ASÍ ERA CUBA, MI HIJA (XVII)

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ASÍ ERA CUBA, MI HIJA (XVII)
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MIERCOLES, 1 FEBRERO DE 2006
ASÍ ERA CUBA, MI HIJA
25
(XVII)
Por Eugenio Cuevas
- Papi, ¿cuál era la otra versión que me mencionaste con respecto
al nacimiento de la Televisión en Cuba?
- Bueno, mi hija, la otra versión consiste en el que señor Gaspar
Pumarejo inauguró la Televisión en Cuba el 24 de octubre de 1950, por el
canal 4.
Años más tarde Pumarejo dio a conocer la Televisión en colores el 24
de febrero de 1958 desde el Hotel Hilton en la ciudad de La Habana.
También consta que el señor Amado Trinidad estaba en trato con la
“Columbian Broadcasting System” y con la Dumont para empezar a televisar a comienzo de 1951.
La Televisión en Cuba fue de gran calidad y los mismos técnicos americanos se maravillaban de la claridad y pureza de las imágenes y sobre todo
de la destreza y maestría sin par de los camarógrafos cubanos. Los programas que se televisaban eran verdaderas joyas. ¿Quién no recuerda aquel
Cabaret Regalías? Todas las semanas traía relumbrantes estrellas internacionales que, junto a las del patio, componían espectáculos inolvidables.
Después aquellas novelas famosas que se exhibían por la Televisión, como
fueron Soraya, La Historia de Tres Hermanas, El Derecho de Nacer y
muchas otras que hacían el deleite del pueblo cubano, e inclusive, de
muchos países latinoamericanos, ya que dichas producciones eran vendidas
a esos países hermanos.
Otro hecho para no olvidar fue el control remoto que hicieron los ingenieros de la estación CMQ cuando situaron entre La Habana y Miami, un
avión que captaba la imagen del juego que se estaba celebrando en el
“Yankee Stadium” de New York entre los equipos de los Yankees y los de
Brooklyn. Es decir, tú podías verlo en La Habana al mismo tiempo que se
jugaba en New York.
Se cuenta que este avión tenía solamente gasolina para cubrir hasta la
novena entrada del juego de pelota. Ya tú calcularás lo que habría pasado si
se hubiera prolongado una entrada más.
- Papi, ¿recuerdas, más o menos qué cantidad de televisores habían en Cuba?.
- Sí, hija mía; en el año 1954 existían en La Habana cien mil televisores en funcionamiento y cinco canales de Televisión. La ciudad de New
York tenía siete canales, con dos millones y medio de televisores. Fíjate la
diferencia, ya que La Habana, en esa época, tenía un aproximado de un
millón de habitantes. La ciudad de los Angeles, California, también tenía
siete canales como New York.
- Entonces, papi, la Televisión en Cuba tenía que depender, (como
es natural) de muchos anuncios para poder seguir adelante, ¿no es verdad?
- Efectivamente; el anuncio es el elemento vital para la televisión, el
radio, los periódicos y principalmente para los comerciantes, ya que, “mercancía que no se anuncia, no se vende”.
Recuerdo muchos de los anuncios que eran muy populares por la televisión y la radio de aquella época, como era el del ron Bacardí que decía:
“Conozca a Cuba primero y al extranjero después”. Este anuncio lo presentaban en Televisión con un paisaje vivo de los campos de Cuba: el Valle
de Viñales, las Montañas de Oriente, Santiago de Cuba, Puerto Boniato,
Topes de Collantes, etc.
Otro anuncio que me viene a la mente es aquel del muñequito de Alka
Seltzser que expresaba: “Prontito Alka Seltzser”. También recuerdo el de
Anuncios publicitarios, en la Cuba de Ayer.
los Acumuladores Lazo: “Con los Acumuladores Lazo no hay fracaso”.
Tengo presente el de “Los Acumuladores los Angeles, písalo y arranca”. El
de la cerveza Tropical, donde Odalis Fuentes (Meneíto) decía: “Clara, ligera y sabrosa, mientras tiraba su meneíto ante las cámaras. Recuerdo además
el comercial de los Tomates Stokely, con la sin par artista que hacía de niña,
Normita Suárez. Tampoco olvido aquel de “A las gomas Kelly no le entran
ni los tiros de la ametralladora. El del famoso Jabón Candado, de Crusellas
y compañía: “Candado le saca el churre a la barriga del vestido porque tiene
un ingrediente secreto y costoso”. Es imposible echar al olvido el anuncio
de la Compañía de Electricidad con su muñequito Calixto Kilowat.
Recuerdo muchos de los anuncios ¿Quién no recuerda aquellos anuncios que decían “El agua sólo cría ranas, tome Ginebra”, “Las sábanas
Palacio son suaves como la soda y fuerte como el lino”, “Del catarro a la
tuberculosis no hay más que un paso. Evite sus catarros con Acardet”; en
fin muchos más que, en aquellos tiempos idos veíamos por la televisión y
escuchábamos por la radio.
Pero todo este entretenimiento del cubano fue destruido por la frustración del cáncer terrible del comunismo ateo que no continuó la senda de
progreso y ritmo de un brillante futuro para nuestro país, sino que ha destruido todo vestigio de grandeza y avance que teníamos como nación.
(Continuará).

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