El fenómeno del Buena Vista Social Club

Transcripción

El fenómeno del Buena Vista Social Club
El fenómeno del Buena Vista Social Club
Autor: RAFAEL LAM
--¿Por qué ya no concede fotos, ni
entrevistas?
--La disquera no me lo permite,
además, el poco tiempo que tengo lo
dedico a estar tranquilo en mi
refugio de la calle Bruzón, aquí a
unos metros de la Plaza de la
Revolución. Me tomo mis traguitos
de ron, como buen santiaguero y
comparto con mis familiares y
amigos.
--¿Ustedes esperaban este triunfo
mundial?
--Sabemos que fue un fenómeno
inesperado, te voy a hacer un poco
de historia. Nací en San Luis,
Santiago de Cuba, en 1927. Entre
pitos y flautas llevo 60 años
cantando. Lo hice por amor y para
comer y vivir. Cuando llegó la hora
de retirarse, comprendí que no había nada que hacer y me retiré. No te niego
que lo hice con cierta decepción, la música da mucha alegría y sinsabores al
que la hace. No todo es éxito, ni diversión. Entre los músicos hay desasosiego,
fracasos, contradicciones, luchas; eso es necesario, natural y humano.
--¿Cuándo se retira?
--En 1985, a mi llegada de Chile, pensé que lo había hecho todo, pero, ya ves,
uno nunca sabe a dónde puede llegar la música. En eso, aparece el Mesías
Juan de Marco González, que había dejado la dirección del grupo Sierra
Maestra y me dice: “Vamos hasta los estudios de la EGREM, que estamos
haciendo unos discos con el grupo Afrocuban All Stars”. Uno de esos discos es
Buena Vista Social Club, no pensaba hacer nada más en música, pero él
insistió, parece que está iluminado y es así, porque logramos el premio
Grammy en 1997 y nos llevó a la fama mundial, a la gloria.
--¿Cómo ha podido afrontar esa cadena de éxitos, de grabaciones,
presentaciones y conciertos, de tanta exigencia?
--Nosotros los viejos músicos trabajamos en estos 60 años con mucho
entrenamiento y rigor. Yo pasé por muchas agrupaciones, grabé discos,
trabajamos por toda Cuba y fuera de ella con la orquesta de Chepín-Choven en
Santiago de Cuba. Con Pacho Alonso empecé en 1953 hasta que en 1967 él
decide separarse y fundar Los Pachucos. Mientras nosotros seguimos con Los
bocucos, donde comencé mi gran etapa de solista.
--¿Cuáles fueron las
grabaciones que le dieron
difusión en su tiempo?
--Ay Candela, Mañana me voy
pa´ Sibanicú, Viene de la tierra
caliente, Un son para el
Guayabero, El platanal de
Bartolo y muchas más.
--¿En qué se diferenciaba la
música que usted cantaba, con
lo que se hacía por otros
conjuntos habaneros?
--La orquesta de Chepín-Choven
hacía una música más caliente,
herencia del son tradicional,
distinta a lo que se venía
haciendo en La Habana; Los
Paschucos, con Pacho Alonso
asumieron el ritmo pilón de
Santiago de Cuba y el simulé.
Hicieron cambios en la
percusión, diferencias en los
compases, el ritmo y las
armonías.
--¿Cuántos discos grabó?
--Pues grabé tres discos con Pacho Alonso y tres con Los Bocucos, además de
lo que hice con Chepín-Chovén.
--¿Cómo podemos definir su voz?
--Es una voz natural, con un timbre que se identifica con la música de sabor a
ron oriental, melodiosamente añeja por esa larga tradición. Son voces agudas,
la mía se encamina hacia un primo falseteado que sube a los tonos altos y baja
a los graves sin mucho problema.
--De sus históricas presentaciones internacionales ¿cuál es la que más le ha
interesado?
--Tener que presentarme en la entrega de los premios Grammy, donde asisten
las figuras musicales (cantantes, músicos, empresarios, críticos) del gran
mundo. Poner a bailar, a gozar a un público tan exigente y complicado no es
cosa de juego.
--¿Mantiene algún recuerdo sagrado?
--La memoria de mi abuelo negro, que era presidente de la Sociedad El
Cocuyé de la Tumba Francesa. Mi abuela china venida de Cantón que una
vez me entregó un bastón negro de ébano, un amuleto que siempre me ha
dado suerte, hasta hoy.

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