joaquín sorolla bastida - Institución Joaquín Sorolla de Investigación

Transcripción

joaquín sorolla bastida - Institución Joaquín Sorolla de Investigación
Font de Mora Turón
| Alejandro
| Felipe V. Garín Llombart
Font de Mora Turón
| Alejandro
| Felipe V. Garín Llombart
CONSEJO GENERAL
DEL CONSORCI DE MUSEUS DE
LA COMUNITAT VALENCIANA
Presidente de honor
Alberto Fabra Part
President de la Generalitat
Presidenta
María José Catalá Verdet
Consellera d’Educació, Cultura i Esport
Vicepresidentes
Rita Barberá Nolla
Alcaldesa de Valencia
Luisa Pastor Lillo
Presidenta de la Diputación Provincial
de Alicante
Juan Alfonso Bataller Vicent
Alcalde de Castellón de la Plana
Presidente de la Comisión Científicoartística
Rafael Ripoll Navarro
Secretario Autonómico de Cultura y
Deporte
Vocales
Sonia Castedo Ramos
Alcaldesa de Alicante
Javier Moliner Gargallo
Presidente de la Diputación Provincial
de Castellón
Alfonso Rus Terol
Presidente de la Diputación Provincial
de Valencia
Vicente Farnós de los Santos
Representante del Consell Valencià de
Cultura
Marta Alonso Rodríguez
Directora General de Cultura
Director Gerente
Felipe V. Garín Llombart
Secretaria
Virginia Jiménez Martínez
Subsecretaria de la
Conselleria d’Educació, Cultura i Esport
INSTITUCIÓN JOAQUÍN SOROLLA
DE INVESTIGACIÓN Y ESTUDIOS
Presidente de la Comisión Científica
Rafael Ripoll Navarro
Secretario Autonómico de Cultura y
Deporte
Vocales
Felipe V. Garín Llombart
M. Isabel Justo Fernández
Francisco Javier Pérez Rojas
Blanca Pons-Sorolla
Facundo Tomás Ferré
Secretario
Nicolás S. Bugeda
Miembros de honor
Michel A. Codding
Victoriano Lorente Sorolla †
DIRECCIÓN GENERAL DE CULTURA
Directora General
Marta Alonso Rodríguez
Subdirectora General de Patrimonio
Cultural y Museos
Carmen Iborra Juan
Jefa de Servicio de Museos
Susana Vilaplana Sanchis
Agradecimientos
Arxiu Municipal de Xàtiva. Área de
Serveis Socials i Culturals.
Blanca Pons-Sorolla
Begoña Valdivieso – Subastas Retiro
Colección Bancaja
Museo Sorolla
Diputación de Valencia
Iñigo Larrauri de Terán y Laura
Martínez Puente – Vicerrectorado
Atención Comunidad Universitaria –
Unidad Gestión Patrimonio Histórico
Universidad Complutense de Madrid
José Garrido Lapeña – Fotógrafo –
Museo de Zaragoza
Juan A. De Carlos – Instituto Cajal
(C.S.I.C.)
Julio Trelis – Director – Museo
Municipal “Mariano Benlliure” de
Crevillent
Instituto Médico Valenciano
Marisa Arguís Rey - Conservadora
Bellas Artes – Museo de Zaragoza
Miguel Beltrán Lloris – Director –
Museo de Zaragoza
Museo de Bellas Artes de Castellón
PUBLICACIÓN
Texto
Alejandro Font de Mora Turón
Felipe V. Garín Llombart
Revisión y notas
Isabel Justo
Coordinación
Gemma Unió
Vicente Samper
Traducción inglesa
Amanda Nolen
Lambe & Nieto
Traducción valenciana
Subdirecció General de Política
Lingüística
(Servici de Traducció i Assessorament
del Valencià)
Diseño y maquetación
Espirelius
Impresión y encuadernación
Gráficas Vernetta
Créditos fotográficos
Archivo BPS
Área de Conservación de Patrimonio
Cultural - Universidad de Valencia
Colección BANCAJA
Colección Pedro Masaveu. Museo de
Bellas Artes de Asturias
Consorcio de Museos de la Comunidad
Valenciana - Antón Martínez
Diputación de Valencia
Legado Cajal. Instituto Cajal (CSIC). Madrid
Museo de Bellas Artes de Valencia
Museo Municipal “Mariano Benlliure”
de Crevillent
Museo Nacional de Bellas Artes de la
Habana
Museo Nacional del Prado – Madrid –
(España)
Museo Sorolla
Museo de Zaragoza. José Garrido Lapeña
Patrimonio Histórico Artístico de la
Universidad Complutense de Madrid.
Joaquín Cortés.
The Hispanic Society of America
© de los textos: los autores
© de las imágenes: los propietarios y/o
depositarios
© de la presente edición: Consorcio de
Museos de la Comunitat Valenciana, 2013.
ISBN: 978-84-482-5817-7
Depósito Legal: V- 576-2013
Colección:
Institución Joaquín Sorolla de
Investigación y Estudios, nº 6.
Este libro se publica con motivo
de la exposición Joaquín Sorolla y la
Medicina. Retrato de Ramón y Cajal
(Valencia, Centro del Carmen,
27 de febrero – 16 de junio 2013).
EXPOSICIÓN
Organización
Consorcio de Museos de la
Comunidad Valenciana
Institución Joaquín Sorolla de
Investigación y Estudios
Comisario
Felipe V. Garín Llombart
Coordinación técnica
Gemma Unió
Vicente Samper
Documentación
Isabel Justo
Gemma Unió
Diseño expositivo
Espirelius
Transporte y Montaje
Art i Clar
Carpintería y pintura
Sebastián López Valero
Iluminación
Jesús Mª Martínez Manuel
Rotulación y pancartas
Magentia
Seguros
GDS Risk Solutions
HISCOX
Con la colaboración de
Real Academia de Medicina de la
Comunidad Valenciana
| A Víctor Lorente Sorolla, in memoriam
Sorolla Bastida
| Joaquín
Valencia 1863 - Cercedilla, Madrid 1923
Retrato de Santiago Ramón y Cajal, 1906
Óleo sobre lienzo, 91 x 127´5 cm
Firmado en el ángulo inferior izquierdo:
“Dr Cajal [en rojo, sigue en negro] a mi querido
amigo P. Gil / J Sorolla Bastida [rúbrica] 1906”
Museo de Zaragoza, NIG: 51406
Pantorba 1953, nº 1980. Cat. BPS, nº 2021
Bibliografía:
Mauclair 1906, 126.
Pantorba 1953, I-101, repr. 67.
Pons-Sorolla 2001, repr. 244.
Pons-Sorolla 2005, repr 167.
Tomás; Garín 2006, 325, il. 103.
Tomás et. al. 2007, 38, 208 y 210.
Exposiciones:
1906 París, Galerías Georges Petit, nº cat. 437.
1997 Madrid, Centro Cultural del Conde Duque.
1998 Zaragoza, Museo Camón Aznar.
2009 Madrid, Museo Nacional del Prado nº cat. 56.
| ÍNDICE
|
|
19 Joaquín Sorolla y la Medicina
Alejandro Font de Mora Turón
Felipe V. Garín Llombart
|
71 Referencias bibliografícas y
exposiciones citadas
|
117 Versión inglesa
|
75 Versión valenciana
Las últimas décadas del siglo XIX fueron especialmente importantes, entre una gran cantidad de
acontecimientos que conformaron la contemporaneidad, por los avances en los campos de la ciencia y de la medicina que, en buena parte, explican
el crecimiento demográfico producido desde entonces. En este contexto, la figura del médico es
considerada como la personificación del progreso,
como un profesional que contribuye a cambiar
para bien la vida de las personas. Por eso, las artes, y especialmente la pintura, se abrieron generosamente a esta temática y ayudaron a afianzar
esta idea vinculada al desarrollo científico.
Joaquín Sorolla, como testigo de excepción
de todas estas transformaciones sociales, pintó un
número notable de obras dedicadas a la enfermedad y a la medicina, así como retratos de diversos
profesionales. Muchos de ellos amigos suyos, que
destacaron en este campo durante aquellos años,
y que él consideró representativos de la intelectualidad española del momento, junto a figuras como
Galdós, Baroja o Azorín. Médicos como Marañón,
Ramón y Cajal o Simarro que, desde entonces, han
sido considerados iconos de una España que se incorpora al desarrollo científico del mundo avanzado.
Precisamente en Joaquín Sorolla y la Medicina. Retrato de Ramón y Cajal, título de la nueva
actividad expositiva promovida por el Consorcio de
| 14 |
Museos a través de su Institución Joaquín Sorolla
de Investigación y Estudios, el visitante puede apreciar el intenso y a todas luces fascinante trasfondo
que el cultivo de la ciencia en general y el ejercicio de la medicina en particular desplegaron en la
Valencia alfonsina. Un trasfondo en el que jugaron
un papel determinante exponentes de la talla de
Santiago Ramón y Cajal, cuyo retrato, pintado por
el maestro al poco de ser galardonado con el Nobel,
constituye la pieza protagonista de la muestra.
Invito por todo ello al público que asiste
con regularidad a nuestras exposiciones a participar de esta interesante actividad, en la que se
constata una vez más la destreza, intuición e inagotable curiosidad de quien al ampliar hasta el
máximo las fronteras del arte se convirtió, por derecho propio, en uno de los protagonistas ineludibles de la cultura española de entre siglos.
Sirva, además, la misma para dar inicio al
programa conmemorativo que la Generalitat va a
impulsar a lo largo de este año, en el cual celebramos el 150º aniversario del nacimiento de nuestro
artista más universal e intérprete por antonomasia de la luz y el ambiente mediterráneos.
| PAlberto Fabra Part
G
residente de la
eneralitat
| 15 |
Valenciana
Impulsada por la Generalitat Valenciana dentro
del Consorcio de Museos de la Comunitat Valenciana, la Institución Joaquín Sorolla de Investigación y Estudios viene realizando desde hace unos
años una notable labor por dar a conocer al público valenciano la figura de Sorolla y de su contexto
histórico, cultural y artístico, a través de exposiciones monográficas sobre un aspecto o una obra
concreta que se completan siempre con la publicación de una investigación referida a la muestra.
En esta ocasión, la exposición y el libro
Joaquín Sorolla y la Medicina se centran en la relación que mantuvo el pintor a lo largo de toda su
vida no sólo con destacados médicos y científicos
sino con ciertas enfermedades propias de su época. En la obra de Sorolla existe un número notable
de piezas maestras dedicadas a la enfermedad y
sus paliativos, junto a algo más de una docena de
retratos de profesionales de la medicina, entre los
que destaca el retrato que hizo del premio Nobel
Santiago Ramón y Cajal y que podemos admirar
ahora en la sala de la Institución Sorolla en el
Centro del Carmen, junto a materiales didácticos
y reproducciones de obras que ilustran la fructífera e intensa relación del artista con el entorno
científico y médico de su época.
Qué mejor celebración del 150 aniversario
del nacimiento de Joaquín Sorolla que conmemo-
| 16 |
ramos el presente año, que con la promoción e impulso de este tipo de muestras e investigaciones
que las acompañan, porque no sólo sirven para
dar a conocer mejor a los valencianos aspectos
poco conocidos de uno de los grandes maestros
de la pintura española y del arte valenciano; sino
que nos permiten adentrarnos a través de una
mirada retrospectiva en la ingente obra del mismo desde ópticas diversas, todas ellas enriquecedoras y únicas.
| CMaría José Catalá
E
onsellera de
ducació,
| 17 |
Cultura i Esport
Font de Mora Turón
| Alejandro
| Felipe V. Garín Llombart
Introducción
Desde que en el mundo clásico con Hipócrates
(s. V a.C) o Galeno (s.II d.C) se fue imponiendo la
medicina racional —como consecuencia del razonamiento lógico— frente a la asclepiana1 —que
compaginaba ciencia con creencias— el estudio
del hombre y de su salud avanzó a grandes pasos, profundizando en temas como la circulación
de la sangre, los humores humanos, la anatomía
e incluso el alma, situándola en el terreno de las
facultades de la mente.
Si arrancamos desde tan atrás es para
darle consistencia histórica al hecho de que, con
altibajos significativos, la ciencia médica ha sido
1. La medicina asclepiana toma su nombre de la mitología griega. Asclepios —Esculapio para los romanos— era la deidad de
las artes de la medicina y la curación.
| 19 |
Joaquín Sorolla y la Medicina
un continuum. No obstante es en el siglo XIX cuando, por una serie de circunstancias no ajenas al
racionalismo de los siglos anteriores, la medicina
da un impulso de gigante en su permanente avance hacia la mejora de la salud humana.
Joaquín Sorolla vivió entre 1863 y 1923,
más por tanto en el siglo XIX que en el XX, y el siglo XIX fue, en expresión de López Piñero —cuyo
esquema expositivo seguimos en este trabajo— el
de la constitución de la Medicina Contemporánea…
cuyos elementos fundamentales se han mantenido
vigentes hasta la actualidad como uno de los factores de su continuidad histórica, a pesar de la acelerada tendencia a que la información científica caiga
en desuso (obsolescencia) en plazos muy cortos de
tiempo (López Piñero 2002, 435 y ss).
Durante la vida del pintor se asistió al advenimiento de un número considerable de avances médicos que, bien por sí mismos, bien porque
abrieran camino a ulteriores hallazgos, supusieron hitos trascendentales de la medicina. La sociedad de la época fue consciente de este hecho
y por eso se asistió a un momento de ascenso del
prestigio social del médico, y ello pese a que el
arsenal terapéutico, visto con los ojos de hoy, era
relativamente limitado (pensemos, por ejemplo,
que hablamos aún de la “era pre—antibiótica” por
lo que las enfermedades infecciosas, tan frecuentes, eran difícilmente tratables y, a la vez, las infecciones suponían una formidable barrera para el
pleno desarrollo de la actividad quirúrgica).
Este prestigio social del médico recogía
elementos del individualismo romántico, fenómeno plenamente decimonónico, y tal vez por eso,
| 20 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
era inmune al hecho de que la medicina de calidad
era sólo accesible a las clases acomodadas, pues
la medicina social era absolutamente embrionaria en ese periodo y los más desfavorecidos solo
podían acceder a la medicina en condiciones de
beneficencia. Esto era particularmente así en lo
que se refiere a la cirugía: el “ahorrar para una
operación” era una conducta generalizada entre
la población con escasos recursos, y es una expresión que aún recordamos los que conservamos
memoria de los años cincuenta del siglo pasado,
del siglo XX, en el que aún no se había desarrollado en plenitud el sistema de medicina social que
hoy disfrutamos y que, precisamente, encuentra
una de sus motivaciones iniciales en hacer posible
la atención quirúrgica entonces tan costosa, inalcanzable para muchos, salvo, como se ha indicado, en centros de beneficencia pública o privada.
Los médicos de la época eran conscientes
de sus crecientes posibilidades de actuación y, a
pesar de sus objetivas limitaciones, podemos decir
que el periodo que analizamos es de “optimismo
médico” incubado al socaire de los nuevos avances. Con todo, el corporativismo médico estaba
bien presente y no es raro encontrar quejas sobre
el “excesivo” número de médicos. Así Simonena
(1861—1941), un célebre catedrático de Patología
Médica de la Universidad Central, hablaba de que
la medicina adolecía del “vicio de la concurrencia”.
Asimismo, también el conocimiento de
los avances podía producir malestar profesional
cuando no se disponía de los mismos, sobre todo
en el medio rural. Un médico personal y amigo de
Sorolla, el Dr. González, que ejercía en la Jávea de
entonces, escribía en 1917:
| 21 |
Joaquín Sorolla y la Medicina
|
1. Joaquín Sorolla Bastida
¡Triste herencia!, 1899
Colección Bancaja
2. Joaquín Sorolla Bastida
Pillos de playa. Estudio para ¡Triste herencia!, 1897
Museo de BBAA de Asturias, colección Pedro Masaveu
|
| 22 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
La falta de microscopios y de laboratorios en los
partidos médicos rurales, nos impide agregar a
estos apuntes las pruebas que pudiéramos llamar
exactas, como son las obtenidas a beneficio de la
experimentación (Crf. Codina Mas 2010, 85).
A pesar de su ejercicio rural, que implicaba una menor competencia, también se quejaba del “excesivo número de médicos”(ibíd. 83),
e intuía el cambio social que, a pesar del escaso
desarrollo de los sistemas asistenciales se estaba produciendo:
la profesión médica ha sufrido una verdadera
revolución en los treinta años últimos, debido
no solo a los progresos de la ciencia, sino a las
profundas modificaciones del Estado social. Las
obras de solidaridad se multiplican y en todas
partes se hacen soberanos esfuerzos para mejorar las duras condiciones de vida obrera, teniendo
en ello principalísimo papel el médico (ibíd. 82).
Es en esa centuria cuando Joaquín Sorolla vivió y cuando precisamente realizó algunas
de sus obras, como Una investigación en 1897
o Triste herencia en 1899 (il. 1 y 2). Estas obras
muestran claramente no solo su sensibilidad y
admiración hacia el saber humano sino también
la buena relación del pintor con los intelectuales del momento —entre ellos médicos importantes— y que la admiración por esta rama del
saber no fue solamente por los problemas personales o familiares de Sorolla, de los que hablaremos, sino por su postura hacia la ciencia y
concretamente por su ideología muy próxima a la
Institución Libre de Enseñanza y a sus más significativos responsables, como pudieran ser Giner
| 23 |
Joaquín Sorolla y la Medicina
de los Ríos o Joaquín Costa, y entre sus amigos
médicos Simarro (il. 3), Achúcarro, Madinaveitia
o el republicano valenciano Rafael Cervera. Todos ellos andaban comprometidos con la renovación educativa y cultural de España, en un intento
inspirado en la filosofía de Krause, defendiendo
la libertad de cátedra y una enseñanza al margen
de cualquier dogma oficial.
La medicina en el siglo XIX.
El contexto de Sorolla
La época de Sorolla fue muy fértil en cuantos campos del saber médico se analicen. En ciencias básicas como la fisiología y las ciencias morfológicas
hay que anotar que teniendo Sorolla 15 años fallecía Claude Bernard (1813-1878), introductor de
concepto “medicina experimental”, que culmina
un movimiento iniciado en el siglo XVII por Boyle,
Harvey y otros, y que basa el conocimiento en la
comprobación por medio de la experimentación.
La vida de Sorolla coincide con las de
Brown-Séquard (1817-1894) estudioso de las
funciones endocrinas, Cannon (1871-1945) creador del concepto”homeostasis” o equilibrio del
medio interno, el ruso Pavlov (1849-1936) que
estudió el reflejo condicionado con sus célebres
experimentos (1903) o con la de Starling (18601924), su estricto contemporáneo, que introdujo
el concepto y término de “hormona”, por citar
solo alguno de los ejemplos. A partir de aquí se
desarrolló la endocrinología, cuyo introductor
en España fue Gregorio Marañón, también médico de familia del pintor y a quien éste retrató.
Algunos conocimientos que quizás podían haber
beneficiado a nuestro pintor llegaron a finales
| 24 |
Alejandro Font de Mora
|
|
F e l i p e V. G a r í n
3. Joaquín Sorolla Bastida
El doctor Simarro, 1896
Madrid. Universidad Complutense
de su vida; así en 1923, el último año de la vida
de Sorolla, se descubrió la insulina por Banting
(1891-1941) y Best (1899-1978).
Especial relación tuvo nuestro pintor con
toda una generación de histomorfólogos que
marcan un momento relevante de la historia de
la ciencia española: Simarro (1851-1921), quien
enseñó a Cajal las novedosas técnicas tintoriales de Golgi (1852-1934), fue su amigo personal
—ambos eran de origen valenciano— y lo retra| 25 |
Joaquín Sorolla y la Medicina
|
4. Joaquín Sorolla Bastida
Una investigación. El Dr. Simarro en el Laboratorio, 1897
Madrid, Museo Sorolla
tó en varias obras, incluida la célebre y ya citada Una investigación (il. 4), en la que se dice que
podría aparecer alguno de los discípulos de ambos histólogos, como Río Hortega (1892-1948),
Achúcarro (1880-1918) y Lafora (1886-1971). Todos ellos aportaron un importantísimo caudal al
conocimiento de la organización morfológica del
sistema nervioso. Sus trabajos valieron a Ramón
y Cajal (1852-1934; il. 5 y 6) que le fuera concedido el Premio Nobel en 1906, conjuntamente con
Golgi, ya citado.
Pero si en alguna rama del saber médico
se produjeron amplios y espectaculares avances
| 26 |
Alejandro Font de Mora
|
|
F e l i p e V. G a r í n
5. Santiago Ramón y Cajal
Esquema del cerebelo, publicado por primera vez en 1895
Legado Cajal. Instituto Cajal (CSIC). Madrid
durante la vida de Sorolla, ésta fue la microbiología. El conocimiento de los agentes patógenos
infecciosos, los microbios, vivió una auténtica revolución que modificó los hábitos higiénicos, desarrolló la prevención mediante las vacunas, contempló los inicios de la terapéutica antibacteriana
y, sobre todas las cosas, sentó las bases para que
en el siglo siguiente, el XX, se iniciara la era antibiótica a partir del descubrimiento de la penicilina
por Fleming (1881-1955) en 1929 y de su introducción en la clínica a partir del estudio de los procesos para su producción industrial por Florey y
Chain (1940). Los tres recibieron el Premio Nobel
de Medicina en 1945.
| 27 |
Joaquín Sorolla y la Medicina
|
6. Santiago Ramón y Cajal en 1906.
Legado Cajal. Instituto Cajal (CSIC). Madrid
Previamente al conocimiento de la transmisión microbiana de las enfermedades infecciosas, en la primera mitad del siglo XIX, se elaboró
la teoría miasmática. Según ella, los miasmas
eran efluvios o emanaciones patógenas responsables del contagio de las infecciones. Aunque falsa,
esta teoría indujo efectos positivos al promover
la higiene pública, el saneamiento urbano con el
desarrollo de redes de alcantarillado, el abastecimiento de aguas y las medidas profilácticas a
| 28 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
través de la limpieza general y del aseo personal.
La hipótesis miasmática influyó incluso en la arquitectura y el urbanismo y así podemos observar en las construcciones decimonónicas altas
puertas, amplios ventanales y habitaciones con
buenas condiciones de ventilación e insolación de
las viviendas, así como nuevos barrios de planificada regularidad. Aún persisten en algunos pueblos de nuestro entorno hábitos derivados de este
pensamiento médico, como el de fregar con agua
y lejía los suelos de las casas e incluso las aceras correspondientes a las mismas, reminiscencia de ordenanzas urbanas dictadas con ocasión
de las epidemias decimonónicas (cólera, fiebre
amarilla, etc.). Se crearon en esta época cátedras
de higiene, algunas de ellas ocupadas en España
por médicos relacionados con Sorolla, como el valenciano Amalio Gimeno o el castellonense Forns
Romans. El más destacado representante de esta
corriente fue Pettenkofer (1818-1901) quien en su
encendida defensa de la teoría miasmática llegó a
ingerir, en una sesión pública de la Academia, un
cultivo puro de vibrión colérico (el agente del cólera descubierto por Koch en 1883) para demostrar
la falsedad de la transmisión por microbios, sin
que nada le ocurriese (sin duda por la hiperacidez
gástrica que acompañaba a su volcánico temperamento y que debió inactivar al vibrión).
A pesar de estas resistencias académicas,
los trabajos de dos importantes figuras, cuyas vidas
coinciden en parte con la de Sorolla, como fueron
Pasteur (1822-1895) y Koch (1843-1910) y sus múltiples colaboradores y alumnos que continuaron
sus trabajos, consiguieron asentar definitivamente
la veracidad de la transmisión microbiana de las
enfermedades infecciosas, propiciando un auténti| 29 |
Joaquín Sorolla y la Medicina
co alud de descubrimientos en este campo, del que
se incluyen algunos ejemplos en el siguiente cuadro (página 31), sin ánimo de exhaustividad.
El mejor conocimiento de las bacterias
permitió la elaboración de vacunas utilizando
gérmenes inactivados, o muertos, o extractos de
los mismos, alcanzando así el sueño de prevenir
las infecciones iniciado por Jenner con su vacunación antivariólica a finales del siglo XVIII (1796).
En este campo tuvo importante protagonismo Jaime Ferrán (1851-1929), contemporáneo de Sorolla, que elaboró la vacuna anticolérica utilizada en
la epidemia de Valencia de 1885. Es seguro que
Sorolla se debió sentir especialmente concernido
por el desarrollo de estas vacunas, ya que como
se explicará más adelante, sus padres fallecieron
de cólera. A continuación se relacionan algunas
de las principales vacunas que Sorolla vio surgir a
lo largo de su vida.
Anticolérica
Jaime Ferrán
1885
Antirrábica
Pasteur
1885
Antitetánica (suero)
Behring y Kitasato
1890
Antidiftérica
Behring
1891
Antitífica
Pfeiffer y Kolle
1896
A finales del siglo XIX se conoció también la
existencia de agentes infecciosos de menor tamaño que las bacterias y que por ello no eran visibles
con los microscopios de la época, ni eran retenidos por los filtros de porcelana. Estos “virus filtrables” debieron esperar al siglo siguiente para ser
adecuadamente conocidos y prevenidas y tratadas
las infecciones por ellos producidos.
| 30 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
ALGUNOS DESCUBRIMIENTOS MICROBIOLÓGICOS:
1850-1905 *
GERMEN
DESCUBRIDOR
Bacillus
Anthracis
Davaine
Rayer
1850
Carbunco
Mycobacterium
Leprae
Hansen
1874
Lepra
Neisseria
Gonorrhoeae
Neisser
1879
Gonococcias
Estreptococo
Pasteur
1879 Estreptococcias
Estafilococo
Pasteur
1880 Estafilococcias
Salmonella Typhi
Eberth
1880
Neumococo
Pasteur
Roux
Chamberland
Mycobacterium
Tuberculosis
Koch
1882
Tuberculosis
Vibrio Comma
Koch
1883
Cólera
Clotridium Tetani
Nicolaier
1884
Tétanos
Corynebacterium
Diphteriae
Klebs
Löffler
1885
Difteria
Brucella
Melitensis
Bruce
1886 Fiebre de Malta
Meningococo
Weichselbaum
Yersinia Pestis
Yersin
1894 Peste bubónica
Shigella
Dysenteriae
Shiga
1898
Disentería
Bordetella
Pertussis
Bordet
Gengou
1901
Tos ferina
Treponema
Pallidum
Schaudinn
Hoffmann
1905
Sífilis
* Extractado de Dumas 1967.
| 31 |
AÑO ENFERMEDAD
Tifus
1881 Neumococcias
1886
Meningitis
Joaquín Sorolla y la Medicina
Durante la época de Sorolla nacieron también los análisis clínicos tal como ahora los entendemos. A partir de 1858 Hoppe-Seyler (1825-1895)
introdujo la espectroscopia de la hemoglobina;
el mismo año Vierordt empleaba el recuento de
hematíes. En 1879 Ehrlich practicó el recuento
diferencial de leucocitos que en 1912 Schilling
perfeccionó con la introducción de la fórmula leucoucitaria. En 1913 Bang medía la glucosa eliminada por la orina y Van den Bergh la bilirrubina
sérica. Cabe citar también la medición de la velocidad de sedimentación globular introducida por
Fahraeus en 1918 y por Westergren en 1921.
Los intentos de objetivar los hallazgos de
la exploración clínica dieron lugar a partir de mediados de siglo a que Wunderlich (1815-1877) sistematizara el estudio de la fiebre con la medición
sistemática de la temperatura mediante calorímetros (termómetros) introduciendo los gráficos
de temperatura que aún perduran y describiendo las curvas térmicas típicas de numerosas
enfermedades. En la misma línea se profundiza
en el estudio objetivo del pulso y la tensión arterial con el esfigmomanómetro de Potain (18251901), de 1889, y el de columna de mercurio de
Riva-Rocci, de 1896, hasta que a partir de 1905
Korotkov (1874-1920) introdujera la medición de
las tensiones arteriales máxima y mínima por
utilización combinada del esfigmomanómetro y
la auscultación del pulso en la arteria braquial,
que es como se ha venido haciendo hasta la introducción en los últimos años de los tensiómetros
automáticos. Einthoven (1869-1927) introdujo la
moderna electrocardiografía en 1901 y aproximadamente en ese tiempo Berger (1873-1941) la
electroencefalografía.
| 32 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
Otro avance importantísimo que, sin duda,
le debió ser aplicado a Sorolla y a algunos miembros de su familia fueron los rayos X, descubiertos por Roentgen (1845-1923) en 1895. La primera
radiografía se efectuó en 1896 y fue la de la mano
del morfólogo Kölliker. Su introducción en la clínica, a pesar de las inevitables reticencias, fue rápida, creándose la primera cátedra de Radiología
en 1919; fue desempeñada por Albers-Schönberg
(1865-1921). A partir de ese año la multiplicidad
de técnicas exploratorias radiográficas sufre una
auténtica eclosión. Se introduce la papilla de bario
para explorar el tubo digestivo; en 1919 Cole y Graham practicaron la primera colecistografía y Dandy
iniciaba la neurorradiología con las primera ventriculografías y neumoencefalografías.
Las fronteras que impiden el conocimiento directo de las lesiones fueron cayendo una tras
otra, al socaire del perfeccionamiento técnico del
diseño y construcción del aparataje correspondiente. La siguiente tabla recoge algunos de los ingenios que los médicos fueron desarrollando, y ello a
pesar de que el desconocimiento de los antibióticos
limitaba en muchos casos el uso de los más invasivos, por el omnipresente riesgo de infección.
APARATO
AÑO DE
INTRODUCCIÓN
Oftalmoscopio
1850
Helmoltz
Cistoscopio
1853
Desormaux
Laringoscopio
1855
Manuel García
Rinoscopio
1860
Czermak
Otoscopio
1860
Von Tröltsch
Rectoscopio
1889
Nitze
Laparoscopio
1902
1910
Kelling
Jacobaeus
Artroscopio
1921
Bircher
| 33 |
AUTOR
Joaquín Sorolla y la Medicina
En otro orden de cosas señalemos que
Sorolla pudo, sin duda, tener noticia del avance
registrado en el conocimiento de las enfermedades del sistema nervioso a partir de 1870 por las
aportaciones de Charcot (1852-1893), al que se
considera iniciador de la moderna psiquiatría por
sus estudios sobre la histeria. Su discípulo Freud
(1856-1939) introdujo el psicoanálisis y las técnicas psicoterapéuticas a partir de 1895.
Quizá tan brillante cuadro de hallazgos se
vea parcialmente ensombrecido por el hecho de
que los avances terapéuticos no fueron a la misma velocidad, y aunque se obtuvieron o purificaron diversos derivados de vegetales (por ejemplo
los alcaloides del opio) y se introdujeron nuevos
agentes químicos,2 como el acido salicílico (Kolbe, 1859), el ácido acetil salicílico (Dreser, 1899)
para las enfermedades reumáticas y los arsenicales Salvarsan y Neosalvarsan como antisifilíticos (Ehrlich, 1910-12), no se llegó a disponer de
fármacos anti-infecciosos realmente potentes.
Sorolla ni los conoció ni pudo beneficiarse de
ellos, pues, aunque cimentados en los conocimientos previos, son ya fruto de los últimos dos
tercios del siglo XX. Así las sulfamidas aparecen
en 1935, los antituberculosos isoniazida y PAS en
1946, y la penicilina, que abre la esplendorosa
era antibiótica, a partir de 1940.
2. Sorolla cita en sus cartas el uso de diversos medicamentos
como la antipirina, salicilato o aspirina y quinina, a los que recurría para combatir sus refriados, dolores de cabeza y de estómago. En junio de 1912 da noticia de recurrir a la quinina como
precaución antes de visitar un pueblo de Salamanca en el que
había un brote de paludismo (cfr. Lorente; Pons-Sorolla; Moya
2008, carta 20).
| 34 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
La cirugía por su parte experimentó un auténtico avance sin precedentes con el uso de los
anestésicos. El éter fue introducido por Morton
(1819-1868), que era dentista, en 1846; con su uso
fue practicada la primera operación quirúrgica
con anestesia por Warren en el mismo año. Un año
más tarde, en 1847, Simpson introdujo el cloroformo como anestésico. En 1871 se introdujo el protóxido de nitrógeno. Clover y Bert en 1876 comenzaron a aplicar anestésicos mixtos con protóxido
de nitrógeno y éter. Koller introdujo la anestesia
local en 1884. En la lucha contra la hemorragia
quirúrgica, al margen de la multiplicidad de aparatos diseñados para el pinzamiento de los vasos,
el avance definitivo fue la transfusión sanguínea,
que se hizo posible a partir de 1901 por los estudios de Landsteiner sobre los grupos sanguíneos.
La infección postquirúrgica se empezó a combatir
por Semmelweis (1818-1865) en Viena mediante
la desinfección previa de las manos de cirujanos
y enfermeras (1847); pero la introducción definitiva de la profilaxis anti-infecciosa en cirugía fue
obra de Lister (1827-1912), que a partir de 1859
comenzó a plantearse el uso de agentes químicos
con tal finalidad, para lo cual eligió el ácido fénico.
A pesar de las iniciales reticencias, la práctica de
la antisepsia quirúrgica se extendió rápidamente
a partir de las publicaciones de Lister en 1867,
por su éxito al reducir drásticamente la mortalidad postquirúrgica. A partir de 1878 se introdujo
la asepsia quirúrgica por von Bergmann mediante
la esterilización del vapor y uso de guantes y ropa
esterilizada. Partiendo de estos avances el último
tercio del siglo XIX y el primero del XX son testigos
del desarrollo de cada vez más osadas técnicas
quirúrgicas y constituyen lo que algunos han dado
en llamar “El siglo de la cirugía”.
| 35 |
Joaquín Sorolla y la Medicina
|
7. Antonio Ferré
Cruz del Cólera, 1892
Cementerio Municipal de Valencia
La salud de Joaquín Sorolla
Es gracias a la abundantísima correspondencia
del pintor publicada en los últimos años3, tanto
con su mujer como con su amigo Pedro Gil Moreno de Mora, como podemos conocer los detalles
de su vida, en este caso los vinculados a lo médico.
El padre de Sorolla, Joaquín Sorolla Gascón,
era comerciante de tejidos y oriundo de Cantavieja
(Teruel); bajó —como decimos los valencianos—
3. Cfr. los tres tomos de los Epistolarios de Joaquín Sorolla, publicados en la editorial Anthropos por la Generalitat Valenciana:
Tomás; Garín; Justo; Barrón 2007. Lorente; Pons-Sorolla; Moya
2008 y Pons-Sorolla; Lorente 2009.
| 36 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
hacia nuestra capital como tantos otros turolenses,
donde contrajo matrimonio en 1862 con Concepción
Bastida Prat, valenciana de origen catalán. Nuestro
artista nacería a los nueve meses de la boda, el 27
de febrero de 1863; su hermana Concepción un año
y medio después.
En 1865 y con una diferencia de tres días
—el 25 y el 28 de agosto— fallecen los padres a
consecuencia una epidemia de cólera, siendo acogidos y adoptados los niños por una hermana de
la madre —Concha Bastida— y su marido José Piqueres, oficial de cerrajería, con modesto taller en
nuestra ciudad. Sorolla, aún queriéndolos mucho,
no duda en decirle a su mujer en 1907 en una de
sus cartas:
eres mi carne, mi vida, mi cerebro y … llenas el
vacío de mi vida de hombre, sin afectos de padre
y madre que no tenía antes de conocerte … eres
mi ideal perpetuo y sin ti nada me importaría
(cfr. Pons-Sorolla; Lorente 2009, carta 218).
Las epidemias de cólera eran frecuentes
en el mundo, en España y aun en Valencia a lo
largo de la historia y concretamente en el siglo
XIX por la mayor movilidad de los habitantes. La
de 1865 en Valencia está dentro de una pandemia
surgida entre 1863 y 1873 y parece ser que entró
en España por el puerto de Valencia procedente
de La Meca, en Arabia. En el caso de Valencia fue
muy intensa aunque no hay datos exactos porque
las autoridades trataron de disminuir su importancia y extensión. Entre Valencia y su provincia
pudieron morir más de 15.000 personas, y en
España más de 100.000. En el cementerio de Valencia precisamente existe un amplio rectángulo
| 37 |
Joaquín Sorolla y la Medicina
de más de 15.000 metros cuadrados centrado
por la llamada Cruz del cólera (il. 7) y limitado
por uno de los más bellos pórticos dóricos del
siglo XIX español, donde se fueron enterrando en
fosas comunes los fallecidos de esa y de otras
epidemias posteriores, sobre todo la sobrevenida
en 1885. La disposición municipal justificaría las
obras de ampliación basándose en la necesidad
de … mejorar la mala conservación del cementerio
debida en parte a las azarosas circunstancias de la
pasada epidemia.
Joaquín Sorolla tuvo problemas de uretra
—fue operado en Biarritz en 1906— tal vez por una
afección prostática. Fue tratado habitualmente
por los doctores Albarrán y Lluria. Gráficamente,
en su estilo llano decía en su cartas que le introducían sondas cada vez más anchas para desatascar el conducto.
Tenía, y no es para menos, pánico por la
epidemia de la mal llamada gripe española de
1918 y de hecho, aunque visita Elche, el gran
panel de las palmeras de la Visión de España lo
pintará en un huerto de Alicante, como queda de
manifiesto en su correspondencia con Clotilde.
Por ejemplo, el 7 de octubre de 1918 le dice
la epidemia está fuerte en Elche, pero yo no entraré en el pueblo; de la estación me iré al huerto de palmeras y espero poder regresar a Alicante a las 12 (cfr. Lorente et. al. 2008, carta 459).
Es sin duda el cansancio, el agotamiento y
el estrés de su actividad incansable, sus viajes a
Paris, Londres, Estados Unidos, etc. incrementado
todo ello desde 1912 a 1920 por el permanente via| 38 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
je peninsular para pintar el ingente encargo de Mr.
Huntington para la gran sala de la Hispanic Society
of America lo que aceleró su accidente cerebrovascular de 1920. Ciertamente ya había tenido un
amago en 1915 y en sus cartas de los últimos años
cita constantemente dolores de cabeza y esfuerzos
parciales para disminuirlos. Pero nuestro pintor
era de un carácter tan vital y mediterráneo que no
podía evitar disfrutar de la comida, de la bebida y
del tabaco. Sirva un ejemplo: carta a Clotilde en
noviembre de 1907:
Acabo de comer: He tenido paella con caracoles,
anguila, tavelletes, etc… estaba bien; después
pescado, chuletas y postres (cfr. Pons-Sorolla;
Lorente 2009, carta 208).
Bien es cierto que era muy respetuoso
con las opiniones de sus amigos médicos, pero
tal vez, pensamos, los aparatos medidores de
la tensión arterial le llegaron a Joaquín Sorolla
algo tarde … amaneció lloviendo y yo con dolor de
cabeza… (enero 1919), … estoy mareado y no sigo
escribiendo… el mareo me sigue aún, no tan fuerte
como en Madrid… aún me resiento de algún pequeño mareíto y hoy he suprimido el tabaco… (mayo
1919); … ayer trabajé demasiado y sentí algo de
vértigo qué calmé con una copita de jerez… (junio
1919); … en este cuadro que empecé angustiado
por los mareos…” (1 julio 1919). Menos de un año
después, el 17 de junio de 1920, mientras pintaba
en el jardín de su casa el retrato de la esposa de
Ramón Pérez de Ayala, sufrió un accidente cerebrovascular que le impidió continuar con su vida
activa para fallecer tres años después, en agosto
de 1923. En la segunda quincena de noviembre de
1920, pocos meses después del grave problema,
| 39 |
Joaquín Sorolla y la Medicina
le escribía, con letra temblorosa, una carta a su
amigo Pedro Gil—Moreno de Mora, que denotaba
claramente su desánimo:
grandes fatigas me cuesta escribirte y si yo tuviera alma fuerte ya hubiera punto final, pero
Dios no quiere y bendito sea su santo nombre
que me aparta de tanto horror… ando muy atribulado, para mí, ando cojo y muy, muy cansado
y triste, tú me animas a lo que hizo Vierge4; yo
no tengo valor para tanto, tú me confundes (cfr.
Tomás et. al. 2007, carta 472).
La pregunta final de este apartado sería,
¿se refleja ese progresivo deterioro en sus cuadros? Si la respuesta es referente a sus grandes
obras, en absoluto. Ayamonte. La pesca del atún, el
último de la serie de la Hispanic Society of America, terminado el día 29 de junio de 1919, es sin
duda el mejor de todos y una de las grandes obras
de la pintura española y aún europea del siglo XX.
En sus autorretratos quizás sí. El que se incluye
en su obra El Patronato del Museo del Greco, realizado entre 1918—1920, responde a una imagen
avejentada, aunque de mirada firme al frente. Es,
sin embargo, en sus fotos familiares donde se observa la grave enfermedad. Las que tiene posando
con su familia son un claro ejemplo de ello y al
tiempo, de la tristeza en el rostro de Clotilde, su
queridísima Clota (il. 8).
4. El pintor Daniel Urrabieta Vierge (1851-1904) padeció una
hemiplejía antes de cumplir los treinta años; tras el accidente
aprendió a utilizar la mano que conservaba movilidad y siguió
pintando. Pedro Gil animaba a Sorolla en una de sus cartas a
seguir su ejemplo (cfr. Tomás et. al. 2007, 352-353).
| 40 |
Alejandro Font de Mora
|
|
F e l i p e V. G a r í n
8. Atribuido a Campúa
Joaquín Sorolla i Clotilde García, 1922.
AFMS, 80377
La salud de la familia de Sorolla
Del mismo modo que decíamos que a través de
sus cartas conocíamos los detalles de su salud,
de igual manera podemos hablar de los problemas médicos de su familia. Ninguna referencia
médica digna de mención en cuanto a su esposa
Clotilde García del Castillo, dado que solo hay en
sus cartas algunas aisladas citas sobre circunstanciales agotamientos explicables o enfermedades livianas.
| 41 |
Joaquín Sorolla y la Medicina
Casos bien distintos son sus hijos, al menos los dos mayores.
María Clotilde nació el 13 de abril de 1890 y
estuvo delicada desde el principio. El cariño de Sorolla hacia ella se desborda desde su nacimiento, y
así se refleja en las cartas “…muchos besos a la rata
María Clotilde…” “… besos a mis dos clotildes…”.
María tuvo una otitis crónica, de la que fue
tratada sistemáticamente por el Dr. Forns, pero
fundamentalmente toda su vida estuvo marcada
por una tuberculosis que no le impidió hacer una
vida relativamente normal; es decir, pudo casarse
—con un interesante pintor, discípulo de Sorolla,
Francisco Pons Arnau—, tener descendencia sana
y también dedicarse a la pintura. En las cartas de
Sorolla la preocupación por la salud de María es
permanente, y aunque no se cita literalmente el
nombre de la enfermedad, considerada en su época vergonzante, la vida de la familia se vio siempre
condicionada por ella. Las referencias y las preguntas sobre la evolución de la misma, con altibajos constantes, la presencia permanente de los
mejores médicos, amigos de Sorolla y excelentes
profesionales, la búsqueda de parajes secos y adecuados para conseguir una estabilización o mejora de su salud —El Pardo, la sierra de Madrid— y
cómo no, el reflejo de esas estancias en fotografías o en cuadros del propio Sorolla, es algo inevitable. Cuadros de 1907 como María convaleciente
o La convalecencia de mi hija. María enferma en el
Pardo5 (il. 9-11) son de los más delicados e íntimos
5. Sorolla le regaló a su amigo Simarro uno de estos trabajos:
Retrato de María, hija de Sorolla, con la sierra al fondo, hoy en la
colección de la Universidad Complutense de Madrid.
| 42 |
Alejandro Font de Mora
|
|
F e l i p e V. G a r í n
9. Joaquín Sorolla Bastida
María convaleciente, 1907
Museo de BBAA de Valencia
10. Joaquín Sorolla Bastida
La convalecencia de mi hija. María enferma en el Pardo, 1907
Colección particular
11. Joaquín Sorolla Bastida
Retrato de María, hija de Sorolla, con la sierra al fondo
Madrid, Universidad Complutense
|
|
| 43 |
Joaquín Sorolla y la Medicina
del pintor, preocupación e intimidad que refleja en
su correspondencia: “… María durmió bien, pero ha
empezado a estar mal de lo suyo, ayer mismo…” (cfr.
Lorente et. al. 2008, carta 108); “…anoche vi a Madina6 y Simarro, (il. 12 y 13 se alegraron mucho de que
esté mejor, pero Madina gruñó mucho de que María
jugara al golf, son muy exagerados …” “… estoy de
médicos hasta la coronilla y créeme los mandaría
a la puñeta…” (Pons-Sorolla; Lorente 2009, carta
186). De hecho la casa de Cercedilla —donde años
más tarde moriría el propio pintor— se la compró
a María, donde vivió varios años con el fin de que
tuviera el ambiente propicio para no recaer.
Joaquín Sorolla García nació el 8 de noviembre de 1892, y no tuvo una vida larga, muriendo en
1948. Especialmente querido por su madre —era
el hijo varón— fue siempre una persona de selecta vida social, cuidadoso en su persona y atuendo,
representa sin duda un claro ejemplo de personaje
de la belle époque: viajero, estudiante irregular y
amante de la vida, no llegó a casarse, aunque tuvo
amoríos y enamoramientos frustrados. Se enamoró de la famosa cantante Raquel Meller —que se
llamaba en realidad Francisca Marqués y había nacido en Tarazona en 1888—; Sorolla la retrató en
1918. Ella nunca mostró interés sincero por Joaquín
y eso, y su propio carácter, le provocaron depresiones constantes y de difícil cura, de las que le trató
en sus momentos más agudos el propio Gregorio
Marañón. El pintor y Clotilde sufrían mucho por las
crisis de su hijo, sobre todo cuando un accidente de
6. Se refiere al doctor Juan Madinaveitia; la amistad entre Sorolla y Madinaveitia se extendió a las familias de ambos, que manifestaban afecto mutuo en las cartas; los “madinas” son una
referencia frecuente en el epistolario entre Sorolla y su mujer.
| 44 |
Alejandro Font de Mora
|
|
|
F e l i p e V. G a r í n
12. María enferma en el Pardo con Elena, 1907
Archivo BPS
13. María convaleciente en el Pardo con sus padres, Aureliano
de Beruete y el doctor Simarro, 1907
Archivo BPS
| 45 |
Joaquín Sorolla y la Medicina
moto que tuvo en Londres en noviembre de 1913
permitió conocer que padecía sífilis.
Esta enfermedad, flagelo de occidente a
partir de la edad media tardía, no pudo ser controlada hasta la aparición y uso de los antibióticos.
Con anterioridad —y hasta ese momento— solo
se trataba con mercurio (de ahí la frase famosa
una noche con Venus y una vida con Mercurio), a pesar de sus graves efectos secundarios, uno de los
más visibles en las encías y los dientes. Aunque
también era considerada enfermedad vergonzante, y por tanto no aparece como tal en las cartas,
las que Sorolla dirige a Clotilde a partir de 1913
son muy expresivas:
sea lo que fuere yo no estoy contento y me repugna el pintar, eso pasará tan pronto de Joaquín tenga verdaderas y buenas noticias (cfr.
Lorente 2008 et. al., carta 113)
Recibo tus cartas, de las cuales saco en sustancia que Joaquín va mejor pero lentamente.
Todo sea por Dios. Lo importante es que vaya
reponiéndose. / Madina es de opinión que si
Joaquín no tiene calentura, y puede medio
soportar el viaje, que vengáis. Así me lo dijo
anoche. Pero dado el estado de debilidad,
puede no sea prudente (…) Lo de las encías es
debido al mercurio que le dieron y dice Madina
que es molesto, pero nada de particular (ibíd.
carta 114).
Como ya hemos apuntado en esas fechas
ya había aparecido el Salvarsan, un compuesto orgánico del arsénico, que daba resultados relativos
en el tratamiento de la enfermedad, pero hasta
| 46 |
Alejandro Font de Mora
|
|
F e l i p e V. G a r í n
14. Joaquín Sorolla Bastida
Joaquín Sorolla García sentado, h. 1917.
Museo Sorolla, nº inv. 1206
| 47 |
Joaquín Sorolla y la Medicina
la aparición de penicilina fue una enfermedad de
muy difícil curación.
Todo ello no impidió a Joaquín hijo seguir
siendo un personaje carismático, un dandi, en el
sentido que da el DRAE al término “hombre que
se distingue por su extremada elegancia y buen
tono”. Se puede apreciar en el retrato que Sorolla hace de su hijo en 1917 (il. 14) la opacidad y
color gris del rostro del joven; si bien pudiera ser
fruto de los efectos secundarios del tratamiento al
que se sometía, dota a Joaquín hijo de una belleza
enfermiza y distinguida. Joaquín donó su parte de
la herencia al museo que su madre había constituido con los bienes que le pertenecían; además
fue hasta su muerte en 1948 el primer director del
Museo Sorolla, desde que fue inaugurado en 1931
por el Presidente de la República.
Elena, la tercera hija de Sorolla, nacida el
12 de julio de 1895, no tuvo particulares problemas de salud, y sirvió eficazmente de apoyo a su
madre durante el permanente trabajo de su padre,
y especialmente cuando la acompañó en la larga
estancia que ambas permanecieron en Londres
en 1913, con motivo del accidente y enfermedad,
ya mencionados, de su hermano Joaquín.
Su padre, en las cartas a Clotilde, siempre
tuvo cariñosos recuerdos para su hija menor, preocupándose especialmente de sus progresos y dificultades en la escuela y en los trabajos de escultura que realizaba. Las fotos de la boda de Elena
Sorolla con Victoriano Lorente en 1922 permiten
ver a un Joaquín Sorolla decaído, rodeado de su la
familia con rasgos bien visibles de las secuelas de
su accidente cerebrovascular.
| 48 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
Los médicos en la vida de Sorolla
Por los epistolarios de Sorolla sabemos que aunque no se cuidaba mucho, pues podríamos definirlo como bon vivant, sí que se preocupaba de
sus avatares de salud, como es natural. Recapitulando, de los datos de que disponemos se deduce que aun en edad relativamente temprana tuvo
dos tipos de problemas: una probable hipertrofia
prostática que le ocasionó estenosis uretral, requiriendo finalmente una operación quirúrgica
practicada en Biarritz en 1906 por Albarrán, y una
más que probable hipertensión arterial, en una
época en que la medición de la tensión aún no
estaba tan generalizada como ahora (solo se introdujo en medio hospitalario a partir de 1905 con
los trabajos de Korotkov). Sorolla se quejaba frecuentemente, como ya se ha apuntado, de “dolores de cabeza” y “mareos” que le llevaron en 1915
a sufrir un episodio leve de isquemia cerebral que
resultó premonitorio del grave accidente cerebrovascular agudo (infarto cerebral) que le sobrevino
cinco años después, le incapacitó para el ejercicio
de su arte y, en definitiva, le ocasionó la muerte
por probable recidiva en 1923.
Las enfermedades familiares ya analizadas y algunas graves como la tuberculosis
de María, que fue tratada por Madinaveitia y Simarro, la sífilis de Joaquín hijo, probablemente
tratada por Marañón y también por el urólogo
Manuel Alcayde y otras menos graves como una
otitis crónica de María, tratada con drenajes por
el castellonense Rafael Forns, dejan de manifiesto el frecuente contacto de Joaquín Sorolla
con los médicos. Entre ellos los mejor documentados son los urólogos Albarrán y Lluria (también
| 49 |
Joaquín Sorolla y la Medicina
|
15. Joaquín Sorolla Bastida
El doctor Francisco Sandoval, 1920
The Hispanic Society of America
urólogos fueron Martínez Uzal7 y Manuel Alcayde
de los que poco sabemos salvo su especialidad
y que al parecer Alcayde trató a Joaquinito); en
total cuatro. Hay tres internistas: Madinaveitia,
7. Según nos informa Blanca Pons-Sorolla el doctor Martínez
Uzal trabó amistad y trató a Sorolla padre y a su hijo Joaquín;
el pintor le regaló tres obras suyas: Busto de mujer, dedicada de
esta manera: “A mi amigo / J. Martínez Uzal / J. Sorolla /1916”;
Las cabritas de la Malvarrosa “Al Dr. Martínez Uzal / con agradecimiento a su buena voluntad / J. Sorolla 1913”; y Lavanderas de
Galicia (sin dedicar).
| 50 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
Rodríguez de Sandoval y Marañón (il. 15). También era internista Amalio Gimeno, aunque éste
último, activamente dedicado a la política, tal
vez se relacionase con Sorolla por cuestiones
de paisanaje. Dos investigadores, Ramón y Cajal y Simarro, si bien éste también era clínico
en la especialidad de neuropsiquiatría y no es
de extrañar que tratara al hijo del pintor en la
fase paralítica final de su infección luética. Encontramos también un otorrinolaringólogo, Rafael Forns, que como se ha dicho, trató a María;
un oftalmólogo, Cervera, que nunca debe faltar
en las relaciones de quien trabaja con la vista;
y un rehabilitador, Decref, que trata a Elena de
algunos ligeros problemas musculares. Asimismo se citan en diversas cartas a otros médicos
de los que poco sabemos de su vinculación con
el artista y su familia: Luciano Barajas Gallego,
Dr. Pastor y Dr. José Colomer. Tampoco sabemos mucho de Jacobo Banquerí, que pertenece
a la nómina de médicos retratados por Sorolla,
algunos de ellos en más de una ocasión.
* * *
A continuación presentamos una breve reseña biográfica de los médicos que se relacionaron con Sorolla y fueron retratados por él (a excepción del Dr. Forns Romans, que es obra de José
López Mezquita).
| 51 |
Joaquín Sorolla y la Medicina
|
16. Joaquín Sorolla Bastida
El doctor Francisco Sandoval, 1920.
The Hispanic Society of America, núm. inv. A1944
JOAQUÍN MARÍA ALBARRÁN Y
DOMINGUEZ (il. 16)
(Sagua La Grande, Cuba 1860 - Arcachón, Francia 1912)
Se licenció en Medicina en la Universidad de Barcelona en 1877 y se doctoró en Madrid en 1878 con
una tesis sobre Contagio de la tisis, obteniendo el
Premio Extraordinario. Afincado en París cursó
allí de nuevo la carrera de Medicina y en 1883 obtuvo el número uno en la oposición para médico
interno de los hospitales de París. A partir de este
momento inició un brillante ascenso que lo llevó
a ser jefe de la Clínica Universitaria de Vías Urinarias del Hospital Necker (1890), del cual llegó
a ser director (1906); finalmente, el mismo año,
alcanzó la Cátedra de Vías Urinarias de la Universidad de París. Formó a numerosos discípulos en
la especialidad de urología, de la que se le puede
considerar uno de los fundadores; escribió numerosas obras de esta especialidad y desarrolló
| 52 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
diversas mejoras en el aparataje operatorio y exploratorio urológico.
Fue retratado por Sorolla en 1906; intervino al pintor quirúrgicamente ese mismo año en
Biarritz por problemas prostáticos (muy probablemente un adenoma). Falleció en Arcachón en 1912
a consecuencia de una tuberculosis pulmonar que
se le había manifestado dos años antes.
JACOBO BANQUERÍ (il. 17)
Joaquín Sorolla realizó el retrato del doctor Jacobo Banquerí en 1895, dedicándole con afecto el
cuadro: A mi amigo J. Banqueri su afect. Sorolla /
1895. Su retrato se guarda en el Museo Sorolla.
Poco más se conoce de este personaje. Podemos
saber por los nombramientos oficiales publicados
en el Boletín oficial de la Provincia de Madrid que
en 1895 Banquerí llevaba al menos una década
como médico del Registro civil del Juzgado municipal de Madrid, en los distritos Centro y Buenavista. En 1929 obtenía todavía patente para ejercer
la medicina en la madrileña calle Lagasca.
|
| 53 |
17. Joaquín Sorolla Bastida
Doctor Albarrán, 1906
Colección particular
Joaquín Sorolla y la Medicina
|
18. Joaquín Sorolla Bastida
Retrat de Rafael Cervera, 1887
L’Havana, Museo Nacional,
núm. inv. 86-481
RAFAEL CERVERA ROYO (il. 18)
(Valencia 1828 - ibíd. 1903)
Oftalmólogo. Fue director del Instituto Oftálmico de
Madrid. Está considerado como uno de los introductores de la especialidad de Oftalmología en España.
Ingresó en la Real Academia de Medicina
en 1863 con el discurso Consideraciones acerca de
las especialidades: Oftalmología. Fue miembro del
Partido Republicano Democrático Federal y con
posterioridad del Partido Republicano Progresista. Diputado a Cortes en 1870, 1873 y 1891 por los
distritos de Alzira y Valencia, y Senador por las
Provincias de Baleares (1871-72), Murcia (187273) y por la Real Academia de Medicina (1884-85).
Hermano del también diputado Salvador Cervera
Royo, asimismo de tendencia federal, Rafael Cervera fue afín a los líderes republicanos Castelar y
Salmerón.
Cervera fue coleccionista de arte y amigo
personal de Sorolla. Poseía interesantes obras
maestras de primera época y fue retratado por el
pintor al menos en tres ocasiones.
| 54 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
JOAQUÍN DECREF RUIZ (il. 19)
(La Habana 1864 - Madrid 1939)
Se licenció en Medicina en 1884 y se doctoró en
1894 en la Universidad Central, a cuyo claustro
extraordinario pertenecería. Se especializó en
mecanoterapia y electroterapia. En 1889 fundó el
Instituto de Ortopedia y Física Terapéutica. Fundó
y fue profesor del Primer Instituto de Mecanoterapia y Electroterapia del Hospital Clínico de San
Carlos de Madrid. Fue, por lo tanto, el introductor
de la medicina rehabilitadora y de la Fisioterapia
en España. Fue miembro de las Academias de Medicina de Sevilla y Cádiz y en 1915 ingresó en la
Real Academia Nacional de Medicina. Participó y
presidió numerosos congresos nacionales e internacionales de su especialidad.
Sorolla lo retrató en 1907, su efigie se conserva en el Museo del Prado.
|
19. Joaquín Sorolla Bastida
El doctor Joaquín Decref y Ruiz, 1907
Museo Nacional del Prado, núm. inv. P04652
| 55 |
Joaquín Sorolla y la Medicina
|
20. José López Mezquita
Retrat de Forns
Museo de Castellón
RAFAEL FORNS ROMANS (il. 20)
(Cuevas de Vinromá, Castellón 1868 - Madrid 1939)
Estudió Medicina y Farmacia en la Universidad de
Barcelona y se doctoró en la de Madrid en 1889
con el entonces célebre catedrático de Patología
General José Letamendi. En 1891 ganó la Cátedra
de Higiene en la Facultad de Medicina de Madrid.
Se especializó en otorrinolaringología y llegó a ser
el especialista en este campo de la familia Real.
Fue nombrado médico personal del infante don
Jaime, hijo de Alfonso XIII, que era sordomudo.
También practicó la Cirugía Plástica y a partir de
1918 llegó a tener consulta en París, que alternaba con sus clases y trabajos en Madrid. Publicó
diversas obras de su especialidad.
Destaca también su dedicación a la pintura, en la que se inició desde joven en Castellón
con Bernardo Mundina Milallave, prosiguiendo
después en Barcelona en la escuela de la Llotja
con Ramón Martí Alsina, y en Madrid con Cecilio
Pla. Su estilo parte de una gran admiración por
| 56 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
el impresionismo. Participó en numerosas exposiciones nacionales e internacionales, recibiendo
diversas distinciones.
También se dedicó a la composición musical
con éxito (estrenó una celebrada revista, Flores de
lujo) y se le conocen diversas sonatas y conciertos.
Con tan notable afición a la pintura y siendo
además valenciano no extraña su amistad con Sorolla. Además trató a María Sorolla como especialista, de una otitis crónica que ésta padeció y que
requirió drenajes prolongados. Sorolla no lo retrató (se conserva de él un retrato de excelente factura de López Mezquita que reproducimos aquí) pero
le dedicó afectuosamente un estudio de pescadores, que como la obra de López Mezquita conserva
el Museo de Bellas Artes de Castellón. También el
Museo de San Pio V en Valencia conserva Una vista
de Sierra Nevada asimismo dedicada por Sorolla a
Rafael Forns.
AMALIO GIMENO Y CABAÑAS (il. 21)
(Cartagena 1852 - Madrid 1936)
Médico, escritor y político. Primer conde de Gimeno. Aunque nacido en Cartagena por el destino
militar de su padre, Amalio Gimeno era de origen
valenciano y cursó en Valencia la carrera de Medicina, que terminó en 1872. Se doctoró en 1874
en Madrid. En 1875 obtuvo plaza en el cuerpo de
Médicos Directores de baños y aguas medicinales,
cargo al que renunció por haber ganado también
por oposición la Cátedra de Patología General y
Anatomía Patológica de la Universidad de Santiago. Se trasladó en 1876 a la Universidad de Valladolid y después a la de Valencia como catedrático
de Terapéutica; en 1888 fue nombrado en concurso
| 57 |
Joaquín Sorolla y la Medicina
|
21. Joaquín Sorolla Bastida
Amalio Gimeno, 1919
Valencia, Museo de Bellas Artes, núm. inv. 2072
de méritos catedrático de Higiene de la Universidad Central, de la que fue también catedrático de
Patología y Clínica Médicas a partir de 1891.
En el año 1886 fue elegido por primera vez
Diputado a Cortes por el Partido Liberal y representó en el Congreso al distrito de Alzira (Valencia).
La vocación política le alejó paulatinamente de la
medicina. En 1891 fue elegido Senador por la Universidad de Valencia, desempeñando este cargo
hasta 1908, en que fue nombrado Senador vitalicio.
En 1906 el Jefe de Gobierno, General López Domínguez, le encargó de la Cartera de Instrucción Pública, que desempeñó nuevamente con el Marqués de
la Vega de Armijo, en 1906, y con Canalejas en 1911.
Fue Ministro de Marina en 1913, de Estado en 1916
y de Gobernación en 1918, con el conde de Romanones. Ministro de Marina, de nuevo, en el Gabinete
de concentración de García Prieto, en 1917. Y finalmente, Ministro de Fomento con Allendesalazar, en
| 58 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
1919. En los años 1921 y 22 representó a España
en la Sociedad de las Naciones. Fue el creador de
la “Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones”, que permitió a muchos jóvenes universitarios
perfeccionarse en el extranjero.
Perteneció a las Academias de Medicina,
Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Española de
la Lengua y Bellas Artes de San Fernando. En 1935
la Academia de Medicina lo honró públicamente y
publicó una Antología de sus trabajos científicos,
literarios, políticos y académicos. Se le otorgó el
título de conde de Gimeno por el Rey Alfonso XIII.
Es hijo predilecto de Valencia y fue amigo personal de Sorolla, que lo retrató en 1919.
El magnífico cuadro, realizado en el jardín de la
casa—estudio del pintor, se conserva hoy en el
Museo de Bellas Artes de Valencia.
JAIME GONZÁLEZ CASTELLANO (il. 22)
(Jávea 1832 - ibíd. 1917)
Cursó estudios de Medicina en Valencia y en Madrid, licenciándose por esta Universidad en 1859.
Trabajó en el cuerpo de Sanidad Militar en la guerra
de África (1859—60). Fue director del Museo Anatómico de la Facultad de Medicina de Valladolid por
oposición (1865), cargo al que renunció en 1866. En
1870 fue profesor en la primera Cátedra Libre de
Oftalmología de la Universidad de Valencia. En 1872
se trasladó definitivamente a Jávea para ejercer su
profesión. Fueron notables sus trabajos y publicaciones sobre la lepra, endémica en la comarca de
la Marina y en zonas del litoral valenciano. Fue consultor de los fundadores del Sanatorio leprológico
de Fontilles para el desarrollo de dicho establecimiento, del que fue decidido impulsor. Ejerció di| 59 |
Joaquín Sorolla y la Medicina
|
22. Joaquín Sorolla Bastida
El doctor González. Médico de Jávea, 1905
Museo de BBAA de Valencia, núm. inv. 889
versos cargos oficiales en la administración médica
de la zona.
Sorolla trabó relación con él con motivo de
sus veraneos en Jávea; fue el médico del pintor y su
familia en dichos periodos. Juan B. Codina recoge de
Ramón Llidó la siguiente anécdota: Un día, enzarzados en una discusión junto a la playa el Dr. González y
don Luis Simarro, Sorolla plantó su caballete y se puso
a pintar. Cuando ambos interlocutores se le acercaron
vieron con sorpresa que había pintado la cabeza del
Dr. González, totalmente conseguida. Era 1905. Dicho
cuadro fue donado por sus hijas mayores al Museo de
Bellas Artes de Valencia al morir su padre (cfr. Codina
2010, 19). A pesar de ello, parece dudoso que el retrato del Dr. González del Museo de Bellas Artes de Valencia fuera pintado a plein air como aquí se indica, ya
que es claramente un retrato de interior con marcado claroscuro, donde el retratado aparece vestido con
toda formalidad y se insinúa sentado en una butaca.
| 60 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
ENRIQUE LLURIA DESPAU (il. 23)
(Matanzas (Cuba) 1863 - Cienfuegos (Cuba) 1925)
Inició sus estudios de Medicina en Cuba y los finalizó en Barcelona en 1889. Se trasladó a París
donde fue discípulo de Joaquín Albarrán en el
Hospital Necker. En 1893 viajó a Madrid donde
abrió una clínica urológica. En 1909 se trasladó a
Sotomayor (Pontevedra), donde su esposa había
heredado cuantiosos bienes; allí abrió un sanatorio urológico. En 1919 se trasladó a La Habana
y en 1925 a Cienfuegos, donde fallecería. Realizó aportaciones notables a la investigación de
las enfermedades de las vías urinarias; también
publicó diversas obras de Sociología. Militó en el
PSOE de 1915 a 1918.
Trató a Sorolla de sus problemas prostáticos, y es altamente probable que fuera él quien le
pusiera en contacto con su maestro Albarrán para
la intervención quirúrgica practicada en Biarritz
en 1906. Sorolla retrató al Dr. Lluria en 1912 y a su
esposa en 1910.
|
| 61 |
23. Joaquín Sorolla
Bastida
Retrato del doctor
Enrique Lluria,1912
Colección particular
Joaquín Sorolla y la Medicina
|
24. Joaquín Sorolla
Bastida
Juan de Madinaveitia y
Ortiz de Zárate, 1909
Colección particular
JUAN MADINAVEITIA Y ORTIZ DE
ZÁRATE (il. 24)
(Oñate 1861 - Madrid 1938)
Cursó los estudios de Medicina en Valladolid y Madrid, donde se doctoró en 1889. Médico del Hospital
General de Madrid, adscrito a la Facultad de Medicina, ejerció la docencia como Profesor Agregado
de Patología General y Clínica; fue maestro de Gregorio Marañón, entre otros. Laín Entralgo dijo de
él: Madinaveitia trabajó con gran seriedad y eficacia
en el Hospital General, y luego en el Instituto de Patología Digestiva que él mismo fundó. Ha sido Madinaveitia el fundador de la gastroenterologia española.
Fue íntimo amigo del valenciano Simarro;
ambos trataron a María Sorolla de la tuberculosis
que padeció. A raíz de ello trabó amistad con Joaquín Sorolla, que lo retrató, además de pintar la
efigie de su esposa y de su hijo Luis, fallecido tempranamente. Calificado de “Santo Laico” por Mañarón, también tuvo inquietudes políticas: militó
en el PNV primero y posteriormente en el PSOE de
manera muy activa, aunque sin ostentar cargos.
| 62 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
GREGORIO MARAÑÓN Y POSADILLO (il. 25)
(Madrid 1887 - ibíd. 1960)
Se licenció en Medicina en la Universidad Complutense de Madrid en 1908, donde se doctoró dos años
más tarde con una tesis que indicaba su orientación
hacia la endocrinología: La sangre en los estados tiroideos. Amplió estudios en Alemania. Fue discípulo
de Madinaveitia en el Hospital General de Madrid,
de cuya plantilla formó parte después. Laín Entralgo resume así su obra científica: autor de importantes trabajos clínicos sobre la edad crítica, los estados intersexuales, la evolución de la sexualidad, las
febrículas, los síndromes hipofisarios y tiroideos y
otros muchos temas. Marañón, médico del Hospital
General de Madrid, miembro de cinco academias
(de Medicina, de la Lengua, de Historia, de BBAA y
de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales) y escritor
insigne, dirigió en colaboración con Teófilo Hernando un acreditado Manual de Medicina Interna. Añadamos a ello que su Manual de Diagnóstico Etiológico
(1946) fue celebradísimo, alcanzando numerosas
ediciones y difusión mundial. Fue doctor Honoris
Causa de varias universidades extranjeras.
|
| 63 |
24. Joaquín Sorolla
Bastida
El doctor Gregorio
Marañón y Pasadillo,
1920
The Hispanic Society
of America, núm. inv.
A1935
Joaquín Sorolla y la Medicina
En su obra literaria, muy extensa, destaca
especialmente un amplio conjunto de “ensayos biológicos”, un modo original de enfocar las biografías
de diferentes personajes, intentando explicar sus
conductas a través de de interpretaciones psicobiológicas: Antonio Pérez, El Conde-Duque de Olivares,
Amiel y Tiberio son ejemplos de ello. Escribió más
de 60 libros y más de 500 artículos y monografías.
Intervino, además, en política de manera
activa. Se opuso a la dictadura de Miguel Primo de
Rivera, sufriendo represión. En 1931 fundó, junto a
Ortega y Gasset y el novelista Ramón Pérez de Ayala
la “Agrupación al Servicio de la República” y colaboró al advenimiento de la misma. Fue diputado en las
Cortes Constituyentes. Condenó la violencia que se
manifestaba en la vida española y en 1936 abandonó
España al estimar que corría peligro su vida.
Marañón se ocupó de la familia de Sorolla,
tratando a su hijo Joaquín. Sorolla lo retrató para
la galería de personajes célebres de la Hispanic
Society de Nueva York.
SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL (il. 26)
(Petilla de Aragón, Navarra 1852 - Madrid 1934)
Cursó sus estudios de Medicina en Zaragoza —donde se licenció en 1853— y fue médico militar durante la Guerra de Cuba (1874-75). Se doctoró en
Madrid en 1877. Fue director de Museos Anatómicos de la Universidad de Zaragoza (1879). Ganó la
Cátedra de Anatomía de la Universidad de Valencia
en 1883 (il. 27), la de Histología de la Universidad de
Barcelona en 1892 y la de dicha disciplina y Anatomía Patológica en la Universidad de Madrid en 1892.
Fue su maestro en el doctorado Aureliano Maestre
de San Juan, eminente histólogo quien le hizo ver la
| 64 |
Alejandro Font de Mora
|
|
|
F e l i p e V. G a r í n
26. Joaquín Sorolla Bastida
Retrato de Santiago Ramón y Cajal (det.), 1906.
Museo de Zaragoza, núm. inv. 51406
27. Santiago Ramón y Cajal en el seu laboratori. València, 1885.
Legado Cajal. Instituto Cajal (CSIC). Madrid
Madrid, Universidad Complutense
importancia de las buenas preparaciones micrográficas. En 1887 entró en relación con Simarro quien
le introdujo en los métodos tintoriales de Golgi de
impregnación cromoargéntica.
Lain Entralgo distingue tres etapas en la
vida científica de Cajal: En la primera, hasta 1888,
perfeccionó sus técnicas micrográficas de manera
autodidacta. En la segunda, hasta 1903, conoció
y modificó el método de Golgi y elaboró la teoría
de la neurona; y en la tercera etapa (1903-1912)
creó su propio método, el nitrato de plata reducido, que le permitió profundizar en el estudio de la
arquitectura microscópica del sistema nervioso (il.
28 y 29) y de su función (histofisiología), lo que le
permitiría defender la teoría de la neurona frente
a los conceptos reticularistas que sostenían que
el tejido nervioso era una red continua de fibras
(Gerlach, Held, Apathy, y el propio Golgi).
A partir de él se creó una escuela científica
dedicada a la investigación del sistema nervioso de
| 65 |
Joaquín Sorolla y la Medicina
|
|
28. Santiago Ramón y Cajal y Ramón Padró
Esquema de la estructura del cerebelo. Corte
transversal y longitudinal de una lamina cerebelosa
Madrid, Universidad Complutense
29. Santiago Ramón y Cajal y Ramón Padró
Esquema de la estructura del cerebelo. Corte
transversal y longitudinal de una lamina cerebelosa
Universitat de València
primer nivel mundial que hizo aportaciones esenciales en dicho campo: Jorge Francisco Tello, Pío del
Río-Hortega, Nicolás Achúcarro, Gonzalo Lafora,
Fernando de Castro, Rafael Lorente de No y otros.
En 1906 se le concedió el Premio Nobel de Medicina por sus descubrimientos sobre la estructura del
Sistema Nervioso y la función de la neurona. También se galardonó a Camillo Golgi, cuyas técnicas de
tinción hicieron posibles dichos avances.
A través de Luis Simarro, amigo común,
Ramón y Cajal conoció a Sorolla, que lo retrató el
mismo año en que le fue concedido el Nobel. En
1922 posó para el escultor Mariano Benlliure, que
realizaría el boceto para el monumento que preside hoy la entrada al Paraninfo de la Universidad de
Zaragoza (il. 30 y 31).
| 66 |
Alejandro Font de Mora
|
|
|
F e l i p e V. G a r í n
30. Santiago Ramón y Cajal posando para Mariano
Benlliure en 1922
Crevillent, Museo Municipal “Mariano Benlliure”,
nº inv. S-368.
31. Mariano Benlliure
Monumento a Santiago Ramón y Cajal, ha. 1922
Escayola patinada, 85 x 142 x 141 cm.
Crevillent, Museo Municipal “Mariano Benlliure”,
nº inv. E-137
| 67 |
Joaquín Sorolla y la Medicina
|
32. Joaquín Sorolla Bastida
El doctor Francisco Sandoval (det.), 1920
Museo Nacional del Prado, núm. inv. P03095
FRANCISCO RODRÍGUEZ DE SANDOVAL
(il. 32)
Como otros médicos de esta nómina Francisco
Rodríguez de Sandoval fue miembro de la Institución Libre de Enseñanza. Era amigo de los doctores Luis Simarro y Juan de Madinaveitia, de este
último fue gran colaborador. Se lo relaciona también con otros protagonistas de la época, como el
poeta Juan Ramón Jiménez.
Rodríguez de Sandoval atendió como médico a la familia Sorolla, con quien mantuvo amistad. A Sandoval —como lo llamaba Sorolla— lo
retrató en varias ocasiones: el Museo del Prado
y la Hispanic Society of America guardan sendos
retratos suyos; además se conserva un estudio
con la efigie del médico en gouache sobre cartón
(1918) y otro pintado en 1920.
| 68 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
Tras terminar el encargo para la decoración de la Hispanic Society of America Joaquín
Sorolla viajó a Valencia para solucionar unos
asuntos de la herencia de su suegro, el fotógrafo Antonio García. Allí esperaría la llegada de su
mujer, Clotilde y de su hija Elena que viajarían
más tarde acompañadas por Rodríguez de Sandoval. Desde Valencia partirían todos a Palma de
Mallorca e Ibiza.
|
33. Joaquín Sorolla Bastida
El doctor Simarro en el laboratori, ca. 1897.
Madrid, Universidad Complutense, núm. inv. 792
LUIS SIMARRO LACABRA (il. 33)
(Roma 1851 - Madrid 1921)
Nació en Roma de modo casual por estar allí trabajando su padre, el pintor de Xàtiva Ramón Simarro. Éste falleció prematuramente de tuberculosis
a los 33 años, 24 horas más tarde la madre de Simarro, seriamente deprimida, se suicidó lanzándose al vacío con Luis en brazos, resultando éste
| 69 |
Joaquín Sorolla y la Medicina
afectado y quedándole una secuela de leve cojera
de por vida. Su padrino Luis Madrazo le facilitó el
cursar estudios.
Comenzó sus estudios de Medicina en Valencia en 1868, pero su activismo político revolucionario le causó problemas y se trasladó a Madrid en cuya facultad se licenció en 1874 y doctoró
en 1875. Posteriormente entró en contacto con la
Institución Libre de Enseñanza. En 1877 fue nombrado Director del Manicomio de Santa Isabel de
Leganés, cargo del que dimitió debido al malestar causado por sus ideas innovadoras. En 1880
se trasladó a París y amplió estudios con Ranvier,
Charcot, Magnan y Bell. Regresó a Madrid en 1885
y se dedicó a la psiquiatría y a la investigación histológica con las nuevas técnicas tintoriales con
cromato de plata introducidas por Golgi; a partir
de 1887 adiestró a Cajal en estas técnicas y creó
su propia técnica de tinción argéntica de las neurofibrillas (el método Simarro). En 1902 ganó la
cátedra de Psicología Experimental que se creó
en la Universidad Central. Se le considera uno de
los fundadores de la neuropsiquiatría en España.
En 1909 se implicó activamente en la defensa de
Francesc Ferrer i Guardia, la cual continuó después del fusilamiento de éste. En 1917 fue elegido
Gran Maestre de la Masonería Española.
Fue gran amigo de Sorolla; hay constancia de que coincidían en sus vacaciones en Jávea
y existe un abundante epistolario entre ambos.
Amigo y vecino de Madinaveitia, ambos trataron
a María Sorolla de la tuberculosis que padeció.
Según información de la familia, Simarro le puso
“algún tipo de vacuna”, muy probablemente la vacuna tuberculínica de Koch que tantas esperanzas
despertó y tan profundas decepciones más tarde,
al comprobarse su ineficacia. Sorolla lo retrató en
| 70 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
varias ocasiones, siendo su retrato más célebre el
que protagoniza en el cuadro Una investigación.
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
Codina Mas, Juan Bautista 2010, Jaume González Castellano. El médico que soñó Fontilles, Valencia,
Ayuntamiento de Xàbia; Instituto Médico Valenciano.
Dumas, Julien 1967, Bacteriologie Medicale, París, Flammarion.
Elguero, José 2009, Los años españoles del profesor don
Antonio Madinaveitia y Tabuyo (1890-1934), Colegio de México; http://are.iqm.csic.es/conferences/66.pdf
Gascó Sidro, Antonio 1996, Pintores de Castellón, Valencia, Prensa Valenciana.
Granjel, Luis S. 1962, Historia de la Medicina Española,
Barcelona, Sayma.
Laín Entralgo, Pedro 1963, Historia de la Medicina Moderna y Contemporánea, Barcelona, Editorial Científico-Médica.
López Piñero, José María 2002, La Medicina en la historia,
Madrid, La Esfera de los libros.
Lorente Sorolla, Víctor; Pons-Sorolla, Blanca; Moya, Marina (eds.) 2008, Epistolarios de Joaquín Sorolla.
II. Correspondencia con Clotilde García del Castillo, Barcelona, Anthropos.
Mauclair, Camille 1906, “Sr. Sorolla y Bastida”, Art et Décoration. Revue mensuelle d’art moderne, París,
octubre; Eight essays on Joaquín Sorolla y Bastida, Nueva York, The Hispanic Society of America,
1909, t. I, pp. 101-186; trad. esp. José Borges:
| 71 |
Joaquín Sorolla y la Medicina
“Sr. Sorolla y Bastida”, Ocho ensayos sobre Joaquín Sorolla y Bastida, Asturias, Fundación María
Cristina Masaveu Peterson, 2009, pp. 57-70.
Paniagua, Javier; y Piqueras José A. 2006, Diccionario
biográfico de políticos valencianos, Valencia, Institución Alfons el Magnànim.
Pantorba, Bernardino de (José López Jiménez) 1953, La
vida y la obra de Joaquín Sorolla: estudio biográfico
y crítico; 2ª ed. ampl.: Madrid, Gráficas Monterde, 1970.
Pérez Albacete, M. 2012, «Joaquín María Albarrán y Domínguez (1860’-1912). En el Centenario de su
fallecimiento», Actas Urológicas Españolas, vol.
36, abril.
Ponce Hernando, Fernando J.; Fernández Teijeiro, Juan
José 2008, «El Doctor Marañón: el hombre que
buscaba Diógenes. (Evocaciones de un gran médico)», Revista de Historia & Humanidades Médicas, vol. 4, nº 1, julio.
Pons-Sorolla, Blanca 2001, Joaquín Sorolla. Vida y Obra,
Madrid, Fundación de apoyo a la Historia del
Arte Hispánico.
2005, Joaquín Sorolla. Barcelona, Polígrafa.
Pons-Sorolla, Blanca; Lorente Sorolla, Víctor (eds.)
2009, Epistolarios de Joaquín Sorolla III. Correspondencia con Clotilde García del Castillo (18911911), Barcelona, Ánthropos.
Tomás, Facundo; Garín, Felipe
2006, Sorolla (1863-1923), Madrid, Tf.
Tomás, Facundo; Garín, Felipe; Justo, Isabel; Barrón,
Sofía (eds.)
2007. Epistolarios de Joaquín Sorolla. I. Correspondencia con Pedro Gil Moreno de Mora. Barcelona, Anthropos (en coedición con el Consorcio
de Museos de la Generalitat Valenciana).
Vidal Parellada, Assumpció
2007, Luis Simarro y su tiempo. CSIC. Madrid. 2007.
| 72 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
Exposiciones citadas
París. 1906. Exposition Sorolla y Bastida, Galerie Georges
Petit.
Zaragoza. 1998. España entre dos siglos. En torno al 98,
Museo “Camón Aznar”.
Madrid. 1997. Cánovas y la Restauración, Centro Cultural
del Conde Duque.
Madrid. 2009. Joaquín Sorolla (1863-1923). Museo Nacional del Prado.
| 73 |
Valencià
Sorolla Bastida
| Joaquín
València, 1863 - Cercedilla, Madrid, 1923
Retrat de Santiago Ramón y Cajal, 1906
Oli sobre tela, 91 x 127,5 cm
Firmat en l’angle inferior esquerre:
“Dr Cajal [en roig, seguix en negre] a mi querido
amigo P. Gil / J. Sorolla Bastida [rúbrica] 1906”.
Museu de Saragossa, NIG: 51406
Pantorba 1953, núm. 1980. Cat. BPS, núm. 2021
Les últimes dècades del segle XIX van ser especialment importants, entre una gran quantitat
d’esdeveniments que van conformar la contemporaneïtat, pels avanços en els camps de la ciència i de la medicina que en bona part expliquen el
creixement demogràfic produït des de llavors. En
este context, la figura del metge és considerada
com la personificació del progrés, com un professional que contribuïx a canviar per a bé la vida de
les persones. Per això, les arts, i especialment la
pintura, es van obrir generosament a esta temàtica i van ajudar a refermar esta idea vinculada al
desenrotllament científic.
Joaquín Sorolla, com a testimoni d’excepció de totes estes transformacions socials,
va pintar un número notable d’obres dedicades
a la malaltia i a la medicina, així com retrats de
diversos professionals, molts d’ells amics seus,
que van destacar en este camp durant aquells
anys, i que ell va considerar representatius de la
intel·lectualitat espanyola del moment junt amb
figures com Galdós, Baroja o Azorín. Metges com
Marañón, Ramón y Cajal o Simarro que, des de llavors, han sigut considerats icones d’una Espanya
que s’incorpora al desenrotllament científic del
món avançat.
Precisament en Joaquín Sorolla y la Medicina. Retrato de Ramón y Cajal, títol de la nova activitat
expositiva promoguda pel Consorci de Museus a
través de la seua Institució Joaquín Sorolla d’Investigació i Estudis, el visitant pot apreciar l’intens i
sense cap dubte fascinant rerefons que el cultiu de
la ciència en general i l’exercici de la medicina en
particular van desplegar en la València alfonsina;
un rerefons en què van jugar un paper determinant
exponents de la talla de Santiago Ramón y Cajal el
retrat del qual, pintat pel mestre al poc de ser guardonat amb el Nobel, constituïx la peça protagonista
de la mostra.
Invite per tot això al públic que assistix amb
regularitat a les nostres exposicions a participar
d’esta interessant activitat en què es constata una
vegada més la destresa, intuïció i inesgotable curiositat de qui ampliant fins al màxim les fronteres
de l’art es va convertir, per dret propi, en un dels
protagonistes ineludibles de la cultura espanyola
d’entre segles.
Servisca a més la mateixa per donar inici
al programa commemoratiu que la Generalitat
impulsarà al llarg d’este any, en el qual celebrem
el 150é aniversari del naixement del nostre artista
més universal i intèrpret per antonomàsia de la
llum i l’ambient mediterranis.
Fabra Part
| Alberto
G
|P
residente de la
eneralitat
Valenciana
Impulsada per la Generalitat Valenciana dins del
Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana,
la Institució Joaquim Sorolla d’Investigació i Estudis realitza des de fa uns anys una notable labor
per donar a conéixer al públic valencià la figura
de Sorolla i del seu context històric, cultural i artístic, a través d’exposicions monogràfiques sobre
un aspecte o una obra concreta que es completen
sempre amb la publicació d’una investigació referida a la mostra.
En esta ocasió, l’exposició i el llibre Joaquim Sorolla i la Medicina se centren en la relació
que va mantindre el pintor al llarg de tota la seua
vida no sols amb destacats metges i científics sinó
amb certes malalties pròpies de la seua època.
En l’obra de Sorolla hi ha una quantitat notable de
peces mestres dedicades a la malaltia i els seus
pal·liatius, junt amb un poc més d’una dotzena de
retrats de professionals de la medicina, entre els
quals destaca el retrat que va fer del premi Nobel
Santiago Ramón y Cajal i que podem admirar ara
en la sala de la Institució Sorolla en el Centre del
Carme, junt amb materials didàctics i reproduccions d’obres que il·lustren la fructífera i intensa
relació de l’artista amb l’entorn científic i mèdic de
la seua època.
Quina millor celebració del 150 aniversari del
naixement de Joaquim Sorolla que commemorem el
present any, que amb la promoció i l’impuls d’este
tipus de mostres i investigacions que les acompanyen, perquè no sols servixen per a donar a conéixer millor als valencians aspectes poc coneguts
d’un dels grans mestres de la pintura espanyola
i de l’art valencià; sinó que ens permeten endinsar-nos a través d’una mirada retrospectiva en la
ingent obra d’este des d’òptiques diverses, totes
enriquidores i úniques.
José Catalá
| María
’E
|C
onsellera d
ducació,
Cultura i Esport
| Alejandro Font de Mora Turón
| Felipe V. Garín Llombart
Introducció
Des que en el món clàssic, amb Hipòcrates (s. v aC) o
Galé (s. ii dC), s’imposà la medicina racional, com a conseqüència del raonament lògic, enfront de l’asclepiana1
—que compaginava ciència amb creences—, l’estudi
de l’home i de la seua salut va avançar a grans passos
i aprofundí en temes com la circulació de la sang, els
humors humans, l’anatomia i inclús l’ànima, la qual se
situava en el terreny de les facultats de la ment.
Si arranquem des de tan arrere és per a donar
consistència històrica al fet que, amb alts i baixos significatius, la ciència mèdica ha sigut un contínuum. No
obstant això, és en el segle xix quan, per una sèrie de
circumstàncies no alienes al racionalisme dels segles
anteriors, la medicina fa un impuls de gegant en el seu
avanç permanent cap a la millora de la salut humana.
1. La medicina asclepiana pren el nom de la mitologia grega.
Asclepi —Esculapi per als romans— era la deïtat de les arts de
la medicina i la curació.
| 83 |
Joaquín Sorolla i la Medicina
Joaquín Sorolla visqué entre 1863 i 1923 i, per
tant, més en el segle xix que en el xx, i el segle xix fou,
en l’expressió de López Piñero —l’esquema expositiu del
qual seguim en este treball—, el de “la constitución de
la medicina contemporánea […] cuyos elementos fundamentales se han mantenido vigentes hasta la actualidad
como uno de los factores de su continuidad histórica, a
pesar de la acelerada tendencia a que la información científica caiga en desuso (obsolescencia) en plazos muy
cortos de tiempo” (López Piñero 2002, 435 i s.).
Durant la vida del pintor es va assistir a l’adveniment d’un nombre considerable d’avanços mèdics que,
bé per si mateixos, bé perquè obriren camí a troballes
ulteriors, van suposar fites transcendentals de la medicina. La societat de l’època va ser conscient d’este fet i,
per això, es va assistir a un moment d’ascens del prestigi
social del metge, i això a pesar que l’arsenal terapèutic,
vist amb els ulls de hui, era relativament limitat (pensem, per exemple, que parlem encara de l’era preantibiòtica, en què les malalties infeccioses, tan freqüents,
eren difícilment tractables i, al mateix temps, les infeccions suposaven una formidable barrera per al ple exercici
de l’activitat quirúrgica).
Este prestigi social del metge arreplegava elements de l’individualisme romàntic, fenomen plenament huitcentista, i, tal vegada per això, era immune al
fet que la medicina de qualitat era només accessible a
les classes benestants, perquè la medicina social era
absolutament embrionària en eixe període i els més
desfavorits només podien accedir a la medicina en condicions de beneficència. Açò era particularment així pel
que fa a la cirurgia: estalviar “per a una operació” era
una conducta generalitzada entre la població amb escassos recursos, i és una expressió que encara recordem els que conservem memòria dels anys cinquanta
del segle passat, del segle xx, en què encara no s’havia
desenrotllat en plenitud el sistema de medicina social
de què disfrutem hui i que, precisament, troba una de
les seues motivacions inicials a fer possible l’atenció
quirúrgica llavors tan costosa, inabastable per a molts,
| 84 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
excepte, com s’ha indicat, en centres de beneficència
pública o privada.
Els metges de l’època eren conscients de les
possibilitats creixents d’actuació i, a pesar de les seues
limitacions objectives, podem dir que el període que
analitzem és “d’optimisme mèdic” covat a recer dels
nous avanços. Amb tot, el corporativisme mèdic estava
ben present i no és rar trobar queixes sobre l’“excessiu”
nombre de metges. Així, Simonena (1861-1941), un cèlebre catedràtic de Patologia Mèdica de la Universitat
Central, afirmava que la medicina patia del “vici de la
concurrència”.
Així mateix, també el coneixement dels avanços
podia produir malestar professional quan no se’n disposava, sobretot en el medi rural. Un metge personal i
amic de Sorolla, el Dr. González, que exercia en la Xàbia
de llavors, escrivia en 1917:
La falta de microscopios y de laboratorios en los partidos médicos rurales nos impide agregar a estos
apuntes las pruebas que pudiéramos llamar exactas,
como son las obtenidas a beneficio de la experimentación (cfr. Codina Mas 2010, 85).
A pesar del seu exercici rural, que implicava una
competència menor, també es queixava de l’“excesivo
número de médicos” (ibid., 83), i intuïa el canvi social
que, a pesar de l’escàs desenrotllament dels sistemes
assistencials, s’estava produint:
la profesión médica ha sufrido una verdadera revolución en los treinta años últimos, debido no solo a los
progresos de la ciencia, sino a las profundas modificaciones del Estado social. Las obras de solidaridad
se multiplican y en todas partes se hacen soberanos
esfuerzos para mejorar las duras condiciones de vida
obrera, teniendo en ello principalísimo papel el médico (ibid., 82).
És en eixa centúria quan Joaquín Sorolla va viure i quan precisament va realitzar algunes de les seues
| 85 |
Joaquín Sorolla i la Medicina
obres, com Una investigació en 1897 o Trista herència en
1899 (il·l. 1 i 2). Estes obres mostren clarament no sols
la seua sensibilitat i admiració cap al saber humà, sinó
també la bona relació del pintor amb els intel·lectuals
del moment —entre els quals hi havia metges importants— i que l’admiració per esta branca del saber no
va ser només pels problemes personals o familiars de
Sorolla, dels quals parlarem, sinó per la seua posició cap
a la ciència i concretament per la seua ideologia molt
pròxima a la Institución Libre de Enseñanza i als seus
responsables més significatius, com van ser Giner de
los Ríos o Joaquín Costa, i entre els seus amics metges
Simarro (il·l. 3), Achúcarro, Madinaveitia o el republicà
valencià Rafael Cervera. Tots ells caminaven compromesos amb la renovació educativa i cultural d’Espanya, en
un intent inspirat en la filosofia de Krause, defenent la
llibertat de càtedra i una ensenyança al marge de qualsevol dogma oficial.
La medicina en el segle xix.
El context de Sorolla
L’època de Sorolla va ser molt fèrtil en tots els
camps del saber mèdic que s’analitzen. En ciències bàsiques com la fisiologia i les ciències morfològiques, cal
anotar que quan Sorolla tenia 15 anys va morir Claude
Bernard (1813-1878), introductor de concepte medicina
experimental, que culmina un moviment iniciat en el segle xvii per Boyle, Harvey i altres, i que basa el coneixement en la comprovació per mitjà de l’experimentació.
La vida de Sorolla coincidix amb les de
Brown-Séquard (1817-1894), estudiós de les funcions
endocrines; Cannon (1871-1945), creador del concepte homeòstasi o equilibri del medi intern; el rus Pavlov
(1849-1936), que va estudiar el reflex condicionat amb
els seus cèlebres experiments (1903); o amb la de Starling (1860-1924), el seu contemporani estricte, que va
introduir el concepte i terme hormona, per esmentar-ne
només alguns exemples. A partir d’ací es va desenrotllar l’endocrinologia, l’introductor de la qual a Espanya
| 86 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
va ser Gregorio Marañón, també metge de família del
pintor i a qui este va retratar. Alguns coneixements que
potser podien haver beneficiat el nostre pintor van arribar al final de la seua vida; així, en 1923, l’últim any de la
vida de Sorolla, es va descobrir la insulina per Banting
(1891-1941) i Best (1899-1978).
Una especial relació va tindre el nostre pintor
amb tota una generació d’histomorfòlegs que marquen un moment rellevant de la història de la ciència
espanyola: Simarro (1851-1921), que va ensenyar Cajal
les noves tècniques tintorials de Golgi (1852-1934), va
ser el seu amic personal —ambdós eren d’origen valencià— i el va retratar en diverses obres, inclosa la
cèlebre i ja citada Una investigació (il·l. 4), en què es diu
que podria aparéixer algun dels deixebles d’ambdós
històlegs, com Río Hortega (1892-1948), Achúcarro
(1880-1918) i Lafora (1886-1971). Tots ells van aportar un importantíssim cabal al coneixement de l’organització morfològica del sistema nerviós. Els seus
treballs van valdre a Ramón y Cajal (1852-1934) (il·l. 5
i 6) que li fóra concedit el Premi Nobel en 1906, conjuntament amb Golgi, ja esmentat.
Però si en alguna branca del saber mèdic es van
produir avanços amplis i espectaculars durant la vida de
Sorolla, esta va ser la microbiologia. El coneixement dels
agents patògens infecciosos, els microbis, va viure una
autèntica revolució que va modificar els hàbits higiènics,
va desenrotllar la prevenció per mitjà de les vacunes, va
preveure l’inici de la terapèutica antibacteriana i, sobretot, va assentar les bases perquè en el segle següent, el
xx, s’iniciara l’era antibiòtica a partir del descobriment
de la penicil·lina per Fleming (1881-1955) en 1929 i de
la seua introducció en la clínica a partir de l’estudi dels
processos per a la seua producció industrial per Florey
i Chain (1940). Els tres van rebre el Premi Nobel de Medicina en 1945.
Abans del coneixement de la transmissió microbiana de les malalties infeccioses, en la primera
mitat del segle xix es va elaborar la teoria miasmàtica,
segons la qual els miasmes eren efluvis o emanacions
| 87 |
Joaquín Sorolla i la Medicina
patògenes responsables del contagi de les infeccions.
Encara que falsa, esta teoria va induir efectes positius
en promoure la higiene pública, el sanejament urbà
amb el desenrotllament de xarxes de clavegueram,
l’abastiment d’aigües i les mesures profilàctiques a
través de la neteja general i de la neteja personal. La
hipòtesi miasmàtica va influir inclús en l’arquitectura
i l’urbanisme, i així podem observar en les construccions huitcentistes altes portes, amplis finestrals i habitacions amb bones condicions de ventilació i insolació de les vivendes, així com nous barris de regularitat
planificada. Encara persistixen en alguns pobles del
nostre entorn hàbits derivats d’este pensament mèdic, com fregar amb aigua i lleixiu els sòls de les cases
i inclús les voreres corresponents, reminiscència d’ordenances urbanes dictades en ocasió de les epidèmies
huitcentistes (còlera, febra groga, etc.). Es van crear
en esta època càtedres d’higiene, algunes de les quals
ocupades a Espanya per metges relacionats amb Sorolla, com el valencià Amalio Gimeno o el castellonenc
Forns Romans. El més destacat representant d’este
corrent va ser Pettenkofer (1818-1901) que, en la seua
encesa defensa de la teoria miasmàtica va arribar a
ingerir, en una sessió pública de l’Acadèmia, un cultiu
pur de vibrió colèric (l’agent del còlera descobert per
Koch en 1883) per a demostrar la falsedat de la transmissió per microbis, sense que li ocorreguera res
(sens dubte per la hiperacidesa gàstrica que acompanyava el seu volcànic temperament i que degué inactivar al vibrió).
A pesar d’estes resistències acadèmiques, els
treballs de dos importants figures, les vides dels quals
coincidixen en part amb la de Sorolla, com van ser Pasteur (1822-1895) i Koch (1843-1910), i els múltiples col·
laboradors i alumnes que continuaren els seus treballs,
van aconseguir assentar definitivament la veracitat de
la transmissió microbiana de les malalties infeccioses i
propiciar una autèntica allau de descobriments en este
camp, alguns exemples dels quals s’inclouen en el quadro següent, sense ànim d’exhaustivitat.
| 88 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
ALGUNS DESCOBRIMENTS MICROBIOLÒGICS:
1850-1905*
GERMEN
DESCOBRIDOR
ANY
MALALTIA
Bacillus
Anthracis
Davaine
Rayer
1850
Carboncle
Mycobacterium
Leprae
Hansen
1874
Lepra
Neisseria
Gonorrhoeae
Neisser
1879
Gonocòccies
Estreptococo
Pasteur
1879 Estreptocòccies
Estafilococo
Pasteur
1880 Estafilocòccies
Salmonella Typhi
Eberth
1880
Neumococo
Pasteur
Roux
Chamberland
Mycobacterium
Tuberculosis
Koch
1882
Tuberculosi
Vibrio Comma
Koch
1883
Còlera
Clotridium Tetani
Nicolaier
1884
Tètan
Corynebacterium
Diphteriae
Klebs
Löffler
1885
Diftèria
Brucella
Melitensis
Bruce
1886 Febre de Malta
Meningococo
Weichselbaum
Yesrsina Pestis
Yersin
1894 Pesta bubònica
Shigella
Dysenteriae
Shiga
1898
Disenteria
Bordetella
Pertussis
Bordet
Gengou
1901
Tos ferina
Treponema
Pallidum
Schaudinn
Hoffmann
1905
Sífilis
* Extractat de Dumas 1967.
| 89 |
Tifus
1881 Pneumocòccies
1886
Meningitis
Joaquín Sorolla i la Medicina
El millor coneixement dels bacteris va permetre
l’elaboració de vacunes utilitzant gèrmens inactivats, o
morts, o extractes d’estos, aconseguint així el somni de
previndre les infeccions iniciat per Jenner amb la seua
vacunació antivariólica a final del segle xviii (1796). En este
camp va tindre un important protagonisme Jaume Ferran
(1851-1929), contemporani de Sorolla, que va elaborar la
vacuna anticolèrica utilitzada en l’epidèmia de València de
1885. És segur que Sorolla es va haver de sentir especialment concernit pel desenrotllament d’estes vacunes ja
que, com s’explicarà més avant, els seus pares van morir de còlera. A continuació es relacionen algunes de les
principals vacunes que Sorolla va veure sorgir al llarg de
la seua vida.
Anticolèrica
Jaume Ferran
1885
Antiràbica
Pasteur
1885
Antitetànica
(sèrum)
Behring i Kitasato
1890
Antidiftèrica
Behring
1891
Antitífica
Pfeiffer i Kolle
1896
A final del segle xix es va conéixer també l’existència d’agents infecciosos més xicotets que els bacteris
i que, per això, no eren visibles amb els microscopis de
l’època, ni eren retinguts pels filtres de porcellana. Estos
“virus filtrables” van haver d’esperar al segle següent
per a ser adequadament coneguts i previngudes i tractades les infeccions que produïen.
Durant l’època de Sorolla van nàixer també les
anàlisis clíniques tal com ara les entenem. A partir de 1858,
Hoppe-Seyler (1825-1895) va introduir l’espectroscòpia de
l’hemoglobina; el mateix any, Vierordt emprava el recompte d’hematies. En 1879, Ehrlich va practicar el recompte
diferencial de leucòcits que, en 1912, va perfeccionar Schilling amb la introducció de la fórmula leucocitària. En 1913,
Bang mesurava la glucosa eliminada per l’orina i Van den
Bergh la bilirubina sèrica. Cal esmentar també el mesu| 90 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
rament de la velocitat de sedimentació globular introduïda
per Fåhræus en 1918 i per Westergren en 1921.
Els intents d’objectivar les troballes de l’exploració clínica van fer, a partir de mitjan segle, que Wunderlich (1815-1877) sistematitzara l’estudi de la febra amb el
mesurament sistemàtic de la temperatura per mitjà de calorímetres (termòmetres), introduint-hi els gràfics de temperatura que encara perduren i descrivint les corbes tèrmiques típiques de nombroses malalties. En la mateixa línia
s’aprofundix en l’estudi objectiu del pols i la tensió arterial
amb l’esfigmomanòmetre de Potain (1825-1901), de 1889, i
el de columna de mercuri de Riva-Rocci, de 1896, fins que
a partir de 1905 Korotkov (1874-1920) va introduir el mesurament de les tensions arterials màxima i mínima per
utilització combinada de l’esfigmomanòmetre i l’auscultació del pols en l’artèria braquial, que és com s’ha estat fent
fins a la introducció en els últims anys dels tensiòmetres
automàtics. Einthoven (1869-1927) va introduir la moderna electrocardiografia en 1901 i aproximadament en eixe
temps Berger (1873-1941), l’electroencefalografia.
Un altre avanç importantíssim que, sens dubte, va haver de ser aplicat a Sorolla i a alguns membres
de la seua família van ser els raigs X, descoberts per
Röntgen (1845-1923) en 1895. La primera radiografia
es va efectuar en 1896 de la mà del morfòleg Kölliker.
La seua introducció en la clínica, a pesar de les inevitables reticències, va ser ràpida, i es creà la primera
càtedra de Radiologia en 1919, la qual va ser ocupada
per Albers-Schönberg (1865-1921). A partir d’eixe any,
la multiplicitat de tècniques exploradores radiogràfiques
experimenta una autèntica eclosió. S’hi introduïxen les
farinetes de bari per a explorar el tub digestiu; en 1919,
Cole i Graham van practicar la primera colecistografia i
Dandy iniciava la neuroradiologia amb les primeres ventriculografies i pneumoencefalografies.
Les fronteres que impedixen el coneixement directe de les lesions van anar caient una darrere de l’altra, a recer del perfeccionament tècnic del disseny i la
construcció de l’instrumental corresponent. La taula següent arreplega alguns dels enginys que els metges van
| 91 |
Joaquín Sorolla i la Medicina
desenrotllar, i això a pesar que el desconeixement dels
antibiòtics limitava en molts casos l’ús dels més invasius
per l’omnipresent risc d’infecció.
APARELL
ANY
D’INTRODUCCIÓ
AUTOR
Oftalmoscopi
1850
HELMOLTZ
Citoscopi
1853
DESORMAUX
Laringoscopi
1855
MANUEL GARCÍA
Rinoscopi
1860
CZERMAK
Otoscopi
1860
VON TRÖLTSCH
Rectoscopi
1889
NITZE
Peritoneoscopi
1902
1910
KELLING
JACOBAEUS
Artroscopi
1921
BIRCHER
En un altre orde de coses, cal assenyalar que
Sorolla va poder, sens dubte, tindre notícia de l’avanç
registrat en el coneixement de les malalties del sistema
nerviós a partir de 1870 per les aportacions de Charcot
(1852-1893), considerat l’iniciador de la psiquiatria moderna pels seus estudis sobre la histèria. El seu deixeble, Freud (1856-1939), va introduir la psicoanàlisi i les
tècniques psicoterapèutiques a partir de 1895.
Potser un quadro de troballes tan brillant no
és tan evident perquè els avanços terapèutics no van
anar a la mateixa velocitat, i encara que es van obtindre o es van purificar diversos derivats de vegetals (per
exemple, els alcaloides de l’opi) i es van introduir nous
agents químics,2 com l’àcid salicílic (Kolbe, 1859), l’àcid
2. Sorolla esmenta en les seues cartes l’ús de diversos medicaments, com l’antipirina, el salicilat o l’aspirina i la quinina, als
quals recorria per a combatre els constipats i els dolors de cap i
d’estómac. Al juny de 1912, recorre a la quinina com a precaució
abans de visitar un poble de Salamanca en què hi havia un brot
de paludisme (cfr. Lorente; Pons-Sorolla; Moya 2008, carta 20).
| 92 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
acetilsalicílic (Dreser, 1899) per a les malalties reumàtiques i els arsenicals Salvarsan i Neosalvarsan com
a antisifilítics (Ehrlich, 1910-1912), no es va arribar a
disposar de fàrmacs antiinfecciosos realment potents.
Sorolla ni els va conéixer ni va poder beneficiar-se’n
perquè, encara que fonamentats en els coneixements
previs, són ja fruit dels últims dos terços del segle xx.
Així, les sulfamides apareixen en 1935, els antituberculosos isoniazida i PAS en 1946, i la penicil·lina, que obri
l’esplendorosa era antibiòtica, a partir de 1940.
La cirurgia, per la seua banda, va experimentar un autèntic avanç sense precedents amb l’ús dels
anestèsics. L’èter va ser introduït per Morton (18191868), que era dentista, en 1846; amb el seu ús es va
practicar la primera operació quirúrgica amb anestèsia per Warren el mateix any. Un any més tard, en 1847,
Simpson va introduir el cloroform com a anestèsic. En
1871 es va introduir el protòxid de nitrogen. Clover i
Bert, en 1876, van començar a aplicar anestèsics mixtos amb protòxid de nitrogen i èter. Koller va introduir
l’anestèsia local en 1884. En la lluita contra l’hemorràgia quirúrgica, al marge de la multiplicitat d’aparells
dissenyats per al pinçament dels vasos, l’avanç definitiu va ser la transfusió sanguínia, que es va fer possible
a partir de 1901 pels estudis de Landsteiner sobre els
grups sanguinis. Semmelweis (1818-1865) va començar a combatre la infecció postquirúrgica a Viena per
mitjà de la desinfecció prèvia de les mans de cirurgians
i infermeres (1847), però la introducció definitiva de la
profilaxi antiinfecciosa en cirurgia va ser obra de Lister
(1827-1912), que a partir de 1859 començà a plantejar-se l’ús d’agents químics amb eixa finalitat, per a
la qual cosa va triar l’àcid fènic. A pesar de les reticències inicials, la pràctica de l’antisèpsia quirúrgica
es va estendre ràpidament a partir de les publicacions
de Lister en 1867 pel seu èxit a reduir dràsticament la
mortalitat postquirúrgica. A partir de 1878 es va introduir l’asèpsia quirúrgica per Von Bergmann per mitjà
de l’esterilització del vapor i l’ús de guants i roba esterilitzada. Partint d’estos avanços, l’últim terç del segle
| 93 |
Joaquín Sorolla i la Medicina
i el primer del xx són testimonis del desenrotllament
de tècniques quirúrgiques cada vegada més agosarades, que constituïxen el que alguns han anomenat el
segle de la cirurgia.
xix
La salut de Joaquín Sorolla
Gràcies a l’abundant correspondència del pintor
publicada en els últims anys,3 tant amb la seua dona com
amb el seu amic Pedro Gil Moreno de Mora, podem conéixer els detalls de la seua vida, en este cas els vinculats als aspectes mèdics.
El pare de Sorolla, Joaquín Sorolla Gascó, era
comerciant de teixits i oriünd de Cantavella (Terol); va
baixar —com diem els valencians— cap a la nostra capital com tants altres persones de Terol, on va contraure
matrimoni en 1862 amb Concepció Bastida Prat, valenciana d’origen català. El nostre artista va nàixer als nou
mesos de la boda, el 27 de febrer de 1863; la seua germana Concepció, un any i mig després.
En 1865, i amb una diferència de tres dies —el 25
i el 28 d’agost— moren els pares a conseqüència d’una
epidèmia de còlera, i els xiquets són acollits i adoptats
per una germana de la mare —Conxa Bastida— i el seu
marit, Josep Piqueres, oficial de manyeria, amb un modest taller en la nostra ciutat. Sorolla, tot i que els estima
molt, no dubta a dir a la seua dona en 1907, en una de
les seues cartes:
eres mi carne, mi vida, mi cerebro y […] llenas el vacío
de mi vida de hombre, sin afectos de padre y madre
que no tenía antes de conocerte […] eres mi ideal perpetuo y sin ti nada me importaría (cfr. Pons-Sorolla;
Lorente 2009, carta 218).
3. Cfr. els tres volums dels Epistolarios de Joaquín Sorolla, publicats en l’editorial Anthropos per la Generalitat Valenciana:
Tomás, Garín, Justo, Barrón 2007. Lorente; Pons-Sorolla; Moya
2008 i Pons-Sorolla; Lorente 2009.
| 94 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
Les epidèmies de còlera eren freqüents en el
món, a Espanya i inclús a València al llarg de la història i concretament en el segle xix, per la major mobilitat dels habitants. La de 1865 a València està dins
d’una pandèmia sorgida entre 1863 i 1873 i pareix que
va entrar a Espanya pel port de València procedent de
la Meca, a Aràbia. En el cas de València, va ser molt
intensa, encara que no n’hi ha dades exactes perquè
les autoritats van tractar de disminuir-ne la importància i l’extensió. Entre València i la seua província
potser van morir més de 15.000 persones i a Espanya,
més de 100.000. En el cementeri de València hi ha un
ampli rectangle de més de 15.000 metres quadrats
centrat per l’anomenada Creu del còlera (il·l. 7) i limitat per un dels més bells pòrtics dòrics del segle
xix espanyol, on se soterraven en fosses comunes els
difunts d’eixa epidèmia i d’altres de posteriors, sobretot la sobrevinguda en 1885. La disposició municipal
justificaria les obres d’ampliació basant-se en la necessitat de “millorar la mala conservació del cementeri deguda en part a les atzaroses circumstàncies de
l’epidèmia passada”.
Joaquín Sorolla va tindre problemes d’uretra
—va ser operat a Biarritz en 1906— tal vegada per
una afecció prostàtica. Va ser tractat habitualment
pels doctors Albarrán i Lluria. Gràficament, en el seu
estil pla deia en les seues cartes que li introduïen
sondes cada vegada més amples per a desembossar
el conducte.
Tenia, i n’hi ha per a això, pànic per l’epidèmia de
l’anomenada malament grip espanyola de 1918 i, de fet,
encara que visita Elx, el gran plafó de les palmeres de la
Visió d’Espanya el pintarà en un hort d’Alacant, com queda de manifest en la seua correspondència amb Clotilde.
Per exemple, el 7 d’octubre de 1918 li diu:
la epidemia está fuerte en Elche, pero yo no entraré
en el pueblo; de la estación me iré al huerto de palmeras y espero poder regresar a Alicante a las 12 (cfr.
Lorente et al. 2008, carta 459).
| 95 |
Joaquín Sorolla i la Medicina
Sens dubte, el cansament, l’esgotament i l’estrés
de la seua activitat incansable, els seus viatges a París,
Londres, els Estats Units, etc., incrementat tot això de
1912 a 1920 pel viatge peninsular permanent per a pintar
l’ingent encàrrec de Mr. Huntington per a la gran sala de
la Hispanic Society of America, va accelerar el seu accident cerebrovascular de 1920. Certament, ja n’havia tingut una ombra en 1915 i en les seues cartes dels últims
anys esmenta constantment mals de cap i esforços parcials per a disminuir-los. Però el nostre pintor era d’un caràcter tan vital i mediterrani que no podia evitar disfrutar
del menjar, de la beguda i del tabac. En tenim un exemple
en la carta a Clotilde al novembre de 1907:
Acabo de comer: He tenido paella con caracoles, anguila, tavelletes, etc., estaba bien; después pescado, chuletas y postres (cfr. Pons-Sorolla; Lorente 2009, carta 208).
És ben cert que era molt respectuós amb les opinions dels seus amics metges, però tal vegada, pensem,
els aparells mesuradors de la tensió arterial li van arribar
a Joaquín Sorolla una mica tard: “amaneció lloviendo y
yo con dolor de cabeza” (gener de 1919), “estoy mareado y no sigo escribiendo […] el mareo me sigue aún, no
tan fuerte como en Madrid […] aún me resiento de algún
pequeño mareíto i hoy he suprimido el tabaco” (maig de
1919); “ayer trabajé demasiado y sentí algo de vértigo que
calmé con una copita de jerez” (juny de 1919); “en este cuadro que empecé angustiado por los mareos” (1 de juliol
de 1919). Menys d’un any després, el 17 de juny de 1920,
mentres pintava en el jardí de sa casa el retrat de l’esposa de Ramón Pérez de Ayala, va patir un accident cerebrovascular que li va impedir continuar amb la seua vida
activa per a morir tres anys després, a l’agost de 1923.
En la segona quinzena de novembre de 1920, pocs mesos
després del greu problema, li escrivia, amb lletra tremolosa, una carta al seu amic Pedro Gil-Moreno de Mora,
que denotava clarament el seu desànim:
grandes fatigas me cuesta escribirte y si yo tuviera
alma fuerte ya hubiera punto final, pero Dios no qui-
| 96 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
ere y bendito sea su santo nombre que me aparta de
tanto horror […] ando muy atribulado, para mí, ando
cojo y muy, muy cansado y triste, tú me animas a lo
que hizo Vierge;4 yo no tengo valor para tanto, tú me
confundes (cfr. Tomás et al. 2007, carta 472).
La pregunta final d’este apartat seria la següent: es reflectix eixe deteriorament progressiu en els
seus quadros? Si la resposta es referix a les seues grans
obres, en absolut. Ayamonte. La pesca de la tonyina, l’últim de la sèrie de la Hispanic Society of America, acabat
el dia 29 de juny de 1919, és sens dubte el millor de tots
i una de les grans obres de la pintura espanyola i encara
europea del segle xx. En els seus autoretrats, potser sí.
El que s’inclou en la seua obra El Patronat del Museu d’El
Greco, realitzat entre 1918 i 1920, respon a una imatge
envellida, encara que de mirada ferma al front. És, no
obstant això, en les seues fotos familiars on s’observa
la greu malaltia. Les que té posant amb la seua família són un clar exemple d’això i, al mateix temps, de la
tristesa en el rostre de Clotilde, la seua estimadíssima
Clota (il·l. 8).
La salut de la família de Sorolla
De la mateixa manera que déiem que a través de les
seues cartes coneixíem els detalls de la seua salut,
podem parlar dels problemes mèdics de la família.
Cap referència mèdica digna de menció quant a la
seua esposa Clotilde García del Castillo, atés que només hi ha en les seues cartes algunes citacions aïllades sobre circumstancials esgotaments explicables o
malalties lleugeres.
Casos ben distints són els seus fills, almenys els
dos majors.
4. El pintor Daniel Urrabieta Vierge (1851-1904) va patir una hemiplegia abans de complir els trenta anys; després de l’accident
va aprendre a utilitzar la mà que conservava mobilitat i va continuar pintant. Pedro Gil animava Sorolla en una de les seues
cartes a seguir el seu exemple (cfr. Tomás et al. 2007, 352-353).
| 97 |
Joaquín Sorolla i la Medicina
Maria Clotilde va nàixer el 13 d’abril de 1890 i va
estar delicada des del principi. L’afecte de Sorolla cap a
ella es desborda des del seu naixement, i així es reflectix
en les cartes: “muchos besos a la rata María Clotilde”,
“besos a mis dos clotildes”.
Maria va tindre una otitis crònica, de la qual va
ser tractada sistemàticament pel Dr. Forns, però fonamentalment tota la seua vida va estar marcada per una
tuberculosi que no li va impedir fer una vida relativament
normal; és a dir, va poder casar-se —amb un interessant
pintor, deixeble de Sorolla, Francesc Pons Arnau—, tindre descendència sana i també dedicar-se a la pintura.
En les cartes de Sorolla, la preocupació per la salut de
Maria és permanent i, encara que no es menciona literalment el nom de la malaltia, considerada en la seua època
vergonyosa, la vida de la família s’hi va veure sempre condicionada. Les referències i les preguntes sobre la seua
evolució, amb alts i baixos constants, la presència permanent dels millors metges, amics de Sorolla i excel·lents
professionals, la busca de paratges secs i adequats per
a aconseguir una estabilització o millora de la seua salut
—El Pardo, la serra de Madrid— i, com no podia ser de
cap altra manera, el reflex d’eixes estades en fotografies
o en quadros del mateix Sorolla, és una cosa inevitable.
Quadros de 1907 com Maria convalescent o La convalescència de la meua filla. Maria malalta a El Pardo5 (il·l. 9-11)
són dels més delicats i íntims del pintor, una preocupació
i intimitat que reflectix en la seua correspondència: “María durmió bien, pero ha empezado a estar mal de lo suyo,
ayer mismo” (cfr. Lorente et al. 2008, carta 108); “anoche
vi a Madina6 y Simarro [(il·l. 12 i 13), se alegraron mucho de que esté mejor, pero Madina gruñó mucho de que
María jugara al golf, son muy exagerados”, “estoy de mé5. Sorolla va regalar al seu amic Simarro un d’estos treballs:
Retrat de Maria, filla de Sorolla, amb la serra al fons, hui en la
col·lecció de la Universitat Complutense de Madrid.
6. Es referix al doctor Juan Madinaveitia; l’amistat entre Sorolla
i Madinaveitia es va estendre a les famílies d’ambdós, que
manifestaven afecte mutu en les cartes; els “madinas” són una
referència freqüent en l’epistolari entre Sorolla i la seua dona.
| 98 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
dicos hasta la coronilla y créeme los mandaría a la puñeta” (Pons-Sorolla; Lorente 2009, carta 186). De fet, la casa
de Cercedilla —on anys més tard va morir el pintor— la va
comprar per a Maria, on va viure uns quants anys a fi que
tinguera l’ambient propici per a no recaure.
Joaquín Sorolla Garcia va nàixer el 8 de novembre de 1892, i no va tindre una vida llarga. Va morir en
1948. Especialment estimat per la seua mare —era el fill
baró—, va ser sempre una persona de selecta vida social, cuidadós de la seua persona i del vestit, representa
sens dubte un clar exemple de personatge de la belle
époque: viatger, estudiant irregular i amant de la vida,
no arribà a casar-se, encara que va tindre aventures i
amors frustrats. Es va enamorar de la famosa cantant
Raquel Meller —que es deia en realitat Francisca Marqués i havia nascut a Tarassona en 1888—; Sorolla la va
retratar en 1918. Ella mai va mostrar un interés sincer
per Joaquín i això, i el seu propi caràcter, li van provocar
depressions constants i de difícil curació, de les quals va
ser tractat en els moments més aguts pel mateix Gregorio Marañón. El pintor i Clotilde patien molt per les crisis
del seu fill, sobretot quan un accident de moto que va
tindre a Londres al novembre de 1913 va permetre conéixer que patia sífilis.
Esta malaltia, flagell d’Occident a partir de l’edat
mitjana tardana, no es va poder controlar fins a l’aparició
i l’ús dels antibiòtics. Abans —i fins eixe moment—, només es tractava amb mercuri (per això la famosa frase
“Una nit amb Venus i una vida amb Mercuri”), a pesar
dels greus efectes secundaris, un dels més visibles a les
genives i les dents. Encara que també era considerada
una malaltia vergonyosa i, per tant, no apareix com a tal
en les cartes; les que Sorolla dirigix a Clotilde a partir de
1913 són molt expressives:
sea lo que fuere yo no estoy contento y me repugna el
pintar, eso pasará tan pronto de Joaquín tenga verdaderas y buenas noticias (cfr. Lorente 2008 et al., carta 113).
Recibo tus cartas, de las cuales saco en sustancia que
Joaquín va mejor pero lentamente. Todo sea por Dios.
| 99 |
Joaquín Sorolla i la Medicina
Lo importante es que vaya reponiéndose. / Madina es
de opinión que si Joaquín no tiene calentura, y puede
medio soportar el viaje, que vengáis. Así me lo dijo
anoche. Pero dado el estado de debilidad, puede no
sea prudente […] Lo de las encías es debido al mercurio que le dieron y dice Madina que es molesto, pero
nada de particular (ibid., carta 114).
Com hem apuntat anteriorment, en eixa data ja
havia aparegut el Salvarsan, un compost orgànic de l’arsènic que donava resultats relatius en el tractament de
la malaltia, però fins a l’aparició de la penicil·lina va ser
una malaltia de curació molt difícil.
Tot això no va impedir que el fill de Joaquín Sorolla continuara sent un personatge carismàtic, un dandi,
en el sentit que dóna el diccionari del terme: “Home que
vist amb una gran elegància i de modals exquisits”. Es pot
apreciar en el retrat que Sorolla fa del seu fill en 1917 (il·l.
14), en l’opacitat i el color gris del rostre del jove; tot i que
podria ser fruit dels efectes secundaris del tractament a
què se sotmetia, dota Joaquín fill d’una bellesa malaltissa
i distingida. Joaquín va donar la seua part de l’herència al
museu que sa mare havia constituït amb els béns que li
pertanyien; a més, va ser fins a la seua mort, en 1948, el
primer director del Museu Sorolla, des que va ser inaugurat en 1931 pel president de la República.
Elena, la tercera filla de Sorolla, nascuda el 12
de juliol de 1895, no va tindre problemes de salut particulars i va servir eficaçment de suport a sa mare durant
el treball permanent de son pare, i especialment quan la
va acompanyar en la llarga estada que ambdós van fer a
Londres en 1913, amb motiu de l’accident i la malaltia, ja
esmentats, del seu germà Joaquín.
Son pare, en les cartes a Clotilde, sempre va tindre records afectuosos per a la seua filla menor, i es preocupava especialment dels seus progressos i dificultats
en l’escola i en els treballs d’escultura que realitzava.
Les fotos de la boda d’Elena Sorolla amb Victoriano Lorente en 1922 permeten veure un Joaquín Sorolla decaigut, rodejat de la seua la família, amb trets ben visibles
de les seqüeles del seu accident cerebrovascular.
| 100 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
Els metges en la vida de Sorolla
Pels epistolaris de Sorolla sabem que, encara que no es
cuidava molt, perquè podríem definir-lo com un bon vivant,
es preocupava dels seus avatars de salut, com és natural.
Recapitulant, d’acord amb les dades de què disposem, es
deduïx que inclús en una edat relativament primerenca va
tindre dos tipus de problemes: una probable hipertròfia
prostàtica que li va ocasionar estenosi uretral, la qual cosa
va requerir finalment una operació quirúrgica practicada
a Biarritz en 1906 per Albarrán, i una més que probable
hipertensió arterial, en una època en què el mesurament
de la tensió encara no estava tan generalitzat com ara (només es va introduir en el medi hospitalari a partir de 1905,
amb els treballs de Korotkov). Sorolla es queixava sovint,
com ja s’ha apuntat, de “mals de cap” i “marejos” que li van
fer patir en 1915 un episodi lleu d’isquèmia cerebral, que
va resultar premonitori del greu accident cerebrovascular
agut (infart cerebral) que li va sobrevindre cinc anys després i el va incapacitar per a l’exercici del seu art i, en definitiva, li va ocasionar la mort per probable recidiva en 1923.
Les malalties familiars ja analitzades i algunes
de greus, com la tuberculosi de Maria, que va ser tractada per Madinaveitia i Simarro, la sífilis de Joaquín fill,
probablement tractada per Marañón i també per l’uròleg
Manuel Alcayde, i d’altres menys greus, com una otitis
crònica de Maria, tractada amb drenatges pel castellonenc Rafael Forns, posen de manifest el contacte freqüent de Joaquín Sorolla amb els metges. Entre ells, els
millors documentats són els uròlegs Albarrán i Lluria
(també uròlegs van ser Martínez Uzal7 i Manuel Alcayde,
dels quals sabem ben poc, excepte la seua especialitat
i que, segons pareix, Alcayde va tractar Joaquinito); en
7. Segons ens informa Blanca Pons-Sorolla, el doctor Martínez
Uzal va travar amistat i va tractar Sorolla pare i el seu fill
Joaquín. El pintor li va regalar tres obres seues: Bust de dona,
dedicada d’esta manera: “A mi amigo / J. Martínez Uzal / J.
Sorolla /1916”; Les cabretes de la Malva-rosa, “Al Dr. Martínez
Uzal / como agradecimiento a su buena voluntat / J. Sorolla
1913”, i Bugaderes de Galícia (sense dedicar).
| 101 |
Joaquín Sorolla i la Medicina
total, quatre metges. N’hi ha tres d’internistes: Madinaveitia, Rodríguez de Sandoval i Marañón (il·l. 15). També
era internista Amalio Gimeno, encara que este últim,
activament dedicat a la política, tal vegada es relacionava amb Sorolla per qüestions de paisanatge. Dos investigadors, Ramón y Cajal i Simarro, encara que este
també era clínic en l’especialitat de neuropsiquiatria i
no és genys estrany que tractara el fill del pintor en la
fase paralítica final de la seua infecció luètica. Trobem
també un otorinolaringòleg, Rafael Forns, que, com s’ha
dit, va tractar Maria; un oftalmòleg, Cervera, que mai
ha de faltar en les relacions de qui treballa amb la vista; i un rehabilitador, Decref, que tracta Elena d’alguns
problemes musculars lleugers. Així mateix, s’esmenten
en diverses cartes altres metges, dels quals poc sabem
sobre la vinculació amb l’artista i la seua família: Luciano Barajas Gallego, el Dr. Pastor i el Dr. José Colomer.
Tampoc sabem molt de Jacobo Banquerí, que pertany a
la nòmina de metges retratats per Sorolla, alguns d’ells
en més d’una ocasió.
* * *
A continuació presentem una breu ressenya biogràfica dels metges que es van relacionar amb Sorolla
i van ser retratats per ell (a excepció del Dr. Forns Romans, que és obra de José López Mesquita).
JOAQUÍN MARÍA ALBARRÁN Y DOMÍNGUEZ
(il·l. 16)
(Sagua la Grande, Cuba, 1860 – Arcachon, França, 1912)
Es va llicenciar en Medicina en la Universitat de Barcelona
en 1877 i es va doctorar a Madrid en 1878 amb una tesi sobre el contagi de la tisi, amb la qual va obtenir el Premi Extraordinari. Establit a París, va cursar allí de nou la carrera
de Medicina i en 1883 va obtindre el número u en l’oposició
per a metge intern dels hospitals de París. A partir d’este
moment va iniciar un brillant ascens que el va fer cap de la
Clínica Universitària de Vies Urinàries de l’Hospital Necker
| 102 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
(1890), del qual arribà a ser director (1906); finalment, el
mateix any, va aconseguir la Càtedra de Vies Urinàries de
la Universitat de París. Va formar nombrosos deixebles en
l’especialitat d’urologia, de la qual se’l pot considerar un
dels fundadors; va escriure nombroses obres d’esta especialitat i va desenrotllar diverses millores en l’instrumental operatori i explorador urològic.
Va ser retratat per Sorolla en 1906; va intervindre el pintor quirúrgicament eixe mateix any a Biarritz per
problemes prostàtics (molt probablement un adenoma).
Va morir a Arcachon en 1912 a conseqüència
d’una tuberculosi pulmonar que se li havia manifestat
dos anys abans.
JACOBO BANQUERÍ (il·l. 17)
Joaquín Sorolla va realitzar el retrat del doctor Jacobo
Banquerí en 1895, i li dedicà amb afecte el quadro: “A mi
amigo J. Banquerí su afect. Sorolla / 1895”. El retrat es
guarda en el Museu Sorolla. Poc més es coneix d’este
personatge. Podem saber pels nomenaments oficials
publicats en el Boletín Oficial de la Provincia de Madrid
que en 1895 Banquerí feia almenys una dècada que era
metge del Registre Civil del Jutjat Municipal de Madrid,
en els districtes Centro i Buenavista. En 1929 obtenia
encara patent per a exercir la medicina en el madrileny
carrer de Lagasca.
RAFAEL CERVERA ROYO (il·l. 18)
(València, 1828 – València, 1903)
Oftalmòleg. Va ser director de l’Institut Oftàlmic de Madrid. Està considerat un dels introductors de l’especialitat de l’oftalmologia a Espanya.
Va ingressar en la Reial Acadèmia de Medicina en 1863 amb el discurs “Consideraciones sobre las
especialidades: Oftalmología”. Va ser membre del Partit Republicà Democràtic Federal i, després, del Partit
Republicà Progressista. Diputat a Corts en 1870, 1873 i
1891 pels districtes d’Alzira i València, i senador per les
| 103 |
Joaquín Sorolla i la Medicina
províncies de Balears (1871-1872), Múrcia (1872-1873) i
per la Reial Acadèmia de Medicina (1884-1885). Germà
del també diputat Salvador Cervera Royo, també de tendència federal, Rafael Cervera va ser afí als líders republicans Castelar i Salmerón.
Cervera va ser col·leccionista d’art i amic personal de Sorolla. Posseïa interessants obres mestres de
la primera època i va ser retratat pel pintor almenys en
tres ocasions.
JOAQUÍN DECREF RUIZ (il·l. 19)
(L’Havana, 1864 – Madrid, 1939)
Es va llicenciar en Medicina en 1884 i es va doctorar en
1894 en la Universitat Central, al claustre extraordinari de
la qual va pertànyer. Es va especialitzar en mecanoteràpia i
electroteràpia. En 1889 va fundar l’Institut d’Ortopèdia i Física Terapèutica. Va fundar el primer Institut de Mecanoteràpia i Electroteràpia de l’Hospital Clínic de San Carlos de
Madrid i en va ser professor. Va ser, per tant, l’introductor
de la medicina rehabilitadora i de la fisioteràpia a Espanya.
Va ser membre de les acadèmies de Medicina de Sevilla i
Cadis i en 1915 va ingressar en la Reial Acadèmia Nacional
de Medicina. Va participar i va presidir nombrosos congressos nacionals i internacionals de la seua especialitat.
Sorolla el va retratar en 1907; la seua efígie es
conserva en el Museu del Prado.
RAFAEL FORNS ROMANS (il·l. 20)
(Les Coves de Vinromà, Castelló, 1868 – Madrid, 1939)
Va estudiar Medicina i Farmàcia en la Universitat de Barcelona i es va doctorar en la de Madrid en 1889 amb el
catedràtic de Patologia General José Letamendi, llavors
cèlebre. En 1891 va guanyar la Càtedra d’Higiene en la
Facultat de Medicina de Madrid. Es va especialitzar en
otorinolaringologia i arribà a ser l’especialista en este
camp de la família reial. Va ser nomenat metge personal de l’infant Jaume, fill d’Alfons XIII, que era sordmut.
També va practicar la cirurgia plàstica i a partir de 1918
| 104 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
arribà a tindre consulta a París, que alternava amb les
seues classes i treballs a Madrid. Va publicar diverses
obres de la seua especialitat.
Destaca també la seua dedicació a la pintura, en
la qual es va iniciar des de jove a Castelló amb Bernat
Mundina Milallave, que va prosseguir després a Barcelona en l’escola de la Llotja amb Ramon Martí Alsina, i
a Madrid amb Cecili Pla. El seu estil partix d’una gran
admiració per l’impressionisme. Va participar en nombroses exposicions nacionals i internacionals i va rebre
diverses distincions.
També es va dedicar a la composició musical
amb èxit (va estrenar una celebrada revista, Flores de
Lujo), i va escriure diverses sonates i concerts.
Amb una afició tan notable a la pintura i, a més,
sent valencià, no estranya la seua amistat amb Sorolla.
A més, va tractar Maria Sorolla com a especialista d’una
otitis crònica que va patir i que va requerir drenatges
prolongats. Sorolla no el va retratar (es conserva d’ell un
retrat d’excel·lent factura de López Mezquita que reproduïm ací), però li va dedicar afectuosament un estudi de
pescadors que, com l’obra de López Mezquita, es conserva en el Museu de Belles Arts de Castelló. També el
Museu de Sant Pius V a València conserva Una vista de
Sierra Nevada, dedicada per Sorolla a Rafael Forns.
AMALIO GIMENO Y CABAÑAS (il·l. 21)
(Cartagena, 1852 – Madrid, 1936)
Metge, escriptor i polític. Primer comte de Gimeno.
Encara que nascut a Cartagena pel destí militar de son
pare, Amalio Gimeno era d’origen valencià i va cursar
a València la carrera de Medicina, que va acabar en
1872. Es va doctorar en 1874 a Madrid. En 1875 va obtindre plaça en el Cos de Metges Directors de Banys i
Aigües Medicinals, càrrec al qual va renunciar per haver guanyat també per oposició la Càtedra de Patologia General i Anatomia Patològica de la Universitat de
Santiago. Es va traslladar en 1876 a la Universitat de
Valladolid i després a la de València com a catedràtic
| 105 |
Joaquín Sorolla i la Medicina
de Terapèutica; en 1888 va ser nomenat en concurs de
mèrits catedràtic d’Higiene de la Universitat Central,
de la qual va ser també catedràtic de Patologia i Clínica Mèdiques a partir de 1891.
L’any 1886 va ser elegit per primera vegada diputat a Corts pel Partit Liberal i va representar en el
Congrés el districte d’Alzira (València). La vocació política el va allunyar gradualment de la medicina. En 1891
va ser elegit senador per la Universitat de València, càrrec que va exercir fins a 1908, en què va ser nomenat
senador vitalici. En 1906, el cap del Govern, el general
López Domínguez, li va encarregar la cartera d’Instrucció Pública, que va exercir novament amb el marqués de
la Vega de Armijo, en 1906, i amb Canalejas en 1911. Va
ser ministre de Marina en 1913, d’Estat en 1916 i de Governació en 1918, amb el comte de Romanones, ministre de Marina, de nou, en el gabinet de concentració de
García Prieto, en 1917, i, finalment, ministre de Foment
amb Allendesalazar, en 1919. En els anys 1921 i 1922 va
representar Espanya en la Societat de les Nacions. Va
ser el creador de la Junta d’Ampliació d’Estudis i Investigacions, que va permetre a molts jóvens universitaris
perfeccionar-se a l’estranger.
Va pertànyer a les acadèmies de Medicina, Ciències Exactes, Físiques i Naturals, Espanyola de la llengua
i Belles Arts de San Fernando. En 1935, l’Acadèmia de
Medicina el va honrar públicament i publicà una antologia
dels seus treballs científics, literaris, polítics i acadèmics.
El rei Alfons XIII li va atorgar el títol de comte de Gimeno.
És fill predilecte de València i va ser amic personal de Sorolla, que el va retratar en 1919. El magnífic
quadro, realitzat en el jardí de la casa estudi del pintor,
es conserva hui en el Museu de Belles Arts de València.
JAUME GONZÁLEZ CASTELLANO (il·l. 22)
(Xàbia, 1832 – Xàbia, 1917)
Va cursar estudis de Medicina a València i a Madrid, i
es va llicenciar per esta universitat en 1859. Va treballar en el Cos de Sanitat Militar en la guerra d’Àfrica
| 106 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
(1859-1860). Va ser director del Museu Anatòmic de la
Facultat de Medicina de Valladolid per oposició (1865),
càrrec al qual va renunciar en 1866. En 1870 va ser professor en la primera Càtedra Lliure d’Oftalmologia de
la Universitat de València. En 1872 es va traslladar definitivament a Xàbia per a exercir la seua professió. Van
ser notables els seus treballs i publicacions sobre la
lepra, endèmica en la comarca de la Marina i en zones
del litoral valencià. Va ser consultor dels fundadors del
Sanatori Leprològic de Fontilles per al desenrotllament
del dit establiment, del qual va ser un decidit impulsor.
Va exercir diversos càrrecs oficials en l’administració
mèdica de la zona.
Sorolla va travar relació amb ell amb motiu
dels seus estiuejos a Xàbia; va ser el metge del pintor i la seua família en estos períodes. Joan B. Codina arreplega de Ramon Llidó l’anècdota següent: “Un
día, enzarzados en una discusión junto a la playa el Dr.
González y don Luis Simarro, Sorolla plantó su caballete y se puso a pintar. Cuando ambos interlocutores
se le acercaron vieron con sorpresa que había pintado
la cabeza del Dr. González, totalmente conseguida. Era
1905. Dicho cuadro fue donado por sus hijas mayores
al Museo de Bellas Artes de Valencia al morir su padre” (cfr. Codina 2010, 19). A pesar d’això, pareix dubtós
que el retrat del Dr. González del Museu de Belles Arts
de València fóra pintat a plein air, com ací s’indica, ja
que és clarament un retrat d’interior amb un marcat
clarobscur, on el retratat apareix vestit amb tota formalitat i s’insinua assegut en una butaca.
ENRIQUE LLURIA DESPAU (il·l. 23)
(Matanzas, Cuba, 1863 – Cienfuegos, Cuba, 1925)
Va iniciar els seus estudis de Medicina a Cuba i els va finalitzar a Barcelona en 1889. Es va traslladar a París, on
va ser deixeble de Joaquín Albarrán en l’Hospital Necker.
En 1893 va viatjar a Madrid, on va obrir una clínica urològica. En 1909 es va traslladar a Sotomayor (Pontevedra),
on la seua esposa havia heretat quantiosos béns; allí va
| 107 |
Joaquín Sorolla i la Medicina
obrir un sanatori urològic. En 1919 es va traslladar a
l’Havana i en 1925 a Cienfuegos, on va morir. Va realitzar
aportacions notables a la investigació de les malalties de
les vies urinàries; també va publicar diverses obres de
sociologia. Va militar en el PSOE de 1915 a 1918.
Va tractar Sorolla dels seus problemes prostàtics i és altament probable que fóra ell qui el posara en
contacte amb el seu mestre Albarrán per a la intervenció
quirúrgica practicada a Biarritz en 1906. Sorolla va retratar el Dr. Lluria en 1912 i la seua esposa en 1910.
JUAN MADINAVEITIA Y ORTIZ DE ZÁRATE
(il·l. 24)
(Oñate, 1861 – Madrid, 1938)
Va cursar els estudis de Medicina a Valladolid i Madrid,
on es va doctorar en 1889. Metge de l’Hospital General
de Madrid, adscrit a la Facultat de Medicina, va exercir la
docència com a professor agregat de Patologia General i
Clínica; va ser mestre de Gregorio Marañón, entre altres.
Laín Entralgo va dir d’ell: “Madinaveitia va treballar amb
gran serietat i eficàcia en l’Hospital General i després
en l’Institut de Patologia Digestiva que ell mateix havia
fundat. Ha sigut Madinaveitia el fundador de la gastroenterologia espanyola.
Va ser íntim amic del valencià Simarro; ambdós
van tractar Maria Sorolla de la tuberculosi que va patir.
Arran d’això, va travar amistat amb Joaquín Sorolla, que
el va retratar, a més de pintar l’efígie de la seua esposa
i del seu fill Luis, mort molt prompte. Qualificat de “sant
laic” per Marañón, també va tindre inquietuds polítiques: va militar en el PNB primerament i posteriorment
en el PSOE de manera molt activa, encara que sense
exercir càrrecs.
GREGORIO MARAÑÓN Y POSADILLO (il·l. 25)
(Madrid, 1887 – Madrid, 1960)
Es va llicenciar en Medicina en la Universitat Complutense de Madrid en 1908, on es va doctorar dos anys
| 108 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
més tard amb una tesi que indicava la seua orientació cap a l’endocrinologia: “La sang en els estats tiroïdals”. Va ampliar estudis a Alemanya. Va ser deixeble
de Madinaveitia en l’Hospital General de Madrid, de la
plantilla del qual va formar part després. Laín Entralgo resumix així la seua obra científica: “Autor d’importants treballs clínics sobre l’edat crítica, els estats
intersexuals, l’evolució de la sexualitat, les febrícules,
les síndromes hipofisiàries i tiroïdals i molts altres temes. Marañón, metge de l’Hospital General de Madrid,
membre de cinc acadèmies (de Medicina, Espanyola
de la llengua, d’Història, de Belles Arts i de Ciències
Exactes, Físiques i Naturals) i escriptor insigne, va dirigir en col·laboració amb Teófilo Hernando un acreditat Manual de medicina interna. Afegim a això que el
seu Manual de diagnóstico etiológico (1946) va ser molt
celebrat, i va aconseguir nombroses edicions i difusió
mundial. Va ser doctor honoris causa d’unes quantes
universitats estrangeres.
En la seua obra literària, molt extensa, destaca
especialment un ampli conjunt d’assajos biològics, una
manera original d’enfocar les biografies de diferents
personatges intentant explicar les seues conductes a
través de d’interpretacions psicobiològiques: Antonio
Pérez, El conde-duque de Olivares, Amiel i Tiberio en són
exemples. Va escriure més de 60 llibres i més de 500
articles i monografies.
Va intervindre, a més, en política de manera
activa. Es va oposar a la dictadura de Miguel Primo de
Rivera, per la qual cosa va patir repressió. En 1931 va
fundar, junt amb Ortega y Gasset i el novel·lista Ramón
Pérez de Ayala, l’Agrupació al Servici de la República i
va col·laborar a l’adveniment d’esta. Va ser diputat en
les corts constituents. Va condemnar la violència que es
manifestava en la vida espanyola i en 1936 va abandonar
Espanya en estimar que corria perill la seua vida.
Marañón es va ocupar de la família de Sorolla;
va tractar-ne el fill, Joaquín. Sorolla el va retratar per a
la galeria de personatges cèlebres de la Hispanic Society
de Nova York.
| 109 |
Joaquín Sorolla i la Medicina
SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL (il·l. 26)
(Petilla de Aragón, Navarra, 1852 – Madrid, 1934)
Va cursar els estudis de Medicina a Saragossa —on es
va llicenciar en 1853— i va ser metge militar durant la
Guerra de Cuba (1874-1875). Es va doctorar a Madrid en
1877. Va ser director de Museus Anatòmics de la Universitat de Saragossa (1879). Va guanyar la Càtedra d’Anatomia de la Universitat de València en 1883 (il·l. 27), la
d’Histologia de la Universitat de Barcelona en 1892 i la
de la dita disciplina i Anatomia Patològica en la Universitat de Madrid en 1892. Va ser el seu mestre en el doctorat Aureliano Maestre de San Juan, eminent històleg que
li va fer veure la importància de les bones preparacions
microgràfiques. En 1887 va entrar en relació amb Simarro, que el va introduir en els mètodes tintorials de Golgi
d’impregnació cromoargèntica.
Laín Entralgo distingix tres etapes en la vida
científica de Cajal: en la primera, fins a 1888, va perfeccionar les seues tècniques microgràfiques de manera autodidacta; en la segona, fins a 1903, va conéixer i va modificar el mètode de Golgi i va elaborar la
teoria de la neurona; i en la tercera etapa (1903-1912),
va crear el seu propi mètode, el nitrat de plata reduït,
que li va permetre aprofundir en l’estudi de l’arquitectura microscòpica del sistema nerviós (il·l. 28 i 29) i de
la seua funció (histofisiologia), cosa que li permetria
defendre la teoria de la neurona contra els conceptes
reticularistes que sostenien que el teixit nerviós era
una xarxa contínua de fibres (Gerlach, Held, Apathy i
el mateix Golgi).
A partir d’ell es va crear una escola científica
dedicada a la investigació del sistema nerviós de primer nivell mundial que va fer aportacions essencials
en eixe camp: Jorge Francisco Tello, Pío del Río-Hortega, Nicolás Achúcarro, Gonzalo Lafora, Fernando de
Castro, Rafael Lorente de No i altres. En 1906 se li va
concedir el Premi Nobel de Medicina pels seus descobriments sobre l’estructura del sistema nerviós i la
funció de la neurona. També es va guardonar Camillo
| 110 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
Golgi, les tècniques de tinció del qual van fer possibles
estos avanços.
A través de Luis Simarro, amic comú, Ramón y
Cajal va conéixer Sorolla, que el va retratar el mateix any
en què li va ser concedit el Nobel. En 1922 va posar per a
l’escultor Marià Benlliure, que realitzaria l’esbós per al
monument que presidix hui l’entrada al paranimf de la
Universitat de Saragossa (il·l. 30 i 31).
FRANCISCO RODRÍGUEZ DE SANDOVAL (il·l. 32)
Com altres metges d’esta nòmina, Francisco Rodríguez
de Sandoval va ser membre de la Institución Libre de
Enseñanza. Era amic dels doctors Luis Simarro i Juan
de Madinaveitia; d’este últim va ser gran col·laborador.
Se’l relaciona també amb altres protagonistes de l’època, com el poeta Juan Ramón Jiménez.
Rodríguez de Sandoval va atendre com a metge la família Sorolla, amb la qual va mantindre amistat.
A Sandoval —com l’anomenava Sorolla—, el va retratar
en diverses ocasions: el Museu del Prado i la Hispanic
Society of America en conserven sengles retrats; a més,
es conserva un estudi amb l’efígie del metge en aiguada
sobre cartó (1918) i un altre pintat en 1920.
Després d’acabar l’encàrrec per a la decoració
de la Hispanic Society of America, Joaquín Sorolla va
viatjar a València per a solucionar uns assumptes de
l’herència del seu sogre, el fotògraf Antoni Garcia. Allí
va esperar l’arribada de la seua dona, Clotilde, i de la
seua filla Elena, que viatjarien més tard acompanyades
per Rodríguez de Sandoval. Des de València van partir
tots a Palma i Eivissa.
LUIS SIMARRO LACABRA (il·l. 33)
(Roma, 1851 – Madrid, 1921)
Va nàixer a Roma de manera casual per estar allí treballant son pare, el pintor de Xàtiva Ramon Simarro. Este
va morir prematurament de tuberculosi als 33 anys, i 24
hores més tard la mare de Simarro, seriosament depri| 111 |
Joaquín Sorolla i la Medicina
mida, es va suïcidar llançant-se al buit amb Luis en braços, que en resultà afectat i li quedà una seqüela de lleu
coixera per a tota la vida. El seu padrí, Luis Madrazo, li va
facilitar la realització d’estudis.
Va començar els seus estudis de Medicina a València en 1868, però el seu activisme polític revolucionari
li va causar problemes i es va traslladar a Madrid, on
es va llicenciar en 1874 de Medicina i es va doctorar en
1875. Posteriorment va entrar en contacte amb la Institución Libre de Enseñanza. En 1877 va ser nomenat director del manicomi de Santa Isabel de Leganés, càrrec
del qual va dimitir a causa del malestar causat per les
seues idees innovadores. En 1880 es va traslladar a París i va ampliar estudis amb Ranvier, Charcot, Magnan
i Bell. Va tornar a Madrid en 1885 i es va dedicar a la
psiquiatria i a la investigació histològica amb les noves
tècniques tintorials amb cromat de plata introduïdes per
Golgi; a partir de 1887 va ensinistrar Cajal en estes tècniques i va crear la seua pròpia tècnica de tinció argèntica de les neurofibril·les (el mètode Simarro). En 1902 va
guanyar la Càtedra de Psicologia Experimental que es
va crear en la Universitat Central. Se’l considera un dels
fundadors de la neuropsiquiatria a Espanya. En 1909 es
va implicar activament en la defensa de Francesc Ferrer
i Guàrdia, la qual va continuar després de l’afusellament
d’este. En 1917 va ser elegit gran mestre de la maçoneria espanyola.
Va ser un gran amic de Sorolla; hi ha constància
que coincidien en les seues vacacions a Xàbia i hi ha un
abundant epistolari entre ambdós. Amic i veí de Madinaveitia, els dos van tractar Maria Sorolla de la tuberculosi
que va patir. Segons informació de la família, Simarro li
va posar “algun tipus de vacuna”, molt probablement la
vacuna tuberculínica de Koch, que tantes esperances va
despertar i tan profundes decepcions més tard, en comprovar-se la seua ineficàcia. Sorolla el va retratar en diverses ocasions: el seu retrat més cèlebre va ser el que
protagonitza en el quadro Una investigació.
| 112 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
ÍNDEX D’IL·LUSTRACIONS
1.Trista herència!, 1899. Fundació Bancaixa.
2.Pillets de platja. Estudi per a Trista herència!, Museo de
BBAA de Asturias, col·lecció Pedro Masaveu.
3.El doctor Simarro, 1896. Madrid, Universidad Complutense, núm. inv. 793.
4.Una investigació. El doctor Simarro en el Laboratori,
1897. Madrid, Museo Sorolla, núm. inv. 417.
5.Santiago Ramón y Cajal en 1906. Legado Cajal. Instituto Cajal (CSIC). Madrid
6.Santiago Ramón y Cajal. Esquema del cerebel, publicat
per primera vegada en 1895. Legado Cajal. Instituto Cajal (CSIC). Madrid
7.Antoni Ferré. Creu del Còlera, 1892. Cementeri Municipal de València.
8.Joaquín Sorolla i Clotilde García, 1922. AFMS, 80377.
9.La convalescència de la meua filla. María malalta en el
Pardo, 1907. Col·lecció particular.
10.María convalescent, 1907. Museu de BBAA de València,
núm. inv. 891.
11.Retrat de María, filla de Sorolla, amb la serra al fons.
Madrid, Universidad Complutense, inv. nº 309.
12.María malalta en el Pardo amb Elena, 1907. Arxiu BPS.
13.María convalescent en el Pardo amb els seus pares, Aureliano de Beruete i el doctor Simarro, 1907. Arxiu BPS.
14.Joaquín Sorolla García asegut, 1917. Museo Sorolla,
nº inv. 1206.
15.El doctor Francisco Sandoval, 1920. The Hispanic
Society of America, núm. inv. A1944.
16.Doctor Albarrán, 1906. Col·lecció particular.
17.Retrat del doctor Jacobo Banquerí, 1895. Madrid, Museo Sorolla, núm. inv. 01345.
18.Retrat de Rafael Cervera, 1887. L’Havana, Museo Nacional, núm. inv. 86-481.
19.El doctor Joaquín Decref y Ruiz, 1907. Museo Nacional
del Prado, núm. inv. P04652.
20.José López Mezquita. Retrat de Forns, Museu de Castelló.
21.Amalio Gimeno, 1919. València, Museu de Belles Arts,
núm. inv. 2072.
| 113 |
Joaquín Sorolla i la Medicina
22. El doctor González. Metge de Xàbia, 1905. Museu de
BBAA de València, núm. inv. 889.
23. Retrat del doctor Enrique Lluria,1912. Col·lecció particular.
24. Juan de Madinaveitia y Ortiz de Zárate, 1909. Col·lecció
particular.
25. El doctor Gregorio Marañón y Pasadillo, 1920. The Hispanic Society of America, núm. inv. A1935.
26.Retrat de Santiago Ramón y Cajal, 1906. Museo de Zaragoza, núm. inv. 51406.
27. Santiago Ramón y Cajal en el seu laboratori. València,
1885. Legado Cajal. Instituto Cajal (CSIC). Madrid
28. Santiago Ramón y Cajal y Ramón Padró. Esquema de
l’estructura del cerebel. Talls transversal i longitudinal d’una lamineta cerebel·losa. Madrid, Universidad
Complutense.
29. Santiago Ramón y Cajal i Ramon Padró. Esquema
de l’estructura del cerebel. Talls transversal i longitudinal d’una lamel·la cerebel·losa. Universitat de
València.
30. Santiago Ramón y Cajal posant per a Marià Benlliure
en 1922. Crevillent, Museu Municipal Marià Benlliure,
núm. inv. S-368.
31. Marià Benlliure, Monument a Santiago Ramón y Cajal, aprox. 1922. Escaiola patinada, 85 x 142 x 141 cm.
Crevillent, Museu Municipal Marià Benlliure, núm.
inv. E-137.
32. El doctor Francisco Rodríguez de Sandoval, 1906. Museo Nacional del Prado, núm. inv. P03095.
33. El doctor Simarro en el laboratori, ca. 1897. Madrid,
Universidad Complutense, núm. inv. 792.
| 114 |
ENGLISH
Sorolla Bastida
| Joaquín
Valencia, 1863 - Cercedilla, Madrid, 1923
Portrait of Santiago Ramón y Cajal, 1906
Oil on canvas, 91 x 127.5 cm
Signed on the lower left-hand corner:
“Mr. Cajal [in red, continues in black] to
my dear friend a mi P. Gil / J Sorolla Bastida
[signature] 1906”
Museum of Zaragoza, NIG: 51406
Pantorba 1953, nº 1980. Cat. BPS, nº 2021
| Alejandro Font de Mora Turón
| Felipe V. Garín Llombart
Introduction
Since the Classical World, with Hippocrates (5th century B.C.)
and Galeno (2nd century D.C.) when rational medicine began
to prevail —as a consequence of logical reasoning— over
Asclepian medicine1 —which combined science and beliefs—,
great strides were made in the study of man and his health.
This led to a deeper and deeper knowledge of subjects such
as the circulation of the blood, the human temperaments, the
anatomy and even the soul, which was put in the category of
faculties of the mind.
If we start out this long ago, it is to give historical
consistency to the fact that, with significant ups and downs,
medical science has been a continuum. Yet it is in the
19th century when, due to a series of circumstances not
unrelated to the rationalism of previous centuries, medicine
takes a giant step forward on its steady progress along the
path to improving human health.
Joaquín Sorolla lived from 1863 to 1923; more,
then, in the 19th century than in the 20th. And the 19th
1. Asclepian medicine takes its name from Greek mythology.
Asclepius —Esculapio to the Romans— was the god of the arts of
medicine and healing.
| 121 |
J o a q u í n S o r o l l a AN D M e d i c i NE
century was, to quote López Piñero —whose expository
structure we follow here— the century of the creation of
Contemporary Medicine… whose fundamental elements
have remained valid to the present day as one of the factors
of its historical continuity, despite the increasing tendency of
scientific information to fall into disuse (obsolescence) in very
short periods of time (López Piñero 2002, 435 and ff.).
During his lifetime, the painter witnessed a
considerable number of medical breakthroughs which,
either in and of themselves or because they paved the way
for subsequent discoveries, marked important milestones in
medicine. Society of the period was aware of that fact. This
led to the rising social prestige of the doctor, even though his
therapeutic armamentarium, seen through modern-day eyes,
was relatively limited (Think, for example, that we still refer to
the “pre-antibiotic era”, which meant that infectious diseases
—so common— were hard to treat, while infections also posed
a great barrier to the full development of surgical activity).
The doctor as a prestigious social figure contained
elements of romantic individualism, a completely 19thcentury phenomenon. Perhaps this is why it was immune
to the fact that good medicine was only accessible to the
wealthy, since social medicine was still absolutely embryonic
and the most disadvantaged segments of the population
only had access to medical care as a form of charity. This
was particularly true in the case of surgery: “saving up for
an operation” was a widespread practice among the poorer
segments of the populace, and it is an expression that has
not been forgotten by those of us who still remember the
1950s, before the system of social medicine we have today
was fully developed. In fact, one of the original motivations
for this system was to make surgical care —so costly and
unattainable for many at the time, except in public or private
charity centers as we have said— available to all.
Doctors of the time were aware that they had
more and more possibilities to take action, and despite their
objective limitations, we can say that the period in question is
one of “medical optimism”, incubated in the warmth of these
new breakthroughs. However, medical corporatism was very
much present and it is not unusual to find complaints about
the “excessive” number of doctors. Simonena (1861-1941),
a renowned professor of Medical Pathology at the Central
University, said for example that medicine was suffering from
the “vice of concurrence”.
| 122 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
Knowledge of these advances could also cause
professional discontent when doctors did not have access
to them, especially in rural areas. A personal physician and
friend of Sorolla, Dr. González, who practiced medicine in
Javea at the time, wrote in 1917:
The lack of microscopes and laboratories in rural
medical practices prevents us from adding to these
notes the tests that we might call precise, as are the
ones obtained in the interest of experimentation (Cf.
Codina Mas 2010, 85).
Despite the fact that he was a rural doctor, which
meant less competition, González also complained of the
“excessive number of doctors” (ibid. 83), and sensed the
social change that was taking place, despite the scarce
development of health care systems:
The medical profession has undergone a true
revolution in the last 30 years, due not only to scientific
advances, but also to profound changes in the social
State. Good works are multiplying and everywhere,
tremendous efforts are being made to improve the
harsh conditions of working-class life, with doctors
playing the leading role (ibid. 82).
This is the century Joaquín Sorolla lived in, and this
is precisely when he produced some of his works, such as
A Research in 1897 or Sad Inheritance in 1899 (ill. 1 and 2.
These works clearly show not only his sensitivity toward
and admiration of human knowledge, but also the painter’s
excellent relationship with intellectuals of the time —
including important doctors— and also that his admiration
for this branch of knowledge was not only due to Sorolla’s
personal or family problems, which we will address later,
but due to his position on science and specifically his
ideology, very close to the Institución Libre de Enseñanza
(“Institute of Free Teaching” and its chief architects,
including Giner de los Ríos and Joaquín Costa, and of his
doctor friends Simarro (ill. 3), Achúcarro, Madinaveitia and
the Republican from Valencia, Rafael Cervera. Inspired by
the philosophy of Krause, they were all committed to the
educational and cultural reform in Spain, as well as staunch
defenders of academic freedom and education unfettered
by any official dogma.
| 123 |
J o a q u í n S o r o l l a AN D M e d i c i NE
Medicine in the 19th century.
Sorolla’s context
Sorolla’s epoch was very fertile in every single field of
medical knowledge. In basic sciences such as physiology
and the morphological sciences, it must be noted that
when Sorolla was 15 years old, Claude Bernard (1813-1878)
passed away. Bernard was responsible for introducing
the concept of “experimental medicine”, culminating a
movement initiated in the 17th century by Boyle, Harvey
and others, whereby knowledge is based on proof by
experimentation.
Sorolla’s life overlapped that of Brown-Séquard
(1817-1894), a physician who studied the endocrine
system; Cannon (1871-1945), who developed the concept
of “homeostasis” or internal balance; Pavlov (1849-1936), a
Russian physiologist who conducted his famous experiments
to study the conditioned reflex (1903) and Starling (18601924), his strict contemporary, who introduced the term and
concept of “hormone”, to cite just some examples. This was
followed by the development of endocrinology, introduced in
Spain by Gregorio Marañón, another one family doctor of the
painter, who did a portrait of him. Certain knowledge that
may have benefited our painter did not come until the end
of his life; in 1923 for instance, the year Sorolla died, insulin
was discovered by Banting (1891-1941) and Best (1899-1978).
Our painter had a special relationship with an entire
generation of histologists who mark an important moment
in the history of Spanish science: Simarro (1851-1921),
who taught Cajal Golgi’s innovative staining techniques
(1852-1934), was a personal friend —they were both from
Valencia— and Sorolla painted him several times, including
in the famous work we mentioned above, A Research (ill. 4),
in which some of the students of both histologists are said
to appear, such as Río Hortega (1892-1948), Achúcarro
(1880-1918) and Lafora (1886-1971). They all made a
extremely important contributions to our knowledge of the
morphological organization of the nervous system. Their
work helped earn Ramón y Cajal (1852-1934; ill. 5 and 6) the
1906 Nobel Prize, an award he shared with Golgi, who we
mentioned above.
But if one branch of medical knowledge made
great, spectacular strides during Sorolla’s lifetime, it
was microbiology. Knowledge of infectious pathogens —
| 124 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
microbes— experienced a real revolution that changed hygiene
habits, developed prevention through vaccines, contemplated
the beginnings of antimicrobial therapy and, above all, laid the
foundations for the birth of the era of antibiotics in the following
century —the 20th— with the discovery of penicillin by Fleming
(1881-1955) in 1929 and a method for its industrial production
that took it from the laboratory to the clinic developed by Florey
and Chain (1940). The three of them received the Nobel Prize
for Medicine in 1945.
In the first half of the 19th century, before it was
known that infectious diseases are transmitted by microbes,
miasma theory was developed. This theory held that
diseases were spread by miasmas, noxious forms of bad air
responsible for contagion. Although it turnout out to be false,
this theory had positive effects by promoting public hygiene,
urban sanitation with the development of sewer systems,
water supply and prophylactic measures through general
cleanliness and personal hygiene. The miasma theory even
influenced architecture and urban planning. Thus, we can see
19th-century buildings with high doors, large windows and
homes with well-ventilated rooms plenty of sunlight, as well
as rationally-planned new neighborhoods. In certain villages
in this country, certain habits deriving from this medical
theory still survive, such as scrubbing the floors of homes
and even the surrounding sidewalks with water and bleach, a
throwback to urban ordinances to fight 19th century epidemics
(cholera, yellow fever, etc.). This period brought the creation of
university chairs of hygiene, some of them occupied in Spain by
doctors tied to Sorolla, such as Amalio Gimeno of Valencia and
Forns Romans of Castellón. The foremost representative of
this trend was Pettenkofer (1818-1901) who in his passionate
defense of the miasma theory went so far as to ingest, during a
public session of the Academy, a pure culture of Vibrio cholerae
(the cause of cholera, discovered by Koch in 1883), in order to
disprove microbial transmission. Nothing happened to him,
however (undoubtedly thanks to the gastric hyperacidity
that came with his volcanic temperament, which must have
inactivated the V. cholerae).
Despite such academic resistance, the studies of two
important figures, whose lives partly overlap with Sorolla’s,
such as Pasteur (1822-1895) and Koch (1843-1910) and their
many collaborators and friends who followed in their footsteps,
managed to confirm the veracity the microbian transmission of
infectious diseases, producing a real avalanche of discoveries
| 125 |
J o a q u í n S o r o l l a AN D M e d i c i NE
SOME MICROBIOLOGICAL DISCOVERIES: 1850-1905*
GERM
DISCOVERD BY YEAR
DISEASE
Bacillus
Anthracis
Davaine
Rayer
1850
Anthrax
Mycobacterium
Leprae
Hansen
1874
Leprosy
Neisseria
Gonorrhoeae
Neisser
1879
Gonococci
Streptococcus
Pasteur
1879
Streptococcal
diseases
Staphylococcus
Pasteur
1880
Staph
infections
Salmonella Typhi
Eberth
1880
Typhus
Pneumococcus
Pasteur
Roux
Chamberland
1881
Pneumococcal
diseases
Mycobacterium
Tuberculosis
Koch
1882
Tuberculosis
Vibrio Comma
Koch
1883
Cholera
Clostridium
Tetani
Nicolaier
1884
Tetanus
Corynebacterium
Diptheriae
Klebs
Löffler
1885
Diphtheria
Brucella
Melitensis
Bruce
1886
Malta fever
Weichselbaum
1886
Meningitis
Meningococcus
Yersina Pestis
Yersin
1894 Bubonic plague
Shigella
Dysenteriae
Shiga
1898
Dysentery
Bordetella
Pertussis
Bordet
Gengou
1901
Whooping
cough
Treponema
Pallidum
Schaudinn
Hoffmann
1905
Syphilis
* Extract from Dumas 1967.
| 126 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
in this field, some examples of which can be seen in the
following chart (page 126), in a non-exhaustive list.
Greater knowledge about bacteria allowed the
creation of vaccines using inactivated or dead germs, or
extracts of them, thus fulfilling the dream of preventing
infections initiated by Jenner with his antiviral vaccine in the
late 18th century (1796). A key figure in this field was Jaime
Ferrán (1851-1929), a contemporary of Sorolla’s who developed
the cholera vaccine used in the 1885 Valencia epidemic.
Surely, Sorolla must have been particularly interested in the
development of these vaccines, since as we shall explain later,
his parents died of cholera. Here is a list of some of the main
vaccines appeared over the course of Sorolla’s lifetime:
Cholera vaccine
Jaime Ferrán
1885
Rabies vaccine
Pasteur
1885
Tetanus vaccine
(serum)
Behring and Kitasato
1890
Diphtheria vaccine
Behring
1891
Typhoid vaccine
Pfeiffer and Kolle
1896
At the end of the 19th century, infectious agents
smaller in size than bacteria were discovered. They were so
tiny, they couldn’t be seen with microscopes of the period and
passed through the porcelain filters. It wasn’t until the next
century that scientists managed to identify and prevent these
“filterable viruses”, and treat the infections caused by them.
Sorolla’s epoch also brought the birth of clinical
analyses as we know them today. Starting in 1858 HoppeSeyler (1825-1895) introduced the spectrophotometric
method for measuring haemoglobin levels; that same
year Vierordt constructed the haematachometer. In 1879
Ehrlich carried out the first differential leukocyte count,
which Schilling perfected in 1912 with the introduction of
the leukocyte formula. In 1913 Bang measured the amount
of glucose eliminated in the urine and Van den Bergh,
bilirubin levels in blood. We must also mention the blood
sedimentation rate, first measured by Fahraeus in 1918 and
by Westergren in 1921.
Starting in the mid-19th century, a desire to objectify
the discoveries of clinical examination led Wunderlich (18151877) to systematize the study of fever by systematically
| 127 |
J o a q u í n S o r o l l a AN D M e d i c i NE
taking the temperature using calorimeters (thermometers),
introducing the temperature charts that are still used today,
and describing the typical temperature curves of numerous
illnesses. Along the same lines, advances were made in
the objective study of the pulse and blood pressure with the
sphygmomanometer invented by Potain (1825-1901), in 1889,
and the mercury column invented by Riva-Rocci, in 1896. Finally
in 1905 Korotkov (1874-1920) introduced the measurement of
maximum and minimum blood pressure through the combined
use of the sphygmomanometer (or blood pressure meter)
and the auscultation of the brachial artery, which is how it
has been done since, until the introduction of automatic blood
pressure monitors in recent years. Einthoven (1869-1927) laid
the basis of modern electrocardiography in 1901 and around
that same time, Berger (1873-1941) recorded the first human
electroencephalography.
Another extremely important breakthrough, which
must have been used on Sorolla and certain members of his
family, is the X-ray, discovered by Roentgen (1845-1923) in
1895. The first X-ray was taken in 1896, of the hand of the
morphologist Kölliker, president of the German Academy.
Despite inevitable reservations, it was rapidly introduced
into the clinic, and the first department of Radiology was
created in 1919 with Albers-Schönberg as chair (18651921). That year marked the beginning of a boom in different
x-ray techniques. The barium papilla is used to explore the
digestive tract for the first time; in 1919 Cole and Graham
performed the first cholecystogram and Dandy founded
neuroradiology by taking the first ventriculograms and
pneumoencephalograms.
The barriers to the direct knowledge of lesions were
torn down one after another, with the excuse of technically
perfecting the design and construction of the corresponding
devices. The following chart shows some of the inventions that
doctors came up with, even though lack of knowledge about
antibiotics limited, in many cases, the use of the most invasive
ones, due to the omnipresent risk of infection.
DEVICE
Ophthalmoscope
Cystoscope
Laryngoscope
Rhinoscope
YEAR INVENTED
INVENTOR
1850
HELMOLTZ
1853
DESORMAUX
1855
MANUEL GARCÍA
1860
CZERMAK
| 128 |
Alejandro Font de Mora
Otoscope
Rectoscope
Laparoscope
Arthroscope
1860
1889
1902
1910
1921
|
F e l i p e V. G a r í n
VON TRÖLTSCH
NITZE
KELLING
JACOBAEUS
BIRCHER
On a different note, Sorolla undoubtedly had the
chance to hear about progress made in the knowledge of
diseases affecting the nervous system as of 1870 with the
contributions of Charcot (1852-1893), who is regarded as the
founder of modern psychiatry due to his studies on hysteria.
His student, Freud (1856-1939), introduced psychoanalysis
and psychotherapy beginning in 1895.
Such a brilliant list of breakthroughs may be partially
clouded by the fact that therapeutic advances were not made at
the same rate. Although various plant derivatives (for instance
opium alkaloids) were obtained and purified, and new chemical
agents2 such as salicylic acid (Kolbe, 1859) and acetylsalicylic
acid (Dreser, 1899) were introduced to treat rheumatic
diseases, and the organoarsenic compounds Salvarsan and
Neosalvarsan to treat syphilis (Ehrlich, 1910-12), truly powerful
anti-infectious drugs were not yet available. Sorolla did not get
to know them, nor was he able to benefit from them: although
based on previous knowledge, they were a fruit of the last two
thirds of the 20th century. Sulphonamide was not discovered
until 1935, Isoniazid and PAS (to treat tuberculosis) until 1946,
and penicillin, which opened up the glorious era of antibiotics,
until 1940.
As for surgery, truly unprecedented progress was
made with the use of anesthesia. Ether was introduced by
Morton (1819-1868), a dentist, in 1846; it was used in the first
surgical procedure with anesthesia by Warren that same
year. A year later, in 1847, Simpson introduced chloroform
as an anesthetic. In 1871, nitrous oxide was introduced. In
1876 Clover and Bert started using mixtures of anesthetics,
combining nitrogen and ether. Koller introduced local
2. In his letters, Sorolla cites the use of different medications such
as antipyrine, salicylate and aspirin as well as quinine, which he took
to fight his colds, headaches and stomachaches. In June 1912, he
mentions using quinine as a precautionary measure before visiting
a town in Salamanca where there was an malaria outbreak (cf.
Lorente; Pons-Sorolla; Moya 2008, letter 20).
| 129 |
J o a q u í n S o r o l l a AN D M e d i c i NE
anesthesia in 1884. In the fight against hemorrhaging during
surgery, apart from all the different devices designed to
clamp vessels, the definitive breakthrough was the blood
transfusion, made possible in 1901 by Landsteiner’s studies
on blood types. Semmelweis (1818-1865) declared war on
postoperative infection in Vienna, by disinfecting the hands of
surgeons and nurses before surgery (1847); but we owe the
prophylactic use of anti-infectives in surgery to Lister (18271912), who in 1859 started considering the use of chemical
agents for this purpose, specifically phenol. Despite initial
reservations, antiseptic surgical methods spread rapidly
following the publication of Lister’s studies in 1867, due to
their success in drastically reducing post-surgical mortality.
In 1878, Bergmann introduced aseptic methods to the
practice of surgery, such as steam sterilization and the
use of sterilized gloves and garments. Building on these
advances, the last third of the 19th and the first third of the
20th centuries saw the development of increasingly bold
surgical techniques, and constitute what some have dubbed
“The century of surgery”.
Joaquín Sorolla’s health
It is thanks to the painter’s extremely abundant correspondence
with both his wife and with his friend Pedro Gil Moreno de
Mora, published in recent years3, that we are able to know the
details of his life, in this case related to medicine.
Sorolla’s father, Joaquín Sorolla Gascón, was in the
textile business. Born in Cantavieja (Teruel); he came down
–as we Valencians like to say— to our capital like so many
other people from that region, where in 1862 he married
Concepción Bastida Prat, a Valencian of Catalan descent. Our
artist was born nine months after the wedding, on February
27, 1863, followed by his sister Concepción a year and a half
later.
In 1865, his parents died just three days apart —
on August 25 and 28— as a result of a cholera epidemic.
The children were taken in and adopted by their mother’s
3. Cf. The three volumes of the Epistolarios de Joaquín Sorolla
(“Collected Letters of Joaquín Sorolla”), published by Anthropos
for the Generalitat Valenciana: Tomás; Garín; Justo; Barrón 2007.
Lorente; Pons-Sorolla; Moya 2008 and Pons-Sorolla; Lorente 2009.
| 130 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
sister Concha Bastida and her husband José Piqueres,
a locksmith with a modest workshop in Valencia. Sorolla,
although he loved them dearly, did not hesitate to say to his
wife in 1907 in one of his letters:
You are my flesh, my life, my reason. You fill the void
of my life as man who has never known the affection
of a father or a mother before I met you. You are my
perpetual ideal. Without you, nothing matters (cf.
Pons-Sorolla; Lorente 2009, letter 218).
Cholera epidemics were common in the world, in
Spain and even in Valencia throughout history, specifically in
the 19th century due to a greater mobility of its inhabitants. The
1865 epidemic in Valencia is part of a pandemic that appeared
between 1863 and 1873. Apparently, it seems to have come
from Mecca, in Arabia, entering Spain through the port of
Valencia. In Valencia, it was very intense although we have
no precise data because the authorities tried to play down its
importance and the extent of its spread. In the city of Valencia
and the surrounding province, over 15,000 people may have
died, and more than 100,000 in Spain. In fact, in the cemetery of
Valencia, there is a large, 15,000-square-meter rectangle, with
the so-called Cholera Cross (ill. 7) in the center, delimited by
one of the most beautiful Doric arcades of 19th century Spain,
where the victims of this and other subsequent epidemics
were buried in mass graves, especially the one that occurred
in 1885. The municipal order would justify the expansion based
on the need to… improve the poor state of conservation of the
cemetery, due in part to the hazardous circumstances of the
latest epidemic.
Joaquín Sorolla had urethra problems —he had
surgery on it in Biarritz in 1906— perhaps caused by a
prostrate condition. He received regular treatment for them
by the doctors Albarrán and Lluria. Graphically, in his usual
straightforward style, he said in his letters that they put wider
and wider catheters in him to unclog the pipe.
He dreaded —and with good reason— the epidemic
of the erroneously-named Spanish flu of 1918. In fact,
although he visited Elche, he actually painted the big palm
tree mural from the series “Vision of Spain” in a garden
in Alicante, as we can see from his correspondence with
Clotilde. For instance, on October 7, 1918 he tells her
the epidemic is stronger in Elche, but I won’t go into
| 131 |
J o a q u í n S o r o l l a AN D M e d i c i NE
town; from the station I’ll go to the garden of palm
trees and I hope to return to Alicante at 12 o’clock (cf.
Lorente et. al. 2008, letter 459).
The fatigue, exhaustion and stress caused by his
tireless activity, his trips to Paris, London, United States,
etc —increased from 1912 to 1920 by constant trips around
mainland Spain to paint Mr. Huntington’s huge commission
for the main room of the Hispanic Society of America— are
undoubtedly what accelerated his 1920 stroke. Indeed,
he had already showed early signs of it back in 1915, and
his letters from the years before are full of references to
headaches and partial efforts to ease them. But our painter
was so full of life, with such a Mediterranean character, that
he couldn’t help but enjoy food, drink and tobacco. Take for
example this letter to Clotilde from November 1907:
I’ve just had lunch: paella with snails, eel, tavelletes,
etc… it was good; then fish, chops and desserts (cf.
Pons-Sorolla; Lorente 2009, letter 208).
While it is true that he was very respectful of the
opinions of his medical friends, we think that devices to take
blood pressure may have come too late for Joaquín Sorolla... It
was raining when I woke up this morning, and I with a headache…
(January 1919),… I feel dizzy and I’m not going to keep writing…
I’m still dizzy, not as much as in Madrid… I’m still troubled by
some minor dizzy spells and today I’ve left off smoking… (May
1919); … yesterday I worked too much and I felt a bit of dizziness,
which I calmed with a little glass of sherry… (June 1919); … in
this painting that I started out tormented by my dizzy spells…”
(July 1, 1919). Less than a year later, on June 17, 1920, while
he was painting the portrait of Ramón Pérez de Ayala’s wife in
the garden of his home, he suffered from a stroke that forced
him into retirement. Sorolla would die three years later, in
August 1923. In the second half of November 1920, just a few
months after his stroke, he wrote, in a wobbly hand, a letter to
his friend Pedro Gil-Moreno de Mora, which clearly shows how
depressed he was:
It makes me extremely weary to write you. If I had a
strong soul I would have finished it already, but it’s not
God’s will and blessed be his holy name, may he keep
me from so much horror… I’m terribly afflicted, for me; I
hobble around and am very, very tired and sad. You urge
| 132 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
me to do what Vierge did4; I haven’t the courage, you’re
mistaken about me (cf. Tomás et. al. 2007, letter 472).
The last question in this section would be: is this
progressive deterioration reflected in his paintings? If we’re
talking about his major works, not at all. Ayamonte. Tuna
Fishing, the last painting in the series for the Hispanic Society
of America, completed on June 29, 1919, is without a doubt
his best, one of the masterpieces of 20th-century Spanish and
even European painting. In his self-portraits it may be. In the
one that he includes in Board of the Greco Museum, painted
from 1918 to 1920, Sorolla appears to be older than his years,
although he looks straight out at the viewer with a steady gaze.
In his family photos, however, his serious condition is apparent.
The ones in which he poses with his family are a clear example
of this, and we can also see the sadness in the face of Clotilde,
his dear Clota (ill. 8).
The health of the Sorolla family
Just as his letters allow us to know the details of his health,
they also let us talk about the medical problems of his family.
There is no medical reference worth mentioning about his
wife Clotilde García del Castillo, since their letters only
contain certain isolated comments about circumstantial,
explainable bouts of fatigue or minor illnesses.
His children, at least the older two, are a very
different story.
María Clotilde was born on April 13, 1890 and was
delicate from the beginning. Sorolla had a big soft spot for
her from the moment she was born, as the letters reflect:
“…lots of kisses for my mouse María Clotilde…” “… kisses for
my two Clotildes…”.
María suffered from chronic otitis, which she was
systematically treated for by Dr. Forns, but her entire life was
fundamentally marked by a tuberculosis that did not prevent
her from leading a relatively normal life. She was able to
marry – to an interesting painter, a student of Sorolla’s named
Francisco Pons Arnau—, bear healthy children and also paint
4. The painter Daniel Urrabieta Vierge (1851-1904) suffered from a
stroke before the age of 30; afterwards he learned to make use of
the hand that he could still move and continued to paint In one of his
letters, Pedro Gil urged Sorolla to follow his example (cf. Tomás et.
al. 2007, 352-353).
| 133 |
J o a q u í n S o r o l l a AN D M e d i c i NE
herself. In Sorolla’s letters, his concern for María’s health is
constant, and although the name of the illness is not mentioned
literally – it was regarded as embarrassing during the period–
the family’s life was always conditioned by it. References to and
inquiries about the evolution of her disease, with its constant
ups and downs, the constant presence of the best doctors,
excellent professionals who were friends of Sorolla’s, the
search for dry places favorable to stabilizing or improving her
health —El Pardo, in the mountains of the Sierra of Madrid—
and of course, the depiction of these stays in photographs or
Sorolla’s own paintings, is somewhat inevitable. Paintings from
1907 like Maria Convalescing or My Daughter’s Convalescence.
Maria Convalescing in El Pardo5 (ill. 9-11) are two of the painter’s
most delicate and intimate, a concern and an intimacy that
are reflected in his correspondence: “…Maria slept well, but
she has started to feel poorly with her condition; yesterday, the
same…” (cf. Lorente et. al. 2008, letter 108); “…last night I saw
Madina6 and Simarro, (ill. 12 and 13), they were very glad that she
is better, but Madina grumbled a lot about María playing golf, they
are so overdramatic…” “… I’m fed up with doctors, and believe me,
I would send them all packing…” (Pons-Sorolla; Lorente 2009,
letter 186). In fact, he bought the home in Cercedilla —where
the painter himself would die years later— for María, where
she spent several years in the hope that the right atmosphere
would prevent her from relapsing.
Joaquín Sorolla García was born on November 8,
1892, and he did not live a long life, dying in 1948. The apple of
his mother’s eye —he was the male child— he was always an
individual with an exclusive social life, extremely careful about
his appearance and attire, he is undoubtedly a clear example
of a Belle Époque character. A traveler, an irregular student
and a lover of life, he never married, although he did have his
share of flings and frustrated romances. He fell in love with
the famous singer Raquel Meller —born in Tarazona in 1888,
her real name was Francisca Marqués—; who Sorolla painted
5. Sorolla gave his friend Simarro one of these works: Portrait of
María, Sorolla’s Daughter, with the Sierra in the Background, which
now belongs to the collection of the Complutense University of
Madrid.
6. He is referring to the doctor Juan Madinaveitia; the friendship
between Sorolla and Madinaveitia extended to their respective
families, who expressed mutual affection in their letters; the
“madinas” are often mentioned in the letters between Sorolla and
his wife.
| 134 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
in 1918. She never showed any genuine interest in Joaquín and
that, coupled with his own nature, caused constant bouts of
depression that were hard to cure. Gregorio Marañón himself
treated him for the worst of them. Sorolla and Clotilde suffered
a lot over their son’s crises, especially when a motorbike
accident he had in London in November 1913 revealed that he
had syphilis.
This disease, the scourge of the West since the late
Middle Ages, could not be controlled until the appearance
and use of antibiotics. Before that —and until then— the
only treatment was mercury (thus the famous saying a night
with Venus, a lifetime with Mercury), despite its serious side
effects, one of the most visible being on the gums and teeth.
Although this disease was also regarded as embarrassing,
which is why it does not appear as such in the letters; the
ones that Sorolla writes to Clotilde starting in 1913 are very
demonstrative:
Be that as it may, I am not content and painting
repulses me. That will go away as soon as Joaquín
has true good news (cf. Lorente 2008 et. al., letter 113)
I receive your letters, from which I essentially gather
that Joaquín is recovering, but slowly. If it be God’s will.
The important thing is that he is getting better. / Madina is
of the opinion that if Joaquín doesn’t have a temperature,
and he can more or less bear the journey, that you should
come. That’s what he told me last night. But considering his
weakened state, it might not be a wise (…) As for the gums,
that’s due to the mercury that they gave him. Madina says
it’s unpleasant, but not of particular concern (ibid. letter 114).
As we have already noted, around this time
Salvarsan had appeared. An organic compound of arsenic, it
was relatively successful in treating the syphilis, but until the
appearance of penicillin it was a very hard-to-cure- disease.
All this did not prevent Joaquín Jr. from continuing
to be a charismatic person, a dandy in the sense of the word
defined by the Spanish Royal Dictionary: “a man who stands
out for his extreme elegance and good tone.” In the portrait
that Sorolla’s does of his son in 1917 (ill. 14), we can see the
opacity and grey color of the young man’s face; although it
could well a side effect of the treatment he was receiving,
it gives Joaquín Jr. a sickly, distinguished beauty. Joaquín
donated part of his legacy to the museum that his mother
had set up with her property. Until his death in 1948 he also
| 135 |
J o a q u í n S o r o l l a AN D M e d i c i NE
served as the first director of the Sorolla Museum, from
the time of its inauguration, in 1931, by the President of the
Republic.
Elena, Sorolla’s third child, born on July 12,
1895, had no particular health problems. She effectively
served as support for her mother while her father was
constantly working, especially during their long stay in
London in 1913, where the two of them went following
the her brother Joaquín’s abovementioned accident and
illness.
In his letters to Clotilde, Sorolla always had
affectionate words for his youngest daughter, taking a
special interest in her progress and difficulties at school
and the sculptures that she was making. The pictures from
Elena Sorolla’s 1922 wedding to Victoriano Lorente show
us a deteriorated Joaquín Sorolla surrounded by his family,
clearly affected by his stroke.
Doctors in sorolla’s life
From Sorolla’s letters we know that although he did not take
very good care of himself —we might define him as a bon
vivant— he did, however, naturally worry about the ups and
downs of his health. To recapitulate, from the information
available to us we can deduce that from a relatively young
age he suffered from two different problems: definitely from
prostatic hypertrophy which caused an urethral stricture,
ultimately requiring a surgical operation performed in
Biarritz in 1906 by Albarrán; and more than likely, from
high blood pressure, at a time when taking blood pressure
was still not such a common practice as it is today (it was
only introduced in hospitals in 1905, with the studies of
Korotkov). Sorolla often complained, as we have already
noted, of “headaches” and “dizziness” that led, in 1915, to
a minor episode of cerebral ischemia. It turned out to be an
omen of the severe cerebrovascular accident (stroke) that
came five years later, which made him unfit to continue
painting and in short, led to his death following a probable
relapse in 1923.
The family illnesses we have already analysed,
some of them serious such as María’s tuberculosis, which
was treated by Madinaveitia and Simarro, and Joaquín
Jr.’s syphilis, probably treated by Marañón as well as
by the urologist Manuel Alcayde, as well as other less
serious ones such as María’s chronic otitis, drained by the
| 136 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
Castellón native Rafael Forns, show that Joaquín’s Sorolla
had frequent contact with doctors. Of these, the bestdocumented ones are the urologists Albarrán and Lluria
(Martínez Uzal7 and Manuel Alcayde were also urologists,
but we know little about them except for their specialty and
the fact that Alcayde seems to have treated Joaquinito); four
of them altogether. There are three internists: Madinaveitia,
Rodríguez de Sandoval and Marañón (ill. 15). Amalio Gimeno
was also an internist, although the latter was active in
politics and may have associated with Sorolla. There are
also two researchers, Ramón y Cajal and Simarro. Although
the latter was a clinician specialized in neuropsychiatry,
it comes as no surprise that he would have treated the
painter’s son during the paralytic end of his luetic infection.
We also find an otolaryngologist, Rafael Forns, who as we
have noted, treated María; an ophthalmologist, Cervera, and
a rehabilitation doctor, Decref, who treated Elena for minor
muscular problems. Mention is also made in various letters
to other doctors, whose connection with the artist and his
family we know little about: Luciano Barajas Gallego, Dr.
Pastor and Dr. José Colomer. Nor do we know much about
Jacobo Banquerí, one of the doctors painted by Sorolla, some
of them more than once.
* * *
Next we present a brief biographical sketch of the
doctors Sorolla associated with and painted (except for Dr.
Forns Romans, who was painted by José López Mezquita)
JOAQUÍN MARÍA ALBARRÁN Y DOMINGUEZ
(ill. 16) (Sagua La Grande, Cuba 1860 - Arcachón, France 1912)
Albarrán y Dominguez received his degree in Medicine
from the University of Barcelona in 1877 and his doctorate
in Madrid in 1878 with a thesis about the Contagion of
consumption, for which he earned a Special Prize. He moved
7. According to Blanca Pons-Sorolla, the doctor Martínez Uzal
established a friendship and associated with Sorolla Sr. and his
son Joaquín; the painter gave him three of his works: Female Bust,
with the following dedication: “To my friend / J. Martínez Uzal / J.
Sorolla /1916”; Las cabritas de la Malvarrosa “To Dr. Martínez Uzal /
in appreciation of your goodwill / J. Sorolla 1913”; and Lavanderas de
Galicia (no dedication).
| 137 |
J o a q u í n S o r o l l a AN D M e d i c i NE
to Paris, where he got another degree in Medicine, finishing
first in the official exam of 1883 for internal doctors for
the hospitals of Paris. That marked the beginning of a
brilliant career in which he served as head of the Urology
at Necker University Hospital (1890), where he eventually
became director (1906). Finally, that same year, he became
the Head of the Urology Department at the University of
Paris. He trained a number of students in urology, and
can be regarded as one of its founders. He also wrote
numerous works about this specialty and developed several
improvements to operating and exploratory instruments in
the field of urology.
Sorolla painted him in 1906; that same year, the
painter had prostate surgery in Biarritz (most likely to
remove an adenoma).
He died in Arcachón in 1912 from a pulmonary
tuberculosis that had appeared two years earlier.
JACOBO BANQUERÍ (ill. 17)
Joaquín Sorolla painted the doctor Jacobo Banquerí en 1895,
affectionately dedicating the portrait to him: To my friend
Banqueri. Your devoted servant Sorolla / 1895. His portrait is
kept at the Sorolla Museum. Little more is known about this
individual. From the official appointments published in the
Official Bulletin of the Province of Madrid, we can deduce that
in 1895, Banquería had been a doctor of the Civil Registry of
the Municipal Court of Madrid, in the Centro and Buenavista
districts, for at least a decade. In 1929 he was still obtaining
a license to exercise medicine on Calle Lagasca, a street in
Madrid.
RAFAEL CERVERA ROYO (ill. 18)
(Valencia 1828 - ibid. 1903)
Ophthalmologist. Director of the Ophthalmological
Institute of Madrid, he is regarded as one of the fathers of
Ophthalmology in Spain.
He entered the Royal Academy of Medicine in 1863 with
the speech Considerations on the specialties: Ophthalmology. He
was a member of the Federal Democratic Republican Party
and later the Progressive Republican Party. A parliamentarian
elected in 1870, 1873 and 1891 for the districts of Alzira and
| 138 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
Valencia, he also served as Senator for the Provinces of the
Balearic Islands (1871-72), Murcia (1872-73) and for the Royal
Academy of Medicine (1884-85). The brother of Salvador
Cervera Royo, another deputy with federal sympathies, Rafael
Cervera was tied to the Republican leaders Castelar and
Salmerón.
Cervera was an art collector and personal friend
of Sorolla’s. He owned important masterpieces from the
artist’s early years and was painted by the artist at least
three times.
JOAQUÍN DECREF RUIZ (ill. 19)
(Havana 1864 - Madrid 1939)
Decref Ruiz received his degree in Medicine in 1884 and
his doctorate in 1894 from the Central University, where he
would go on become a member of its faculty. He specialized
in mechanotherapy and electrotherapy. In 1889 he founded
the Institute of Orthopedics and Physical Therapy. He founded
the First Institute of Mechanoterapy and Electrotherapy
at Madrid’s San Carlos Clinical Hospital, where he also
taught. He was, then, responsible for bringing rehabilitation
medicine and physiotherapy to Spain. He was a member of
the Academies of Medicine of Seville and Cadiz, and entered
the Royal National Academy of Medicine in 1915. He took
part in and directed several national and international
conferences in his field.
In 1907 Sorolla painted his portrait, which is housed
at the Prado Museum.
RAFAEL FORNS ROMANS (ill. 20)
(Cuevas de Vinromá, Castellón 1868 - Madrid 1939)
Forns Romans studied Medicine and Pharmacy at the
University of Barcelona, going on to receive his doctorate from
the University of Madrid in 1889 under the then-famous chair
of General Pathology José Letamendi. In 1891 he became
the head of the Hygiene Department of Madrid’s Faculty of
Medicine. He specialized in otorhinolaryngology and serve
as the royal family’s specialist in this field. He was named
personal physician of Prince Jaime, the son of Alfonso XIII,
who was deaf and dumb. He also practiced Plastic Surgery
and opened a practice in Paris in 1918, still finding time for
| 139 |
J o a q u í n S o r o l l a AN D M e d i c i NE
his classes and work in Madrid. He published several articles
in his field.
He also stands out for his painting, which he started
to study as a young man in Castellón under Bernardo
Mundina Milallave, honing his skills at La Lloja art academy
in Barcelona with Ramón Martí Alsina, and Cecilio Pla
in Madrid. His style is marked by a deep admiration of
Impressionism. He took part in a number of exhibitions in
Spain and abroad, receiving various awards.
He was also a successful composer of music (he
presented a celebrated revue, Flores de lujo) and is known
for several sonatas and concertos.
Considering his passion for painting, and the fact
that he was also from Valencia, it is no surprise that he
was friend of Sorolla’s. He also treated María Sorolla as
a specialist, for her chronic otitis that required lengthy
drainages. Sorolla did not paint him (an excellent portrait of
him by López Mezquita, not reproduced here, still survives)
although he did affectionately dedicate a study of fishermen
to him; just like the work by López Mezquita, it is now kept
at the Fine Arts Museum of Castellón. Valencia’s San Pio V
Museum also houses a View of the Sierra Nevada, dedicated
by Sorolla to Rafael Forns.
AMALIO GIMENO Y CABAÑAS (ill. 21)
(Cartagena 1852 - Madrid 1936)
Doctor, writer and politician. First Count of Gimeno. Although
he was born in Cartagena, where his father, a military man,
was posted, Amalio Gimeno was of Valencian descent and
studied medicine there, completing his degree in 1872. He
received his doctorate in Madrid in 1874. In 1875 he obtained
a post in the corps of Medical Directors of Medicinal Baths
and Waters, a position that he gave up because he had also
won a competitive official examination for the Chair of General
Pathology and Anatomy at the University of Santiago. In
1876 he went to the University of Valladolid, and then to the
University of Valencia as the chair of Therapeutic Medicine; in
1888, following a public merit-based competition, he became
Chair of Hygiene at Central University, where he also served
as chair of Clinical Medicine and Pathology starting in 1891.
In the year 1886 he was elected, for the first time,
deputy to Parliament for the Liberal Party, representing the
district of Alzira (Valencia) in Congress. His political calling
| 140 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
made him stray more and more from medicine. In 1891 he was
elected Senator for the University of Valencia, a position he
held until 1908, when he was named Lifetime Senator. In 1906
the Head of Government, General López Domínguez, put him
in charge of the Department of Public Instruction, a position
he held again, with the Marquis of La Vega de Armijo, in 1906,
and with Canalejas in 1911. He served as Naval Minister in
1913, of Minister of State in 1916 and Minister of Governance in
1918, with the Count of Romanones. In 1917 he became Naval
Minister once again, in García Prieto’s cabinet. And finally, in
1917, he served as Minister of Public works with Allendesalazar.
In 1921 and ‘22 he represented Spain in the Society of Nations.
Gimeno y Cabañas also created the Junta de Ampliación de
Estudios e Investigaciones (the “Board for Advanced Studies
and Research”), which allowed many young university students
to further their education abroad.
He belonged to the Academies of Medicine, Exact,
Physical and Natural Sciences, the Academy of Language
and the Academy of Fine Arts of San Fernando. In 1935 the
Academy of Medicine publicly honored him and published an
Anthology of his scientific, literary, political and academic
works. King Alfonso XIII granted him the title Count of
Gimeno.
The darling of Valencia, he was a personal friend
of Sorolla’s, who did his portrait in 1919. The magnificent
work, painted in the artist’s home/studio, is now kept at the
Fine Arts Museum of Valencia.
JAIME GONZÁLEZ CASTELLANO (ill. 22)
(Jávea 1832 - ibid. 1917)
González Castellano studied Medicine in Valencia and Madrid,
receiving his degree from this University in 1859. He served
in the Military Health corps during the African War (1859-60).
He became, after winning a competitive official examination,
director of the Anatomical Museum at Valladolid’s Faculty of
Medicine (1865), resigning from this post in 1866. In 1870 he
was a professor at the first Free Department of Ophthalmology
at the University of Valencia. In 1872 he moved to Javea to
practice his profession, where he remained for the rest of his
life. He was the author of notable studies and publications on
leprosy, endemic to the region of La Marina and areas of the
Valencian coast. He served as consultant to the founders of
the leprosy Sanatorium of Fontilles in the development phase
| 141 |
J o a q u í n S o r o l l a AN D M e d i c i NE
of this institution, of which he was a strong advocate. He held
various official posts in the regional medical administration.
Sorolla established a relationship with him while
summering in Javéa; during these stays, González Castellano
was the family doctor. Juan B. Codina cites the following from
Ramón Llidó: One day, while Dr. González and Mr. Luis Simarro
were engaged in a discussion next to the beach, Sorolla set up
his easel and started to paint. When the two of them approached
him, they saw to their surprise that he had painted Dr. González’s
head, which he had gotten just right. It was 1905. This painting
was donated by his eldest daughters to the Fine Arts Museum of
Valencia upon their father’s death (cf. Codina 2010, 19). Despite
this fact, it seems doubtful that the portrait of Dr. González
at the Fine Arts Museum of Valencia was painted en plein air
as it indicates here, since it is clearly an interior portrait with
marked chiaroscuro, in which the sitter is dressed in formal
attire and appears to be sitting in an armchair.
ENRIQUE LLURIA DESPAU (ill. 23)
(Matanzas (Cuba) 1863 - Cienfuegos (Cuba) 1925)
Lluria Despau started studying in Medicine in Cuba,
completing his degree in Barcelona in 1889. Later he moved to
Paris where he was a student of Joaquín Albarrán at Necker
Hospital. In 1893 he travelled to Madrid, where he opened a
urology clinic. In 1909, he moved to Sotomayor (Pontevedra),
where his wife had received a large inheritance, opening
a urology clinic there. In 1919 he moved to Havana and in
1925 to Cienfuegos, where he remained until his death. He
made significant contributions to the study of urinary tract
diseases; he also published several sociology articles. He was
a cardholding member of the Socialist party from 1915 to 1918.
He treated Sorolla for his prostate problems, and
it is highly probable that he was the one who put him in
touch with his teacher, Albarrán, for the surgical procedure
carried out in Biarritz in 1906. Sorolla painted Dr. Lluria in
1912 and his wife in 1910.
JUAN MADINAVEITIA Y ORTIZ DE ZÁRATE
(ill. 24) (Oñate 1861 - Madrid 1938)
Madinaveita y Ortiz de Zárate studied Medicine in Valladolid
and Madrid, where he received his doctorate in 1889. A doctor
| 142 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
at the General Hospital of Madrid, part of the Faculty of
Medicine, he was Associate Professor of General and Clinical
Pathology, where he taught Gregorio Marañón, among others.
Laín Entralgo said of him: Madinaveitia worked with great
seriousness and effectiveness, first at the General Hospital,
and then at the Institute of Digestive Pathology that he himself
founded. Madinaveitia is the founder of Spanish gastroenterology.
He was a close friend of the Valencian doctor
Simarro, and they both treated María Sorolla for her
tuberculosis. This led to a friendship with Joaquín Sorolla,
who painted him as well as a picture of his wife and son Luis,
who died at a young age. Called “St. Laicus” by Marañón,
he also had his political concerns; first as a member of
the Basque National Party (PNV) and then, as a very active
member of the Spanish Socialist Party, although he never
held any posts.
GREGORIO MARAÑÓN Y POSADILLO (ill. 25)
(Madrid 1887 - ibid. 1960)
He received his degree in medicine from the Complutense
University of Madrid in 1908, where he obtained his doctorate
two years later with a thesis that indicated his penchant for
endocrinology: The Blood in the Thyroid Status. He furthered his
studies in Germany. At the General Hospital of Madrid he studied
with Madinaveitia, going on to join his staff. Laín Entralgo sums
up his scientific works as follows: the author of important clinical
studies on the critical age, intersex states the evolution of sexuality,
low-grade fever, pituitary and thyroid syndromes and many other
subjects. Marañón, a doctor at Madrid’s General Hospital, a
member of five academies (of Medicine, Language, History, Fine
Arts and Exact, Physical and Natural Sciences) and a distinguished
writer, coedited with Teófilo Hernando a renowned Manual of
Internal Medicine. We might add that his Manual of Etiological
Diagnosis (1946) was much-celebrated, disseminated worldwide and printed several times. He was awarded an honorary
doctorate from several foreign universities.
As for his literary work, which was very extensive,
highlights include a sizeable group of “biological essays”
an original way of tackling the biographies of various
personalities, trying to explain their conduct through
psychobiological interpretations: Antonio Pérez, CountDuke of Olivares, Amiel and Tiberio are examples of this.
He penned over 60 books and more than 500 articles and
| 143 |
J o a q u í n S o r o l l a AN D M e d i c i NE
monographs.
Marañón was also active in politics. He opposed
the Miguel Primo de Rivera dictatorship, and was repressed
because of it. In 1931 he founded, together with Ortega y
Gasset and the novelist Ramón Pérez de Ayala, the “Group
at the Service of the Republic”, helping it rise to power. He
was a deputy in the Spanish Parliament that created the
Constitution. He condemned the violence that was appearing
in Spanish life and in 1936 he left Spain, convinced that his
life was in danger.
Marañón attended to Sorolla’s family, treating
his son Joaquín. Sorolla painted him for the gallery of
celebrities at the Hispanic Society of New York.
SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL (ill. 26)
(Petilla de Aragón, Navarre 1852 - Madrid 1934)
Ramón y Cajal studied Medicine in Zaragoza —where he
received his degree in 1853— and served as a military doctor
during the Cuban War (1874-75). He obtained his doctorate in
Madrid in 1877. He was the director of Anatomical Museums
at the University of Zaragoza (1879). He became Chair of
Anatomy at the University of Valencia in 1883 (ill. 27), of
Histology at the University of Barcelona in 1892 and of this
field and Pathological Anatomy at the University of Madrid
in 1892. His doctoral supervisor was Aureliano Maestre de
San Juan, an eminent histologist who wanted him to see the
importance of a solid micrographic training. In 1887 he came
into contact with Simarro, who introduced him to Golgi’s
chromo-argentic impregnation staining technique.
Lain Entralgo distinguishes three periods in Cajal’s
scientific life. In the first period, until 1888, he perfected his
micrographic techniques on his own. In the second, until
1903, he became familiar with Golgi’s method and modified
it, developing his neuron theory. And in the third period
(1903-1912) he came up with his own method, reduced silver
nitrate, which allowed him to deepen his knowledge of the
microscopic architecture of the nervous system (ill. 28 and
29) and its function (histophysiology), which allowed him to
defend the neuron theory against the reticularist view, which
held that the nerve tissue was a continuous network of fibers
(Gerlach, Held, Apathy and Golgi himself).
This was the foundation of a world-class scientific
school dedicated to research of the nervous system, which
| 144 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
made fundamental contributions in this field: by Jorge
Francisco Tello, Pío del Río-Hortega, Nicolás Achúcarro,
Gonzalo Lafora, Fernando de Castroa and Rafael Lorente de
Nó, among others. In 1906 Ramón y Cajal received the Nobel
Prize for Medicine for his work on the structure of the Nervous
System and neuron function. He shared the award with Camilo
Golgi, whose staining techniques made it possible.
Through Luis Simarro, a mutual friend, Ramón y
Cajal met Sorolla, who painted him the year he received the
Nobel. In 1922 he posed for the sculptor Mariano Benlliure,
who did the sketch for the monument that currently
presides over the entrance to the Main Hall of the University
of Zaragoza (ill. 30 and 31).
FRANCISCO RODRÍGUEZ DE SANDOVAL (ill. 32)
Like other doctors on this list, Francisco Rodríguez de Sandoval
belonged to the Institución Libre de Enseñanza (Institute of
Free Teaching). He was a friend of the doctors Luis Simarro
and Juan de Madinaveitia, and an important collaborator of the
latter. He is also associated with other key figures from the
period, such as the poet Juan Ramón Jiménez.
Rodríguez de Sandoval was a friend and doctor of
the Sorolla family. Sorolla painted Sandoval —as the artist
called him— on several occasions: the Prado Museum and
the Hispanic Society of America both house a portrait of him;
a study of the doctor in gouache on cardboard (1918) and
another one, painted in 1920, also survive.
After completing his mural commission for the
Hispanic Society of America Joaquín Sorolla went to
Valencia to deal some matters concerning an inheritance
from his father-in-law, the photographer Antonio García.
There he would await the arrival of his wife, Clotilde and
their daughter Elena, who would join him later accompanied
by Rodríguez de Sandoval. From Valencia, they would all
travel on together to Palma de Mallorca and Ibiza.
LUIS SIMARRO LACABRA (ill. 33)
(Rome 1851 - Madrid 1921)
Simarro was born by chance in Rome because his father —a
painter from Xàtiva called Ramón Simarro— was working
there. His father died prematurely of tuberculosis at the age
| 145 |
J o a q u í n S o r o l l a AN D M e d i c i NE
of 33, followed 24 hours later by Simarro’s mother. Seriously
depressed, she committed suicide by jumping into the abyss
holding Luis in her arms, which would give him a slight limp for
the rest of his life. His godfather Luis Madrazo helped him get
through school.
He started studying Medicine in Valencia in 1868,
but his revolutionary political activism caused problems
for him and he moved to Madrid, where he obtained his
bachelor’s in 1847 and his doctorate in 1875. Later, he
came into contact with the Institute for Free Teaching. In
1877 he was named Director of the Santa Isabel de Leganés
Insane Asylum, resigning from his post after his innovative
ideas upset certain people. In 1880 he moved to Paris
and furthered his studies with Ranvier, Charcot, Magnan
and Bell. He returned to Madrid in 1885, where got into
psychiatry and histological research, with the new staining
techniques using silver chromate introduced by Golgi;
in 1887 he started training Cajal in these techniques and
developed his neurofibrilliar argentic staining method (the
Simarro method). In 1902 he became chair of Experimental
Psychology, a new department at Central University. He is
regarded as one of the founders of Spanish neuropsychiatry.
In 1909 he became actively involved in the defense of
Francesc Ferrer i Guardia, who he continued to support
even after his execution. In 1917 he was elected Grand
Master of Masonry in Spain.
He was a great friend of Sorolla’s; there is evidence
that they coincided in Jávea on vacation and many letters
between the two of them still survive. A friend and neighbor
of Madinaveitia, both doctors treated María Sorolla for her
tuberculosis. According to information from the family,
Simarro gave her “some kind of vaccine”, most likely Koch’s
tuberculosis vaccine that caused so much hope and then
such deep disappointment when it proved to be ineffective.
Sorolla painted him several times, his most famous portrait
being the one included in the painting A Research.
| 146 |
Alejandro Font de Mora
|
F e l i p e V. G a r í n
LIST OF ILLUSTRATIONS
1.Sad Inheritance!, 1899. Fundación Bancaja.
2.Beach Rascals. Study for Sad Inheritance!, Museum of
Fine Arts of Asturias, Pedro Masaveu collection.
3.Dr. Simarro, 1896. Madrid, Universidad Complutense,
inv. no. 793.
4.Research. Dr. Simarro in the Laboratory, 1897. Madrid,
Sorolla Museum, inv. no. 417.
5.Santiago Ramón y Cajal in 1906. Legacy of Cajal. Cajal
Institute (CSIC). Madrid
6.Santiago Ramón y Cajal. Sketch of Cerebellum, first
published in 1895. Legacy of Cajal. Cajal Institute (CSIC).
Madrid
7.Antonio Ferré. Cruz del Cólera (“Cholera Cross”), 1892.
Valencia Municipal Cemetery.
8.Joaquín Sorolla and Clotilde García, 1922. AFMS, 80377.
9.My Daughter’s Convalescence. María Ill in El Pardo, 1907.
Private collection.
10. María Convalescing, 1907. Museum of Fine Arts of
Valencia, Inv. no. 891.
11.Portrait of María, Sorolla’s daughter, with view of
mountains. Madrid, Universidad Complutense, inv. nº
309.
12.María Ill in El Pardo with Elena, 1907. BPS Archive.
13.María Convalescing in El Pardo with her Parents, Aureliano
de Beruete and Dr. Simarro, 1907. BPS Archive.
14.Joaquín Sorolla García seated, 1917. Museo Sorolla, nº
inv. 1206.
15.Dr. Francisco Sandoval, 1920. The Hispanic Society of
America, inv. no. A1944.
16.Dr. Albarrán, 1906. Private collection.
17.Portrait of Dr. Jacobo Banquerí, 1895. Madrid, Sorolla
Museum, inv. no. 01345.
18.
Portrait of Rafael Cervera, 1887. Havana, National
Museum, inv. no. 86-481.
19.Dr. Joaquín Decref y Ruiz, 1907. Prado Museum, inv. no.
P04652.
20.José López Mezquita. Portrait of Rafael Forns, Museum
of Castellón.
21.Amalio Gimeno, 1919. Museum of Fine Arts of Valencia,
inv. no. 2072.
22.Dr. González. Doctor from Jávea, 1905. Museum of Fine
Arts of Valencia, inv. no. 889.
| 147 |
J o a q u í n S o r o l l a AN D M e d i c i NE
23.Portrait of Dr. Enrique Lluria, 1912. Private collection.
24.Juan de Madinaveitia y Ortiz de Zarate, 1909. Private
collection.
25.Dr. Gregorio Marañón y Pasadillo, 1920. The Hispanic
Society of America, inv. no. A1935.
26.Portrait of Santiago Ramón y Cajal, 1906. Museum of
Zaragoza, inv. no. 51406.
27.Santiago Ramón y Cajal in his laboratory. Valencia, 1885.
Legacy of Cajal. Cajal Institute (CSIC). Madrid
28.Santiago Ramón y Cajal y Ramón Padró. Diagram of
cerebellum. Transverse and longitudinal sections of
cerebellar folium. Madrid, Universidad Complutense.
29.Santiago Ramón y Cajal y Ramón Padró. Diagram of
cerebellum. Transverse and longitudinal sections of
cerebellar folium. Universitat de València.
30.Santiago Ramón y Cajal posing for Mariano Benlliure in
1922. Crevillent, Mariano Benlliure Municipal Museum,
inv. nº S-368.
31.Mariano Benlliure, Monument to Santiago Ramón y
Cajal, ca. 1922. Plaster, 85 x 142 x 141 cm. Crevillent,
Mariano Benlliure Municipal Museum, inv. nº E-137.
32.Dr. Francisco Rodríguez de Sandoval, 1906. Prado Museum,
inv. no. P03095.
33.Dr. Simarro in the Laboratory, ca. 1897. Madrid, Universidad
Complutense, inv. no. 792.
| 148 |
Se terminó de imprimir este libro
en Valencia en los talleres de Gráficas
Vernetta el 14 de mayo de 2013, año en
que se celebra el 150 aniversario del
nacimiento de Joaquín Sorolla

Documentos relacionados