ORACIÓN :

ORACIÓN :
Yo me abandono, oh Dios, en tus manos. Toma este barro y trabájalo una y otra
vez, como la arcilla entre las manos del alfarero. Dale una forma y luego rómpela, si quieres, como es despedazada la vida de tantos hermanos.
Pide, ordena, qué quieres que haga, qué quieres que no haga. Ensalzado, humillado, consolado, perseguido, calumniado, sufriente, inútil para todo, no me queda más que decir, a ejemplo de tu Madre : “Hágase en mí según tu palabra”.
Dame el amor por excelencia, el amor de la cruz. Pero no de cruces heroicas,
que podrán nutrir el amor propio; sino de las vulgares, que llevo con repugnancia. De esas que se encuentran cada día en la contradicción, en el olvido, en el
fracaso, en los juicios falsos, en la frialdad, en los rechazos y desprecio de los
demás, en el malestar y en los defectos del cuerpo, en las tinieblas de la mente
y en silencio y la aridez del corazón.
Entonces sólo Tú sabrás que te amo. Con eso. . . me basta.
( Esta oración fue encontrada en un bolsillo del saco de Robert Kennedy, luego
de haber sido asesinado)