Premiar y castigar mediante capacitaciones docentes

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Premiar y castigar mediante capacitaciones docentes
Premiar y castigar mediante capacitaciones docentes
Domingo 18 de Febrero de 2007 00:00
El Ministerio de Educación reiteró que solo se dará capacitación a los más de doscientos mil
maestros que fueron evaluados y que las entidades encargadas de dar ese servicio serán las
universidades. El Ministro José Antonio Chang dijo que la nueva capacitación se dará en dos
fases. La primera tendrá un promedio de clases de 220 horas los sábados y domingos. En la
segunda etapa habrá horarios intensivos de lunes a viernes y se desarrollará durante las
vacaciones de medio año. Cuenta con cien millones de soles. Ambas son propuestas
discutibles. Veamos Durante el contrapunto político entre el Ministerio de Educación y el Sutep
en torno a la exigencia de que los profesores acudan a la evaluación convocada por el
Ministerio de Educación, muchos apoyamos abiertamente la postura ministerial adhiriendo al
respeto a un elemental principio de autoridad que corresponde atender a todos los peruanos
ante la autoridad que tiene la responsabilidad de liderar y formular la agenda de gobierno para
el sector educación. Eso no contradecía nuestras objeciones previamente expresadas respecto
a la génesis de esta evaluación y su diseño. En la misma línea, quisiera sostener que es un
error considerar a la capacitación como un premio para quienes asistieron a la evaluación.
Supongamos que esta nueva capacitación servirá para algo. Es una suposición a verificarse, a
la luz de las declaraciones del propio ministro Chang aludiendo a que las capacitaciones de los
12 años anteriores resultaron en un improductivo derroche de 230 millones de dólares.
Corresponde seguidamente esclarecer desde el punto de vista político y pedagógico si las
capacitaciones deben ser consideradas un premio a la buena conducta de los profesores que
asistieron a la evaluación censal, o si más bien debiera ser entendida como una estrategia que
el estado pone al servicio de los profesores para lograr un mejor aprendizaje por parte de los
alumnos. El Ministro José Antonio Chang consideró que sería una total falta de respeto a los
docentes, que valientemente acudieron a dar la prueba de evaluación, si su portafolio atendiera
el pedido del gremio magisterial para que todos los profesores del país sean considerados en
el programa de capacitación. Dijo que “los maestros que asistieron al proceso de evaluación,
venciendo todas las amenazas y oposición de una dirigencia intolerante, merecen más que una
consideración, nuestro mayor respeto”. Si el ministerio insiste en la postura de considerarla un
premio, podría ocurrir que los alumnos a cargo de los profesores inasistentes a la evaluación
queden doblemente castigados. Por un lado, porque la inasistencia podría reflejar que los
profesores que no asistieron por rebeldía al ministerio (o por enfermedad, viaje o por vivir en
localidades tan apartadas que les resultó imposible asistir, entre otras razones valederas),
podrían incluir una importante cantidad de profesores mal preparados cuya situación real
desconocemos porque no fueron evaluados. Segundo, porque se privará a los alumnos de
estos profesores de la posibilidad de estar en manos de docentes mejor capacitados para
enseñarles. No parece tener mucho sentido esta estrategia de castigar a los alumnos porque
los profesores se portaron mal, renunciando el ministerio a ofrecerles profesores mejor
capacitados. El ministerio podría buscar otras estrategias para hacerles notar su falta a los
profesores que no quisieron cumplir con lo dispuesto por la autoridad, que no implique afectar
aún más a los alumnos. Sugiero que se capacite a todos los profesores a través de sistemas
audaces e innovadores de capacitación, limitando la extensión de las áreas a capacitar
solamente a lenguaje y aritmética básica, que son las áreas sobre las cuales se ha recogido
información en la reciente evaluación censal. Así mismo, que los premios a los de mejor
desempeño o el castigo a los disidentes no comprometan la obligación de todos los profesores
de capacitarse permanentemente. La semana pasada sugerí que el ministerio podría mantener
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su promesa de favorecer a los profesores que se ciñeron al mandato ministerial de la
evaluación censal frente a los rebeldes permitiendo que entre los primeros se haga una
selección adicional de los más destacados, para capacitarlos intensivamente y con ellos crear
una vanguardia de unos 1,000 docentes altamente calificados. Ellos luego visitarían todos los
colegios para proporcionar a sus equipos docentes una capacitación “in situ”, básicamente en
la enseñanza de lenguaje y aritmética, a partir de las dificultades evidenciadas en los
resultados de los alumnos y profesores de cada colegio en las pruebas nacionales
recientemente tomadas. Esto sí influiría directamente en el equipo docente y en su manejo de
los problemas específicos que afectan a su colegio, por lo que es más probable que deje una
huella favorable en el desempeño de los alumnos que estén a cargo de estos profesores.
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