el adios desglosado
Transcripción
el adios desglosado
GUIÓN Mientras salen los títulos de crédito, sobre negro, escuchamos el sonido del tráfico. 1. INT. Noche. Apartamento. Una mesa de comedor vestida de gala aparece para celebrar una cena especial. Música romántica suena de fondo. Nos encontramos con Laura, una chica de delgado, morena y pelo largo. Esta *30 años de aspecto cocinando. Tararea la canción. Parece contenta. 2. INT. Noche. Sala de juntas. Pedro, esta sentado junto a sus compañeros alrededor de una mesa de juntas. Están entre ellos discutiendo algunos temas de la empresa. 3. INT. Noche. Apartamento. Laura se seca las manos y coge el móvil. 4. INT. Noche. Sala de juntas. Pedro mira su móvil que se ilumina y vibra encima de la mesa. Lo coge discretamente sin dejar de atender a los compañeros que siguen hablando. Pedro Dime... (susurra) Laura Cariño, ¿Cuándo vas a venir? Ya sabes qué día es hoy ... Pedro Ahora estoy reunido, Laura. - Bajando la voz Pedro trata de disimular su contrariedad. Laura ¡Me lo prometiste! ¡Hoy es nuestro aniversario! Pedro No lo he olvidado. - Pedro no puede evitar alzar un poco la voz y sus compañeros le miran sin decir nada. Sale de la sala y se apoya en la pared del pasillo. Mira hacia su mesa y ve las flores que ha comprado. Estoy en mitad de una reunión, no tardaré. dice con voz seria. Laura Bueno, espero que no tardes. Pedro Ya termino. Laura Si no tardas, tengo una sorpresa para ti! Pedro sigue en el pasillo, apoyado en la pared mirando la pantalla ahora apagada del móvil, en silencio. Suspira moviendo la cabeza y vuelve a entrar en la reunión. 1. EXT. Noche. Balcón apartamento. Laura posa su distraída mirada sobre los coches que pasan veloces bajo el balcón. El sofocante calor ha recalentado tanto el asfalto, que incluso cuando el sol ya se ha puesto, el aire puede percibirse como si un fuelle gigantesco reavivara las brasas humeantes de un horno. *Tiene la frente perlada en sudor y está arrodillada en el pequeño balcón ocupándose de las macetas y mirando al tráfico que ya empieza a diluirse a esas horas de la tarde. Pedro se retrasa. Se pasa la mano llena de tierra por la gran barriga y resopla. Este calor parece que no se va a ir nunca. De repente escucha el sonido del timbre. Se incorpora con dificultad, suelta las tijeras de podar, se sacude las manos, las apoya en las caderas, estira la espalda y entra en la casa. 2. INT. Noche. Apartamento. El salón es muy acogedor, de estilo rústico, con muebles de madera clara, algunos cuadros coloristas y pocos adornos. Un par de cómodos sofás tapizados de color teja y sillas de madera con la tapicería de color melocotón. Una televisión, un equipo de música, un par de mesas, una pequeña y otra grande, completan la estancia pintada de blanco. Laura se dirige al recibidor y abre la puerta. Es Pedro. *Está pálido y bañado en sudor. Sonríe mostrando esa sonrisa de medio lado que a ella tanto le gusta. Laura Vaya. No te he visto entrar en el portal. ¿Y tus llaves? Pedro No… no las tengo. Pedro balbucea apenas. Es como si cada palabra le fuese arrancada del pecho dolorosamente. Laura ¿Qué te pasa cariño? Laura se inquieta un poco y acerca sus labios a los de su marido. Están fríos. Se aparta para dejarlo pasar. Pedro camina con paso algo vacilante y entra en la casa. Se vuelve, le sonríe de nuevo Pedro He tenido un mal día. Camina hacia el centro del salón y mira a su alrededor cómo si buscara algo, desorientado. Ella le mira con preocupación, pero calla observándolo. Él parece encontrar lo que buscaba, se dirige al mueble y coge una foto. Laura y Pedro abrazados, sonrientes entre palmeras. Pedro El viaje a Egipto. ¿Lo pasamos bien verdad? Levanta la mirada hacia ella. Está llena de amargura. Sigue sonriendo, pero el dolor es visible en sus ojos. De repente comienza a llorar. Laura ¿Qué sucede amor mío? ¿Qué ha pasado? Laura se acerca y le coge la mano. La aprieta en ese gesto tan suyo, tan tierno, tan de Laura. Le mira sin comprender. Pedro No es nada, cariño. No es nada. Pedro retoma el control de sí mismo, deja de llorar y suspira audiblemente. Pedro No es nada. Sólo… pensaba, en lo felices que fuimos. Laura ¿Y ahora no lo somos? Ahora todo va maravillosamente. Le sonríe cálidamente y mira su vientre inflado. lleva la mano de Pedro hacia su barriga. Laura Suavemente Una patada. Esta niña va a ser toda una deportista. Él la mira, pero no es capaz de fijar la mirada. Esquiva sus ojos. Pedro Tienes que prometerme una cosa, Laura. Ella tensa un poco su sonrisa incapaz de articular palabra. Una enorme sensación de vértigo le atenaza el pecho. Algo ha pasado. Algo ha pasado. Pedro Tienes que prometerme que vas a ser feliz, tan feliz como hasta ahora, vas a vivir cada minuto con la intensidad que acostumbras. Vas a despertar cada día y vas a celebrar que estás llena de vida y de amor. Laura Voy a despertar cada día contigo, mi amor. Pedro Sí… conmigo. Para siempre. Ya lo sé. De nuevo aquella sonrisa de tristeza infinita. Laura ¿Qué te pasa, Pedro? Me estás asustando. Pedro Prométemelo. Laura Pero… Pedro Por favor. Laura Te lo prometo. Pedro relaja los hombros que mantenía encogidos. Parece muy aliviado. Mira hacia la calle. Inspira profundamente. Vuelve a acariciar el vientre de Laura. Pedro Nuestra Anita será una persona maravillosa, porque tiene una madre maravillosa. Ojalá tenga tus ojos y tu sonrisa, vida mía. Ojalá sea capaz de entender el amor que le entregamos. Laura Tú te encargarás de enseñarle a valorarlo. Pedro Claro. Pedro se vuelve y se mira en el espejo. Treinta y tantos. *Un hombre joven. Estatura mediana. Algo de sobrepeso. Pelo oscuro y revuelto. Cara ovalada. Nariz chata. Ojos marrones. Extremada palidez. Laura está junto a él. Sonríe y ella le devuelve la sonrisa. Comienza a mirándola desde el reflejo del espejo, sin volverse. Pedro Te amo con toda mi alma, Laura, te amo como jamás he sido ni seré capaz de amar a nadie. Te amo más que a mi vida. Cada instante a tu lado ha sido un regalo increíble. A veces, me he despertado en mitad de la noche, me he frotado los ojos y al verte a mi lado he pensado “estoy soñando. Despertaré y entonces esta mujer desaparecerá de mi vida. Se desvanecerá como el recuerdo borroso de un sueño”. Y cuando despertaba agitado, allí estabas tú. Con tu sonrisa, con esos ojos hablar color miel, y esos labios maravillosos. Siempre esperándome. Se gira y se abrazan. Laura siente los latidos desacompasados del corazón de su marido sobre su pecho. Se aprieta contra él todo lo que le permite su enorme barriga. Se abrazan los tres. No sabe porqué pero no quiere soltarse del abrazo de Pedro. Necesita su calor y sus besos. Laura Yo también te amo con toda el alma, Pedro. Se separan. Se miran durante unos segundos que parecen eternos, Pedro parece estar memorizando cada detalle del rostro de Laura. Pedro Tengo que irme. Laura se alarma. Laura ¿Irte adónde? ¿Ahora? Un relámpago ilumina la ventana. De repente Laura es consciente de que ha oscurecido y una silenciosa tormenta de verano parece haber comenzado. Aún no retumban los truenos. Tan sólo lejanos fogonazos de luz se cuelan por los huecos que deja la cortina agitada por la brisa. Pedro He de salir un momento, vuelvo enseguida. Irracionalmente, Laura no le cree. Sabe que no volverá. Pero se avergüenza de la idea y se muerde comenzado a emitir una débil protesta. Laura No tardes. Pedro los labios que habían No… Él le da la espalda, sale al recibidor, abre la puerta y sin volverse se va. Un instante después suena el timbre. Laura ¿Qué se te ha olvidado ahora, despistado? La sonrisa se le congela en la boca cuando se encuentra frente a Odos policías. Serios. Callados. Al comprobar que está embarazada se miran entre sí. Simultáneamente como si hubiesen repetido el gesto una y mil veces, se quitan la gorra con forma de plato y la sujetan con las dos manos. Laura se fija en los gemelos plateados del más alto. Policía Señora… ¿Vive aquí Pedro Segura? Laura no quiere oir más. Quiere cerrar la puerta, seguir arreglando sus plantas, o esperar a Pedro sentada en el sofá, escuchando música clásica. Pero sigue de pie, aferrada al pomo de la puerta, apretándolo tanto que los nudillos se le vuelven blancos, señora. En la marido ha transparentes. Asiente. Policía Ha habido autopista. muerto. un Hace accidente, una hora, su casi