EL PATRIMONIO CULTURAL EDIFICADO DE MORELIA… MÁS

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EL PATRIMONIO CULTURAL EDIFICADO DE MORELIA… MÁS
Topofilia Segunda Época
Revista de Arquitectura, Urbanismo y Territorios
Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” BUAP
Vol. V Número 1, Mayo de 2015
EL PATRIMONIO CULTURAL EDIFICADO DE MORELIA…
MÁS QUE UN CENTRO HISTÓRICO
Mónica Sánchez Gil, Doctora en Geografía por la Universidad Nacional Autónoma de
México. Profesora por asignatura en la Facultad de Arquitectura de la Universidad
Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Tel Cel: (01) 44.31.83.29.17. Facultad de
Arquitectura, Edificio “I”, Ciudad Universitaria, Morelia, Mich., MÉXICO. Correo
electrónico: [email protected]
Resumen
La oferta turística de Morelia, basada en su acervo histórico y cultural es una importante
fuente de ingresos, por lo que una opción para el desarrollo de sus tenencias (pueblos) es
incluirlas en la agenda gubernamental mediante rutas de turismo cultural y festivales
artísticos.
El trabajo expone al patrimonio edificado como una manifestación cultural de las tenencias:
Chiquimitío, Cuto de la Esperanza, Teremendo de los Reyes y Jesús del Monte, cuyos
valores tienen que ver con la cultura popular, el saber colectivo y las tradiciones
constructivas.
Se observa la necesidad de convertir al territorio municipal en escenario para el
aprovechamiento y explotación racional de los bienes culturales, argumentándose que lo
mejor que podría sucederle al patrimonio de estos pueblos, sería considerarlo un
complemento del potencial turístico del centro histórico de la ciudad de Morelia, y sujetarlo
igualmente a su política de conservación.
Palabras clave: Patrimonio cultural edificado, potencial turístico, tenencias de Morelia.
Abstract
Tourism in Morelia, based on its historical and cultural heritage is an important source of
income, so a choice for the development of its towns (tenencias) is include them in the
government agenda through cultural tourism routes and arts festivals.
This paper presents built heritage as cultural manifestation of towns: Chiquimitio, Cuto de
la Esperanza, Teremendo de los Reyes and Jesus del Monte, whose values are related with
popular culture, collective knowledge and building traditions.
Is necessary convert the municipal territory in scenario for the development and rational
exploitation of cultural benefit, arguing that the best that could happen to the heritage of the
towns, is consider it a supplement to the tourism potential of the Morelia´s historical center,
and also hold it to its conservation policy.
Key Words: Built cultural heritage, Tourism potential, Morelia´s towns.
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Introducción
La ciudad de Morelia en el estado de Michoacán, es uno de los destinos turísticos más
importantes de México, gracias a sus raíces históricas y culturales, así como a la belleza de
los edificios de su centro histórico, que fue declarado en 1991 “Patrimonio Cultural de la
Humanidad” (Figura 1).
Figura 1. Aspecto del Centro histórico de Morelia, Michoacán. Fuente: http://forum.skyscraperpage.com
La declaratoria de la UNESCO incluyó mil 113 monumentos arquitectónicos, 260
de ellos considerados relevantes, por lo que visitar la capital michoacana es garantía de un
recorrido enriquecedor por sus 219 manzanas, distribuidas en una superficie cercana a las
400 hectáreas.
Según el documento se trata de espacios con valiosas características formales,
calidad constructiva, armonía de volúmenes y unidad plástica, pese a los variados estilos
arquitectónicos con que cuenta, y que abarcan desde tipologías del siglo XVI, hasta el
afrancesamiento del periodo porfirista.
Otra característica considerada en la declaratoria es la eliminación de aristas, líneas
y columnas en las esquinas de numerosos patios, lo que provoca una sensación de
continuidad y dinamismo al interior de los recintos, sin olvidar al llamado “barroco
tablerado” (González 1961, 48-50), que combina elementos decorativos escultóricos con
líneas de tableros y molduras, en la ornamentación de los inmuebles patrimoniales (Figura
2).
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Figura 2. Interior del Palacio Municipal de Morelia, Michoacán. Fuente:
http://venamorelia.com.mx
Además la UNESCO consideró como un modelo único en América, algunas
perspectivas urbanas de la zona, entre ellas los remates arquitectónicos de carácter
religioso, que enriquecen el paisaje urbano y le restan monotonía a la traza ortogonal.
La Ciudad Turística
Estos y otros atractivos han consolidado a la ciudad como el punto de mayor afluencia
turística en el Estado, sin olvidar que forma parte de las Rutas: “Don Vasco”, “De
Morelos”, “De la Salud” y “De Hidalgo centro” y que también, gracias a su actividad
económica, equipamiento e infraestructura, es destino obligado del turismo de reuniones,
congresos y convenciones, turismo religioso, educativo y gastronómico, entre otras
tendencias.
A sus fortalezas se suman la conectividad carretera con las principales ciudades del
centro de nuestro país (Ciudad de México, Querétaro, León, Guadalajara, entre otras), y su
cercanía con otros destinos turísticos estatales como son: Pátzcuaro, Quiroga, Uruapan,
Santa Clara del Cobre, Tzintzuntzan, Zirahuén, Cuitzeo, Tupátaro o Santa Fe de la Laguna.
Las ventajas competitivas de Morelia en materia turística se robustecen con una
oferta cultural que incluye festivales, fiestas y celebraciones de índole artística,
gastronómica, tradicional, comercial y religiosa, y que motivan a lo largo del año el arribo
de turistas provenientes del Distrito Federal, Estado de México, Guanajuato, Querétaro,
Guadalajara y estados del norte del país, principalmente.
De acuerdo al Perfil del Turista que Visita Michoacán, Perfitur, (García, S., & MA,
T. C.) en el año 2012 la ciudad contaba con 3, 931 habitaciones disponibles en un total de
116 establecimientos; la estadía promedio de turistas nacionales era de 3.46 noches,
mientras que la de estadunidenses y extranjeros de otros países fue de 8.16, 7.69 noches,
respectivamente.
Cabe señalar que la relevancia del turismo en la región ha sido subrayada por la
Secretaría de Turismo-Gobierno de Michoacán-Instituto Tecnológico y de Estudios
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Superiores de Monterrey Campus Morelia (2013), y el Instituto Nacional de Estadística y
Geografía, INEGI, los que estiman que el 8.3% del producto interno bruto del municipio se
origina en esta actividad a través de casi 26 mil puestos de trabajo, equivalentes al 9.5% del
total de la población ocupada.
Estos y otros indicadores demuestran que el turismo en Morelia se ha posicionado
como un pilar de desarrollo económico de la entidad, lo que compromete a todos los actores
involucrados a planear y unificar estrategias como la creación de nuevos productos
turísticos acordes a las vocaciones productivas, naturales y económicas de sus destinos.
Los Atractivos Turísticos del Municipio
En ese sentido, son las condiciones territoriales y geográficas de los municipios los factores
que determinan su desarrollo, de ahí la importancia de conocer los recursos humanos y
culturales con que cuenta el municipio de Morelia, a fin de proponer cualquier acción
encaminada a su aprovechamiento y explotación racional (Figura 3).
Por ejemplo desde 2011, ya se manejaba en la prensa moreliana que no sólo el
Centro histórico y las colonias de la capital michoacana hacían de Morelia un destino
preferido por turistas locales, nacionales e internacionales, sino que había también “otros
sitios como sus comunidades y tenencias, que deberían ser descubiertos incluso por los
propios morelianos para pasar sus periodos vacacionales” (Cambio de Michoacán, 22 de
octubre).
De manera específica se recomendó a las tenencias de: Cuto de la Esperanza,
Santiago Undameo, Atécuaro, San Miguel del Monte, Jesús del Monte, Santa María de
Guido, Morelos, Tacícuaro y Chiquimitío como “sitios donde se pueden encontrar bosques,
ríos, arroyos, cascadas, restaurantes, hoteles, gastronomía, diversión y ambiente familiar”,
entre otros elementos que aseguraban una estancia agradable y lejos del ruido.
Para los amantes de los deportes extremos, el diario citó como opciones a la
tenencia de Tacícuaro por sus recorridos y actividades eco turísticas como: cabalgata,
ciclismo y caminata, en las cuales se puede observar la flora y fauna características de los
cerros del Remolino, la Víbora y del Águila; o la de Atécuaro por encontrarse rodeado de
cerros con una vasta vegetación, por su peña al sur, la cascada y un juego de gotcha que se
ofrece entre pinos y encinos.
De ambas tenencias también destacaba su mercado turístico donde se pueden
encontrar artesanías populares y dulces típicos de la región, así como el paseo por los
portales aledaños a su plaza cívica, respectivamente.
San Miguel del Monte, otra de las tenencias morelianas, fue mencionada por sus
“cascadas, cabañas, comida… el canto de los pájaros… el respirar aire fresco… el sonido
del agua que cae… los cerros Los Lamentos, El Puerto Cisneros y El Gallo; el cerro La
Vieja, el cerro La Bolsa y el cerro Paredones.
En Jesús del Monte, abundó el diario, se puede “conocer la iglesia al Señor de la
Columna, en que se puede ver a un Cristo en una columna representando lo que vivió al
momento de ser flagelado… Cuto de la Esperanza cuenta con un kiosco y fuente de la
Esperanza, que son un atractivo de armonía para los turistas… Santiago Undameo, otro
poblado con ríos, arroyos, cascadas y caídas de agua, además de un área protegida de flora
y fauna… es el sitio ideal para las personas que gustan de hacer ecoturismo. Aquí, chicos y
grandes pueden divertirse en la Tirolesa “3 cascadas”, de más de 600 metros de caída, que
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cruza todo el cuerpo de agua de la presa de Umécuaro, sitio en que además pueden degustar
una exquisita variedad de platillos cuyo atractivo principal es la trucha… “.
Figura 3. Ubicación e Infraestructura para el Transporte del
municipio de Morelia, Michoacán. Fuente: Prontuario de
información geográfica municipal, INEGI, 2009
Conviene recordar que en la actualidad, el municipio de Morelia cuenta con 12
tenencias que están conformadas por 173 comunidades, entre las que destacan sus
cabeceras, pequeños pueblos que conservan en distintas expresiones su arquitectura,
paisajes y vida cotidiana, fiestas, tradiciones y gastronomía.
Sin embargo hay que mencionar que las tenencias más próximas a la ciudad de
Morelia tienden a desaparecer al quedar absorbidas por la mancha urbana de la ciudad,
prueba de ello es que recientemente las tenencias de Santa María y Morelos, cambiaron al
status de “colonia” en medio de disputas y de la inconformidad de sus habitantes, lo que no
significa que dejen de formar parte de la historia municipal.
Lo cierto es que los gobiernos municipales más recientes han conjuntado esfuerzos
para identificar áreas susceptibles de protección en términos ambientales, con las que se
puedan diversificar los productos turísticos municipales, y se han impulsado iniciativas para
promover las expresiones sociales, culturales y productivas de las tenencias, a manera de
incipiente ejercicio de turismo rural y diversificación de la oferta turística.
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La Diversificación de la Oferta Turística
Según el Plan Municipal de Desarrollo Morelia 2012-2015, la diversificación de la oferta
turística no sólo es fundamental para aprovechar las tendencias variantes en los intereses de
los paseantes, sino que representa una opción excepcional para lograr el desarrollo en las
diferentes tenencias morelianas, facilitando el reencuentro de los morelianos con su
municipio.
De ahí que el documento apueste a la promoción de la creatividad y la participación
ciudadana en la creación de nuevos productos como Rutas de turismo cultural; Promoción
de festivales culturales y artísticos locales; la realización de eventos deportivos con enfoque
turístico y 6 rutas de ecoturismo: Aventura, Mezcal y Trucha, Rural, Cultural,
Gastronómica y Eco turística, con las que se podrían aprovechar de manera sustentable los
recursos naturales que existen en el territorio municipal.
A decir de las autoridades, la Ruta del Mezcal y la Trucha debió haberse puesto en
marcha desde el año 2013 con un presupuesto inicial de 400 mil pesos para una producción
anual de 60 mil litros de mezcal, ocasionando beneficios directos para 40 familias
productoras y la generación de 300 empleos directos y alrededor de 600 indirectos.
De forma lamentable el proyecto no se ha podido concretar, por lo que han quedado en
espera los impactos prometidos para los habitantes de comunidades como El Ranchito,
Piedras de Lumbre, Agua Dulce, Tumbisca, Peña del Agua y Pino Bonito (Figura 4).
En su apartado sobre Sustentabilidad, Fomento y Desarrollo del campo, el mismo
documento señala que
“…para proyectar a nuestras tenencias como producto turístico, se trabajará en el
mejoramiento de la imagen, considerando que el aspecto además de embellecerlos
para su disfrute y promoción, rescatará el orgullo de pertenencia y el sentido de
identidad que indudablemente construye tejido social, señalando como acciones
específicas: el Desarrollo de alternativas turísticas sustentables en las tenencias; la
Creación de las Rutas de la Trucha y del Mezcal para el desarrollo económico y
social en las tenencias de Jesús del Monte, San Miguel del Monte, Atécuaro y
Santiago Undameo… así como el impulso a rutas ciclistas en el medio rural”.
Por su parte el Plan de Desarrollo Integral del Estado de Michoacán 2012-2015,
PLADIEM, tiene entre sus objetivos “consolidar a Morelia como destino cultural…
promover la creación de nuevas rutas y productos turísticos en zonas con vastos recursos
naturales y culturales, para el desarrollo del turismo rural, de naturaleza, aventura y
cultural… fomentar y promover las artesanías locales, el folklore, la gastronomía y los
productos regionales, así como coadyuvar en su revalorización”, entre otros.
Del mismo modo el Programa Estatal de Turismo 2012-2015, alineado al Plan de
Desarrollo Integral del Estado y a la Política Nacional de Turismo tiene entre sus objetivos
estratégicos: Impulsar el turismo rural, de naturaleza y aventura en los destinos con
atractivos y potencial turístico… el reposicionamiento de Morelia y Pátzcuaro como
principales destinos emisores al interior del Estado… Crear nuevos productos turísticos
acordes con la vocación local y regional… Identificar la vocación turística de los
municipios y regiones… e impulsar el turismo como una actividad transversal.
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Figura 4. Imágenes sobre la Ruta de la Trucha y el Mezcal y Ruta de Turismo rural en el municipio de
Morelia.
Fuente:
Sitio
oficial
del
H.
Ayuntamiento
de
Morelia.
Disponible
en:
http://www.morelia.gob.mx/lista-de-comunicados/664-iniciara-2014-con-las-rutas-del-mezcal-y-la-trucha-yde-aventura
Las tendencias de Morelia, un producto turístico
Así las cosas, en mayo de 2011 autoridades municipales (Agencia Quadratín, 15 de mayo)
reunieron a más de 200 personas de 5 comunidades indígenas de Morelia, en lo que fue la
Primera Expo Etnias, celebrada en una de las plazas de la capital. En ese lugar, los
participantes ofertaron alimentos tradicionales y artículos elaborados por manos indígenas
en los cursos y talleres que se ofrecen como parte del programa institucional “Atención a
etnias”.
Aquella ocasión, los responsables del evento esgrimieron que “todos los morelianos
debemos de estar orgullosos de nuestras raíces, por ello es importante que se den a conocer
tan bonitas tradiciones y la gastronomía con la que cuentan nuestros pueblos indígenas... La
Expo Etnias será el resultado de una tradición que año con año se lleve a cabo, para que
más personas conozcan de los grupos étnicos de la capital... se trata de rescatar, difundir y
promover las culturas originarias de Morelia, dentro de un marco respetuoso absoluto a sus
usos y costumbres, acompañando en el camino del desarrollo a dichas comunidades,
siguiendo las indicaciones y peticiones de las mismas”.
Dos años después el alcalde en turno compartió en la Expo Etnias 2013, “el orgullo
que sienten los morelianos por sus comunidades indígenas”, asentadas en las tenencias de:
Capula, Tacícuaro, San Nicolás Obispo y Teremendo de los Reyes. En el evento, 80
representantes de los 15 mil indígenas estimados ofertaron corundas, churipo, mole,
tamales de haba, atole, dulce de chilacayote, tatemado, bordados de cruz, alfarería, industria
del maíz, bisutería en semillas, entre otros productos.
En julio de ese mismo año, el Ayuntamiento moreliano impulsó la realización del
“Tianguis Cultural de las Tenencias de Morelia”, ofertando en el Archivo Histórico y
Museo de la ciudad de Morelia (AHMM), una muestra de tradiciones y productos
artesanales elaborados por un grupo de comuneros.
Aquella ocasión, morelianos y turistas pudieron disfrutar las famosas “Catrinas” y la
alfarería vidriada de Capula (Figura 5), así como una colección de documentos antiguos
fechados entre 1594 y 1945, algunos de ellos testimonios de denuncias ciudadanas y
solicitudes para la construcción de escuelas.
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Figura 5. Artesanía de Capula, “Catrinas”, Fuente: http://dejatver.com/www/wpcontent/uploads/2012/05/RDiciembre2014.pdf
Al año siguiente la réplica del ejercicio permitió a los visitantes conocer más sobre
los sitios emblemáticos, alimentos tradicionales, cultura y fiestas patronales de cada una de
las tenencias, y pudieron adquirir bordados y repujados tradicionales de Cuto de la
Esperanza, molcajetes de San Nicolás de Obispo, teja de barro de Tacícuaro, mezcal de
Atécuaro y plantas medicinales de Santiago Undameo, entre otros productos.
El evento cerró con la presentación del cuadernillo “Tacícuaro”, sexto volumen de
la serie Cantera Rosa editada por el AHMM, y los artesanos mostraron su interés para
seguir impulsando las actividades culturales de las tenencias, y posicionar así a la zona
rural del municipio como un atractivo turístico más.
Sobre el particular, autoridades del Archivo Histórico Municipal aseguraron
(Cambio de Michoacán, 28 de julio de 2014) que está en proceso, aunque lento, la
recopilación y sistematización de la historia de las doce tenencias de la capital michoacana.
De acuerdo a un comunicado, el proyecto involucra tanto a los adultos mayores que en las
comunidades se dedican a recuperar su historia, como a los testimonios documentales con
que cuenta el repositorio y que datan de los siglos XVI al XX.
Así mismo, el Ayuntamiento a través de la Secretaría de Turismo y Cultura reactivó
hace 2 años el programa Descubriendo las Tenencias, con el objetivo de “maximizar todo
el potencial arquitectónico, cultural y humano de nuestro municipio, así como ampliar el
abanico de la oferta turística que nos permita proyectar la riqueza cultural, artesanal y
gastronómica de las tenencias con solidez en el país”, según declaró a la prensa moreliana
el funcionario titular (Cambio de Michoacán, 22 de febrero de 2013).
El programa señaló, “consiste en realizar visitas guiadas a las diferentes tenencias; la
dependencia municipal apoyará con el transporte así como la explicación didáctica por
parte de guías turísticos acreditados; además brindará la posibilidad de participar en una
actividad ya sea cultural, en talleres artesanales, incluso recorridos por lugares donde se
puede practicar ciclismo de montaña, senderismo, rappel, tirolesa y remo”, comentó.
De acuerdo a la publicación, Descubriendo las tenencias programa 2 visitas al mes
a diferentes comunidades, donde se ofrecen gastronomía típica y artesanías regionales,
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como un beneficio tanto para los prestadores de servicio como para los habitantes de las
propias comunidades.
abe señalar que la modalidad de promoción de las tenencias, bajo el título de
“Conociendo las tenencias de Morelia”, inició en el año 2010 con la puesta en operación de
una unidad de transporte, que luego se elevó a tres, las cuales hacían recorridos dominicales
por las tenencias para que los paseantes conocieran “construcciones históricas como
iglesias de siglos atrás, lo mismo que bellezas naturales, manifestaciones artísticas,
artesanías y gastronomía” (Cambio de Michoacán, 2 de agosto de 2010).
De acuerdo a la publicación, así se demostraba “que Morelia no es exclusivamente
su Centro Histórico, sino que existe un potencial turístico en su área rural que debe
explotarse, pero es necesario darlo a conocer y una excelente oportunidad para ello lo
representan los propios morelianos, quienes quedan sorprendidos de saber que el municipio
cuenta con sitios de extraordinaria belleza”.
Apenas a inicios de este año, la misma dependencia con Fomento Económico del
Ayuntamiento de Morelia, el Consejo de la Ciudad y la iniciativa privada realizaron el
lanzamiento de un nuevo producto turístico denominado “Tour de Leyendas en las
Tenencias”, en el ánimo de fortalecer las seis rutas eco turísticas de la capital michoacana e
incrementar la derrama económica hacia su ámbito rural. La oferta fue planeada por
operadoras turísticas que ponen a disposición paseos nocturnos cuyas tarifas incluyen
transporte, entrada, leyendas, guías y cena de antojitos (Figura 6).
Figura 6. Participantes del Tour de Leyendas en las Tenencias. Fuente:
http://www.respuesta.com.mx/index.php/home/cultura/12106-inauguran-tour-deleyendas-en-las-tenencias-de-morelia.html
En ese tenor se realizó también la Primera Feria de las Tenencias de Morelia en la
cabecera de Tacícuaro, misma que incluyó la exhibición y venta de productos elaborados en
las mismas como: mezcal, alfarería, textiles bordados y molcajetes de piedra, así como
gastronomía, baile y jaripeo en Honor a la Virgen de la Candelaria, entre otras actividades.
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Según fuentes hemerográficas, trascendió que el Jefe de la tenencia de Tacícuaro fue quien
extendió la invitación a todos los morelianos para “que participen en estos eventos que
beneficiarán directamente a los habitantes de la comunidad y que ayudan a entender que
Morelia es más allá del Centro Histórico” (Cambio de Michoacán, 29 de enero de 2015).
Otras actividades que han contribuido a difundir las riquezas turísticas y
gastronómicas de las tenencias han sido, por ejemplo, el Festival del Chapulín en la
localidad de Umécuaro (Octubre 2014); la Feria de la Catrina en Capula (Noviembre); la
Feria Gastronómica del Nopal en Cuto de la Esperanza (Septiembre 2012); la Exposición
pictórica itinerante Tenencias de Morelia de Aldo Martín González (2015), realizada con
apoyos del Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico del Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes, CONACULTA, (El Sol de México, 24 de marzo de
2015); y el programa de activación física “Rodando por tus Tenencias. AtécuaroUmécuaro”, que consistió en llevar a jóvenes de Morelia a conocer las tenencias por medio
de un recorrido en bicicleta (Agosto 2013) (Figura 7).
No hay que olvidar que para convertir a las tenencias en un producto que pueda
ofrecerse a los turistas, los gobiernos tienen que invertir en la instalación o
complementación de la infraestructura básica, de manera que los paseantes puedan contar
durante su recorrido, con sitios como baños, paraderos y lugares donde adquirir o consumir
alimentos.
Figura 7. Promocional de la Dinámica “Rodando por tus tenencias” y “San Nicolás Obispo”, obra de la
colección
“Tenencias
de
Morelia”
de
Aldo
Martín
González.
Fuentes:
http://www.moreliainvita.com/paginas/contenido.php?id_evento=11093 y El Sol de México, (24 de marzo
de 2015) , disponible en: http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n3748430.htm
Lo anterior es bien sabido, puede detonar la economía de las localidades y
representar el fortalecimiento de la actividad turística de Morelia, concentrada hasta ahora
en los edificios religiosos, plazas, restaurantes y hoteles localizados dentro de la zona de
monumentos patrimoniales.
Por lo menos esa es la percepción que tienen algunos visitantes y prestadores de servicios
turísticos entrevistados por la prensa local, y quienes declararon que
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“…Morelia
cuenta con numerosos productos turísticos, muy interesantes y
llamativos, pero que se desgastan ante los ojos de quien nos ha visitado más de una
vez… hay turistas que llegan a Morelia y no saben que se pueden visitar espacios
fuera del Centro Histórico o hacer actividades más allá de los recorridos o
festivales… no todos los turistas recurrentes encuentran opciones de esparcimiento
en una oferta turística que ha permanecido esencialmente invariable en los últimos
años… los atractivos turísticos en Morelia por lo general son obsoletos… la
Catedral de Morelia es el primer concepto que viene a la mente de los turistas que
arriban a la capital michoacana…” (Cambio de Michoacán, 11 de abril de 2015)
El turismo en las tendencias, un asunto de patrimonio
El turismo en Morelia es una actividad reconocida por sus valores históricos, culturales y
artesanales, así como por ser la segunda fuente de ingresos, sólo después de las remesas que
envían los michoacanos migrantes, residentes en Norteamérica.
Esas son las razones por las que permite elevar la calidad y el nivel de vida de las
comunidades en las que se halla inserto, aunque para que incida favorablemente en sus
procesos, se necesitan nuevas fórmulas de desarrollo como el local, a escala humana,
sostenible, etc. (Troitiño 2002:10).
En ese sentido, se está redescubriendo al territorio como un recurso turístico y a la
cultura, como una estrategia para la formación de nuevas identidades, de ahí que una de las
tendencias actuales sea reconocer el potencial económico del patrimonio arquitectónico, así
como su condición de recurso esencial de turismo cultural.
En su acepción más amplia, (Azkarate et. al. 2003:3) el patrimonio son los bienes
heredados del pasado y por lo tanto, el patrimonio arquitectónico son los bienes edificados
a los que cada sociedad les reconoce o atribuye valores culturales.
Por eso el patrimonio arquitectónico y el urbanístico deben ser pilares al momento
de diseñar una estrategia turística, ya que es conocida la apreciación de los gobiernos y la
sociedad hacia la arquitectura no sólo a nivel estético, “sino de las esperanzas puestas en
ella”, para que a través de su venta turística se logren beneficios económicos en las
comunidades.
Si bien entre los valores de la arquitectura más apreciados por el turismo se
encuentran los elementos de singularidad puntual, la decoración, la antigüedad, los alardes
constructivos, el tamaño o la grandiosidad, hoy en día se habla de nuevos productos,
prácticas y motivaciones relacionadas con la búsqueda de la naturaleza, las salidas cortas, la
valoración patrimonial in situ, los precios más baratos, el ecoturismo, el patrimonio
paisajístico, etc.
Para el caso de las tenencias del municipio de Morelia, se reconocen como sujetos
de valoración y conservación, el carácter histórico de sus áreas urbanas, los elementos
materiales y espirituales que definen su imagen urbana, el aspecto de sus edificios, y las
relaciones y funciones adquiridas por la población y su entorno, en el curso de la historia.
Por eso es que la oferta turística de estos valores debería no sólo aumentar su propio
atractivo, sino convertirse en una actividad que diversifique el tejido productivo del ámbito
rural en el municipio de Morelia, optimizando los recursos locales, pero considerando
siempre en primer término a la población y sus expresiones culturales.
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Lo edificado… un patrimonio cultural
En los últimos cuarenta años el concepto de patrimonio arquitectónico ha sido
objeto de una profunda reconceptualización, al incluirlo como un testimonio material de lo
cultural.
En un primer momento la idea de patrimonio apareció estrechamente ligada a los
valores estéticos, históricos y artísticos, pero durante el siglo XX el concepto se extendió al
de ciudad histórica, es decir a los centros o barrios con su entorno natural o construido por
el hombre, por considerarlos documentos históricos y expresión de los valores propios de
las civilizaciones urbanas tradicionales.
Desde entonces la ciudad, y en su aspecto más amplio el territorio, se consideran
patrimonio cultural edificado pues involucran todos los aspectos y manifestaciones de la
cultura material pertenecientes a otra época, de ahí lo importante que resulta entender su
significado para poder conocer y explicar el devenir histórico de las sociedades y los
pueblos.
El patrimonio arquitectónico es la suma de los elementos físicos hechos por el
hombre como son: el tipo edificatorio, los espacios abiertos y el tejido urbano o trama
urbana, que es la manera singular en la que están dispuestos entre sí los espacios abiertos y
los edificados.
En ese sentido las tenencias de Morelia cuentan con un interesante patrimonio
cultural edificado que comprende entre otros elementos los asientos originales de los
pueblos cuyos valores se consideran también “auténticamente nacionales” después del
movimiento revolucionario de 1910 (Florescano 1997:7).
A continuación se exponen los ejemplos del patrimonio cultural edificado de las
tenencias mencionadas en sus aspectos: traza urbana, espacios abiertos y tipo edificatorio,
evidenciando sus características originales, consideradas así por hallarse dentro de los
límites de los asentamientos registrados en croquis y mapas de mediados del siglo anterior.
La traza urbana de las tenencias
Las causas que motivan el inicio de la formación de un tejido urbano pueden ser el
aprovechamiento de un cruce de caminos, la existencia de una edificación significativa o un
acto voluntario de proyectar calles (Noguera 1998: 23).
Uno de los componentes del tejido urbano es la traza o trama, que comprende dos
sistemas a estudiar: el parcelario, que divide el territorio en un cierto número de unidades
funcionales, las parcelas; y el viario, que está integrado por las calles vehiculares que dan
forma a la estructura vial general, y por las calles peatonales que invitan a un tipo de vida
más relajada y humana.
El sistema parcelario tiene que ver con la subdivisión de predios y el emplazamiento
de la vivienda, de suerte que en el ámbito rural dicho emplazamiento responde más a las
actividades de sus habitantes como por ejemplo el caso de los corrales o las zonas
destinadas para las actividades de traspatio.
La calle por su parte, tiene un carácter utilitario que permite el traslado de la
población, la organización de los edificios y predios, es la base para la estructura urbana y
referencia para delimitar los espacios abiertos de los privados.
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El sistema viario de Chiquimitío, en primer término, está creado a partir de un eje
vertebrador, que a manera de perímetro se adapta a las condiciones de la topografía y se
ramifica en algunas vías secundarias, pero no logra convertirse en un circuito debido a la
presencia de un río que lo atraviesa por ambos extremos.
De acuerdo a Ettinger (1999:35), en el pueblo de Chiquimitío la disposición de los
solares habitacionales a nivel urbano se da justo alrededor de las milpas, por lo que se
estima que pudo haber tenido su origen en la explotación comunal de las tierras.
La accidentada topografía en el caso de esta tenencia y la ausencia de calles
pavimentadas, ocasionaron que anteriormente los traspatios de las casas fueran utilizados
por los habitantes como vías de comunicación, por lo que prácticamente así se suplía, en el
sentido estricto, la función utilitaria de las calles.
Sin embargo de unos 20 años a la fecha, según una versión de lugareños, la
situación ha cambiado radicalmente; por cuestiones de inseguridad hoy se aprecian bardas
de piedra delimitando los traspatios, aunque la mancha urbana sigue prácticamente
inalterada, dividida todavía en 6 barrios que son: Lourdes, Cerrito, Chacuaro, Molino, Plaza
y Cruz de caminos (Figura 8).
Figura 8. Evolución histórica de la Traza urbana de la tenencia de Chiquimitío.
(Mediados de siglo XX a fecha actual) FUENTE: INEGI
Por su parte la tenencia de Cuto de la Esperanza es un ejemplo de traza en plato roto
en la que se observan terrenos irregulares, calles continuas sólo de forma paralela a la
avenida principal, y una serie de camellones, glorietas y jardines residuales de menores
dimensiones en la periferia.
El elemento jerarquizador de la traza es la plaza central y si bien la mayoría de las
manzanas son de grandes dimensiones, no son homogéneas en su forma ya que tienden al
rectángulo en la medida en que se acercan a la periferia.
De acuerdo a un plano histórico (Archivo Histórico Municipal de Morelia, 1952), la
traza de mediados del siglo XX contaba sólo con 9 manzanas habitadas y el trazo delineado
de otras tantas. Una carta urbana del INEGI y algunas fotografías aéreas permiten conocer
que hacia 1974, Cuto de la Esperanza ya contaba con 16 manzanas, cifra que actualmente
se elevó a 30.
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Cabe mencionar que en esta tenencia es notable la relotificación ya que de contar
con predios de hasta ½ ó 13 de manzana, hoy se cuentan hasta 37 lotes en la misma
superficie, lo cual hace evidente una transformación de su imagen urbana (Figura 9).
El sistema viario en la tenencia de Jesús del Monte es una superposición de un
sistema arborescente (Zamora 2002:71) y una inclusión de cuadrícula cuyo eje longitudinal
es una vialidad primaria y curva que viene de la ciudad de Morelia y que remata en el
templo del Señor de la Columna, a cuyos costados se localizan la plaza, la escuela y una
cancha de basketbol que parecen ampliar la zona recreativa.
Figura 9. Evolución histórica de la Traza urbana de la tenencia de Cuto de la Esperanza.
(Mediados de siglo XX a fecha actual) FUENTE: AHMM
En ese sentido la retícula es irregular con algunas manzanas residuales y el elemento
jerarquizador está conformado por la plaza y el conjunto religioso. A mediados del siglo
XX contaba con un total de 13 manzanas que a lo largo del tiempo han sido divididas hasta
alcanzar la cifra de 18.
Cabe señalar que actualmente la traza se caracteriza por un proceso de pérdida de
terrenos ejidales debido a la ampliación de la mancha urbana de Morelia y a una serie de
fraccionamientos de tipo residencial que han surgido a partir de que 20 ejidatarios
vendieron sus tierras en el año de 1991 (Figura 10).
Figura 10. Evolución histórica de la Traza urbana de la tenencia de Jesús del
Monte. (Mediados de siglo XX a fecha actual) FUENTE: AHMM
Finalmente en la tenencia de Teremendo de los Reyes el sistema viario es una rejilla
con encuentros ortogonales y trazo regular en la que la manzana de la plaza central resulta
ser la de mayor jerarquía, toda vez que se localiza en el cruce del antiguo Camino real, es
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decir en el punto donde se intersecan las rutas a Morelia y al antiguo asentamiento
prehispánico, por lo que también es un espacio articulador.
Sin embargo la manzana en la que se encuentra el Templo de los Santos Reyes es la
de mayores dimensiones, aunque cabe mencionar que no cuenta con acceso central a su
amplio atrio. El resto de las manzanas guardan homogeneidad en su forma y dimensiones.
Un plano histórico de Teremendo de los Reyes (AHMM, Caja 422, Exp. 3, Año
1952) revela que la traza prácticamente ha permanecido intacta creciendo de manera
natural, aunque lenta, hacia todos los puntos cardinales y continúa dividida en los cuarteles:
Nueva España, Independencia, Reforma y República que se distribuyen a partir de la plaza
en sentido contrario a las manecillas del reloj.
Como puede apreciarse, en la mayoría de los casos las vialidades primarias de la
tenencia o en su caso la prolongación de la carretera que las une a la ciudad de Morelia,
están estrechamente ligadas a los espacios abiertos ya sea porque los tocan tangencialmente
o bien porque rematan en ellos (Figura 11).
Figura 11. Evolución histórica de la Traza urbana de la tenencia de Teremendo de
los Reyes. (Mediados de siglo XX a fecha actual) FUENTES: AHMM e INEGI
De ahí lo importante que resulta estudiar enseguida a los espacios abiertos, pero
agregando a su función de jerarquía y orden a la traza, algunas de sus características
simbólicas y formales.
Los espacios abiertos de las tenencias
Los espacios abiertos están definidos por los paramentos de las edificaciones o en su
ausencia, por los límites de los predios y funcionan como áreas de convivencia, de
intercambio y de disfrute, donde los habitantes de una comunidad se encuentran y conviven
(Azevedo 2003:21).
Se conectan unos con otros en forma de red y su importancia radica en que “en ellos
se desarrollan múltiples actividades y manifestaciones culturales de la población como:
ferias, fiestas, tianguis y mercados, reuniones políticas, etc. determinantes en la animación
de zonas y barrios de la ciudad, el carácter y la imagen de las mismas” (Secretaría de
Turismo, s/a: 50).
Si bien es cierto que en la actualidad estos espacios muchas veces son el resultado
del remanente-sobrante que deja el crecimiento de la edificación o la acción de privilegiar
el espacio privado, resulta interesante no desvincularlos de su desarrollo histórico para
comprender la forma de vivirlos que tiene cada comunidad.
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Entre los espacios abiertos se cuentan los parques y jardines destinados a la
recreación y que inciden en aspectos y beneficios ecológicos y del medio ambiente, así
como la plaza considerada el centro de la localidad y un lugar de encuentro que contribuye
a definirle su carácter e imagen.
Entre otras funciones las plazas permiten paseos, estimulan la actividad en las
edificaciones del entorno, conforman nodos de animación y actividad para la población
local y el turismo, cumplen un papel articulador al ser puntos de referencia que relacionan
las diferentes partes o componentes de dicha estructura y desempeñan, además, el papel
simbólico de ser el corazón y centro de la ciudad (Schjetnan 1997:30).
En el caso particular de las tenencias estudiadas, las plazas continúan siendo el
centro de la vida pública de cada una de sus comunidades y como se verá más adelante,
algunas de ellas consolidan sus funciones y significado al estar vinculadas con las zonas
para el deporte y áreas cívicas.
La plaza de Chiquimitío, por ejemplo, está ubicada al sur oriente de la tenencia y
forma junto con la cancha deportiva y las oficinas de la Jefatura de tenencia, el núcleo
central del tejido urbano. Ocupa la totalidad de una manzana y está circundada por cuatro
calles abiertas al tráfico. Su forma es rectangular y se relaciona con el Templo del lugar a
través de uno de los ejes viales principales.
Por cuestiones topográficas tres de sus costados cuentan con escalones que le
imprimen jerarquía. Está vinculada con la carretera que llega desde Morelia y se percibe
como una apertura hacia las vialidades primarias que conducen prácticamente al resto de la
tenencia.
La plaza cuenta con un kiosco central hecho de cantería, columnas y cubierta de
concreto y teja de barro, es parada obligada para el transporte público aunque sin
señalamientos y está rodeada de comercios, servicios de salud y viviendas que perdieron
casi en un 60% sus características arquitectónicas (Figura 12).
Figura 12. Kiosco central de Chiquimitío y su localización urbana. FUENTE: Elaboración
propia
Por otra parte la plaza de Cuto de la Esperanza se localiza al norte de la traza
urbana, es de grandes dimensiones y está relacionada tanto con la carretera que va a El
Resumidero, como con la ciudad de Morelia cuyo acceso está jerarquizado con pavimentos
de piedra y un camellón.
Su forma es un poco trapezoidal y aunque no es propiamente el centro de la traza, sí
se constituye en el remate visual de dicha entrada. La plaza está rodeada por 4 calles
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vehiculares y dos de sus paramentos son discontinuos debido a la presencia de una vialidad
transversal.
Está relacionada indirectamente con el poder religioso (Templo actual) y en su
contexto se conservan dos tramos pequeños de portales a base de cubierta de madera, teja
de barro y tejamanil.
La plaza cuenta con un kiosco central, juegos infantiles, jardineras y arbolamiento,
una escultura contemporánea, bancas, canchas deportivas y un monumento conmemorativo,
por lo cual es utilizada tanto para el esparcimiento como para algunos actos cívicos y,
semanalmente, para un pequeño tianguis comercial.
El resto de los días la actividad comercial se realiza en las edificaciones
perimetrales, así como en los espacios porticados con viguería de madera y tejamanil con
techumbre de teja de barro que combinan el uso habitacional (Figura 13).
Figura 13. Portales de Cuto de la Esperanza y su localización urbana. FUENTE: Ing. Manuel
Rodríguez y Elaboración propia
De igual manera la plaza de Jesús del Monte está relacionada indirectamente con el
Templo y el atrio del lugar, con una cancha deportiva y una escuela con los que conforma
el núcleo del tejido urbano que es, a su vez, el remate de la carretera que llega desde
Morelia.
La plaza se relaciona con el poder civil al contar con las oficinas de la Jefatura de
tenencia de fábrica más bien contemporánea y no logra competir con la jerarquía del atrio
del templo que conserva sus dimensiones originales. Es arbolada y cuenta con placas
conmemorativas, desniveles y muretes de piedra, lo que impide la instalación de
comerciantes ambulantes quienes realizan sus vendimias a lo largo de la calle principal
permitiendo que la plaza conserve su función de esparcimiento y encuentro para los
habitantes (Figura 14).
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Figura 14. Plaza de Jesús del Monte y su localización urbana. FUENTE: Elaboración
propia
En el caso de Teremendo de los Reyes la plaza central está jerarquizada con
escalones y ocupa la totalidad de una manzana cuadrada rodeada de vialidades con adoquín,
así como por tres tramos de portales, algunos de ellos todavía con pilares, viguería y
zapatas de madera.
Está vinculada al poder civil ya que en uno de sus costados se localizan las oficinas
de la Jefatura de tenencia y es el elemento a partir del cual se marcan el resto de las
vialidades ortogonales de la tenencia. Cuenta además con áreas ajardinadas, árboles
frutales, bancas de concreto, una fuente, una antena telefónica de considerables
dimensiones y dos monumentos conmemorativos, por lo que sigue siendo escenario de
fiestas cívicas y una vez por semana alberga a un pequeño tianguis regional.
Sin embargo alrededor de la plaza comienza a detonar la actividad comercial en las
edificaciones, las cuales conservan su tipología tradicional hasta en un 60%. De ahí la
importancia de revisar enseguida las cualidades patrimoniales del contexto arquitectónico
de las plazas, es decir, el tipo edificatorio de las tenencias (Figura 15).
Figura 15. Plaza y portales de Teremendo de los Reyes y su localización urbana. FUENTE: Ing.
Manuel Rodríguez y Elaboración propia.
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El tipo edificatorio habitacional de las tenencias
Los edificios de una ciudad tienen como característica poder revelar no sólo “los factores
culturales de la población que habitaba al momento de su producción, sino también los
procedimientos constructivos de aquel momento y sobre todo, el uso al que estaba
destinado el inmueble” (Noguera XXX, XX).
La síntesis de estas características y su repetición en la ciudad constituyen el tipo
edificatorio que puede poseer diferentes valores patrimoniales ya sea por sus características
plásticas arquitectónicas, sus antecedentes históricos o por la carga simbólica que contiene
(Ballart 2003:224).
Como parte de los edificios patrimoniales se encuentra la arquitectura doméstica
que para el caso de las tenencias del municipio de Morelia es llamada vivienda tradicional o
vernácula no sólo por haber conservado durante un largo periodo de tiempo sus
características formales, materiales y espaciales, sino también por ser el reflejo material de
los aspectos culturales de los individuos que dieron origen y conforman el asentamiento en
el que se ubica (García, Ettinger y Bedolla, 2004).
Ésa es la razón por la que se ha generalizado el interés en el patrimonio de los
poblados tradicionales o incluso de los barrios y sectores urbanos contemporáneos,
permitiendo con ello la revaloración de la arquitectura doméstica en sí misma y no
únicamente en su calidad de contexto a las obras monumentales.
Con el propósito de subrayar precisamente esos valores en la arquitectura de las
tenencias del municipio de Morelia, es que a continuación se presenta una tipología
habitacional que registra y difunde las características del tipo edificatorio en aspectos como
emplazamiento, materiales y espacialidades.
En ese sentido, las viviendas tradicionales del municipio de Morelia comparten
algunas similitudes como la utilización de materiales locales y el uso recurrente de algunos
espacios, aunque con diferentes denominaciones.
De acuerdo a testimonios y vestigios se sabe por ejemplo que las primeras casas
construidas en la tenencia de Chiquimitío fueron de mampostería de piedra, adobe y lodo
aplanadas irregularmente en los exteriores y finamente en su interior con tierra colorada y
pintura a la cal, con techos a dos aguas de palma o zacate sobre estructura de madera y
carrizo, así como con pisos de tierra.
Sobre la espacialidad de la vivienda en Chiquimitío se puede comentar que sin
mayores variantes, las casas contaban con un patio al frente que conducía a un corredor
adornado con macetas, el cual permitía el paso tanto al área del fogón como a la habitación
y desde ahí a la del corral que podía tener también un acceso directo desde el patio a través
de trancas de madera y horcones. El emplazamiento de la vivienda es disperso (Figura 16).
De acuerdo al testimonio de algunos habitantes, los corrales carecían de límites
físicos o bardas por lo que en tiempo de lluvias y ante la falta de calles pavimentadas, el
traslado de bienes y personas se realizaba por el corazón de las manzanas.
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Figura 16. Planta arquitectónica y fachada de vivienda tradicional de
Chiquimitío. FUENTE: Elaboración propia.
Los materiales utilizados en las viviendas de Cuto de la Esperanza fueron piedra,
adobe y lodo, con techumbres a 2 aguas de palma o zacate sobre viguería, y se sabe que
contaban con un promedio de 3 habitaciones, corredores, cocina, patio y traspatio, pudiendo
existir casas señaladas por los propios habitantes como “originales”, con pozo, caballerizas
y bodega. La mayoría de las viviendas se encuentran agrupadas de forma lineal y continua
(Figura 17).
Figura 17. Planta arquitectónica y fachada de vivienda tradicional de Cuto de la Esperanza. FUENTE:
Elaboración propia e internet
Otro ejemplo es Jesús del Monte que fue “un caserío de indígenas… unas cuantas
casucas (sic)-tejamanil y adobe, o piedra y zacate” (Maillefert 1946, 222) y cuyos espacios
eran un patio central y alrededor suyo, tres cuartos, uno de ellos utilizado para cocinar, así
como un traspatio donde se guardaba ganado de diversas especies y cuyos derivados se
destinaban al autoconsumo. En esta tenencia es común observar las viviendas ordenadas de
forma lineal y continua, con frente a la calle (Figura 18).
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Figura 18. Planta arquitectónica y fachada de vivienda tradicional de Jesús del Monte. FUENTE:
Elaboración propia
Un acercamiento a la arquitectura habitacional de Teremendo de los Reyes revela
que la mayoría de las casas tradicionales fueron fabricadas con muros de adobe y piedra y
techos de teja soportada en madera, lo que les permite integrarse armoniosamente con el
paisaje natural de la tenencia al grado de mimetizarse a él en forma, color, alturas y
materiales.
En cuanto a la espacialidad de la vivienda se sabe que fueron las funciones y los
oficios tradicionales de sus habitantes, los que determinaron su construcción en una planta
y con espacios necesarios tanto para habitarla como para llevar a cabo actividades de
ganadería de traspatio y agricultura para el autoconsumo.
Así, a los espacios tradicionales de: zaguán, cuartos, patio, pajero-fogón-troje y
cocina se suma el de ekuarho, que es la zona trasera de la casa en donde se encuentran los
equinos: burros, caballos y mulas que todavía son utilizados por la familia como medio de
transporte y para el traslado de leña, tierra, etc. Aunque los límites de los predios se
conocen y son altamente respetados, el ekuarho no está delimitado físicamente y permite la
intercomunicación de la mayoría de las viviendas (Figura 19).
Figura 19. Planta arquitectónica y fachada de vivienda tradicional de Teremendo de los Reyes.
FUENTE: Elaboración propia
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Más que un centro histórico
Los valores del patrimonio cultural edificado de las tenencias del municipio de Morelia
distan mucho de ser los que caracterizan a la zona de monumentos de la capital, porque
lejos de apreciaciones artísticas o estéticas, están relacionados con la cultura popular, el
saber colectivo y las tradiciones constructivas.
Se trata de conjuntos históricos en los que se hallan inscritos los elementos de, traza
urbana, espacios abiertos y edificación, considerados no sólo referencias urbanas y
arquitectónicas, sino también signos de la memoria e identidad de las tenencias.
En el caso de las tenencias del municipio de Morelia puede afirmarse que la
mayoría conservan su trazo original y como elementos ordenadores y jerarquizadores a los
núcleos de los espacios abiertos y conjuntos religiosos.
Sin embargo en la actualidad, la subdivisión de predios por motivos de
recomposición familiar es el común denominador de las trazas de las tenencias del
municipio de Morelia, lo cual provoca en ellas una fragmentación de la homogeneidad
urbana y una transformación visual significativa, aunque de hecho el sistema viario no
presente mayores modificaciones.
Por su parte la vivienda que mayoritariamente ha sido construida con materiales
tradicionales y a partir de técnicas constructivas heredadas por generaciones, es la
definidora no sólo de la imagen urbana de las tenencias sino también el resultado de las
condiciones sociales y económicas de sus habitantes.
Al parecer estas condiciones fueron similares a mediados del siglo anterior ya que
de acuerdo a los vestigios y a la tradición oral, las viviendas del municipio de Morelia
compartieron formas, funciones y espacios como el patio, el corredor y el traspatio donde
los habitantes realizaban alguna actividad u oficio productivo.
Sin embargo y de acuerdo a otros estudios de la autora, la vivienda es entre los
elementos estudiados, el que mayores transformaciones ha experimentado a lo largo de los
últimos cincuenta años, precisamente por ser reflejo de los cambios sociales y económicos
de sus habitantes.
En ese sentido los cambios a las viviendas dentro de un contexto que parece no
alterarse con el paso del tiempo, responden necesariamente a las expectativas personales de
quienes las habitan y a la ausencia de una dinámica económica propia de la localidad que
aísla y desfasa las transformaciones de la vivienda con respecto al resto de los componentes
de la estructura urbana (García, Ettinger y Bedolla, 2004).
Quizá esto ha impedido descubrir en los valores patrimoniales de las tenencias, en
su arquitectura y en su urbanismo, un incentivo de desarrollo turístico que permita alcanzar
una incidencia de primer orden en la vida de sus poblaciones, ya que la dinámica turística
es considerada una importante fuente de ingresos.
Si bien es cierto que un pueblo no son sus calles, sus plazas y sus edificios, sino mas
bien sus hombres y su historia, el turismo rural y la valoración del patrimonio cultural
edificado son una verdadera alternativa a los históricos desequilibrios campo-ciudad.
De ahí la importancia de dimensionar en su justo valor el carácter patrimonial de
estos pueblos, a fin de potenciar un turismo de comunicación, y no uno de colonización
(Fourneau 1998:53) que aumente las diferencias entre los morelianos del ámbito urbano y
los morelianos de la zona rural.
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Un desarrollo sustentable en el municipio, implicaría convertir a todo el territorio en
un escenario de conservación, aprovechamiento y explotación racional de los bienes
culturales, ya sea los declarados Patrimonio de la Humanidad, o aquellos relacionados con
las formas de vida, las tradiciones y la cohesión social de localidades menores.
En ese sentido lo mejor que podría sucederle al patrimonio cultural edificado de las
tenencias del municipio de Morelia, sería considerarlo no sólo como un complemento del
potencial turístico que tiene el centro histórico de su cabecera, sino también como un sujeto
de su política de conservación.
Al igual que otras muchas comunidades rurales, las tenencias del municipio de
Morelia merecen “dejar de ser el patio trasero de la ciudad… el jardín de los urbanitas… el
espacio de recreo de los veraneantes de fin de semana…”, (Cánoves, Herrera y Villarino
2005, 76) y aspiran con toda su historia a reivindicar su papel de conservación social,
cultural y medioambiental del territorio.
Antes que Rutas turísticas, empresas artesanales o productos innovadores, los
habitantes de Chiquimitío, Cuto de la Esperanza, Jesús del Monte o Teremendo de los
Reyes merecen el mismo trato que los habitantes del resto del territorio municipal, por eso
sería conveniente otorgarles servicios educativos y asistenciales, infraestructura y ayudas
para el campo, en la conciencia de alcanzar con ello un equilibrio y sustentabilidad social
que favorezcan luego su consumo turístico.
Se aboga pues por una visión integral sobre el patrimonio cultural, como un recurso
turístico que facilite el desarrollo de las comunidades en las tenencias del municipio de
Morelia y que aunado a los recursos naturales, gastronomía, fiestas, música, tradiciones y
folclor, se promueva el disfrute, la valoración y la conservación de sus facetas
arquitectónica y urbana, manifestadas en sus elementos: Traza urbana, espacios abiertos y
tipo edificatorio.
Conviene reiterar que la actividad turística, por sí sola, no es la solución ni
inmediata ni definitiva, a los problemas económicos y sociales que tienen los habitantes de
cada una de las tenencias, aunque sí puede complementar y dinamizar otras actividades en
beneficio de su esperado y merecido desarrollo.
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