Ponencia Armando Duarte
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Ponencia Armando Duarte
La participación sinérgica de padres y maestros en la formación de los niños. Mtro. José Armando Duarte Pantoja Es un hecho que la reconfiguración de las sociedades modernas ha repercutido necesariamente en sus estructuras básicas: las familias. La inclusión de la mujer en el ámbito laboral, el mayor número de familias uniparentales, de divorcios, el aumento del desempleo, entre otros factores, seguramente tienen resonancias en la formación de nuestros hijos. Frente a este escenario, la participación de los padres en la crianza, educación y desarrollo de los hijos es un reto con obstáculos ligados a la disposición del tiempo, el nivel socioeconómico y educativo de los padres, y la capacitación. Aun cuando el reciente debate sobre la importancia de la participación de los padres en los procesos de aprendizaje se ha interpretado como una solución que por sí sola pueda corregir las deficiencias del sistema educativo, ésta debe entenderse como uno de los tantos factores que pueden incidir en su mejora. Es, en todo caso, una estrategia más de un conjunto de políticas educativas dirigidas a elevar la calidad de la enseñanza. En ese sentido, la participación o el involucramiento de los padres en la formación de sus hijos no ha sido suficientemente explicitada ¿Qué estamos entendiendo por participación de los padres en los procesos de formación de los hijos?, ¿cuáles son las expectativas que tienen los padres de los maestros y viceversa? Un recuento hecho por María Martiniello en su texto: "Participación de los padres en la educación: hacia una taxonomía para América Latina" nos ofrece un panorama de esta discusión. Su estudio cubre prácticas e interacciones con las escuela, funciones y roles que los padres desempeñan. Se centra en las siguientes categorías: 1 • Padres como responsables de la crianza del niño • Padres como maestros • Padres como agentes de apoyo a la escuela • Padres como agentes con poder de decisión. En el primer caso hablamos de las funciones primordiales de los padres: el cuidado y protección de los hijos, proveer las condiciones necesarias para el desarrollo y la asistencia del niño a la escuela. En el segundo caso, la evidencia empírica (Purvis, 1984; Henderson, 1994; Chavkin, 1993; Snow et al., 1991) deja en claro que el modelo de participación de padres como maestros tiene resultados positivos, pues cuando esta participación es activa se favorece al proceso de aprendizaje iniciado por el maestro en el aula. La tercera categoría corresponde a padres como agentes de apoyo a la escuela y se refiere a las contribuciones que los padres hacen a las escuelas para mejorar la provisión de servicios. Por último, los padres son vistos como agentes con poder de decisión, participan en consejos escolares, consultivos y directivos, cooperativas y en comisiones. Visto desde una perspectiva holística la mejora del desempeño educativo de un niño tiene un conjunto de variables que van perfilando la forma en que se desenvuelve en el ambiente escolar. Por ejemplo: la pobreza es vista como una barrera para la participación, pues impacta en las inasistencias o en el peor de los casos en la deserción escolar, esto se debe a que algunas familias para contar con ingresos deben enviar a sus hijos a trabajar. Este tipo de condiciones familiares pocas veces son tomadas en cuenta por los profesores o los directivos. En ese sentido, el papel que juega cada uno de estos actores en esta dinámica debe entenderse de forma interactiva, es decir, no podemos ofrecer soluciones centrándonos únicamente en las partes que componen el entorno educativo del niño, pensemos en cómo la mejora o la desatención sobre un aspecto puede tener resonancias positivas o negativas en otras instancias. Habremos de pensar que el desarrollo educativo del niño es el eje estructurador de las decisiones que tome 2 cada uno de los actores involucrados. De esta forma estaremos direccionando los esfuerzos en un solo camino. Si consideramos a la familia como un sistema en constante transformación y que intenta adaptarse a las diferentes exigencias de los diversos estados de desarrollo por los que atraviesa (Minuchin, 1982), podemos aplicar está misma óptica al entorno que rodea al desarrollo educativo del niño y generar con ello una red de sostén del crecimiento y desarrollo basado en una relación sinérgica entre padres, maestros, escuela y comunidad. Entre los objetivos que pudiera plantearse esta red estarían los siguientes: • Integrar en los planes de trabajo un repertorio de actividades que consideren la participación familiar y el trabajo conjunto entre padres y maestros. • Diseñar e implementar cursos sobre estrategias de participación familiar dirigidas a maestros para que estos se desempeñen como intermediarios entre padres y niños. Los talleres que se impartan a los padres deberán propiciar la participación efectiva de los padres en la formación de sus hijos. • Generar la toma de decisiones participativas 3 Bibliografía Chavkin, Nancy, ed. (1993) Families and Schools in a Pluralistic Society. State University of New York Press. Henderson, A.T. and N. Berla, eds. (1994). The Family is Critical to Student Achievement. Washington, DC: Center for Law and Education. Martiniello, M. (1999). Participación de los padres en la educación: Hacia una taxonomía para América Latina. Development Discussion Paper, 709, June, Harvard Institute for International Development Minuchin, S., & Fichman, V. (1992). Familias y terapia familiar. Colección Terapia Familiar. Barcelona: Gedisa. Purvis, Joseph. (1984). Parent Participation: A Review of the Literature. Qualifying Paper submitted to the Harvard Graduate School of Education, Cambridge. Snow, C., W. Barnes, J. Chandler, I. Goodman and L. Hemphill. (1991). Unfulfilled Expectations: Home and School Influencies on Literacy. Cambridge: Harvard University Press. 4