Etapa 2 descripción - Red de Senderos Verdenace

Transcripción

Etapa 2 descripción - Red de Senderos Verdenace
GR Sendero de los tres calares
Etapa 2 – De Vado de Tus a Riópar (Calar del Mundo)
Se trata de atravesar el Calar del Mundo, para lo que comenzamos esta etapa en el
Vado de Tús, que queda arriba a la izquierda. Está lloviendo en esta agradable mañana de
primavera. Y no dejará de hacerlo hasta que estemos en el Campamento de San Juan.
Seguimos por la carretera unos trescientos metros hasta llegar al cortijo de la Abuela Rosario.
Al llegar al cortijo de la Abuela Rosario, hemos de abandonar la carretera por la izquierda,
siguiendo una senda vieja que surge junto a la casa, dejándola a la derecha, y ascendiendo
junto a la valla, que queda a la derecha. La atractiva senda asciende por un bosque denso,
atractivo y húmedo; en unos trescientos cincuenta metros llega a un carril que seguiremos a
la derecha, dejando a la izquierda unos huertos aterrazados de olivos y a la derecha el monte.
Enseguida, una senda surge por la derecha.
Seguimos por el carril, durante unos seiscientos metros en que, tras pasar junto a otro
sembrado de olivos, llegaremos a una bifurcación de pistas. Estamos a 1.160 metros del Vado
de Tus, según nos indican las señales. Aquí nos separamos de la etapa seis del GR 66, que
continúa hacia la derecha, en busca de La Tobica. Nosotros seguiremos hacia la izquierda, en
dirección a Las Lagunicas, por una pista embarrada. En algo más de cuatrocientos metros,
llegamos a una bifurcación de carriles: seguiremos por el de la derecha. Vamos viendo ya las
casas de Las Lagunicas. Cuando llevamos dos kilómetros (1890 metros según una señal),
llegamos a una carretera asfaltada, que seguimos a mano izquierda, dejando Las Lagunicas a
la derecha.
En medio kilómetro, junto a un caserío que queda a la derecha, llegamos a una
bifurcación: seguiremos hacia la derecha. En seguida, a la derecha, las ruinas de la Tinada de
los Mancheños. En otro medio kilómetro, el asfalto termina cuando el arroyo de Las Marinas
pasa sobre la pista. Seguimos de frente, por una pista de tierra ahora.
En doscientos metros, el arroyo de Lastra cruza sobre la pista. Seguidamente pasamos
por una bonita zona de robles, a ambos lados del camino. En algo menos de medio kilómetro,
a la derecha un carril se dirige hacia el Cortijo de Lastra; seguimos por la izquierda. En unos
cien metros, otra bifurcación que seguiremos igualmente a la izquierda.
En poco más de ciento cincuenta metros, abandonamos la pista forestal por una senda
que asciende a la derecha. Vamos siguiendo desde Lagunicas una ruta del Parque Natural de
los Calares del Mundo y de la Sima, que sube hasta el calar. La senda de subida, desde la
pista forestal, es clara, está bien señalizada y es un disfrute. Subimos por la ladera. A la
izquierda unas vistas espléndidas del valle del río Tus, que casi intuimos por lo oscuro del
día. Unos restos de almuerzo nos invita a recordar que todo lo que se sube a la montaña, se
baja de la montaña, no se deja en ella.
Tras kilómetro y medio de dura ascensión llegamos a la vereda de Siles, en una zona
rocosa de curiosas formas. A la derecha, en lo alto, el Puntal de la Escaleruela. Durante casi
kilómetro y medio seguiremos la vereda de Siles, el camino está claro que es antiguo. Unas
caídas a la izquierda impresionantes, en este caso se agradece no ver mucho. La vereda sigue
en dirección este, nosotros giramos a la derecha hacia el norte por una pradera. La lluvia
sigue cayendo mansamente. Es un camino ancho, como una pista, con trazas de dos ruedas,
llaneando por una pradera muy guapa, húmeda; observamos líquenes en los árboles. Es una
pradera atractiva, de pinos jóvenes, el agua se embalsa, terreno de precalar. Vemos un
cercado ruinoso y dos bañeras a modo de abrevadero.
En seiscientos metros, el camino marcado por el Parque Natural de los Calares del
Mundo y de la Sima sigue el carril. El trazado del GR la abandona por la derecha, en
dirección norte. Estamos en el calar, fuera de senda, siguiendo a veces una trocha. Está bien
marcado y el track es bueno. Encontramos evidencias de ganado vacuno. En menos de un
kilómetro cruzamos una pradera, hay un letrero de parque natural. Vemos muchos espinos,
siguiendo dirección nor-noroeste sin trocha, ni senda. En otros seiscientos metros, llegamos
a unas trazas de dos ruedas, que seguimos hacia la derecha. Abundan los chaparros, espinos,
hierva, y mucho agua. Las trazas se pierden pronto. Seguimos en dirección norte,
descendemos un poquito. Giramos a la izquierda para seguir un barranco. Vemos una senda
por el barranco, seguimos descendiendo.
En unos ochocientos metros llegamos junto a un arroyo que desciende. Lo seguimos,
dejándolo a nuestra izquierda. Enseguida lo cruzamos. Lleva abundante agua, el rumor del
agua acompaña nuestros pasos. Observamos un antiguo bebedero hecho con dos troncos de
madera. En medio kilómetro, saltamos una valla que cruza nuestro camino. Poco después,
descendiendo, encontramos una trocha que seguimos a la derecha. En setecientos metros, una
fuente con abrevadero. Ahora llevamos dirección nor-noreste. Trescientos metros más
adelante, encontramos una senda, que seguimos. Se agradece pues hemos venido monte a
través. Vamos ahora llaneando, rodeados de muchos robles.
Ya vamos descendiendo. En unos dos kilómetros, a la derecha, una fuentecita.
Muchos acebos, bosque húmedo, robles, temperatura maravillosa. Sigue la lluvia. Senda
agradable. En cien metros, otra fuente con un abrevadero. A la izquierda el barranco de la
huesa. En unos mil cuatrocientos metros llegamos a un aprisco de ganado y un carril, que
seguimos, cruzamos una puerta. En trescientos metros, el carril desemboca en otro, y lo
seguimos a la derecha. A la izquierda vemos un portilllo; que conduciría a la CM-3204, junto
al Cortijo de los Tribaldos. Nos situamos en la dehesa de la Cañada de los Mojones. El prado
es atractivo, valla a la izquierda, el carril es ancho y cómodo. Los pinos son muy grandes. De
vez en cuando un camino sale del principal, que seguimos. En algo menos de dos kilómetros,
cruzamos una valla, cuya puerta está abierta.
En doscientos metros, cruzamos otra valla; y unos treinta metros después, otra. En
setecientos metros, llegamos a una bifurcación, que seguimos a mano izquierda, cruzando un
portillo. El camino que llevamos hace una curva a la izquierda, a la derecha se va al balcón de
los chorros; visita recomendable. A nuestra derecha se sitúa un vallado para la conservación
del hábitat y un portillo con indicación de GR 66. En medio kilómetro, en el Estrecho del
Navacico, pasamos otra valla. Al salir, vemos un letrero que indica “Peligro Reses Bravas”, a
los que vienen. Nosotros no hemos visto ninguna, sólo restos en la pradera.
La pista forestal poco a poco se ha convertido en una senda intransitable para
vehículos. Pasamos por una zona de rocas. El valle queda a la izquierda, se adivina un
cortado impresionante, mitigado por la niebla y la lluvia. Seguidamente, la senda poco a poco
se va ensanchando, convirtiéndose en un camino ancho o una pista forestal. En dos
kilómetros y medio desde la salida de la finca ganadera, llegamos al puerto del Arenal, en el
que observamos un panel del GR de los tres calares, una fuente, una balsa circular, otro panel
de mirada al río Mundo desde arriba,… Es una zona de recreo, con mesas, dos casetas,…..
Cruzamos el puerto. Vamos a seguir la Cañada de la Almenara durante casi dos
kilómetros. Es una pista forestal ancha y cómoda. Al inicio, vemos a la izquierda un
aparcamiento para visitar al río mundo. En 2,3 kilómetros desde el puerto del Arenal,
llegamos al Campamento Juvenil de San Juan, situado en una agradable zona de pradera y un
acogedor bosque de pinos. Abandonamos el campamento por un camino ancho en dirección
este-noreste; poco a poco el camino se ha convertido en una senda. En un recodo del camino
vemos ya el valle de Riópar, precioso, con el pueblo rodeado de montañas y nubes.
En kilómetro y medio desde el campamento, llegamos a una pista ancha y cómoda
(vereda de Bogarra), que seguimos hacia la izquierda; a la derecha queda El Lagunazo. En
unos ochocientos metros, llegamos a otra bifurcación, junto al Cortijo de Pompanares, que
seguimos hacia la izquierda. En trescientos metros, se sitúa junto a nosotros el arroyo de Casa
Rosa que, en doscientos cincuenta metros, desemboca en el Río de la Vega. Nos situamos
junto al río y vemos señales que indican que el GR sigue hacia la derecha. Caminamos junto
al Rio de la Vega, que queda a nuestra izquierda, durante algo más de medio kilómetro.
Optamos por girar hacia la izquierda para entrar en Riópar, junto al Campo de Fútbol, sobre
el arroyo del Gollizo. El GR sube a Riópar más adelante, por el Haza de San Luis, para pasar
junto a la plaza de toros.

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