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¿Estamos solos en el universo?
Ray Bohlin
¿Vida en Marte?
Hubo una gran conmoción en los medios cuando un grupo de científicos de la NASA
anunció que había encontrado evidencia de vida en Marte. Su evidencia, un supuesto
meteorito marciano, fue catapultada al centro de la escena, y todos, desde CNN hasta
"Nightline" emitieron programas especiales con entrevistas y vídeos de los científicos y
su espécimen preciado. El presidente Clinton estaba tan entusiasmado por el anuncio
que alabó el programa espacial de Estados Unidos y aprovechó la oportunidad para
establecer una cumbre espacial bipartidaria liderada por el vicepresidente Al Gore, con
el fin de estudiar el futuro de la investigación espacial de Estados Unidos. ¿Acaso no lo
estamos haciendo ya?
De todos modos, este anuncio claramente sacudió al país. Algunos de los científicos se
mostraban exageradamente locuaces sobre cuán significativos eran estos hallazgos. El
frenesí de los medios fue impulsado por la publicación adelantada de un artículo de
Science, la principal revista científica de Estados Unidos. El artículo debía salir en la
semana siguiente, pero Science decidió publicarla antes porque se había filtrado.
Toda la conmoción tenía que ver con esto: Un grupo de científicos había estudiado un
meteorito que se había encontrado en el hielo de Antártida. Antes de esto, se había
determinado que este meteorito era originario de Marte mediante el estudio del
contenido gaseoso de los componentes vidriosos del meteorito. La composición gaseosa
concordaba bastante bien con la atmósfera de Marte. Esta conclusión parece razonable.
Así que supusieron que el meteorito había venido de Marte. Luego, buscaron evidencia
de vida sobre el meteorito y en las grietas del meteorito. Encontraron dos tipos de
moléculas que pueden formarse como resultado de procesos vitales: carbonatos y
moléculas complejas llamadas hidrocarburos poliaromáticos, o PAHs. También
encontraron formas en la roca que se parecían a microfósiles conocidos de la Tierra. Los
microfósiles son fósiles de organismos unicelulares, que son algo difíciles de
interpretar.
Bueno, ¿qué significa esto? Obviamente, los científicos de la NASA sintieron que las
cosas que acabamos de mencionar ofrecían una amplia evidencia como para concluir
que la vida existió alguna vez en Marte. Sin embargo, todas las señales químicas
podrían deberse a procesos que no tienen nada que ver con la vida, y los supuesto
microfósiles son 100 veces más pequeños que cualquier otro fósil similar que se haya
encontrado en la Tierra. Otros grupos que estudiaron este mismo meteorito llegaron a la
conclusión de que la temperatura de formación de las sustancias químicas era
excesivamente alta para permitir la vida (más de 700 grados centígrados) o que estaban
ausentes otras señales químicas de vida. John Kerridge, un científico planetario de
University of California at San Diego, dijo: "La conclusión es, cuando mucho,
prematura, y más probablemente incorrecta." Pero escuche la afirmación final en el
artículo de Science:
Si bien hay explicaciones alternativas para cada uno de estos fenómenos tomados
individualmente, cuando se los considera colectivamente, especialmente a la luz de su
asociación espacial, concluimos que son evidencia de vida primitiva en Marte. [1]
En castellano sencillo, hay explicaciones razonables no relacionadas con la vida para
cada una de las evidencias presentadas, pero nosotros simplemente pensamos que
significan que hay vida en Marte. La evidencia es muy incierta, y ha sido cuestionada
por muchos otros científicos, pero los medios no informaron esto con el mismo detalle.
Pero ¡tal vez tengan razón! De hecho, hay una explicación sencilla que ignoran
consistentemente tanto los medios como los científicos. Si realmente hay, o ha habido,
vida en Marte, ¿qué podría tener que significar esto para la evolución? O, más
importante, ¿rebate de alguna forma la creación? Vamos a ver esto a continuación.
¿Qué significaría la vida en Marte?
Debido al reciente anuncio de señales de vida en Marte, muchas personas se vieron
alentadas en su creencia de que no estamos solos en el universo. Estas señales distan
mucho de ser ciertas, y probablemente sean falsas pero, si son verdaderas, ¿qué
significarían estos resultados para los evolucionistas? Más aún, ¿hay alguna razón para
que los cristianos teman la confirmación de vida en Marte?
Supongamos, entonces, por un momento, que la evidencia de este meteorito marciano
sea evidencia legítima de la vida en Marte-una vida que en algún punto del pasado
realmente existió en Marte. ¿Qué significaría?
Para los evolucionistas, la evidencia se percibe como confirmación de que la vida en
realidad surge de la "no vida" mediante procesos puramente químicos. Además, los
evolucionistas sacan la conclusión de que la vida debe poder evolucionar muy
fácilmente, ya que lo hizo en dos planetas adyacentes en el mismo sistema solar. Por lo
tanto, aun cuando la investigación sobre el origen de la vida esté paralizada
actualmente, un descubrimiento como éste aparentemente confirma la idea de que debe
funcionar algún escenario de evolución química. Voy a abordar este supuesto más
adelante.
Por otra parte, hay quienes han dicho que, si hay vida en Marte el creacionismo habría
recibido un golpe mortal. Razonan que dado que (1) ahora sabemos que la vida puede
evolucionar prácticamente en cualquier parte, y (2) la Biblia nunca habla de vida en otra
parte fuera de la Tierra, por lo tanto la Biblia no es confiable. Además, razonan, ¿por
qué habría de crear Dios vida en un planeta sin humanos? Sin embargo, dado que la
Biblia mantiene un silencio total sobre el tema de la vida extraterrestre, no podemos
hacer ninguna predicción acerca de su posibilidad. Dios ciertamente está libre para crear
vida en planetas distintos de la Tierra si así lo quisiera.
Volviendo al alborozo de los evolucionistas ante la posibilidad de que la vida haya
evolucionado en otros planetas, la verdadera pregunta es: ¿es ésta la conclusión
correcta, si realmente se encuentra vida en Marte? La respuesta sencilla, que los medios
evitan inexplicablemente, es: ¡NO! ¡La respuestas más sencilla ante el posible
descubrimiento de vida en Marte es que la así llamada "vida marciana" en realidad vino
de la Tierra!
Piénselo de esta forma. Se supone que el meteorito que se encontró existió en Marte
previamente. ¿Cómo llegó a la Tierra? Bueno, se plantea la posibilidad de que un
meteorito grande chocó con Marte arrojando una gran cantidad de escombros al espacio,
parte de los cuales llegaron a la Tierra, y al menos unos pocos de estos fueron
encontrados por terrícolas. Si usted está siguiendo mi pensamiento, se habrá dado
cuenta que el mismo escenario podría haber ocurrido en la Tierra.
Los evolucionistas sugieren que la Tierra sufrió un fuerte bombardeo de meteoritos
hasta por lo menos 3.800 millones de años atrás-aproximadamente el momento en que
dicen que apareció la vida sobre la Tierra. El astrónomo cristiano Hugh Ross lo pone de
esta forma:
Los meteoritos suficientemente grandes como para crear un cráter de un diámetro de
más de 100 kilómetros harán que rocas de la Tierra escapen de la gravedad de la Tierra.
De 1000 de estas rocas eyectadas, 291 impactarán en Venus, 20 irán a Mercurio, 17
caerán en Marte, 14 llegarán a Júpiter y 1 viajará tan lejos como Saturno. Junto con
estas rocas y acompañándolas durante todo el trayecto irán muchas variedades de vida
de la Tierra. [2]
Ross también demuestra que muchas formas de vida microscópicas son bastante
capaces de sobrevivir un viaje así. Todo esto es bastante conocido en la comunidad
científica, pero no lo he visto mencionado una sola vez en ninguna discusión pública.
Creo que la razón es que la posibilidad de que la vida haya evolucionado sobre Marte es
demasiado jugosa como para desperdiciarla.
La improbabilidad de la vida en alguna otra parte del universo
Quisiera abordar el increíble optimismo de tantas personas de que el universo está
rebosante de vida. Sin duda esto está alimentado por el tremendo éxito de obras de
ciencia ficción como La Guerra de las Galaxias y Star Trek, que presentan
elocuentemente la razonabilidad de un universo preñado de formas de vida inteligentes.
En este optimismo está inherente el presupuesto evolucionista de que si la vida
evolucionó aquí no deberíamos suponer arrogantemente que la vida no pueda haber
evolucionado en otra parte del universo. Y si la vida en general existe en el universo
entonces, por supuesto, debe haber vida inteligente allá afuera también.
Este es el suposición básica del programa SETI (Search for Extra-Terrestrial
Intelligence - Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre). Este es un programa que ahora
está financiado privadamente en vez de federalmente y que busca en el espacio señales
de radio originadas de otro planeta, lo cual indicaría la presencia de vida inteligente.
Pero, ¿es realista esta esperanza? ¿Hay una razón justificable para sospechar que existen
planetas adecuados para la vida en alguna otra parte del universo?
Durante las últimas dos décadas, los científicos han comenzado a tabular muchas
características de nuestro universo, galaxia, sistema solar y planeta que parecen tener un
ajuste fino para que exista la vida. El astrónomo y apologista cristiano, el Dr. Hugh
Ross, documenta todas estas características en su libro The Creator and the Cosmos (El
Creador y el Cosmos), [3] y está constantemente actualizándolas. En la segunda edición
del libro (1995), Ross documenta 26 características del universo y 33 características de
nuestra galaxia, sistema solar y planeta que tienen un ajuste fino para que exista la vida.
Algunos ejemplos incluyen el tamaño, la temperatura y el brillo de nuestro sol, el
tamaño, composición química y la órbita estable de la Tierra. El hecho que tengamos
una luna y no ninguna, ni dos o tres. La distancia de la Tierra al sol, la inclinación del
eje de la Tierra, la velocidad de la rotación de la Tierra, el tiempo que le lleva a la Tierra
orbitar alrededor del sol. Si alguno de estos factores fuera diferente por un pequeño
porcentaje, la capacidad de la Tierra de sustentar vida se vería reducida severamente.
Recientemente se ha señalado que aun la presencia de Júpiter y Saturno sirve para
estabilizar la órbita de la Tierra. Sin estos dos planetas grandes ubicados exactamente
donde están, la Tierra sería llevada de su presente órbita casi circular a una órbita
elíptica que causaría diferencias de temperatura mayores entre las estaciones y además
sometería a la Tierra a una mayor interferencia de meteoritos. Ninguna de estas
condiciones es hospitalaria para la presencia continua de la vida.
Ross además ha calculado que las probabilidades de que todos estos factores ocurran en
conjunto sólo por procesos naturales es de 1 en 10-53, o sea un punto decimal seguido de
52 ceros seguidos de un uno. Una estimación muy liberal de cuántos planetas podría
haber, aunque sólo tenemos 18 documentados, es de 1022, o sea 10 mil trillones de
planetas, una por cada estrella en el universo. Si combinamos estas dos probabilidades,
nos dice que hay 10-31 planetas en todo el universo que podrían sustentar la vida.
Evidentemente, esto es mucho menos que uno; por lo tanto, como resultado sólo de
procesos naturales, ni siquiera tendríamos que estar aquí-y mucho menos algún tipo de
forma de vida extraterrestre.
Así que, a menos que Dios haya creado la vida en alguna otra parte, estamos solos y,
para el evolucionista materialista, este es un pensamiento aterrador.
Los problemas de la evolución química en la Tierra
Las estadísticas que se dan más arriba significan que realmente estamos solos en el
universo, y que no hay ninguna esperanza de encontrar civilizaciones inteligentes como
en el programa de televisión Star Trek. Si bien significa que no han nadie allá afuera
que pueda amenazar nuestra supervivencia, tampoco hay nadie allá afuera para
salvarnos de nuestros propios errores.
Esta observación muestra por qué creo que la comunidad científica y los medios se
entusiasmaron tanto ante las posibilidades de vida en Marte. Los esfuerzos por
determinar cómo la vida pudo haber evolucionado de la materia inerte han estado tan
llenos de problemas que hace que la posibilidad de vida en otra parte sea
extremadamente remota. Pero, si se pudiera probar que la vida evolucionó en otra parte,
entonces demostraría que la vida surge bastante fácilmente, y simplemente no hemos
encontrado el truco correcto aquí en la Tierra para demostrarlo. Pero esto simplemente
salta por encima del problema.
Pero, ¿acaso es la evolución de la vida a partir de elementos químicos no vivos tan
imposible? Las dificultades caen en tres categorías: el problema químico, el problema
termodinámico y el problema de la información. Estos temas son presentados en forma
integral en un libro de Thaxton, Bradley, y Olsen titulado The Mystery of Life's Origin
(El misterio del origen de la vida) [4] y en un capítulo de libro editado por J. P.
Moreland, The Creation Hypothesis (La hipótesis de la creación).[5]
Los problemas químicos quedan ilustrados por la dificultad para sintetizar aun las
moléculas más sencillas que son los bloques constructivos necesarios para la vida a
partir de precursores inorgánicos. Inicialmente se pensaba que los aminoácidos, los
azúcares y las bases para las importantes moléculas llamadas nucleótidos que forman el
ADN y ARN eran sintetizados fácilmente en una atmósfera primitiva de la Tierra de
amoníaco, metano, vapor de agua e hidrógeno. Pero experimentos adicionales
mostraron que este escenario no era realista. El amoníaco y el metano habrían durado
poco en esta atmósfera; las múltiples fuentes de energía disponibles habrían destruido
las moléculas necesarias y el agua se habría descompuesto en hidrógeno y oxígeno. El
oxígeno fue evitado meticulosamente en todos los escenarios prebióticos, porque habría
envenenado todas las reacciones necesarias.
Los problemas termodinámicos surgen de la dificultad para armar todas estas moléculas
complejas que habrían estado flotando en alguna sopa prebiótica para formar una célula
altamente organizada y compleja. Para lograr esta tarea de conseguir la complejidad
especificada de las moléculas de la vida, como el ADN y las proteínas, la disponibilidad
de energía natural durante millones de años no alcanza. Todos los sistemas donde la
complejidad especificada se produce a partir de componentes sencillos requiere un
mecanismo de conversión de energía que canalice la energía en la dirección correcta
para lograr el trabajo necesario. Sin la fotosíntesis, no hay ningún mecanismo de este
tipo en la Tierra prebiótica.
El problema de la información muestra que no hay forma de explicar el origen del
código genético, que es un lenguaje, sin un aporte inteligente. Los códigos de
información exigen un programación previa inteligente. Ningún mecanismo evolutivo
puede lograr esto. La vida exige inteligencia.
Así que puede ver por qué los evolucionistas estarían entusiasmados ante la posibilidad
de encontrar vida evolucionada en otra parte. Esto es porque es aparentemente
imposible que la vida evolucione aquí. Así que, si ocurrió en otra parte, tal vez nuestros
experimentos simplemente obviaron algún detalle.
El Día de la Independencia, la película
En la película El Día de la Independencia, una fuerza de combate alienígena viene a la
Tierra con la intención de destruir la raza humana, extraer del planeta todos los recursos
disponibles y luego desplazarse a alguna otra civilización desafortunada de la galaxia.
Pero aquellos humanos indomables, con la ayuda de aquella vieja ingenuidad
norteamericana, son más astutos que los tontos alienígenas y la Tierra es salvada. La
historia se ha contado muchas veces, pero tal vez nunca tan bien ni con efectos
especiales tan buenos. La película fue un gran éxito.
Pero, ¿por qué estamos continuamente fascinados por la posibilidad de culturas
alienígenas? La película daba la clara impresión de que debe haber una gran cantidad de
civilizaciones inteligentes allá afuera en el universo. Esta noción se ha vuelto algo
ampliamente aceptado en nuestra cultura.
Pocos reconocen que la supuesta existencia de civilizaciones alienígenas está basada en
supuestos evolucionistas. La ciencia ficción de Star Trek y de La Guerra de las
Galaxias comienza con la evolución. Como he dicho antes, los evolucionistas
simplemente razonan que, dado que la vida evolucionó aquí sin ninguna interferencia de
afuera, el universo debe estar preñado de vida. El astrónomo Carl Sagan lo expresó de
esta forma, después de pasar revista a los experimentos de la evolución química de la
Tierra primitiva:
No hay nada en tales experimentos que sea exclusivo de la tierra. Los gases iniciales y
las fuentes de energía son comunes en todo el Cosmos. Las reacciones químicas como
las de nuestros recipientes en los laboratorios pueden ser responsables de la materia
orgánica en el espacio interestelar y los aminoácidos encontrados en los meteoritos.
Alguna reacción química similar tiene que haber ocurrido en miles de millones de otros
mundos en la galaxia de la Vía Láctea. Las moléculas de la vida llenan el Cosmos. [6]
Sagan sugiere fuertemente que las probabilidades y la química del universo indican que
la vida es omnipresente en la galaxia. Pero, como dije antes, las probabilidades indican
en forma abrumadora que nuestro planeta es el único adecuado para la vida en el
universo. Y la química de la Tierra también indica que la vida es sumamente difícil de
conseguir. Muchos evolucionistas admiten que la probabilidad de la vida basada
exclusivamente en sucesos aleatorios es ciertamente remota. Muchos están sugiriendo
ahora que la vida es inevitable porque hay leyes aún no descubiertas de la naturaleza
que llevan automáticamente a formas de vida complejas. En otras palabras, el mazo de
cartas está arreglado. Escuche al premio Nobel y bioquímico, Christian de Duve:
Hemos recibido trece espadas, ¡no una vez sino miles de veces consecutivas! Esto es
totalmente imposible, a menos que el mazo hubiera estado arreglado. Lo que implica
este arreglo con respecto al armado de la primera célula es que la mayoría de los pasos
involucrados tienen que haber tenido una alta probabilidad de tener lugar bajo las
condiciones prevalecientes. Si uno hace que sean aun moderadamente improbables
entonces el proceso abortará, por el número mismo de pasos sucesivos involucrados. En
otras palabras, en contra de la afirmación de Monod, el universo fue-y presumiblemente
sigue estando-preñado de vida. [7]
El único problema con al sugerencia de Duve es que no conocemos ningún proceso
natural que conduzca naturalmente a la complejidad de la vida. Todo lo que conocemos
de la vida lleva a la conclusión opuesta. La vida no es un producto del azar o de la
necesidad. La vida es un producto de la inteligencia.
Sin la interferencia Divina, estamos solos en el universo, y sin Cristo estamos-y
deberíamos estar-aterrorizados. El evangelio sigue siendo tan relevante como siempre.
Notas
1..Science, 16 August 1996, 273:924-30.
2.Creator and the Cosmos, NavPress, 1995, p. 155.
3.Ibid., pp. 111-45.
4.Lewis and Stanley, 1984.
5.InterVarsity Press, 1994, pp. 173-210.
6.Cosmos, Random House, 1980, p. 40.
7.Vital Dust, Basic Books, 1995, p. 9.
Traducción: Alejandro Field
Tomado de http://espanol.leaderu.com/docs/ciencia/estamos_solos.html

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