20 septiembre:TRIBUNA DE LA HABANA.qxd

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Jueves
Septiembre 17 / 2015
l Papa Francisco, Sumo Pontífice de la Iglesia Católica y
Jefe del Estado de la Ciudad del Vaticano, realizará una
visita apostólica a Cuba entre el 19 y el 22 de septiembre.
Desde su llegada a La Habana, recibirá una cordial
bienvenida del Gobierno cubano y del pueblo de la capital. Su
Santidad podrá apreciar el respeto, afecto y hospitalidad, que
todos le brindaremos, durante su estancia en nuestra Patria.
Constatará nuestro patriotismo y el arduo y fructífero
esfuerzo de la Nación por enaltecer al ser humano, por la
justicia y la cultura; por ese mundo mejor que no es solo
posible, sino indispensable.
Su presencia en Cuba confirmará el buen estado de las
relaciones existentes entre el Gobierno cubano y la Santa
Sede, que este año celebraron su 80 aniversario de nexos
ininterrumpidos.
E
ALEXANDER
A. RICARDO
Buenos Aires
en La Habana
“Ya que amarnos los unos a los
otros no resulta, ¿por qué no
probamos amarnos los otros a los
unos?”
Mafalda
unque las críticas me maten
hablaré del mate. Seré “traidor”
de la brisa habanera para sentir
Buenos Aires. Hoy dejo mi gorra
en un estadio de pelota y visto de
albiceleste como hincha
empecinado. Gritaré el olé, olé,
olé… contagioso de las canchas.
Monumental sensación con sabor a
Bombonera.
Bailo un tango sin saber mover los
pies, le doy un pase a Diego ante los
ingleses en el 86 y juego siempre en
A
Entre sus más importantes momentos se destacan las visitas
del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz a la Santa Sede en
1996, las realizadas a Cuba por los Sumos Pontífices Juan
Pablo II en 1998 y Benedicto XVI en el 2012, así como el
positivo encuentro sostenido, en mayo pasado por el
Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros Raúl
Castro Ruz con el Papa Francisco, en el Vaticano.
En los últimos meses, las autoridades vaticanas y la
Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, junto al Gobierno,
han trabajado para crear las condiciones
que permitan la exitosa realización de las actividades
previstas.
Los peregrinos de otras partes del mundo, que querrán
acompañarnos en esta significativa ocasión, serán acogidos
con la amabilidad que caracteriza a los cubanos.
el equipo de Quino. Beso el Rosario
de una provincia bendita. Escribo en
mayúsculas la M de Mafalda,
Maronna, Mundstock, Maradona,
Messi, Mascherano y Malvinas. Leo
a Borges en Villa Fiorito y recibo un
premio Mastropiero de Les Luthiers.
Suenan risibles su “y”, “ll” y “ch” en
este oído adaptado al ¡asere qué
bolá! Padezco el ego desbordado por
el río La Plata. Huele a asado el
atardecer del gaucho. Voy a mi
sentimiento más al sur, donde sobra
toda lógica y basta con un sol al
centro. Algo místico me atrapa en La
Patagonia, entre cordilleras cosidas
en Tierra de Fuego suena una
filarmónica con acento a vos, a la
Argentina.
MAGGIE
MARÍN
Las misas que oficiará en las plazas de la Revolución José
Martí y Calixto García, de La Habana y Holguín,
respectivamente, en las mañanas del domingo 20 y el lunes 21
de septiembre, contarán con la presencia masiva de
compatriotas de todas las provincias.
Se encontrará con obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas,
seminaristas y laicos. Saludará a jóvenes y familias cubanas.
Celebrará una misa en el Santuario de la Virgen de la Caridad
del Cobre, declarada por el Papa Benedicto XV, como Patrona
de Cuba.
Escucharemos las palabras de Su Santidad con respeto y
atención, mostrando que somos un pueblo educado y noble,
que como digno anfitrión, le presentará su historia, cultura
y tradiciones; inmerso en el proceso de actualización de su
modelo socioeconómico, comprometido en la defensa
de la soberanía nacional y en preservar sus conquistas sociales
y alcanzar el mayor bienestar para todos sin exclusiones.
Despediremos al primer Papa latinoamericano desde la
heroica ciudad de Santiago de Cuba, después de haberle
ofrecido una fehaciente demostración de nuestra unidad,
solidaridad y compromiso con la Humanidad.
Editorial publicado en el periódico Granma el 15 de septiembre
Guantánamo: Derechos
e izquierdos humanos
entro del municipio de Caimanera, en la
hermana provincia de Guantánamo, hay
una amplia y profunda bahía donde, como
sabemos, se encuentra la Base Naval estadounidense, con aproximadamente 117,6 km² (50
de tierra firme y el resto de agua y pantanos),
asiento de una prisión militar.
Referencias dignas de descrédito afirman
que ese espacio de nuestro territorio fue
“cedido” en 1903. Ni ese vocablo ni ningún
sinónimo plasman la realidad. Cuando Tomás
Estrada Palma firmó la infame Enmienda
Platt que otorgó al vecino poderoso el
arrendamiento perpetuo de esa área, Cuba
era un país recién salido de una larga guerra
independentista, intervenido militarmente
para arrancarle su emancipación, y al que por
“democracia” e “independencia” los
ocupantes le habían dado en 1902 la bandera
y un Gobierno de “ilustrados”.
Desde aquel momento la historia de ese
terruño ha sido azarosa. Quizá la peor parte
sobrevino desde el último cuarto del siglo
XX, tiempo en que empezaron a usarla como
centro de reclusión de haitianos, y a partir de
2002, cuando en medio de la “guerra contra
el terrorismo” de George W. Bush, los
campos X-Ray, Delta y Echo comenzaron a
ser colmados de prisioneros, capturados en
Afganistán, en guerra contra los invasores
estadounidenses, y supuestamente vinculados
con Al-Qaeda y los talibanes.
Los rehenes no fueron juzgados ni
condenados, mayoritariamente. Aún 116 de
ellos vivían allí, en julio pasado, en un
auténtico limbo legal, circunstancia que
propició que fueran objeto de experimentos
ilegales prescritos por la CIA y, como
recordamos, de terribles torturas a manos de
rangers y marines allí apostados.
La enciclopedia en línea Wikipedia dice
que debido a que la soberanía de la Bahía de
Guantánamo reside en Cuba (dígame usted),
el Gobierno estadounidense argumentó que
los detenidos en Guantánamo se encontraban
legalmente fuera de su país y, por tanto, no
se beneficiaban de los derechos
D
constitucionales que tendrían si estuvieran
en él.
Por supuesto, el asunto, que está en el
centro de cuantiosas acusaciones legales y
denuncias, se hace presente en biografías de
víctimas de torturas y malos tratos.
Hoy Estados Unidos sigue teniendo el
control exclusivo sobre la Bahía de
Guantánamo y su estación naval, establecida
en 1898; o sea, cinco años antes de la rúbrica
del perverso tratado, por lo que esa
fehaciente violación a la soberanía de Cuba
que llega hasta nuestros días, se arrastra
desde entonces.
No han valido las firmes exigencias de
nuestro Gobierno en procura de obtener la
abolición del convenio urdido bajo
ocupación militar para que esa parte de la
Patria vuelva a ser nuestra, 117 años
después.
Restablecidas las relaciones diplomáticas,
entre Cuba y Estados Unidos de
América, reinauguradas las embajadas
respectivas, aún no prospera el reclamo de
solucionar este asunto considerado entre los
más álgidos para alcanzar la total y completa
normalización de los vínculos.
Asesores de seguridad del presidente
Barack Obama aseguran que está en
desarrollo un plan para cerrar la prisión
de Guantánamo, transferir a 52 detenidos a
otros países y trasladar, a cárceles
estadounidenses, a los reos demasiado
peligrosos (64, según reciente despacho
de la agencia de noticias Reuters).
Es, dice el The New York Times, un intento
del presidente Obama por cumplir la
promesa hecha al iniciar su primer mandato
en 2009 y obstruida por los legisladores
republicanos que controlan el Congreso y
podrán seguir oponiéndose, como el
secretario de Defensa, Ashton Carter, quien
–igual que los anteriores en ese cargo–,
reitera la no existencia de planes para
devolverle a Cuba esa parte de su territorio
nacional.