Ideal Personal

Transcripción

Ideal Personal
Ideal Personal
P. José Kentenich
A. Esencia y definición
El ideal personal es una pequeña verdad que el individuo ha experimentado personal y
experiencialmene. Supongamos que yo sepa sabe Dios cuántas cosas sobre Dios, el alma y diversos
temas de la religión, y me sienta entusiasmado por las grandes realidades de la teología, pero no he
gustado aún tales verdades. Si ésta es mi situación, entonces esas verdades no pueden constituir mi
Ideal Personal. Justamente porque el Ideal Personal descansa sobre una verdad experimentada personal o prácticamente.
Cuando la receptividad original de una persona, tanto para las cosas naturales como para las
sobrenaturales, es captada en lo más íntimo, de manera original y personal, por una determinada
verdad de Dios, entonces estamos hablando de su Ideal Personal.
1. Receptividad para los valores naturales y sobrenaturales
No se trata en absoluto de mero subjetivismo. Dios habla a través de palabras y también de
hechos concretos. Él expresa cada uno de sus deseos, su voluntad, también mediante la disposición y
receptividad originales de cada persona. Dios me dio una receptividad para los valores de tal y cual
tipo, y no otra. Y con ello determinó de antemano los valores que podrán y habrán de desplegarse en
mí con mayor intensidad. Vale decir que con la receptividad para los valores, Dios ha determinado a la
vez mi Ideal Personal.
2. Estar captado en lo más íntimo, de manera original y personal
Se trata pues de una captación original y personal, precisamente porque la receptividad para los
valores es personal y original. Desde el punto de vista de la psicología, el Ideal Personal es una conformación espiritual de la psiquis y del alma que ha sido querida por Dios. Una conformación que, cultivada con fidelidad, se desarrollo orgnánicamente impulsada por la gracia y madura en la libertad de
los hijos de Dios.
O bien, dicho en otros términos, es un modo original de comunión de vida con Dios, de comunión de vida personal e íntima. Hablamos de estar captado interiormente porque en el Ideal Personal
se trata de una idea que ha captado al alma en su faz más íntima, y que crece desde lo hondo de ella,
mientras que desde afuera sólo recibe alimento y cuidado.
3. Por una verdad
Dicho con otras palabras: ¿Cuál habrá de ser el contenido de nuestro Ideal Personal? De alguna
forma debe estar presente en él el heroísmo de la humildad y del amor.
El amor debe estar vinculado a personas e ideas. De ahí que el cobijamiento que experimentamos
en Dios sea:
1
3.1. Un cobijamiento personal
Tengo que estar cobijado personalmente en la persona de Dios. Solemos olvidarlo con facilidad.
Y es así como en ciertas etapas de la vida vemos a Dios demasiado unilateralmente como una idea. De
ahí el peligro de que cuando debamos abordar determinadas situaciones de la vida nos sintamos solos.
Solos en el sentido de "aislados". Si únicamente corremos en pos de idea, con el tiempo no lograremos
salir de ese estado de aislamiento ni eludir tal peligro. Es necesario tener nuestro hogar en Dios. También suele pasas que cuando avanzamos en años a menudo andamos corriendo de la Ceca a la Meca,
buscando alternativas. La razón más profunda de este fenómeno radica en el hecho de que estamos
muy poco arraigados en Dios, tenemos muy poca vinculación con un Dios personal.
3.2. Cobijamiento a nivel de las ideas
Por otra parte, de alguna manera debe existir un cobijamiento a nivel de las ideas. Debo estar
objetivamente cobijado en las cosas de Dios, sentirme como en mi casas en el mundo vivo de las
verdades y de los valores de Dios. Si yo mismo tengo mi hogar en el corazón de Dios, podré velar para
que otros hallen un hogar personal similar. Si yo mismo tengo mi hogar en el mundo de valores de
Dios, podré velar para que otros encuentren un cobijamiento, amor y hogar similares a nivel de las
ideas. De esta forma mi Ideal Personal obrará y me impulsará como una tarea a cumplir; habrá pasado
de ser un Ideal de Personalidad a ser un Ideal de Tarea.
Vale decir entonces que en mi Ideal Personal de algún modo debe estar contenido el amor a Dios,
si bien no es importante que en su formulación figura la palabra "Dios". Hubo santos que tuvieron
una vivencia tan profunda de las almas del purgatorio o del Ángel de la Guarda, que esa experiencia les
sirvió como trampolín hacia el mundo sobrenatural. En las palabras que eligieron para la formulación
de su Ideal Personal resonaba todo el mundo sobrenatural. De manera similar no es necesario que la
palabra "Dios" esté presente en la formulación del Ideal Personal, pero sí debe estar resonando, debe
percibirse a nivel de las vivencias ligadas a ese Ideal.
B. Formulación
1. La formulación debe ser breve
Vale decir no buscar formulaciones complementarias para las nuevas vivencias religiosas que
tenga, ni tampoco ir incorporando esas nuevas vivencias a la formulación ya existente. Sencillamente
ellas deben asociarse, integrarse a la vivencia central. Por ejemplo, en la frase "Arraigado en Dios"
resonará todo lo que yo haya experimentado y lo que habré de experimentar en esa área.
Por eso, en lo que hace a su formulación, el Ideal Personal puede ser un poco más largo o un poco
más breve, incluso estar constituido por una sola palabra, por la mención de una sola persona. Por
último tenemos formulaciones de una sola palabra, tal como lo vemos en Vicente Pallotti: "Dios".
Incluso en este último caso se justifica hablar de Ideal Personal, ya que la experiencia que cada ser
humano tiene de Dios es personal y, además, original.
2
2. La formulación tiene que estar asimismo saturada de valores
Es algo evidente, pero me permito volver a ponerlo de relieve. Ningún hombre que quiera llegar
a ser efectivamente una persona madura puede prescindir del Ideal Personal en la consecución de su
meta. Y este postulado tiene vigencia perpetua; la tuvo en el pasado y la tendrá en el futuro. Ahora
bien, hubo una época en la cual no hacía falta tener presente a nivel reflexivo el Ideal Personal, porque
por entonces existía una atmósfera sana, religiosa. Pero hoy carecemos de tal atmósfera y por lo tanto
es necesario tener una imagen clara, captar claramente a nivel reflexivo el Ideal Personal.
Si hoy lanzamos a nuestros jóvenes a la vida cuando su núcleo vital, su personalidad, no está áun
suficientemente maduro, ni poseen todavía un conocimiento reflexivo de su Ideal Personal, acabarán
por perderse en ese ambiente en el cuál deberían insertarse. Por eso es preciso que yo tenga una visión
intelectualmente clara de mi Ideal Personal, y que éste sea para mí un ideal transido de valores. Tiene
que se además expresión de una vivencia personal de determinados valores, de la vivencia central de
mi historia personal; una semilla que ha comenzado a germinar, a crecer y a madurar lentamente
desde adentro hacia afuera.
3. La formulación tiene que ser reflejo de una vivencia orgánicamente integral
Debe traducir con fidelidad todo ese organismo o mundo de valores que está resonando en mi
alma. No acuñar una formulación por un lado y dejar que esas resonancias del alma fluyan por otro.
C. Profundización a través del aporte de otras expresiones
Me estoy deteniendo en estas cosas porque el tiempo en que vivimos nos exige tener claridad
sobre ellas y ser capaces de transmitirlas a otros. Hace ya cuatro o cinco años se pudo escuchar una voz
particular de estos tiempos que corren. Se trataba de un artículo sobre el así llamado "punto central" o
bien la importancia de "fijar un objetivo" en el área religiosa. Ustedes conocen ya el librito sobre el
"pequeño secreto". En él se sugiere a la persona que se ha confiado a un acompañamiento espiritual,
que repita con frecuencia alguna jaculatoria que esté asociada a una vivencia particular o bien que le
haya ayudado concretamente en la vida. Ese pequeño secreto es llamado muchas veces la "respiración
original del alma".
Todas estas cosas son otras tantas expresiones para designar una misma realidad. El pequeño
secreto, la jaculatoria o como queramos llamarlo, debe ser una y otra vez el punto de descanso hacia el
cual volver cuando nuestro trabajo así nos lo permita. Por ejemplo, una jaculatoria como: "Señor, te
hago ofrenda de todo mi amor, de todo mi puro amor sacerdotal". Ésta sólo será un "secreto" si constituye una vivencia realmente personal y va colmando cada vez más mi persona.
Por otra parte, con el paso del tiempo ya no deberá haber vivencia que no pueda ponerse en
contacto y relación con el Ideal Personal. Y esto vale también para los propósitos que tomemos. Más
allá de lo original que sean, deben estar en sintonía con ese Ideal Personal. En resumen, cuando no esté
tan urgido por el trabajo, procuraré que toda mi interioridad repose en el Ideal.
Por último, ese secreto sólo será genuíno si gracias a su cultivo mi alma se va desprendiendo
progresivamente de lo que no es de Dios o de lo que se opone a Dios, y de todo aquello en lo cual Dios
se complazca menos.
3
Otras imágenes que podemos traer a colación aquí son, por ejemplo, la de la cuna o del nido. El
Ideal Personal es como un lugar de descanso sea cual fuera la situación en la que esté yo inmerso.
Ahora bien, una única y gran idea no podrá, con el tiempo, servir de punto de apoyo y descanso.
En efecto, si no estamos arraigados directa o indirectamente en una persona divina, entonces el alma,
en verdad no hallará un descanso auténtico. ¡Es preciso amar a Dios como persona! Eso es lo que nos
dará paz, seguridad y cobijamiento. En medio de las tormentas y perturbaciones que se ciernen y
abaten sobre nosotros, ¡cuán importante es ese descanso! Sí, un cobijamiento transido de paz es más
importante que la práctica de quién sabe cuántas mortificaciones arbitrarias, hechas sin respetar el
contexto psicológico de la persona. En este último caso es posible que yo lleve una vida tan ascética
que se me podría canonizar mañana mismo. Sin embargo, en momentos de soledad quizás sienta en
carne propia cuán grande es mi falta de cobijamiento, de arraigo interior...
4

Documentos relacionados