Condones (preservativos) - UNESCO HIV and Health Education

Transcripción

Condones (preservativos) - UNESCO HIV and Health Education
Condones (preservativos)
Los condones, tanto masculinos como femeninos, son componentes esenciales de las acciones de
prevención entre la población sexualmente activa. Los programas pueden alentar el uso de
condones para la protección contra el embarazo no deseado y contra ITS, así como contra el VIH,
y pueden informar a los clientes de que los anticonceptivos que no sean de barrera no previenen
la transmisión del VIH. El uso correcto y sistemático de los anticonceptivos tiene importancia
crítica: en un estudio realizado en Uganda, ninguna de las 350 mujeres que afirmaron que
utilizaban sistemáticamente condones pasó a tener reacción serológica positiva al VIH, pero la
incidencia fue apreciable entre las mujeres que manifestaron que el uso había sido irregular (20).
Pero las dificultades que obstan a una mayor utilización de condones son de gran magnitud. Hay
grandes déficit en el suministro, en comparación con las necesidades actuales; es frecuente que
las existencias se agoten; y se dispone de limitados recursos para que los programas inculquen
comportamientos sexuales menos riesgosos. Otros factores que obstan al uso de condones son los
mitos prevalecientes, las percepciones erróneas y los temores.
Para velar por un suministro continuo y costeable de condones de alta calidad es preciso contar
con pronósticos de las necesidades, adquisición, gestión logística y control de calidad. Para
promover el uso de condones también es preciso comprender las necesidades y preferencias de
las personas, así como el ámbito sociocultural de las comunidades y los países.
EL CONDÓN FEMENINO. Fue introducido en el decenio de 1990 y ha aumentado las limitadas
opciones de las mujeres en cuanto a medios de protección. Su uso más amplio ha quedado
obstaculizado por su precio, que es diez veces superior al del condón masculino(21). Si bien las
pruebas recogidas sugieren que el condón femenino puede volver a utilizarse hasta siete veces, si
se lo limpia correctamente con desinfectante, actualmente la OMS recomienda que se lo utilice por
única vez hasta que se disponga de más datos sobre las condiciones de seguridad de su
reutilización (22).
Se han proporcionado más de 19 millones de condones femeninos a más de 70 países. El Brasil,
Ghana, Namibia, Sudáfrica, Zambia y Zimbabwe cuentan con programas de gran magnitud. Un
estudio realizado en Costa Rica, Indonesia, México y el Senegal comprobó que el condón femenino
es más aceptable cuando los hombres ya apoyan la planificación de la familia y perciben que los
demás hombres apoyarían el uso del método y también cuando las trabajadoras del sexo ya
tienen aptitudes para negociar condiciones menos riesgosas en las relaciones sexuales y cuando
se considera que el condón femenino es preferible al condón masculino(23). Esto sugiere que “la
comercialización debería centrarse en las mujeres que pueden negociar eficazmente el uso de
condones femeninos con sus compañeros, además de alentar a los hombres a aceptar ese
dispositivo (24)”.
Las investigaciones al respecto prosiguen y hay indicios de que dentro de pocos años podría
disponerse de una nueva generación de condones femeninos menos costosos.
DIFICULTADES EN NEGOCIAR EL USO DE CONDONES. Los datos recogidos en la República
Unida de Tanzanía indican que la prevalencia del VIH/SIDA es mayor entre las mujeres casadas y
monógamas que entre las mujeres solteras sexualmente activas. Las mujeres casadas,
particularmente cuando son jóvenes, suelen carecer de poder para negociar el uso del condón,
aun cuando sepan que sus esposos tienen o han tenido múltiples compañeras sexuales; es más
probable que esas mujeres negocien el uso del condón si éste es ampliamente aceptado como
importante complemento de una protección integral.
24
PLANIFICACIÓN DE LA FAMILIA COMBINADA CON LA PREVENCIÓN DEL VIH
EN ZAMBIA
Recientemente, un proyecto realizado en Lusaka (Zambia) que proporciona condones para la
protección contra el VIH, amplió su ámbito para ofrecer otros anticonceptivos solicitados por los
clientes, debido a que los servicios de planificación de la familia eran insuficientes. El uso de
condones siguió siendo alto. En verdad, el personal de los programas comprobó que los
usuarios de otros tipos de anticonceptivos tenían mayores probabilidades de utilizar al mismo
tiempo condones y que los usuarios de condones tenían dos veces más probabilidades de
comenzar a utilizar otras formas de anticoncepción, cuando éstas se les ofrecían. El director del
proyecto dijo: “Todo lo que teníamos que hacer para aumentar el uso de anticonceptivos era
facilitar más el acceso”.
Según el director, a fin de dar publicidad a esos nuevos servicios se captó a las parejas que
acudían al centro para que trabajaran como agentes de difusión. “Les otorgamos una
remuneración para que se pusieran en contacto con sus amigos y les comunicaran lo que
estábamos haciendo. También hemos distribuido puerta a puerta invitaciones para acudir al
centro y aproximadamente una tercera parte de quienes recibieron esas invitaciones vinieron al
centro”. Fuentes
En investigaciones realizadas en Sudáfrica se comprobó que las mujeres que habían utilizado un
condón la última vez que habían tenido relaciones sexuales tenían probabilidades casi dos veces
superiores que las mujeres que no los habían utilizado de saber que el condón protege contra el
VIH(25). Las mujeres con mayores probabilidades de utilizar condones también eran jóvenes, más
educadas y residentes en zonas urbanas. Las mujeres con compañeros sexuales ocasionales
tenían probabilidades cuatro veces superiores de haber utilizado un condón que las mujeres que
más recientemente habían tenido relaciones sexuales con sus esposos; la probabilidad de que lo
hubieran utilizado las mujeres en relaciones sexuales regulares con compañeros no conyugales
eran el doble.
Es necesario que los encargados de prestar servicios de planificación de la familia y atención
prenatal ayuden a las clientas a desarrollar aptitudes de comunicación y negociación con sus
compañeros, de modo que puedan protegerse adecuadamente a sí mismas contra la transmisión
del VIH.
PROTECCIÓN DOBLE. Los encargados de prestar servicios deberían estar familiarizados con la
protección doble, una estrategia para prevenir al mismo tiempo la transmisión del VIH o las ITS y
el embarazo no deseado, mediante o bien el uso exclusivo del condón, el uso del condón
combinado con otros métodos para tener una protección adicional contra el embarazo (doble uso),
o la evitación de actividades sexuales consideradas de alto riesgo. Es posible ampliar el mensaje
sobre la doble protección a fin de incluir la salvaguarda de la fecundidad mediante la prevención y
la lucha contra las ITS, un mensaje particularmente pertinente para las mujeres jóvenes que aún
no han comenzado a procrear (26).
MICROBICIDAS. Se están desarrollando microbicidas para proteger a las mujeres contra la
transmisión del VIH, pero se prevé que aún se tardará varios años en lograr buenos resultados.
Para las mujeres que carecen de posibilidades de negociar el uso de condones, la introducción de
un microbicida aumentaría en gran medida sus posibilidades de protegerse a sí mismas contra la
infección. Según la Campaña Mundial pro Microbicidas, se estima que ya en 2007 podría
disponerse de un producto y que en los países en desarrollo, en un lapso de tres años podrían
evitarse 2,5 millones de infecciones con el VIH si se utilizara un microbicida con una eficacia del
60% (27).

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