foro para afiliados
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Editorial para el Portal de CANIDRA FORO PARA AFILIADOS La Junta Directiva de la Cámara Nacional de Comercio de Autopartes (CANIDRA) decidió celebrar un Foro con sus afiliados sobre la Ley de Costos y Precios Justos. Y lo hará el martes 16 de agosto en su sede, a partir de las 03:00 de la tarde. Desde luego, confía en que sus representados detendrán su trabajo productivo de ese día, para ocuparlo en la comprensión del articulado de la norma, en la interpretación de sus propósitos. Y, desde luego, en la evaluación de sus posibles consecuencias en el funcionamiento de las unidades comerciales, como en la calidad de la relación de dichas empresas con los millones de propietarios de vehículos que, día a día, acuden a los mostradores del comercio formal de autopartes para proteger el funcionamiento de sus carros y asegurar el debido mantenimiento de los mismos. Las autoridades de CANIDRA, ciertamente, se complacerían mucho más con un voluntario desempeño estatutario dirigido a desarrollar charlas, talleres, seminarios y hasta programas especiales concebidos para atender a sus afiliados urgidos de sistemas administrativos y gerenciales que les permitan ser mucho más eficientes en su relación con la sociedad, la clientela y la economía en general. Pero eso, una vez más, no es posible. Y no lo será, porque, en Venezuela, los emprendedores, accionistas y gerentes responsables del funcionamiento de cualquier empresa particular, antes que planificar estrategias competitivas y desarrollar programas que concluyan en posibilidades expansivas de los negocios, están obligados a dedicar su mayor atención es a cumplir con un rosario de normas punitivas, como de disposiciones administrativas que prejuzgan sobre la supuesta conducta delictiva del comerciante de bienes y dispensador de servicios, y no sobre la valía de su presencia productiva en la sociedad. CANIDRA, no obstante su clara comprensión de dicha realidad, opta por celebrar el Foro el venidero 16 de agosto, que, por lo demás, equivale a otro episodio más entre tantos otros con los que le ha correspondido bregar después de casi medio siglo de actividades gremiales, y entre los que, inclusive, los que tienen que ver con controles de cambio, listas de precios, amenazas de multas, cierres y de juicios, ya forman parte del historial económico venezolano de siempre. Pero como también la historia de las restricciones a la libertad humana, y el comportamiento de quienes viven inspirados en esa práctica muchas veces conviven con la creatividad y las innovaciones, en esta oportunidad los venezolanos que trabajan ajustados al Estado de Derecho tienen que saber que en la Venezuela del Siglo XXI, cuando no se cumple con el canto a la discrecionalidad administrativa 1 que distingue la Ley de Costos y Precios Justos, el “delincuente” de marras tiene que estar consciente de que puede ser objeto de INHABILITACIÓN. Salvo que, apelando también a la creatividad y a la innovación, ese empresario prefiera informalizarse, cerrar su negocio y comercializar repuestos para automóviles al precio de la calle, que, por lo general, nadie los califica de proinflacionario, especulativo o similares; es decir, hacer lo mismo que sucede en Venezuela con gran parte del comercio de alimentos sujetos a controles de precios. 2