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Transcripción

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Miércoles 1. San Marcos 6, 1 – 6.
En aquel tiempo, salió de allí Jesús y se fue a su pueblo, acompañado de sus discípulos. Cuando llegó
el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La muchedumbre que lo escuchaba estaba admirada y
decían: - “¿De donde le viene a este todo esto? ¿Quien le ha dado esa sabiduría y esa capacidad de
hacer milagros? ¿No es este el carpintero, el hijo de María? Y los tenía desconcertados.
Jesús les dijo: - “Un profeta solo es despreciado en su tierra, entre sus parientes y entre los suyos. Y no
pudo hacer allí ningún milagro. Tan solo sano a unos enfermos, imponiéndoles las manos. Y estaba
sorprendido de su falta de fe.
Algo por lo que aquella gente se “escandalizan”, es porque este que hace obras maravillosas, es de
profesión “carpintero”. Ellos tienen una formación religiosa tan diferente a la visión de Jesús, que
consideran extraño que un carpintero pueda ser mensajero de la salvación. Para ellos lo religiosos solo
se vive en el templo; fuera de este no hay relación con Dios. Para Jesús la religión, es decir la relación
con Dios se vive en todos los momentos de la vida.
Hoy no puede pasar lo mismo; no somos capaces de descubrir que la religión se vive en la vida
cotidiana. Un gesto de agradecimiento, una colaboración, una disculpa sincera son una expresión
religiosa, en las que se refleja el amor misericordioso de Dios.
Por otra parte, también se da que nos cueste aceptar que en los sencillos hay sabiduría. Le ponemos
atención aun predicador famoso, porque sale por la televisión, se anuncia en las páginas de la prensa;
pero al campesino que nos enseña como sacar el mayor provecho de la tierra, como tratarnos con
respeto, que nos enseña formas humanas y cargadas de sentido como relacionarnos; a ese no lo
escuchamos, porque es un campesino; como a Jesús que no lo escuchaban porque “es carpintero”
Que sepamos valorar la sabiduría de los nuestros, de los que como decimos: “Son de piso e tierra”.
Jueves 2. Presentación del Señor. San Lucas 2, 22 – 40.
Cuando se cumplieron los días de la purificación prescrita por la ley de Moisés, llevaron al niño a
Jerusalén para presentarlo al Señor, conforme a lo prescrito: “Todo primogénito varón, será consagrado
al Señor”. Ofrecieron también en sacrificio, como dice la ley del Señor: “Un par de palomas o dos
pichones.”
La fiesta de la presentación del Señor, en la religiosidad de nuestro pueblo también es nombrada como
“Día de la candelaria”. Por cierto, es el día patronal de la comunidad de Venecia. El saludo y
felicitación en este día de los feligreses de la parroquia de Venecia, en especial al Padre Aníbal
Quesada.
Con esta consagración que hacen José y María del niño, conforme lo establecía la ley de Moisés, se
indica que en este niño se cumplen las promesas, es el cumplimiento de lo que anunciaron los profetas
desde antiguo.
María y José, son padres que mantienen viva su fe, porque son respetuosos y cumplidores de las
tradiciones de su pueblo; es en estos valores en que también forman a este niño, por lo que Jesús como
hombre y como Dios, asume la vida y la cultura en la que nace.
Que hoy también como hombres y mujeres de fe, sepamos descubrir los signos de la acción de Dios en
la vida ordinaria de nuestros pueblos, que sepamos comprender desde la luz de la fe los
acontecimientos cotidianos de nuestras comunidades, para descubrir el paso de Dios por la historia,
haciendo la voluntad que Dios quiere que desarrollemos en esta.
Viernes 3. Nuestra Señora de SUYAPA. San Marcos 6, 53 – 56.
En aquel tiempo, después que Jesús atravesara, junto con sus discípulos, el lago, llegaron hasta la orilla
de Genezaret donde dejaron la barca. Pero al desembarcar algunos lo reconocieron. Recorrieron toda
aquella región y comenzaron a traer a los enfermos en camillas donde oían decir que se encontraba
Jesús. Cuando llegaba a cualquier ciudad, pueblo o aldea, colocaban a los enfermos en la plaza, le
pedían que los dejara tocar siquiera el borde de su manto, y todos los que lo tocaban quedaban sanos.
Jesús llega a una ciudad marginal, que esta “a la otra orilla del lago”, y ahí es reconocido por algunas
personas, quienes a penas lo ven, inmediatamente va tras de él, presentándole los enfermos para que los
sane. Esto nos indica como la acción de Dios comienza a ser descubierta en todos los pueblos, hay
motivos de esperanza, en quienes ya casi la habían perdido del todo.
La Iglesia de Jesús está para ser fuente de esperanza para los pueblos y las gentes que se siente al
margen, que cada día son excluidas por este modelo social consumista, en el los más importante es
tener más. En este sistema las personas valen menos, porque lo que vale es lo que tienen, la posibilidad
de adquirir. Quien no tiene posibilidad de comprar, simplemente no es persona, no es tomado en
cuenta, porque no es competitivo. Para Jesús, su proyecto del reino, y el nuestro como Iglesia suya, es
integrar a los desplazados, a los que no cuentan, a los que no son personas, porque no son parte de los
mecanismos de generación de riqueza.
Sábado 4. San Marcos 6, 30 – 34.
En aquel tiempo, los apóstoles se reunieron con Jesús; le contaron todo lo que habían hecho y
enseñado. Él les dijo: - “Vengan ustedes solos a un lugar deshabitado, para descansar un poco.” Porque
eran tantos los que iban y venían, que no tenían tiempo para comer. Se fueron pues en la barca, ellos
solos a un lugar deshabitado.
Los vieron alejarse y muchos al reconocerlos, fueron allá por tierra desde todos los pueblos, llegando
incluso antes que ellos.
Al desembarcarse vio Jesús un gran gentío, sintió compasión de ellos, pues eran como ovejas sin
pastor; se puso a enseñarles muchas cosas. Como se hacia tarde, los discípulos de acercaron a decirle: “El lugar esta deshabitado y ya es muy tarde. Despídelos para que vayan a los poblados y a las aldeas
de los alrededores y se compren algo de comer.
Jesús les respondió: - “Denles ustedes de comer.”
Ellos contestaron: – “¿Dónde vamos a ir a comprar por valor a doscientos denarios para darles de
comer?”
Él les preguntó: - “¿Cuantos panes tienen? Vayan a ver.”
Cuando lo averiguaron, le dijeron: - “Cinco panes y dos peces”.
Jesús mando a que se sentaran todos por grupos sobre la hierba verde; se sentaron por grupos de cien y
de cincuenta.
El tomo entonces los cinco panes y los dos peces, levantó los ojos al cielo, pronunció la bendición,
partió lo panes y se los fue dando a los discípulos para que los distribuyeran. Y también repartió los dos
peces entre todos.
Si nos damos cuenta con atención en el relato que hemos escuchado; Jesús primero sale al descampado,
a un lugar lejano, se encuentra que en el camino han salido a su encuentro muchas gentes, a quienes
distingue como ovejas sin pastor. Esta realidad produce en Jesús, un sentimiento de compasión. Él ya
cuenta con unos colaboradores a quien tiene que formar, estos son los discípulos. Los quiere formar de
forma distinta a como se formaban a los “líderes” de aquel tiempo; que son formados para hacer cosas,
a estos los quiere formar con sensibilidad, y no que sepan hacer bien su función, sino que hagan suyo el
dolor de la gente, y se vuelquen, como lo hace el mismo Jesús en favor de los demás, no porque es algo
que deben hacer, sino porque hacen suyas las necesidades del prójimo.
Que esta actitud de Jesús nos mueva como servidores del señor, en diferentes ministerios de la Iglesia a
no solo hacer bien lo que hacemos, sino pensando en el bienestar de aquellos que son por los que
somos enviados, por las “ovejas que no tienen pastor”.
Domingo 5. San Marcos 1, 29 – 39.
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, se fue inmediatamente a casa de Simón y de Andrés, con
Santiago y Juan. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre. Se lo dijeron a Jesús; él se acercó, la
tomó de la mano y la levantó. Se le quitó la fiebre y se puso a servirles.
Al tardecer, cuando ya se había puesto el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La
población entera se agolpaba a la puerta. Él sanó entonces a muchos de diversos males y expulsó a
muchos demonios, pero a estos no los dejaba hablar, pues sabían quien era.
Nos encontramos con la experiencia de Jesús que toca la realidad concreta de las personas, es por eso
que el mensaje de Jesús es comprendido por todos los que lo escuchan, porque habla de lo que la gente
vive, de lo que ellos y ellas sufren, entra en la cotidianidad de la vida; hoy, en este relato nos describe
San Marcos, entrando en la vida de una familia, la familia de Andrés y de Simón, entra en la casa de la
suegra de Simón, la toma de la mano y la levanta, es decir, se acerca a su realidad de dolor para sacarla
de ella; lo mismo hace con los diversos enfermos y endemoniados que la presentan.
Los enfermos eran considerados endemoniados, porque se creía que el origen de las enfermedades era
un castigo de la divinidad, lo que hacía que a los enfermos se les rechazara. Jesús, hace todo lo
contrario, se acerca a ellos, porque lo quiere incluir, lo quiere tomar en cuenta.
Hoy la gran misión de la Iglesia, continuadora de la misión de Jesús, es acercarse a lo sufrientes, a los
excluidos, a los marginados, para escucharlos, para organizarlos, para defender sus causas, para
orientarlos, invitándolos a que abandonen aquella prácticas que los esclavizan, que no les permiten ser
libres en la verdad.
Lunes 6. San Marcos 6, 53 – 56.
En aquel tiempo, los que vieron y reconocieron a los apóstoles que se alejaban, fueron allá por tierra
desde todos los pueblos, llegando incluso antes que ellos.
Al desembarcarse vio Jesús un gran gentío, sintió compasión de ellos, pues eran como ovejas sin
pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas. Como se hacía tarde, los discípulos se acercaron a decirle:
- “El lugar está deshabitado, y ya es muy tarde. Despídelos para que vayan a los poblados y aldeas de
los alrededores y se compren algo de comer.
Jesús les respondió: - “denles ustedes de comer.”
Hay una frase de nuestros abuelos que dice: “A los amigos se les reconoce en las malas”. Es muy fácil
estar a la par de las personas a quienes llamamos amigos, cuando se trata de un paseo, de ir a una fiesta,
de salir a comer, pasarla bien; pero que difícil es cuando hay que estar a la par de alguien y demostrarle
la amistad, cuando está internado en un hospital o en alguna situación difícil. Este Jesús, que enseña a
la gente, lo hace en las buenas y en las malas, esta cerca de las personas con su mensaje cuando están
pasándola bien o mal. Ese es Jesús, el amigo fiel de verdad. ¿Estaremos dispuestos a hacerlo de esa
misma manera?

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