ARiminUm - Emilia Romagna Turismo

Transcripción

ARiminUm - Emilia Romagna Turismo
Lugares e itinerarios de visita
Dónde estamos
Trento
Bellaria
Igea Marina
Torino
Helsinki
Oslo
Stoccolma
Dublino
Santarcangelo
di Romagna
Torriana
Montebello
Verucchio
Riccione
Talamello
Novafeltria
Sant’Agata Feltria
Casteldelci
San Leo
Maiolo
Pennabilli
AR
Coriano
Repubblica
di San Marino
Montescudo
Gemmano
fiume Conca
Varsavia
Amsterdam
Bruxelles
Berlino
Praga
Vienna
Parigi Monaco
Budapest
Milano
Bucarest
Rimini
Madrid
Roma
Londra
Rimini
Poggio Berni
Milano
Misano Adriatico
Algeri
Tunisi
Genova
Mosca
Montefiore Conca
Firenze
Perugia
Kijev
Roma
Riccione
- Museo del Territorio
- Puente sobre el rio Melo
- Área arqueológica de las farmacie comunali
Rimini
- Museo della Città
- Complejo arqueológico Domus del Chirurgo
(Casa del Cirujano)
- Arco d’Augusto
- Piazza Tre Martiri
- Puente de Tiberio
- Anfiteatro
- Porta Montanara
- Sitio arqueológico ex consorzio agrario
- Área arqueológica del Palazzo Massani
- Área arqueológica Camera di Commercio
Bari
Napoli
Cagliari
Catanzaro
Ankara
Palermo
Atene
Montegridolfo
Ferrara
Parma
Novafeltria
- Museo Storico Minerario Sulphur (Perticara)
Rimini
Ancona
Piacenza
Saludecio
fiume Marecchia
Cattolica
- Museo della Regina
- Área arqueológica ex-mercato ortofrutticolo
Ravenna
Cattolica
Montecolombo
San Clemente
San Giovanni
Morciano
in Marignano
di Romagna
Mondaino
Casteldelci
- Casa Museo S. Colarieti
Venezia
Bologna
Reggio Emilia
Modena
San Leo
- Pieve
- Duomo
Bologna
Ravenna
Santarcangelo di Romagna
- MUSAS Museo Storico Archeologico
- Puente de San Vito
Forlì
Cesena
Rimini
Verucchio
- Museo Civico Archeologico
San Marino
Principales distancias
kilométricas
Amsterdam, 1.405 km
Madrid, 1856
Bolonia, 121 km
Berlín, 1.535 km
Munich, 680 km
Florencia, 178 km
Bruselas, 1.262 km
París, 1.226 km
Milán 330 km
Budapest, 1.065 km
Praga, 1.089 km
Nápoles, 586 km
Copenhague, 1.770 km
Estocolmo, 2303
Rome, 343 km
Frankfurt, 1.043 km
Viena, 887 km
Turín, 493 km
Londres, 1.684 km
Zurich, 645 km
Venecia, 235 km
Riviera di Rimini
Travel Notes
Provincia de Rímini
Concejalía de Turismo
Concejalía de Cultura
Ariminum
y los recorridos arqueológicos
en el riminés
Riviera di Rimini Travel Notes
Colección editorial turística
realizada por la
Provincia de Rímini
Concejalía de Turismo
Directivo Symon Buda
en colaboración con la
Concejalía de Cultura
de la Provincia de Rímini
Textos
Angela Fontemaggi
Orietta Piolanti
Redacción
Grazia Barberini
Annarita Biondi
Marino Campana
Oficina de prensa
y comunicación
Cora Balestrieri
Fotografías obtenidas
del Archivo fotográfico
de la Provincia de Rímini
Se agradece
a los fotógrafos
L. Bottaro, P. Cuccurese,
P. Delucca, S. Di Bartolo,
L. Fabbrini, R. Gallini,
L. Liuzzi, G. Mazzanti,
T. Mosconi, Paritani,
V. Raggi, E. Salvatori,
R. Sanchini, F. Taccola,
R. Urbinati
Proyecto gráfico
Relè - Tassinari/Vetta
(Leonardo Sonnoli,
Igor Bevilacqua)
coordinado por
Michela Fabbri
Foto de portada
Detalle del mosaico de Orfeo
Complejo arqueológico
Domus del Chirurgo, Rímini
Fotografía de Emilio Salvatori
Agradecimientos
Ministerio de Bienes y Actividades
CulturalesSuperintendencia
de los Bienes Arqueológicos
de Emilia-Romagna
Empaginación
Litoincisa87, Rimini
(Licia Romani)
Traducción
Inlingua, Professional Language
Services, Rimini
Estampación
La Pieve Poligrafica Editore
Villa Verucchio (RN)
Primera edición 2011
Ariminum es una publicación
turístico-cultural de
difusión gratuita
Ariminum
y los recorridos arqueológicos en el riminés
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Presentación
Angela Fontemaggi, Orietta Piolanti
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Las señales de la historia
Angela Fontemaggi
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Tras las huellas del hombre primitivo
Los príncipes etruscos del Valle del Marecchia
Ariminum la fundación
Caput viarum
El territorio
La ciudad de Ariminum
Las domus de Ariminum
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Los itinerarios
Orietta Piolanti
32
37
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
Tras las huellas del hombre primitivo
Las señales del poder:
los príncipes etruscos del Valle del Marecchia
Las señales del poder: condottieri y emperadores
romanos en la historia de Ariminum
Caput viarum
El sitio arqueológico de Piazza Ferrari:
una pequeña Pompeya en el corazón de Rímini
De domus en domus
El Valle del Marecchia y los lugares de lo sagrado
Ambiente natural y trabajo del hombre:
tradición y actualidad en la economía entre tierra y mar
Ambiente natural y trabajo del hombre:
tradición y actualidad en la economía del Alto Valmarecchia
Antes de partir, ven a visitarnos:
www.riviera.rimini.it
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Museos y sitios arqueológicos de la Provincia de Rímini
encontrados en los itinerarios
ARiminUM
Y LOS
RECORRIDOS
ARQUEO
LÓGICOS
EN EL
RIMINÉS
Presentación
Angela Fontemaggi, Orietta Piolanti
Los itinerarios atraviesan la historia y la geografía de la provincia
de Rímini, hoy extendida hasta incluir los Ayuntamientos de Montefeltro en
el alto valle del Marecchia: Talamello, San Leo, Maiolo, Novafeltria,
Sant’Agata Feltria, Pennabilli y Casteldelci. En este rincón del interior
se abren paisajes que revelan un patrimonio monumental único, entre poderosas fortalezas, aldeas con torreones, antiguas parroquias, memorias de un
terrotorio conocido sobre todo por haber sido durante el medievo escenario
de rivalidades entre los Montefeltro y los Malatesta. Pero a la vez conserva la
memoria de su pasado más antiguo, desde la prehistoria a la antigüedad tardía.
Las vías de la arqueología se entrelazan con recorridos naturalísticos y enogastronómicos, encontrando realidades productivas con profundas raíces en la tradición, revelando la identidad de lugares conocidos para el
turismo. Siguiendo las huellas dejadas por el hombre en su largo camino, se
penetra en el alma de un territorio que ha sido siempre centro de hospitalidad,
región de contacto entre culturas, puerta abierta hacia la llanura padana y al
comercio, nudo de encuentro entre el norte y el sur, entre Roma y Europa!
Sorprende admirar monumentos ya conocidos por los manuales
de arquitectura, recorrer vias acondicionadas por cónsules y emperadores,
descubrir pequeños y grandes tesoros que hacen de todos los Museos del
sistema provincial, testigos de una página de nuestra historia, recorriendo los
senderos de lo sagrado, entrando en las domus para conocer los secretos!
Desde el interior hacia el mar, los itinerarios resaltan los recursos humanos
y naturales, poniendo el acento en la actualidad de lo antiguo, ofreciendo espacios para conocer las diferentes oportunidades de visita y de experiencias
organizadas por los Museos. Ocasiones dirigidas a las familias, a los más pequeños, a un público adulto, a los apasionados de cicloturismo. Sin olvidarnos
de hacer partecipes, siempre y cuando sea posible, a las personas invidentes
e hipovidentes.
La propuesta no pretende (no sería posible) agotar las potencialidades arqueológicas de la provincia, tanto como aplicar una “lente de aumento” sobre realidades particularmente vitales y originales, sugerir recorridos por
explorar directamente hacia el corazón de los orígenes de este rincón de la
Romaña.
La nueva edición, además de rendir homenaje a la entrada de los
nuevos Ayuntamientos del Montefeltro, ve enriquecer los recorridos gracias a
los tesoros de la nueva ala de la Sección arqueológica del Museo della Città
de Rímini, inaugurada en junio del 2010.
5
LAS
SEÑALES
DE LA
HISTORIA
Angela Fontemaggi
Tras las huellas del hombre primitivo
La historia de Rímini inicia justo en la playa! Dejémonos llevar por
el tiempo, cerrando los ojos para volver a abrirlos... hace un millón de años: nos
encontraríamos sobre un litoral arenoso movido por dunas e interrumpido por
desembocaduras guijosas de rios y torrentes. A nuestras espaldas, grupos de
coníferas alternadas con una espesa vegetación herbácea, además de robles,
chopos, abedules y amplios claros, indicios de un clima templado y húmedo:
un ambiente en el cual se mueven grandes mamíferos (elefantes, rinocerontes,
bisontes) perseguidos por grupos de hombres “cazadores”.
El viaje para descubrir el más antiguo poblamiento, nos lleva sobre la actual colina de Covignano, allá donde, hace cerca un millón de años,
se extendía la costa, tocada apenas por el mar y que invadía la llanura sobre
la cual nacería la ciudad de Rímini. Entre avances y retrocesos, las aguas han
dibujado la morfología y la geología del lugar, estratificada en sedimentos arenosos y guijosos.
En este escenario encontramos las huellas del hombre que vivió
en el Paleolítico inferior: a demostrarlo es el yacimiento de guijarros astillados
descubierto en el 1968 por Stefano Sabattini, y objeto de investigación por
parte de importantes estudiosos. Un descubrimiento que presenta aspectos
coherentes con el panorama regional, primero entre ellos el de Monte Poggiolo, en la zona de Forlí.
Los guijarros astillados en una o dos caras (choppers y choppertools) son fruto de una auténtica “industria” puesta en marcha por el homo
erectus, hábil en el trabajar el sílex recogido a lo largo de los rios y torrentes
que coincidían con sus desplazamientos: lo demuestran las numerosas lascas,
fruto de los golpes producidos por manos expertas en el transformar simples
piedras en eficaces instrumentos de caza y en instrumentos rudimentarios.
Señales de la presencia humana en el territorio riminés están presentes durante toda la Edad de Piedra, un enorme arco temporal salpicado de
cambios climáticos y ambientales. Los restos encontrados entre Riccione y la
Valconca, referidos a una fase avanzada del Paleolítico inferior (hace 200-150
mil años), testimonian técnicas de astillado más evolucionadas y enfocadas a
conseguir instrumentos diferenciados para las actividades cotidianas: desde la
caza a triturar la carne, desde la rotura de huesos a la elaboración de las pieles,
desde la recogida de frutos y raíces a la preparación de los primeros reparos...
La nueva Edad de Piedra (Neolítico), que desde la mitad del V milenio a.C interesa también el área romañola que sube hacia las orillas adriáticas,
acompaña la revolución cultural realizada a través de métodos innovativos para
conseguir comida a las más avanzadas técnicas de elaboración de la piedra,
7
Sílex astillados.
Riccione, Museo
del Territorio.
ahora también alisada y afilada y a la introducción de la cerámica. La milenaria
experiencia de cazador y depredador ha enseñado al hombre, con las reglas y
los tiempos de la naturaleza, las práticas del pastoreo y de la agricultura: alternando períodos de nomadismo con fases de estabilidad en relación a los ritmos
de la cría de animales y cultivos, los individuos dan origen a minúsculas comunidades, aglomeradas en cabañas acondicionadas también para el ganado. En el
centro de las pequeñas aldeas nacidas a lo largo de las orillas de los rios, crecen
siempre las actividades queseras, el trabajo de los campos, la industria de la piedra cada vez más especializada, la manufactura de la cerámica, indispensable
para la conservación y transporte de la leche, quesos y simientes...
A contar estos retazos de vida de los grupos neolíticos son los
fragmentados pero significativos testimonios: cerámica “estampada” y decorada con grabados, arcilla cocida (el enlucido de las cabañas sostenidas por
esqueletos de madera), utensilios de sílex, valvas de conchas usadas como
elementos para collares y colgantes... Con la presencia del hombre a lo largo
de la costa (en particular por encima de la antigua línea de costa, la llamada
falesia morta), la documentación arqueológica referida al Neolítico confirma la
vocación del territorio al sur de Rímini como zona cremallera entre la cultura
padana y la peninsular, una realidad viva donde se encuentran gentes portadoras de tradiciones diferentes.
Alrededor de la mitad del IV milenio, con la Edad del Cobre y la
introducción de las primeras técnicas de trabajo del metal, el territorio continúa a establecer contactos con los ámbitos adriático-peninsulares, atestiguados por cerámicas decoradas a escamas.
El carácter intercultural se consolida con la Edad del Bronce (III
milenio-sigIo IX a.C), con la perfección de la tecnología de los metales y con
una economía que recibe el impulso del comercio del cobre y del estaño además de la agricultura y la cría de animales. La población continúa a interesar la
zona costera y la colina, rica de pastos.
Gracias a las antiguas “pistas” se intensifican las relaciones con
el área medio-adriática, y por lo tanto con la cultura apeninica y con la subapeninica. A menudo relacionada con descubrimientos de superficie, el conocimiento de este amplio horizonte cultural se basa en los fragmentos de cerámicas, objetos en piedra, hueso y metal, también a veces en los restos de los
asentamientos: rastros de cabañas, habitaciones de planta cuadrangular de las
9
En alto
Copa de cerámica de
la Edad del Bronce.
Riccione, Museo del
Territorio.
Debajo
Fíbula y par de
pendientes en oro y
ámbar. Verucchio,
Museo Civico
Archeologico.
cuales se han encontrado los agujeros para los palos que sujetaban la estructura, como los de Covignano, Misano o Riccione a lo largo de la Via Flaminia.
La importancia y el nivel alcanzados por la metalurgia a finales de
la Edad del Bronce, resultan evidentes gracias a los restos de Camerano de Poggio Berni y de Casalecchio de Verucchio, dos depósitos de objetos en bronce,
intencionalmente ocultados para ser refundidos. Tales descubrimientos sitúan
la zona colinar a espaldas de Rímini, ya alrededor del siglo X a.C, al centro de
rutas comerciales abiertas hacia el norte, el área del Egeo y la vertiente tirrénica.
Los príncipes etruscos del Valle del Marecchia
Justamente debido a la presencia etrusca parece ser que cambió
de forma precoz la más avanzada metalúrgia, preludio de la formación de la civilización Villanoviana de Verucchio (n.t: La cultura de Villanova es una civilización
de la Edad del Hierro del norte de Italia localizada en la región que seguidamente
fue la sede de la cultura etrusca). La altura, en posición dominante y estratégica
a lo largo del itinerario que, atravesando el paso de Viamaggio, une la Romaña
con la Etruria, se convirtió entre los siglos IX y VI a.C en polo de la nueva cultura
de la Edad del Hierro. Situado hacia el interior, en la embocadura del Valle del
Marecchia, pero al mismo tiempo proyectado hacia el mar atraverso la desembocadura del rio, el centro de Verucchio irradia ampliamente su influencia.
La cultura villanoviana verucchiese penetra en los valles paralelos, llegando al
norte, al Rubicone y al sur al Marano, donde se esfuma en el encuentro con los
carácteres propios de la “isla” villanoviana de Fermo y del ambiente piceno.
Protagonistas de una nueva civilización, los Villanovianos de
Verucchio, heredan la experiencia agrícola adoptando primero el consolidado
sistema del desmalezamiento que permite fertilizar los terrenos con las cenizas de rastrojos y hojas quemados in situ, introduciendo así el barbecho con
la rotación de los cultivos y el descanso de los campos. La agricultura se dota
también, gracias a la difusión del hierro y a los progresos de la metalúrgia, de
nuevos instrumentos, tales como la hoz de heno, y parece avalerse también
ahora de una mayor disponibilidad de animales para el trabajo y el transporte.
Como testimonio de estas gentes de idioma etrusco, disponemos
principalmente de las necrópolis exploradas a lo largo de las pendientes de las colinas: es aqui, a los lados del espolón, menos adecuados para el asentamiento y el
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11
12
En alto
Trono de madera de
la necrópolis Lippi.
Verucchio, Museo
Civico Archeologico.
Debajo, a la izquierda
Mango de un abanico
calado, de madera,
de la necrópolis Lippi.
Verucchio, Museo
Civico Archeologico
Debajo, a la derecha
Osario bicónico
con asa horadada.
Verucchio, Museo
Civico Archeologico
provecho de los campos, donde crecen las ciudades de los muertos, una auténtica
mina de información sobre la vida de aquellos tiempos. Excavaciones arqueológicas, estudios de los materiales y un empeño en la musealización, que se ve hoy en
el Museo local como una de las realidades más importantes y originales del cuadro
europeo, testimonian una estupenda realidad de la sociedad villanoviana: son gentes de casta cuyo rango se funda sobre la actividad guerrera, sobre el gobierno y
control del territorio, sobre el comercio más rentable, como el del ámbar.
Los ricos ajuares -encontrados entre las cenizas de los difuntos
recogidas en los osarios de típica forma bicónica o recuperados entre los grandes dolos (n.t: urnas bicónicas de cuello cilindrico) que acogían las sepulturasofrecen testimonios útiles para trazar una especie de documento de identidad
del individuo: las armas connotan al guerrero; las joyas, los accesorios de las
ropas, los objetos para el cuidado del cuerpo y las herramientas de trabajo
recuerdan el universo femenino (collares, pendientes, pulseras y tobilleras, fíbulas, cinturones, husos y espirales para tejer) tal como el masculino (alfileres,
cuchillas, armas, herramientas para el aparejo y arreo del caballo y del carro...); los preciosos juegos de cerámicas en bronce y los ajuares de madera finamente entallados y decorados, declaran la pertenencia a una clase de rango.
Riqueza y posición de las tumbas son los indicadores de los papeles y las funciones cubiertas por los personajes más importantes de la escala
social, a veces auténticos “principes”. Los hombres que se han distinguido en
ámbito civil, religioso o militar, se llevan a sus sepulturas los bienes personales
más valiosos y rafinados: joyas de orfebrería realizadas con técnicas evolucionadas y materiales preciados (del bronce a la plata, del oro al mágico ámbar),
pequeñas obras de arte realizadas por artesanos para satisfacer los gustos y
las ambiciones de la aristocracia local; yelmos con la cresta y armas de parada, carros de guerra y objetos-símbolo de las actividades más apreciadas,
señales carismáticas del poder; vajillas en bronce y elegantes elementos de
decoración en madera para los banquetes, el momento convival durante el cual
se manifiesta la excelencia del individuo en el ámbito de la comunidad. Cargos
de prestigio que, sea en la vida como en la muerte, se reconocen también a las
mujeres y no sólo dentro de las paredes domésticas.
Los datos arqueológicos delinean una civilización que se desarrolla y se enriquece a través del control de las tierras, los flujos comerciales y
la distribución de los productos, primero entre ellos el preciado ámbar, llegado
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Plano
A. Arco d’Augusto
B. Porta Montanara
C. Foro
D. Teatro
E. Ponte di Tiberio
F. Porto
G. Anfiteatro
Las domus de los
itinerarios:
1. Palazzo Massani,
Prefettura
2. Palazzo Arpesella
3. Camera di
Commercio
4. Domus del chirurgo
5. Palazzo Diotallevi
6. Domus a monte
dell’Arco
7. Domus a mare
dell’Arco
Debajo
Restos de la muralla
republicana, junto al
Arco de Augusto
por las vías del Báltico y por algunas áreas del Mediterráneo.
Durante el siglo VI a.C, la villanoviana Verucchio cede su hegemonía al puerto del Ariminus, nuestro rio Marecchia, revitalizado por la nueva
política de los Etruscos en el área adriática. En el proceso de proyección hacia
el valle y la costa, los Etruscos encuentran un tejido étnico alimentado por
influencias culturales que los estudiosos reconducen bien al contexto umbro
y piceno, bien al más amplio horizonte helénico. Esta “Rímini antes de Rímini”, como todo el litoral desde Las Marcas al rio Po entre los siglos VI y IV
a.C, se ve animada por los intercambios con las ciudades griegas, empezando
por Atenas, desde la cual proviene la famosa cerámica ática. Emblemática del
panorama multicultural entre el siglo V a.C y la romanidad, es la estirpe de
Villa Ruffi, un depósito votivo encontrado en el ochocientos en las colinas de
Covignano, y posteriormente perdido por el comercio de antigüedades en los
Museos europeos y americanos: aqui, en una especie de panteón crecido por
el culto a las divinidades de la guerra y de las aguas, se concentran elementos
etruscos, umbro-itálicos y helénicos. Pero Arimium (entendida como territorio
aproximadamente coincidente con el de la actual Provincia), se ve implicada
en el siglo IV a.C en el avance de los Galos por la llanura padana, en detrimento de la dominación etrusca. Serán exactamente ellos los enemigos que los
Romanos encontrarán durante la conquista de las tierras al norte del Apenino.
Ariminum: la fundación
En el 268 a.C, un contingente de 6.000 campesinos-soldados con
sus familias, atravesado el Apenino, se encuentran en la llanura de la desembocadura del Ariminus. Empujados por la sed de tierras, han abandonado el Lazio
y la Campaña para alcanzar la orilla septentrional del Ager Picenus et Gallicus,
el territorio entre la Romaña y Las Marcas, asegurado en la expansión romana
por la batalla de Sentino (295 a.C) y por la derrota de los Galos Senones.
Aqui deben cumplir la misión a ellos confiada por el Senado de
Roma: fundar la colonia latina que del rio toma el nombre de Ariminum, un estado autónomo aliado de la madre patria, encerrado entre los límites de los rios
Conca y Rubicone. En poco más de un siglo, estos pioneros y sus descendientes transformarán el paisaje “natural” en un ambiente antropizado, de rasgos
que todavía hoy lo connotan: la ordenada geometría de los campos cultivados,
14
E
F
4
5
1
D
3
G
C
2
B
15
7
6
A
16
El Arco de Augusto y
el Puente de Tiberio.
Rímini.
salpicados por pequeños centros habitados y la retícula de las calles que se
entrelazan alrededor del centro urbano, encerrado entre el contorno azul del
mar y los rios y la linea gris de las murallas.
En la estrategia de ocupación del territorio, los colonos confirman las elecciones actuales de las gentes que les precedieron. De este modo,
la ciudad se fundó donde el arribo natural de la desembocadura del rio Marecchia había favorecido el nacimiento de un asentamiento ya frecuentado por
Etruscos, Griegos y Umbros.
Caput viarum
En el área de la escala portuaria confluyen la prehistórica directriz del Valmarecchia (via Arretina), la pista somontana dirigida hacia el norte
y los itinerarios de costa. Una situación privilegiada que los Romanos valorizaron haciendo de Arimimun un importante puerto militar y comercial, un nudo
estratégico en las conexiones entre el septentrión y el centro de la península,
además de punto de partida hacia Europa central y oriental. Los antiguos trazados, con excepción de la via Arretina, asumen la dignidad de vias consulares,
las autopistas de la época, vectores del proceso de conquista y de los intereses
económicos del estado romano: la via Flaminia (220-219 a.C) que, desde el
puente Milvio en Roma termina su recorrido en Porta Romana, es la entrada
meridional de Ariminum, enmarcada desde el 27 a.C por el Arco de Augusto;
la via Aemilia (187 a.C) que sale desde la parte opuesta de la ciudad sobrepasando el Ariminus, atraviesa la Llanura Padana con dirección norte-oeste
hasta Milán; la via Popillia (132 a.C), natural proseguir hacia el septentrión de
la Flaminia, continúa su recorrido litoral para llegar a Aquileia.
A dirigir la planificación de esta red formada de conexiones es el
cónsul Cayo Flaminio, primer líder de los populares, y los opositores de la hegemonía del senado, tales como Mario y César, que convirtieron Ariminum en protagonista de célebres páginas de la historia de la Roma Republicana: con la via
Flaminia la colonia se bloquea a las incursiones galas, convirtiéndose en un trampolín para la conquista de Cisalpina (n.t: zona situada entre los Alpes y Roma).
Las vias consulares se articulan en el territorio riminés con recorridos no muy diferentes a los actuales, marcados por el fondo artificial,
sobre todo en estratos de grava, y por sólidas estructuras, como los puentes. El
17
En alto, a la izquierda
Ánfora de fondo plano.
Rímini, Museo della
Città.
En alto, a la derecha
Modelo de horno.
Santarcangelo di
Romagna, MUSAS.
Debajo
Camafeo con perfil de
Dionisio, dios del vino
y corniola de Céres,
diosa de las cosechas.
Rimini, Museo della
Città.
viaje resulta más seguro y cómodo gracias a las infraestructuras análogas que
encontramos en nuestros desplazamientos: los miliares, columna y/o piedra
situada a ambos lados del recorrido que antiguamente indicaba una distancia
de mil pasos, las mutationes, “estaciones de servicio” para el cambio de los
caballos, y las mansiones, lugares de parada equipados para pasar la noche.
El sistema de carreteras, completado por la red local, se convirtió pronto en un polo de agregación para los centros habitados menores con
vocación comercial o productiva. También las necrópolis, según las costumbres romanas, se disponen a ambos lados de las principales vias, lejos de los
asentamientos, donde los monumentos funerarios llaman la atención de los
viandantes, perpetuando la memoria de los difuntos.
El territorio
Las vias consulares representan la espina dorsal de la organización del territorio, llevada a cabo a través de la centuriazione, proceso de
saneamiento y racionalización del terreno agrícola que prevee la subdivisión
en parcelas regulares de alrededor de 710 m. de lado diseñadas por rectas
ortogonales. La retícula trazada por fosos, canales, cercados, muros bajos y
callejones, constituye la trama para el aprovechamiento intenso de un suelo
generoso también en las áreas ahorradas a la centuriazione: el tramo montano
proporciona piedra, madera y productos del pastoreo, mientras que en el valle,
los bosques de encinas alimentan la cría del cerdo y la elaboración de su carne.
El rico interior y el mar abundante de pescado (cómo no recordar el exquisito pescado del Adriático!) aseguran el bienestar de la ciudad
gracias a las producciones que satisfacen el mercado interno y que se proponen también para el comercio. Si en llanura se difunden los cultivos de trigo,
hortalizas y árboles frutales, en colina se afirman el olivo y sobre todo la vid,
crecida mediante el método de la podadura larga y el apoyo constante y vivo,
heredado quizás de los Galos pero de tradición etrusca.
Las fuentes antiguas elogian la excepcional producción vinícola de
los terrenos al sur de Ariminum: 10 cullei per iugero, igual a 210 hectolitros por hectárea! Rendimiento que permite la exportación del vino -por otra parte de escasa
calidad- a través de una red comercial de amplio radio dirigida de manera particular a los mercados populares de la capital. La intensa actividad agrícola, en la
19
La peña de San Leo
con la “Rocca”
cumbre entre los siglos II y III d.C, lleva a la fabricación de adecuados recipientes,
ya desde la fundación de la colonia, típicos de la Edad Imperial, como las ánforas
de dimensiones reducidas y de fondo plano, funcionales para el transporte en
carros para una distribución que tenía que dar preferencia a las vias por tierra.
Hornos productores de este tipo de ánforas se han descubierto,
en ámbito riminés, en el territorio de Riccione, pero sobre todo en Santarcangelo, que durante la Época Imperial fue “centro industrial” especializado en la
fabricación de cerámica (además de ánforas, vajillas, candiles y tejas).
La organización agrícola en fincas de pequeñas o medianas dimensiones -destinada a durar en el tiempo sin dejar espacio al latifundio- hace
florecer un poblamiento difuso que alcanza la máxima prosperidad entre el final
del siglo I a.C y el siglo II d.C. El modelo de vivienda es la granja: construida con
amplio uso de tejas y materiales pobres, incluye almacenes, cuadras y estructuras
para elaborar los productos o pequeños laboratorios artesanales. Al sur de Rímini
sobre todo, non faltan indicios de villas rústicas, residencias de campo donde
conviven la parte patronal, similar a las viviendas de la ciudad por su distinción en
los materiales y por su comodidad, y la parte servil, con las instalaciones artesanales. La fisonomía del poblamiento se completa con las aldeas (pagi e vici), alimentadas por los recursos agrícolas y por la red de conexiones. En Valmarecchia,
San Leo, quizás el antiguo Forum Druentinorum citado por Plinio el Viejo, alcanzó
en el siglo I la autonomía administrativa de municipium, mientras que la zona de
Secchiano se convirtió en un vicus, certificado por una rica documentación arqueológica y epigráfica, además de la frecuencia del topónimo Vico.
A una aldea o a una gran villa turística conducen los testimonios
arqueológicos encontrados en la llanura de San Pietro in Cotto, en el Valle
del Conca, entre Gemmano y Montefiore, privilegiada por su posición sobre
elevada y por la introducción de un circuito de calles entre Romaña y Las Marcas: los materiales dibujan los bordes de un asentamiento unido al aprovechamiento agrícola (¿de amplias posesiones imperiales?), dotado de estructuras
residenciales de alto nivel y, probablemente, también de un lugar de culto.
Son numerosos los lugares del territorio riminés que, por su conformación y ambiente natural, evocaban el sentido de lo divino: el complejo colinar de Covignano, a espaldas de la ciudad, el Monte Titano y la roca de San
Leo son emblemas de una vocación por lo sagrado que atraviesa la antigüedad
para llegar hasta nuestros dias. Una vocación unida a los cultos de las aguas
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21
En alto
El antiguo foro, ya
Piazza Giulio Cesare,
hoy Piazza Tre Martiri.
Rímini
Debajo
El hito del ‘500 en
recuerdo del discurso
de Julio César en
el Foro de Rímini y
estatua en bronce del
condottiero
(copia del siglo XX).
Rímini, Piazza Tre
Martiri.
llevados a cabo sobre las colinas de Covignano y sobre el peñón de San Marino,
ya desde la protohistoria. En San Leo -el Montiferetron citado por el historiador
Procopio en el siglo VI y que una etimología popular consagró a Júpiter Fulminador - la documentación epigráfica habla de un templo dedicado a la diosa Fonta,
mencionado junto al teatro y a las termas, y de la veneración por los itálicos
Dei pulici, elegidos en el siglo II d.C como estandarte contra la amenaza de los
nuevos componentes sociales seguidores de los cultos orientales. A través de un
proceso de asimilación, sobre la devoción pagana se introduce la doctrina cristiana; la leyenda de Marino y Leo, los canteros llegados a Rímini desde Dalmacia
y a los cuales se atribuye la evangelización del territorio, sugiere un itinerario de
difusión de la nueva fe desde las orillas orientales del Adriático hasta el Valmarecchia. Una tradición que en el tiempo interpreta la fortuna, desde la antigüedad tardía, de las alturas de San Leo y de San Marino, bastiones naturales en
defensa de las conexiones entre Rávena, Rímini y la Valtiberina, convertidos con
la guerra godo-bizantina en centros emergentes de la militarización del territorio.
La ciudad de Ariminum
Nudo de convergencia viaria y punto de referencia por la vivaz
economía del territorio, la ciudad de Ariminum asume desde su fundación la
fisonomía todavía hoy reconocible en el centro histórico: una retícula de vias ortogonales (cardines y decumani) diseña manzanas rectangulares (insulae) destinadas a los edificios. Ejes principales son los cardo maximus (via Garibladi-via
IV Novembre), que unen la via Arretina a la desembocadura del puerto (cerca de
Piazzale Clementini) y el decumanus maximus (Corso d’Augusto), enlace entre
las calles Flaminia y Emilia. En el cruce, en correspondencia con la actual Piazza
Tre Martiri, se abre el foro, corazón de la vida pública y económica. La documentación arqueológica ofrece datos interesantes a la hora de reconstruir la
imagen de la plaza, una vez abierta en el lado que daba al mar hasta la actual via
San Michelino. A ella se asomaban importantes edificios: la basílica, en la cual
se administraban justicia y negocios, y el teatro, construido en Edad Augustea
en la primera manzana hacia el norte. Una escenografía en la que se insertaban
monumentos honorarios, estatuas e inscripciones en memoria de emperadores
y benefactores de la comunidad. Justo aquí, en el foro de Ariminum, la tradición
sitúa el célebre discurso que Julio César, pasada la frontera del estado romano
23
Porta Montanara.
Rímini.
al Rubicone, dirigió a sus soldados antes de marchar hacia la capital.
Abrazada por tres lados por la aguas del rio Marecchia, del torrente Ausa (cuyo curso, hoy desviado, pasaba por el actual Parco Cervi) y por el
mar (que en esa época alcanzaba la línea de la actual ferrovía), la colonia asumió
bien pronto los límites que posteriomente delimitará el perímetro urbano, sin
ampliamentos significativos, hasta los inicios del siglo XX. El lugar de avanzada
militar llevó a preparar en un tiempo breve un adecuado aparato defensivo, al
menos en la zona meridional, la más expuesta: una importante cortina mural,
de largos caminos rectilíneos con torreones cuadrangulares, fue construida con
bloques de piedra arenisca local. Intervenciones de restablecimiento conservan
la eficiencia del siglo I a.C, durante las guerras civiles, empezando cuando Rímini, alineada políticamente con Mario, fue víctima de las retorsiones de Sila.
Finalizada la utilidad de los viejos muros durante la Paz Augustea, sólo en el siglo
III d.C y bajo el acoso de las primeras incursiones bárbaras, se levantó un nuevo
cinturón defensivo de ladrillos, que delimitaba la ciudad por todos sus lados.
En este cinturón de muro, en correspondencia con las principales arterias internas, se abrían las puertas de la urbe: la Porta Montanara, en
la extremidad del cardo maximus donde se une con la via Arretina, y la Porta
Romana, en la coincidencia de la via Flaminia en el decumanus maximus. Ésta
será posteriormente derribada para dar espacio, en el 27 a.C, al Arco de Augusto, levantado por el Senado Romano en honor de Octaviano, conmemorando la restauración de las principales vías.
Será con Augusto que Ariminum, ya municipium romano desde inicios del siglo I a.C, asumirá el papel y la dignidad de una espléndida ciudad del
Imperio: además de la monumentalización de las entradas a través del Arco de
Augusto y el Puente sobre el Marecchia, terminado por Tiberio, Octaviano promoverá el empedrado de las vias urbanas, el potenciamento del acueducto y de la
red de alcantarillado, el saneamiento de un barrio completo en la parte meridional
de la ciudad, la restauración de la via Emilia, la renovación de las construcciones
privadas... También la fundación de la colonia augustea con la llegada de veteranos fieles al Princeps, alimentando a su vez una nueva clase dirigente, contribuyó
a revitalizar la ciudad y el territorio, transformándolos en una gran cantera abierta.
Pero era en la zona del foro donde se concentraba el programa urbanístico deseado por Augusto, para reflejar en las formas monumentales la cultura, el poder
y el orden cívico del Imperio: la entrada, llegando desde Roma, es simbolizada
24
25
En alto
El Anfiteatro romano.
Rímini.
Debajo
La entrada de las naves
en el puerto (detalle
del mosaico de Palazzo
Diotallevi). Rimini,
Museo della Città.
por un gran arco que crea una “isla peatonal”, prohibida al tráfico pesado de los
carros, mientras que en el lado opuesto de la plaza se levanta el Teatro.
Diversos el clima y los propósitos perseguidos por el emperador,
con mucha probabilidad Adriano, que en el siglo II sostuvo la construcción del
Anfiteatro, el último gran símbolo urbano de la ciudad imperial. Levantado en
la periferia oriental de Ariminum para alojar los juegos de los gladiadores que
llaman la atención de un público apasionado y numeroso, el edificio se califica
como instrumento de integración entre los habitantes de la ciudad y del territorio, así como entre las diversas gentes llegadas de otras regiones del imperio.
En el lapso de cien años, la crisis del Estado y el terror desencadenado por los
bárbaros, pondrán fin a los juegos en el Anfiteatro, que será incorporado a las
murallas urbanas y transformado en fortaleza militar.
Las domus de Ariminum
Si los monumentos dibujaban la cara pública de la ciudad, las
viviendas describían la vida privada de una sociedad cambiante durante los más
de ocho siglos de romanidad. En la Época Republicana se construyeron edificios sencillos y funcionales, reflejo de un estilo de vida austero, mientras que en
el siglo I ya del Imperio, se afirman las domus (residencias monofamiliares de
una o dos plantas) conformadas sobre el eje atrium-peristylum (respectivamente, la entrada con el techo abierto para la recogida del agua pluvial y el jardín
porticado), que reflejan el contacto con la cultura griega y la difusión de los
placeres del otium; hacia la mitad de la Edad Imperial, las domus se transforman
dejando espacio a los triclinia, salas para los banquetes que, junto a los jardines
decorados por pilas y otros ornamentos, se convierten en un auténtico escaparate de la riqueza y poder del propietario, sobre el fondo de una floreciente
ciudad multiétnica y multicultural; ya entre los siglos V y VI emergen lujosas
residencias de funcionarios de la corte de Rávena. Las últimas domus, distribuidas ocasionalmente en un tejido urbano que poco a poco está rompiéndose, se
inspiran al modelo de palacio imperial: se diferencian por una trabajada planimetría elaborada alrededor de amplios patios, embellecidos con fuentes, y de
vanos para las representaciones públicas de planta compuesta, la cual permite
un recorrido estudiado en función del ceremonial de visita a desarrollar.
Imaginemos ahora que entramos en una vivienda de la Rímini
27
Marco del mosaico
“de Anubis” (detalle)
y mosaico con escena
de procesión, del
Palazzo Gioia. Rimini,
Museo della Città.
imperial: nuestra mirada se detiene en los colores de los frescos de las paredes
y del techo, amplios telones monocromáticos, a veces realizados en recuadros
dentro de los cuales se dibujan elementos de vario género, o composiciones
parecidas al papel de pared actual. Nos llaman también la atención los suelos
que realizan la función de separar los ambientes de la casa y la distribución de
los espacios interiores: en los vanos descubiertos o de servicio son funcionales
y resistentes, cocidos o forjados -una mezcla de ladrillo y mortero a veces decorada con teselas de mosaico- mientras que en las habitaciones del dominus
y de la familia encontramos alfombras de mosaico en blanco y negro o polícromas, o bien preciados revestimientos en mármol. Riquísimo el repertorio de
motivos decorativos geométricos o figurativos de los más de cien ejemplares
de mosaicos conservados en los sitios arqueológicos y en el Museo della Città.
A revelarnos nivel de vida y el gusto pero también cultura y religiosidad de los habitantes, son las decoraciones, sobre todo estatuas, restos
arqueológicos, objetos para el cuidado y el embellecimiento personal.
Un contexto único es el excavado en Piazza Ferrari, que cuenta
la vida de este rincón, en el margen septentrional de la ciudad romana, desde
el siglo I a.C hasta el medievo. El descubrimiento más sorprendente concierne
a la domus de Edad Imperial que alojaba una taberna medica, como revela el
hallazgo del extraordinario ajuar de más de 150 instrumentos quirúrgicos. La
domus del “cirujano” dejó de vivir repentinamente por un incendio, quizás relacionado con las incursiones bárbaras que, alrededor de la mitad del siglo III
ponen en peligro enteros barrios de la ciudad. Ariminum no escapó al clima de
inestablidad e inquietud: lo testifican el abandono de la domus enterrada bajo
restos y debido a la construcción de la muralla urbana.
El momento de recuperación que la ciudad vivió entre los siglos V
y VI a la sombra de la vecina Rávena, desde el 402 capital del Imperio romano
de Occidente, está documentado por la famosa habitación palaciega de amplios ambientes equipados para calentar, con suelos en mosaico, construida en
la parte delantera de la manzana que acogía la domus del “cirujano”, cuyos restos, ya cubiertos por cúmulos de tierra, se dejaron abandonados pero intactos.
Sin embargo la vida de éste como de otros palacios no supera
los decenios centrales del siglo VI: los edificios sufren una rápida decadencia
y posteriormente un abandono en tiempos de la terrible guerra entre Godos y
Bizantinos que, con el fin de la romanidad, inaugura la Edad Medieval.
28
29
LOS
ITINERARIOS
Orietta Piolanti
Los itinerarios se dirigen a un público adulto
(itinerario ✽), adaptándose con métodos
y propuestas de laboratorio, ahí donde se señale,
a los jóvenes (itinerario ✪) y, en su caso, a las personas invidentes
(itinerario ●) en una especie de Museo táctil.
Son tres los itinerarios pensados para los cicloturistas
en base a la red de carriles-bici de la provincia de Rímini.
Info: www.piste-ciclabili.com/provincia-rimini
(itinerario ✺).
✽
✪
●
✺
recorrido para un público adulto
recorrido para jóvenes y/o niños
recorrido para invidentes
recorrido para cicloturistas
31
1. Tras las huellas del hombre primitivo
1 o 2 dias
itinerario 1
Santarcangelo
di Romagna
Covignano
Poggio Berni
Torriana
Montebello
Rimini
Verucchio
Riccione
Talamello
Novafeltria
Sant’Agata Feltria
San Leo
Maiolo
Pennabilli
Casteldelci
Coriano
Repubblica
Misano Adriatico
di San Marino
Montescudo
Cattolica
Montecolombo
San Clemente
fiume Conca
San Giovanni
Morciano
Gemmano
in Marignano
di Romagna
Montefiore Conca
AR
Saludecio
El itinerario:
Rímini
Museo della Città - Sección arqueológica
Riccione
Museo del Territorio - Sección prehistórica
✽✪
Las visitas pueden completarse con laboratorios para niños:
Museo della Città: Taller de astillado
de la piedra/Trabajar
la arcilla,
itinerario
6
como en una aldea neolítica
Museo del Territorio: Huesos, dientes y conchas: amuletos y joyas de la
prehistoria
Palazzo Arengo
Museo della Città
Palazzo del Podestà
via Sigism
ondo
El itinerario Castel
iniciaSismondo
en el Museo della Città, guardián del patrimonio
histórico, artístico y arqueológico de Rímini, alojado en un colegio
de Jesuitas
anni XXIII
Corso Giov
del setecientos. Es en la Sección arqueológica (alrededor
dechirurgo
40 salas de
Domus del
las cuales 30 fueron inauguradas en junio del 2010), donde nos encontramos
Camera di Commercio
con nuestros antepasados más antiguos. A testificar la presencia son los
Biblioteca Gambalunga
Vecchia Pescheria
Piazza Tre Martiri
32
Palazzo Massani
guijarros en sílex astillados por el homo erectus (lascas) que hace un millón
de años frecuentaba las playas de Covignano, actualmente la colina a
espaldas de Rímini y al mismo tiempo línea de costa del mar que sumergía
el terreno donde posteriormente crecería la ciudad. Precisamente el sílex
trabajado da respuestas a las preguntas planteadas sobre la vida de nuestros
progenitores. Siguiendo los ritmos y las leyes de la naturleza, a lo largo de
los cursos de agua y de las playas de grava, el hombre aprende a transformar
piedras de sílex (la materia prima más utilizada en el Paleolítico junto
a otros recursos deteriorables como la madera, la piel, el hueso...) en
instrumentos cada vez más afilados y cortantes empleando la técnica del
astillado y posteriormente la del retoque y pulido. De sus manos nacen
armas y utensilios siempre más complejos y evolucionados, incluso fijados a
palos de madera o hueso, idóneos para cazar, triturar, fracturar huesos para
extraer la médula, cortar árboles, excavar raíces, así como roturar y cavar la
tierra con la llegada de las prácticas agrícolas en la nueva Edad de Piedra.
Siguiendo este viaje en el tiempo, vemos cómo los cambios ambientales
y culturales se acompañan de profundas transformaciones tecnológicas.
Así entre los factores de base del largo proceso innovador conocido con
el nombre de “revolución neolítica” aparece la introducción de la
cerámica para la fabricación de recipientes. La cerámica es el nuevo
elemento de una sociedad que está cambiando gracias a la domesticación de
las plantas y a la cría de animales, durante períodos siempre más largos de
sedentarismo con la formación de las comunidades. En tal contexto el trabajo
de la arcilla asume una gran importancia, convirtiéndose en funcional con
una economía basada en las primeras formas de agricultura y gracias a la
producción de lácteos. Realizada a mano (el uso del torno se difunderá en
Italia sólo en la Edad del Hierro), la cerámica saca provecho de los recursos
del lugar: arcilla, agua y madera para los rudimentarios hornos en los cuales
los recipientes se cocían. Utilizando paneles de arcilla ya depurada con agua
para eliminar las impuridades, se elaboran diversas formas de cerámica sea
a mano libre, sea con la técnica de cerámica de cuerdas o cordada,
que consiste en modelar la cerámica con largos cordones retorcidos en
espiral, soldadas posteriormente sobre un fondo plano. Métodos de trabajo
que permiten realizar formas simples (tazas y cuencos), funcionales para
actividades específicas como las de casa. Una vez forjada, la cerámica
puede ser decorada con la presión de los dedos o de las uñas sobre la
superficie todavía maleable o bien usando utensilios afilados, como testifican
las experiencias de la zona adriático-peninsular y, aunque débilmente, la
tradición occidental de las “cerámicas de boca cuadrada”.
El pasaje a la Edad del Cobre se define por la cerámica decorada a escamas,
33
En alto
Hoces de bronce, del
“depósito” de Poggio
Berni. Rimini, Museo
della Città.
Debajo
Vaso ático de figuras
rojas con lechuza.
Riccione, Museo del
Territorio.
también influenciada por las culturas adriático-peninsulares y por instrumentos
de piedra pulida, como hachas, hachas-martillo o puntas de flecha.
La secuencia expositiva nos introduce ahora en la Edad del Bronce, un
largo período que, a partir del 2300 a.C, ve avanzar el proceso tecnológico
y verificarse cambios sociales y económicos: de los restos de cabañas
descubiertos en Covignano procede una abundante documentación de
cerámica, testigo de un asentamiento con viviendas levantadas gracias a un
sistema de palos de madera y paredes de arcilla.
Pero lo que más nos sorprende sobre todo son los dos “trasteros”, uno
a Camerano de Poggio Berni, en el Valle del Uso, otro en Casalecchio
de Verucchio, en el valle del Marecchia: se trata de depósitos de bronces
escondidos en lugares apartados, un fenómeno atestado en Europa,
especialmente entre la tardía Edad del Bronce y la inicial Edad del Hierro.
Forman estos “trasteros”, además de una bellísima matriz para hachas,
una gran cantidad y variedad de objetos, tales como armas, collares e
instrumentos para el cuidado personal, herramientas de trabajo, paneles de
bronce, lingotes y restos de manufacturas. Una composición heterogénea
que se explica con la posibilidad de fundir el metal por parte de los artesanos
involucrados en los cambios comerciales entre la Etruria y el Alto Adriático,
a lo largo de itinerarios en los cuales se transmitían descubrimientos
tecnológicos, contactos económicos y culturales a través de un territorio que,
si bien todavía era poco habitado, habría dado origen poco después al centro
villanoviano de Verucchio.
Diversas salas del Museo de Riccione, desde 1990 alojado al interno
del Centro Culturale della Pesa, son dedicadas a la evolución geológica y
al asentamiento más antiguo del territorio al sur de Rímini: un relato largo
millones de años, que desemboca en la experiencia romana.
El recorrido ilustra la transformación del área costera y del Valle del Conca,
reconstruyendo paleoambientes y documentando la presencia del hombre
en la Prehistoria. Piedras astillas con una técnica evolucionada reconducen
a la fase final del Paleolítico inferior, en el que son muy frecuentes los
raspadores. Restos de asentamientos de cabañas (como el encontrado en
ocasión de la construcción del autódromo de Santa Mónica, en Misano
Adriático a lo largo del riachuelo Agina) ofrecen interesantes trazos sobre
la Edad Neolítica, sobre los primeros poblados estables y sobre la nueva
35
economía agro-pastoral: a “hablar” de la vida cotidiana son los sílex
trabajados, las cerámicas en terracota y los objetos en hueso, mientras que
formas arcaicas de espiritualidad y sentido estético se reflejan en joyas
realizadas con conchas agujereadas, arcillas, huesos, maderas...a los que
se atribuían poderes mágicos contra los espíritus del mal en un “sentimiento
religioso” que unía el hombre a la natraleza.
Junto a los tímidos testimonios del Eneolítico -el período en el que entra
la metalúrgia, crecen los cambios comerciales y el trabajo asume siempre
formas más elaboradas- se articula la documentación de la Edad del
Bronce y de la Edad del Hierro, entre producción cerámica y artesanía
de los metales. Los materiales ilustran un horizonte cultural impregnado de la
Cultura Apeninica (y por lo tanto de una economía unida al pastoreo y a los
ritmos de la trashumancia) pero al mismo tiempo influenciado por la Cultura
Terramaricola (la de las aldeas de la grande llanura al norte, donde tuvo un
gran desarrollo la agricultura). La relación con las dos culturas se refleja en
las cerámicas y en los instrumentos de trabajo del campo, pequeñas
azadas y hoces, de hueso o metal. Y si durante la primera Edad del Hierro
el territorio de Riccione puede parecer periférico respecto a la centralidad
del Valmarecchia con su epicentro villanoviano en Verucchio, el siglo V a.C
ofrece significativos indicios de la presencia griega en la zona, siguiendo
la ruta de vivos comercios marítimos, mientras que persistencias de la
cultura céltica son evidentes en el ajuar de una tumba gala del siglo III a.C
encontrada en Misano.
36
Montegridolfo
Mondaino
fiume Marecchia
2.Las señales del poder: los principes etruscos
del Valle del Marecchia
1 dia
itinerario 2
Santarcangelo
di Romagna
Rimini
Poggio Berni
Torriana
Montebello
Verucchio
Riccione
Talamello
Novafeltria
Sant’Agata Feltria
San Leo
Maiolo
Pennabilli
Casteldelci
Coriano
Repubblica
Misano Adriatico
di San Marino
Montescudo
Cattolica
Montecolombo
San Clemente
fiume Conca
San Giovanni
Morciano
Gemmano
in Marignano
di Romagna
Montefiore Conca
AR
Saludecio
El itinerario:
Verucchio
Museo Civico Archeologico
✽✪
La visita guiada a la exposición comprende
la proyección de un video animado
que ilustra la ceremonia del rito fúnebre
del “señor” de la tumba Lippi 89,
itinerario 7
cuyo ajuar está expuesto en la sala del trono.
Para los más pequeños se aconseja el recorrido a tema
Comunicar con las imágenes: el trono de Verucchio.
Santarcangelo
di Romagna
Subiendo el rio Marecchia, a unos
18 km de Rímini, se encuentra
Rimini
Poggio
Berni
Verucchio, una roca que se levanta dominando el Covignano
valle. Situada en la
frontera con Montefeltro y la República de San Marino, en una posición
Torriana
Verucchioy en relación a las conexiones
estratégica desde el punto
de vista defensivo
Montebello
con el Valle del Tíber y la vertiente tirrénica, Verucchio exhibe Riccione
todavía hoy las
Talamello
Novafeltria
Sant’Agata Feltria
37
San Leo
Maiolo
Coriano
Repubblica
Misano Adriatico
di San Marino
Montescudo
Cattolica
Montecolombo
San Clemente
fiume Conca
San Giovanni
Morciano
Gemmano
in Marignano
En alto
El poblado de
Verucchio en el Valle
del Marecchia
Debajo
Elmo con cresta en
terracota y fíbula de
bronce y ámbar, de la
hacienda Lavatoio.
Verucchio Museo
Civico Archeologico.
marcas de su historia, que tiene las páginas más intensas en la primera mitad
de la Edad del Hierrro, con el nacimiento de la Cultura villanoviana, y
en el Medievo, período en el cual se convierte en Señorío de los Malatesta.
Si a recordarnos el poder de la familia malatestiana es la imponente Roca,
la larga experiencia de los Villanovianos se recoge y se valoriza en el local
Museo Civico Archeologico, al interno del ex Monasterio de San Agustín,
edificado en el siglo XII y ampliado en el siglo XVII con la construcción
de la Iglesia y de las hilanderías. En el edificio se expone una espléndida
documentación de las ricas sepulturas que testifican la supremacia de
una élite de principes guerreros. Cada sala explica esta civilización a
través de los restos conservados en las necrópolis crecidas a lo largo de
los bordes de la altura, siendo numerosas las vitrinas delante de las cuales el
visitante puede detenerse en un “encuentro” con los principes etruscos que
aqui vivieron entre los siglos VIII y VII a.C. Un eficaz apoyo didáctico ayuda a
delinear la figura de los personajes de alto linaje cuyas funciones compredían
incluso el deber militar, como demuestra la presencia de armas de parada
junto a armas de ofensa y de defensa. En particular la tumba 85 y la tumba
89 de la necrópolis Lippi (la más consistente entre todas las verucchiesas)
son paradigmáticas por los ajuares que acompañaban a los individuos de
rango principesco, sean hombres o mujeres. El rito fúnebre, mina de
información sobre la “identidad” del difunto, ofrece casi una incomparable
ostentación de riqueza a través de objetos de gran valor y prestigio.
Pensemos en los tronos de madera (excepcionalmente conservados
gracias a la composición química de los terrenos) y en particular al ejemplar
de la tumba 89 con una descripción de escenas relacionadas con el ciclo
de la labor de la lana, de la hiladura y del tejido, finamente entalladas en el
respaldo. A evidenciar el estatus alcanzado por los señores de Verucchio
son también los ropajes y los objetos personales, además de piezas
de carros, aparejos de caballos y preciosos servicios de vasos en
bronce. Objetos que exprimen familiaridad con el mundo etrusco y que,
asociados a la organización del espacio funerario y a la composición del
entero ritual fúnebre, evidencian posiciones importantes en la sociedad,
altas posiciones económicas y culturales. Emblemático es el caso de la
doble “vestición” del cinerario y del dolio de la tumba 26 de la necrópolis
Moroni-Semprini, un evidente mensaje, junto a otros significativos elementos
38
39
del ajuar, del nivel social alcanzado por el individuo. Señal del poder y de
la riqueza de los “principes” de Verucchio, son los objetos de orfebrería,
auténticas joyas de una artesanía que alcanza los vértices entre los siglos
VIII y VII: el oro, trabajado según las más avanzadas técnicas del tiempo,
refleja su resplandor en las esplendidas fíbulas y en maravillosos pendientes!
Y junto a la pasta cristalina de collares y pendientes, extiende su cálido
color el mítico ámbar, dono de los dioses por la muerte de Faetón, hijo del
Sol. Sobre las rutas del ámbar creció también la fortuna de Verucchio, centro
de distribución y de elaboración de la resina fósil que, por transparencia,
intensidad cromática y propiedades terapeúticas, estaba destinada a los
señores de las comunidades locales.
40
3.Las señales del poder: 1 dia
condottieri y emperadores
romanos en la historia de Ariminum
itinerario 3
Ponte di Tiberio
Palazzo Arengo
Castel Sismondo
Museo della Città
Lapidario Romano
Grand Hotel
Palazzo del Podestà
ni XXIII
Corso Giovan
via Sigism
Camera di Commercio
ondo
Domus del chirurgo
Biblioteca Gambalunga
Vecchia Pescheria
Piazza Tre Martiri
Porta Montanara
ex Consorzio
Agrario
Palazzo Massani
Prefettura
Tempio Malatestiano
Arco d’Augusto
Anfiteatro Romano
El itinerario:
Rimini
Museo della Città - Sección arqueológica - Lapidario romano
(recorrido también realizable por las personas invidentes)/
Arco de Augusto/Piazza Tre Martiri/Puente de Tiberio/Anfiteatro
✽●
El recorrido, siguiendo las huellas de los protagonistas de la historia romana
que unieron su nombre a Ariminum, inicia en la Sección arqueológica del
itinerario 8
Museo della Città. Aquí podemos contemplar el eco de épicas empresas
llevadas a cabo entre los siglos III y I a.C, cuando la ciudad, por su posición
Santarcangelo
fronteriza, asumió un papel de primera
línea en la política de Roma.
di Romagna
Un papel que se resiente según las fuentes históricas en una
serie de
Rimini
Poggio Berni
prodigios que aluden a episodios famosos: las conquistas del cónsul
Flaminio y sus actos anti-senado,
la victoria de Mario contra la invasión
Torriana
Verucchio
Montebello
de los germánicos Cimbri,
el pasaje del rio Rubicone por parte de un ejército
Riccione
guiado por Julio César...
Coriano reconstruyen
Sobre el fondo
de estos hechos, los testigos
arqueológicos
Talamello
Repubblica
Novafeltria
Sant’Agata Feltria
41
Casteldelci
San Leo
Maiolo
Pennabilli
AR
Misano Adriatico
di San Marino
Montescudo
Cattolica
Montecolombo
San Clemente
fiume Conca
San Giovanni
Morciano
Gemmano
in Marignano
di Romagna
Montefiore Conca
Saludecio
En alto
Retrato de Augusto
y epígrafe del
empedrado de las vias.
Rimini, Museo della
Città.
Debajo
Mosaico “de los
escudos” de la domus
al inicio del Arco.
Rimini, Museo della
Città.
el rostro de Ariminum en los siglos de la República: por aquel entonces,
la ciudad vió cambiar su perfil institucional de colonia latina a municipium,
modificó las uniones sociales gracias a la llegada de nuevas gentes, se abrió
al comercio marítimo hasta llegar al Egeo y renovó su imagen urbana con
edificios monumentales.
Fue el mismo Octaviano Augusto, inmortalizado en un busto-retrato
de mármol, quien introdujo la primera Edad Imperial. En un continuo retorno
entre recorrido museal y ciudad, se delinean la figura política de Augusto
y su empeño por un orgánico programa de obras urbanísticas y viarias. La
miniatura del Arco devuelve con su coherente proyecto el diseño inicial
de la primera gran obra dada a Ariminum, mientras que los vaciados o
copias de los clípeos (n.t: escudo de forma circular y abombada) con las
divinidades, asombran por el cuidado en los detalles y la grandiosidad de
las dimensiones. Pertenecen al teatro, hoy casi completamente borrado del
tejido urbano, los restos de una importante columna de mármol rosado y un
gran contenedor de terracota.
“Carteles” propagandísticos sobre la recualificación del sistema viario son el
miliar situado en la VIIª milla de la ciudad para recordar la reorganización
de la via Emilia llevado a cabo en el siglo II a.C por Augusto, y el hito que
celebra el empedrado de las calles de la ciudad, promovido por su nieto Cayo
César en el siglo I d.C, actualmente expuestos en el Lapidario Romano.
La renovación empezada por Octaviano influyó también el ámbito privado:
emblemáticos los edificios en la zona del Arco de Augusto, refinadas
construcciones con instalaciones de calefacción, fuentes decorativas,
ambientes en ábside y mosaicos embellecidos por placas de mármol. A la
época de Augusto se remonta la fase más antigua de la domus descubierta
al inicio del Arco. En los suelos de mosaico, sobre todo de fondo negro,
las decoraciones geométricas complejas se reservan a los bordes; uno de
los ambientes principales representa un motivo de escudos hexagonales
cruzados, quizás una referencia al empeño militar del dominus.
Del edificio proviene el refinado mosaico con monstruos marinos dentro
de un medallón central. Recipientes revestidos de piedra y mosaicos
parietales para fuentes, identifican el complejo como una instalación termal.
El recorrido continúa por la ciudad con la visita al Arco, localizado al final
de la via Flaminia, y al Puente sobre el rio Marecchia, ambos monumentos-
42
43
símbolo de Rímini, construidos por deseo de Octaviano Augusto.
El Arco de Augusto, levantado en el 27 a.C como puerta urbica, honra la
figura y la política de Octaviano, empezando por la inscripsción que lo
celebra por la restauración de la via Flaminia. La entera estructura, revestida
de piedra de Istria, está impregnada de un fuerte carácter religioso y
propagandístico: la arquitectura recuerda el templo, mientras que la apertura
del arco, tan amplia que no se podía cerrar con puertas, proclama la paz
alcanzada en el 31 a.C con la derrota de Antonio en la batalla de Azio.
El aparato decorativo está cargado de símbolos también en las formas del
tímpano; las divinidades en los clípeos (Júpiter y Apolo en el lado externo,
Neptuno y Roma al interno) exaltan la potencia de Roma y la grandeza de
Augusto. Originalmente insertado en el cinturón de la muralla de piedra,
de la cual vemos los restos, el Arco estaba rematado por un ático con la
estatua del emperador, a caballo o sobre una cuadriga; desde el medievo el
conjunto se presenta almenado.
En el foro, la actual Piazza Tre Martiri, los hallazgos arqueológicos visibles
en los espacios excluidos a la pavimentación, recuerdan que en la edad
de Augusto el empedrado en piedra calcárea se extendía sobre toda
la plaza, cerrada al norte por el Teatro en ladrillo y al sur por el Arco que
marcaba la entrada; en el lado del mar, a la altura de la actual via San
Michelino, se levantaba la Basílica.
Pero en la plaza domina también el recuerdo de Julio César, evocado
por dos modernas señales, la estatua en bronce y el hito en piedra
en la embocadura de la via IV Novembre. Según la tradición (que no tiene
correspondencia con el relato escrito por el mismo general) el emperador
habría animado al ejército justo en el Foro de Ariminum, el dia después de
atravesar el rio Rubicone. Aquí nace la leyenda de la gran piedra desde la
cual el César se habría dirigido a las tropas; pedestal que, hasta la última
guerra, se encontraba sobre el hito levantado en el 1555 en memoria de este
acontecimiento.
El viaje tras las huellas de Octaviano se retoma en el puente empezado por
Augusto en el 14 d.C y finalizado en el 21 d.C por su sucesor, Tiberio, como
recuerda la inscripción sobre los parapetos internos. En piedra de Istria, el
puente alcanza una longitud de más de 70 m con 5 ojos que se apoyan sobre
macizos pilares con espolones parteaguas, oblicuos respecto al eje vial para
disminuir la fuerza de la corriente, facilitando su curso. Punto de partida
de la via Aemilia y de la via Popilia, el puente se impone como proyecto de
ingeniería y por su diseño arquitectónico, que unen función utilitaria, armonía
de formas y exaltación de los emperadores.
Exaltación recogida en la inscripción y gracias al aparato decorativo que
44
resalta el poder civil (la corona de laurel y el escudo) y el religioso (el lituo,
es decir el bastón del sacerdote, la jarra y la pátera para los sacrificios).
(n.t: la pátera es un plato con poco fondo, normalmente en metal precioso
y decorado, que se usaba para ofrecer bebidas a los dioses en señal de
sacrificio).
Si las intervenciones de Augusto forman parte de un proyecto político y
cultural que caracterizan la tradición romana, la construcción en el siglo II d.C
del Anfiteatro por parte del emperador Adriano interpreta la estrategia
del panem et circenses a la vez que busca el más amplio de los consensos
y el relajar las tensiones sociales con la concesión de momentos de evasión
colectiva. Las ruinas del grandioso edificio que alojaba los ludi gladiatori,
son las más significativas de la Región. El monumento se levantaba en una
zona periférica, cerca del puerto y bien integrado en el sistema viario para
facilitar el flujo de gente. El conglomerado de cemento revestido de ladrillos,
se componía de dos órdenes superpuestos de 60 arcadas con una altura
de más de 15 m. y era capaz de alojar a más de 10.000 espectadores; de
forma elíptica, la pista era de tierra batida con una amplitud apenas inferior
a la del Coliseo. La estructura, de la cual hoy se conserva en sector norteoriental, poco después de más de un siglo de vida perdió su función, siendo
posteriormente englobada en las murallas levantadas bajo la amenaza de los
bárbaros.
45
4.Caput viarum
1 o 2 dias
itinerario 4
Bellaria
Igea Marina
Santarcangelo
di Romagna
San Vito
Rimini
Poggio Berni
Torriana
Montebello
Verucchio
Riccione
Talamello
Novafeltria
Sant’Agata Feltria
San Leo
Maiolo
Pennabilli
Coriano
Repubblica
Misano Adriatico
di San Marino
Montescudo
Cattolica
Montecolombo
San Clemente
fiume Conca
San Giovanni
Morciano
Gemmano
in Marignano
di Romagna
El itinerario:
Cattolica
Zona arqueológica ex Mercato Ortofrutticolo/Museo della Regina
Riccione
Puente sobre el rio Melo/ Zona arqueológica de las Farmacie Comunali/
Museo del Territorio
Rimini
Arco de Augusto/Porta Montanara/Museo della Città/
Puente de Tiberio
San Vito
itinerario 9
✽✪ Z
Rimini
Poggio Berni
Para los pequeños con sus familias
se aconseja el laboratorio:
Torriana
El viaje, Museo della Regina
de Cattolica. Verucchio
Montebello
Riccione
Quien llegaba Perticara
desde el surTalamello
a través de la via Flaminia, encontraba
la
Coriano
Repubblica
Misano Adriatico
Novafeltriadel territorio riminés adila
primera aldea habitada
altura
San
Marino de la actual Cattolica.
San Leo
Montescudo
Sant’Agata Feltria
Aqui, hacia el final del siglo I a.C,
en los añosMontecolombo
en los cuales Augusto realizabaCattolica
Maiolo
fiume Conca
Pennabilli
Casteldelci
AR
Gemmano
San Clemente
Morciano
di Romagna
Montefiore Conca
Mondaino
46
San Giovanni
in Marignano
Saludecio
Montegridolfo
los trabajos de mantenimiento recordados en la inscripción del Arco al
final de la via, se levantaba una mansio, una “estación de servicio” para
los que viajan con sus caballos. En el área de la ex-plaza del Mercato
Ortofrutticolo se pueden ver los restos de las excavaciones arqueológicas
llevadas a cabo en los años ’60: pilas de suelos cocidos, canalizaciones para
la sangradura de las aguas y un pozo, en uso hasta la mitad del siglo III d.C,
cuando un incendio, relacionado con las primeras incursiones bárbaras,
marcó el declino del mismo. Los materiales de ésta y otras excavaciones
se recogen en el Museo della Regina, articulado en dos secciones: una
arqueológica y una marina. Una visita a las salas arqueológicas introduce
a la vida del lugar: los recipientes para las bevidas recuerdan la taberna
dentro de la mansio, un rústico mosaico recuerda la vocación artesanal de la
estructura, los materiales del pozo recuerdan los movimientos para sacar el
agua, mientras que los enlucidos pintados, mármoles trabajados, restos y
objetos personales esbozan el rostro de una aldea crecida alrededor de este
lugar “de parada”.
En el camino hacia Rímini, pasado Misano y la localidad de Fontanelle -de la
cual se cree que provienen respectivamente el miliar situado en la milla 211
desde Roma y la inscripción que celebra las obras promovidas por Domiziano
en el 93 d.C- nos encontramos siempre con más testigos arqueológicos que
marcan el curso de la via, en gran parte coincidente con la actual.
Inmediatamente después del cementerio de Riccione, bajo el actual viaducto
sobre el rio Melo, se descubre la arcada del puente en mampostería que
atravesaba el curso de las aguas en época romana.
El itinerario continúa hasta San Lorenzo in Strada, donde la via, con una
brusca curva, giraba de nuevo hacia el mar. Justo en proximidad de la curva,
los descubrimientos arqueológicos confirman la existencia de una aldea - la
tradición identifica aquí el Vicus Popilius- especializado en la producción de
terracotas arquitectónicas para la decoración de edificios religiosos o
civiles.
Vale la pena pararse para visitar la zona de excavación de las Farmacie
Comunali: diseños reconstructivos dan vida a las diversas fases del lugar,
desde la primera frecuentación en la Edad del Hierro al uso como mina de cal
en la antigüedad tardía.
Los materiales del poblado de San Lorenzo in Strada y de la necrópolis
de via Flaminia, son custodiados en el Museo del Territorio di
Riccione. Entre los restos más originales, se encuentra un gran ataúd en
mampostería que había acogido la hoguera fúnebre y posteriormente las
cenizas con los objetos del ajuar, y los restos combustionados de un lecho
fúnebre de hueso decorativo en los cuales se reconocen ángeles alados,
47
48
En alto
Mosaico con teselas
irregulares y fragmento
de enlucido con pie.
Cattolica, Museo della
Regina.
Al centro, a la izquierda
Terracota con Sátiro
y Ménade, de San
Lorenzo in Strada.
Rimini, Museo della
Città.
Al centro, a la derecha
Tumba a pozo, de la
necrópolis de la via
Flaminia. Riccione,
Museo del Territorio.
Debajo
El puente romano
sobre el rio Melo.
Riccione
figuras drapeadas y un caballo.
El camino se retoma salpicado de topónimos de las localidades (al Terzo,
Colonnella) y por la presencia contínua de columnas miliares en la tercera
y primera milla desde Rímini: privadas de texto, son visibles una a Miramare,
otra en los alrededores de la iglesia de la Colonnella.
Ninguna evidencia indica las necrópolis, las más antiguas y monumentales
de Ariminum, que flanqueaban la via consular por más de una milla desde las
murallas de la ciudad.
A modo de conclusión escenográfica de la via Flaminia, se levanta el Arco,
construido por Augusto hace más de dos mil años (ver Itinerario n.3).
Aceptada la invitación a entrar en la ciudad que la amplia fornice ofrece, se
llega al límite del cardo maximus (via Garibaldi), Porta Montanara. Los
restos, situados una decena de metros más arriba respecto al lugar original
evidenciado en la pavimentación de la calle, pertenecen a la puerta en piedra
arenisca levantada a finales del siglo I a.C. a la entrada de la via Arretina.
Dotada de doble fornice y de corte de guardia interna con contrapuerta, la
construcción se redujo a un solo arco ya en el siglo II d.C.
El itinerario continúa desde el jardín del Lapidario romano al interno
del Museo della Città, delante de los más antiguos monumentos
funerarios de las necrópolis de la via Flaminia, con la típica forma “a
dado”: los sepulcros de los Ovii y de los Maecii ofrecen una auténtica mina
de información sobre la Ariminum de inicios del siglo I a.C, una ciudad
floreciente y multiétnica. Con el Imperio se afirman tipologías sepulcrales
menos imponentes, tales como estelas, hitos, altares, urnas y sarcófagos,
señal de la evolución en sentido íntimo y privado del rito funerario, también
en relación con la difusión de las religiones orientales.
En el Lapidario se exponen además de la ya mencionada tabla de mármol
de Fontanelle, en Riccione, sobre la cual el nombre del emperador Domiziano
ha sido eliminado después de la damnatio memoriae (condena póstuma), una
selección de miliares inscritos, testigos de la propaganda imperial.
Entrando en la Sección arqueológica nos detenemos lo primero delante
de las terracotas arquitectónicas, elementos del sistema decorativo
que cubrían las estructuras de madera de los techos, prevalentemente en
los edificios de culto. Entre los numerosos ejemplos de la industria activa
en la zona riminesa, se puede admirar el conjunto descubierto en 1866 en
49
En alto
Monumento funerario a
cubo y ajuar funerario,
de la necrópolis de la
via Flaminia. Rimini,
Museo della Città.
Debajo
Restos del Puente
sobre el torrente Uso,
San Vito.
San Lorenzo in Strada, preciado producto de talleres locales activos entre
los siglos II y I a.C. Si en el Lapidario las inscripciones funerarias hablan de
la vida del difunto y del dolor de sus seres queridos, durante el recorrido
expositivo los ajuares funerarios revelan la actitud individual ante la muerte.
Importantes por su antigüedad son las informaciones ofrecidas por un
grupo de 11 sepulturas fechadas entre los siglos III y I a.C, descubiertas a
pocos metros de la muralla romana en el tramo entre la Porta Montanara y
el Arco de Augusto. A la tumba como estatus-symbol enfatizado con formas
arquitectónicas de personalidades salientes en la Ariminum del siglo I a.C, se
refiere la solemne estatua de togado que pertenece a la tipología de los
monumentos de templete, ampliamente documentados en Sarsina.
Son más de 300 tumbas las que han visto la luz con ocasión de las
excavaciones realizadas en la necrópolis de via Flaminia en los años ’90
del siglo pasado. La documentación arqueológica ofrece una significativa
ejemplificación sobre los ritos funerarios y sobre las ceremonias en uso entre
los siglos I y III d.C: cuellos de ánforas, tubos de terracota o de plomo, fijados
al terreno para permitir a las ofrendas alcanzar el nivel para ser depositadas,
exprimen una conmovedora unión entre los vivos y los muertos. Los ajuares,
presentes en menos de la mitad de las sepulturas, se componen de pocos
objetos: monedas, el llamado “óbolo de Caronte”, bálsamos de esencias
perfumadas y candiles para iluminar el viaje de ultratumba.
El itinerario nos devuelve tras los pasos de la via Aemilia, qua salía de la
ciudad, junto a la via Popillia, franqueando el rio Marecchia a través del
puente de Tiberio (ver Itinerario n.3).
Después de alejarnos de la costera via Popillia, probablemente situada en la
localidad de Le Celle, la via Aemilia se adentraba, tal como hoy, en la llanura
hacia el norte, manteniéndose a los pies de las colinas y recorriendo un
territorio diseñado por la centuriazione de la misma via (n.t: la centuriazione
es un sistema organizativo del terrotorio agrícolo, caracterizado por la regular
disposición en retícula ortogonal).
A la altura de S. Giustina se emboca la via Emilia Vecchia, una breve
desviación reconducida a los trabajos realizados por Augusto en el 2 a.C,
como recuerda el miliar descubierto en San Vito, en la VIIª milla desde
Ariminum, hoy expuesto en el Museo della Città. No son todavía claras las
razones que indujeron al emperador a modificar el recorrido respecto al más
50
51
antiguo, y que coincidia con el curso de la actual calle; cierto es que en tal
modo la via consular evitaba el centro artesanal de Santarcangelo, donde se
concentraba la producción de ladrillos, ánforas y cerámicas.
La columna miliar fue descubierta en los alrededores del antiguo puente
sobre el torrente Uso, del cual quedan los restos, no lejos de la pieve
(n.t: circunscripción territorial civil y religiosa con al frente una iglesia rural).
Estudios arqueológicos han comprobado que las arcadas de ladrillos de
época malatestiana persisten sobre los restos de un puente romano en
bloques de piedra. El puente, probablemente de edad augustea, parecía
tener formas monumentales y dimensiones incluso mayores a las del puente
de Tiberio en Rímini (alrededor de 8 o 9 arcadas!). El manufacturado se
atribuiría por lo tanto a un valor simbólico de gran importancia. Es decir,
apoyando la hipótesis que identifica el torrente Uso como el antiguo
Rubicone; este rio, famoso gracias a César, había significado durante la
República el límite del Estado Romano, trasladado por Augusto a los Alpes
después de la unión de la antigua Italia con la Galia Cisalpina. Una unión
política que quizás el emperador quiso celebrar con el imponente puente
levantado para unir las dos regiones.
52
5.El sitio arqueológico
de Piazza Ferrari:
una pequeña Pompeya
en el corazón de Rímini
itinerario 5
1 dia
Ponte di Tiberio
Palazzo Arengo
Castel Sismondo
Museo della Città
Palazzo del Podestà
anni XXIII
Corso Giov
Camera di Commercio
via Sigism
ondo
Domus del chirurgo
Biblioteca Gambalunga
Vecchia Pescheria
Piazza Tre Martiri
Porta Montanara
Palazzo Massani
Prefettura
El itinerario:
Rímini
Complejo arqueológico de la domus del chirurgo
de Piazza Ferrari/Museo della Città - Sección arqueológica
✽✪
La visita puede completarse con laboratorios
y relatos animados para niños:
Los animales cuentan el Museo/Los instrumentos del arqueólogo
Desde el 2007 está abierta al público el área arqueológica musealizada, más
de 700 m² que recogen 2000 años de historia de la ciudad. La estructura
arquitectónica valoriza la zona con el respeto por la integridad de los restos y
por la lectura unitaria de los contextos. La excavación, iniciada en 1989 por la
Superintendencia de Bienes Arqueológicos de la Emilia Romaña, ha traído a
la luz una domus de edad romana, una residencia palaciega de la antigüedad
tardía, sepulturas y restos de viviendas altomedievales, muros de época
bajomedieval y moderna.
53
Complejo arqueológico
de la Domus del
Chirurgo. Rímini
izquierda
Mosaico de Orfeo, en
la taberna medica
En alto
Panorámica
Al centro, a la
Al centro, a la derecha
Panel de cristal
Debajo
Instrumentos
quirúrgicos con restos
de recipientes y vasos
para medicinas, junto
a mano votiva en
bronce, de la Domus
del chirurgo. Rimini,
Museo della Città.
La visita equivale a un viaje en el pasado que inicia en la ciudad romana,
escuchando sus voces, oyendo el ruido del mar que rozaba la costa muy
cerca de aquí, respirando la vida cotidiana.
Aquí, no lejos del antiguo puerto, se levantaba desde el siglo II d.C una
vivienda hoy llamada domus “del chirurgo” (n.t: casa del cirujano) por la
profesión de su último propietario, un médico de cultura greco-oriental.
Destruida a mitad del siglo III por un incendio ocurrido bajo el acoso de los
primeros bárbaros, la domus ha revelado, entre los restos del derrumbe,
particulares estructuras, mosaicos, enlucidos, decoraciones... que ofrecen
una “fotografía” de la vida de la Rímini antigua.
Mosaicos y muros, en parte todavía revestidos por vivaces frescos, describen
una residencia de uso privado y profesional, con un ambulatorio, la taberna
medica, pavimentada con elegantes mosaicos polícromos con la figura de
Orfeo en el centro. El derrumbre que selló el ambiente ha conservado un
excepcional ajuar quirúrgo-farmaceútico, el más rico de toda la Antigüedad.
La historia del lugar no concluye con el devastante incendio, como
demuestran los restos de un edificio palaciego de la antigüedad tardía que
se superpuso, en el siglo V, a la parte anterior de la domus: los mosaicos
polícromos con elaborados motivos geométricos y la técnica de calefacción
de algunos ambientes, testifican la riqueza de la residencia, cuya vida acabó
en el siglo VI d.C.
Después, el lugar se destinó a zona de sepultura, como documenta
un núcleo de tumbas; probablemente en el siglo VII la zona occidental
soportó una nueva construcción con materiales pobres (madera y arcilla)
y de reutilización. La destrucción de este último edificio, todavía en edad
altomedieval, dejó probablemente lugar a una zona abierta.
La Sección arqueológica del cercano Museo della Città dedica un espacio
particular a la domus “del chirurgo”: es posible entrar en la taberna medica
reconstruida casi a escala original y admirar los restos más significativos
encontrados bajo el derrumbe. Uno queda sorprendido ante el panel de
cristal que decoraba el triclinio, un raro y valioso cuadro de pared (en griego
pinax) de tradición helenística, muy parecido a un ejemplar realizado en
Corinto hacia la mitad del siglo III: en el disco central se representan, sobre
el azul del mar, una dorada, una caballa y un delfín realizados en mosaico e
insertados en una placa de cristal tallada. Admiramos también el excepcional
54
55
ajuar quirúrgo-farmaceútico: entre los más de 150 instrumentos en bronce, se
aprecian algunas piezas soldadas entre ellas por efecto del calor del incendio.
Junto a bisturíes, sondas, pinzas y tenazas odontoiátricas, se reconocen
pinzas para la cirujía ósea, un hierro para la exportación de cálculos urinarios,
un trépano de brazos móviles y una barra ortopédica.
Al lado, grandes morteros y manos de mortero en piedra, útiles para molir
hierbas y minerales en la preparación de los fármacos. Curioso el vaso con
forma de pie de doble fondo, una especie de bolsa de agua caliente o de
hielo, pero no menos interesantes son los pequeños recipientes que indican,
en lengua griega y latina, el nombre de los fármacos. De la taberna procede
también la mano votiva en bronce que se relaciona con el culto oriental de
Júpiter Dolicheno, practicado en Rímini entre los siglos II y III.
Notamos también un curioso graffiti sobre el enlucido de la pared, en la
habitación para ingresar a los pacientes: quizás en señal de agradecimiento,
un enfermo escribió el nombre del médico (interpretado como Eutyches)
definiéndolo homo bonus.
En la vitrina de enfrente se expone un conjunto de más de ochenta monedas
(lo básico para vivir cuotidianamente) encontradas en el suelo, en el
derrumbe de la planta superior de la domus, además de armas (una punta
de lanza y una jabalina) encontradas sobre el suelo del estudio del cirujano,
recuerdo de los eventos bélicos que soportó durante la destrucción de la
vivienda.
56
6.De domus en domus
1 o 2 dias
itinerario 6
Palazzo Arengo
Castel Sismondo
Museo della Città
Palazzo del Podestà
anni XXIII
Corso Giov
via Sigism
Camera di Commercio
ondo
Domus del chirurgo
Biblioteca Gambalunga
Vecchia Pescheria
Piazza Tre Martiri
Porta Montanara
Palazzo Massani
Prefettura
El itinerario:
Rímini
Palazzo Massani, Prefettura/Museo della Città - Sección arqueológica
✽✪
Para completar la experiencia, se propone:
Laboratorio para niños y adultos: El taller del fresco
La Rímini subterránea descubre al visitante la ciudad antigua sobre la cual se
ha desarrollado el centro con sus formas actuales. Una riqueza que se ha visto
aumentada gracias a las excavaciones llevadas a cabo desde la postguerra,
que diseñan de manera más definida el tejido urbano de Ariminum.
Tres de los numerosos sitios arqueológicos que han devuelto un testimonio
significativo de las domus, han sido musealizados in loco: el área del Palazzo
Massani (actual sede de la Prefettura, es decir, de la Gobernación Civil), la
Cammera di Commercio y el complejo de Piazza Ferrari (ver Itinerario n.5)
Asomada al cardo maximus, la vivienda traída a la luz en el área de Palazzo
Massani es un ejemplo de la evolución de las domus de Ariminum: la
57
En alto
Hércules (detalle
del mosaico “de las
barcas”) y pequeña
estatua de lar
danzante, del Palazzo
Diotallevi. Rimini,
Museo della Città.
Debajo, a la izquierda
Mosaico “de Anubis”.
Rimini, Museo della
Città.
Debajo, a la derecha
Cabeza de Dionisio.
Rimini, Museo della
Città.
excavación ha documentado almenos seis intervenciones, desde las modestas
estructuras de la mitad del siglo IV a.C (anteriores por lo tanto a la fundación
de la colonia) al abandono en el siglo V d.C. Los restos dejados a la vista
pertenecen al siglo I d.C, cuando el edificio se abría en un escenográfico rincón
que, desde la entrada, abrazaba el atrio, el tablinum (sala para las recepciones
con suelos de adoquines de mármol) y el peristylium (el jardín porticado
decorado con una grande pila revestida en el fondo por un mosaico negro).
El Museo della Città, depositario de un patrimonio entre los más ricos de la
Región, dedica un amplio espacio a las domus y a la vida cotidiana. Indiscutibles
protagonistas de este viaje a través de los modos de vivir la romanidad son los
mosaicos: éstos restituyen la dimensión horizontal del conjunto decorativo que,
con frescos parietales y en el techo,recibían a quien entraba en las habitaciones.
Y si los resistentes suelos de terracota se corresponden con los edificios
esenciales de la primera Edad Republicana, el mosaico “alfombra” de
la via Castelfidardo -a dia de hoy el más antiguo de Ariminum- construido
con valiosos mármoles, interpreta el valor de representación asumido por las
domus a finales del siglo II a.C.
Gusto decorativo y policromía dejan huella también en el exterior de los
edificios importantes, protegiendo así las partes en madera de los techos con
terracotas arquitectónicas producidas principalmente en talleres locales
entre los siglos II a.C y I d.C.
Reflejo del florecimiento y precoz artesanado riminés es también la producción
de candiles y vajillas en cerámica, de tipo de fuego, de cocina y de mesa.
Uso de materiales costosos y amplitud de ambientes connotan la comodidad
de las domus en la primera Edad Imperial. Introducidas por umbrales
decorativos, las habitaciones exhiben alfombras de mosaicos en blanco
y negro cubiertas con tintes neutros monocromos -a veces enriquecidas con
fragmentos marmóreos- o con diseños repetitivos, geométricos y floreales.
Pertenece a la feliz temporada augustea el suelo en losas de mármol
descubierto en via Dante, en una área antiguamente próxima al puerto:
valiosos mármoles componen un motivo decorativo de cubos en perspectiva
en color negro, blanco y verde. Una tonalidad de verde que recuerda el mar
al que el edificio se asomaba un tiempo.
Testigos de la construcción residencial desde los primeros decenios
del Imperio son las excavaciones al inicio y al final del Arco de
58
59
60
En alto
Mosaico “ de las
Victorias” (detalle),
del complejo de
Palazzo Gioia. Rimini,
Museo della Città.
Debajo
Base de mesa en
mármol, decorada con
relieves, de la domus
del Mercato Coperto.
Rimini, Museo della
Città.
Augusto (ver Itinerario n.3), de Palazzo Massani (ver arriba) y del
ex-Vescovado (ex-Obispado). Justamente el suelo del triclinio de
representación desde el ex- Obispado, a dos pasos del Teatro y del Foro,
ha proporcionado nuevas revelaciones sobre el nivel de vida de las domus del
siglo I: el desmontaje de los mármoles en la parte central del suelo -realizado
en el siglo II d.C en técnica mixta, a mosaico y mármol- ha evidenciado la
reutilización de placas cortadas por apoyos de candil en mármol amarillo
antiguo, un bien de lujo en general para la élite de la capital.
El bienestar de la ciudad Imperial se manifiesta también en los ajuares de
comedor y en la estatuas que revelan la cultura artística del propietario de
casa y su adhesión a la ideología de la corte. Las domus se llenan de copias
de esculturas clásicas, de retratos idealizados de miembros de la
familia imperial o de imágenes-símbolo de la propaganda del poder, tales
como el águila con las alas abiertas y la cornucopia, esculpidas en un
elegante apoyo de mesa o como representaciones mitológicas.
El mosaico acompaña al visitante también en el paso a la ciudad de los siglos
II y III, introducida por un ejemplar entre los más espectaculares: el suelo con
escenas de caza encontrado en las excavaciones de la Escuela Industrial.
A la intimidad doméstica recuerdan los enlucidos con motivos repetitivos
(parecidos al papel de pared actual) que decoraban los ambientes de la
excavación del Palazzo Arpesella, así como los objetos de uso cotidiano de
las habitaciones en las cuales la domina pasaba el tiempo, entre el ritmo del
hilado y el tejido o se confiaba a las manos de las esclavas para arreglarse el
pelo, maquillarse, perfumarse... El sentido del misterio que se respiraba en la
casa, vuelve a nacer con los elementos de decoración, restos, amuletos a los
que se atribuía el poder de mantener lejos el mal.
Pasadas las salas dedicadas a la taberna medica y a la excavación de Piazza
Ferrari (ver Itinerario n.5), el visitante “entra” en la domus de Palazzo
Diotallevi, asomado al decumano (n.t: tipo de planificación urbanística con
las calles orientadas hacia el este-oeste) sobre el que se abría el Teatro. La
lujosa residencia restructurada entre los siglos II y III reservaba amplio espacio
y ambientes de recepción, mientras en una zona lateral alojaba quizás una
escuela privada, cuyo rótulo era la base en piedra con maestro y alumno.
Al interno del edificio se abrían elegantes habitaciones pavimentadas con
mosaicos geométricos y un gran patio-jardín decorado con una pila con
61
nichos. Una de éstas quizás alojaba la estatua de un atleta, probable copia
del discóbolo de Policleto, llegada a nosotros en fragmentos.
Pero es el grandioso mosaico en blanco y negro con la escena de la
entrada de los barcos en el puerto a la que el dominus, presumiblemente
un armador, encomendaba la propia imagen. La original y compleja
composición, con al centro la representación de Hércules en el momento
de levantar una copa, recibía a los huéspedes entre la admiración y
la sorpresa: lo mismo que todavía hoy sentimos ante este mosaico con la
primera “fotografía” del puerto de Rímini.
El cómodo nivel de vida se sugiere también por el servicio de comedor en
bronce del que formaba parte un lar danzante, divinidad protectora de la
casa.
Dioses y pesonajes del mito invadían la vida cotidiana como expresión
del gusto artístico y de la moda más que una auténtica devoción: así lo
demuestra la escena central del mosaico “de Anubis”, manifestación de
la extendida pasión por lo exótico.
Bien se prestaban al ambiente doméstico y a la decoración de los jardines
las esculturas de Eros, Dionisio, Príapo y Sileno, que representan los
placeres convivales y las fuerzas propiciadoras de la natura. Y si la estatua
de Orfeo que toca el cetro podía decorar un nicho, el núcleo de pequeñas
estatuas de bronce de divinidades, probable deshecho de una fundición, tenía
que estar destinado al culto en un larario.
Un estilo de vida diferente se respira en las salas dedicadas a la Rímini entre
los siglos IV y VI d.C: de nuevo es el mosaico el que devuelve la atmósfera
de las domus renacidas después de dos siglos de inercia constructiva. Como
valiosas alfombras de piedra de policromía delicada, los mosaicos exaltan
los ambientes con complejos esquemas geométricos o con aulicas
imágenes del dominus y de su familia: ejemplares como la llamada “Venus
en el espejo” y la escena de procesión con donos, ambas procedentes
de la excavación del Palazzo Gioia, cerca de la actual Piazza Cavour.
El prestigio de las residencias era ennoblecido por la antigüedad de los
edificios: podemos imaginar qué admiración provocase el “mosaico de
las Victorias”, expresión de la mejor arte de mosaico del siglo II, que
después de cientos de años de su realización, se presentaba a la vista de los
huéspedes en la sala de recepción de la domus del Palazzo Gioia.
Junto a las decoraciones y a los restos, los mosaicos recuerdan la comodidad de
las demoras de la antigüedad tardía, pero muestran también las señas del rápido
abandono en tiempos de la guerra entre Godos y Bizantinos, que firman el pasaje
de la romanidad al medievo. Pasaje demostrado por una tumba a la capuchina
que influye en la armoniosa geometría de un mosaico de la antigüedad tardía.
62
7.El Valle del Marecchia y los lugares de lo sagrado
1 o 2 dias
itinerario 7
Santarcangelo
di Romagna
Rimini
Covignano
Poggio Berni
Torriana
Montebello
Verucchio
Riccione
Talamello
Novafeltria
Sant’Agata Feltria
San Leo
Maiolo
Pennabilli
Casteldelci
Coriano
Repubblica
Misano Adriatico
di San Marino
Montescudo
Cattolica
Montecolombo
San Clemente
fiume Conca
San Giovanni
Morciano
Gemmano
in Marignano
di Romagna
Montefiore Conca
AR
Saludecio
El itinerario:
Rímini
Museo della Città, Sección arqueológica, Lapidario romano
Verucchio
Museo Civico Arqueológico
San Leo
Pieve, Duomo
✽✺
Desde la protohistoria las gentes que han habitado en el territorio riminés,
han dejado huellas de su evolución en los lugares en los cuales es más
intenso el sentido de lo divino. Ambientes donde la naturaleza se manifiesta
poderosa y lozana, se convierten en etapas de un recorrido de fe que
no conoce solución de continuidad desde las primeras manifestaciones
espontáneas hasta hoy: el conjunto de colinas de Covignano, el inconfundible
perfil de San Marino, la fortaleza de Verucchio y la áspera roca de San Leo,
constituyen, en el medio y bajo valle del Marecchia, las metas a las cuales los
devotos llegan para ofrecer sus donos.
63
64
En alto, a la izquierda
Antefijo etrusco de
terracota, de San
Lorenzo en Monte (?).
Rimini, Museo della
Città.
En alto, a la derecha
Cabeza de mármol de
divinidad femenina,
de Covignano. Rimini,
Museo della Città.
Debajo
Capiteles en piedra, de
San Lorenzo en Monte
(?).Rimini, Museo
della Città.
Precisamente Covignano, la acrópolis de Ariminum, es el hilo conductor de la
visita al Museo della Città, entre los numerosos testigos de la religiosidad
antigua. Sobre la colina, ya desde el siglo V a.C, se ha acumulado un
núcleo de materiales votivos conocido como stipe di Villa Ruffi (n.t: el
“abarrotado” de Villa Ruffi). Descubierto en 1890, posteriormente disperso a
través del mercado de antigüedades y hoy documentado en el Museo gracias
a las copias, el conjunto atestigua el culto de divinidades guerreras y de una
diosa (¿Cupra, Bona Dea o Fortuna?), asi como la costumbre de rituales
purificantes relacionados con el agua. La heterogeneidad de los materiales
dibuja un territorio de encuentro entre una constante presencia umbra y una
elocuente influencia etrusca abiertas a los contactos con la Magna Grecia y la
Grecia misma.
Si éste “depósito” votivo presenta el marco natural típico de los lugares de
culto extra-urbanos en Romaña entre los siglos VI y IV a.C, el antefijo de
terracota decorado con un busto femenino en los canalones de un techo,
documentaría (en el caso que se acepte la procedencia de San Leo en
Monte) estructuras arquitectónicas surgidas en el siglo V bajo la influencia
etrusca.
La vocación cultural de Covignano, favorecida por bosques y manantiales,
tendría confirma desde los primeros decenios de la vida de la colonia de
Ariminum en las estatuas de mármol de Atenea-Minerva y de Fortuna (¿?) de
Villa Ruffi, que algunos estudiosos fechan en el siglo III. Pero es a principios
del siglo I a.C que la religiosidad de la colina asume formas monumentales:
evocan un templo de ocho capiteles que la tradición adjudica a San Lorenzo
en Monte, así como la cabeza en mármol griego de una divinidad
femenina (quizás Juno, Deméter, Feronia o la egipcia Isis), parte de un
acrólito (n.t: estatua cuyo torso es de madera y las extremidades de mármol,
utilizada para el culto a los dioses).
Con el Imperio la colina se convierte en guardián de los cultos de Hércules
y Silvano. Al primero, intérprete de los trabajos del hombre, la devoción
se dirige también a las cualidades terapeúticas unidas al agua. El mítico
héroe acompaña la ciudad en su historia desde el siglo V a.C, época a la que
se remonta un pequeño bronce, hoy perdido, a la Edad Imperial que lo ve
protagonista de la dedicatoria votiva de Quintus Pullienus Marcus, testigo de
la elección de la colina como lugar para él sagrado.
65
En alto
Interno de la pieve
(parroquia) con
capiteles reutilizados.
San Leo.
Debajo
Bajorrelieve de época
romana con escena de
banquete, insertado en
la muralla medieval.
San Leo.
Bien cuatro inscripciones se dedican a Silvano, dios de los bosques y de
la naturaleza incontaminada: dos, expuestas en el Lapidario romano, se
atribuyen a Covignano, quizás sede privilegiada de culto.
Dejando a espaldas la llanura de la desembocadura, el itinerario sube
el rio Valmarecchia. Primera parada es Verucchio, donde, en Pian del
Monte, no lejos de un torrente, se ha individuado una cavidad natural de
más de 14 m utilizada en un primer momento como fosa de descarga, y
posteriormente, entre los siglos VI y IV a. C, como depósito votivo. Los
materiales recuperados en los años ’60 y ’70 del siglo pasado se exponen hoy
en el Museo Civico Archeologico (ver Itinerario n.2), reservando una entera
sala donde predominan los grandes escudos de bronce descubiertos a
pocos metros de la boca del pozo. Su depósito ritual parece tener relación
con la consagración, alrededor del siglo VII, de una área de culto. Los objetos
recuperados, entre ellos pequeñas esculturas de bronce y láminas
votivas rotas intencionalmente para la ofrenda, no resuelven el misterio de la
identidad del nume tutelare (n.t: voluntad divina típica de la fase más arcaica
de la religión latina), pero la heterogeneidad de las procedencias confirman
el valor añadido de los lugares sagrados y la apertura de Verucchio a los
contactos con el mundo etrusco y griego, con la zona de Ascoli Piceno y con
las contemporáneas culturas de la Italia septentrional.
Como Verucchio, otras rocas han sido testigos de la religiosidad antigua:
Torriana, de la cual procede una dedicatoria ex-voto, y el Monte Titano
donde desde el siglo V a.C en época romana se desarrolló un culto con valor
terapeútico, documentado por pequeños bronces de devotos y por ex-votos
anatómicos. La devoción pagana se reinterpreta posteriormente en la leyenda
de San Marino que, con la prodigiosa cura de un joven paralizado, se asegura
la posesión perpetua del monte. Llegados a Secchiano, que ha devuelto
entre las demás una inscripción dedicada a Júpiter Ottimo Massimo (n.t: “el
mejor, mayor, el más sabio”, dios patrón del estado romano), el itinerario se
dirige hacia San Leo, pasando cerca de la meseta de Sant’Igne donde la
belleza del paisaje y el perfil de la roca, en una atmósfera enrarecida, incitan
a la contemplación. Aqui, donde se levantan una iglesia y un convento del
siglo XIII atribuido a San Francisco, ha sido descubierta una pequeña estatua
romana en bronce de un devoto con un plato para las ofrendas, actualmente
en el Museo de San Marino.
66
67
San Leo se levanta inalcanzable por el vertiginoso precipicio dominado por
la Fortaleza, cuya fama va unida a célebres asedios y al encarcelamiento
de Cagliostro. Tradición y leyenda, hasta ahora no confirmadas por datos
históricos y arqueológicos, se mezclan en un relato que reconduce a
las raíces de la fortuna del lugar al período romano y al período de la
antigüedad tardía. Un mensaje expresado en el lenguaje arquitectónico
de la parroquia de Santa Maria Assunta y del duomo dedicado
a San Leo, obras maestras en estilo románico que según la memoria
local fueron construidas sobre los restos de los templos de la diosa Fonta,
como así cita una inscripción romana, y de Júpiter. A sugerir esta intrigante
teoría es la reutillización en las estructuras medievales de materiales de
época romana. Alternadas con los pilastros se reconocen columnas de
granito y mármol rosado superpuestas, y en algunos casos mantenidas por
capiteles corintios de Edad Imperial. Al exterior, testifica la herencia de
lo antiguo un bajorrelieve con una escena de un banquete, que seguramente
pertenecía a un monumento funerario. Más excepcionales son los testigos
de los primeros siglos del cristianismo: en la parroquia, un pulvino (n.t:
elemento arquitectónico estructural con forma de tronco de pirámide invertida,
situado entre el capitel y el arco) del siglo VI con una cruz esculpida,
integrado encima de un capitel corintio, y en la cripta del duomo la tapa del
sarcófago donde fuera sepultado San Leo. La cubierta, con forma de techo,
data del siglo IV, mientras al menos al siglo V pertenecería la inscripción
que la tradición atribuye al mismo santo. En la rígida expresividad del estilo
románico, trazos de épocas diversas componen una armonía que nace de la
heterogeneidad, en una relación de recíproca valorización: la herencia de lo
antiguo ennoblece y ofrece sólidas bases a los edificios medievales que, a
su vez, hacen revivir con dignidad estructuras maestras, aquellas que eran
ya restos desmembrados, interpretando la continuidad entre Edad Clásica y
Medievo.
68
8.Ambiente natural y trabajo del hombre:
tradición y actualidad en
la economía entre tierra y mar
itinerario 8
2 dias
Santarcangelo
di Romagna
Rimini
Poggio Berni
Torriana
Montebello
Verucchio
Riccione
Talamello
Novafeltria
Sant’Agata Feltria
Casteldelci
San Leo
Maiolo
Pennabilli
Coriano
Repubblica
Misano Adriatico
di San Marino
Montescudo
Cattolica
Montecolombo
San Clemente
fiume Conca
San Giovanni
Morciano
Gemmano
in Marignano
di Romagna
Montefiore Conca
AR
Mondaino
Saludecio
Montegridolfo
El itinerario:
Rímini
Sito arqueológico dell’ex Consorcio Agrario/
Museo della Città - Sección arqueológica
Santarcangelo di Romagna
MUSAS
✽✪ Z
El itinerario puede unirse a las realidades actuales (vias del vino, agroturismos,
aceiterías, pescaderías...) y enlazarlo al paisaje agrícolo y de bosque (como
el de la Valconca, con la llanura de San Pietro in Cotto). Para el que desea
una experiencia de contacto directo con la naturaleza, sugerimos una visita
al Museo naturalistico multimediale y a las Grotte di Onferno (n.t:
Grutas de Onferno) (info: tel. 0541 854060) que ilustra la geología del lugar con
sus características formaciones de yeso y galvánicas.
El viaje en la historia de la formación del territorio puede continuar en
el Museo di Mondaino (info: tel. 347 6897752), donde se recoge la
documentación del patrimonio paleontológico del lugar.
69
En alto
Paisaje agrícolo en el
valle del Conca
Debajo, a la izquierda
Ánforas para el vino
de fondo plano.
Santarcangelo di
Romagna, MUSAS
Debajo, a la derecha
Peces, moluscos
y crustáceos del
Adriático (detalle del
mosaico de via Cairoli).
Rimini, Museo della
Città.
Para los más jóvenes, aconsejamos laboratorios y recorridos animados
en el MUSAS (Museo Storico Archeologico di Santarcangelo):
El gigante Fuocargilla
A hacer revivir la vida de Ariminum no son solamente los monumentos, las
vias consulares y las espléndidas domus: las excavaciones arqueológicas
han traído a la luz estructuras que aportan novedades en la organización del
trabajo, restos de villae rústicas y de estructuras para elaboración de los
productos locales.
En Rímini, a lo largo de la Circonvallazione meridionale, a dos pasos de
Porta Montanara, allá donde, en lugar del ex Consorcio agrario, se levanta
un complejo residencial, es posible observar parte de una área productiva
descubierta entre el 2002 y el 2003. Aqui se abre una gran pila con suelo
en ladrillos cocidos a espina de pez (el clásico opus spicatum) y paredes
impermeables gracias a una capa de cocciopesto (n.t: mezcla artificial de
varios elementos utilizada en la construcción): de ella, sale un tubo funcional
de uso inherente en un contexto manufacturero (quizás unido al trabajo
de la arcilla o de fibras textiles), activo en la Edad Imperial. Una situación
arqueológica que puede constituir la “puerta de acceso” a la vocación
artesanal del territorio.
Intentemos ahora adentrarnos a lo largo de los diversos itinerarios entre tierra
y mar, en un sube y baja de valles y colinas, donde no es difícil encontrar
nuestra historia en el trabajo de los campos, en la artesanía, en los sabores
de la tradición. En los muchos locales de las ciudades de costa, entre las
vias de antiguas aldeas y risueños pueblos, en una continuación de paisajes
variados, a calentar los ánimos hay siempre un buen vaso de vino sangiovese
producido con modernos métodos que respetan la cultura milenaria descrita
en las fuentes antiguas. Sabemos que en época romana el vino local, quizás
no de muy alta calidad, se vendía barato; esto favoreció su exportación
incluso hasta Roma, donde se destinaba a los comedores populares. Y en
las vias del vino descubrimos que la venta del producto romañolo en la
media Edad Imperial se unía a la fabricación de ánforas de pequeñas
dimensiones y de fondo plano, ideales para el transporte via tierra, que tenía
en Forlimpopoli y Santarcangelo los mayores centros de producción. El
Museo Storico Archeologico di Santarcangelo (MUSAS), abierto en
70
En alto
Vista de Pennabilli
Debajo
El promontorio de
Gabicce
el Palazzo Cenci, interpreta la vocación de un territorio agrícolo que ha unido
al comercio la actividad cerámica y de ladrillos, transformando ésta última
en una tradicón artística medieval y moderna. Y si al interno del Museo los
hornos ilustran la elaboración de la arcilla, la documentación de las villae
rústicas plantea dudas sobre la economía de los campos, focalizada, además
de sobre la vid, sobre cereales, hortalizas y olivos.
También hoy, a exaltar el sabor de las comidas, es el aceite de nuestras
colinas, fruto de un sabio trabajo que valoriza un excelente producto. A
todos lados llega el olor de la piada, un simple bollo de aceite al que
se añade manteca de cerdo y aceite para hacerlo tierno: cocida en una
típica fuente de terracota refractaria, en recuerdo del testum ya usado por
los Romanos, la piada se combina con hierbas aromáticas o acompaña
excelentes embutidos y quesos romañolos. Entre estos recordamos el
tierno squacquerone o el suave raviggiolo, pero también el valioso queso de
fossa (n.t: típico queso de oveja madurado durante tres meses en fosas ovales
excavadas en la roca), producido en Talamello y en Sogliano al Rubicone
así como en Sant’Agata Feltria y en Mondaino. Típicos de los valles entre la
Romaña, la Toscana y Las Marcas, constituyen un homenaje a la economía
agro-pastoral y a una tradición quesera que se remontan incluso a la Edad
Prehistórica. La cría de ovinos de hecho ha constituido siempre uno de los
mayores recursos del territorio, incluso en la época clásica: cómo no recordar
el queso “doc” de Sarsina, citado por Plinio...¿cuyo heredero es el queso
llamado “caciotta” romañola?
La zona de bosque y la abundante producción de cereales favorecen ya en la
edad romano-republicana, siguiendo la tradición gala, la cría del cerdo, hoy
una auténtica “industria” que tiene como producto por excelencia el jamón de
Montefeltro.
De campos y huertos proceden las hierbas aromáticas y las tiernas hortalizas,
como los espárragos, ya apreciados por los romanos. Fiestas de pueblo se
organizan para celebrar los productos locales, como por ejemplo la miel
(celebrada en Montebello de Torriana) o las castañas, un pasado nutriente
alimento de los pobres, hoy reinas de cálidas atmosferas otoñales.
Un territorio, el riminés, unido a la tierra y al mismo tiempo asomado al mar:
renombrado por su abundancia en pesca desde la antigüedad, el Adriático
ofrece gustosas variedades de pescado que alegran parrilladas, frescas
73
ensaladas, sabrosos caldos...
En la Rímini contemporánea, en una sociedad en la cual la industria junto
al sector terciario dibuja la relación hombre/ambiente, sorprende descubrir
que en el tejido popular del mercado continúan a vivir, dándose la mano, la
economía agrícola, la pastoral y la marinera.
Imágenes de tierra y de mar recorren la iconografía de Ariminum: animales
salvajes, racimos de uva, ramos de olivo junto a escurridizos peces que
vigilan desde las formas del tímpano del arco augusteo, con un amplio
repertorio en los mosaicos así como en los restos arqueológicos. En la
Sección arqueológica del Museo della Città de Rímini, la sala dedicada
al mar conserva esplédidos mosaicos sobre los cuales ábiles artesanos han
representado peces, moluscos y crustáceos del Adriático. El mar, como un
fino hilo azul en el horizonte, acompaña nuestro viaje sea entre los restos
arqueológicos, sea en un paisaje que tiene como protagonista la amplia playa
dorada que acaba en el áspero promontorio de Gabicce.
74
9 Ambiente natural y trabajo del hombre: tradición y
actualidad en la economía
de alto Valmarecchia
itinerario 9
1 dia
Rimini
Poggio Berni
Torriana
Montebello
Verucchio
Riccione
Perticara
Talamello
Novafeltria
San Leo
Maiolo
Sant’Agata Feltria
Pennabilli
Casteldelci
Coriano
Repubblica
Misano Adriatico
di San Marino
Montescudo
Cattolica
Montecolombo
San Clemente
fiume Conca
San Giovanni
Morciano
Gemmano
in Marignano
di Romagna
Montefiore Conca
AR
Mondaino
Saludecio
Montegridolfo
fiume Marecchia
El itinerario:
Perticara
Sulphur
Casteldelci
Casa-Museo
✽
Remontar el curso del rio Marecchia a través de las localidades del
Montefeltro recientemente entradas a formar parte de la Provincia de
Rímini, ofrece la sensación de un viaje en el tiempo. En un paisaje movido
por alturas en las cuales despuntan espolones rocosos que dominan el valle
-como el de San Leo-, y mientras la vista se pierde entre verdes prados y
espesos bosques, afloran escenarios y senderos que nuestros antepasados
han pisado durante sus desplazamientos unidos al pastoreo y con la
explotación de los recursos de los bosques. Actividades que todavía hoy
caracterizan las zonas más internas del Valmarecchia, donde un ambiente
selvaje conserva las condiciones para la cría de ovinos, la caza (en primer
lugar, del jabalí) y la recogida de productos del bosque.
75
76
En alto
Interior del Museo
Storico Minerario.
Perticara.
Debajo
Colección arqueológica
en la Casa-Museo S.
Colarieti di Castedelci.
Si el recorrido, salpicado de torres y castillos de guardia de tierras
disputadas desde la antigüedad tardía, recuerda la página medieval escrita
por las históricas luchas entre los Montefeltro y los Malatesta, diversas
son las señales de un pasado que se hunde en la prehistoria y en la
Edad Romana. Es entonces que, al interno de la relación entre hombre y
naturaleza, también marcada por las divinidades del bosque (desde Silvano
a Diana, particularmente venerados en el área romañola), se afirma la
economía silvo-pastoral, junto a la actividad extractiva de la piedra y quizás
ya del azufre, como respuesta a las exigencias de los centros costeros. Una
economía radicada en el tiempo, capaz de perpetuar tradiciones y sabores,
pero también conservar panoramas incontaminados.
Los recursos del territorio se representan hoy por excelentes gastronomías,
como la de la trufa de Sant’Agata Feltria, sabores de productos derivados
de la cabra, el pan que sale de los hornos de Maiolo, las exquisitas carnes,
los frutos del bosque, la óptima miel: productos apreciados en ferias que
animan los pueblos del valle, custodiados por los saberes y por las fatigas
de los hombres que han habitado estas tierras “de frontera”. Un patrimonio
cultural y ambiental que encuentra referencias en la Comunidad Montana
del Alto Valmarecchia y que refleja las diversas identidades, además de en el
panorama de testigos arquitectónicos, en la red de museos confluidos en el
Sistema de la Provincia de Rímini. Un mosaico de realidades que dibujan el
rostro más auténtico del territorio.
Así, en la localidad de Novafeltria, encontramos el centro minero de
Perticara, conocido por haber acompañado ya desde la antigüedad
(y quizás desde época romana) a la economía agrícola de la extracción del
azufre. El local Museo Storico Minerario, el Sulphur, en el intento de
documentar la actividad extractiva concluida en el 1964, ha programado
un interesante recorrido museográfico basado en contar una historia tejida
con sacrificios, fatigas y peligros. Importante ejemplo de arqueología
industrial, el Museo se propone como punto de referencia para aquellos que
deseen “explorar” la experencia de la mina, un complejo de conocimientos
geológicos, industriales, económicos que hacen de fondo a tantos
acontecimientos humanos.
Quien, subiendo el valle, quiera llegar hasta Casteldelci, entre las tierras
de Toscana y Romaña, quedará sorprendido por la belleza del paisaje y
77
por la atmósfera suspendida de la aldea que vió nacer a Uguccione della
Faggiola, condottiero (caballero) recordado por Dante. Como marco de la
localidad de piedra y de las arquitecturas testigos de su fortuna medieval, es
una naturaleza lozana y amena, con un silencio interrumpido por el fluir del
torrente Senatello, afluente del Marecchia.
Guardián de la memoria del lugar, es la Casa-Museo S. Colarieti: aqui
son los testigos arqueológicos los que cuentan la historia de esta tierra no
lejana de las fuentes del Marecchia y del Tíber, área divisoria que en edad
romana vió crecer municipia como Sassina (en el valle del Savio) y Sestinum
(en el valle del Foglia).
Los objetos confirman una frecuentación del territorio montañés ya en
época prehistórica: desde el Paleolítico, el hombre ha dejado huellas de
su presencia en las piedras astilladas y en las puntas de flecha, indicios de
la actividad de la caza. A documentar los asentamientos rurales de Edad
Imperial son las sepulturas descubiertas en las localidades de Pescaia y
Calanco, que han devuelto cerámicas y candiles con marca del productor. A
los materiales funerarios se añaden descubrimientos de época republicana
y de los primeros siglos del Imperio: cerámica de comedor y de cocina,
pequeños ladrillos cocidos para los suelos, objetos en bronce, candiles,
paneles de telares, monedas. Curiosa la huella que una sandalia con tacos
ha dejado sobre una teja antes de la cocción; significativa la certificación
de un glirarium, el contenedor de terracota en los cuales eran engrasados
los lirones, una exquisitez de la cocina de Apicio. Un descubrimiento éste
contrastado con otras localidades del territorio y en la provincia de Sestino,
confirmando la cría doméstica difundida en época romana.
Son los fragmentos de la cotidianeidad, de lo vivido por pequeñas aldeas del
alto valle (además de en Casteldelci, Ponte Messa, Pennabilli, Maciano) que
unen a la primera edad imperial el momento de más actividad.
Arqueología y naturaleza diseñan por lo tanto el alma más antigua del
Montefeltro, una herencia que se une con la tradición, arte y creatividad,
dando vida a lugares mágicos y llenos de atractivo: así en Talamello, en el
Museo-Pinacoteca se encuentra la obra artística de Fernando Gualtieri; en
Sant’Agata Feltria, la cultura rural se renueva en el artesanado local y un lugar
símbolo de la historial medieval abre sus puertas a formas expresivas de lo
contemporáneo; en Pennabilli, la historia se une a la poesía y al genio de
Tonino Guerra.
78
Museos y sitios arqueológicos de la Provincia de Rímini
encontrados en los itinerarios
Casteldelci, Casa Museo Sandro Colarieti
e Museo archeologico Uguccione della Faggiola
Via Roma, 16/A - 47861 Casteldelci
Info: 0541 915423
e-mail: [email protected]
www.museialtavalmarecchia.it
Cattolica, Museo della Regina
Via Pascoli, 23 - 47841 Cattolica
Info: 0541 966577
e-mail: [email protected]
www.cattolica.net/retecivica/italiano/cultura
Cattolica, Area archeologica
dell’ex-piazza del Mercato Ortofrutticolo
Piazzetta mercato - 47841 Cattolica
Info: 0541 966577 Museo della Regina
El sitio, al abierto, es visible desde el exterior
Reservar visitas
Perticara, Sulphur Museo Storico Minerario
Via Montecchio, 20 - Cantiere Certino - 47863 Perticara
Info: 0541 927576 - 339 6315683
e-mail: [email protected]
www.museialtavalmarecchia.it
Riccione, Museo del Territorio
Centro Culturale della Pesa
Via Lazio 10 - 47838 Riccione
Info: 0541 600113
e-mail: [email protected]
Riccione, Sito archeologico di San Lorenzo in Strada
Via Flaminia, 25 - 47838 Riccione
Info: 0541 600113 Museo del Territorio
El sitio, localizado dentro de la estructura del edificio
de la Farmacia Comunale n.2, es siempre visitable
Visitas guiadas con reserva
79
Rimini, Museo della Città
e sito archeologico di piazza Ferrari (domus del chirurgo)
Via L.Tonini, 1 e piazza Ferrari - 47921 Rimini
Info: 0541 21482-704421-704426
e-mail: [email protected]
www.museicomunalirimini.it
Rimini, sito archeologico di Palazzo Massani
(domus praefecti)
Via IV Novembre, 40 - 47921 Rimini
Info: 0541 704421-704426 Musei Comunali
www.prefettura.rimini.it
Reservar visitas
Rimini, area archeologica dell’ex Consorzio Agrario
Via Circonvallazione Meridionale - 47923 Rimini
El sitio es visitable siempre
Santarcangelo, MUSAS-Museo Storico Archeologico
Via della Costa, 26 - 47822 Santarcangelo di Romagna
Info: 0541 624703
e-mail: [email protected]
www.metweb.org/musas
Verucchio, Museo Civico Archeologico
Via S. Agostino - 47826 Verucchio
Info: 0541 670222
e-mail: [email protected]
www.comunediverucchio.it
80
Lugares e itinerarios de visita
Dónde estamos
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di Romagna
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Sant’Agata Feltria
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Riccione
- Museo del Territorio
- Puente sobre el rio Melo
- Área arqueológica de las farmacie comunali
Rimini
- Museo della Città
- Complejo arqueológico Domus del Chirurgo
(Casa del Cirujano)
- Arco d’Augusto
- Piazza Tre Martiri
- Puente de Tiberio
- Anfiteatro
- Porta Montanara
- Sitio arqueológico ex consorzio agrario
- Área arqueológica del Palazzo Massani
- Área arqueológica Camera di Commercio
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San Marino
Principales distancias
kilométricas
Amsterdam, 1.405 km
Madrid, 1856
Bolonia, 121 km
Berlín, 1.535 km
Munich, 680 km
Florencia, 178 km
Bruselas, 1.262 km
París, 1.226 km
Milán 330 km
Budapest, 1.065 km
Praga, 1.089 km
Nápoles, 586 km
Copenhague, 1.770 km
Estocolmo, 2303
Rome, 343 km
Frankfurt, 1.043 km
Viena, 887 km
Turín, 493 km
Londres, 1.684 km
Zurich, 645 km
Venecia, 235 km

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