20 ESTUDIO BIBLICO 2016

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20 ESTUDIO BIBLICO 2016
 ESTUDIOS BÍBLICOS Nº 20‐16 LA JUSTIFICACIÓN SE RECIBE APARTE DE LA LEY: TODO POR GRACIA. POR OBISPO REV. DANIEL RODRÍGUEZ VERGARA SANTIAGO, 22 MAYO 2016.‐ ROMANOS 4:13 Y 14 Texto =Gal,3;18. 13
Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe. Dios le hizo a Abraham una promesa maravillosa. Le prometió que sería una gran nación, y que el seria benditas todas las familias de la tierra. Gn. 12: 1Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3
Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. La tierra se le daría como heredad. Y Dios le hizo esa promesa simplemente porque puso su confianza en El. No la recibió por haber amontonado méritos cumpliendo los mandamientos de la Ley, sino como una gracia generosa en respuesta a su fe absoluta en Dios. La promesa, como dice la palabra, dependía exclusivamente de dos cosas: de la Gracia generosa e inmerecida de Dios, y de la perfecta fe de Abraham. La Gracia es la mano que da, y la fe, la mano que recibe, (como es la famosa pintura de Miguel Ángel). LA GRACIA Aunque en la Biblia la gracia es fundamentalmente un atributo de Dios (1 P 5.10) y la mención más usual es la «gracia de Dios» (Hch 14.26; 20.24; 2 Co 8.1; Col 1.6; 2 Ts 1.12; Tit 2.11), en algunos pasajes es también una virtud humana (Pr 1.9; 3.22; 31.30; Nah 3.4). En ocasiones, gracia tiene la significación particular de una ofrenda (2 Co 8.19, RV‐1909) y en plural expresa una acción de gratitud (1 Ti 4.4; Heb 12.28, VP). La gracia posibilita la fe, que es la respuesta agradecida a la iniciativa de Dios. La fe es la aceptación de la gracia de Dios, pero a esta no la provoca aquella, pues es don de Dios para salvación (Hch 15.11; Ro 4.13–16; Ef 1.7; 2.8; 1 P 1.10). Toda la idea neotestamentaria de la redención y salvación gira en torno a la gracia de Dios manifestada en la vida, obra, muerte y resurrección de Cristo. Es la base de nuestra justificación (Ro 3.24; Tit 3.7), la verdadera buena nueva y la esencia misma del evangelio (Hch 20.24). Por esa gracia, Dios nos reconcilia consigo mismo en la cruz (2 Co 5.14–21) Ilumina.‐ Cuando Dios prometió a Abraham y a si simiente que el seria heredero del mundo, no condiciono la promesa a la admisión de un código legal (La ley misma no fue dada hasta cuatrocientos treinta años después Gá.3: 17Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa). Fue una promesa incondicional de gracia, para ser recibida por fe. La misma clase de fe por la que en la actualidad obtenemos la justicia de Dios. La expresión heredero del mundo significa que iba a ser el padre de los gentiles creyente (no en lo físico, sino en la muestra del camino), así como de los judíos (Romanos 4: 11Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia; 12
y padre de la circuncisión, para los que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado). (Cuya explicación ya vinos en la enseñanza anterior). Que sería padre de muchas naciones (v.17 y V.18) Ro.4: 17(como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. 18El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho. Y no solo de la nación judía. En su sentido más pleno la promesa será cumplida cuando el Señor Jesús, del linaje de Abraham, tome el cetro del imperio universal y reine como Rey de reyes y señores. 14
Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa. Los judíos seguirían preguntando, “¿Cómo puede uno entrar en la debida relación con Dios para estar incluido en esta gran promesa?”. La respuesta que ellos mismos daban era; <Adquiriendo méritos ante Dios haciéndolo que manda la Ley >. Es decir, uno tiene que conseguirlo por su propio esfuerzo. Pero la palabra nos enseña con claridad que esta actitud judía había destruido totalmente la promesa. Y la razón era que no hay nadie que puede cumplir perfectamente la Ley. Por tanto, si la promesa depende de la observancia de la Ley, no se puede cumplir. Dios es como un padre humano; promete amar a sus hijo independientemente de lo que hagan. Cierto que amara a algunos de nosotros con amor que le hace estar contento, y a otros con un amor que le hará esta triste; pero en ambos casos es un amor que no nos abandona jamás. No depende de nuestros méritos, sino solo del generoso corazón de Dios. Si los que buscan la bendición de Dios, y en particular la bendición de la justificación, pueden heredarla sobre la base de la ley, entonces vana resulta la fe, y anulada la promesa. La fe es echada a un lado porque es un principio que es totalmente opuesta a la ley. La fe es asunto de creer, mientras que la ley es asunto de hacer. La promesa entonces sería inválida, porque estaría basada en unas condiciones que nadie podría satisfacer. Tenemos la fe. Fe es la seguridad de que Dios es realmente así. Es jugárnoslo todo a su amor. Tenemos la Gracia. Un regalo de gracia es siempre algo que no se gana. La verdad es que nadie puede ganar el amor de Dios. Tenemos que encontrar nuestra gloria, no en lo que podamos hacer por Dios, sino lo que Él ha hecho por nosotros. REFERENCIA BÍBLICAS 13) Gn.12: 2Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3
Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Gn.17: 4He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. 6Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti. Gr.22: 17de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. Ro.9: 8Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes. Gá.3: 16Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo. 17Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa. 29Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa. 14) Gá.3: 18Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa; pero Dios la concedió a Abraham mediante la promesa. (Texto) PARA DIOS SEA LA HONRA Y GLORIA SIEMPRE, AMÉN 

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