2n ACCÈSSIT CATEGORIA ADULTS REMEI ROMANOS MADRILES

Transcripción

2n ACCÈSSIT CATEGORIA ADULTS REMEI ROMANOS MADRILES
 2n ACCÈSSIT CATEGORIA ADULTS
REMEI ROMANOS MADRILES
CASTING I
¿Casting? ¿Qué coño es eso?... ¿parece algo de cine, no? Bueno, coincide
con mi edad: hombres de 45/55 años, trabajo cómodo, bien pagado. ¡Joder! el
periódico es de hace 3 días… ¿Y si fuera a preguntar, quizás aún no han
resuelto la papeleta?... siempre es mejor que volver a la 213. Me van a tomar
por idiota, pero de hecho hace tres años que ya me toman por idiota en
infinidad de sitios.
El despacho era lo más parecido… a un despacho. Ya sé que es una
conclusión a lo Woody Allen, pero cierta. En recepción tres muchachas
jóvenes, rubias, pelo corto, iguales ¿clónicas?, en el aire un perfume -entre
desinfectante de hospital de pago y ramo de rosas mustio- y un hilo musical
indescifrable. La clónica número 1, me pide que espere dice que aún no se ha
adjudicado la plaza. ¿la plaza? ¿En singular? Miro el reloj. Son las 11 de la
mañana, si piensan divertirse dejándome de pasmarote en la sala de espera,
van a disfrutar únicamente media hora. A las 11,30 me esperan las palomas de
la Ciudadela.
- Quiere pasar, por favor.
Una mujer mayor (nada que ver con las clónicas de la entrada) Sonríe.
- Hola, Alberto, ¿cómo está usted?
- ¿Cómo sabe mi nombre? (estoy fuera de juego, casi fuera de mi)
- No tengo una bola de cristal, puedo asegurárselo, usted ha dado el nombre
en recepción.
- Perdone, claro, claro… es que estoy desconcertado.
- ¡Pero si aún no hemos empezado la entrevista! (tiene una risa franca, alegre,
como tintineo de campanillas de Navidad, de esas que van en el trineo de Papa
Noel… será Mama Noel ésta mujer?
- Vayamos al asunto… supongo que está en paro, ¿Cuál fue su último trabajo?
- Tres años, llevo tres años en paro. Una eternidad. Era buzonero.
- ¿Cartero, quiere decir?
- No, repartía propaganda por las calles.
- ¿Y antes?
-¿Antes… antes de qué?
- ¿Siempre ha sido usted buzonero?
- No, nací niño… bebé… perdone, en mi situación las bromas son como la
poesía, necesarias…
- ¿La poesía?
- Es un poema de Celaya: poesía, poesía, necesaria, como el pan de cada
día…
- ¿Era usted poeta?
- Poema, era poema. Siempre he sido un poema en el peor sentido de la
palabra.
- Usted me parece un tipo muy gracioso (se ríe)… ¿ha hecho teatro alguna
vez?
- Sí, señora, no he dejado de hacerlo nunca desde que tengo memoria…
perdone, ese chisme de la mesa… ¿me está grabando?
- Aja, ¿le molesta?
- Oh, no, es interesante.
- ¿Tiene experiencia de hablar en público?
- Bueno, cada mañana, desde que estoy parado habló con ellas en el parque,
se acercan y me escuchan, claro que luego piden la ración de pan
correspondiente, pero primero me escuchan, son muy atentas… ah, y una vez
substituí al cura en un entierro, todo el mundo me felicitó por el sermón.
- ¿Qué paso con el cura?
- Se ahogó con el vino. Era muy majete, pero empinaba el codo, se nos quedó
azul como un Tuareg en la sacristía y los familiares estaban histéricos con un
muerto fuera y otro dentro. Puse orden.
- Dígame, a usted las palabras moralidad, ética… ¿que le dicen?
- Hollywood…eso de honrados, incorruptos, sinceros, ejemplares, filantrópicos,
generosos… me parecen cosas de película, bonitas, como amor, felicidad,
fidelidad… carta a los reyes, vaya.
- ¡Bravo, bravo! (emocionada)
- ¿Usted opina lo mismo?
- Yo no opino, señor, yo decido.
- Ah, es otra cosa, claro.
- ¿Tiene buena memoria?
- ¿Se refiere al pasado?
- No, hablo de aprenderse discursos, adecuar cualquier respuesta
automáticamente a lo que se le dice que debe contestar, dar la apariencia que
improvisa cuando todo está controlado y aprendido…
- Creo que sí. Mi madre me decía siempre las respuestas cuando íbamos a
visitar a la familia y ahora me lo dice mi mujer, bueno me lo decía… de hecho
está usted hablando más con ellas que conmigo…
- Eso es importante… su mujer…
- Esencial. Ella manda, ella dirige, ella me ha colocado en un lugar…antes
incluso a veces quería hacer el amor conmigo.
- ¿Religión?
- La que toque, usted misma elige, puedo ser budista, episcopaliano, cristiano,
animista… católico, no faltaría más.
- ¿Ideología?
- ¿Es comestible?
- ¿Nacionalidad?
- Soy blanco… mire, mire… (se sube la manga de la camisa) … por todas
partes… blanco… soy de aquí, de donde quiera.
- ¿Es un hombre de principios, con sólidos valores?
- Lo siento, de valores nada de nada, tenia un reloj de oro y lo vendí el año
pasado, principios sí tuve… nací en una clínica hace 48 años… ese requisito lo
cumplo a rajatabla, el anuncio ponía entre 45/55 años…
- ¿Está a favor del matrimonio gay, del aborto, de los toros, de la adopción por
parte de los homosexuales, del botellón, de las fiestas macro, del top less?
- Lo que usted mande.
- ¿Qué opina del ejercito, de la iglesia, de los banqueros, del capital, de los
políticos, de los yayos flautas, de los indignados, del chocolate, de que todo el
mundo saque su perro a la calle, de la prostitución, de …?
- Perdone, no se esfuerce en buscar más conceptos. Yo estoy a favor de quien
me mande, si el salario es decente.
- ¿Qué opina de la corrupción?
- He intentado alguna vez acercarme a ella, pero a lo máximo que he llegado
ha sido a sustraer un rollo de papel higiénico en una cafetería… o sea que…
- La plaza es suya. (abrazo y beso efusivo al candidato elegido)
El Dr. Javier Ferran nunca se pudo explicar la desaparición del loco de la
habitación 213 que, por descuido de los enfermeros, salió al parque a tomar el
aire, saltó la valla y no volvió a aparecer. Nadie pidió cuentas sobre su
desaparición y en el centro, para evitar que se abriera una investigación por
negligencia, se echo tierra de por medio y se archivó el caso. El Dr. Ferran
cuando fue a votar por el candidato del nuevo partido tuvo la sensación que
aquella cara y la del loco huido se parecían como dos gotas de agua, pero
desechó la idea que fueran la misma persona porqué resultaba tan surrealista
como ver a una vaca volando.

Documentos relacionados