Mejor que Hablar, es Callar

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Mejor que Hablar, es Callar
MEJOR QUE HABLAR, ES CALLAR
Quien alguna vez en su vida no ha metido la "pata"? , a mi me tocó en una ocasión en que fui consultado por una Sra.
mayor, vestida toda de negro incluso sus medias y sus pantuflas, probablemente debido a sus dolores no reparaba en
su imagen la cual se veía abandonada sin maquillaje ni tintura lo que aumentaba aun más su avanzada edad; su
acompañante, un hombre joven de impecable traje azul y aspecto deportivo se notaba preocupado por la salud de la
enferma; esperó pacientemente que terminara de revisarla para luego preguntarme, mientras la paciente se vestía: "y Dr,
cómo la ve?", "su mamá no va tener ningún problema en recuperarse...." agregué, a lo que me contestó: "es mi esposa
Dr..." yo me quedé estupefacto, pálido, evaluando todas las posibles explicaciones, disculpas o justificaciones y lo
único que pude decir fue ¡Pegame!.. ya no la puedo arreglar de ninguna manera, pero les aseguro que desde ese día la
forma de referirme respecto de las parejas cambió rotundamente ya no pregunto nada aunque venga a atenderse
Tutankamon con la tortuga Manuelita.....
Otra situación embarazosa se suscitó con una paciente que rigurosamente se atendía en nuestro instituto 1 vez por mes,
esta costumbre la había mantenido por largos años y esto debido a que la artrosis, típica de su avanzada edad, la había
torturado con grandes dolores durante gran parte de su vida y en los tratamientos que le implementábamos encontró un
gran alivio. Nos llamó la atención que la infaltable paciente dejara de concurrir a sus citas, al cabo de muchos meses
sospechamos lo peor. A determinada edad de un paciente, uno como profesional, lamentablemente, espera algún
desenlace natural y con esas reiteradas ausencias de la Sra., dimos por sobre entendido su fallecimiento, algo tan
desagradable que ni nos atrevimos a llamar a la flia. para confirmar la situación, personalmente uno se encariña con sus
pacientes y no es agradable reflotar el dolor hablando con los familiares.
Un día viene al instituto el hijo de la antigua paciente, un hombre ya mayor, arquitecto y que se había atendido en
muchas ocasiones; al ver la ficha sobre mi escritorio no quise que esperara y lo llamé inmediatamente, al entrar al
consultorio le dije con expresión acongojada: "arquitecto, como le va...lamento verdaderamente lo de su mamá, cuando
falleció?..." , el hombre sorprendido me miró y me dijo: quien le dijo que murió, si acá viene caminando atrás mío porque lo
quiere saludar..... Yo perplejo no supe que decir, para qué abrí la boca??, quién me manda estar suponiendo cosas sin
confirmar?? ,para salir del paso elegantemente, justifiqué: "no se, no me acuerdo quien me dio esa desagradable
noticia, y le aseguro, arquitecto, que me corrió un frío por la espalda..." y alegremente, ya sudando y de color verde le dije:
"le alargué la vida!!, le alargué la vida!!". La paciente había estado largo tiempo en la casa de la hermana en Europa y
estaba más sana que todos nosotros.
Como me hubiera gustado quedarme en mi casa en esas 2 ocasiones, pero no fue así, la metí y bien metida, ninguno de
los pacientes, ni el desparejo matrimonio, ni el hijo y la resucitada volvieron a consultarme, y por más que ya pasó un
tiempo bastante largo, ni pienso llamar por teléfono para ver como andan, en una de esas me dicen: Dr ,podría llamar
más tarde, estamos festejando los 150 años de mamá!!!!
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Generado: 22 December, 2016, 01:19