Internación del vapor alemán `Mathilde` durante la Primera Guerra

Transcripción

Internación del vapor alemán `Mathilde` durante la Primera Guerra
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Internación del vapor alemán ‘Mathilde’ durante la Primera Guerra Mundial en el Puerto de Mahón
María Herrnbrodt-Fechhelm
Capitán Waldemar Herrnbrodt y Consul Juan F. Taltavull; in memoriam
El 3 de Agosto de 1914 apareció en el Diario Republicano LA VOZ DE MENORCA bajó el titular “Del
mar” una noticia breve, que abarcaba sólo cinco líneas:
“Según se dice, el vapor alemán ‘Mathilde’,
una vez terminada la descarga
quedará amarrado en este puerto hasta
tanto se haya solucionado el conflicto
internacional.”
En aquel momento, nadie podía saber que esta comunicación tan sobria documentaba para el capitán
del vapor alemán, Waldemar Herrnbrodt, y tres hombres de su tripulación, el principio de una estancia
involuntaria de cinco años de duración en el puerto de Mahón, en la isla balear de Menorca.
Cinco años después, en el mismo periódico se anunció el fin de este episodio, esta vez con más
detalles. El 10 de Julio de 1919, el periódico informaba primero bajo ‘Noticias marítimas – Crónica’:
“Ayer a las diez de la mañana tuvo lugar en el muelle de Calafiguera el acto de la entrega del vapor
alemán ‘Mathilde’ que desde el comienzo de la guerra se hallaba refugiado en este puerto. El acto no fué
solemne como se ha hecho en otros puertos. Asistieron el Delegado del Gobierno francés y el capitán
del vapor alemán que firmó el documento de entrega. Luego el ‘Mathilde’ cambió de fondeadero al
muelle Andén de Poniente e izó en el palo mayor la bandera francesa y a la popa la interaliada. Es
probable que se haga a la mar hoy o mañana.”
El día siguiente, el 11 de Julio de 1919, se podía leer la siguiente noticia:
“Ayer a las ocho y media de la mañana abandonó nuestras aguas con rumbo a Barcelona el vapor
‘Mathilde’ al mando del capitán don Francisco Seres, y 20 tripulantes, todos ellos franceses. El ‘Mathilde’
que como saben nuestros lectores pertenecía a una compañía alemana hoy arbola la bandera
interaliada. Se dirige a Barcelona para proveerse de carbón y desde allí irá a Marsella donde limpiará
fondos. Estos días se aprovisionó de agua y otros víveres. Al salir del puerto había regular concurrencia
en los miradores y en el Andén del muelle.”
También otro periódico menorquino, EL BIEN PÚBLICO, informaba el 10 de Julio de 1919 sobre este
acontecimiento:
“Esta mañana a las seis ha dejado su amarradero el remolcador francés ‘Travailleur’ pasando a fondear
junto al ‘Mathilde’. Una vez en Calafiguera se ha procedido al desembarque de la dotación que ha de
hacerse cargo del vapor germano, la cual ha sido dejada en tierra, siendo también desembarcados los
equipajes. La entrega del ‘Mathilde’ debía hacerse esta mañana a las diez y de ella daremos cuenta a
nuestros lectores en la edición próxima. El remolcador ‘Travailleur’ se ha hecho a la mar, según hemos
oído decir, con rumbo a Cartagena. El ‘Mathilde’ emprenderá viaje dirigiéndose a Marsella, valiéndose si
es posible de sus propios medios. La tripulación del referido buque alemán que durante cinco años ha
convivido con nosotros, embarcará esta noche a bordo del vapor correo. Transmitimos al Capitán y
demás tripulantes un saludo de despedida, deseándoles que a la llegada a sus hogares la alegría de
verse entre los suyos compense las tristezas y disgustos sufridos.”
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El día siguiente, 11 de Julio de 1919, EL BIEN PUBLICO publicó la anunciada ampliación de esta
noticia; representa el fin de un suceso que había ocupado durante cinco años a la ciudad de Mahón y a
sus habitantes. Se podía leer:
“En la mañana de ayer, conforme habíamos anunciado, se hizo entrega del vapor ‘Mathilde’ que fondeó
en nuestro puerto unos días antes de declararse la guerra europea. La entrega la hizo el capitán del
‘Mathilde’ señor W. Herrnbrodt a un oficial de la Marina de Guerra francesa, Delegado de su Gobierno.
La dotación que había de hacerse cargo del vapor germano subió a bordo y practicó un detenido
reconocimiento haciendo funcionar las calderas y máquinas que están admirablemente conservadas, lo
mismo que todo el buque.
Las once y media serían cuando terminados los trámites que había de seguir la entrega, fué arriada la
bandera alemana y abandonaron el ‘Mathilde’ el capitán y demás tripulantes que han cuidado del buque
durante el largo tiempo que ha permanecido fondeado en Calafiguera. Seguidamente fueron izadas las
banderas aliada (véase apéndice; N. de la Autora) y francesa; la primera se enarboló en la popa y la
segunda en el palo de proa. La nueva tripulación del ‘Mathilde’ procedió a los trabajos de desamarre y
una vez levantada presión, y estando a bordo el Práctico del Puerto, señor Preto, abandonó el buque su
fondeadero y pasó al interior del puerto dejando caer anclas frente a los talleres del señor Parpal. El
‘Mathilde’ debe sufrir ligeras reparaciones, una vez terminadas las cuales y hechas las provisiones
necesarias, abandonará nuestro puerto dirigiéndose al de Marsella. Fueron muchos los curiosos que
desde tierra presenciaron el acto de incautarse el buque la tripulación francesa. En el vapor correo de
anoche, embarcaron para Barcelona el capitán del ‘Mathilde’ señor W. Herrnbrodt y los dos maquinistas,
desde donde seguirán viaje para Alemania. El capitán señor W. Herrnbrodt nos rogó que en su nombre
dirigiéramos cordial saludo de despedida a sus numerosas amistades, de las que no se ha podido
despedir personalmente por falta material de tiempo, rogándonos a la vez, que hiciéramos constar que lo
mismo él que los demás tripulantes, guardarán siempre grato recuerdo de esta hospitalaria ciudad, en la
que solo afectuosas atenciones ha recibido.”
Estas noticias informaban solamente sobre el cumplimiento de uno de aquellos numerosos actos
administrativos que constituyeron el epílogo de los conmovedores sucesos de la Primera Guerra
Mundial. Tras la destrucción de la flota de guerra alemana, llevada a cabo por hundimiento propio, el
Secretario de Estado Matthias Erzberger (Representante del Gobierno Imperial
durante las
negociaciones del armisticio), junto con la firma del armisticio el 17.01.1919, tuvo que entregar además
prácticamente toda la flota mercante alemana a los aliados, a modo de compensación por los perjuicios
sufridos por los aliados durante la guerra.
El propio Waldemar Herrnbrodt escribió en el informe sobre los acontecimientos durante su servicio para
la naviera H. Schuldt de Flensburg solamente unas pocas frases sobre el período entre el comienzo y el
fin de la Primera Guerra Mundial y el triste destino de su vapor ‘Mathilde’, que tras una pacífica y
esperanzadora estancia de 5 años en el puerto de Mahón, finalmente se perdió. En el informe dice:
“Viernes, 26 de Julio de 1914, salimos de Kiel hacia Borga (Finlandia), a donde llegamos el 30 de este
mes. Inmediatamente después de la llegada, fui recibido por el Director del Aserradero con la noticia del
asesinato del Archiduque de Austria el 28 de Junio en Sarajevo / Bosnia, con el comentario – bueno,
Capitán, ahora habrá guerra y Finlandia se librará del yugo ruso -. Tras recoger una carga parcial de
madera salí hacia Kotka (Finlandia) y completé allí en el puerto imperial la carga de madera para
Barcelona y Mahón (España). Durante el tiempo que estuvimos amarrados en Kotka, llegó una parte de
la flota rusa al puerto, y desde barcos escuela se llevaron a muchas tripulaciones nuevas a los barcos
grandes. En general todo tenía bastante pinta de tratarse de una movilización. A nuestra salida de
Kotka, prácticamente toda la flota rusa se hallaba al norte de Odensholm (Isla en el Golfo de Finlandia).
El paso Este-Oeste conducía a través del Skagerrak hacia el Mar del Norte. En el Canal se hallaban
grandes formaciones navales inglesas. Los barcos ingleses de guerra devolvían el saludo habitual con
las banderas a todos los barcos, menos a los barcos alemanes. Este hecho ya daba que pensar sobre la
situación política a mediados de Julio de 1914.
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LLegados a Barcelona, el 30 de Julio se descargó la carga parcial de madera destinada a esta ciudad.
La situación política se había agudizado entre tanto. De la compañía naviera en Flensburg recibí
instrucciones telegráficas de salir rápidamente hacia Mahón (Menorca). El mismo 30 de Julio por la
noche salimos de Barcelona y arribamos el 31 de Julio por la mañana a Mahón, donde el 3 de Agosto
terminamos de descargar la madera restante. La situación de guerra entre Francia y Alemania producida
el mismo día, no permitía volver a salir. Las autoridades portuarias ordenaron después de unos días que
se llevase el barco desde el puerto interno a Cala Figuera (puerto exterior), donde el ‘Mathilde’ se quedó
amarrado hasta el 10 de Julio de 1919.
Por orden de la Embajada Alemana se me comprometió, mientras durase la guerra, como Consejero del
Cónsul Alemán local, Juan F. Taltavull, y Jefe de la propaganda alemana, así como en el Servicio de
Información de los movimientos navales en el área de la isla de Menorca. Desde el principio de la
internación al estallar la guerra, primero toda la tripulación había permanecido a bordo. Sin embargo, a
finales de 1914, una parte de la tripulación del barco ya se había licenciado y quería intentar llegar hasta
Alemania. De casi todos oímos después que habían sido apresados por los franceses en el camino y
que habían estado en prisión. A principios de 1915 pude comprar, con la mediación de amigos
españoles, una embarcación de pesca en condiciones para navegar, con la que, una vez equipados
adecuadamente y con suficientes provisiones, el Primer Timonel E. Bruun, el Segundo Timonel Meier,
algunos otros hombres de mi tripulación y otros alemanes que habían llegado a Mahón procedentes de
Barcelona, comenzaron una aventurada travesía hacia Italia, entonces aún neutral, a donde llegaron
sanos y salvos y felices tras una travesía de aproximadamente ocho días, arribando a Civitavecchia, en
la costa oeste de Italia central.
Antes de la salida de la embarcación de Mahón, aún se produjo un pequeño suceso con la
administración de la Marina. El Capitán del Puerto del Arsenal de la Marina, Almanes, quería detener el
barco con los alemanes. Pero mientras que yo negociaba con el Capitán y alargaba la discusión para
ganar tiempo, la embarcación de pesca se había perdido de vista, al reinar un tiempo oscuro y lluvioso.
Aún se enviaron barcazas y botes de remos con soldados de la Marina del Arsenal, con la orden de traer
de nuevo a la embarcación huida. Pero sus intentos fracasaron y los alemanes habían conseguido
escapar. Como se supo después, el Primer Timonel se ocultó entretanto en una pequeña cala al sudeste
de la isla, a la espera de tener una oportunidad propicia para continuar el viaje. “
Estas sobrias palabras no sólo ocultan un capítulo prácticamente olvidado de la marina mercante
alemana, sino también un retazo de historia desconocido de la vida de Waldemar Herrnbrodt, del que no
gustaba hablar incluso hasta poco antes de su muerte.
Primero será necesario aclarar el concepto ‘internación’. El 14 de Noviembre de 1914 el Cónsul Alemán
en Lisboa envío una carta al Canciller Imperial, Sr. von Bethmann-Hollweg, cuyo contenido se cita aquí
en parte. El contenido solamente afectaba a los barcos alemanes en el puerto de Lisboa, pero era
aplicable a todos los puertos de los países neutrales, que no participaban en la guerra.
“...En el Puerto de Lisboa están anclados desde el principio de la guerra 34 vapores mercantes
alemanes...Todos estos barcos arribaron en un momento en el que no se podía hablar en absoluto de un
conflicto entre Alemania y Portugal. Si bien Portugal no ha declarado su neutralidad, los barcos han sido
tratados hasta ahora como en un puerto neutral. El Gobierno Portugués ha declarado en una ‘nota
officiosa’ comunicada a la prensa el 9 de Noviembre: ‘De los Artículos 1 a 5 del VI Acuerdo de La Haya
se deduce que...incluso en el caso de nuestra participación en la guerra, los barcos alemanes y
austríacos amarrados en nuestro puerto están confiados a nuestro cuidado, y que somos responsables
de los mismos hasta el fin de la guerra, así como que no pueden ser retirados por ninguno de los barcos
de las Potencias en guerra.’ Ahora bien, el primer Artículo del Acuerdo de La Haya del 18 de Octubre de
1907 dice acerca del tratamiento de barcos mercantes enemigos al estallar la guerra en un puerto
enemigo: ‘Si, al estallar la guerra, se haya un barco mercante de una de las potencias en guerra en un
puerto enemigo, se desea que le sea permitido partir libremente de forma inmediata o dentro de un plazo
suficiente que se le deberá conceder, para, provisto de un salvoconducto, dirigirse inmediatamente a su
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puerto de destino u otro puerto que se le indique.’ Según esto, en el caso de que Portugal entrase en
guerra, los barcos alemanes deberían poder partir con un salvoconducto a los puertos neutrales más
próximos, o sea en cualquier caso puertos españoles...”
Esta estancia involuntaria por la duración de la guerra en un puerto neutral, se considera “internación”.
A partir de documentos en poder de la familia así como de las declaraciones verbales de dos de sus
hijos, su hija Käte Kossow (92 años) y de su hijo Walter Herrnbrodt, fallecido ya a la edad de casi 93
años, ha sido posible averiguar algo más sobre esta etapa de la vida de Waldemar Herrnbrodt. También
ha podido aportar información la hija del que fuera el primer maquinista, Richard Abraham, la señora
Hanna Tedsen.
Una vez que los últimos miembros prescindibles de la tripulación del ‘Mathilde’ partieron hacia Italia en el
barco pesquero, cuatro hombres, el Capitán Waldemar Herrnbrodt, los maquinistas Richard Abraham y
Hermann Jessen así como el fogonero Peter Siemen, quedaron aún como tripulación de emergencia a
bordo del barco en Mahón hasta el fin de la Primera Guerra Mundial. Según declaraciones del Sr.
Deseado Mercadal, durante este tiempo el fogonero no tuvo más remedio que hacerse también cargo de
las tareas de cocina.
Para estos cuatro hombres, los primeros meses fueron más que duros. No solamente les pesaba la
incertidumbre sobre su futuro, sino que a estos hombres del Norte les resultó también muy difícil
acostumbrarse a la vida de estas latitudes del Sur. Tanto el clima, y por lo tanto, el desarrollo del día a
día, como la mentalidad de las personas que allí vivían, eran muy diferentes de lo que se correspondía
con su mentalidad y sus hábitos. Constantemente debían tener presente que cada uno de ellos debía
seguir cumpliendo con sus obligaciones a bordo, teniendo al mismo tiempo consideración con sus
compañeros. Esto requería que, cuanto más durase esta forzosa situación en tan poco espacio, mayor
fuese la disciplina que cada uno se imponía a si mismo. Al principio parece que fue aún más difícil, ya
que, según se desprende de su informe, hacía poco tiempo que Waldemar Herrnbrodt se había hecho
cargo de este barco, asumiendo el mando como Capitán. Por lo tanto, la tripulación estaba falta de esta
unión interna que hubiera sido necesaria para poder darse moral mutuamente.
Cada hombre tenía sus propios problemas y especialmente Waldemar Herrnbrodt hubiera necesitado
una palabra de ánimo. Sólo un año antes, en Junio de 1913, había fallecido, tras una larga enfermedad,
su primera esposa y madre de sus cinco hijos pequeños. La hermana soltera de ésta, Emma, se había
hecho inmediatamente cargo de sus sobrinos y sobrinas durante las continuas ausencias del padre,
debidas a su trabajo. En Junio de 1914 se había casado con ella, cuatro semanas antes de que la
guerra les separase de nuevo.
Entre los documentos que aún se hallan en poder de la familia se halla un poder general que Waldemar
Herrnbrodt firmó el 6 de Diciembre de 1914 ante el Cónsul Imperial, Juan F. Taltavull, en Mahón. Por
este poder, su mujer Emma, tenía la potestad de hacer en Alemania todas las gestiones en su nombre.
Se trataba de un preparativo muy importante para poder llevar a cabo su plan de traer a su familia a
España en el verano de 1915, pasando por Italia, que entonces aún era neutral. Algunos otros hombres
lo habían conseguido y ya se habían reunido con sus familias. Como contaba su hija Käte Kossow, los
cinco hijos ya estaban equipados con ropa más ligera, más apropiada para un clima suave, y ya se
había iniciado el trámite para abandonar la casa. Por entonces, Emma Herrnbrodt había tenido noticia a
través de conocidos de que la población italiana se había mostrado en parte muy opuesta e incluso
agresiva con los alemanes. No quería exponer a los niños a este riesgo y se lo comunicó a su esposo a
través de un intermediario que se hallaba en Génova.
La carta, en la que Waldemar Herrnbrodt expresaba su desilusión, la guardó su esposa hasta el fin de su
vida. Es la única carta personal que se ha conservado de aquella época y nos transmite la gran
desesperación que había asaltado a Waldemar Herrnbrodt. En ella dice:
“Mi querida y buena Emma:
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Ayer recibí un telegrama de Wilhelm Jensen – Génova. ‘Wife telegraphs negative reply!’ Esto significa
entonces que no vienes. Quien sabe cuando nos veremos. Quizás me vuelvas a ver un buen día en
uniforme, porque aquí ya no aguanto más, se destroza uno aquí en cuerpo y alma con esta eterna
monotonía.
En la oficina (se refiere a la compañía marítima en Flensburg; N. de la Autora) se creen que aquí se vive
maravillosamente y con gran alegría. Pero les he aclarado bien este punto y al mismo tiempo he
solicitado un aumento de la pensión o bien que me devuelvan lo que tengo que poner. Aún no he
recibido respuesta a este punto.
No se puede llegar muy lejos con la mitad de la paga. 200 marcos son para ti, el resto de 12,50 es para
seguros. No puedo gastar nada para no juntarme con deudas y tampoco gasto nada más que 10
céntimos para el periódico cada día y quizás algunos marcos al mes para mí, para leche o un café
cuando voy a la ciudad, y voy al cine con Pablo (¿su amigo Victori de Mahón? Nota de la Autora) y el
timonel. Seguro que no podría llevar una vida más tranquila y segura, pero no estoy engordando sino
más bien lo contrario...
En los últimos 10 días está haciendo un tiempo de perros. Viento, lluvia, granizo, calor y frío se alternan
visto y no visto. La población autóctona está casi toda enferma o se quedan en casa pasando frío, ya
que aquí no hay estufas y además los suelos son de piedra. La gente de aquí va toda envuelta como si
fueran de azúcar, y nosotros vamos sin abrigo.
Hoy es el cumpleaños del Emperador, así que izamos todas las banderas. La gente aquí es muy curiosa
y se preocupan, como también suele pasar mucho en otras ciudades, más de sus queridos vecinos que
de sí mismos. Creo que toda la ciudad sabe por la noche lo que hemos comido a mediodía; se cuenta
todo lo posible e imposible sobre los alemanes del vapor ‘Mathilde’. Por ej. que yo ya he perdido a dos
hijos en la guerra, que sólo me queda dinero para comprar provisiones para unas pocas semanas y que
luego tendremos que morirnos todos de hambre en el ‘Mathilde’ y muchas cosas más. Algunas veces
solo te puedes sorprender de la ingenuidad y simpleza de la gente. Quería haber hecho fotos del
‘Mathilde’ pero parece que el fotógrafo no tiene tiempo...”
A través del correo, que al principio aún funcionaba con normalidad, Waldemar Herrnbrodt había sabido
que su hermano mayor Johannes, Primer Maquinista del vapor ‘Irma Woermann’ de Hamburgo, había
corrido la misma suerte que él en Santa Cruz de Tenerife. Pero debido a las circunstancias especiales,
los hermanos sólo pudieron mantener contacto por carta. Con una tarjeta postal que le muestra como
alpinista, Johannes le desea a su hermano Waldemar el 31 de Diciembre de 1916 un “Feliz Año Nuevo”.
Pero ¿qué sucedió además en el largo período de casi 5 años, en exactamente 1802 días, llenos de
incertidumbre acerca del propio destino y de constante preocupación por la familia?
Impulsada por el deseo de saber más, rebusqué entre viejos documentos de la familia, en los
polvorientos expedientes del Archivo Político del Ministerio de Asuntos Exteriores de la República
Federal Alemana en Bonn e incluso hice un viaje a la isla de Menorca, lugar de los hechos. En Mahón
estudié en el ‘Ateneo’ todos los periódicos de la época en cuestión, buscando siempre alguna pieza del
mosaico que, unida a las demás, diera una imagen más clara. También esperaba encontrar en Mahón a
personas que con sus declaraciones o con documentos aún conservados me pudiesen ayudar. Mis
esfuerzos y mi empeño se vieron recompensados ampliamente, de manera que el breve informe de
Waldemar Herrnbrodt se pudo completar con amplitud.
En el archivo del Ateneo se hallan, bien ordenadas y limpiamente encuadernadas, todas las ediciones
de los periódicos publicados entonces LA VOZ DE MENORCA y EL BIEN PUBLICO, así como aquellos
en los que se informaba de la presencia del vapor alemán ‘Mathilde’ en el puerto de Mahón.
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Del informe de Waldemar Herrnbrodt se desprende que uno de los cuatro marineros alemanes no
regresó a Alemania tras el fin de la desafortunada guerra. El fogonero, Peter Siemen, permaneció en
Mahón, donde pronto se le conocía en toda la ciudad bajo el sobrenombre ‘Pedro del Gas’. Una
auténtica suerte fue poder hallar incluso a un testigo directo, el Sr. Deseado Mercadal-Bagur. Cuando
visité a este hombre de 89 años en la calle San Elías 26 de Mahón, me sorprendió encontrar a un
hombre tan afable, alegre y dispuesto, que con una impresionante actividad y una frescura mental
sorprendente, y que contando con unos conocimientos increíblemente amplios, aún escribe artículos
para el ‘Diario Insular de Menorca’.
Tras una conversación larga y muy interesante que mantuvimos en francés, el Sr. Mercadal me informó,
obviamente muy conmovido por este tema, de que de niño había visto al vapor ‘Mathilde’ con sus
propios ojos en el puerto de Calafiguera. Aunque entonces, a los 8 años, no tuvo oportunidad de hablar
personalmente con el Capitán Waldemar Herrnbrodt, seguía conservando hasta hoy un gran cariño por
aquel barco, lo que le había movido a escribir en el pasado varios artículos sobre el ‘Mathilde’ (véase
bibliografía). Pero este cariño que conservaba por este vapor alemán no se puede atribuir solamente a
una juvenil ilusión de conocer el mundo, sino más bien al hecho de que, si bien el Sr. Mercadal no
conoció al Capitán, si que conocía al fogonero del ‘Mathilde’, Peter Siemen, alias Pedro del Gas, a quien
aún hoy, más de ochenta años después, sigue llamando su amigo inolvidable. El chaval se entendía
bien con él, hablaban de todo y pescaban juntos. De esta manera, Pedro podía enriquecer las vituallas
algo monótonas del barco. Por las mañanas trabajaba en el 'Mathilde’ y después, una vez terminado su
servicio, trabajaba en la fábrica de gas. Para ello solamente necesitaba recorrer una corta distancia
entre el barco y la fábrica de gas, situada justo enfrente. Cuando el barco tuvo que ser entregado a los
franceses en Julio de 1919, Pedro se trasladó a una vieja caseta medio derruida, situada en los terrenos
de la fábrica de gas. Parece que siempre fue un hombre sencillo, humilde y amable que decidió
permanecer en Mahón, o sea lejos de la patria, para encontrar tranquilidad y paz bajo el cálido sol del
Sur.
Deseado Mercadal se vio obligado (según J.J. Jordi) a abandonar la isla de Menorca durante muchos
años por sus ideas políticas. En el crucero inglés ‘Devonshire’ con el que el 9 de Febrero de 1939
quisieron huir hacia Marsella (Francia) otros 451 habitantes de Menorca que eran republicanos, ya no
había sitio para él y su familia. Afortunadamente, él y otros refugiados políticos que huían en el último
momento, pudieron escapar con una barca de pesca en una peligrosa travesía, con Argelia como primer
destino. Dado que el alcalde no quiso acoger a los ‘rojos’, el viaje continuó hacia Archeles-sur-mer.
Cuando el nacionalsocialismo se extendió también a Francia y sus colonias, los refugiados tuvieron que
pasar muchos años en un campo de concentración. En 1942 fueron liberados por los americanos.
Cuando Deseado Mercadal, que primero aún vivió varios años en Barcelona, volvió a Mahón, las cosas
habían cambiado mucho por allí. Tampoco pudo hallar con vida a su querido amigo Pedro del Gas. En
un accidente sufrió graves lesiones de las que no pudo recuperarse y a consecuencia de las cuales
murió finalmente el 14 de Abril de 1960. Se le enterró en el cementerio de Mahón, donde D. Francisco
Hernández Escrivá, entonces Director de la fábrica de gas, le compró una sepultura que aún se sigue
cuidando. Así, Peter Siemen, descansa en la tierra que durante muchos años sustituyó a su patria y le
transmitió paz y seguridad. Sin embargo, en la memoria de Deseado Mercadal ‘Pedro del Gas’ sigue
vivo hasta hoy.
El segundo acontecimiento esperado y muy agradable para mí, fue un encuentro que me arregló D.
Xavier Seguí Puntas (Director del ‘Diario Insular de Menorca’) con Doña Pilar Gómez de Tejada. Es la
nieta de aquel hombre que se convirtió en un apreciado y buen amigo de Waldemar Herrnbrodt durante
su estancia en Mahón, D. Juan F. Taltavull, que entonces era el Cónsul Imperial Alemán en Mahón. Esta
amistad se mantuvo incluso durante muchos años a pesar de la separación de estos hombres. El
encuentro con la Señora Gómez tuvo lugar en su casa de la Calle Infanta, 25, que está situada justo
enfrente del que fuera entonces el edificio consular, el lugar de trabajo de nuestros abuelos. Este
encuentro, al que amablemente asistió el Sr. Lothar Pabst, un escritor alemán muy conocido en Mahón y
sus alrededores y quien se prestó a ayudar como intérprete, fue una gran experiencia para mí. Por
primera vez tenía en mis manos una fotografía del tan mencionado Juan F. Taltavull, con cuya vida
llevaba ocupándome ya muchos meses, sin saber cual era su aspecto. Y luego esta visita se convirtió en
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un maravilloso viaje al pasado, cuando la Sra. Gómez nos invitó a visitar su Finca ‘Santa Ponsa’ en
Alaior. Allí entré en las mismas habitaciones, aspiré el mismo aire que mi abuelo, Waldemar Herrnbrodt,
ochenta años antes, cuando estaba en la magnífica propiedad de la familia Taltavull como huésped
suyo. Fue una idea que me hizo muy feliz. Muy contenta y agradecida acepté la oferta de la Señora
Gómez de visitar a continuación juntas la tumba de Juan F. Taltavull en el cementerio de Mahón.
Resultó una experiencia impresionante, informativa e interesante, dado que así tuve acceso a imágenes
que no habría conseguido de ninguna otra manera.
Una tercera coincidencia, también inesperada, me condujo en el edificio del ‘Diario Insular de Menorca’ a
un encuentro con la Señora Margarita Caules. Su abuelo, Jaime Caules-Taltavull, se dedicaba al
desguace de barcos en el puerto de Mahón cuando el ‘Mathilde’ estaba en Calafiguera. Sentía una gran
simpatía por el capitán del Norte de Alemania y decidió enseñarle los sitios más bellos de Menorca.
Siempre que el tiempo se lo permitía, estos dos hombres, viajaban en un carro de caballos por la isla
para disfrutar juntos de la maravillosa naturaleza y las impresionantes construcciones antiguas de la isla.
Jaime Caules-Taltavull le contó estas historias a su hijo, quien a su vez se lo transmitió a su hija
Margarita. Solamente así pude conocer la amistad entre estos dos hombres.
Cuanto más me ocupaba con el episodio menorquino, más podía entender por qué, a pesar de los
problemas iniciales en la adaptación, a Waldemar Herrnbrodt finalmente le resultó tan difícil abandonar
este pequeño paraíso tras casi cinco años. Debía estar fascinado de la hospitalidad y del amor al
prójimo tan desinteresado y cristiano de los habitantes de Mahón. Menorca se convirtió en los años de
su estancia en un oasis de paz y de agradable convivencia con buenos amigos, hasta que un día, los
sucesos le arrancaron violentamente de este idilio, devolviéndole a la realidad. A pesar de toda
comprensión de la necesidad y de todo entendimiento de la razón, debió resultarle muy doloroso.
Posiblemente para no herir a su familia, en toda su vida no escribió mucho sobre estos bonitos cinco
años en Mahón.
Pero también para otro hombre, la partida de Waldemar Herrnbrodt debió significar una pérdida, su
mejor amigo Juan F. Taltavull. Este nació el 8 de Abril de 1861. Como se desprende de la
documentación del Ministerio de Asuntos Exteriores, el Comerciante Juan F. Taltavull y Galens fue
nombrado tercer Cónsul Imperial Alemán en Mahón en 1900, a instancias del muy influyente Archiduque
austriaco Ludwig Salvator. Durante su mandato incluso tuvo el honor de saludar en los años 1904 y
1905 al emperador Alemán Guillermo II, quien le agradeció el honroso y amable recibimiento del que
había sido objeto con la entrega de un alfiler de brillantes. Posteriormente, el cónsul recibió además la
Orden Prusiana de cuarta clase. El 1 de Diciembre de 1930, el Ministro Alemán de Asuntos Exteriores,
Dr. Curtius, mandó que se le entregara por sus 30 años de fiel servicio como Cónsul Alemán, un escrito
de felicitación y una caja de puros. Guillermo II aún se acordaba de él con afecto en su exilio holandés y
no perdió la oportunidad de felicitarle. Desgraciadamente, Juan F. Taltavull murió sólo un año más tarde,
el 2 de Diciembre de 1931, inesperadamente y como consecuencia de un ataque de apoplejía.
Antes de ser nombrado Cónsul Alemán, Juan F. Taltavull ya había sido agente consular austro-húngaro
en Mahón. El Archiduque Austríaco Ludwig Salvator visitaba frecuentemente su casa, siendo un
huésped bien recibido, quien además estaba enamorado del archipiélago balear. Más tarde escribiría
una obra amplia y muy informativa sobre sus habitantes, su historia y cultura, obra que abarcaba varios
tomos, ricamente ilustrados.
Al igual que su padre, Juan F. Taltavull era un hombre de negocios muy emprendedor. La actividad en
su oficina naviera así como los varios cargos honoríficos que ostentaba, le ocupaban tanto, que muchas
veces tenía que ausentarse por negocios. En estos casos, hasta entonces había tenido que pedir al
Cónsul Inglés que se ocupase de sus asuntos oficiales en su ausencia. Dado que éste no tenía ningún
conocimiento de alemán, frecuentemente se producían situaciones molestas. Debido a la presencia de
Waldemar Herrnbrodt en Mahón por el estado de guerra, el problema de la representación quedó de
pronto solucionado a satisfacción de todos. Debido a sus frecuentes estancias en puertos españoles,
dominaba bastante bien el español y además tenía muy buena letra. Durante su comisión en el
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Consulado Alemán de Mahón, tuvo que asumir frecuentemente las obligaciones consulares de Juan F.
Taltavull, tal y como muestran los documentos que guarda el Ministerio de Asuntos Exteriores.
El hecho de que el Cónsul pudiera confiar plenamente en su nuevo colaborador fue una de las bases de
la buena colaboración. Solamente esta relación de confianza hizo posible que una parte de la tripulación
del vapor ‘Mathilde’ pudiese huir a principios de Mayo de 1915 hacia Alemania, pasando por Italia. Es
muy posible que el Cónsul Taltavull colaborase en conseguir y equipar el barco de pesca necesario.
Estos dos hombres se sentían unidos por una circunstancia muy especial y triste, ya que ambos habían
sido golpeados hacía poco tiempo por el destino. Doña María Saura Mora de Taltavull había fallecido el
18 de Abril de 1914, es decir, sólo tres meses antes, a la edad de 53 años, dejando a su esposo y a sus
cuatro hijos desconsolados. Waldemar Herrnbrodt había perdido un año antes a su esposa de sólo 37
años de edad, fallecida a causa de tuberculosis, una enfermedad que entonces aún se producía con
frecuencia. Waldemar Herrnbrodt se tomaba muy en serio las tareas encomendadas y cumplía de
manera escrupulosa y con diligencia todas sus obligaciones consulares. El archivo político del Ministerio
de Asuntos Exteriores contiene muchos documentos escritos a mano por Waldemar Herrnbrodt, en parte
firmados por él mismo, que nos dan una idea de la variedad de tareas que le ocuparon a lo largo de los
años en Mahón.
Sólo un día después del comienzo de la Guerra, el 4 de Agosto de 1914, la Embajada Imperial Alemana,
que entonces aún tenía su sede en San Sebastián, envió por orden del Gobierno en Berlín un despacho
con la nota ‘secreto’ a todos los consulados alemanes en España. Entre otras cosas dice:
“...ruego amablemente que toda la información creíble que se reciba por la prensa u otros medios sobre
los movimientos de tropas y de marina francesa, inglesa y rusa así como los sucesos políticos que
afecten a estos países se comuniquen a la Embajada Imperial lo antes posible por vía segura, o sea no
telegráfica.
Fdo. M.R.”
(Maximilian v. Ratibor; Nota de la Autora).
El Príncipe Maximiliano de Ratibor y Corvey (nacido el 09.02.1856 en Berlín) se convirtió en Embajador
Imperial Alemán en España el 16 de Marzo de 1910. Era, antes del Cónsul General de Barcelona, el
máximo responsable de todos los cónsules alemanes en España. A sus 54 años era un hombre muy
correcto, pero tenía un gran sentido del humor. Sus notas escritas al margen de algunos documentos
archivados en el Ministerio de Asuntos Exteriores me divirtieron mucho, pero también me transmitieron
un gran respeto por su rectitud de carácter. Esta interesante correspondencia fue la base de una parte
considerable de mi documentación. Para el Príncipe Maximiliano se convirtió en realidad aquel deseo
que en otros tiempos se le expresaba a los embajadores extranjeros en China al asumir su cargo: “Que
viva Ud. tiempos interesantes”. Prestó sus servicios hasta el 22.12.1918 y fue licenciado cuando abdicó
el Emperador Alemán. Falleció el 12.1.1924 en Sterz, Baviera.
El 13 de Agosto de 1914, Juan F. Taltavull mandó enviar un despacho secreto a la Embajada Alemana.
Estaba redactada en perfecto alemán y decía:
“Recibí su atento escrito del 4 de este mes y he tomado nota del contenido del mismo. No dejaré de
enviarle cualquier noticia al respecto en cuanto la reciba.”
El mismo día envío otro despacho secreto con el siguiente contenido:
“El 7 de Agosto ha llegado al puerto un barco mercante inglés “Greenoch”, Capitán Greenolm P. Madins,
de Cardiff y Gibraltar, con 2000 toneladas de carbón de carga. Se dice que está destinado a la flota
inglesa y que se esperan ordenes al respecto. El Capitán ha declarado que ha sido obligado por el
enemigo a buscar refugio en un puerto neutral.”
-9-
El 14 de Agosto el Cónsul de la Embajada Alemana comunicaba que en el Puerto de Mahón se hallaban
atracados los siguientes barcos de guerra españoles:
El crucero ‘Pelayo’, un destructor de torpederos y cuatro torpederos.
El 17 de Agosto de 1914 se envió otro despacho secreto a la Embajada Alemana:
“El mercante ‘Greenoch’ llegado el 7 de este mes desde Gibraltar con 2000 toneladas de carbón, ha
salido el 15 de este mes hacia Malta. El Comandante de la Marina de aquí ha recibido órdenes del
Gobierno de procurar suficientes amarres en el puerto de Mahón, y sospecha que están destinados a los
barcos alemanes, que en la actualidad están mal amarrados en Gibraltar (aprox. 60 barcos).”
Despacho secreto del 20 de Agosto de 1914: “Por la presente le informo que el Vicecónsul Inglés de
Barcelona llegó aquí ayer por la mañana. Tras una conferencia confidencial con el Vicecónsul (inglés) de
Mahón, siguió por la noche hacia Palma. En los amarres del puerto de Mahón, el Gobierno Español ha
almacenado provisiones y munición para seis meses.”
Despacho secreto del 9 de Septiembre de 1914:” El Capitán del vapor español ‘Bellver’, que tramita la
correspondencia entre las Baleares y Barcelona, ha declarado hoy que, de camino entre Mahón y
Barcelona ha sido detenido por un crucero francés y que un oficial francés subió a bordo del barco
español para ver asegurarse de que no había alemanes a bordo, a quienes hubiera detenido. El vapor
solamente transportaba pasajeros españoles y continuó su viaje. El 5 de este mes llegó a este puerto el
crucero ‘Marqués de la Victoria’ con munición para la fortaleza. El día 7 el destructor de torpederos
‘Osado’ ha abandonado Mahón con destino a Barcelona.”
El 24.09.1914 el Embajador Alemán solicitó en una circular a los Consulados Alemanes de todas las
ciudades portuarias españolas que le comunicasen lo antes posible qué vapores alemanes estaban
fondeados en cada puerto, indicando al mismo tiempo el nombre de las correspondientes navieras. Con
estos datos se pudo elaborar en Octubre de 1914 una lista de todos los barcos alemanes amarrados en
puertos españoles desde el principio de la guerra (62 barcos). Bajo el número 39 está registrado también
el vapor ‘Mathilde’ de Waldemar Herrnbrodt, bajo el número 47 el vapor ‘Irma Woermann’ con el que su
hermano Johannes se hallaba en las Islas Canarias. Una lista complementaria citaba los 53 barcos
alemanes que se hallaban al mismo tiempo en puertos portugueses.
Cuanto más duraba, más dura se iba haciendo la Guerra. El 22 de Marzo de 1915, el Consulado
General en Barcelona se vio forzado a dar a conocer la siguiente circular al Embajador Alemán que
había sido enviada a los Consulados Alemanes de todas las ciudades portuarias españolas:
“Con el fin de que la Marina Imperial Alemana pueda supervisar mejor el suministro de contrabando de
guerra a los países enemigos, ruego que se informe al Embajador Imperial en Madrid hasta el fin de la
guerra o hasta nuevo aviso y en cuanto sea posible de todos los barcos que partan o vaya a partir de un
puerto de la zona en cuestión hacia un puerto de Europa, exceptuando España, Portugal e Italia. Las
investigaciones se deberán hacer de manera discreta. Si sólo se pueden hacer con pérdida de tiempo,
no tendrán mucho sentido...”.
El 13 de Abril ya fue necesario revocar esta circular, porque las notificaciones escritas llegaban
demasiado tarde a la Embajada y su objeto quedaba cuestionado. Tampoco eran admisibles las
comunicaciones telegráficas no codificadas. En vez de ello, se solicitó a los consulados portuarios que
informasen al Embajador Imperial inmediatamente que se observasen barcos mercantes ‘enemigos
armados’.
De esta manera, el Consulado Imperial Alemán en Mahón, recibió una nueva tarea, de cuyo
cumplimiento era responsable el Capitán Waldemar Herrnbrodt. Su primer informe escrito por él a mano
y firmado por el Cónsul Taltavull del 29 de Abril de 1915 decía:
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“El 23 de este mes arribó el vapor ‘Beryl’ con bandera americana, sin indicación de su puerto de origen.
El barco tiene aprox. 1000 toneladas de desplazamiento, 2 mástiles altos, 1 chimenea amarilla, proa de
velero, por fuera la borda está pintada de negro con paso en amarillo. Tiene a cada lado 3 barcas de
color marrón claro y también una barca motora a cada lado. La tripulación llama la atención por su alto
número y también parece haber cargamento en el barco. Dado que el barco parece sospechoso en
cualquier sentido, ha sido observado de cerca por este capitán y sus oficiales, y se ha detectado sin
lugar a dudas que se trata de un inglés camuflado. La correspondencia escrita por la tripulación iba
dirigida sin excepciones a Glasgow y alrededores, una carta a Yachtchandler – Gibraltar. Le comuniqué
al comandante del puerto local mis observaciones, y sospecho que a instancias de éste el inglés ha
tenido que partir, ya que tenía previsto salir el 1 de Mayo pero abandonó el 28 de Abril el puerto a las 12
del mediodía de manera inesperada y con destino desconocido. El yate estuvo más de 14 días en
Palma, cargó carbón y aquí también 50 toneladas. Antes de llegar a este puerto, el barco rodeó
Menorca. Aparte del Cónsul Inglés, nadie obtuvo permiso para subir a bordo. A mi entender se trata
como mínimo de un barco espía inglés bajo bandera americana. No se ha podido comprobar si había
algún proyectil escondido. Para su información.”
La Embajada Alemana recibió desde Palma de Mallorca una carta el 1.9.1916 a la que se adjuntaban
recortes de periódico sobre el encuentro del vapor ‘Menorquin’ de Mahón con un submarino de
nacionalidad desconocido, así como sobre el hundimiento de un velero italiano en la costa norte de
Mallorca. Estos incidentes no fueron sucesos aislados, cada vez con mayor frecuencia se hundían
también barcos de la neutral España. Estos hechos iniciaron vivas discusiones acerca de cómo se
podría evitar la repetición de tan serios incidentes.
Con un escrito de fecha 26 de Marzo de 1917, el Cónsul Taltavull respondió a una pregunta de la
Embajada Alemana, dirigida a todos los Consulados Alemanes en España:
“En respuesta a su envío del 16 de este mes I. No. 3110, le comunico a Su Excelencia por la presente
que en mi área se hallan tres alemanes imperiales con documento de identificación, aparte de los cuatro
alemanes imperiales que pertenecen a la tripulación del vapor ‘Mathilde’. Si éstos últimos necesitan de
una matrícula (carnet para algunos ciudadanos alemanes con posición especial en España; Nota de la
Autora), le ruego que Su Excelencia me lo comunique.”
Sobre la misma carta, el Embajador contestó el día 3 de Abril de 1917 a mano:
“Por razones prácticas parece aconsejable que la tripulación del vapor ‘Mathilde’ reciba un carnet del
Consulado Imperial. De qué manera se deberá extender el mismo deberá decidirlo el Consulado Imperial
General de Barcelona. El decreto No. 3110 de fecha 16 de Marzo se ocupa solamente de aquellos
ciudadanos del Imperio para los cuales, según el Art. 12 del Decreto se deba solicitar un carnet especial
del Ministro del Estado por mediación de la Embajada Imperial. Para ello no cuenta el distrito consular
de allí.”
Tras numerosos escritos menos relevantes, dirigidos al Consulado General en Barcelona, encontré
también una carta de interés histórico, dirigida a la Embajada Imperial en Madrid. Con esta solicitud
personal, Waldemar Herrnbrodt consiguió para el Director del periódico ‘Heraldo de Menorca’ una ayuda
mensual de 200 Ptas., para facilitar que continuase su publicación. En la carta de fecha 14 de Abril 1917
dice:
“El periódico ‘Heraldo de Menorca’ es la única publicación local que es realmente favorable a los
alemanes y sería un perjuicio para los intereses alemanes que este periódico se hundiese. La
importancia del periódico es solo local para Menorca, pero aquí es muy importante para contrarrestar el
acoso de nuestros enemigos. El Director, Señor A. Roca, me comunica que para mantener con vida a su
periódico necesita una ayuda mensual de 200 Ptas. como mínimo. Incluyendo esta suma, él y algunos
de sus ayudantes trabajan sin ningún beneficio, pero solo por los intereses alemanes prescinde de sus
propias ganancias con tal de no tener que cerrar el periódico. En breve les enviaré una carta del Sr.
Roca relativa a este tema.
- 11 -
El Cónsul Imperial
Fdo. por orden Waldemar Herrnbrodt
La respuesta a este escrito de fecha 18 de Abril, dice:
“En respuesta a su amable informe de fecha 14 de este mes le comunico que hasta nuevo aviso estoy
de acuerdo con apoyar al periódico ‘Heraldo de Menorca’ con un importe de 200 Ptas. – doscientas
Pesetas – mensualmente, por la duración de tres meses. El importe para el primer mes se adjunta. Se
solicita recibo. Ruego me informe brevemente sobre el desarrollo del periódico.
Otra carta escrita manualmente por Waldemar Herrnbrodt el 28 de Abril de 1917 y firmada por el Cónsul
Alemán explica:
“Ha llegado a mi poder su atenta carta de fecha 18 de este mes con las 200 Ptas. adjuntadas. He
entregado la mencionada suma al Director del ‘Heraldo de Menorca’, Sr. A. Roca, adjuntando recibo. El
Sr. Roca se alegra mucho de su bondadosa ayuda y le transmitirá su agradecimiento en una carta
personal. Sobre el desarrollo del periódico le informaré de cuando en cuando.”
Pero incluso las ayudas imperiales no pudieron salvar a este periódico ‘monárquico’, publicado desde el
03.04.1916, del Sr. Antonio Roca Vares, quien a la vez era Vicecónsul danés. Dejó de publicarse el
30.03.1918. El Sr. Roca falleció en 1925.
Además existen algunas cartas más escritas a mano por Waldemar Herrnbrodt así como recibos
firmados por él sobre ayudas mensuales por importe de 200 Ptas. al periódico ‘El Bien Público’.
No pude encontrar ningún documento sobre una ayuda al periódico que también se publicaba en
aquellos días ‘La Voz de Menorca’. Puede ser porque la tendencia política de sus artículos no era del
agrado del Emperador Alemán. Este periódico continuó publicándose tras el fin del gobierno imperial
bajo el nombre ‘El Liberal’.
El Cónsul Alemán Taltavull compartía plenamente la simpatía de Waldemar Herrnbrodt por la casa
imperial alemana. Taltavull estaba muy orgulloso de que había podido saludar dos veces al Emperador
Guillermo II en los años 1904 y 1905.
Los informes dirigidos por Waldemar Herrnbrodt a la Embajada Imperial en Madrid queda registrada en
muchos otros documentos. Uno de ellos que data del 6 de Julio de 1917 dice lo siguiente:
“Como me ha comunicado una persona de confianza, desde Mallorca está teniendo lugar, desde la zona
de Alcudia y otras localidades, una gran exportación de patatas, legumbres y otros alimentos, en
pequeños veleros hacia la costa del sur de Francia. Las embarcaciones en cuestión cargan en la costa y
parten sin documentos o bien con documentos falsificados. Prácticamente a diario están saliendo las
embarcaciones desde allí, dando a entender que parten hacia la península ibérica. La misma persona
me ha informado que, últimamente, muchos vapores enemigos, sobre todo franceses, procedentes de
Barcelona, se dirigen hacia Cabo Formentor (Mallorca), manteniéndose muy cerca de la costa hasta el
Cabo Salinas y tomando desde allí curso a Argelia. Estos vapores viajan siempre sin carga o con poca
carga y llegan a Mallorca temprano por la mañana, o sea que hacen el trayecto desde la península
durante la noche, en cualquier caso para hacer creer que se trata de barcos correo españoles que se
dirigen a las Baleares. Nada más puedo informar desde Menorca más que por el Este cada 8 ó 10 días
parte un vapor cargado hacia el Norte, pero siempre por la noche, como me han contado algunos
pescadores conocidos. Si el submarino que en la noche del 30 Junio se hallaba a 4 millas marinas de
Isla den Colom hubiera viajado hacia el oeste en vez del este, hubiera podido interceptar a un gran
vapor cargado que pasó al amanecer hacia el Norte. En los vapores españoles salen desde aquí
- 12 -
muchas reses y ovejas, también algunos caballos y mulas hacia Barcelona y Palma. Me han asegurado
que la mayor parte de estos animales están destinados a Francia.”
Tanto el 14 como el 15 de Diciembre de 1917 se hace una comunicación breve acerca de que en la
noche el crucero auxiliar ‘Bacchante’, armado con tres modernos proyectiles de 7,5 cm había arribado al
puerto de Mahón y que no había abandonado de nuevo el puerto después de 24 horas. El comandante
del puerto había respondido a la protesta presentada por el Cónsul Alemán que el barco estaba
averiado.
El 20 de Diciembre el teniente de Marina Steffan hizo una comunicación a la Embajada Alemana en
Madrid, algo diferente, recibida de su informador:
“Respecto al crucero francés ‘Bacchante’ quiero dar alguna explicación no oficial. Dicho barco llegó el 12
de Diciembre a las 7 de la tarde con el fin de acompañar al vapor griego ‘Petros’ a Marsella. Partió con el
mismo a las 11, pero debido al viento Norte volvió a las 2 de la mañana del día 13 de Diciembre,
anclando en el puerto exterior. Como allí no se daban las condiciones adecuadas para cargar agua y
víveres, a las 4 de la tarde del mismo día se dirigió hacia el puerto interior, donde amarró. Nadie ha
hablado de daños y tampoco los ha visto nadie. La misma tarde del 13 de Diciembre, el capitán del
puerto le aseguró al Cónsul que el barco debía abandonar el puerto en el plazo de 24 horas, y al día
siguiente le escribió oficialmente al Cónsul que el barco sufría daños serios, partiendo cuando los
arreglase. Por lo tanto, durante casi 24 horas estuvo un barco de guerra enemigo en el puerto y el
capitán del puerto no sabía nada de daños, pero al día siguiente, tras la protesta del Cónsul (y como las
condiciones climáticas no eran favorables para el convoy), fingió que había averías. El 13 y 14 el
crucero cargó mucho agua y provisiones; el 15 temprano salió a la mar con el barco griego, al mejorar el
tiempo. El barco griego hace continuamente viajes entre Argelia y Francia. En los últimos meses ha
pasado varias veces por Ciudadela.
Fdo. Waldemar Herrnbrodt
Anexo a este escrito se remitía un recorte del periódico ‘El Heraldo de Menorca’ de fecha 15.12.17: “En
las primeras horas de la mañana de hoy y habiendo reparado sus averías, se ha hecho a la mar el vapor
griego ‘Petros’ escoltado por el yate ‘Bacchante’ de nacionalidad francesa, armado, que vino a nuestro
puerto hace unos días, solo con el indicado objeto. El torpedero de nuestra Marina de Guerra número 16
ha salido antes que los citados barcos, escoltándolos durante su permanencia en las aguas
jurisdiccionales españolas.”
Dado que el suceso descrito representaba una violación de la neutralidad española, el Embajador
Alemán M.R. reaccionó con la correspondiente fuerza, escribiendo al Cónsul Alemán en Mahón el
31.12.1917:
“Según un informe del Capitán W. Herrnbrodt, el crucero francés ‘Bacchante’ que permaneció en ese
puerto entre el 12 y el 15 de Diciembre fingió tener averías a resultas de su protesta, averías de las que
las autoridades portuarias no tenían noticia cuando Ud. les visitó, es decir casi 24 horas después de la
llegada de dicho crucero al puerto. Le ruego tenga la bondad de informar detalladamente sobre este
suceso, ya que en caso necesario, tengo la intención de presentar una protesta adicional. Para el futuro
ruego que en estos casos se me informe lo antes posible con detalle, aparte del aviso telegráfico
habitual.”
El 22 de Enero de 1918, el Cónsul Taltavull redactó la siguiente respuesta a su Embajador:
“Tengo el honor de corresponder a su comunicación de fecha 31 Diciembre próximo pasado,
manifestándole que después de adquiridos los datos oportunos resulta que el vaporcito francés armado
de crucero ‘Bacchante’ hizo en esta ciudad pequeñas reparaciones en la máquina, especialmente en las
válvulas, así como corrigió también alguna avería que tenía también en la caldereta auxiliar, esto es todo
lo que me ha manifestado el Jefe de taller que atendió a dichas reparaciones.
- 13 -
Dios guarde a V.E. muchos años.”
Hoy en día ya no hay forma de comprobar la realidad de los hechos. En cualquier caso, con esta
declaración el caso quedó archivado. Pero después comienza, tal y como se desprende de los Archivos
del Ministerio de Asuntos Exteriores, un capítulo de la historia de la Embajada Alemana en España,
marcado por la intensidad de trabajo.
Ya en el año 1917 se intuía el fin de la guerra. En aquellos momentos, más que nunca, era importante
mantener el ánimo de la gente mediante pequeños reconocimientos. Por lo tanto, se repartieron primero
a discreción algunas medallas a aquellas personas, cuya buena voluntad resultaba importante y útil al
gobierno. Pero ello causó envidias entre aquellos que se consideraban desfavorecidos por este trato. Su
contenida protesta se expresaba primero en educadas conversaciones con personalidades influyentes,
en ocasiones relacionadas con asuntos oficiales. Dado que estos señores veían que se les venía encima
una avalancha de desagradables casos de este tipo, propusieron al Gobierno de Berlín la creación de
una medalla al mérito por ayuda en tiempos de guerra que se concedería a civiles. Se aceptó la
propuesta, lo que desencadenó otra avalancha que se fue desplazando hacia el Consulado Imperial en
Mahón en forma de un montón de trabajo burocrático que requería mucho tiempo.
Primero se remitió un decreto que el Embajador Imperial envió el 16 de Enero de 1918 a todos los
Consulados Alemanes en España, incluyendo Tetuán y Larache (ambos en Marruecos) y que tenía el
siguiente contenido:
“El Ministerio de Asuntos Exteriores ha aceptado, a solicitud mía, que le presente listas de propuestas
para la concesión de la medalla al mérito por ayuda en tiempos de guerra, debiendo proponerse unos 20
nombres cada 6 semanas. La lista puede incluir tanto funcionarios como personas privadas, también
mujeres. Se admiten ciudadanos de países aliados, no así los ciudadanos de otros países. Sin embargo,
a estos últimos se les tendrá en cuenta más adelante. Se indicarán el nombre y apellido, la edad, la
dirección y posición de las personas. Tengo intención de presentar primeramente a las personas
privadas, dejando a los funcionarios para el final. Ruego por tanto, que me indiquen los nombres de las
personas en cuestión en su área, que durante la guerra hayan prestado grandes servicios, sobre todo
gratuitamente, en interés del Imperio, de manera que parezcan merecedores de la concesión de una
cruz al mérito. Le ruego que al nombre de cada persona privada se le adjunte una explicación de la
propuesta. A este efecto, el orden de los nombres debería corresponder al orden de los servicios
prestados, ya que no sabemos si el Ministerio del Exterior aceptará todas las solicitudes. Por supuesto
se admite complementar las listas posteriormente.”
Este decreto fue el que inició la mencionada avalancha. Se presentaron listas sobre listas que al
principio solo incluían 20 nombres, pero que poco a poco se fueron haciendo más amplias. Aquellos
Cónsules que no creían tener en su área a ninguna persona merecedora de tal distinción, simplemente
hacían un listado de sus propios méritos, indicando su propio nombre.
Pero el Embajador Alemán siempre tenía una respuesta amable pero firme para todas las propuestas
que le resultaban inaceptables. Todos los casos un poco ‘flojos’ los pasaba directamente a la Cruz Roja
Alemana, ya que se trataba casi siempre de casos de buenas acciones por parte de algunas señoras y
algunos caballeros de la buena e influyente sociedad. De estos asuntos secundarios, que entonces
naturalmente no se consideraban tales, tenía que ocuparse personalmente el Embajador día a día
durante meses, debido a lo explosivo del tema. No pasaba un día en el que no se le presentaban
problemas imprevistos, y seguro que muchas veces habría cambiado su honorable puesto por otro
menos honorable pero más tranquilo.
Pero sobre todo, el Embajador se veía obligado ahora más que nunca a ponderar cuidadosamente todas
las consecuencias de sus actos oficiales, para no perjudicar a los distinguidos con las condecoraciones.
Esto se desprende de una pequeña nota de aspecto insignificante que dirigió el 5 de Junio de 1918 al
Cónsul General de Barcelona:
- 14 -
“Ruego a Su Excelencia que haga saber de manera confidencial a los redactores de ‘Deutsche Warte’ y
‘Deutsche Zeitung für Spanien’ que no se desea que se publiquen en la prensa los nombres de las
personas distinguidas con la medalla al mérito civil.”
El 29 de Enero de 1918, el Cónsul Taltavull también presentó su lista de propuestas a la Embajada en
Madrid, a través del Cónsul General en Barcelona. La hallé entre los documentos archivados en el
Ministerio de Asuntos Exteriores. A juzgar por la extraña mezcla de español y alemán utilizada y debido
a que Waldemar Herrnbrodt toda su vida gustó de escribir en papel cuadriculado, parece haber sido
redactada por éste. Dice así.
“Tengo el honor de corresponder a su comunicación No. 432 fecha 16 del actual. Con el carácter privado
como reservado me honro en informar a V.E. que los súbditos alemanes que en esta Isla se han
distinguido con la propaganda en favor de Alemania son los siguientes:
1.
Waldemar Herrnbrodt, nacido el 18.6.1871, Laboe bei Kiel, Capitán vapor ‘Mathilde’, naviera H.
Schuldt
Flensburg.
Residencia
Rostock
i/Mecklb.
Zochstr.
9.
Cuanto diga para alabar el entusiasmo, actividad y celo con que viene trabajando dicho Capitán en toda
la isla es poco porque todo se lo merece.
2.
Richard Abraham, nacido el 25.07.1881 Lebbin/Pomm, 1er maquinista vapor ‘Mathilde’,
Residencia Flensburg, Christinenstr. 11
Dicho Primer Maquinista tamibén ha sido un buen cooperador a las ordenes de su valiente Capitán.
3.
Doña Luisa de Mocada, 30.12.1872, Breslau. Residencia Villa Luisa, Mahón. Dicha Sra.
esposa del Exalcalde de Mahón siempre protege con especial cuidado a todos los súbditos Alemanes
que se encuentran en este distrito, facilitándoles víveres y cuanto puedan necesitar así como realiza
también una activa propaganda.
Dios guarde a V.E. muchos años.
El Cónsul del Imperio en Mahón
Dado que el Cónsul no había indicado su propio nombre, El Cónsul General en Barcelona lo añadió él
mismo, pero en lugar de los datos de que no disponía, tuvo que indicar a continuación del nombre:
“Comerciante de Mahón, no se conocen más detalles.” Luego solicitó al Cónsul Taltavull le remitiese los
datos pendientes. Sin embargo, éste se tomó bastante tiempo y hubo que recordárselo varias veces, ya
que el Embajador no podía enviar a Berlín una lista incompleta.
Finalmente, el Cónsul Juan F. Taltavull y Galens y el Capitán del vapor ‘Mathilde’ fueron condecorados
con la medalla al mérito por ayuda en tiempos de guerra. A Waldemar Herrnbrodt se le entregó la Cruz
al Mérito 9 meses después de su regreso a la patria, el 27 de Abril de 1920, en Rostock, contra recibo, lo
que quedó reflejado en una anotación del reverso del diploma que se le entregó.
A lo largo de los 5 años en los que estos dos hombres, Juan F. Taltavull y Waldemar Herrnbrodt,
trabajaron juntos a diario, la relación de confianza se convirtió en una amistad que perduró más allá de
este tiempo. Y cuando quedó claro que la guerra perdida significaba el fin de la estancia de Waldemar
Herrnbrodt en Menorca, el Cónsul Taltavull y otros dos buenos amigos le dieron una prueba escrita de
su buena voluntad y de su respeto, para acompañarle en su regreso a la patria. Estos tres escritos que
se incluyeron en un álbum de piel, se han conservado hasta la fecha.
El primer escrito fue redactado por el Cónsul Taltavull:
“En los últimos días del mes de Julio del año 1914 llegó a este puerto el vapor alemán ‘Mathilde’ de la
matrícula de Flensburg, propiedad de D. H. Schuldt. Procedía del norte de Europa, con cargamento de
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tablones para una casa de esta ciudad. Tuve el gusto, el honor y la satisfacción de poder atender, desde
el primer momento, de su llegada a este puerto, en concepto de Cónsul Alemán, y de consignatario, a su
capitán, hoy mi querido, como inolvidable amigo, D. W. Herrnbrodt. Lleva, por tanto, el vapor ‘Mathilde’,
cuatro años y tres meses fondeado en este puerto, porque su estancia en el mismo coincidió con la
declaración de guerra europea, que desde aquella fecha mantiene consternado al mundo entero.
Algunos meses después de su llegada, salieron en una embarcación de pesca, dirigiéndose en pleno
invierno, y desembarcando en Civita-Vecchia, número importante de tripulantes del ‘Mathilde’,
impulsados por un acendrado amor a la Patria.
El capitán Mr. Herrnbrodt, con el Sr. Maquinista y unos pocos compañeros más, han continuado en esta
ciudad, al cuidado inmediato, y viviendo, a bordo de dicho buque. Y yo, como Cónsul, como
consignatario, y como amigo, me es sumamente grato, hacer constar la conducta intachable que dichos
súbditos alemanes han observado, desde que pusieron el pie en la isla de Menorca, grangeándose el
aprecio y la consideración de las Autoridades locales, y de todas las personas sensatas y de recto
criterio, no solo de esta ciudad, si no de Ciudadela, segunda capital de la isla, y de Menorca entera.
Declaro, al mismo tiempo, que el Capitán D. W. Herrnbrodt, como sus compañeros, han trabajado con
entusiasmo, con actividad y celo en pro de la justa causa alemana. Ha sido también el citado capitán, un
poderoso auxiliar del Consulado Alemán, llevando la correspondencia, como digno secretario, y
secundando, en todo momento, la labor del Consulado, y las instrucciones del Excmo. Sr. Embajador en
Madrid, y del Consulado General de Barcelona.
Todas las citadas circunstancias reunidas hacen que el infrascrito haga constar el aprecio, la simpatía y
la consideración personal que me merecen el capitán W. Herrnbrodt y sus compañeros, asegurándoles
que será para mí permanente e imperecedero su recuerdo y buena amistad, así como pido a Dios, para
ellos y sus respectivas familias, toda clase de venturas y de prosperidades.
Mahón 31 Octubre de 1918
El Cónsul de Alemania en Mahón
Fdo. Juan F. Taltavull y Galens”
A juzgar por la letra, el segundo escrito es de un señor mayor. Indica haber conocido a Waldemar
Herrnbrodt a través de un amigo, José Pablo Victori. A través del Sr. Mercadal averigüé que el
mencionado Sr. Victori era en aquellos tiempos un conocido médico de Mahón. Dice así:
“Después de unos días de declararse la guerra entre Alemania y Francia, me fue presentado por mi
amigo, José Pablo Victori, el Sr. Capitán del vapor ‘Mathilde’ D. W. Herrnbrodt, cuya amistad, me es
sumamente grata, de la que no olvidaré en toda mi vida.
Durante los cuatro años y pico, que han permanecido entre nosotros, han dado pruebas de una
conducta ejemplar; y por este motivo, estoy satisfecho de poderme contar, como uno de sus numerosos
amigos con que cuenta, en esta Ciudad.
Mahón 1 de Noviembre de 1918
Fdo. Francisco Gonalons”
El tercer escrito procede de la pluma de un hombre que obviamente en sus opiniones políticas se
situaba muy a la derecha de la fidelidad imperial no poco marcada de Waldemar Herrnbrodt. Dice así:
“Hace cuatro años, uno de los primeros días en que la destructora guerra sembró la desolación y el
llanto en la desgraciada Europa, fondeó en nuestro puerto el vapor alemán ‘Mathilde’. Como
- 16 -
admirábamos grandemente a vuestra Patria, Sr. Capitán fuisteis pronto nuestro amigo, y desde entonces
solo nos habeis dado pruebas de la lealtad, grandeza y patriotismo que encierra el alma alemana.
Por nuestra parte, hemos deseado ardientemente el triunfo de Alemania, porque los intereses de
España no son opuestos a los de esta gran Nación, y porque protestando contra los que querían
aniquilarle, cumplíamos una labor de gratitud, pues la única Nación que protestó cuando los Estados
Unidos de America abusando de su fuerza nos despojaban inicuamente de nuestras colonias, fue la hoy
perseguida como imperialista Alemania.
Cada victoria del ejército germano en Bélgica y Francia la hemos celebrado, pues nos recordaba añejas
glorias españolas, también en nuestra historia, citamos con orgullo los nombres de Namur, Amberes y
San Quintín.
Al Emperador Guillermo II le amamos y le respetamos no tan solo como personificación gloriosa de la
Monarquía y del orden en el mundo sino porque cumple contra la Gran Bretaña los designios que la raza
latina no ha sabido cumplir.
Cuando la bienhechora paz os haya devuelto a vuestros amados hogares, os recordaremos siempre con
cariño, entonces podeis decirles a vuestros heroicos compatriotas, que nuestros corazones no han dado
cabida a las calumnias y mentiras, conque se ha tratado de envilecer, los sacrificios que Alemania ha
hecho para salir vencedora de esta guerra que por su existencia le ha sido impuesta, y que admiramos
la energía de este pueblo que luchando contra todo el mundo no ha podido ser vencido. Os dedico estas
lineas como un recuerdo, para que no olvideis al que se honra siendo vuestro amigo.
G. Conforto y Thomas”
De hecho, los cuatro alemanes que durante la guerra tuvieron que permanecer en el ‘Mathilde’ no
tuvieron personalmente muchas preocupaciones, a comparación de sus compatriotas que luchaban y
morían en los diversos frentes. Debido a sus relaciones con los habitantes de Mahón, seguro que nunca
les faltó la comida necesaria, más aún teniendo en cuenta que como marinos estaban acostumbrados a
vivir con modestia. A bordo de su vapor tenían suficiente carbón, que en toda España iba escaseando y
apenas necesitaban ropa nueva, siempre que cuidasen sus uniformes. Pero no todas las personas que
fueron objeto de una internación en España tuvieron la suerte de que su estancia en el país neutral
fuese sinónimo de paz y tranquilidad. Muchas de las aproximadamente 1000 fotocopias que hice en el
Ministerio de Asuntos Exteriores de documentos de aquella época informan de ello.
Tras el fin de la guerra, la pregunta más frecuente de las que se hicieron a la Embajada Alemana en
Madrid era qué barcos había que entregar definitivamente y cuales no. El 21.3.1919 finalmente el
Ministerio de Asuntos Exteriores pudo enviar a la Embajada una comunicación telegráfica al respecto.
Este telegrama No. 258 decía:
“En el acuerdo del armisticio el Gobierno Alemán se ha comprometido a entregar los barcos fondeados
en puertos neutrales bajo bandera alemana a los aliados en interés de la provisión de víveres a los
países europeos y por la duración del armisticio. Los barcos se entregarán en los puertos en los que
fondean y serán asumidos por los aliados de acuerdo con las condiciones de entrega. Los gobiernos
aliados tienen derecho a tomar todas las medidas necesarias para poner en marcha los arcos. De la
entrega a los aliados quedan excluidos provisionalmente
1.
Vapores con menos de 2500 toneladas brutas registradas que no se puedan utilizar como
barcos de pasajeros,
2.
Todos los veleros,
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3.
Todos los vapores cisterna,
4.
Barcos que estén tan dañados que no puedan volver a ponerse en servicio durante el
armisticio. Esta decisión será tomada por los representantes de los aliados y la naviera Alemana en
cuestión,
5.
Los barcos que hayan sido alquilados al Gobierno Español.
Los barcos a entregar llevan una bandera aliada (véase anexo, Nota de la Autora). Siempre que estén
dispuestos a ello, los tripulantes alemanes serán mantenidos a bordo por los aliados. De lo contrario
serán transportados a casa a coste de los aliados. Los trabajos de reparación podrán ser por los aliados,
contando con expertos alemanes. Una comisión que se prevé que se forme en Rotterdam, decidirá
sobre el destino de los posibles cargamentos que aún se hallen a bordo de los barcos. Los
representantes de las navieras alemanas en España recibirán en cada caso una notificación sobre la
decisión tomada.
Ruego que lo antedicho sea comunicado al Gobierno local, con la observación de que esta notificación
se debe al Artículo 8 del Acuerdo de Prórroga del Armisticio entre Alemania y los gobiernos aliados del
16 de Enero de este año, del posterior Acuerdo de Treveris del 17 de Enero de este año y de los
acuerdos complementarios tomados por los gobiernos aliados en Bruselas el 14 de Marzo de este año. “
El telegrama No. 258 fue remitido también al Consulado General y a todos los consulados alemanes y
formó la base del decreto del 2 de Abril de 1919 por el que se solicitó a los señores cónsules que
notificasen cuántos barcos alemanes se hallaban en sus puertos y que tuviesen que ser entregados
conforme a este acuerdo.
El Cónsul Taltavull también recibió esta solicitud. En nombre de éste, el 16 de Abril Waldemar
Herrnbrodt escribió de su propio puño y letra la repuesta a la Embajada Alemana. Sin embargo esta
notificación debía ir firmada personalmente por el Cónsul. Decía así:
“Como respuesta al decreto de fecha 2 de Abril de este año, por la presente le comunico que el vapor
‘Mathilde’ amarrado en este puerto no cumple las condiciones de entrega generales que se nos han
remitido.”
El día en que se envió esta declaración, esta información era correcta, pero las normas sobre el tamaño
de los barcos a entregar iban cambiando continuamente, al igual que las condiciones para el transporte
a Alemania de las tripulaciones de los barcos entregados. Así comenzó para Waldemar Herrnbrodt la
peor época de la internación, o sea el continuo ir y venir entre la esperanza y el temor por el destino de
su barco, período que duraría tres meses. El 27 de Mayo de 1919 el Embajador Alemán se vio
nuevamente obligado a dar a conocer a todos los consulados, a través de una circular, las directrices
‘definitivas’ sobre el transporte de las tripulaciones a la patria tras la entrega de los barcos. Dice así:
“Según la definitiva orden del Gobierno Francés, las tripulaciones de los barcos entregados a Francia
que sean transportadas directamente por vía terrestre a Alemania, pasando por Francia, no podrán
llevar más de 100 kgs de equipaje, sin contar el equipaje de mano. Quien quiera llevar más equipaje,
puede enviarlo en el vapor ‘Brasilia’ que amarra en Cádiz y en Vigo, o bien con el vapor ‘Mimi Horn’ que
sale directamente a Alemania desde Vigo. Este equipaje deberá ser enviado al Consulado Alemán en
Vigo o en Cádiz, donde se encargarán del resto. El coste del transporte por ferrocarril hasta Cádiz o Vigo
corre por cuenta del interesado, el flete del vapor por cuenta de la naviera en cuestión..”.
Cuando finalmente se tuvieron que entregar los primeros barcos alemanes tras la firma de las
condiciones del armisticio en Noviembre de 1918, a pesar de todas las instrucciones se produjeron una y
otra vez problemas, por ejemplo al producirse el cambio de bandera tras la entrega del barco. Para las
tripulaciones anteriores era un momento muy tenso cuando ante sus ojos se arriaba la bandera anterior
y se izaba la bandera aliada. En algunos barcos en otros puertos se habían producido serios tumultos.
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Tampoco se puede ignorar el aspecto humano. Existían muy buenas relaciones comerciales con las
navieras en cuestión. Este era sobre todo el caso de los capitanes que desde hacía años atracaban con
sus barcos en los puertos españoles. Entre ellos estaba Waldemar Herrnbrodt.
Si bien había tomado felizmente nota del contenido del telegrama No. 258 del 18 de Marzo de 1919, el
telegrama No. 535 de fecha 3 de Junio supuso un fin repentino y destruyó sus últimas esperanzas de
poder quedarse con su ‘Mathilde’. Este telegrama decía:
“Tras los acuerdos firmados recientemente en Rótterdam entre Alemania y los aliados, los vapores
alemanes de menos de 2500 toneladas, incluyendo los vapores de pasajeros y los de entre 500 y 2500
toneladas registradas, que estén anclados en España y sus colonias deberán entregarse a los aliados
mientras dure el armisticio. Ruego se comunique al gobierno local así como a los consulados y a los
representantes de las navieras.”
A raíz de ello, la naviera H. Schuldt de Flensburg envió el 5 de Junio de 1919 un telegrama a su
representante Ries en Valencia, cuyo contenido no dejaba lugar a dudas:
“Ries Valencia – Los vapores ‘Norma’, ‘Luise’ y ‘Mathilde’ se deberán poner a disposición de los aliados
en sus amarres. La puesta en dique seco para reparaciones, con el fin de poner a los vapores en
condiciones de navegar, irán a cargo de la naviera, en caso de reparaciones mayores, informen
telegráficamente de su alcance y coste. Los barcos serán asumidos por los aliados en cuanto
comprueben que se hallan en condiciones de navegar. Carbón cargado a bordo, equipamiento,
inventario, estado del vapor, dato exacto de la hora de entrega en presencia de un representante del
Lloyd alemán se deberán firmar conjuntamente. El dinero necesario para puesta en dique seco y para
las reparaciones serán anticipados por los gobiernos asociados como adelanto para el flete, el carbón y
las provisiones que se hallen cargados a bordo serán pagados por los aliados al precio vigente en el día
de la entrega. En caso de divergencia de opinión se deberán consultar con un representante de Norske
Veritas. Todas las demás reparaciones y equipaciones adicionales serán pagadas por los aliados. Todos
los costes, contando desde el momento de la entrega del barco en su puerto de amarre, irán a cuenta de
los aliados. Las tripulaciones abandonarán el barco a la entrega del vapor y serán transportados a
Alemania por cuenta de los aliados en el plazo de treinta días, donde se licenciarán definitivamente.
SCHULDT.”
Según sus propias declaraciones, el Embajador Alemán en Madrid se sintió bastante aliviado de poder
desprender de este telegrama al menos algunas instrucciones generales para la entrega de los barcos, y
sólo 3 días después envió una circular a los Cónsules de las 14 ciudades españoles, en cuyos puertos
seguían fondeando barcos alemanes y que estaban esperando instrucciones exactas para su entrega.
El 12 de Junio de 191 el Cónsul Taltavull envió al Embajador Alemán en Madrid un nuevo telegrama con
el contenido de que en Mahón se seguían esperando instrucciones de la naviera del vapor ‘Mathilde’ y
que se rogaba su envío urgente. La embajada siguió contestando con negativas.
El 21.06.1919 Waldemar Herrnbrodt envió un Telegrama a su naviera:
“Cónsul francés recibido orden tomar enseguida posesion Matilde condicion alguna esperaré hacerlo
mañana sabado tarde levantando acta material caso no este conforme haciendome responsable.
Telegrafie urgente que debo hacer Herrnbrodt Capitan Matilde”
El 23.06.1919 remitió otro telegrama a la naviera H. Schuldt en Flensburg:
“Hoy sábado a las 2 de la tarde subió el cónsul francés a bordo del vapor Matilde con un notario y
exigieron que firmase un documento que indicaba la entrega del vapor con sus accesorios a los
franceses y que tras la firma la tripulación debía abandonar inmediatamente. Me negué a la firma con la
observación que solamente entregaría el barco tras recibir instrucciones correspondientes. Telegrafiar
instrucción = Herrnbrodt Capitan”
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También el 23.06.1919 el embajador envió un telegrama al Ministerio de Asuntos Exteriores en el que
comunicaba que el Capitán del vapor ‘Mathilde’ seguía sin instrucciones de su naviera. Al mismo tiempo
solicitaba que se enviasen estas instrucciones ya que el delegado francés había amenazado con asumir
el control por la fuerza.
El 25.06.1919 el Cónsul Taltavull se vio obligado a comunicar a la Embajada Alemana por vía
telegráfica que el capitán del vapor ‘Mathilde’ había rehusado en esa mañana de nuevo la entrega del
barco al delegado francés, a falta de instrucciones.
El Embajador Alemán en Madrid envió el 25 de Junio de 1919 una nota a Waldemar Herrnbrodt,
pidiendo la aclaración de algunos puntos:
“De los telegramas recibidos de Ud. No se desprende si no dispone de ninguna instrucción de la naviera
para la entrega del vapor ‘Mathilde’ y por qué razón se atrasa la entrega del vapor. Como me comunica
el representante de HAPAG, Sr. Satorres, parece que realmente ya se ha enviado instrucciones al
representante de la naviera en Valencia, Sr. Ries, que en cualquier caso se le han transmitido ahí y que
la entrega al delegado francés se ha denegado solamente porque en las instrucciones se dice que se
haga en presencia de un representante del Lloyd Alemán (empresa alemana de clasificación de barcos)
y no hay ninguno en Mahón. Naturalmente, esta razón para negarse no puede estar justificada. En este
caso sería otro perito, posiblemente el Cónsul Alemán, quien debería estar presente. Por cierto, el
agregado de la marina francesa informa que hay peritos alemanes en camino, tanto a Burdeos como a
Marsella, por lo que la verificación también se podría hacer allí posteriormente.”
A raíz de ellos se le autorizó al Cónsul de Valencia a asumir las funciones de un representante del Lloyd
Alemán. Entre tanto, en Madrid se sospechaba que todo este ir y venir en Mahón sólo tenía era un
pretexto para alargar el tema, en la esperanza de que ganando tiempo se podría evitar la entrega del
barco bajo determinadas condiciones. Esta sospecha se confirmó cuando el Cónsul Taltavull el 26 de
Junio de 1919 envió el siguiente telegrama a la Embajada:
“¿El vapor ‘Mathilde’ se deberá entregar a los aliados incluso tras una posible firma de un tratado de
paz? Telegrafiad urgente – Cónsul Taltavull”
La respuesta del Embajador fue breve: “Naturalmente el ‘Mathilde’ debe entregarse.”
Así había llegado el momento para Waldemar Herrnbrodt en el que se tuvo que resignar a tener que
separarse de su barco. Por última vez puso el 28 de Junio de 1919 el sello ‘D. Mathilde’ sobre el papel
cuadriculado de su bloc de escritura para formular su visión de los hechos. Escribió lo siguiente:
“En respuesta al escrito del 25 de este mes tengo que comunicar lo siguiente. El 12 de este mes recibí
del Sr. Ries y Cía. en Valencia instrucciones telegráficas respecto a la entrega de mi vapor a los aliados.
Estas mismas instrucciones las recibió el cónsul francés de esta localidad, por lo que apenas se podían
producir diferencias de opinión. Todo iba bien hasta el sábado, día 21 de este mes, cuando de pronto, a
las 2 de la tarde, llegó a bordo el cónsul francés con un notario español para hacerse cargo del barco sin
condición alguna y contraviniendo directamente las instrucciones que ambos habíamos recibido. El
lunes, día 23, llegó un torpedero francés y en la oficina de la marina, en presencia del comandante
español del puerto, dos oficiales franceses de marina así como del cónsul francés y del alemán se me
exigió de nuevo que entregase el barco inmediatamente sin condición alguna. Protesté energéticamente
contra esta forma de proceder de los franceses, con el argumento que solamente entregaría mi barco en
cumplimiento de las instrucciones recibidas. Todos los señores, incluso los franceses, me reconocieron
que estaba en lo cierto. Allí mismo se acordó que la entrega se haría el viernes, día 27 de este mes. El
torpedero partió inmediatamente. Hasta hoy no había tenido ninguna noticia del cónsul francés. El
contrato de entrega que redacté y las listas del inventario están preparadas desde el jueves y por deseo
de los franceses han sido entregadas al Cónsul Alemán para su traducción. Cuando el delegado francés
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declara que solamente me había negado por el delgado del Lloyd Alemán, ha dicho a sabiendas algo
incierto. Al separarnos, el delegado aún me dijo: ‘Veo, Sr. Capitán, que Ud. también sabe que hoy es el
último día del armisticio.’
W. Herrnbrodt
Capitán D. ‘Mathilde’
Solamente sigue el telegrama que el Cónsul Taltavull envió el 16 de Julio de 1919 a la Embajada
Alemana:
“Vapor Matilde fue entregado jueves diez Julio once mañana = Taltavull”
Para entonces, Waldemar Herrnbrodt y sus dos compañeros Richard Abraham y Hermann Jessen, ya
habían abandonado Mahón y estaban de camino a Alemania. Describió ese momento con las siguientes
palabras:
“Llegó el fin de la guerra y con él, el día de la despedida del ‘Mathilde’. El 10 de Julio de 1919 entregué
al delegado francés de la comisión de reparación el vapor ‘Mathilde’ como prestación de compensación
debido al Acuerdo de Versalles del 28 de Junio de 1919. La tripulación que había permanecido a bordo
hasta el final, el primer maquinista Abraham, el segundo maquinista Jesé y yo, viajamos el mismo día a
Barcelona y luego por tierra a Cerbére, Sète, Lyon, Treveris, Colonia y Hamburgo hasta Flensburg, a
donde llegamos el 19 de Julio de 1919 tras 9 días de viaje. El fogonero Peter Siemen prefirió quedarse
en Mahón.”
Con la entrega del barco comenzó para los tres hombres la última parte de la odisea. Cada uno de ellos
había recibido del Consulado Francés un salvoconducto que les debía garantizar el paso libre en su
viaje en tren por Francia, así como 200 Ptas. para el viaje. Con su petate al hombro iniciaron el viaje de
regreso al hogar el día 10 de Julio.
En el periódico EL BIEN PUBLICO del día 11 de Julio de 1919 hallé en el reportaje sobre la entrega del
vapor ‘Mathilde’ algunas líneas bajo el titular ‘Pasajeros que ayer partieron en el correo ‘Mahón’ hacia
Barcelona’ al final de los 67 nombres que allí se citaban también los tres siguientes: “...W. Hernbrodt
(sic.), R. Abraham y H. Jersew (sic.)...”.
Y como nota final a esta lista, se añadía: “El vapor correo ‘Mahón’ ha cargado 13 cajas de langostas con
destino al mercado de Barcelona.”
Debió ser uno de los momentos más tristes en la vida de estos tres hombres, cuando el correo ‘Mahón’
partió en la tarde del 10 de Julio de 1919, moviéndose lentamente hacia mar abierto, con destino a
Barcelona, pasando delante de su querido ‘Mathilde’ que con algunas pequeñas luces les daba un último
saludo en el atardecer. ¿Qué sería de él?
Hoy conocemos el destino del vapor ‘Mathilde’ y sabemos lo que fue de él. En la declaración para el 120
aniversario de la naviera H Schuldt (hoy Hamburgo) en 1988 leemos:
“No. 22 ‘Mathilde’ – Steamer
LMHG – 1268 GRT / 885 NRT – 1790 tdw – 71.10 x 10.37 x 4.70 m
500-HP-Triple-Expansion, made by the Shipbuilders, 8.5 knots
24.9.1892 launched by Flensburger Schiffbau-Gesellschaft, Flensburg (133)
as ‘Mathilde’ for Partenreederei, managing owner H. Schuldt, Flensburg.
15.10.1892 completed.
1911 registered for Partenreederei ‘Mathilde’
- 21 -
August 1914 at Mahón / Spain.
October 1918 seized by Spain (sic ?).
10.7.1919 allocated to France, registered for French Government at Marseille.
29.7.1921 allocated to Great Britain but abandoned to France.
1922 sold to R. Busck, Marseille, renamed ‘Eliane Busck’.
September 1934 broken up by F. Frasinetti at Savona.”
De vuelta a casa, a Waldemar Herrnbrodt le costaba acostumbrarse de nuevo a esta vida tan distinta.
Después de haber dirigido barcos por todos los mares del mundo desde 1902, se había convertido de
pronto en un capitán sin barco, ya que desde el final de la Primera Guerra Mundial apenas había
navegación en Alemania. La naviera H. Schuldt de Flensburg había perdido el 50 % de sus barcos con
80 % de tonelaje. Por fin, Waldemar Herrnbrodt volvió a estar en el puente de mando de un barco en
verano de 1921, el primer vapor de la naviera H Schuldt fabricado después de la guerra, al que siguieron
muchos barcos más.
El Señor Mercadal publicó el 5 de Noviembre de 1970 un artículo en el ‘Diario Insular de Menorca’ en el
que se mostraba una foto del vapor ‘Mathilde’ en el puerto de Mahón (Cortesía de Don Alberto Ruiz del
Campo). En este artículo contaba que Waldemar Herrnbrodt en los años 20 y en compañía de su esposa
así como el 2º maquinista del ‘Mathilde’, Hermann Jessen así como la esposa de éste y su hijo habían
hecho una visita a la ciudad y a sus viejos amigos. No pude encontrar nada al respecto en mis
documentos. De los informes de Käte Kossow y Hanna Tedsen se sabe que ambos maquinistas,
Richard Abraham y Hermann Jessen, después de la primera guerra mundial habían hecho algunos
viajes con su Capitán Waldemar Herrnbrodt en los vapores ‘Irmgard’, ‘Erika’ y ‘Alfred’. Tras arribar dos
veces a Tampico (Méjico), recorrieron varias veces la ruta del Mediterráneo hasta Túnez. Hanna Tedsen
también comentó que su padre cambió su propio apellido en la época nazi a ‘Tedsen’, porque el apellido
‘Abraham’ de sonido judío le creaba muchos problemas. Ella fue quien me contó que Richard Abraham
había muerto el 9 de Septiembre de 1964 en Flensburg a la edad de 83 años y bajo el nombre de
Richard Tedsen. E. Bruun, en su día primer timonel, también volvió a navegar a partir de 1920 en barcos
de la naviera H. Schuldt de Flensburg, pero en calidad de capitán. En 1934 se le cita como capitán del
vapor ‘Glücksburg’, el barco que Waldemar Herrnbrodt tuvo que entregar al jubilarse en 1929. E. Bruun
vivía entonces con su mujer danesa y sus cinco hijos en el sur de Dinamarca.
En 1927 la naviera H. Schuldt le regaló a Waldemar Herrnbrodt en reconocimiento de sus 31 años de fiel
servicio (25 de ellos como capitán) un reloj de bolsillo de oro, con una inscripción. Este reloj sigue en
poder de la familia. Sin embargo, en 1929 tuvo que dejar su trabajo por razones de salud, ya que su
sordera, que iba en aumento, le evitaba llevar a cabo su trabajo. Tuvo que despedirse de la mar tras 44
años de actividad.
Waldemar Herrnbrodt nació el 18 de Junio de 1871 en Laboe, Kiel, siendo el octavo de diez hijos de una
familia para la que desde hacía generaciones sólo existía la navegación, a la que estaba unida en
cuerpo y alma. Sus seis hermanos varones también eligieron este oficio, muriendo dos de ellos en la
mar. La decisión de dejar la mar fue muy difícil para este apasionado marino de 58 años de edad. Un
pequeño velero, el ‘Polaris’, en el que junto con su esposa Emma navegaba por el mar del este hasta los
años de la segunda guerra mundial, estaba pensado para consolarle. Desgraciadamente, en 1939 fue
destruido en el incendio de su club náutico.
Apenas superado el horror de la segunda guerra mundial, Waldemar Herrnbrodt abandonó esta vida de
manera inesperada. Poco antes de cumplir los 75 años, y mientras daba un paseo, fue atropellado por
un camión del ejército ruso, sufriendo graves traumatismos en la cabeza que le causaron la muerte un
día más tarde, el 4 de Mayo de 1946.
- 22 -
Bibliografía:
Auswärtiges Amt
Politisches Archiv, Bonn-Bad Godesberg, Akten-Nr.:
Madrid 299, Bd 1; 321, Bd 1-3; 322, Bd. 4; 356, Bd. 1;
165 (Pol. 23a), Bd. 5 (1863-1920)
Detlefsen, G.U.:
H. Schuldt – Flensburg – Hamburg; Chronik einer
Reederei. Bad Segeberg: Verlag Maritimer
Spezialitäten, 1988
Herrnbrodt, Walter:
Unveröffentlichte Dokumente zur Familienforschung
Hurley, Edward N.:
The bridge to France; Philadelphia and London, 1927
Jordi, Jean Jacques:
Revista de Menorca, Mahón 1996, I, pp 129-144
Mercadal, Deseado:
Menorca retrospectiva, Mahón, 5.11.1970
Menorca retrospectiva (II), Mahón, 1985
Menorca retrospectiva, Mahón, 17.10.1994
Radler, Robert:
‘Letzte Fahrt’ in: IllusTreverister Deutscher Flotenkalender
für 1928, Jahrg. 26, S. 118
Schumacher, D.; Schuldt H.H.:
Geschichte einer Reederfamilie und ihrer
Unternehmungen – 1868 bis 1968.
Hamburg: Schiffahrtsdruckerei Schroedter & Hauer, 1968.
Tägliche Rundschau:
Kriegsrundschau 1914 bis 1920, Bd. 1-5. Berling, Verlag
der Täglichen Rundschau GmbH
Anexo:
El ‘Allied Maritime Transport Council’ fue fundado en 1916 con el fin de coordinar todo el sistema de
transportes de los aliados. Tras la firma de las condiciones para el armisticio el 8 de Noviembre de 1918,
se ampliaron sus tareas con la supervisión de la entrega de los barcos de las potencias centrales
(Hurley, véase arriba). Bandera de la comisión de transportes interaliados (IATC): blanco-azul-blanco, a
bandas horizontales (Radler, véase arriba).
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En la redacción de este texto me han ayudado las siguientes personas de manera muy especial y a
quienes quiero expresar mi sincero agradecimiento por estar vía:
Margarita Caules Ametller, Diario Insular de Menorca
Francisco Fabregues, Ateneo, Mahón
Pilar Gómez de Tejada, Mahón
María Eugenia González, Embajada Española, Bonn
Capitán Wolfgang Kirchenbauer, antiguamente Lotsentation Kiel-Holtenau
Günter Kirschkowski, Ministerio de Asuntos Exteriores – Archivo Político, Bonn
Käte Kossow, Hamburgo
Klaus Kossow, Sender Freies Berlin
Deseado Mercadal-Bagur, Mahón
Dr. Jürgen Meyer, Bremen, antiguamente Museo Naval de Hamburgo-Altona
Grabriele Niesswand, Consulado Alemán, Mahón
Lothar Pabst, Colonia /Es Castell
Matthias Roters, Cónsul Honorario de la República Federa Alemana, Mahón
Prof.Dr. Irwin Scollar, antiguamente Rheinisches Landesmuseum, Bonn
Xavier Seguí Puntas, Diario Insular de Menorca
Victoriano Seoane Pascuchi, Ateneo, Mahón
Peter Steilen, Embajada de la República Federal Alemana, Buenos Aries
H. Sterzenbach, Institut für Marine u. Schiffahrtsgeschichte, Hamburg
Hanna y Martel Tedsen, Flensburg
Bendix Todsen, Reederei H. Schuldt, Hamburgo
Richard Wigg, antiguamente “The Times of London”
Wilhelm Zier, Es Castell
- 24 -
Pies de foto
Capitán Waldemar Herrnbrodt
internado en Mahón con su vpaor
“Mathilde”
del 03.08.1914
al 11.07.1919
- 25 -
Vapor “Mathilde”, Flensburg
- 26 -
Prínicipe Maximiliano de Ratibor y Corvey
Embajador Alemán en España
del 16.3.1910
al 22.12.1918
- 27 -
Juan Taltavull y Galens
Cónsul Alemán en Mahón
del 01.12.1900
al 2.12.1931
- 28 -
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