Héctor Sumano Magadán. Un mexicano de altura

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Héctor Sumano Magadán. Un mexicano de altura
Héctor Sumano Magadán. Un mexicano de altura
Autor: Juanita Conejero | Fuente: CUBARTE | 07 de Agosto 2009
Hace algunos años tuvimos noticias de él, cuando recibimos la buena nueva, a través del
también escritor Abelardo Hernández Millán de visita en la Habana, que la Editorial “La
Tinta del Alcatraz” de Toluca, México, nos publicaba nuestros poemarios. Éramos cuatro
poetisas cubanas. Detrás de esta bondadosa acción, estaba Héctor Sumano Magadán (en
la imagen primera a la izquierda). Eso fue en el año 2000. Después se sucedieron otras
publicaciones a poetas de nuestro país. Ahora en el 2009, me vuelve a sorprender.
Recibí un mensaje en que me expresaba, que algunos poemas míos habían sido publicados
en una Colección muy respetada llamada “La Hoja Murmurante”, que ya contaba con casi
300 títulos de autores de habla hispana, en su mayoría, mujeres.
¿Pero, quién es Héctor Sumano?
Fue una cálida tarde, junto a él en su hermosa Toluca, capital del Estado de México, a
pesar de la frialdad reinante, 2 679 metros sobre el nivel del mar, la ciudad más
elevada del país azteca. Sumano, es lo que se puede llamar un hombre de la cultura.
Poeta, Director del Museo Numismático de Toluca e integrante de la Sociedad mexicana
de Numismática entre otras cosas, pero por sobre todo, un especial animador y promotor
de la literatura de nuestra América. Sencillo, inteligente, bondadoso, honesto,
caudalosamente amistoso, en general, un prestigioso Maestro que se ha empeñado en dar
a conocer al Mundo, a escritores, algunos consagrados, otros que apenas se conocen y a
muchos totalmente desconocidos, con la convicción que el mundo del arte y la literatura,
es maravillosamente potencial y profundamente creativo. Dueño de estos criterios,
hurga, investiga, analiza, reflexiona y publica una y otra vez, sin costo alguno para los
escritores y los divulga, dándolos a conocer a través de una red de distribución dirigida a
Instituciones culturales de diversa índole, porque como expresa en uno de sus versos,
contenidos en su poemario “Senos de Durazno”: /Del río de pensamientos/buscando
imprecisos mundos/. Del mañana ahora/Repitiéndose en el conocido futuro que / vive en
las palabras/.Para Sumano la vida canta y calla y cuando habla, habla del amor.
“La Hoja Murmurante”, esta colección de plaquettes, es la hoja de Sumano. Los poetas
que hemos sido publicados en ella, de diferentes países, entramos, como diría la poeta
mexicana Carmen Nozal, en lo que ella llama “un bosque de la palabra”.
Aquí en México, se le celebró recientemente un merecido homenaje al estimado editor.
Emocionados escritores hablaron de él, algunos como Roberto Reyes, llamándolo “caballero
de endeble figura, con sendas hormonas, montado en su macho, cabalgando en medio de
tormentas canibalescas, que día a día trataban de vencerlo”. Héctor Sumano no descansa
ni un minuto, está fuertemente comprometido con su mundo interior, ama su labor, la
disfruta y siente la satisfacción de que su trabajo es digno y sirve.
Cuando conversaba con él, lo observaba detenidamente. En este mundo de conflictos y
desgastes en que nos ha tocado vivir, encontrar a un hombre de tal integridad, capaz de
sin beneficios personales, en intensa acción humanista, dedicar sus esfuerzos a este
loable propósito de divulgar la cultura de nuestros pueblos, es realmente admirable.
Raúl Renán, un importante poeta mexicano, que tuve el honor de conocer en un acto en su
homenaje en la Capilla Alfonsina, al referirse a la Colección de Sumano “La Hoja
Murmurante” afirmó: es una obra de distinguida prosapia.
Los propios versos de Sumano proyectan su imagen serena: / derrama música la
amistad/ su palabra/ canta y danza la visión del hombre/. La “Hoja Murmurante”, como
afirma su propio creador, es un sueño de cordilleras y poesía hecho realidad, un sueño
soñado por muchas voces ansiosas de dejar huella con la fuerza de la imaginación en las
palabras.
Me vino a la mente el nombre del poeta emigrante español Manuel Altolaguirre, que
publicaba en su propia imprenta a sus amigos, entre ellos a nuestro Poeta Nacional,
Nicolás Guillén.
Para publicar, Sumano no pide nada, ha dicho el escritor Otto Raúl González, excepto
calidad. Muchos encuentran en él un corazón razonable, otros, un trabajo altamente
humano y otros un espíritu generoso, impredecible para estos tiempos. Un entusiasta y
valioso equipo de diseñadores lo acompañan. Entre ellos debo recordar a Francisco
Mejías que ilustró aquellos primeros cuatro poemarios que se presentaron en la Sala
Villena de la UNEAC. Fue un emotivo encuentro donde compartí personalmente con mis
amigas poetas: Luisa Oneida Landín, Luisa Margarita García y Alinda Valladares y donde
todas hubiéramos querido que hubiera estado con nosotras Héctor Sumano. También debo
destacar las ilustraciones de Medusa en mi Hoja Murmurante, excelente y sagaz en sus
modernos trazos. Una familia que crea y crece y allí junto a este mexicano de altura,
Rocío, la esposa y los hijos: /el amor y la vida /erigen ciudades y sueños / rito
cotidiano/.
El olor apreciable de los libros inunda el hogar, pasa la tarde. Hablamos de José María
Heredia, poeta compartido con los toluqueños. Allí en esa ciudad publicó el poeta del
Teocalli de Cholula, la segunda edición de sus versos. Cuba y México unidos una vez más
en su ardiente historia.
Conversamos. Sumano me contó que las Sociedades cubana y mexicana de Numismática
vienen hace más de doce años sosteniendo una importante relación de cooperación,
gracias a la cual, ha sido posible montar exposiciones y compartir monedas, billetes y
otros elementos numismáticos de gran valor.
Toluca ennoblece el espíritu. Te esperamos en la Habana, le dije.
De verdad Sumano, hoy el día ha mostrado su nombre y es cierto, que vivimos un
futuro posible. /Toluca los ojos de tu calle, me revuelven los sentidos/.Como has dicho,
querido poeta; /el mañana es como/ el Sol a las nueve de la mañana/. Hombres como tú,
lo demuestran.

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