MARIBLANCA SABAS ALOMÁ “Tenemos los

- Periodistas Militantes MARIBLANCA SABAS ALOMÁ
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ció en Santiago de Cuba el 10 de
febrero de 1901.
Defendió los derechos de las
mujeres no sólo desde su oficio,
sino también desde la militancia. A
los 17 años comenzó su labor periodística, la cual se desarrollaría
en medios gráficos, radiales y televisivos. Llegó a ser conocida como
“La campeona del feminismo”.
A Mariblanca se la considera una
de las mujeres más conocidas y populares dentro de los medios culturales, periodísticos y de difusión
en general de los primeros 60 años
del siglo XX. Su intenso quehacer
se manifestó no solo en la prensa
de la época, sino también en el ámbito social y político de Cuba.
Esta periodista y escritora, na-
Publicó en medios de su país, al
igual que en revistas y periódicos
del exterior: en España, México,
Brasil, Unión Soviética, entre otros.
Ella sostenía que el principal
enemigo de la mujer era ella misma, dado que en su vida cotidiana
reproducía con sus prácticas la dominación masculina. Los ámbitos
principales donde debía darse la lu-
cha de las mujeres eran el educativo y el laboral. En tal sentido, colaboró en la organización del Primer
Congreso Nacional de Mujeres, en
1923. Además, participó en la creación de la Universidad Popular José
Martí y fundó la Unión de Escritores
y Artistas de Cuba.
También se incluye el nombre
de Mariblanca como fundadora del
Movimiento de Veteranos y Patriotas, lo cual le viene muy de cerca,
pues su padre combatió por la independencia, y ella creció en un
ambiente de amor patrio y desde
joven se incorporó a las luchas por
la dignificación del cubano.
Su periodismo la convierte en
una personalidad influyente en la
formación de un sentimiento que
alienta los derechos de la mujer, la
igualdad, ataca las manifestacio-
“Tenemos los argentinos,
el deber de no depender
de una persona, tenemos
el deber, pero sobretodo la
necesidad de empoderarnos
nosotros mismos, de esas
conquistas y de esos derechos y de organizarnos para
defenderlas”.
CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER,
ACTO ANIVERSARIO POR EL 25 DE
MAYO, LA DÉCADA GANADA.
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GABRIELA LAPERRIERE
DE CONI
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nes de discriminación racial y defiende los intereses de los sectores
de menores ingresos.
contra las enfermedades transmisibles ayudó seguramente a ahondar sus preocupaciones por la
cuestión social.
Las temáticas desarrolladas por
Mariblanca revelan con cuánta responsabilidad asumió su condición
de servidora de las causas populares
y justas. Fue delegada a la Asamblea
Constituyente en 1940 y se le reconoce como la primera mujer cubana
en convertirse en ministra.
Fue detenida en varias ocasiones por su oposición al gobierno
dictatorial de Fulgencio Batista y
por su simpatía hacia el movimiento revolucionario. Fue una defensora de la Revolución Cubana de
1959 y participó activamente del
proceso de transformación social
que la misma inauguró.
Murió en La Habana el 18 de julio de 1983.
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Fue una escritora, periodista,
sindicalista y militante socialista
francesa que tuvo una participación activa en la política argentina.
Gabriela nació en Burdeos en
1886. En París conoció al Dr. Emilio
Coni, joven médico argentino, y se
une a él saltando las prohibiciones
de su clase.
El interés científico de su marido en la higiene pública y la lucha
Su llegada a Buenos Aires le
brindaría la oportunidad de registrar experiencias y vivencias que
iban a transformar sus inquietudes,
idealistas y humanitarias, en una
definida militancia socialista-feminista. Las huellas de ese impacto
se reflejan claramente en su obra
literaria, que va paulatinamente
abriendo camino a la obra testimonial de la activista comprometida,
dando cuenta de las condiciones
del conjunto de los trabajadores y,
entre éstos, del grupo más explotado: las mujeres y los niños.
Su actividad pública comienza con la agitación de la guerra
con Chile, cuyo estallido en 1901
se consideraba inminente. Ga-
briela viaja con su esposo a un
congreso médico en Santiago
de Chile. Su objetivo era realizar
una conferencia, en la que se dirige a las madres y esposas de
los gobernantes, apelando a su
condición de mujeres opuestas
a la guerra. Repite poco después
esa conferencia en Buenos Aires,
proponiendo la creación de una
organización denominada “Liga
Americana de Mujeres para la
Paz y el Progreso”. En esa conferencia se dirige a las mujeres diciendo: “Si desgraciadas circunstancias acercaran mañana una
guerra, tendríamos todos que pagar el mismo tributo; tributo que
no se paga en oro sino en esta
otra moneda mucho más preciada, acuñada a semejanza propia
durante el lento trabajo de nuestras entrañas; moneda muy querida, cautelosamente guardada
pues nos ha costado mucho y nos
costará aún mucho, hasta que la
muerte cierre nuestros ojos.”
del trabajo de las mujeres y los
niños en las fábricas.
En el año 1901 se inician también sus colaboraciones en “La
Vanguardia”, periódico del Partido Socialista, en cuyas filas ingresa. Dirige su actuación a luchar por la promulgación de una
ley que proteja a las mujeres y
los menores en las fábricas y a
perseguir el cumplimiento de las
escasas ordenanzas municipales
existentes, las que regulaban tan
sólo algunos aspectos edilicios y
de higiene de los talleres y fábricas porteñas.
En el año 1902 es nombrada
inspectora ad honorem de fábricas y talleres de la Municipalidad
de Buenos Aires. Como fruto de
la experiencia obtenida en el desempeño de este cargo, redacta el
Proyecto de Ley de Protección
Su contacto con las organizaciones obreras femeninas como
la Unión Gremial Femenina, diferentes sociedades obreras por
oficio, modistas de la provincia
de Córdoba o las alpargateras
de Barracas, la vincula estrechamente a las luchas del movimiento obrero. Las trabajadoras de
este último gremio la proponen
como representante en las discusiones que llevan a cabo con
los patrones, por la obtención de
diferentes mejoras salariales y en
las condiciones de trabajo.
bajo de la mujer, que en algunos
casos era un indicador del éxito alcanzado en la tarea de la emancipación femenina, bajo otro punto
de vista constituía la causa del debilitamiento de sus reservas físicas,
necesarias para el mantenimiento
y reproducción de la familia obrera. Por otro lado, si el trabajo de
la mujer era imprescindible para el
mantenimiento de la familia, más
que un símbolo de liberación, el
hecho se interpretaba como síntoma de la insuficiencia del salario
masculino y, finalmente, se consideraba como un elemento más de
la opresión capitalista sobre la familia obrera.
Fue la primera mujer que habló
en sus campañas electorales, habiendo contribuido al triunfo del
Dr. Alfredo L. Palacios.
En el pensamiento de Gabriela,
la defensa de la mujer como obrera y como madre se subordina a la
defensa de la familia proletaria, y
estas posiciones se van acentuando en sus últimos escritos. El tra-
Mientras desarrolla esta tarea
sindical, Gabriela ocupaba también
puestos relevantes en la estructura
partidaria, llegando rápidamente a
convertirse en miembro del Comité Ejecutivo del Partido Socialista.
Muere en enero de 1907 a los
41 años de edad.
Gabriela fue la pionera en
muchas conquistas, siempre se
manifestó en contra de la doble
jornada laboral, proponía la instauración de un espacio denominado Cocinas Obreras, donde
se puedan alimentar las obreras
siguiendo un plan nutricional;
impulsó la instauración de guarderías en los distintos lugares de
trabajo; trabajó en el proyecto de
licencia por maternidad, que luego fue impulsado por Palacios.
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¡REFLEXIONEMOS!
Las historias de Mariblanca y Gabriela son un
claro testimonio de que nuestra labor cotidiana,
nuestro trabajo, profesión u oficio, pueden ir de
la mano de una militancia comprometida con la
realidad de la sociedad en la que vivimos.
La pelea por mejorar las condiciones de las
mujeres, es una historia que comenzó hace
muchos años y continúa hasta nuestros días.
Fueron muchas las mujeres que pelearon por la
ampliación de derechos para nosotras, y ente
ellas, Mariblanca y Gabriela fueron las exponentes de esta lucha.
Ellas, desde su oficio de periodistas, supieron dar a conocer la problemática que vivían
las mujeres en su vida cotidiana, tratando de
que por esta vía la temática tomara estado pú-
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blico, y de esta manera, intentar torcer el rumbo de las prácticas que las afectaban.
El esfuerzo, la constancia y la necesidad de
dejar un país más justo para las generaciones
venideras, alimentaron sus ganas de participar
para cambiar las cosas, y estimularon su entusiasmo por militar.
Gabriela y Mariblanca a partir del sufrimiento de muchas mujeres y niños, decidieron cambiar las cosas, y pronto comprendieron que ese
cambio iba a ser posible a partir de la participación colectiva y asociativa de las mujeres,
que nada puede transformarse a partir de un
esfuerzo individual, que las grandes transformaciones se logran de manera grupal.