ECGI Cigarrillo Electrónico

Transcripción

ECGI Cigarrillo Electrónico
Madrid, 18 de mayo de 2015
El Consejo General Informa
El Consejo General respalda la reivindicación de la CNPT de equiparar la
regulación del cigarrillo electrónico a la del tabaco convencional

El cigarrillo electrónico contiene sustancias potencialmente tóxicas, contamina el aire y
constituye una puerta de entrada para que los jóvenes se inicien en el consumo de tabaco
convencional

La OMS desaconseja recomendar el cigarrillo electrónico como estrategia para dejar de fumar
El Consejo General de Dentistas ha respaldado la solicitud realizada por el Comité Nacional para
la Prevención del Tabaquismo (CNPT) al Ministro de Sanidad, D. Alfonso Alonso, para equiparar la
regulación del cigarrillo electrónico a la del tabaco convencional.
El objetivo que se persigue es preservar la salud pública mediante los avances conseguidos en la
prevención y control del tabaquismo, y reducir la importante carga de morbimortalidad asociada al
consumo del tabaco.
Para ello, se ha alertado al ministro de Sanidad de que el cigarrillo electrónico, aunque pueda
considerarse menos tóxico que el tabaco convencional, contiene sustancias potencialmente
tóxicas, tales como el formaldehído y acetaldehído.
Asimismo, la mayoría de los cigarrillos electrónicos contienen nicotina que, además de ser un
tóxico cardiovascular, es una sustancia altamente adictiva. Y, aunque en menor medida que los
cigarrillos convencionales, también contaminan el aire.
Por otro lado, se ha puesto de manifiesto que –hasta la fecha- no existen evidencias sólidas que
apoyen que el uso del cigarrillo electrónico sea una herramienta efectiva para dejar de fumar. En
este sentido, cabe señalar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconseja
recomendar el cigarrillo electrónico como estrategia para dejar de fumar.
A pesar de lo anterior, se está produciendo un aumento en el consumo de cigarrillos electrónicos
entre los más jóvenes debido, entre otros motivos, a que se ofrecen sabores atractivos para la
juventud, y a que se publicitan como una innovación tecnológica inocua, aunque la realidad es que
contienen sustancias potencialmente tóxicas y constituyen una puerta de entrada al consumo de
tabaco convencional.
Por eso, se ha solicitado a las Autoridades Sanitarias que antepongan la salud pública a otro tipo
de intereses, que mantengan los logros alcanzados con la Ley 42/2010 (Ley de Tabaco) entre los
que destaca el haber contribuido a que el tabaco haya dejado de estar socialmente bien aceptado,
y que se siga avanzando en este sentido con una regulación que equipare los cigarrillos
electrónicos a los productos derivados del tabaco.

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