29 Junio 2014 - Enfocarse en el proceso

Transcripción

29 Junio 2014 - Enfocarse en el proceso
Enfocarse en el proceso
29 Junio 2014
David C. McCasland
Lectura:
“Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús.
Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino
poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de
las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser
participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a
causa de la concupiscencia; vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid
a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio,
paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque
si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto
al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy
corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. Por lo cual,
hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas
cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en
el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.” (2 Pedro 1:2-11)
En el libro On Writing Well [Cómo escribir bien], William Zinsser afirma que muchos
escritores sufren de «la tiranía del producto final». Les preocupa tanto la venta del
artículo o el libro, que descuidan el aprendizaje del proceso de cómo pensar,
planificar y organizar. Para Zinsser, un manuscrito desordenado se produce cuando
«el escritor, con la mirada en la meta, no dedica tiempo a pensar en cómo correr la
carrera».
El escritor y pastor A. W. Tozer aplica ese principio a la vida espiritual. En su libro La
raíz de los justos, Tozer describe nuestra tendencia a «preocuparnos solo por el
fruto [… e] ignorar la raíz de la cual brotó».
El apóstol Pedro les recordó a los creyentes del siglo I que una vida semejante a la
de Cristo y un servicio eficaz son el resultado de un proceso. Los alentó a crecer en
ocho áreas del desarrollo espiritual: fe, virtud, conocimiento, dominio propio,
paciencia, piedad, afecto fraternal y amor (2 Pedro 1:5-7). Si poseemos estas
cualidades en una medida cada vez mayor, Pedro dice que estas cosas no nos
«dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor
Jesucristo» (v. 8).
Dios nos llama al maravilloso proceso de aprender a conocerlo, con la garantía de
que esto nos llevará a un servicio productivo en su nombre y para su gloria.
La vida cristiana es un proceso que nos enseña a depender por completo de Dios.
Fuente: Nuestro Pan Diario
www.rbclatino.org

Documentos relacionados