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Relación órganos personales y colegiados-1-
La gestión en el espacio organizacional universitario. Mecanismos
de lucha y negociación entre los órganos [uni] personales y colegiados.
Lic. Ivonne Lucía Bianco
Universidad Nacional de Tucumán.
e-mail: [email protected]
Propósito
Esta ponencia remite, en la organización académica universitaria, a un
aspecto puntual de nuestra investigación1 en la que se consideran las relaciones
entre los órganos [uni]personales y colegiados, y los
dispositivos de
funcionamiento entre estos dos órganos de decisión.
Nos precede un análisis en el que se ha establecido que, en la organización
académica de la universidad, se constituye un proceso de configuración inicial
definido analíticamente por la norma y las prescripciones que se establecen en
las atribuciones de los órganos de decisión, la forma de integración y los
mecanismos de regulación de su funcionamiento.
Posteriormente, las transformaciones institucionales, influenciadas tanto por
los procesos estructurales -macro y microinstitucional-, como por el desempeño
de los sujetos que, -con sus intereses, motivaciones y significaciones atribuyen
sentido y direccionalidad a sus acciones- pueden producir el proceso de
desconfiguración de los patrones originales prefijados en la norma.
La desconfiguración, como signo diagnóstico, permite reconocer el juego
de lo oculto, de lo idiosincrásico, del mundo de lo simbólico que los sujetos
instalan en el quehacer institucional, así como abordar las modificaciones que se
introducen en los procesos de organización y gestión.
En el proceso de desconfiguración institucional al que hacemos mención
estableceremos un recorte para analizar la relación que se establece entre los
órganos de decisión de la organización universitaria: [uni]personales y colegiados
y las particularidades que adoptan en el funcionamiento de la organización
académica.
El proceso de desconfiguración institucional.
Una de las características de este proceso de desconfiguración, es la
modificación que se manifiesta en las atribuciones del órgano colegiado que, de
estar investido de facultades para formular las políticas de conducción de la
universidad, en la práctica se constituye en un órgano de convalidación de
políticas que se determinan en otro espacio y por otros actores. Los espacios a
que se hace mención, corresponden tanto a la vida microinstitucional universitaria,
como al sistema universitario del que forma parte.
1
La investigación hace referencia corresponde a la tesis doctoral: El proceso de toma de decisiones en la universidad.
Condiciones, componentes y criterios de la organización académica en la Universidad Nacional de Tucumán.. Las
consideraciones del presente artículo se realizan teniendo en cuenta las entrevistas realizadas a 18 consejeros del Consejo Superior de la
Universidad Nacional de Tucumán.
Relación órganos personales y colegiados-2-
Se acentúa, por parte del órgano colegiado, más que la autonomía en la
toma de decisiones políticas, la aprobación de políticas emergentes en otros
lugares de la organización, inutilizando la posibilidad de ser un cuerpo generador
de políticas anticipatorias y estratégicas para la conducción de la institución.
Si partimos del supuesto de que, para el ejercicio de la
autonomía universitaria es necesaria la consolidación y
fortalecimiento de estructuras de gobierno, en las que los
órganos colegiados ejerzan las atribuciones que les permitan la
función de diseñar, adoptar y evaluar políticas, el no
cumplimiento de esta premisa constituye una pérdida del poder
real en la medida que no es transformadora y solo contribuye al
mantenimiento del poder de ciertos grupos o sectores o de
intereses personales, pero no al desarrollo de proyectos
institucionales que fortalezcan el bien común y el desarrollo de
los órganos colegiados como espacios de representatividad
social (Bianco, 2001:65)
A su vez, este proceso de desconfiguración se refuerza, en el sistema de
lealtades al que adhieren diferentes sectores o personas que conforman el órgano
colegiado. Sistema de lealtades que desplaza la satisfacción a la demanda de los
estamentos a los que representan, por alianzas con personas o grupos que
ejercen una autoridad política o burocrática e influencian las decisiones que se
adoptan.
Quizás uno de los hechos de más repercusión en la vida institucional lo
constituyen las elecciones universitarias, por la magnitud que adquiere al
convocar a todos los estamentos que la conforman, y también por la relevancia
que trasciende los marcos universitarios.
Estos procesos eleccionarios ponen en marcha en la
universidad maquinarias políticas en apoyo a determinadas
fórmulas o personas y dejan al descubierto luchas de poder que
van más allá de la defensa de ideas o proyectos de
mejoramiento de la vida institucional (Bianco 2001:85)
Sin embargo, no es el único ejemplo que encontramos, el orden del día de
las sesiones del órgano colegiado, es revelador en sus innumerables temas y
pone en relieve, en el tratamiento y discusión en las sesiones, el sistema de
alianzas y lealtades, que se entreve en los discursos entretejidos de sus oradores,
en las miradas entrecruzadas, en las llamadas telefónicas, o en los grupos que se
forman en los momentos de intermedio o descanso.
Ante las situaciones de presión, el comportamiento de los diferentes
integrantes del cuerpo colegiado tiene matices que oscilan, desde el sometimiento
visible a las presiones de carácter político partidario reconocidos y no disimulados
por los consejeros, hasta comportamientos de carácter ostensiblemente
independientes de las fuerzas políticas, pasando por grupos de difícil
encasillamiento que otorgan en los procesos de negociación y acuerdos
concesiones que favorecen a sectores que ejercen presión.
Relación órganos personales y colegiados-3-
Por último2, nos detenemos a considerar las particularidades que adoptan,
en la relación de los órganos [uni]personales y colegiados, los mecanismos de
lucha y negociación, los cuales generan dispositivos de funcionamiento que
caracterizan las relaciones de poder con una marcada tendencia a trasladar el
poder de decisión de los órganos colegiados a los órganos personales de las
instituciones.
Así como los fundamentos de la sociedad industrial fueron el control y la
disciplina (Foucault, 1986 en Aubert y Gaulejac, 1993:24) la gestión ha crecido
espectacularmente en los últimos diez años, englobando una serie de elementos
de diferente naturaleza que superan el concepto tecnocrático de su definición
inicial. Estos elementos que lo caracterizan se observan a través de la estructura
organizativa, de las prácticas de dirección, del sistema de representación de los
sujetos. Su marco de acción reconoce que, para producir organización en las
instituciones de existencia que estamos considerando, es necesario pensar los
dispositivos que aparecen en contexto de tensión, de incertidumbre y de malestar.
Relación3 entre los órganos personal4 y órganos colegiados5.
2
Existen otras características del proceso de desconfiguración que indirectamente refuerzan las enunciadas, pero que no se describen en
el trabajo por razones de recorte de tiempo y espacio.
33
Se toman en cuenta algunos mecanismos señalados por Ibarra, E .(1998:276)
4
Órganos [uni] personales.
Son ejercidos por una persona (Rector y Decanos) los que pueden recurrir a otra/s para el asesoramiento u orientación en la
toma de decisiones. Los órganos personales son acompañados por instancias de apoyo, académicas y administrativas las que tienen
funciones de auxilio en la conducción de los asuntos. Estas son las secretarias, direcciones, coordinadores, jefes de división y de
departamento.
Los órganos personales son autoridades elegidas por el voto (indirecto o directo según las universidades) en los períodos
democráticos de nuestro país, mientras que en los gobiernos de facto fueron designados directamente por el Poder Ejecutivo Nacional.
No obstante la legitimidad política que registre su desempeño con relación a la legalidad de su designación, su funcionamiento está
acotado a las normas administrativas de la institución que se encuadran dentro de la ley universitaria y el estatuto universitario.
Su accionar, enmarcado en una estructura verticalista, matiza su funcionamiento con los rasgos de modernidad que
caracterizan la actividad política de tinte partidario, en la permanente búsqueda de permanencia en el poder a través de mecanismos de
alianza y promesas entre sectores y personas.
Esto teje una trama en el funcionamiento de relativa autonomía administrativa de los órganos personales, que permite
entrever, un entrecruzamiento de relaciones basadas en modelos tradicionales con nichos modernos caracterizados por un
gerenciamiento dinámico interactuando paralelamente y respondiendo a diferentes finalidades e intereses.
5
Órganos colegiados
El nombre colegiado remite al individuo que pertenece a una corporación que forma colegio y deriva de Colegio: del latín
collegium, de colligere, reunir, comunidad de personas que viven en una casa destinada a la enseñanza de ciencias, artes u oficios, bajo
el gobierno de ciertos superiores y reglas. En el caso de nuestra unidad de análisis, la Universidad Nacional de Tucumán los denominados
órganos colegiados académicos son la Asamblea Universitaria, Consejo Superior, Consejo Directivo.
La connotación que asume un órgano colegiado académico es la de constituirse como una comunidad de representantes
comprendidos legalmente en un mismo grupo para ejercer su derecho con arreglo a las leyes universitarias y estatutos de las casas de
estudio a la que pertenecen. Son concebidos como instancias decisorias colectivas en las que debían estar equilibradamente representados
las autoridades, docentes, estudiantes, egresados y personal no docente. El concepto de equilibrio entre sus miembros es una noción que
ha variado a lo largo del tiempo y que está relacionada con los espacios de poder que se han ido consiguiendo o perdiendo en diferentes
momentos de la historia universitaria Argentina. En primer lugar un ejemplo de ello lo constituye, por una parte, la presencia de sectores
que no estuvieron representados en los comienzos, como por ejemplo los estudiantes, no docentes y graduados, así como los
representantes de los docentes según las categorías de: titulares, asociados, adjuntos y auxiliares. En segundo término otra variación que
se produce en esta búsqueda de equilibrio/desequilibrio lo constituye el número de representantes que participan en el Consejo superior el
que ha ido creciendo a lo largo de tiempo y modificando la participación interna de los representantes por estamentos.
Una mención especial merece la integración en el Consejo Superior de los decanos y el rector. Este grupo de autoridades, que
constituyen a su vez los órganos personales a los que hicimos mención previamente, establece un número importante en el total de
miembros del órgano colegiado(En la unidad de análisis la relación que se establece es de 12 decanos y el rector sobre un total de 31
consejeros que constituyen el Consejo Superior.).
La inserción como miembros de un órgano colegiado académico, desde su pertenencia inicial como órgano personal sugiere
una línea de análisis específico dado que hemos de considerar que sus demandas, su óptica para seleccionar alternativas de decisión y su
Relación órganos personales y colegiados-4-
En la relación entre los órganos [uni] personales y los colegiados
distinguiremos sus mecanismos de funcionamiento presuponiendo que se
instauran procesos de regulación que operan en beneficio del espacio de poder
de los órganos personales. A su vez cuando estos órganos personales se
desempeñan como integrantes en un órgano colegiado, pueden acrecentar sus
posibilidades de influencia en la toma de decisiones.
a-dominio del aparato burocrático.
Los órganos personales ubicados en el ápice estratégico de la organización
fortalecen el ejercicio de sus atribuciones a través de su participación en
diferentes órganos colegiados.
El liderazgo de quienes desempeñan la función y sus características
personales diferencia los matices de esta relación que es vivida como capacidad
de decidir con quién se comparte el poder y, desde esta posición, definir las
normas y procedimientos administrativos, así como el espectro informacional
hacia los diferentes niveles de la organización. El término compartir tiene texturas
que van desde comunicar la información anticipada de los hechos, pasando por la
consulta en la decisión a tomar en el curso de esos hechos, hasta la posibilidad
de retacear todo tipo de injerencia.
La historia de las instituciones recrea ciertos aspectos diferenciadores en el
manejo del poder y, según los tiempos y momentos a que se hace referencia se
puede reconocer que en las organizaciones las decisiones se toman dentro de un
contexto político y son afectadas por las posiciones de poder y por las coaliciones
de poder dentro y fuera de las mismas organizaciones ( Hall 1983:320). Una de
estas manifestaciones es la dimensión fluida, comunicativa, plena de promesas
que caracterizan las campañas electorales para acceder al poder y otra dimensión
se observa, una vez obtenido los lugares de mando donde se percibe la
construcción de un cerco en el que de un lado quedan los aliados cercanos que
participaron y apoyaron en la contienda, y del otro lado los que actúan como
compromiso con funciones de administración y gestión, adquiere connotaciones diferentes de aquellos miembros del Consejo Superior
que actúan como representantes de los estamentos universitarios.
Es dable opinar que en los órganos colegiados, y particularmente en el del Consejo Superior, existe un funcionamiento que
ubica a sus miembros en la estructura organizativa igualándolos en el plano legal de la representatividad, pero que, en el ejercicio
cotidiano de la participación, los juegos de poder basados en cuestiones que derivan en posturas de: complementariedad, yuxtaposición o
antagonismo modifican los espacios de legitimidad. Estas dos última posturas, tanto la yuxtaposición como el antagonismo, pueden
constituirse en fuentes de conflicto y estar presentes en el quehacer permanente de la interacción entre sujetos con diferentes posturas,
intereses e ideologías.
A modo de premisa en la investigación que se lleva a cabo puede considerarse que el Consejo Superior, como órgano
colegiado, tiene una situación de base, asentada en la conformación de su estructura que condiciona su funcionamiento. La toma de las
decisiones se vería influida por la procedencia de sus miembros, por una parte, como representantes de órganos personales (Rector y
Decanos) y por otra parte, como representantes de los estamentos universitarios dado que la pertenencia inicial de los sujetos
condicionaría su demanda y perspectiva en el momento de decidir.
En el caso de los sujetos procedentes de los órganos personales es de suponer que el cargo de gestión establece determinados
tipos de demanda y ejerce indirectamente una direccionalidad en las decisiones, mientras que en el caso de los representantes de los
estamentos las demandas se ligarían con los intereses corporativos del sector a que pertenece o posicionamientos individuales. Sin
embargo las posturas de complementariedad, yuxtaposición o antagonismo que resuelvan los miembros del órgano colegiado estarán
sometidos a los sistemas de alianza y liderazgo que pueden variar según el contexto en el que se discuta el tema y las personas que
actúen.
Relación órganos personales y colegiados-5-
espectadores de un proceso que transcurre sin su participación y, a veces, con su
exclusión deliberada.
La relación de los órganos personales con los órganos colegiados recupera
esta doble dimensión del acercamiento al poder con la posibilidad que tienen los
miembros que la componen de afianzar su lugar mediante la negociación o la
presión, acciones estas basadas en su posición de aliado o enemigo, o en
características de liderazgo reconocidas por los sectores a los que representa.
Los recursos, tanto materiales como simbólicos, -que pueden manejarse
discrecionalmente desde la cúspide del mando ejecutivo- permiten la consolidación de
espacios de poder y conocimiento acerca de él, que se consolidan en el ejercicio de una
función pero más aún cuando se extiende a otro período de tiempo.
b-conducción de los órganos colegiados.
Una segunda cuestión se establece con la atribución a los órganos
personales (Rector y Decanos) del poder para presidir los órganos colegiados y
organizar los temas a tratar. El orden del día 6 es el momento institucionalizado en
el que se establece un listado de cuestiones, con una forma preestablecida en
apartados pero con un criterio de prioridad que lo establecen quienes lo arman.
En la categorización de los temas podemos distinguir dos tipos: uno de
carácter permanente, diferenciado por un tratamiento inercial de la administración
en el que quedan regularmente establecidos, (por ejemplo, la aprobación de
concursos, designaciones, menciones, etc.), y otro tipo, de carácter coyuntural,
constituido por contenidos que, al contrario del primero, no pertenecen a la
competencia habitual o natural de la autoridad pública y se introducen en el orden
del día a propuesta de alguno de sus miembros, por la naturaleza urgente del
problema, pero con conocimiento de la máxima autoridad.
Ambos tipos de asuntos tienen fronteras fluctuantes en su inserción en el
orden del día. La inclusión de los temas coyunturales pivotea sobre la perspectiva
política de quienes evalúan la urgencia de su tratamiento y sopesan el entretejido
de alianzas para su resolución. Así la formulación del orden del día, es una
estrategia clave en la organización y disciplinamiento del órgano colegiado, dado
que define las cuestiones a debatir, el momento en que se lo debe hacer, y los
tiempos probables que tiene en función de la duración de las sesiones.
Por otra parte no podemos desconocer que existen momentos de clivaje en
el control de la situación cuando aparecen determinadas cuestiones que se
hacen presentes, por su peso en el debate más amplio en la comunidad
universitaria y general, y se instalan como temas de características controversiales
que escapan a la simple organización del orden del día. En estos casos el fluir de
las comunicaciones formales fortalece las estrategias previstas desde el grupo de
poder para disminuir la presión que se pueda ejercer desde otros sectores.
Las tácticas utilizadas permiten reconocer, detrás del posicionamiento de
los sujetos, a grupos de identificación estables o coyunturales que actúan en
6
Establecemos la distinción entre orden del día y agenda, entendiendo esta última como el conjunto de los problemas que apelan a un
debate público, incluso a la intervención (activa) de las autoridades públicas legítimas (Padioleau, 1982:25). Agenda designa un conjunto
de problemas objeto de controversias públicas. Estos problemas, cuya enumeración varía con el tiempo dado que no se hallan contenidos
todos sino que algunos figuran en ella y otros no pasan por un mecanismo selectivo que deja pasar o no tal o cual problema. Este hecho
de poner en la agenda o inscribir en la agenda es un mecanismo esencial en una sociedad política. (Meny, 1992:114)
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apoyo a determinadas posturas y que se encuentran dentro del mismo cuerpo
colegiado o en organizaciones o agrupaciones políticas externas. A veces, este
apoyo se constituye con la presencia de espectadores públicos que asisten al
desarrollo de las sesiones con apoyo explícito a determinados grupos o, en
número menor por un interés particular que el tratamiento del tema ha
concitado.
c- el poder económico y simbólico de los cargos
Los órganos [uni]personales participan en el órgano colegiado con el
carácter de consejeros natos, procedentes de una función de gestión retribuida
económicamente por un sueldo de funcionario. En la lógica de reconocimiento de
los actores esta situación es vista, por el resto de los consejeros representantes
de los diferentes estamentos, como privilegiada, destacando que el desempeño
en el cuerpo colegiado constituye una tarea inherente a la función para la cual
está remunerado y también como un espacio de negociación que le permite
mejorar las condiciones materiales y de financiamiento en las unidades
académicas a las que pertenecen.
No menos importante es el poder simbólico que tienen sobre el conjunto el
Rector y los Decanos cuando se tiene en cuenta que la administración
presupuestaria permite la selección de personal, la concesión de becas, viajes y
beneficios de diferente carácter, así como la posibilidad de poseer un anclaje
material de recursos y personal que pueden subsidiar y apoyar las tareas que se
realicen.
Este espacio de poder se potencia en épocas electorales donde posibles
candidatos a ocupar los cargos de Rector y Decanos se mueven en procesos
caracterizados por promesas, que traducidas en ilusiones, levantan no solo los
brazos de los sujetos sino que permiten reconocer, como instantáneas
fotográficas, las alianzas circunstanciales que las propuestas consiguen.
d-la simultaneidad de presencia en diferentes espacios
Quienes se desempeñan en los órganos [uni]personales ocupan
simultáneamente otros espacios institucionales. Así, además de su participación
en el Consejo Superior los Decanos forman parte del Consejo de Decanos7 y el
Rector, del Consejo Interuniversitario Nacional. Esta coexistencia les permite
ventajas adicionales al resto de los miembros del órgano colegiado para
entrecruzar información, tejer alianza y fortalecer su posición en los lugares que
ocupan.
En todos los casos, los juegos de poder y decisión trascienden los marcos
institucionales y encuentran otros espacios o arenas donde se dirimen alianzas y
7
En el caso de la Universidad Nacional de Tucumán, el Estatuto Universitario prevé la conformación del Consejo de
Decanos como un órgano constituido por los decanos de las facultades, presididos por el Vicerrector y con funciones de
coordinación, cooperación, planificación y evaluación de las actividades administrativas, docentes y curriculares de las
distintas unidades académicas, como así también en la distribución y ejecución presupuestaria de las mismas.( art. 44 y 45
del Estatuto Universitario de la UNT 1995), vale decir que pueden asegurar el control de la institución y sus recursos. No
existe a prima facie una delegación de poder para actuar independientemente de las decisiones que adopte el Consejo
Superior, sin embargo es posible pensar que, tanto por la similitud en las temáticas con el Consejo Superior, como por el
carácter previo en el tratamiento de las mismas, existirían acuerdos previos en este grupo que le permite partir con una
base de votos importantes en el momento de decidir en el cuerpo colegiado algunas cuestiones.
Relación órganos personales y colegiados-7-
negociaciones que plantean acuerdos que son llevados a cabo por los
representantes de la gestión quienes, en el marco de sus atribuciones, pueden
tomar decisiones e informar posteriormente a los órganos colegiados. Aparece
aquí una cuestión bastante atendible y reconocida, la de la desarticulación entre
los tiempos que requiere la toma de decisiones al nivel de los funcionarios y los
tiempos que adopta el Consejo Superior para tomar conocimiento y posición. Si
bien esta razón explica la toma de decisiones anticipada de los funcionarios y su
posterior convalidación por el Consejo Superior, no justifica que decisiones de
carácter colegiado deban resignar su existencia, antes bien es necesario
considerar que este funcionamiento debe ser revisado desde su concepción
orgánica- legislativa.
e- la duración de sus mandatos.
Los representantes en el órgano colegiado proveniente de los órganos [uni]
personales tienen una mayor amplitud temporal que la de los representantes de
los diferentes estamentos universitarios, dado que su permanencia está ligada a
la duración del cargo que les da origen. Si a esta situación le añadimos las
posibilidades de reelección de los mandatos, encontramos que las posibilidades
de permanencia son superiores a los representantes por estamentos en una
relación estimada de 8 a 2 años entre un decano y un consejero por el estamento
estudiantil.
Esta continuidad en los cargos permite construir un espacio de aprendizaje
y conocimiento acerca del funcionamiento del órgano lo que refuerza las
condiciones de poder, no sólo en el desempeño de la función como Rector o
Decano, sino y sobre todo, en el desempeño como miembro del órgano colegiado.
Resumiendo los argumentos aquí expuestos permiten considerar que en
las formas actuales de gestión del gobierno universitario se evidencia una
tendencia a disciplinar la participación colegiada, fortaleciendo el desarrollo como
órgano de convalidación de políticas, más que de formulación de las mismas y
concentrando los niveles de poder en los órganos personales a través de un
sistema de lealtades que se manifiestan tanto en la intervención y reclutamiento
político en el momento de la elección de consejeros, como en los acuerdos previos
que se establecen en espacios distintos al colegiado.
A su vez, las relaciones entre los órganos de decisión [uni]personales y
colegiado, caracterizados por los dispositivos de funcionamiento analizados:
dominio del aparato burocrático, conducción de los órganos colegiados, poder
económico y simbólico de los cargos, simultaneidad de presencia en diferentes
espacios institucionales y duración de los cargos permiten admitir
una
desconfiguración de las prácticas institucionales frente a las prescripciones
normativas de los órganos de decisión que hemos considerados como estado de
configuración inicial.
Relación órganos personales y colegiados-8-
Bibliografía citada
Aubert, Nicole, Gaulejac, Vincent de, 1993, El coste de la excelencia. ¿Del caos a
la lógica o de la lógica al caos?, Barcelona, Paidós, Contextos.
Bianco, Ivonne,2001,Organización y Universidad Argentina. El caso del Consejo
superior de la Universidad Nacional de Tucumán, Tucumán, Departamento
de publicaciones de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT.
Hall, Richard, 1983, Organizaciones: estructura y proceso, Colombia. Prentice/Hall
Internacional.
Ibarra, Eduardo (coord.), 1998, La universidad ante el espejo de la excelencia.
Enjuegos organizacionales, México, Universidad Autónoma MetropolitanaIztapalapa, Col. CSH.
Meny, Ives y Jean Claude Thoening, [1989,1992], Las políticas públicas.
Barcelona, Ariel
Padioleau, J. 1982, L Etat au concret, Paris, Pressses Universitaires de France

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