páginas 140 gramos $ 9.500 Pedidos y Envíos: Centro de Publicaciones CELAM Avenida Boyacá No. 169D-75 / A.A. 253 353 Tel: (571) 6680900 / Fax: (571) 6711213 [email protected] Bogotá, D.C., Colombia USD 4 CONFERENCIA EPISCOPAL DE GUATEMALA Comunicado E n el año 2003 la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un documento que lleva por título: “ABORTO SIN RIESGOS, Guía técnica y de políticas para Sistemas de Salud”, cuya finalidad es promover, en los estados miembros, el entrenamiento y equipamiento de los servicios de salud para asegurar que los abortos sean seguros y accesibles. En el documento se encuentran las siguientes afirmaciones: • En octubre del 2000, en la cumbre del milenio de las Naciones Unidas, todos los países acordaron sobre la urgencia global de reducir la pobreza y desigualdad. Meta clave es la necesidad de mejorar la salud materna, base importante para el desarrollo, reduciendo los niveles de mortalidad materna en tres cuartas partes entre 1990 y 2015. • Es causa de un alto índice de muertes maternas el buscar interrumpir embarazos no deseados, careciéndose de acceso a los servicios adecuados. De los 210 millones de embarazos que ocurren por año, se estima que 46 millones finalizan en un aborto inducido. Se estima que unos 20 millones de los abortos inducidos son inseguros. Aproximadamente el 13% de las muertes relacionadas con el embarazo han sido atribuidas a complicaciones de abortos inseguros (67,000 muertes anuales). A causa de los mismos miles de mujeres sufren consecuencias a largo plazo, incluyendo infertilidad. Son muy comunes las infecciones del tracto reproductivo por falta de una adecuada asepsia. Dado que ningún anticonceptivo es 100% efectivo, continuará habiendo embarazos no deseados, a los que las mujeres buscarán poner término mediante el aborto inducido. • Aunque exista planificación familiar, los embarazos ocurren como consecuencia de fallas en la anticoncepción, dificultades con su uso, SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 147 falta de uso o a causa de incesto o violación, por lo que el embarazo se llega a considerar como una amenaza para la vida de la mujer o para su salud física y mental. • La Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo desarrollada en El Cairo en 1994 así como la 4ª. Conferencia Mundial de la mujer, la cual tuvo lugar en Beijing en 1995, afirmaron los derechos humanos de la mujer en el área de salud sexual y reproductiva. En Beijing, los gobiernos acordaron que los derechos humanos de las mujeres incluyen su derecho a tener control y decidir libre y responsablemente sobre temas relacionados con su sexualidad, incluyendo salud sexual y reproductiva, sin coerción, discriminación ni violencia. En El Cairo, el aborto inseguro fue considerado una de las mayores preocupaciones de la salud pública y garantizaron su compromiso para disminuir la necesidad de un aborto a través de la expansión y mejoramiento de los servicios de planificación familiar, reconociendo además, que donde no estén contra la ley, el aborto debe ser sin riesgos. Estos presupuestos del documento sirven de base para indicar que el proveer servicios adecuados para un aborto temprano salva la vida de las mujeres y evita los costos, usualmente sustanciales, del tratamiento de complicaciones prevenibles del aborto inseguro. Es por ello que se afirma que el acceso rápido al aborto temprano sin riesgos reduce las altas tasas de mortalidad y morbilidad materna, previene los costos impuestos a los sistemas de salud por los abortos inseguros y provee cuidados a aquellas mujeres en quienes ha fallado la anticoncepción. Dentro de toda esta visión es fundamental el principio de autonomía en la toma de decisión por parte de la mujer. Por autonomía se entiende que una persona adulta, mentalmente competente, no requiere el consentimiento o autorización de un tercero, como podría ser el marido, para acceder a un servicio de salud. También constituye una propuesta del documento el que se realicen abortos en hospitales escuela, lo cual es considerado particularmente importante para asegurar que un conjunto relevante de profesionales sea competente en la prestación de servicios de aborto durante las rotaciones de entrenamiento clínico. En cuanto a las razones por las cuales una mujer puede solicitar un aborto seguro, se indican las siguientes: 148 BOLETÍN CELAM 317 - 318 1. Cuando hay peligro para la vida de la mujer. 2. Cuando hay peligro para la salud mental y física de la mujer, entendiéndose como daño a la salud mental la angustia psicológica consecuencia de un embarazo no deseado. 3. Cuando el embarazo es el producto de una violación o incesto. 4. Cuando existe daño fetal. 5. Por razones económicas o sociales. 6. A requerimiento de la mujer, haciéndose presente en su caso una o varias de las causas antes mencionadas. Todo lo dicho anteriormente lleva a urgir, en el documento, el que se creen políticas que faciliten el acceso a servicios de aborto sin riesgos en todos los casos en los cuales lo permita la ley así como la creación y facilitación de ambientes políticos que permitan la aprobación del aborto seguro y la eliminación de barreras administrativas y regulatorias existentes. Contraria a toda esta visión que, bajo razones supuestamente graves busca promover el aborto, la doctrina propia de la Iglesia Católica reafirma que todo hombre, abierto sinceramente a la verdad y al bien, aun entre dificultades e incertidumbres, con la luz de la razón y no sin el influjo secreto de la gracia, puede llegar a descubrir en la ley natural escrita en su corazón, el valor sagrado de la vida humana desde su inicio hasta su término, y af irmar el derecho de cada ser humano a ver respetado totalmente este bien primario suyo. En el reconocimiento de este derecho se fundamenta la convivencia humana y la misma comunidad política (Carta Encíclica “El Evangelio de la vida”, 2). La situación mundial es particularmente grave, ya que, como afirma el Papa Juan Pablo II en el documento anteriormente citado, con las nuevas perspectivas abiertas por el progreso científ ico y tecnológico surgen nuevas formas de agresión contra la dignidad del ser humano, a la SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 149 vez que se va delineando y consolidando una nueva situación cultural, que conf iere a los atentados contra la vida un aspecto inédito y, podría decirse, aún más inicuo ocasionando ulteriores y graves preocupaciones: amplios sectores de la opinión pública justifican algunos atentados contra la vida en nombre de los derechos de la libertad individual, y sobre este presupuesto pretenden nos sólo la impunidad, sino incluso la autorización por parte del Estado, con el f in de practicarlos con absoluta libertad y además con la intervención gratuita de las estructuras sanitarias. Opciones antes consideradas unánimemente como delictivas y rechazadas por el común sentido moral, llegan a ser poco a poco socialmente respetables. La misma medicina, que por su vocación está ordenada a la defensa y cuidado de la vida humana, se presta cada vez más en algunos sectores a realizar estos actos contra la persona, deformando así su rostro, contradiciéndose a sí misma y degradando la dignidad de quienes la ejercen. El resultado al que se llega es dramático: si es muy grave y preocupante el fenómeno de la eliminación de tantas vidas humanas incipientes o próximas a su ocaso, no menos grave e inquietante es el hecho de que a la conciencia misma, casi oscurecida por condicionamientos tan grandes, le cueste cada vez más percibir la distinción entre el bien y el mal en lo referente al valor fundamental mismo de la vida humana (n. 4). Lo anteriormente dicho nos permite fácilmente considerar que se puede hablar de una guerra de los poderosos contra los débiles. La vida que exigiría más acogida, amor y cuidado es tenida por inútil, o considerada como un peso insoportable y, por tanto, despreciada de muchos modos. Se desencadena así una especie de conjura contra la vida. Se af irma con frecuencia que la anticoncepción, segura y asequible a todos, es el remedio más eficaz contra el aborto. Se acusa además a la Iglesia católica de favorecer de hecho el aborto al continuar obstinadamente enseñando la ilicitud moral de la anticoncepción. Puede ser que muchos recurran a los anticonceptivos incluso para evitar después la tentación del aborto. Pero los contravalores inherentes a la mentalidad anticonceptiva, bien diversa del ejercicio responsable de la paternidad y maternidad, respetando el signif icado pleno del acto conyugal, son tales que hacen precisamente más fuerte esta tentación, ante la eventual concepción de una vida no deseada. Es cierto que no faltan casos en los que se llega a la anticoncepción y al mismo aborto bajo la presión de múltiples dif icultades existenciales, que sin em- 150 BOLETÍN CELAM 317 - 318 bargo nunca pueden eximir del esfuerzo por observar plenamente la Ley de Dios. Pero en muchísimos otros casos estas prácticas tienen sus raíces en una mentalidad hedonista e irresponsable respecto a la sexualidad y presuponen un concepto egoísta de libertad que ve en la procreación un obstáculo al desarrollo de la propia personalidad. Así, la vida que podría brotar del encuentro sexual se convierte en enemigo a evitar absolutamente, y el aborto en la única respuesta posible frente a una anticoncepción frustrada (nn. 12-13). Ante la progresiva pérdida de conciencia y de los valores humanos y cristianos de la sociedad actual, volvemos una vez más a hacer nuestra la afirmación del Papa Juan Pablo II, quien en su Carta Encíclica “El Evangelio de la vida”, afirmará enfáticamente: Con la autoridad conferida por Cristo a Pedro y a sus sucesores, en comunión con los Obispos de la Iglesia católica, conf irmo que la eliminación directa y voluntaria de un ser humano e inocente es siempre gravemente inmoral. La decisión deliberada de privar a un ser humano inocente de su vida es siempre mala desde el punto de vista moral y nunca puede ser lícita ni como fin, ni como medio para un fin bueno. En efecto, es una desobediencia grave a la ley moral, más aún, a Dios mismo, su autor y garante; y contradice las virtudes fundamentales de la justicia y de la caridad. Nada ni nadie puede autorizar la muerte de un ser humano inocente, sea feto o embrión, niño o adulto, anciano, enfermo incurable o agonizante. Ninguna autoridad puede legítimamente imponerlo ni permitirlo. Cada ser humano inocente es absolutamente igual a todos los demás en el derecho a la vida (n. 57). Ciertamente, entre todos los delitos que el hombre puede cometer contra la vida, el aborto procurado tiene características que lo vuelve un delito particularmente grave. Sin embargo, la percepción de su gravedad se ha ido debilitando progresivamente en la conciencia de muchos. La aceptación del aborto en la mentalidad, en las costumbres y en la misma ley es señal evidente de una peligrosísima crisis del sentido moral, que es cada vez más incapaz de distinguir entre el bien y el mal, incluso cuando está en juego el derecho fundamental a la vida. El aborto procurado es y será siempre la eliminación deliberada y directa, como quiera que se realice, de un ser humano en la fase inicial de su existencia, que va de la concepción al nacimiento. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 151 Nuestra Constitución protege la vida humana desde su concepción (artículo 3ero.). Por ello, todo lo que favorezca la creación de políticas o estrategias abortistas es absolutamente anticonstitucional. Desde hace algunos años, el Ministerio de Salud Pública viene promoviendo el Programa Nacional de atención post-aborto, contando para ello incluso con un órgano divulgativo. El mismo tiene por finalidad brindar un conjunto de servicios a la mujer durante el período asociado a su condición clínica que se inicia cuando en forma inevitable se produce la interrupción de un embarazo de veinte semanas o menos, utilizando sistemáticamente la consejería, la técnica de aspiración manual endouterina, el ofrecimiento de métodos anticonceptivos y referencia a otros servicios de salud reproductiva. Para lograr su propósito el Ministerio viene fortaleciendo la red nacional hospitalaria en Guatemala y favoreciendo talleres regionales para mejorar la sensibilización en la atención integral del cuidado post-aborto. Se busca capacitar personal médico y paramédico como enfermeras, enfermeros, promotores de salud y, en algunos casos, comadronas, para poder realizar la aspiración manual al vacío para mujeres en situación de post aborto. El paso de la atención post aborto a la facilitación del aborto inducido mediante la aspiración al vacío, el cual lleva de 3 a 10 minutos de duración y puede realizarse de manera ambulatoria, se dará casi como una consecuencia, aunque no sea una política oficial, ya que estimula el uso de este método en forma clandestina en lugares fuera de la atención de los servicios de salud y que no cuentan con medidas mínimas de higiene y mucho menos de equipamiento necesario para resolver complicaciones que se presenten. Además, el personal adiestrado, si carece de escrúpulos, podrá ofrecer este servicio especialmente a adolescentes causándose un gravísimo daño moral y físico a las jovencitas. Sabemos que en toda Guatemala se vienen provocando abortos inseguros, realizados por personas que carecen de escrúpulos y de entrenamiento necesario y que los llevan a cabo en un ambiente en el que se carece de atención médica mínima. Es por ello que nos preocupa sobremanera el que equipo como el Aspirador Manual Endouterino, conocido como AMEU, esté siendo distribuido y a la vez se capacite para su uso a personal médico y no médico de forma gratuita por el Ministerio de Salud Pública. La reutilización de estos equipos y sus cánulas es muy delicada, ya que pueden utilizarse de nuevo múltiples veces, aumentándose así el riesgo de contaminación con VIH, Hepatitis B, tétanos y gangrena gaseosa, entre otros. 152 BOLETÍN CELAM 317 - 318 Por todo lo dicho anteriormente, solicitamos a las autoridades del Gobierno, estudiar a fondo las graves consecuencias que se presentan a raíz de la aplicación del programa de atención post-aborto. Estamos de acuerdo que se debe dar la mejor atención a la mujer que atraviese tal situación, pero no en que se promueva la realización de la aspiración uterina al vacío para luego colocar un dispositivo intrauterino (popularmente conocida como la “T”) como se promueve por las autoridades de salud. Con tal medida no se está tomando en cuenta que el útero puede haber aumentado hasta cuatro veces su tamaño normal y que sus paredes se encuentran adelgazadas por el reciente embarazo, llegándose a provocar fácilmente con ese dispositivo perforaciones en la pared del útero, provocándose así una situación de mayor riesgo para la paciente. Independientemente de ello, la “T” no puede considerarse como un método anticonceptivo sino abortivo, por lo que nunca podrá la Iglesia aceptar su uso. Instamos por ello a que los fondos o recursos destinados a estas actividades sean utilizados para la promoción de valores éticos y morales en la juventud, ya que estamos convencidos que se tiene que llegar a la raíz del problema invitándose a la juventud a vivir su vida cimentada en principios de castidad y abstinencia y no en la promoción de conductas sexuales irresponsables que lleven de mano políticas empresariales de consumo de anticonceptivos. Ante lo manifestado sorprende el interés mostrado por algunos candidatos a la Presidencia y al Congreso en cuanto a una modificación de la Constitución. La Conferencia Episcopal de Guatemala manifiesta la intención cierta de velar para que el artículo 3 de la Constitución de la República no sea modificado o suprimido, ya que es la base para respetar el derecho fundamental del no nacido a la vida humana. Las políticas dirigidas no deben ir sólo encaminadas a promover el consumo de anticonceptivos desde la adolescencia, ni a hacer esfuerzos por despenalizar el aborto o promoverlo. Deben ser políticas profundas, sin metas comerciales, con una profunda base de moral cristiana, con respeto a todo ser humano sin importar si está en etapa embrionaria, fetal o adulta. El derecho de toda persona termina donde empieza el derecho de otra persona, por lo que el derecho de la madre termina donde empieza el derecho fundamental a la vida del ser humano que lleva en su seno. Urgimos pues a las autoridades respectivas, a no favorecer nada que pueda dañar, de alguna manera, la integridad física de los guatemaltecos, SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 153 especialmente aquellos que son más débiles, como es el caso de los no nacidos, quienes no pueden defenderse de ninguna manera ni evitar las acciones que se realicen en contra de su vida. Guatemala de la Asunción, 22 de agosto de 2007 † ÁLVARO RAMAZZINI IMERI Obispo de San Marcos Presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala 154 BOLETÍN CELAM 317 - 318 † PABLO VIZCAÍNO PRADO Obispo de Suchitepéquez - Retalhuleu Presidente de la Comisión Nacional de Salud de la CEG CONFERENCIA DEL EPISCOPADO MEXICANO Mensaje de los Obispos de México al pueblo de Dios Discípulos y misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos en Él tengan vida “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Jn 14,6) 1. L os Obispos de México, reunidos en la 84a Asamblea Plenaria, saludamos con afecto a todo el Pueblo de Dios y compartimos la alegría porque nuestro hermano Mons. Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Monterrey, ha sido llamado por el Papa Benedicto XVI para integrarse al Colegio de Cardenales de la Iglesia Universal, lo cual es una gracia y distinción para la Iglesia en México. 2. En la agenda de trabajo de nuestra Asamblea nos hemos hecho eco del Acontecimiento de Aparecida, Brasil, habiendo realizado un estudio sobre el Documento Conclusivo de la V Conferencia General, con la finalidad de llevarlo a la práctica en nuestras Diócesis. 3. Miramos, junto con el Papa y los Obispos de América, los grandes retos que deben afrontar la Iglesia y la sociedad en el momento actual, entre los cuales sobresalen: a) La globalización, que en ciertos aspectos es un logro de la gran familia humana y que, regida por la ética, debe estar al servicio de la persona; sin embargo, tiene el riesgo de llevar a grandes monopolios y de convertir el lucro en valor supremo y generar, a fin de cuentas, pobreza; b) La democracia, en la cual se ha avanzado, pero es necesario que sea más participativa y basada en la promoción y respeto de los derechos humanos; c) Un cierto debilitamiento de la vida cristiana en el conjunto de la sociedad y de la propia pertenencia a la SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 155 Iglesia católica, debido al secularismo, al hedonismo y al indiferentismo, pero también al escaso acompañamiento de parte nuestra a los fieles laicos, y a una evangelización con poco ardor y sin nuevos métodos y expresiones. 4. A la luz del Acontecimiento y del Documento de Aparecida, como discípulos y misioneros de Jesucristo, queremos dar una respuesta a los retos de nuestro país proclamando el Evangelio, que se expresa en el anuncio de la buena nueva de la vida, de la dignidad humana, de la familia, del trabajo, del destino universal de los bienes y la ecología, a fin de que nuestro país contribuya a que Latinoamérica y El Caribe formen parte del Continente de la esperanza y del amor. 5. Queremos subrayar, con palabras del Papa Benedicto XVI, que sólo con Dios podremos afrontar la problemática actual, porque quien excluye a Dios de su horizonte falsif ica el concepto de realidad y, en consecuencia, sólo puede terminar en caminos equivocados y con recetas destructivas... Sólo quien reconoce a Dios, conoce la realidad y puede responder a ella de modo adecuado y realmente humano (Discurso Inaugural, 3). 6. Por eso, en nuestra reflexión como pastores, hemos querido clarificar los caminos para llevar a cabo una renovada evangelización que atienda las diversas situaciones por las que atraviesan las personas, mirando especialmente aquellos rostros sufrientes que nos duelen: las personas que viven en la calle, los migrantes, los enfermos, los adictos dependientes, los detenidos en las cárceles y nuestros hermanos indígenas. 7. Empeñaremos nuestro esfuerzo para que todos experimentemos un encuentro personal con Jesucristo vivo, que nos lleve a una conversión personal y a un cambio de vida integral, a fin de ser discípulos misioneros. Nos disponemos a emprender una nueva etapa en nuestro caminar pastoral, declarándonos en misión permanente; para ello “Jesús invita a todos a participar en su misión. ¡Que nadie se quede con los brazos cruzados!” (Mensaje Final de Aparecida, 4). Aceptemos con valentía a Cristo, Camino, Verdad y Vida, ya que quien lo hace “tiene garantizada la paz y la felicidad en esta y en la otra vida” (Documento de Aparecida, 246). 156 BOLETÍN CELAM 317 - 318 8. En nuestra misión, para llevar a cabo la renovación de la Iglesia fijamos la atención sobre los distintos campos de realidad, entre ellos la familia, patrimonio de la humanidad, y los jóvenes, quienes son mayoría en nuestra población y reclaman la fuerza de nuestro testimonio y un lenguaje claro y significativo, que los atraiga y anime en su pertenencia a la Iglesia. 9. Como una responsabilidad permanente de nuestra misión de pastores, expresamos nuestra opción por anunciar el Evangelio que ilumina el valor de la vida humana, la cual debemos cuidar especialmente dentro de las familias, donde nace y se acoge generosa y responsablemente. Tenemos la esperanza de que “los legisladores, gobernantes y profesionales de la salud, conscientes de la dignidad de la vida humana... la defiendan y protejan de los crímenes abominables del aborto y de la eutanasia” (Documento de Aparecida, 436). 10. Debemos trabajar incansablemente con la convicción de que “la presencia de Dios, la amistad con el Hijo de Dios encarnado, la luz de su palabra, son siempre condiciones fundamentales para la presencia y eficiencia de la justicia y del amor en nuestras sociedades” (Discurso Inaugural, 4), y de que la urgente misión evangelizadora debe abrazar con el amor de Dios a todas las personas y de modo especial a los pobres que sufren y se encuentran en necesidades urgentes. 11. Basados en este compromiso, nos hemos solidarizado con nuestros hermanos que han padecido los dramáticos acontecimientos de las inundaciones en Tabasco y Chiapas, quienes necesitan que sigamos respondiendo con prontitud y de manera permanente a sus gritos y peticiones de auxilio. Agradecemos a la pastoral social-caritas por su generosa colaboración. 12. Nos unimos a las esperanzas de todos los Obispos de América Latina y El Caribe. Por ello, esperamos: ser una Iglesia viva, fiel y creíble; mantener con renovado esfuerzo nuestra opción preferencial por los pobres; trabajar con todas las personas de buena voluntad para favorecer la presencia de Dios en la sociedad, y fortalecer con audacia la pastoral de la familia y de la vida. 13. Les invitamos a estar muy atentos a participar en los diversos eventos evangelizadores que ayudan a fortalecer la fe de los creyentes: el Congreso Eucarístico Nacional que se realizará en mayo de 2008 en Morelia; el SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 157 Congreso Eucarístico Internacional a celebrarse en junio del mismo año en Québec, Canadá, y el VI Encuentro Mundial de las Familias, en enero de 2009 en la ciudad de México, que será un importante acontecimiento y bendición para la Iglesia y la sociedad. 14. Unidos a todo nuestro pueblo creyente y orante, confiamos a Santa María de Guadalupe, primera discípula y misionera al servicio de la vida, los proyectos e impulsos que brotaron de nuestro encuentro, para que llevemos a cabo la misión de la Iglesia, bajo el soplo del nuevo Pentecostés vivido en Aparecida. Por los Obispos de México, † CARLOS AGUIAR RETES Obispo de Texcoco Presidente de la CEM 158 BOLETÍN CELAM 317 - 318 † JOSÉ LEOPOLDO GONZÁLEZ GONZÁLEZ Obispo Auxiliar de Guadalajara Secretario General de la CEM CONFERENCIA DEL EPISCOPADO MEXICANO Comunicado de la Arquidiócesis de México Reapertura de la Catedral D esde nuestra fe, ante una profanación tan dolorosa que se llevó a cabo dentro de la celebración más sagrada que nos dejó Nuestro Señor Jesucristo, la Santa Eucaristía, como Iglesia no podemos menos de hacer un acto de desagravio que le presente a Dios nuestra súplica fervorosa para que sea restaurado el honor que Él merece. Con este fin, la Arquidiócesis Primada de México anuncia con gran alegría al Pueblo de Dios y a todas las personas de buena voluntad, que el Consejo Episcopal, después de analizar detenidamente la propuesta presentada por la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal sobre el Plan de Protección Integral de la Santa Iglesia Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, en el que se garantiza la seguridad del Señor Cardenal y sus ministros, de los fieles y de los visitantes, así como el cuidado de su acervo artístico y cultural, ha decidido reabrir las puertas de esta Iglesia con la celebración de las primeras vísperas de la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo Rey del universo, celebración litúrgica con la cual la santa Iglesia Catedral Metropolitana quedará nuevamente abierta al culto y al servicio de la comunidad cristiana. Con esta celebración culmina el año litúrgico de la Iglesia, proclamando a Jesucristo como Rey del Universo, cuyo Reino no es excluyente ni mucho menos violento, sino que es “eterno y universal: Reino de la verdad y de la vida, Reino de la santidad y de la gracia, Reino de la justicia, del amor y de la paz” (cf. Prefacio de la Misa). Nosotros, los obispos auxiliares de la Arquidiócesis de México, queremos comprometernos con todos los homSEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 159 bres de buena voluntad a construir este Reino de Nuestro Señor Jesucristo, pues es el único Reino donde podemos alcanzar la felicidad, la plenitud y la paz. Con este ánimo cristiano de comunión que nos mueve, el Consejo Episcopal de la Arquidiócesis de México, a nombre del Emmo. Sr. Cardenal Don Norberto Rivera Carrera, agradece y reconoce la colaboración y el apoyo del Gobierno Federal, así como también del Gobierno del Distrito Federal, del Senado de la República y de los diversos sectores de la sociedad, como son las asociaciones religiosas, los partidos políticos, grupos, movimientos, personas del ámbito académico, cultural, empresarial y otras múltiples personalidades que a título propio, corporativo o asociativo rechazaron los dolorosos hechos acontecidos en la Catedral Metropolitana. Nuestra especial gratitud a los Medios de Comunicación Social. Así mismo, agradecemos las declaraciones de apoyo del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), de la Conferencia del Episcopado Mexicano y de los señores Cardenales, Arzobispos, Obispos, Sacerdotes y fieles, tanto de México como de otras partes del mundo. Con la esperanza de la seguridad recuperada para nuestros fieles cristianos y visitantes, confiamos en que no volverán a suceder actos que pongan en riesgo a las personas y profanen la santidad del recinto sagrado de la Catedral Metropolitana. Imploramos para todos la bendición de Dios, que nos invita a convivir como hermanos. Ciudad de México, 23 de noviembre de 2007. † Mons. CARLOS BRICEÑO ARCH † Mons. FRANCISCO CLAVEL GIL † Mons. MARCELINO HERNÁNDEZ R. † Mons. JONÁS GUERRERO CORONA † Mons. FELIPE TEJEDA GARCÍA † Mons. VÍCTOR SÁNCHEZ ESPINOSA † Mons. ANTONIO ORTEGA FRANCO † Mons. ROGELIO ESQUIVEL MEDINA 160 BOLETÍN CELAM 317 - 318 CONFERENCIA EPISCOPAL PANAMEÑA Comunicado de la CEP al término de la 181 Asamblea Ordinaria “Discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en Él tengan vida” L os Obispos de Panamá, durante la semana del 6 al 10 de agosto del presente año, en comunión con el Santo Padre Benedicto XVI, en la celebración de su 80 cumpleaños y segundo aniversario de su elección como Pastor de la Iglesia universal, hemos vivido estos días de oración, estudio y reflexión, buscando los caminos que el Señor nos propone en esta hora, para cumplir con la tarea que Él mismo nos ha confiado. Celebramos este encuentro cuando todavía resuenan los ecos de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y de El Caribe, celebrada del 13 al 31 de mayo del presente año, en el Santuario de Nuestra Señora de la Concepción Aparecida, Brasil. I. VIDA ECLESIAL: “Testigos del Mundo en la Iglesia” 1. Documento de Aparecida (DA) Aparecida inaugura una nueva etapa evangelizadora para la Iglesia Latinoamericana y de El Caribe, en un período histórico: “Caracterizado por el desconcierto generalizado que se propaga por nuevas turbulencias sociales y políticas, por la difusión de una cultura lejana y hostil SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 161 a la tradición cristiana, por la emergencia de variadas ofertas religiosas, que tratan de responder, a su manera, a la sed de Dios que manifiestan nuestros pueblos” (DA 10). “De allí nace la necesidad, en fidelidad al Espíritu Santo que la conduce, de una renovación eclesial que implica reformas espirituales, pastorales y también institucionales” (DA 367). Como Iglesia, obispos, sacerdotes, diáconos, personas consagradas y seglares, tenemos que contribuir a la conversión del corazón humano, condición para que cambien el mundo y las estructuras de la sociedad que producen injusticia. Para ello, requerimos de un fuerte ardor apostólico y un mayor compromiso misionero, a fin de proponer el Evangelio de Cristo como camino a la vida verdadera que Dios ofrece a los hombres y mujeres, para que nuestro continente sea más justo y más humano. Nuestra misión no consiste en imponer, sino en proponer, no es la de arrastrar seguidores, sino la de invitar a nuestros pueblos a ser discípulos de Jesucristo. 2. La Eucaristía fuerza del discípulo La Eucaristía es el lugar privilegiado del encuentro del discípulo con Jesucristo (DA 251). Por tal motivo, urgimos a asumir lo que S.S. Benedicto XVI nos ha ofrecido en la Exhortación Apostólica Postsinodal “Sacramento de la Caridad”: Dar prioridad a la Eucaristía y a la santif icación del Día del Señor en todos los programas pastorales, pues sin una activa celebración eucarística dominical y en las f iestas de precepto, no habrá un discípulo misionero maduro (DA 252). En la vida del discípulo, la Eucaristía, sacramento del amor, tiene implicaciones sociales. Esto es lo que los padres sinodales han llamado “la coherencia eucarística”, que exige de todos los bautizados un testimonio público de la propia fe, especialmente de quienes han de tomar decisiones sobre valores fundamentales. Por eso, exhortamos a promover la piedad eucarística en sus diversas modalidades, de manera especial la adoración al Santísimo, que, afortunadamente, en algunas parroquias se ha instituido de manera perpetua. 162 BOLETÍN CELAM 317 - 318 3. Celebración de los 500 años de la Iglesia en Panamá En el año 2013, la Iglesia panameña celebrará los 500 años de su creación. Comunicamos a toda la feligresía y a los agentes de pastoral que estamos en fase de preparación de los actos conmemorativos de ese acontecimiento. Pedimos a todos oración y apoyo para esta celebración. 4. Mes de la Biblia El Papa Benedicto XVI, en su discurso inaugural en Aparecida, dice: Es condición indispensable el conocimiento profundo y vivencial de la Palabra, porque hay que educar al pueblo en la lectura y meditación de la Palabra, que ella se convierta en su alimento para que por propia experiencia vea que la palabra de Jesús es espíritu y vida, de lo contrario ¿cómo van a anunciar un mensaje cuyo contenido y espíritu no conocen a fondo? Hemos de fundamentar nuestro compromiso misionero y toda nuestra vida en la roca de la Palabra de Dios (DI 3). La celebración del mes de la Biblia es una oportunidad para dar testimonio público de nuestro aprecio por ella. Invitamos a los agentes de pastoral y fieles a ser creativos, organizar y coordinar diversas actividades, talleres, caminatas, concursos en los centros educativos, que ayuden a descubrir el valor de la Sagrada Escritura. De manera especial, culminaremos con una gran celebración en cada una de las comunidades el 30 de septiembre, día de san Jerónimo, Padre de la Iglesia y primer traductor de los originales hebreos y griegos al latín en el siglo IV, quien afirmó: “Desconocer las Escrituras es desconocer a Jesucristo”. 5. Solidaridad con la Iglesia Por ser discípulos y misioneros de Jesucristo, todos somos corresponsables de la vida, misión y sostenimiento de la Iglesia. Por eso, en todas las diócesis se están desarrollando Campañas de Evangelización y Solidaridad con el fin de revitalizar la vida de la Iglesia y lograr los recursos económicos que garanticen su labor evangelizadora. II. REALIDAD NACIONAL: “Testigos de la Iglesia en el Mundo” Hemos mirado algunas realidades y debates de actualidad, a la luz de nuestra identidad pastoral. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 163 1. Concertación Nacional Vemos con esperanza el compromiso de los distintos sectores sociales en el Proceso de Concertación Nacional para el Desarrollo, en la búsqueda de un mejor país. Para que los acuerdos alcanzados den los frutos esperados frente a la pobreza e inequidad social, es necesario que el Gobierno Nacional y todos los actores de la sociedad civil asumamos las conclusiones de la Concertación y garanticemos su aplicación. 2. La muerte de trabajadores de la construcción Nos duele que, en lo que llevamos de este año 2007, hayan fallecido diecisiete trabajadores de la construcción sumiendo en el dolor y la precariedad a sus familias. Para evitar estas condiciones de riesgo que ponen en peligro la vida de los trabajadores, instamos a las autoridades a exigir en las empresas el cumplimiento de las normas de protección establecidas en la legislación nacional en materia de seguridad laboral; y, a la vez, exhortamos a empleadores, trabajadores y sindicatos a cooperar para fomentar una cultura de protección y salvaguarda de la vida. 3. Violencia doméstica y trabajo infantil Igualmente, nos duele el número de mujeres maltratadas y asesinadas, a causa de la violencia doméstica, con sus serias repercusiones en los niños y niñas, que crean las condiciones para que este ciclo se repita de generación en generación. Es necesario articular esfuerzos para erradicar de las familias esta violencia que luego se transforma en violencia social. Nos preocupa también el tema del trabajo infantil que quita a los niños la posibilidad de desarrollarse en un ambiente adecuado. Nos sumamos a los esfuerzos que se realizan para la erradicación de este mal y a la declaración de los Ministros de Educación y Trabajo y los Presidentes de las Conferencias Episcopales de Centroamérica y República Dominicana, que se han reunido en nuestro país para trazar políticas comunes contra el trabajo infantil. 4. Educación sexual de niños, adolescentes y jóvenes En los últimos meses, se han presentado proyectos y textos sobre educación sexual. No cabe duda de que es un tema de gran relevancia y necesidad. Pero la educación sexual no puede ser circunscrita a una simple 164 BOLETÍN CELAM 317 - 318 información o instrucción, ni ser confinada a meros cursos curriculares, ni, mucho menos, desprovista de criterios y valores religiosos y morales. Los padres de familia, primeros e irreemplazables educadores de sus hijos, deben asumir el protagonismo en esta materia, que es elemental para que los niños y adolescentes vayan descubriendo en forma tranquila y segura las dimensiones y exigencias del desarrollo de la personalidad. Apoyamos los pronunciamientos y aportes que distintos grupos de Pastoral Familiar y otros grupos a favor de la vida y la familia han hecho al respecto. No es aceptable ningún instrumento legal que, en base a supuestos derechos sexuales y reproductivos y bajo pretexto de prevención de enfermedades de transmisión sexual y embarazos precoces, trate de dar atención a adolescentes y jóvenes mediante información, disponibilidad y facilitación de métodos e instrumentos anticonceptivos, y otorgándoles autonomía en sus decisiones sobre sexualidad y reproducción, en absoluto desconocimiento y violación de la patria potestad. 5. Proyectos de minería e hidroeléctricos Es preocupante que los sucesivos gobiernos han otorgado licencias para la exploración y explotación mineras e hidroeléctricas en las diversas regiones del país. Estamos a favor del desarrollo, pero no a cualquier precio. Hay que priorizar la vida humana y el respecto por el medio ambiente, ya que, mirando sólo el factor económico, se compromete la vida, la salud de los ciudadanos y el futuro del país. Es importante, en consecuencia, que sean conocidos los estudios de impacto ambiental y se lleve a cabo la consulta a las comunidades afectadas. III. AGRADECIMIENTOS Agradecemos a todos los sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas, seminaristas y laicos, que nos han acompañado con sus oraciones, aportes y trabajo. Que la Virgen María nuestra Señora de la Antigua, “discípula por excelencia entre discípulos” (DA 451) SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 165 nos muestre el fruto bendito de su vientre y nos enseñe a responder como ella lo hizo en el misterio de la anunciación y encarnación. Que nos enseñe a salir de nosotros mismos en camino de sacrificio, amor y servicio, como lo hizo en la visitación a su prima Isabel, para que, peregrinos en el camino, cantemos las maravillas que Dios ha hecho en nosotros conforme a su promesa (DA 533). LOS OBISPOS DE PANAMÁ revista medellín Teología y Pastoral para América Latina Revista Trimestral Fundada en 1975 •América Latina: US$ 55,oo •Asia y Africa: S$ 65,oo •Europa, Estados Unidos y Canadá: US$ 75,oo Forma de pago: enviar en carta cartificada cheque en dolares sobre banco en los estados unidos a nombre de CELAM •Colombia: $40.000,oo Forma de pago: Enviar en carta certificada cheque a nombre de CELAM, o consignar en cualquiera de las cuentas a nivel nacional. Una vez realizada la consignación, se puede enviar por fax el comprobante con los datos del suscriptor, al (571) 6776521 y 6121929 Informes: Instituto Teológico-Pastoral para América Latina - ITEPAL Avenida Boyacá No. 173-71 / A.A. 253 353 Tels: (57-1) 667.0050 - 6670110 - 6670120 Fax: (57-1) 6776521 / [email protected] Bogotá D.C. - Colombia 166 BOLETÍN CELAM 317 - 318 CONFERENCIA EPISCOPAL PARAGUAYA Mensaje de los Obispos del Paraguay al finalizar la 180ª Asamblea Plenaria Ordinaria Por la esperanza de una vida mejor para nuestro pueblo A los Sacerdotes, Diáconos, Religiosos y Religiosas A los fieles laicos y a todas las personas de buena voluntad L os Obispos del Paraguay, comprometidos en promover en nuestro pueblo la vida plena que nos viene de Jesús, quien dijo “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14, 16), queremos compartir algunas reflexiones en este momento histórico marcado por grandes problemas nacionales. Al mismo tiempo, con la ayuda de Dios y la esperanza de una vida mejor para nuestro pueblo, contamos con grandes posibilidades para resolverlos. 1. Con la mirada de discípulos y misioneros de Jesucristo percibimos que la pobreza económica en crecimiento se ha instalado fuertemente en medio de nuestro pueblo. A pesar de algunos avances realizados en el campo de la salud, educación, la macroeconomía, y las viviendas populares, continúan los problemas. En la práctica nuestra gente no recibe la atención necesaria de la salud en general. La reforma educativa no ha preparado adecuadamente a los docentes y no ha logrado resolver los graves problemas de la educación, el aumento de la desocupación, la carencia de vivienda digna. La solución de estos problemas debe tener un decidido acompañamiento y un sostenido respaldo de los medios de comunicación. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 167 Los últimos acontecimientos de los devastadores incendios en varias regiones de nuestro país, y la falta de agua potable en las regiones afectadas por la sequía, han dejado al descubierto la desprotección de nuestro pueblo desesperanzado. Esto evidenció la incapacidad de prevenir los siniestros, sea por falta de profesionalidad o por la misma negligencia demostrada que, hasta ahora, golpea fuertemente a los más débiles. Igualmente se constató la precariedad de los recursos técnicos al no resolver con competencia dichos problemas. Aún reconociendo el espíritu solidario de nuestra gente para ofrecer una asistencia inmediata a los problemas mencionados, constatamos que esto no basta, es necesario encontrar nuevas modalidades de prevención y de asistencia sostenida y progresiva. 2. Ante esa situación, nuestra mirada se vuelca hacia Cristo y su Iglesia, buscando la luz que ilumine nuestro caminar. Contemplamos a Jesús, movido por su profundo amor a “Jerusalén”, su amada ciudad, al verla dividida y dominada por intereses extraños, lejos del anhelo de Dios. Jesús llora sobre ella (cf. Lc 19, 41-42). ¿Cuál es ese anhelo de Dios? Es el ver unidos a sus hijos en “Jerusalén” en torno a la centralidad de Dios, reunidos los hombres entre sí en la comunidad humana, como Pueblo de Dios. Pero, viéndolos divididos, debilitados, en grupos de intereses mezquinos que producen desplazados, Jesús dice: “Cuántas veces quise juntar a tus hijos y tú no lo has querido” (Mt 23,37). El hombre avanza en el desarrollo humano sostenible adhiriéndose a los valores fundamentales, bebiendo de la fuente de donde proceden la justicia y la paz como se lee en el Salmo 85: “La Gracia y la Verdad se han encontrado, la Justicia y la Paz se han abrazado: de la tierra está brotando la verdad y del cielo se asoma la justicia”. Sólo así los hombres pueden trabajar unidos y transitar por los verdaderos caminos de la paz, del desarrollo y de su propia dignificación. En las Bienaventuranzas Jesús nos muestra el camino diciendo: “Dichosos los que trabajan por la paz”, “Dichosos los que buscan la justicia y sufren por ella” (Mt 5, 1, ss). 3. Como discípulos y misioneros de Jesucristo lanzamos una segunda mirada sobre el fenómeno de las migraciones. Esto nos hace reconocer la 168 BOLETÍN CELAM 317 - 318 impotencia del pueblo y sus autoridades para resolver los problemas sociales y económicos. Entre otras causas mencionamos la injusta distribución de las riquezas y de los bienes nacionales, la carencia de trabajo bien remunerado, la falta de salud pública para todos, una educación que no forma personalidades con valores. Esta realidad se agrava ante los crecientes desplazamientos de nuestros hermanos y hermanas que dejan su pueblo de origen y llegan hasta los centros urbanos, y de aquellos que forzosamente abandonan el país, en busca de mejores condiciones económicas y sociales para su propio sustento y el de sus familiares. Sus consecuencias son la disgregación de las familias, la fuga de profesionales jóvenes que no encuentran un futuro digno y seguro en su país, la disminución de la población y de la mano de obra cualificada y finalmente la lenta desintegración de la misma sociedad. 4. La luz que la Iglesia nos ofrece ante esta situación reside en la importancia que tiene la familia para la sociedad, porque ella es la comunidad natural en donde se experimenta la sociabilidad humana, contribuye en modo único e insustituible al bien de la sociedad… una sociedad a medida de la familia es la mejor garantía contra toda tendencia de tipo individualista o colectivista, porque en ella es siempre la persona el centro de atención, como fin y nunca como medio. Es evidente que las personas y el buen funcionamiento de la sociedad están estrechamente relacionadas con la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar (CDSI, 213). Además nos dice el Magisterio de la Iglesia que El trabajo es el fundamento sobre el que se forma la vida familiar, la cual es un derecho natural y una vocación del hombre. El trabajo asegura los medios de subsistencia y garantiza el proceso educativo de los hijos (CDSI, 294). 5. Finalmente como discípulos y misioneros de Jesucristo ofrecemos algunas consideraciones sobre la vida democrática de nuestro país. La situación política de nuestra patria en estos últimos 20 años está marcada por lo que hemos llamado, en su momento, “la apertura democráSEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 169 tica”. Hoy nos preguntamos si existe una auténtica democracia en nuestro país. Las elecciones políticas de este tiempo nos indican que no basta una democracia puramente formal, realizada principalmente en los procesos electorales. No se percibe un auténtico espíritu crítico. Falta un real interés para implantar definitivamente la vigencia del Bien Común Nacional. La política sigue fuertemente marcada por el prebendarismo y por la tradición partidaria, hoy día muy fragmentada. No aparecen las propuestas de un proyecto-país que convenza a la ciudadanía en vista a un cambio de rumbo ante la situación de pobreza, atraso y marginación en que vivimos. Por eso tal vez, se piense solamente en votar sin exigir un programa de gobierno consensuado y sostenible que abarque lo social, político, económico y cultural. Y tan importante como esto es el juicio crítico sobre la capacidad de gestión de las personas que deben implementar dicho programa. El ejercicio de la política partidaria electoral aún manifiesta antiguas y repetidas características de agresiones mutuas entre candidatos, sin el respeto que merecen las personas y la verdad. Continúan las justificadas desconfianzas que la población tiene hacia los exponentes políticos. Existe poca credibilidad en las promesas electorales. Hay desconcierto sobre el futuro del país. Los propios candidatos deben ofrecer un perfil convincente de patriotismo, coherencia con los principios morales y religiosos y, sobre todo, de una competencia indispensable como futuro estadista. Una vez más, los Obispos junto con los Sacerdotes y Religiosos, ratificamos, que fieles a la doctrina de la Iglesia, no nos identificamos con ningún partido político. Asimismo no propiciamos ninguna candidatura a los diversos cargos electivos. Mantenemos la absoluta neutralidad que nos es dada por nuestra condición de Pastores al servicio de la unidad de la fe de los cristianos. 6. La Doctrina Social de la Iglesia nos ofrece luces de interpretación sobre la política democrática. El sujeto de la autoridad política es el pueblo, considerado en su totalidad, como titular de la Soberanía. El pueblo transf iere de diversos modos el ejercicio de su soberanía aquellos que elige libremente como sus 170 BOLETÍN CELAM 317 - 318 representantes. El sólo consenso popular, sin embargo, no es suficiente para considerar justas las modalidades del ejercicio de la autoridad política (CDSI, 395). “La democracia participativa se basa en la promoción y respeto de los derechos humanos. Una democracia sin valores se vuelve fácilmente una dictadura que termina traicionando al pueblo” (cf. DA, 74). “La autoridad política debe garantizar la vida ordenada y recta de la comunidad sin suplantar la libre actividad de las personas y de los grupos, sino disciplinándolas y orientándolas hacia la realización del Bien Común, respetando y tutelando la independencia de los sujetos individuales y sociales” (CDSI, 394). “La autoridad debe dejarse guiar por la ley moral: toda su dignidad deriva de ejercitarla en el ámbito del orden moral que tiene a Dios como primer principio y último fin” (CDSI, 396). “La autoridad debe reconocer, respetar y promover los valores humanos y morales esenciales” (CDSI, 397). Por su parte El ciudadano no está obligado en conciencia a seguir las prescripciones de las autoridades civiles si éstas son contrarias a las exigencias del orden moral, a los derechos fundamentales de las personas o a las enseñanzas del Evangelio (CDSI, 399). 7. De las anteriores consideraciones brotan compromisos ineludibles y urgentes que como discípulos y misioneros de Jesucristo deben movernos a la acción concreta y eficaz. Exhortamos a los responsables del Bien Común, Gobierno Nacional y Departamental, Municipios, Secretaría de Emergencia Nacional y otros, a mejorar sus estructuras de prevención y a capacitar a los entes para cualificar sus servicios a fin de ofrecer asistencia rápida para prevenir y solucionar las emergencias coyunturales. Proponemos que el Gobierno, juntamente con los empresarios y otras entidades, diseñen un Programa específico para la creación de fuentes de trabajo en especial, para las familias más carenciadas, con una opción preferencial por los jóvenes, para evitar el éxodo de nuestros compatriotas al exterior. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 171 Todos somos responsables de elegir conciente y libremente a nuestras autoridades. No hipotequemos nuestra conciencia por un poco de dinero. Usemos del derecho de votar y seamos conscientes que el voto es obligatorio. Pongamos todo nuestro esfuerzo para que las campañas políticas sean realizadas en el clima de la democracia multipartidaria, en el respeto a las personas y a la verdad, evitando decididamente los ataques personales y ofensas gratuitas lanzadas sin fundamento ni responsabilidad. Exhortamos a los ciudadanos a que participen activamente en las elecciones con su voto responsable, sabiendo que ello puede contribuir para eliminar la corrupción. Por eso deben fijarse en los programas que contribuyan a la consolidación de la economía solidaria y de una política del servicio al Bien Común como constitutivos de la democracia. Con espíritu crítico analicemos el perfil de cada candidato para comprobar si se ajusta o no a las cualidades indispensables de futuro estadista y quien debe implementar y fortalecer un sistema democrático. 8. Como discípulos y misioneros de Jesucristo, imploramos la intercesión de san Roque González de Santa Cruz y Compañeros Mártires para el logro de estos compromisos. Rogamos la protección de la Madre de Dios, bajo la advocación de Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé. Con afecto paternal les bendecimos a todos. LOS OBISPOS DEL PARAGUAY Asunción, 9 de noviembre de 2007 172 BOLETÍN CELAM 317 - 318 CONFERENCIA EPISCOPAL PERUANA Comunicado L os Obispos del Perú reunidos en la 90ª Asamblea Extraordinaria del Episcopado Peruano, ante la próxima realización del Censo Nacional, IX de Población y VI de Vivienda, que se llevará a cabo en todo el país el próximo domingo 21 de octubre, nos vemos en la necesidad de precisar lo siguiente: 1. Reconociendo la muy buena voluntad de los dirigentes del INEI durante todo el proceso de organización, manifestamos nuestra preocupación, sobre la manera en que está formulada la pregunta Nº 20 de la “Quinta Sección” (Características de la Población), de la Cédula Censal a usarse, la cual interroga acerca de la Religión que profesa el empadronado, ya que las opciones en ella indicadas pueden llevar a confusión en la respuesta, dado que la Iglesia Católica es también cristiana y evangélica, tanto por su anuncio, como por los valores que la inspiran. 2. Por lo tanto, debido a la confusión a la que pueden conducir los términos usados en la Cédula Censal, exhortamos al INEI a una especial atención en la formación de los empadronadores sobre esta pregunta en concreto, para que no sucedan equívocos en el momento del empadronamiento. Por otra parte, podría prestarse a que personas sencillas sean inducidas a responder equivocadamente. 3. Igualmente, con espíritu de colaboración al Censo, invocamos a todos nuestros fieles a estar especialmente atentos a esta pregunta y responder con claridad la opción “Católica” (Quinta Sección de la Cédula Censal, Pregunta 20, opción Nº 1) verificando que el empadronador lo registre así en la cedula censal. Lima, 12 de octubre de 2007 LOS OBISPOS DEL PERÚ SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 173 D NOVEDA Colección Quinta Conferencia _ KERIGMA, DISCIPULADO Y MISIÓN Perspectivas actuales Santiago Silva R. Santiago Guijarro O. Rafael Aguirre Las tres partes que conforman esta obra siguen la lógica del anuncio de la Palabra, de la respuesta a ésta en el camino del discipulado y de la actividad misionera. La misión precede al discipulado y al mismo tiempo es consecuencia de él. Es el fruto del trabajo de tres especialistas en estos temas. Contenido: • La proclamación del kerigma según el Nuevo testamento • Seguidores de Jesús y oyentes de la Palabra • La primera evangelización 144 páginas 140 gramos $ 9.500 Pedidos y Envíos: Centro de Publicaciones CELAM Avenida Boyacá No. 169D-75 / A.A. 253 353 Tel: (571) 6680900 / Fax: (571) 6711213 [email protected] Bogotá, D.C., Colombia USD 4 CONFERENCIA DEL EPISCOPADO DOMINICANO Nota “En defensa de la vida humana” L a Conferencia del Episcopado Dominicano, en su reciente Asamblea Plenaria, celebrada desde el domingo 26 al viernes 31 de agosto de 2007, ha decidido dirigir una breve NOTA al pueblo dominicano, ante la amenaza que se cierne frente a la eventual despenalización del aborto. Nosotros los Obispos de las 12 Diócesis de la República Dominicana, queremos reafirmar lo siguiente: 1. El fundamento primero de nuestra defensa de la vida desde el mismo momento de la concepción de un niño es médico-científico. El código genético de cada vida humana concebida en el vientre materno es único, original e irrepetible. La ciencia asegura que la fecundación del óvulo por el espermatozoide produce una nueva criatura humana, que tiene un código genético distinto al de su madre, que no es parte del cuerpo de ella y tiene la misma dignidad que sus progenitores. Por tanto, sus padres no pueden disponer de esa nueva vida que tiene su desarrollo individual, continuo y progresivo. Destruir el desarrollo de esta vida constituye un crimen jamás justificable. 2. A la fundamentación médico-científica, se añade un fundamento éticomoral. La defensa de los derechos humanos fundamentales, empiezan, pues, precisamente con la defensa del derecho a la vida, que ha de ser protegida desde su concepción hasta su muerte natural. Es un imperativo ético para la Iglesia, el Gobierno, los Legisladores, las Organizaciones Nacionales e Internacionales y para todo(a) ciudadano(a) asumir la defensa de la vida humana, por encima de cualquier circunstancia: SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 175 Ninguna circunstancia, ninguna f inalidad, ninguna ley en el mundo, podrá jamás hacer lícito un acto que es intrínsecamente ilícito, porque es contrario a la ley de Dios, escrita en el corazón de todo hombre, reconocible por la razón misma y proclamada por la Iglesia (Juan Pablo II Evangelium Vitae. 25.03.95). 3. Al dato científico y ético unimos el constitucional. La Constitución de la República Dominicana, que es nuestra ley sustantiva, fundamenta claramente el derecho a la vida y considera el aborto como un delito. Dado que el no-nacido es un ser humano, legalizar cualquier tipo de aborto es legalizar la pena de muerte de indefensos sin voz y confiar su ejecución a madres, médicos y aquellos que lo inducen. 4. Llamamos la atención sobre las presiones que ejercen Organismos Internacionales y algunas ONGs sobre nuestro Gobierno y los Legisladores. ¡No vendamos nuestra independencia, tan dolorosamente conquistada! No se debe olvidar que detrás de la práctica abortista hay un gran negocio. No hay que extrañarse, pues, de que se busque sobornar en este asunto. Sabemos de estas presiones, pero les pedimos que no claudiquen ante el valor supremo de la vida, ya que lo fundamental es permanente y lo contingente es pasajero. Recordemos que la “Interrupción Voluntaria del Embarazo” (IVE) no es más que un falso e irresponsable eufemismo para disimular el crimen del aborto. 5. Hacemos un llamado a médicos, juristas, comunicadores, artistas, grupos profesionales, sindicales y madres, que tienen clara conciencia del valor inviolable de la vida y que sienten el imperativo moral de defenderla, cuidarla y protegerla, a que se pronuncien y se manifiesten a favor de la vida y en contra de la pretendida despenalización del aborto. 6. Compartimos todo lo doloroso de estas situaciones, con las personas que tristemente, defienden el aborto en circunstancias especiales tales como violación e incesto, amenaza de muerte de la madre y deformación del feto y al mismo tiempo les pedimos tomar conciencia de que la mejor defensa de la mujer y la solución a estos casos, no es el aborto, sino la búsqueda de soluciones responsables desde el punto de vista médico, jurídico, familiar y social. Todos somos responsables de crear las condiciones de atención digna a las madres con embarazos no deseados y a las criaturas que de ellas van a nacer. 176 BOLETÍN CELAM 317 - 318 7. Recordemos que lo legal no suplanta lo moral, ni mucho menos logra suprimir el sufrimiento físico y sicológico, ni el sentimiento de culpabilidad de quien aborta o colabora, aún cuando sea en casos especiales. Dirigimos una palabra a las madres que han abortado y a los que experimentan la culpa de haber colaborado con abortos. Sabemos que han sufrido profundamente. Confiamos su arrepentimiento y la sanación de sus sufrimientos al amor y a la misericordia de Dios y a los especialistas de la sicología humana. Sean ustedes ahora testigos excepcionales, haciendo un llamado a la defensa de la vida humana siempre y en cualquier circunstancia. 8. Invitamos a todos los defensores de la vida humana, sean católicos o no, a los hermanos de denominaciones cristianas, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, a que hagamos causa común de defensa y protección del valor supremo de cada vida humana. 9. Recordamos a todos los dominicanos, que la Iglesia, con sus obispos, sacerdotes, religiosos(as), diáconos, laicos y laicas, ha sido y será siempre coherente con los principios científicos, éticos y morales y, de manera particular, con la defensa de la vida humana. Fray Antón de Montesinos defendió la vida y la dignidad de los indígenas y recibió el rechazo de las autoridades de su tiempo. Fray Pedro de Córdoba en su libro Doctrina Cristiana, en el párrafo final referido al quinto mandamiento: No matar, afirma: “Y también van contra este mandamiento las mujeres que toman algo para echar la criatura cuando están preñadas, o lo dan a otra, o se lo aconsejan que lo hagan”. Estos defensores históricos de la justicia social, también lo eran de la sacralidad de la vida. El Episcopado Dominicano en la famosa Carta Pastoral del 25 de enero de 1960, asume la defensa de la vida humana con la siguiente afirmación: “Cada ser humano, aún antes de su nacimiento, ostenta un cúmulo de derechos anteriores y superiores a los de cualquier Estado”. Con esta posición, defendía la vida de tantos dominicanos que eran acribillados durante la dictadura de Trujillo. Naturalmente, también recibió el rechazo de las autoridades del momento. 10. No corresponde al Estado, ni a los Legisladores, ni a grupo humano alguno, atribuirse la potestad de decidir sobre un derecho individual, singular y original, que no puede ni debe ser violado. Es inconcebible que en una época, caracterizada por la defensa del derecho a la vida y opuesSEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 177 ta a cualquier genocidio, hayan legisladores y políticos que se vuelquen contra la vida humana en sus orígenes y quieran justificar erróneamente la legalización y despenalización del crimen del aborto. La defensa de la vida humana es un imperativo ético que hunde sus raíces en el ser humano mismo, que no puede ni debe ser manipulada por ningún poder, ni por ninguna legislación que condena a muerte a un ser humano absolutamente indefenso. 11. Invitamos a todas las parroquias del país, de cada diócesis, con sus sacerdotes, consagrados(as), laicos y laicas, a hacer una demostración pública en defensa de la vida humana, organizando el rezo del Santo Rosario y promoviendo otras celebraciones que contribuyan a la toma de conciencia para defender la vida humana misma, desde sus inicios hasta la muerte natural. 12. Esta Nota ha de ser leída en todas las comunidades donde se celebre la Eucaristía, el 1er Domingo después de recibida y darla a conocer a través de los medios de comunicación social, particularmente, los que son propiedad de la Iglesia. A los 20 días del mes de septiembre de 2007. Les bendecimos de corazón, Firman EL CARDENAL, ARZOBISPOS Y LOS OBISPOS DE REPÚBLICA DOMINICANA 178 BOLETÍN CELAM 317 - 318 CONFERENCIA EPISCOPAL VENEZOLANA Exhortación del Episcopado Venezolano sobre la propuesta de la Reforma Constitucional “Llamados a vivir en libertad” (Gl 5, 13) A todos los católicos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. I. INTRODUCCIÓN 1. L os Arzobispos y Obispos de Venezuela, como ciudadanos y como legítimos pastores de la Iglesia, compartiendo con el pueblo las angustias y esperanzas de cada momento histórico, hemos decidido dirigirnos a todos los venezolanos, a los residentes en nuestro país y, en particular, a los fieles católicos, ante la propuesta de Reforma Constitucional presentada a la nación el pasado 15 de agosto por el ciudadano Presidente de la República, a la cual se agrega ahora lo propuesto por la Comisión Mixta de la Asamblea Nacional. 2. Nuestra contribución tiene el propósito de iluminar, desde una valoración ética, el juicio y la decisión que sobre el proyecto de Reforma corresponde asumir a los venezolanos en asunto de tanta importancia para el presente y el futuro del país. Fundamentamos esta iluminación en los principios y criterios del Evangelio, de la Doctrina Social de la Iglesia y de los numerosos documentos emanados de nuestra Conferencia Episcopal. Nos impulsan la convicción de que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela ha de seguir siendo patrimonio de todos los venezolanos, sin exclusión, y nuestro compromiso de fomentar la convivencia pacífica de todos los ciudadanos y la concordia entre los diversos sectores e instituciones para la construcción de un destino común como nación. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 179 3. En nuestra fraterna y solidaria reflexión y discernimiento pastoral de la situación del país y, como portadores del clamor y preocupación de muchas comunidades y personas, hemos examinado la relación entre el contenido de la Reforma con las exigencias de la persona humana, su conciencia, su libertad, sus derechos, su dignidad, y con la concepción cristiana de la mayoría de la sociedad venezolana. Hemos considerado también los cambios más relevantes que plantea la propuesta, así como algunas de las consecuencias de índole ética y social que se seguirían de dicha Reforma. 4. En los países democráticos una Constitución es un pacto social, el resultado de las deliberaciones, discusiones y acuerdos de una Asamblea Constituyente, u otro cuerpo políticamente plural que represente al pueblo, y de una consulta electoral libre, confiable y pacífica; su finalidad es garantizar el Estado de Derecho para todas las personas, la estabilidad jurídica de las instituciones y el bienestar integral del conjunto de los ciudadanos. Su legitimidad radica en que acoja la pluralidad de posturas que tienen derecho a convivir en una sociedad democrática. En su articulado quedan claramente establecidos la definición del Estado y sus órganos, siempre al servicio del pueblo, el modelo de país y los principios y valores esenciales por los que el pueblo soberano quiere regir su vida y la de sus instituciones. En consecuencia, el verdadero sujeto de la Constitución es el pueblo, no el Estado y menos aún el gobierno; por eso ella debe expresar el acuerdo de todos los sectores, corrientes e ideologías. No puede ser la consagración de las ideas o propósitos políticos de un determinado grupo partidista. Consiguientemente, una modificación de la “Carta Magna” debe apoyarse en el mayor consenso posible. II. NUESTRAS PREOCUPACIONES ANTE LA PROPUESTA 5. La Reforma ha sido presentada como un instrumento para dar mayor poder al pueblo, especialmente a través del denominado “Poder Popular”. En ella se ofrece la reducción de la jornada laboral, y a los trabajadores independientes la tan deseada seguridad social. Sin embargo, se acentúa la concentración de poder en manos del Presidente de la República y se favorece el autoritarismo. Punto central de esta Reforma es que Venezuela pase de “Estado democrático y social de derecho y de justicia” (Art. 2 de la actual Constitución) a ser un “Estado Socialista” (Art. 16 de la propuesta). Algunos artículos condicionan la participación del 180 BOLETÍN CELAM 317 - 318 pueblo y la actividad de los ciudadanos a la sola construcción del socialismo (Art. 70) y de la economía socialista (Art. 112). Esto limita la libertad de los venezolanos; se incrementa excesivamente el poder del Estado, se elimina la descentralización, y el gobierno controla muchísimos espacios de la vida ciudadana. En ese modelo socialista, el Estado y el gobierno estarían dirigidos por un Presidente que puede ser reelecto – sólo él – continuamente, con un poder amplísimo que le permitiría disponer constitucionalmente de las instituciones, propiedades y recursos. Esto es verdaderamente grave y modificaría la estructura fundamental del Estado democrático. 6. Un modelo de Estado socialista, marxista-leninista, estatista, es contrario al pensamiento del Libertador Simón Bolívar (cf. Discurso ante el Congreso de Angostura), y también contrario a la naturaleza personal del ser humano y a la visión cristiana del hombre, porque establece el dominio absoluto del Estado sobre la persona. Experiencias de otros países demuestran que en tal sistema, el Estado y su gobierno se convierten en opresores de las personas y de la sociedad, coartan la libertad personal y la expresión religiosa, y causan un gravísimo deterioro en la economía, produciendo una pobreza generalizada. Ejemplo de ello han sido los países de Europa Oriental, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, y, más cerca de nosotros, la República de Cuba. En ese escenario se establecería una discriminación con quienes no participen de la ideología socialista, se reducirían los derechos políticos de muchos venezolanos, y la noción de “pueblo” tendría un carácter restringido y excluyente identificado sólo con las personas y grupos que adhieren al socialismo. 7. El pluralismo político es uno de los valores fundamentales consagrados por la actual Constitución (Art. 2). La implantación de un Estado Socialista es excluyente, e implica el cese del pluralismo y de la libertad política y de conciencia de los ciudadanos. Es un hecho comprobado que dentro de un Estado democrático pueden existir partidos socialistas y gobiernos socialistas. Abundan ejemplos en el mundo actual como Chile y Brasil. En cambio, en un “Estado socialista”, tal como se propone en Venezuela, toda la actividad política, social, económica y cultural se encuadra dentro de una única opción, un pensamiento único. 8. Con respecto al capitalismo y al socialismo, los Obispos nos hemos manifestado en diversas ocasiones. La solución al drama de la pobreza, de las injusticias sociales, de las hirientes desigualdades, no está en el capitalisSEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 181 mo salvaje ni en el socialismo marxista, sino en la práctica de la justicia social y de una efectiva caridad (cf. Juan Pablo II, Encíclica Centesimus Annus 33, 48 y 49). 9. Otros cambios propuestos restringen derechos ya consagrados en la actual Constitución, lo que atenta contra el principio de progresividad de los derechos humanos garantizado en el Art. 19 de la actual Constitución. En este campo de los derechos humanos y constitucionales, algunas disposiciones representan una patente involución, como los artículos 337, 338 y 339 de la Reforma sobre los estados de excepción, que suspenden el derecho al debido proceso (Art. 49) y a la información (Art. 57 y 58). El nuevo poder del Estado, el “Poder Popular”, no nace del sufragio ni de elecciones (R. Art.136), y su promoción, organización y registro es competencia del Poder Nacional (R. Art. 156, 35). Se vulnera de este modo la libertad de asociación (Art. 52), poniéndola en manos del Estado, lo cual quebranta el carácter democrático y electivo de todos los niveles de gobierno, previsto en el artículo 6 de la Constitución, y le quita poder al pueblo. Además, ya el pueblo es sujeto del poder y lo que necesita es tener el pleno ejercicio de sus derechos y libertades y que le presten servicios eficientes quienes han sido elegidos libremente para esas funciones. La genuina democracia no consiste sólo en la elección de las autoridades; no basta una democracia puramente formal, fundada en la limpieza de los procedimientos electorales, sino que es necesaria una democracia participativa y basada en la promoción y respeto de los derechos humanos. Una democracia sin valores (…), se vuelve fácilmente una dictadura y termina traicionando el pueblo (Documento de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, Aparecida 74). 10. Esta propuesta de Reforma más que enfrentar y superar la problemática vivida en el país, profundizaría la polarización entre los venezolanos, dificultaría la convivencia social con el peligro de generar nuevos odios y conflictos, que queremos evitar. Los obispos renovamos el llamado, que repetidas veces hemos hecho, al diálogo y a la reconciliación y ratificamos nuestra disposición de seguir acompañando al pueblo venezolano con el anuncio valiente y decidido del Evangelio y el compromiso de compartir sus alegrías, temores y esperanzas. 182 BOLETÍN CELAM 317 - 318 III. PERSONA Y LIBERTAD 11. Dios nos ha creado como personas libres con capacidad de organizar la vida personal y la vida social. Vida y libertad son inseparables. Dios libera, porque es el Dios de la vida; se revela en la historia liberando a su pueblo, no quiere que ninguna nación esté esclavizada o dominada por otra, ni por sus propias autoridades. La libertad no es una condición abstracta del ser humano y de la sociedad. La libertad es un derecho fundamental innato en cada ser humano, que no tiene otros límites que la libertad y los derechos de los demás. Todo lo que se opone a la libertad, se opone a la vida. La supresión de la libertad no corrige las injusticias sino que agrega otras, asfixiantes e insoportables. 12. Conforme a la enseñanza de la Iglesia, la persona humana, el pueblo, y no el Estado, son el centro de toda la vida social. El Estado existe para la persona y para el pueblo, y no al revés. En esta línea el Concilio Vaticano II declara: “El principio, el sujeto y el fin de todas las instituciones sociales es y debe ser la persona humana” (GS 25). El Catecismo de la Iglesia Católica expresa: “Cuando el Estado no pone su poder al servicio de los derechos de todo ciudadano, y particularmente de quien es más débil, se quebrantan los fundamentos mismos del Estado de derecho” (CEC 2273). Y Juan Pablo II en la Encíclica Centesimus Annus nos dice que el “Estado totalitario tiende, además, a absorber en sí mismo la nación, la sociedad, la familia, las comunidades religiosas y las mismas personas” (CA 45 b). 13. La doctrina de la Iglesia en este aspecto tiene una específica incidencia en el campo político. El principio de subsidiaridad debe aplicarse para construir una auténtica democracia. Esto es, que el Estado debe ayudar pero no absorber ni suplantar las iniciativas, la libertad y la responsabilidad de las personas y de los grupos sociales. En su Encíclica “Dios es amor” el Papa Benedicto XVI advierte: Lo que hace falta no es un Estado que regule y domine todo, sino que generosamente reconozca y apoye, de acuerdo con el principio de subsidiaridad, las iniciativas que surgen de las diversas fuerzas sociales y que unen la espontaneidad con la cercanía a los hombres necesitados de auxilio (28 b). SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 183 IV. DECISIÓN QUE MIRA AL FUTURO 14. La Constitución y la Reforma planteada no son un asunto sólo de partidos o de un determinado sector de la población. Es algo de interés nacional que nos afecta a todos. Nadie debe desentenderse, ni dejar de participar en su discusión, ni negarse a asumir una posición ante la propuesta de Reforma. Eso sería un gravísimo error. 15. El debate sobre la Reforma, no puede considerarse como un simple conflicto entre “oficialismo y oposición”, entre “ricos y pobres”. Es algo que concierne al futuro de todo el pueblo venezolano. Y en este debate, nadie debe discriminar, ni excluir, ni ofender a quienes sustenten una opinión contraria a la suya. 16. En síntesis, nuestra posición en cuanto al proyecto de Reforma puede formularse así: • el proyecto presentado a la consideración del pueblo venezolano, debido a la radicalidad y profundidad de los cambios introducidos en la estructura del Estado, va más allá de una Reforma. • la proposición de un “Estado Socialista” es contraria a principios fundamentales de la actual Constitución, y a una recta concepción de la persona y del Estado. • la propuesta de Reforma excluye a sectores políticos y sociales del país, que no estén de acuerdo con el Estado Socialista, restringe las libertades y representa un retroceso en la progresividad de los derechos humanos. • por cuanto el proyecto de Reforma vulnera los derechos fundamentales del sistema democrático y de la persona, poniendo en peligro la libertad y la convivencia social, la consideramos moralmente inaceptable a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia. V. CONCLUSIÓN: ESTAMOS LLAMADOS A VIVIR EN LIBERTAD Y A SER CONSTRUCTORES DE PAZ 17. Solamente quien es libre, construye la paz. “Felices los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios”, nos dice Jesucristo (Mt 5, 12). Cada uno de los cristianos está, pues, llamado a descubrir y 184 BOLETÍN CELAM 317 - 318 promover caminos de justicia y reconciliación en la familia, en cada comunidad, en toda la nación: “Venezuela quiere y reclama a gritos (…), que se termine con los odios, los insultos y las descalificaciones y que sus hijos e hijas se reconcilien, se respeten y vivan en paz” (Exhortación de la CEV, julio 2007) 18. Como pastores de la Iglesia invitamos a todos los fieles a orar intensamente por nuestra Patria e invocamos las luces del Espíritu Santo sobre todos los ciudadanos en esta difícil toma de decisión e imploramos el auxilio de Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela, a cuyos pies en su “Basílica Menor” de Guanare, título con que el Santo Padre Benedicto XVI ha honrado y enaltecido su templo, nos postraremos en confiada súplica por el bien de la República. Con nuestra afectuosa bendición episcopal, Firman, los ARZOBISPOS Y OBISPOS DE VENEZUELA Caracas, 19 de octubre de 2007 SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 185 D NOVEDA DOCUMENTO CONCLUSIVO Esta publicación recoge los principales documentos de la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y El Caribe. Contenido: • Carta de aprobación, del Santo Padre • Documento conclusivo • Discurso inaugural del Santo Padre, Benedicto XVI • Homilía de Benedicto XVI en la misa de apertura • Mensaje final de la V Conferencia • Índice analítico Col $ 12.000 USD 6 475 grs. Pedidos y Envíos: Centro de Publicaciones CELAM Avenida Boyacá No. 169D-75 / A.A. 253 353 Tel: (571) 6680900 / Fax: (571) 6711213 [email protected] Bogotá, D.C., Colombia Mensaje de los Obispos de Gualeguaychú, Concordia, Mercedes y Salto Los hermanos sean unidos / porque esa es la ley primera / tengan unión verdadera / en cualquier tiempo que sea / porque si entre ellos pelean / los devoran los de ajuera. (José Hernández, Consejos de Martín Fierro a sus hijos) L os Obispos de la Iglesia Católica vecinos del río Uruguay: de Gualeguaychú, Concordia, Mercedes y Salto, reunidos en la ciudad de Paysandú (Uruguay), luego de haber compartido un Encuentro fraterno de intercambio y oración, en torno al conflicto surgido por la instalación de una planta procesadora de celulosa en Fray Bentos, queremos expresar lo siguiente: NOS UNEN: Un mismo espacio geográfico y cultural, regado por las aguas del río Uruguay, al que el poeta llamó “un cielo azul que viaja”. Un común escenario y paisaje que orientales y argentinos hemos cruzado en numerosas ocasiones, construyendo así una historia compartida. Una región que ha servido de refugio en el dolor del exilio a los vecinos de una u otra orilla en los vaivenes políticos. Un pasado que conoció también momentos de conflicto y desencuentro pero en el que han quedado escritas páginas de colaboración e integración. Las divergencias nunca han doblegado la fuerza de las raíces comunes. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 187 Un anhelo trasmitido por mujeres y hombres nuestros que nos han soñado como parte de la Patria Grande de América Latina. Una mirada de fe que permite descubrir en las cercanías un desafío a caminar juntos en las buenas y en las malas. NOS PREOCUPAN: Los recientes obstáculos en el camino de la integración surgidos a raíz del conflicto medioambiental que se ha planteado. La posibilidad de que el abuso del ambiente entendido sólo como “recurso” ponga en peligro el ambiente como “casa”. Los riesgos de deterioro del ambiente humano que debilitan los lazos que unen nuestra gran familia de frontera. Asimismo, la escasez de puestos de trabajo que acentúa la disgregación de muchas familias. NOS DUELEN: Las actuales dificultades que alteran la convivencia en este espacio común que la Providencia nos ha regalado. Los desencuentros y malentendidos, el distanciamiento de las familias, la lejanía de las amistades, las trabas en el libre tránsito de personas, bienes y servicios y, en definitiva, el debilitamiento de la fraternidad del río Uruguay. VALORAMOS: El deseo de concordia que se siente en nuestros pueblos costeros aún en medio de las dificultades actuales. El caudal de cultura, folklore, tradiciones y antepasados comunes. Las relaciones de vecindad. 188 BOLETÍN CELAM 317 - 318 Los pasos hacia la integración y cooperación regional, a nivel educativo, comunicacional, político, económico y eclesial. COMO CIUDADANOS, REAFIRMAMOS: El Bien Común que, abrazando ambos pueblos, debe traducirse en un desarrollo integral, solidario y sustentable. La necesidad de colaborar activamente por la mayor integración de nuestros países, valorando el diálogo como camino privilegiado para la construcción de la misma. El valor de los marcos jurídicos como condición para la convivencia y herramientas de solución de conflictos. El desarrollo humano mediante la generación de trabajo digno. El cuidado del medio ambiente como tarea de todos y como solidaridad con las generaciones futuras. COMO CRISTIANOS, CREEMOS: Que somos hijos de un mismo Padre, que nos crea, convoca, y reconcilia a través de las manos, las palabras, el corazón y los gestos de su Hijo Jesucristo. Que Él nos capacita para retomar cada día, con ilusión, la tarea y la responsabilidad de ser constructores de un mundo que es casa común para todos. Que la fe no es solamente creer lo que no vemos, sino también crear lo que esperamos, y vivirlo mediante un proceso de muerte, vida y transformación en paz y justicia. Que la fe infunde confianza para seguir tejiendo redes de cercanía, vecindad y amistad. Que podemos seguir bebiendo las aguas de la fraternidad en el “río de los pájaros”. SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 189 COMO PASTORES, COMPROMETEMOS: Nuestra oración confiada, pidiendo al Señor nos dé a todos luz, fortaleza y coraje para encontrar y recorrer los caminos que consoliden la unión de nuestros pueblos. La animación de nuestras comunidades para ejercer una ciudadanía responsable y activa con espíritu cristiano. María, la Madre de todos, venerada en nuestros pueblos como “Virgen de los Treinta y Tres Orientales” y “del Luján” nos cobije y ayude a crecer como hermanos. † CARLOS COLLAZZI, Obispo de Mercedes, Presidente de la Conferencia Episcopal Uruguaya † PABLO GALIMBERTI, Obispo de Salto † JORGE LOZANO, Obispo de Gualeguaychú 190 BOLETÍN CELAM 317 - 318 † HERIBERTO A. BODEANT, Obispo auxiliar de Salto † LUIS COLLAZUOL, Obispo de Concordia Nombramientos de los Señores Obispos Latinoamericanos 24 de julio al 17 de noviembre de 2007 Antillas Excmo. Monseñor Donald James Reece Arzobispo Coadjutor de Kingston 12 de octubre Argentina Excmo. Monseñor César Daniel Fernández Obispo Auxiliar de Paraná 20 de septiembre Excmo. Monseñor Andrés Stanovnik OFMCap. Arzobispo de Corrientes 27 de septiembre Excmo. Monseñor Mariano Moreno García, O.S.A. Obispo Prelado de Cafayate 17 de noviembre Brasil Dom Francisco Carlos da Silva Obispo de Ituiutaba 19 de septiembre Dom Zanoni Demettino Castro Obispo de São Mateus 3 de octubre Dom João Carlos Seneme, C.S.S. Obispo Auxiliar de Curitiba 17 de octubre Dom Mauro Aparecido dos Santos Arzobispo de Cascavelen 31 de octubre Dom Miguel Angelo Freitas Ribeiro Obispo de Oliveira 31 de octubre Dom Augustinho Petry Obispo Coadjutor de Rio do Sul 14 de noviembre Colombia Excmo. Monseñor Pablo Emiro Salas Anteliz Obispo de Espinal 24 de octubre Ecuador Excmo. Monseñor Lorenzo Voltolini Esti Arzobispo de Portoviejo 6 de agosto SEPTIEMBRE - DICIEMBRE 2007 191 Excmo. Monseñor Hermenegildo José Torres Asanza Obispo auxiliar de Machala 30 de octubre Perú Excmo. Monseñor Héctor Eduardo Vera Colona Obispo de Ica 31 de octubre Guatemala Excmo. Monseñor Bernabé de Jesús Sagastume Lemus, O.F.M. Cap. República Dominicana Obispo de Santa Rosa de Lima Excmo. Monseñor 28 de julio Valentín Reynoso Hidalgo, M.S.C. Obispo Auxiliar de Santiago de los Caballeros Excmo. Monseñor 22 de octubre Gonzalo de Villa y Vásquez, S.I. Obispo de Sololá-Chimaltenango 28 de julio Venezuela Excmo. Monseñor Raúl Antonio Martínez Paredes Obispo Auxiliar de Guatemala 28 de julio 192 BOLETÍN CELAM 317 - 318 Excmo. Monseñor Jesús González de Zárate Obispo Auxiliar de Caracas 15 de octubre