Anneliese Meis

Transcripción

Anneliese Meis
Anneliese Meis
Miércoles 24 de Junio de 2009 16:19
La acreditación reciente de nuestros programas de postgrado por la Comisión Nacional de
Acreditación (CNA), con nueve años para el Magister en Teología y seis años para el
Doctorado en Teología, constituye un hecho de máxima relevancia para nuestra Facultad. Se
trata de un hecho inédito, que ha despertado asombro a todo nivel, por ser el periodo más
extenso que se ha concedido -una cifra record-, no sólo al interior de la UC, acostumbrada a
acreditaciones altamente calificadas, sino también respecto a todo el país, ya que el organismo
estatal nunca había entregado tal reconocimiento de manera tan prolongada a alguna
institución chilena.
Por eso, los resultados obtenidos, más allá de todas nuestras expectativas, ponen de relieve
nuestra verdad, que nos llena de gratitud y valentía para seguir adelante por un camino difícil,
que se fue gestando a lo largo de una ardua búsqueda, llevada a cabo desde la primera
acreditación por dos años en 2002 y la reacreditación por cuatro años en 2004, hasta la de
2009.
En efecto, la decisión de someternos a las exigencias y desafíos de la acreditación por una
instancia civil, ajena al quehacer teológico, desencadenó un proceso de cuestionamientos
internos y externos, incluso dudas respecto a la validez de tal proceso, por ser nuestra Facultad
de Teología la única en Chile. Sin embargo, una vez recibidos los primeros resultados de la
acreditación en 2002, nos dimos cuenta de que efectivamente la evaluación externa resultó
sumamente útil para mejorar nuestro quehacer teológico a nivel de postgrado, pues arrojó a la
luz las fortalezas de nuestros programas, es decir, el buen nivel de nuestra investigación, la
calidad del profesorado al servicio de una programación sólida, altamente personalizada, con
una fuerte insistencia en la metodología basada en las fuentes y su acertada interpretación.
Dicha evaluación reveló también las debilidades, tales como la falta de una distribución
equitativa en la dirección de tesis, concentrada en dos profesores, y la responsabilidad de una
sola persona en la dirección del postgrado. Junto con la permanente preocupación autocrítica
por mantener vigentes las fortalezas señaladas, el Decano y su Consejo académico tomaron
medidas bastante drásticas respecto a las debilidades, lo que llevó a que efectivamente el
mayor número posible de profesores asumiera la dirección de tesis. Desde entonces, el
Director de Postgrado también es acompañado por un Consejo, el cual está integrado por
profesores que representan las menciones de Dogma, Teología Fundamental y Patrística.
1/2
Anneliese Meis
Miércoles 24 de Junio de 2009 16:19
Estas medidas han implicado no sólo un alivio de los profesores afectados por una sobrecarga
en la dirección de tesis, sino que también han generado un mayor compromiso del profesorado
con el postgrado como instancia de investigación y toma de decisiones comunes.
Si bien desde siempre hemos trabajado para mantener el buen nivel de nuestro postgrado y
mejorar las debilidades señaladas, el año 2008 fue un año clave, ya que nos absorbió por las
múltiples tareas, exigencias y desafíos que nos impuso el proceso de acreditación bajo las
orientaciones exigentes de la Vicerrectoría Adjunta de Investigación y Doctorado (VRAID).
Nuestro equipo administrativo se movilizó al extremo para realizar y tabular las encuestas a
alumnos, egresados y profesores; para buscar y ordenar archivos dispersos u olvidados; para
ubicar los datos de matrícula, realizar el difícil formateo de documentos y la comunicación con
egresados. Los resultados, sorprendentemente positivos de este primer paso, fueron
analizados en varias reuniones con alumnos y profesores, de tal modo que se comenzaron a
perfilar nuevas exigencias a partir de las fortalezas, oportunidades, amenazas y debilidades
que estos reflejaron. En este proceso cabe destacar el aporte decisivo e iluminador de los
evaluadores externos, no sólo por sus juicios acertados, sino también gracias a propuestas
concretas, aunque no del todo viables en nuestra realidad.
De esta manera, hemos elaborado el Plan de Acción que orientará nuestro trabajo a nivel de
Magister y Doctorado durante los próximos años. Dicho plan propone no sólo fortalecer la
calidad de nuestro postgrado y su espíritu autocrítico, sino, sobre todo, subsanar tres
debilidades descubiertas: 1. Una cierta carencia de nexo entre lo teórico y lo práctico. 2. El
deficiente seguimiento de los egresados. 3. Una mayor difusión de la calidad de los programas.
Asumimos este Plan como una tarea común entre alumnos, profesores y administrativos,
apoyados por los servicios impagables de nuestra Biblioteca. Dicha tarea plasma, sin duda, el
espíritu de nuestro postgrado. Por eso, confiamos que este espíritu dé aquellos frutos
abundantes que suele regalar el Espíritu Santo cuando impulsa al teólogo a la santidad.
Anneliese Meis
Directora Postgrado e Investigación
2/2

Documentos relacionados