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10 Nego La Paz, del 2 al 8 de septiembre de 2007 Los líderes Los mayores se Juan Carlos Romero Z. Gerardo Bustillos Para el gobierno el éxitoso manejo de la riqueza forestal de una década ahora requiere adaptarlo a la línea de cambios que vive el país incorporando a la explotación y beneficios del bosque a los actores sociales Los mayores sellos verdes del país se encuentran distribuidos en 28 industrias forestales y 16 planes de manejo de bosque, lo que dice mucho de la gestión forestal en Bolivia. En ese selecto grupo verde aparecen por Santa Cruz empresas como CIMAL del Grupo Roda, San Pedro de Eduardo Paz, San José de Larrys Hansler, La Chonta de Pablo Antelo, INPA Parket de Paul Roosenboom o San Martín de José Abuawad, entre otros. En el centro del país se encuentran las empresas Sinature SRL de Roberto Alvarado, Jolyka Bolivia de Lydia Vrsalovic y Ultra Tech Doors Ltda de Jeannette Martínez representando a Cochabamba. Por el norte boliviano (Pando) sacan la cara empresas como San Agustín de Agustín Vargas, los aserraderos: Nacebe, Humaythá de Agusto Gutiérrez Industria Maderera Pando SA (IMAPA) de Jaime Rojas. Por La Paz están los sellos verdes Mabet de Mauricio Etiene, Tropical Andes SRL de Guillermo Crooker, Sumapacha Industrial SA de George Satt, Taller Artesanal Bolivia de Ciro Dorado, Dekma Bolivia de Luis Fernando Jemio, procesadora de Maderas de Ramiro Coronel y San Agustín Pando de Agustín Vargas. Pero la que se destaca entre varios otros sellos verdes es la comunidad indígena de Cururú en Guarayos (Santa Cruz) por su responsabilidad en el manejo del bosque. Además de las otras 16 operaciones forestales certificadas. Adaptar el modelo Pero toda esta gestión forestal ahora debe dar un paso más al frente, porque después de más de una década de exitoso manejo, Bolivia debe tener ahora la capacidad de adaptar su modelo de gestión forestal a los nuevos lineamientos de la política de Estado, rescatando y preservando todos los logros alcanzados y superando las limitaciones que todavía existen. Uno de los próximos desafíos que deberá enfrentar el actual modelo de manejo forestal es priorizar y fortalecer el acceso de los actores sociales que hasta estaban al margen del aprovechamiento y de los beneficios que brindan los bosques naturales. Para el viceministro de Biodiversidad, Recursos Forestales y Medio Ambiente, Pablo Ramos, las nuevas políticas de Estado no van a dejar de lado los avances alcanzados, pero va exigir que el actual modelo forestal tenga un contenido social. “Este pilar (de cambio) es fundamental en el nuevo contexto (que vive el país) que exige un modelo de gestión forestal adaptado a la realidad por ser justo, correcto y necesario”, sostuvo durante la celebración de los 10 años de vigencia del Régimen Forestal en Bolivia, oportunidad en la que Estados Unidos reconoció al país, en la persona del embajador, Philip Goldberg, “por los esfuerzos realizados a favor del manejo sostenible de los bosques y del desarrollo del sector forestal”. Pero Pablo Ramos va más allá cuando señala que debe existir una participación más directa de los sectores sociales no sólo en la explotación del bosque sino también en la transformación y generación de valor agregado en beneficio de las diferentes comunidades. “Ese es un principio que exige un modelo de manejo forestal adaptado al nuestro (al boliviano)”. debe garantizar el manejo ambiental del bosque, no puede ser de otra manera”, enfatiza la autoridad. Otro principio de la necesidad de adaptar el actual modelo de gestión de los bosques es el de la “solidaridad”, porque sería un error que el actual modelo se precie de “social”, sino retribuye los beneficios forestales de manera equitativa, con mayor acceso a los diferentes actores sociales y no se base en la sustentabilidad, sostiene. “Un tercer elemento es el de la responsabilidad. Vamos incidir desde el gobierno y estoy seguro en concomitancia con todos los actores que trabajan en la dinámica forestal que tenemos que generar mayor beneficio para los actores sociales. Aquellos sectores marginados y que de alguna manera son los actores que más necesitan del manejo y del beneficio que emanen de los recursos naturales”, agrega. “Por lo tanto, ese es el segundo principio que debe hacer a un modelo de gestión forestal en nuestro país, ya sea a través de los actores empresariales o prioritariamente sociales: El manejo debe ser sustentable. Se En ese sentido, Pablo Ramos considera que desde el gobierno se continuará con el actual proceso de certificación dándole un impul- Barracas Las barracas son las principales proveedoras de madera del mercado local y en especial para las pequeñas industrias. Proveen también de productos al sector de la construcción (vigas, tijerales, madera para andamios y encofrados e incluso pisos. Pese a los controles, es muy probable una parte de la madera tenga origen no verificable. El 75% de las barracas se asienta en los departamentos del eje central. Un buen número de estas unidades productivas se ubica en Potosí debido al requerimiento de madera para las labores mineras. La mayoría de las barracas son microempresas con volúmenes de venta inferiores a los 50.000 tablones anuales. La mayor parte de las micro barracas está en La Paz, las barracas medianas están instaladas en La Paz y Santa Cruz. Grandes barracas operan en La Paz y Cochabamba. Indus El promedio de antigüedad de estas empresas en el negocio es de 5 años. Generan más de 2.000 empleos directos y la mayor parte de esa fuerza laboral se concentra en las micro y pequeñas empresas. Su promedio de ventan en todo el país es de 53.000 dólares, siendo Santa Cruz el departamento con mayor promedio de ventas por barraca. La barraca promedio comercializó 82.000 pies cuadrados de madera. El capital propio es su fuente de financiamiento más importante y le sieguen en importancia el sector financiero, el capital familiar, el financiamiento de proveedores y los préstamos particulares. Muchas barracas no responden a los requerimientos de la demanda debido a la mala calidad de la madera local, pues no existe madera seca, tratada y clasificada en calidad, y menos aún un aprovisionamiento oportuno. El subsect arrollo experim centrado un im nal. Como frut valor agregado se comercializ empresas peq chando las o embargo, los materia prima de la capacida dida con sufici El mayor en La Paz (41% y Cochabamba ocios La Paz, del 2 al 8 de septiembre de 2007 mundiales ellos verdes tener la responsabilidad y la audacia de comenzar a transitar nuevos desafíos. Nuevos desafíos que probablemente nos pondrán en contradicción en algunos momentos, pero que también tenemos muchas coincidencias comunes que son sobre las que tenemos que trabajar para seguir avanzando”, explica el viceministro. Las empresas maderas so adicional que vaya más allá de los actores que se han beneficiado hasta ahora de la explotación de los bosques. “Ahora necesitamos garantizar que la certificación también incluya a otros sectores sociales”, subraya. “Ahora no basta transformar la madera en madera aserrada debemos ir más allá. Existen algunos actores empresariales que ya lo hacen está bien que lo hagan, nadie esta en contra, son parte del proceso y de las cadenas productivas, pero es necesario involucrar a otros actores adicionales que no han tenido la oportunidad de ser incluidos”, insiste. Debemos congratularnos todos por lo que hemos hecho, pero debemos ahora Al menos unas 3.000 unidades productivas madereras de distintos tamaños operan directamente en la actividad forestal en el país generando algo más de 20.000 empleos. El sector maderero está conformado esencialmente por unidades productivas pequeñas y micro, asentadas sobre todo en los principales centros urbanos del eje central donde la demanda de madera es creciente. Este conjunto de unidades muestra no sólo una presencia tradicional en el negocio sino además una gran capacidad de adaptación a un entorno cambiante. Su principal fuente de financiamiento son los recursos propios, pero también se recurre a compradores y en tercera instancia al sistema financiero. Sus exportaciones a los Estados Unidos superaron los 163 millones de dólares. La actividad forestal contempla varios sectores de actividad que van incrementado el valor agregado del producto. El primero de ellos es el de tumbado, trozado, arrastre, carguío y tronqueo. El segundo eslabón de valor agregado lo conforman los aserraderos que venden madera y ofrecen servicios de aserrío o secado. El tercero es el de las barracas que comercializan la madera para el mercado local y abastecen sobre todo a las pequeñas y medianas industrias. El último peldaño son las industrias que ofrecen una variedad de productos hacia mercados cada vez más exigentes. Los datos corresponden al documento de “Relevamiento Nacional de Información de Unidades Productivas del Sector Maderero en Bolivia”, elaborado por Cainco, ASDI, la Cámara Forestal de Bolivia y la Universidad Privada de Santa Cruz (UPSA). El documento incluye el análisis de tres subsectores: aserraderos, barracas e industrias. En el documento se recomienda una actualización constante de los datos para tener un a idea cabal del comportamiento del sector. Aserraderos El 80% de los aserraderos está concentrado en los departamentos de Santa Cruz, Cochabamba y Beni. La mayoría de ellos son microempresas (48%), unidades pequeñas (15.5%) y apenas el 10% corresponde a la categoría de “grandes”. Un buen porcentaje de micro aserradores tiene asiento en Cochabamba, mientras que en Santa Cruz están los aserraderos medianos y grandes. Ocho de cada diez aserraderos son empresas unipersonales. Tienen una antigüedad promedio de 8 años operando en la actividad forestal. El principal servicio que prestan es el de aserrío y en mucha menor proporción el de secado, lo que constituye en el momento uno de los mayores cuellos de botella para el sector. Los aserraderos generan empleo directo para unas 6.000 personas y son las empresas de mayor tamaño las que demandan mayores volúmenes de mano de obra. El sector manufacturero primario procesa en el ámbito nacional 786.806 metros cúbicos de materia prima en troza, de los cuales se obtienen 430.556 metros cúbicos de madera aserrada. El promedio anual de sus ventas es de 269.000 dólares. Su principal fuente de financiamiento es el capital propio (78%), siendo las otras alternativas los préstamos financieros, el capital familiar y el financiamiento del comprador. strias tor industrial maderero ha sido el que mayor desmentó en las dos últimas décadas, habiendo conmportante apoyo de la cooperación internacioto de esto se diversificó la oferta exportable con o a cerca de medio centenar de mercados donde zan más de 63 especies madereras. Muchas ueñas han incursionado en este nivel aproveoportunidades que el negocio presenta. Sin temas de volúmenes, tiempo de entrega de la , secado y tratado están mostrando los límites ad instalada. La demanda no puede ser responiente celeridad. porcentaje de industrias se encuentra operando %) y le siguen en importancia Santa Cruz (23%) a (11%). Del total de industrias, la mayoría puede ser considerada como pequeñas (45%) y tan sólo el 2% como grandes. Santa Cruz concentra a las microempresas industriales, La Paz a las pequeñas, medianas y grandes. La antigüedad promedio de las empresas madereras es de 7 años. La industria maderera nacional empleó en el 2004 un total de 53.5 millones de pies cuadrados de madera aserrada, de los cuales tres cuartas partes fue utilizada por la gran empresa. Un total de 12.000 personas tiene empleo directo en la industria maderera. El personal con mayor calificación está concentrado en La Paz. El monto de sus ventas nacionales y por exportación sumó el equivalente a 93 millones de dólares. el capital propio es la primera fuente de financiamiento, seguido del financiamiento del comprador y los préstamos del sector financiero. El reconocimiento de Estados Unidos a la gestión forestal sostenible boliviana 11