Obispo Villarroel proindígena - Kellogg Institute for International

Transcripción

Obispo Villarroel proindígena - Kellogg Institute for International
Proceedings published July 2012
kellogg.nd.edu/STLILLA
Obispo Villarroel proindígena
José Anadón
José Anadón is Professor of Spanish in the Department of Romance Languages and Literatures at
the University of Notre Dame. He received his PhD from the University of Michigan. Anadón
focuses his research on the chronicles of discovery and conquest of America, and contemporary
narrative of Latin America, particularly historical novels, novels about the Latin American Indian,
and urban novels. His publications include Pineda y Bascunan, defensor del araucano (1977), La
novela colonial de Barrenechea y Albis (1983), and Historiografia literaria de America Colonial
(1988).
Abstract
Bishop fray Gaspar de Villarroel had a profound influence on cultural, religious, political, and
social views in the XVII Century. His ideas were mentioned extensively by national and
international writers during his time. The books that provided notoriety to Villarroel in Spain and
the American Indies were: Commentarii in Librum Judicum (Madrid, l636), plus the three
volumes of Semana Santa: tratado de los comentarios, dificultades, i discursos literales i místicos
sobre los evanjelios de la cuaresma (Lisboa, 1631; Madrid, 1632; Sevilla, 1634). This was all that
he had published in the Peninsula before being transferred to Santiago, Chile.
The Creole fray Gaspar de Villarroel was born in Quito, completed his doctorate in Lima,
lived in Spain for several years, and was named bishop of Santiago in 1637. He remained in Chile
until 1651, and then he was transferred as archbishop to Arequipa, Perú. The bishop shared in
Chile a decidedly proindigenous attitude which corresponded to the ideological framework of the
Jesuit Luis de Valdivia, the Creole Jesuit Alonso de Ovalle, the military officer Pineda y
Bascuñán, and the peninsular Jesuit Diego de Rosales who, from his arrival in Chile in 1629 until
his death in 1677, developed an inexhaustible work among the Indians. These writers, and a few
others, represent the great figures of prose writing in the XVII century, linked here by common
proindigenous ideas.
The Augustinian Villarroel’s position concerning the Indian has not been studied until
today. Although written in Chile, his most important work, Govierno eclesiástico pacífico, y
unión de los dos cuchillos, pontificio y regio (Madrid, 1656-1657) took about ten years to be
published due to, among other setbacks, an earthquake and a shipwreck. Those thick folios
contain abundant information, which helps us understand the society of the period. In the present
essay we will concentrate on the ideas of Villarroel with respect to the theme of Mapuche ritual
cannibalism. We will notice surprising analysis and new, amazing resolutions! These treatises
published in Dos cuchillos illuminated a lucid and strong defense of the Araucanians.
After Las Casas’ death about one hundred years earlier, it is instructive to see, only in the
region of Chile, figures such as those of Villarroel, Ovalle, Valdivia, Rosales, and Pineda, gravely
concerned about the destiny of American Indians.
STLILLA-2011 Proceedings
Anadón
1
Antecedentes
En el siglo XVII, a lo largo del país de Chile, los indios mapuches practicaban el canibalismo
ritual. Los españoles intentaban infructuosamente de impedirles efectuar ese ceremonial, pero no
lograban convencer ni siquiera a los soldados mapuches que eran sus amigos más cercanos.
Varios cronistas de la época relataban esos incidentes, como Luis de Valdivia, Alonso de Ovalle,
Diego de Rosales, y Pineda-Bascuñán1. En la última edición del Cautiverio feliz de Pineda y
Bascuñán publicada el año 2001 en dos volúmenes aparece como adorno de la portada
precisamente el dibujo que hace Pineda y Bascuñán en su libro sobre este ritual canibalístico.
Otras representaciones pictóricas a plena página del mismo ritual aparecen en el texto del
Cautiverio feliz2. Luego se narran detalladamente los sucesos del canibalismo ritual en los
capítulos 10 y 11, y siguen alusiones más breves a lo largo de todo el libro3. Se hace necesario
afirmar que esta ceremonia ritual constituye un complejo tema que explica, define y estructura
toda la obra de Pineda y Bascuñán, lo cual no se había destacado hasta ahora. Lo demostraremos
cabalmene en otro momento. Referiremos aquí una cuidadosa investigación muy poco conocida
realizada por el Obispo agustino Gaspar de Villarroel, publicada por esos mismos años, sobre el
tema del canibalismo ritual entre los mapuches de Chile4. Villarroel expone un contexto más
amplio, general, teórico, flexible, que permite a muchos españoles entender mejor la importancia
de esa extraña y desconcertante ceremonia mapuche, utilizando nuevos y variados elementos
comparativos.
En este ensayo aportamos primero una breve introducción sobre el canibalismo ritual
mapuche según Pineda y Bascuñán. Luego presentamos el novedoso estudio del Obispo Gaspar
de Villarroel. Ambos autores comparten agudas concordancias.
1
Eugene H. Korth, S. J., Spanish Policy in Colonial Chile. The Struggle for Social Justice, 1535-1700 (Stanford,
California, 1968), espec. caps. VI y VII. Víctor Maturana, Historia de los Agustinos en Chile, 1 (Santiago, 1904),
468-483. Juan Ignacio Molina, Compendio de la historia civil del Reyno de Chile, traducida y anotada por Don
Nicolás de la Cruz, II (Madrid, 1795), 137-138. Ramón Briseño, Repertorio de Antigüedades chilenas (Santiago,
1889), 403-404.
2
Francisco Núñez de Pineda y Bascuñán, Cautiverio feliz, Edición crítica de Mario Ferreccio Podestá y Raïssa
Kordic Riquelme, Estudio preliminar de Cedomil Goic (Santiago, Gobierno de Chile, Consejo nacional de fomento
del libro y la lectura, Universidad de Chile, Seminario de Filología Hispánica, Facultad de Filosofía y Humanidades,
RIL editores), I, 293 y 294.
3
Cautiverio, Discurso 1, pp. 289-304.
4
El Doctor Don Fray Gaspar de Villarroel, de la Orden de San Agustín, Obispo de Santiago de Chile, Govierno
Eclesiástico pacífico, y unión de los dos cuchillos, pontificio y regio. . . Al Rey Nuestro Señor en su Supremo Real
Consejo de las Indias (En Madrid, Por Domingo García Morrás, Impresor de Libros, 1656-1657).
STLILLA-2011 Proceedings
Anadón
2
Pineda
El Cautiverio feliz de Pineda y Bascuñán es curiosa mezcla de tratado, memorial, novela y centón
de noticias autobiográficas e históricas. Pieza clave, ilustra como pocas la perenne zozobra de la
vida en la región de Arauco, casi siempre alzada y sangrienta. Incluye también cuidadosas
referencias al canibalismo ritual mapuche. Estas noticias ahora se enriquecen con el trabajo del
Obispo Villarroel.
Se inicia el Cautiverio feliz alrededor de la ceremonia ritual: primero, en la gran batalla
llamada Las Cangrejeras los araucanos derrotan a los españoles, toman prisionero a Pineda y
aparecen los mapuches cordilleranos insistiendo en adquirirlo para celebrar un sacrificio ritual:
Luego que llegamos, otro día por la mañana se juntaron los dichos habitadores de las
nevadas cierras y vinieron al sitio adonde nos habíamos alojado mi amo [Maulicán] y yo,
con otros seis o ocho compañeros y amigos suyos, con resolución manifiesta de
comprarme para satisfacer el deseo que tenían de quitar la vida al hijo de Alvaro5.
Luego los indígenas cordilleranos aumentan cuidadosamente la presión a Maulicán para que les
entregue a su prisionero Pineda y así poder sacrificarlo. Primero:
Dieron muerte atroz a un pobre soldado que llevaban cautivo, para obligar a mi amo a que
no negase lo que le pedían.
Pineda explica que el canibalismo ritual es un tema complejo, y lo relaciona con:
actividades que quitan las vidas en los parlamentos a los españoles; … seremonias que
hacen con inhumanas acciones, y otros estraños ritos que en tales ocasiones obcervan6.
Continúa Pineda explicando la importancia de la ceremonia ritual caníbal para los mapuches, la
cual se convierte en tema central de su obra. Después de la victoria, los mapuches cordilleranos
hacen una junta de guerra para adquirir a Pineda, e insisten en su decisión:
5
6
Cautiverio, p. 79.
Ibid., p. 80.
STLILLA-2011 Proceedings
Anadón
3
Nuestro intento no es otro que engrandecer nuestros nombres y afijar los toques y
insignias antiguas de nuestra amada patria con la sangre de opinados (‘afamados’)
españoles, y solicitar con esfuerzo echarlos de nuestras tierras. Hoy parece que nuestro
Pillán—que así llaman al demonio o a su dios—nos es favorable y propicio . . . Y, para
seguir nuestra feliz suerte y dicha conocida, es necesario hacer un gran llamamiento con la
cabeza de ese capitán que te pedimos, que es hijo de Alvaro, cuyo nombre está derramado
y esparsido por toda la redondez de nuestra tierra7 . . .
Es decir, los araucanos quieren eliminar a los líderes españoles “afamados,” Pineda y Bascuñán
en este caso, para destituir esa fuerza extraña e invasora, y recuperar el control de su territorio. Y
ahí mismo, al comienzo del capítulo 10 del Cautiverio feliz, Pineda recuerda las palabras del
Obispo Gaspar de Villarroel, a quien continuará mencionando repetidamente a lo largo de la obra:
Como lo dijo agudamente el ilustrísimo Villarroel en sus comentarios sobre los Jueces:
Gran desdicha y sobrada miseria es que busque y apetesca el envidioso lo que le atormenta
y mata, que se apure y fatigue con el bien ajeno.
Apoyándose en los Comentarios de Villarroel y en una cita de San Valeriano, Pineda interpreta la
búsqueda del sacrificio ritual de los indios como un ejemplo de “envidia.” El canibalismo
mapuche era tema común en otros cronistas, pero ninguno lo explora con la extensión, detalle e
importancia temática como lo hace Pineda.
Villarroel
El célebre obispo don fray Gaspar de Villarroel tuvo una profunda influencia cultural, religiosa,
política y social en varios países durante el siglo XVII. Sus ideas fueron mencionadas
extensamente por escritores chilenos y extranjeros de su época. Los libros que dieron notoriedad
a Villarroel en España e Indias fueron Comentarii in Librum Judicum (Madrid, 1636), más los
tres volúmenes de Semana Santa: tratado de los comentarios, dificultades I discursos literales I
7
Ibid., pp. 295 y 296.
STLILLA-2011 Proceedings
Anadón
4
místicos sobre los evanjelios de la cuaresma (Lisboa, 1631; Madrid, 1632; Sevilla, 1634). Era
todo lo publicado por él en la Península antes de venir a Santiago de Chile.
El criollo quiteño fray Gaspar de Villarroel fue nombrado obispo de Santiago en 1637.
Permaneció en Chile hasta 1651, año en que fue trasladado al arzobispado de Arequipa, Perú. El
obispo compartió en Chile una decidida actitud proindígena y encuadra en la línea del padre
jesuita Luis de Valdivia, del criollo jesuita Alonso de Ovalle, del militar Pineda y Bascuñán y del
peninsular jesuita Diego de Rosales, quien desde que llegó a Chile en 1629, hasta su muerte en
1677, desarrolló infatigable labor entre los indígenas. Estos escritores, y algunos más,
representan las grandes figuras de la prosa del XVII, ligadas aquí por ideas comunes
proindígenas.
La posición frente al indio del agustino Villarroel no ha sido estudiada hasta hoy. Su obra
más importante, el Govierno eclesiástico pacífico, y unión de los dos cuchillos, pontificio y regio,
aunque escrita en Chile, demoró en publicarse unos diez años debido, entre otros contratiempos, a
un naufragio. En esos gruesos infolios se hallan abundantes noticias para comprender la sociedad
de la época. En el presente ensayo atenderemos a las ideas de Villarroel sobre el canibalismo
ritual araucano. Esta práctica preocupaba a los españoles porque no podían erradicarla. Veremos
sorprendentes análisis y novedosas conclusiones en Villarroel! Y en esas huellas del rito
impresas en los Dos cuchillos surge lúcidamente su defensa de los araucanos.
En la Parte II, Cuestión 15, Artículo IV de los Dos cuchillos, Villarroel expone el
problema general:
Si pecan los Indios de Chile, siendo católicos y militando en compañía del Ejército
Cristiano, cuando después de una victoria piden prisioneros a los Governadores para
matarlos, y luego comérselos.
Incluye una segunda parte:
Si pecan los Superiores en dárselos, y los Prelados en consentirlo8.
8
Dos cuchillos, p. 361.
STLILLA-2011 Proceedings
Anadón
5
Dice Villarroel que en todos los siglos se ha reprobado la celebración de victorias mediante
fierezas o violencias. Y nombra varios ejemplos que considera reprobables. Pero, aunque el goce
de la victoria debiera ser moderado, reconoce que es forzoso castigar al enemigo con severidad.
Recordemos sus ideas básicas sobre “matar” y “comer” a los prisioneros, donde trata de responder
a las peticiones de los mapuches.
Matar a los prisioneros
Villarroel expone un ejemplo de la Biblia sobre un riguroso castigo aplicado por Josué a los
vencidos en el lugar llamado Hai, y que lo hace siguiendo una orden de Dios9.
Jehová dijo a Josué: No temas ni desmayes; toma contigo toda la gente de guerra, y
levántate y sube a Hai. Mira, yo he entregado en tu mano al rey de Hai, a su pueblo, a su
ciudad y a su tierra (8:1)
Entonces Jehová dijo a Josué: Extiende la lanza que tienes en tu mano hacia Hai, porque
yo la entregaré en tu mano (8:18)
Josué y todo Israel . . . atacaron a los de Hai . . . (8:21)
Y el número de los que cayeron aquel día, hombres y mujeres, fue de doce mil, todos los
de Hai (8:25)
Y al rey de Hai lo colgó de un madero . . . (8:29)
Según lo prueba este y otros ejemplos, dice Villarroel, no pueden hacer menos los Gobernadores
de Chile, cuando conceden a sus aliados las cabezas de sus enemigos. Y afirma categóricamente:
Pueden los Gobernadores de Chile, sin lastimar sus conciencias, entregar algunos
prisioneros a los Indios que llaman amigos, para que los maten ellos10.
9
Biblia, Josué 8:1-35.
Dos cuchillos, pp. 361 y 362.
10
STLILLA-2011 Proceedings
Anadón
6
Esto es importante porque se refiere a los indios amigos. Es decir, los españoles e indios
mapuches amigos se unían para guerrear juntos contra los indios sublevados, como lo hacían
todos los conquistadores de América. El jesuita Rosales especificaba que existía una gran
variedad de conflictos guerreros:
Hai guerra que se hace para mal i destruición, como la que se hace a los moros y turcos,
enemigos de la fe i la cristiandad; y guerra que se hace para bien y pacificación, i no por
fin de hacer mal, como la que se hace a los indios, a quienes si mandan hacer guerra los
reyes católicos es para su bien, como lo muestran en sus reales y piadosas cédulas, a fin de
introducir en ellos la relijión cristiana, reducirlos a policía y sujetarlos a obediencia de
príncipes cristianos, que los gobiernen en paz y los conserven en justicia11.
Pero en los Dos cuchillos Villarroel va más lejos, porque habla de matar a los prisioneros y luego
comérselos. Para empezar, Villarroel reconoce culpas indígenas:
Porque aquellos bárbaros fueron tomados presos en guerra justa y por rebeldes, homicidas,
ladrones y por otros millares de delitos, sacrilegios, robos, incendios y estrupos están
antecedentemente proscritos, y tiene libertad el gobernador para elegir verdugos12.
El Obispo Villarroel aclara que la crueldad de los españoles contra los indios es disimulación y
castigo. Expone la forma de ejecutar la justicia entre los indios en sus tierras, y da amplia
responsabilidad y libertad al gobernador para ejecutar los castigos más crueles en enemigos
menos perniciosos. Cita la Biblia sobre varios episodios de castigos muy fuertes. Primero, habla
de Gedeón que no le concedieron su petición de vituallas para que sus hombres cansados se
repusieran antes de marchar a la guerra. Pero Gedeón ganó, y cuando regresó castigó fuertemente
a los que le negaron ayuda.
11
12
Cautiverio, p. 77.
Dos cuchillos, p. 366.
STLILLA-2011 Proceedings
Anadón
7
Entonces dijeron Zeba y Zalmuna [los dos reyes de Madián]: Levántate tú y mátanos;
porque como es el varón, tal es su valentía. Y Gedeón se levantó, y mató a Zeba y a
Zalmuna; y tomó los adornos de lunetas que sus camellos traían al cuello13.
Segundo, narra el castigo de dos viejos en Lisboa quienes solicitaban favores a la castísima
Susana14. Tercero, en la ciudad de Zarazin, el rey Iehú mató a Acab y a Iezabel, y seguía en ello
las órdenes de Dios15. Basándose en estos y otros ejemplos bíblicos, Villarroel justifica la acción
de los indígenas.
Comerse a los prisioneros
Dice Villarroel: “El segundo punto de la bestialidad con que los indios se comen sus prisioneros,
es disputa que han movido varones doctos . . . a si es o no es pecado.” Cita ideas de Santo
Tomás de que “matar un hombre para comer, ahí milita el homicidio.” Refiere también un caso
diferente de gran necesidad, cuando dos mujeres en el cerco de Samaria convinieron comerse
entre las dos a dos hijuelos suyos16.
Y hubo gran hambre en Samaria a consecuencia de aquel sitio … (6:25)
Y pasando el rey de Israel por el muro, una mujer le gritó, y dijo: Salva, rey señor mío.
(6:26)
Y le dijo el rey: ¿Qué tienes? Ella respondió: Esta mujer me dijo: Da acá tu hijo, y
comámoslo hoy, y mañana comeremos el mío. (6:28)
Cocimos, pues, a mi hijo, y lo comimos. El día siguiente yo le dije: Da acá tu hijo, y
comámoslo. (6:29)
13
Biblia, Libro de los Jueces 8:1-35.
Ibid. Daniel, cap. 13.
15
Ibid. 4 Reyes, cap. 10.
16
Ibid. 2 Reyes 6: 25-29.
14
STLILLA-2011 Proceedings
Anadón
8
Hay Doctores que expresan opiniones contrarias. Concluyen que esa práctica es un negocio. Que
los que la practican son bárbaros en extrema necesidad. Y Villarroel se detiene en las indecisiones
y dudas del padre Azor, en su libro Instituciones Morales.
Otros Doctores, por el contrario, apoyan las ideas del Cardenal Cayetano, del Padre
Thomás Sánchez y de otros más. Cayetano justifica que “un hombre con necesidad extrema come
carne humana. Porque es primero conservar la vida y no mata para comer, sino come del que ya
está muerto17.” Es decir, se podría aceptar el comer a otra persona si hubiera extrema necesidad y
si el sacrificado estuviera ya muerto.
Los ejemplos expuestos por Villarroel revelan una gran variabilidad de razones que
debieran analizarse y resolverse según cada caso.
Resolución
A lo largo del texto el Obispo Villarroel se dirige principalmente a los Gobernadores de Chile y
justifica varias veces que pueden permitir estos sacrificios a los indígenas.
Ahora, al final, compara las opiniones de Obispos y Gobernadores. Resuelve que los
Obispos deben dejar que los Gobernadores de Chile gobiernen sus tercios tranquilamente. Es
decir, los Obispos no deben intervenir, siguiendo sus propias decisiones. No deben mezclarse en
lo que los Gobernadores permiten a los indios, lo cual se justifica debido al largo y complicado
estado de la guerra de Chile18.
Estas reveladoras conclusiones señalan que debemos estudiar más cuidadosamente los
parámetros ideológicos, culturales y sociales entre españoles e indígenas en esta parte del mundo
en el siglo XVII.
Muerto el padre Las Casas cien años antes, resulta instructivo ver, sólo en la región de
Chile, figuras como Villarroel, Ovalle, Rosales y Pineda Bascuñán, entre otros, gravemente
preocupados por la suerte de los indios americanos.
17
18
Dos cuchillos, p. 364.
Ibid.
STLILLA-2011 Proceedings
The 2011 Symposium for Teaching and Learning Indigenous Languages of Latin America
(STLILLA) was the second in a biennial series of symposia organized by the Association for
Teaching and Learning Indigenous Languages of Latin America (ATLILLA). The Kellogg
Institute for International Studies at the University of Notre Dame hosted STLILLA-2011 in
collaboration with partner institutions.
For more information: kellogg.nd.edu/STLILLA

Documentos relacionados