Galaxia en blanco y negro

Transcripción

Galaxia en blanco y negro
– Julián Terán
Julián Terán, Furioso salto ya sin alas, 2009. Tinta sobre papel. 50 x 35 cm
Galaxia en blanco y negro
El músico y artista plástico
Julián Terán presentó sus
últimos trabajos -dibujos de
líneas negras sobre fondo
blanco- en “Galáctico Mal!”
una muestra que comparte
con dos grandes del dibujo,
Lux Lindner y Eduardo
Santiere, y que puede verse
hasta el 2 de octubre en Nora
Fisch Arte Contemporáneo.
TEXTO: JOSEFINA CAPELLE
WWW.MYSPACE.COM/JULIANTERAN
WWW.JULIANTERAN.BLOGSPOT.COM
Julián Terán es un constructor de
espacios. Como músico, construye refugios íntimos con un estilo
despojado y sencillo, a lo Devendra
Banhart, acercándonos su música a
través del juego. Y esa música, que
juega con los ritmos del interior de
Argentina, en vivo se convierte en
performance de luz y color. Julián
Terán también construye paisajes
infinitos. Con lápiz negro, carbonilla o tinta negra, levanta montañas y
cava agujeros profundos en la superficie de hojas blancas superponiendo
o acumulando espacios que crean las
líneas que dibuja. El 27 de agosto se
juntó con otros dos genios del dibujo, Lux Lindner y Eduardo Santiere, para hacer la muestra “Galactico
Mal!”, que tiene como protagonista
a la línea que, en esta ocasión, crea
universos autorreferenciales.
¿Qué viene primero: el músico
o el dibujante?
Creo que primero llegó el dibujante,
o mejor dicho el artista plástico. La
música se manifestó más tarde, pero
hoy en día no podría concebir mi
vida sin ninguna de las dos, ni tampoco podría decir que una se impone sobre la otra, aunque hay períodos en los que la balanza se inclina
más hacia un lado y luego hacia el
otro, casi como un orden natural.
¿Hace cuánto componés?
Hará unos cinco años, casi jugando,
empecé a armar algunas canciones.
92 MÚSICA
Ese pequeño movimiento fue como
el sacudón que a veces se necesita
para despertar, a partir de ahí fue
un descubrimiento tras otro que
en poco tiempo me llevó por los
lugares más diversos.
¿Por qué elegiste la guitarra?
La guitarra llegó como un regalo
de mis padres cuando era chico.
En ese tiempo tomé clases pero dejé
y llegué a olvidarme todo. Después,
en la adolescencia, volví y aprendí
casi solo, viendo tocar a amigos y
practicando mucho.
¿Cómo te conectaste con la música del interior del país?
Al haberme criado en San Miguel
del Monte, un pueblo del interior
de la provincia, el folklore es algo
que siempre estuvo presente, pero
la obra de Atahualpa Yupanqui me
abrió las puertas y me hizo participar de un universo inagotable de
maravillas. A partir de él fue sólo
un pequeño paso para descubrir
muchos de esos tesoros, que no son
sólo argentinos: Violeta Parra, Alfredo Zitarrosa, Chabuca Granda,
Simón Díaz, etcétera.
¿Te considerás una persona obsesiva o creés que el trabajo duro
es, en tu caso, algo necesario
para poder llegar a ese nivel de
detalle en el dibujo?
Esa es una gran pregunta… La imagen que se ve como obsesiva en mi
trabajo es el resultado de una búsqueda de hace años, y el proceso
mismo me llevó a eso. Ese fue otro
gran descubrimiento. Los diferentes
caminos que se recorren hacen que
uno se transforme un poco para
sentirse parte del lugar que transita.
El que abra caminos tendrá que
estar atento por dónde anda: si el
machete es útil para atravesar la selva, no sirve de nada en un desierto.
¿El blanco y negro sería una especie de color de fondo o esqueleto
de las cosas como las vemos?
Uno de los ejes que atraviesan mi
obra es la idea de superficie, como
piel, como manto, que divide dos
espacios, un adentro y un afuera, un
arriba y un abajo, lo que está oculto
pero puede intuirse por la manera en
que lo profundo lo agita y da forma
a esa superficie, así como las venas
se evidencian debajo de la piel. En
este sentido fue interesante pensar
mis trabajos del año pasado que
formaron “Nacimiento de una isla”
como si fueran ese esqueleto, como
si fuera el magma que se agita bajo
la superficie, como las entrañas que
se retuercen.
¿”Nacimiento de una isla” podría
ser una metáfora de tu vida?
“Nacimiento de una isla” se podría ver de esta manera: debajo de
la superf icie del mar suceden muchas cosas, algunas af loran y son
visibles, otras no, pero no dejan de
estar ahí… de todos modos, ambas
son misteriosas.
¿Cómo te repartís entre tus
trabajos como dibujante y tus
proyectos de música?
Durante el día reparto muchas horas
para el taller y otras tantas para la
guitarra. Dependiendo de épocas del
año y momentos en particular, estoy
más inclinado para una cosa o para la
otra, pero por lo general conviven
las dos historias todos los días.
¿A cuál le estás dando prioridad
ahora?
En estos días, diría que un poco
más a mis dibujos, pero sé que antes
de fin de año quiero grabar otro
disco o algo parecido, así que pronto la balanza se va a poner
otra vez en movimiento. Además,
para el próximo verano estoy armando otro proyecto, un poco por
diversión, y ya hay un par de temas
compuestos, jugando entre el bolero, la cumbia y el reggaetón. Tus
papis chulos, que es el nombre de la
banda, se formó el año pasado con
músicos de Monte, y desde entonces
estamos armando shows, performances, videos, y realizando encuentros
entre varias disciplinas artísticas.
“Un eje en mi obra es
la idea de superficie
que divide dos
espacios, un adentro
y un afuera, un arriba
y un abajo, lo que está
oculto pero puede
intuirse, como las
venas se evidencian
bajo la piel.”

Documentos relacionados