Teoría de los cuatro Círculos

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Teoría de los cuatro Círculos
Clara García Vidal
53731760B
4ºB Publicidad y RRPP
La Teoría de los Cuatro Círculos para abordar la realidad
Al abordar la Nueva Teoría Estratégica (NTE) y el proceso de refundación de la
estrategia llevado a cabo por el Foro Iberoamericano Sobre Estrategias de
Comunicación (FISEC), me pareció muy interesante conocer cómo se encuentra el
panorama actual de estrategia y comunicación, qué tendencias se están desarrollando y
qué diferentes modelos de estrategia e investigación de la realidad están proponiendo
distintos autores latinoamericanos al respecto.
Uno de ellos es Marcelo Manucci, psicólogo argentino especializado en
comunicación y percepción que fundamenta sus investigaciones en el desarrollo de
estructuras conceptuales y metodológicas destinadas a la gestión estratégica de las
percepciones en los procesos externos e internos de comunicación en una organización.
A través de un punto de vista creativo e innovador sobre los procesos de comunicación,
busca llegar a una mirada distinta de las situaciones, sus relaciones y sus protagonistas.
Uno de sus modelos de estrategia es la Teoría de los Cuatro Círculos, que
analizaremos a continuación, por la que propone abordar la realidad corporativa desde la
incertidumbre e inestabilidad del presente para definir las intervenciones futuras.
La realidad corporativa es el conjunto de creencias, emociones y experiencias que
conforman el contexto y las líneas futuras posibles de actuación. La realidad corporativa
es la base estructural de la estrategia, por lo que la estrategia es el instrumento con el que
trabajamos la realidad de la organización (Manucci, 2006).
Cuando una organización se propone diseñar su estrategia, especula y trabaja
sobre su realidad corporativa, sus percepciones y su visión propia de la realidad y por
tanto, cuanta mayor sintonía y sincronía exista entre la dinámica interna de la
organización y la dinámica del contexto que le rodea, mayor operatividad alcanzará la
estrategia. Como sabemos, la realidad y el entorno están cambiando constantemente en
la actualidad, por lo que la organización debe ser consciente de ello y de que esos
cambios son difícilmente predecibles o controlables por lo que ésta debe cambiar o
adaptarse también, respecto a sus propios propósitos y objetivos.
En esta dinámica cambiante de inestabilidad, el éxito e importancia de un proyecto
estratégico radica en la propia incertidumbre que crea la implementación y desarrollo de
las líneas de acción escogidas. Es por ello que Manucci propone que debemos participar
de esa incertidumbre y de esa realidad compleja, en lugar de intentar controlarla o
enfrentarnos a ella, ya que todo proyecto siempre va a acarrear consigo cierto grado de
inquietud respecto a su posterior aplicación en la organización y en su entorno. De esta
forma, cuanto más participe una organización de esa complejidad, mayor espectro de
posibilidades podrá encontrarse a su paso, asumiendo un proceso dinámico y abierto a
muchas situaciones posibles.
Además, las situaciones posibles derivadas de esa complejidad emergen de la
interacción de la organización con su entorno, y las opciones de desarrollo y mejora de
ésta surgen al darse un contexto rico en relaciones. Para participar de esa red compleja
de relaciones, la organización emplea recursos, experiencias, expectativas y emociones
para, con todo ello, diseñar las intervenciones futuras más adecuadas en cada momento.
Para ello se pone en marcha una estructura y un plan de acción que no tiene en cuenta
únicamente lo racional y cognitivo, sino que también se basa en una estructura de ideas,
experiencias y emociones a través de las cuales se realizan los tres procesos básicos
para que la organización participe en el contexto:
1. Definir un modelo de realidad para darle un sentido y significado al
contexto.
2. Construir las hipótesis de intervención por las que definiremos nuestras
perspectivas futuras de desarrollo.
3. Gestionar los resultados obtenidos para así poder interpretar la participación.
La estructura de acción de la organización se definirá por tanto a través del
conjunto de cogniciones, experiencias y emociones que se consideren, y nunca estará
ausente la interacción con el entorno ya que organización y entorno están en contacto
constantemente y por supuesto muchas veces sin darnos cuenta.
Es aquí donde entra en juego el Modelo de los cuatro Círculos de Manucci, en la
gestión de la realidad corporativa de cara al estudio de la competitividad de las
organizaciones en contextos impredecibles e inestables y de la dinámica de la realidad.
Las organizaciones no deben solamente atender a la competitividad en clave
comercial sino también respecto a la operatividad de la estrategia y propósitos de la
empresa en cuestión y de su manera de adaptar éstos a un contexto cada vez más
exigente e imprevisible, para así conseguir una participación más activa.
La Estrategia de los Cuatro Círculos de Manucci se emplea para averiguar los
límites de intervención con los que cuenta la organización, así como para identificar
riesgos y oportunidades para poder elaborar estrategias y alternativas de acción. Como
decíamos antes, para participar de la complejidad actual del entorno, debemos ser
capaces de revisar nuestra propia versión de la realidad, definir un propósito para
llevar a cabo alternativas de acción, establecer los recursos que servirán para mejorar
nuestras posibilidades de desarrollo y finalmente, actuar. El modelo es un sistema
complejo que permite transitar, proyectar, integrar recursos y generar alternativas de
acción para implicarse en la complejidad del entorno, y que se basa en cuatro principios
básicos: mirar, posicionarse, compartir y actuar.
Así, los cuatro círculos o procesos que configuran el modelo son:
1. El círculo de las percepciones, que permite definir el territorio de acción en el
que podremos operar y saber con qué límites contamos en ese espacio de acción.
2. El círculo de las posiciones, que define el propósito y las hipótesis alternativas
de intervención respecto a un determinado territorio de acción para así saber qué
posibilidades y perspectivas posee nuestro espacio de acción en cuestión.
3. El círculo de las relaciones, que establece los recursos de los que disponemos
a la hora de intervenir en la dinámica del entorno.
4. El círculo de las acciones, que va a perfilar el modo de participar y actuar y la
dinámica en que se ejecutarán las decisiones para a´si generar vínculos y gestionar
correctamente las acciones.
La implementación de estos cuatro círculos en la organización puede y es
aconsejable realizarse tanto a nivel individual, a nivel grupal (somos individuos que
interactuamos con otros, creando grupos de trabajo y debates) y a nivel organizacional
(la aplicación a nivel corporativo y el resultado de la interacción de todos los grupos e
individuos, más compleja).
Cada unidad de estos cuatro círculos tiene un objetivo y un eje de trabajo propios,
que permiten definir la dinámica interna de la organización, diseñar territorios
competitivos a la hora de elaborar un proyecto, percibir las oportunidades y alternativas
de acción en esos espacios, establecer la red de recursos necesaria para llevar a cabo
esos propósitos y conseguir diseñar una forma de participación activa en la dinámica de
la realidad cotidiana, basándose en el establecimiento de vínculos estratégicos.
Estos cuatro círculos, además, deben estar interrelacionados e intercomunicados
para así poseer un significado y que a través de trabajar en estas cuatro fases, se consiga
una percepción de la realidad corporativa y de las necesidades estratégicas de la
organización mucho más dialogantes, emocionales y participativas de la dinámica del
entorno.
Como podemos observar, existen ciertas similitudes de la filosofía y forma de
pensar la estrategia de Marcelo Manucci respecto a los estudiosos y fundadores de la
Nueva Teoría Estratégica, ya que el psicológo argentino también es partidario de
refundar la estrategia y también propone un modelo de hacer estrategia en el que no sólo
prime lo racional, sino que profundicemos en lo emocional, en las experiencias y
percepciones, para así poder realizar previsiones futuras mucho más acorde con una
línea de actuación realista y eficaz.
También Manucci es consciente del aspecto cambiante e imprevisible del
panorama actual y de la importancia del diálogo entre expertos y estrategas para ser
capaces de anticiparse o adaptarse de la forma más adecuada a esos continuos cambios y
a la inmensa variedad de tendencias emergentes. Cuanto más especulemos y trabajemos
con todos estos factores, mayor capacidad y experiencia estratégica adquiriremos.
Cuanto más experimentemos con esa incertidumbre del presente, mayor eficacia
obtendremos al pensar y diseñar el futuro y sus respectivas estrategias y alternativas.
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES CONSULTADAS:
- MANUCCI, M., La Estrategia de los Cuatro Círculos, Grupo Editorial NORMA,
Bogotá (2006).
- MANUCCI, M., ¿Qué son los cuatro Círculos?, texto extraído de la página web del
autor - http://www.estrategika.org/.
- PÉREZ, RA. y MASSONI, S., Hacia una teoría general de la estrategia, Ariel
Comunicación, Barcelona (2009).

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