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COMPÓRTESE COMO ALGUIEN QUE SABE QUE UN DÍA TENDRÁ QUE
RENDIRLE CUENTAS POR SU VIDA
Romanos14:2 “De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.”
Cuando muramos,seremos llevados ante el trono del juicio de Cristo en donde
rendiremos cuentas independientemente por nuestras vidas ante Dios.Él nos verá
mientras se repasan nuestras vidas,y nos recompensará en modo proporcional.No es
un juicio para ver si entramos al cielo.Ya eso está resuelto,no podemos perder nuestra
salvación.Sin embargo,podemos perder nuestra recompensa.
En el Tribunal de Cristo,Cristo juzgará nuestras obras y determinará si fueron
realizadas en el poder del Espíritu o en la energía de la carne.Todos rendiremos cuenta
de la obras que hemos realizado en esta vida,y Dios hará manifiesta la obra de cada
uno (ICo3:13).¡El solo pensar en eso producirá una enorme y saludable dosis de temor
de Dios en nosotros!
No sabemos cómo Dios va a hacerlo,pero me ayuda pensar en términos de una
imagen cotidiana que podamos entender.Así que me imagino en el futuro parado a
solas ante mi Padre Celestial.Y viene un enorme camión de basura celestial lleno de
cosas.El camión entra en retroceso,levanta el contenedor,y derrama toda la carga
delante de mí.El Señor y yo hablamos acerca de la madera,la paja y la hojarasca
amontanada allí,y entonces Él comienza a escarbarla:”Oh,ahí hay un pedazo de
oro”,dice:”Umm,aquí hay un poco de plata”.Con eso comienza a apartar todas las
cosas preciosas y permanentes.Entonces,¡uuhh! Se van la madera,la paja y la
hojarasca,consumidas instantáneamente por el fuego.Solo el oro,la plata y las piedras
preciosas que se quedan son recompensadas.
En las olimpíadas veraniegas de 1988 en Seúl.Corea del Sur,Ben Johnson de Canadá
ganó la carrera de los cien metros estableciendo una nueva marca olímpica y una
nueva marca mundial. Carl Lewis llegó segundo,y la mayoría se sorprendió de que no
hubiera ganado el oro.Luego de la carrera,los jueces averiguaron que Johnson tenía
una sustancia ilegal en su cuerpo.Corrió ilegalmente ,así que los jueces le quitaron su
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medalla.Aunque corrió más rápido y dejó una impresión inolvidable,no se merecía la
recompensa.
Aunque el mundo y hasta nuestro compañeros cristianos puedan impresionarse con
nuestras obras y aplaudirlas, ¡no nos olvidemos de que Dios es el juez final! El
escudriña nuestros corazones;solo Él conoce nuestra motivación.Y Él será quien
diga:”Esto merece una recompensa.Ah,pero esto no”
Por eso es que nos conducimos en temor.Por eso es que andamos en
reverencia.Porque sabemos que Él anda buscando sustancias ilegales.Él sabe si muy
adentro ,si hemos sido inhalados por el mundo,si nos hemos asimilado al sistema.Él
sabe si nuestras acciones y obras nobles se realizan por orgullo y deseos de grandeza
o si han sido hechas en el poder del Espíritu.Él sabe si nuestros pensamientos internos
e invisibles y nuestras motivaciones igualan nuestras palabras y obras externas.Le
agrada cuando nuestras vidan lo honran,por dentro y por fuera.Se apena cuando no lo
hacen.Y lo que queremos es su sonrisa.Es su recompensa,no la recompensa de este
mundo,ni el aplauso de los que nos rodean,no la luz superficial de la fama,la fortuna o
el poder.
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