La vida de Lazarillo de Tormes, y de sus fortunas y adversidades
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La vida de Lazarillo de Tormes, y de sus fortunas y adversidades
La vida de Lazarillo de Tormes, y de sus fortunas y adversidades, Tratado I ANÓNIMO Antes de leer llama al documento «esta nonada, que en este grosero estilo escribo».1 De la pluma de Lázaro sabemos un solo dato acerca del velado señor, «Vuestra Merced». El protector de Lázaro, el que le proporciona «todo favor y ayuda», el señor arcipreste de San Salvador, es «servidor y amigo de Vuestra Merced». Al escribir su vida—tomándola «del principio» con afán de dar «entera noticia» de su persona—, Lázaro vive y trabaja en la ciudad de Toledo bajo la protección del arcipreste. Nos lo cuenta en el último tratado. Afortunado el lector que, por cualquier motivo y para su infinito deleite, tenga entre manos La vida de Lazarillo de Tormes, y de sus fortunas y adversidades. Nos acercamos a los albores de la novela moderna al abrir el Lazarillo de Tormes, primer ejemplar del género picaresco. Antes de la aparición del Lazarillo, la prosa narrativa española existía bajo una convención literaria que exigía en el protagonista una alta categoría social. La novela caballeresca y la pastoril, los «Ejemplos» de El conde Lucanor, todos tienen por protagonistas representantes de la nobleza o de las clases pudientes. Ellos distan mucho de un bellaco como Lázaro que carece no sólo de abolengo sino de honra. Lázaro, ya hombre, cuenta la historia de su vida, dándole comienzo en el Tratado I con una frase célebre en el mundo literario: «Pues sepa Vuestra Merced, ante todas las cosas, que a mí llaman Lázaro de Tormes…» No obstante, antes de leer conviene que el lector se percate del ingenioso ardid del autor anónimo: hace que su protagonista escriba el «Prólogo» de su propia historia. De esta manera, con extraordinaria verosimilitud, Lázaro de Tormes empieza su relato, no en el primer tratado, sino en el «Prólogo», y sus palabras, explicando por qué toma su historia «no… por el medio, sino del principio», resultan indispensables para la plena comprensión del documento: «Yo por bien tengo que cosas tan señaladas, y por ventura nunca oídas ni vistas, vengan a noticia de muchos y no se entierren en la sepultura del olvido…» Con esta primera frase del «Prólogo» Lázaro comienza su epístola, la «carta» que narra su vida. Aquí es donde el autobiógrafo revela que escribe bajo encomienda de cierto señor nebuloso a quien se dirige únicamente como «Vuestra Merced». Aquí Lázaro Abriendo puertas: Recursos en línea Vocabulario a la par—igual; al mismo paso. a la sazón—en ese tiempo. acoger—recibir. acudir—venir. adrede—a propósito; intencionadamente. aldea—pueblo. amo—dueño; jefe. apaciguar—calmar; aplacar; sosegar. aparejo—conjunto de cosas que se necesitan para lograr algo. armada—expedición militar. arreciar—llover cada vez más fuerte. arremeter—correr; lanzarse. arrimarse—acercarse; aproximarse. asir—agarrar. astucia—agudeza, ingenio, viveza. avariento—codicioso; que no quiere gastar dinero. averiguación—investigación; pesquisa. averiguar—investigar; llegar a saber. 1 En su «Prólogo», Lázaro escribe: «…pues Vuestra Merced escribe se le escriba y relate el caso muy por extenso, parescióme no tomalle por el medio, sino del principio, porque se tenga entera noticia de mi persona». 1 © Houghton Mifflin Harcourt Publishing Company soportal (m.)—pasaje techado que da a una plaza. tentar—tantear con bastón o con la mano, como quien no ve. vendimiador—el que cosecha las uvas. azotar—golpear con látigo. bellaco—vil; ruin. bestia—animal. bienaventurados—los que están con Dios en el cielo. caballerizas—establos. cardenal (m.)—contusión. cargo—empleo, puesto de trabajo. clérigo—cura; sacerdote. costal (m.)—saco; bolso grande. cuanto—todo lo que. derretido—convertido en líquido. descalabrado—golpeado o herido en la cabeza. desterrado—exiliado. devotos—congregación; fieles. donaire (m.)—gracia; salero. esparto—planta fibrosa, cuyas fibras se usan para fabricar sogas, cordeles y esteras. fingir—aparentar; disimular; dar falsa apariencia. frecuentar—visitar a menudo. guisar—cocinar. hazaña—proeza; hecho heroico. herrero—el que trabaja el hierro; el que pone herraduras a los caballos. huir—alejarse; fugarse. hurtar—robar a escondidas. ingenio—inteligencia; astucia. ingenuamente—inocentemente. jerigonza—lenguaje particular empleado por un grupo determinado, en este caso, los ciegos. leña—madera cortada para quemar. librarse—escapar. mala lengua—persona chismosa, que habla mal de otras personas. manjar (m.)—plato de comida; plato suculento. maña—truco; engaño. mayordomo—administrador; jefe de la servidumbre de una mansión. mesón (m.)—posada; casa de huéspedes. mezquino—codo; tacaño. mozo—criado; sirviente; guía (de un ciego). natural—originario, oriundo. necio—tonto. oración—rezo; petición a Dios. padecer—sufrir. perjurar—jurar en falso; jurar repetidas veces. porfiado—terco; insistente. preso—prisionero. prolijo—verboso; que habla o escribe desmasiado. proporcionar—dar. renegar—protestar. reposado—tranquilo; no agitado. sagaz—listo; inteligente; vivo. socorrer—ayudar; auxiliar. soler—acostumbrar. Abriendo puertas: Recursos en línea Al leer Consúltese la Guía de estudio como herramienta para comprender mejor esta obra. Después de leer Conviene saber que hay un notable paralelo entre el primero de los azares de Lazarillo, la lección que recibe del ciego con la «gran calabazada» contra el toro de piedra, y la venganza que al final le cobra Lazarillo a su amo, el cabezazo que, siguiendo sus instrucciones, sufre su amo al abalanzarse contra el poste «como si diera con una gran calabaza». Conviene saber que Lázaro paga la sisa del vino con un jarrazo, y el hurto de la longaniza con el golpe que le rompe los dientes. Sin embargo, el astuto ciego se da cuenta del ardid de las uvas en Almorox, sin acompañar su descubrimiento con una tunda. Conviene saber que, al describir Lázaro la forma en que robaba al ciego las blancas, cambiándolas por medias blancas que el niño traía en la boca, dice: «no había el que se la daba amagado con ella»; esta frase equivale a «tan pronto como la persona, que al ciego le pedía la oración, estaba para echarle a la mano la blanca». El verbo «amagar» quiere decir «estar algo próximo a suceder». Conviene saber que Gonzalo Correas, en su Vocabulario de refranes y frases proverbiales, publicado por primera vez en 1627, cita la frase: «Olió el poste». Correas explica: «se dice cuando uno conoce el peligro antes de caer en él, y le huye», y la atribuye al Lazarillo.2 Conviene saber que Salamanca, donde nace Lazarillo y donde éste deja a su madre para asentarse con el primer amo, fue el hogar de Miguel de Unamuno durante casi toda su edad adulta. Unamuno 2 Gonzalo Correas, Vocabulario de refranes y frases proverbiales (1627), Pág. 608. Editorial Castalia, S.A., Madrid, 2000. 2 © Houghton Mifflin Harcourt Publishing Company Bibliografía sirvió de catedrático y rector de la Universidad de Salamanca cuando no vivía en el exilio. Almorox, donde ocurre el episodio del racimo de uvas, es una villa que se halla hoy en día en la ruta desde Ávila a Toledo, a una «legua» de Escalona. En el siglo XVII un historiador señaló que Almorox estaba «puesta en tierra quebrada, fértil para vino, aceite y frutas, con trescientos vecinos…»3 Escalona, donde el ciego prevé el papel de las sogas y del cuerno en el futuro de Lazarillo, está situada sobre el río Alberche, camino a Toledo. Fue el lugar de nacimiento de don Juan Manuel, autor de El conde Lucanor. Torrijos, adonde se dirige Lazarillo al dejar burlado a su primer amo, también se encuentra en la ruta de Ávila a Toledo. Conviene saber que Lazarillo dio su nombre al idioma. El muchacho que acompaña y sirve de mano derecha a un ciego, que en el siglo XVI se conocía como «destrón»,4 es conocido ahora como «lazarillo». Conviene saber que el nombre Lázaro también sugiere una conexión evangélica, con el mendigo Lázaro (San Lucas 16: 19-31), a quien en la vida le fue muy mal; pero ahora le toca recibir consuelo al lado de Abraham; y con el otro Lázaro, hermano de Marta y María, a quien Jesucristo resucita de la muerte. Conviene saber que los estudiosos señalan cierta raigambre folclórica en el Lazarillo. Se hace mención de la pareja del ciego y su mozo, del episodio del toro de piedra, del de la casa lóbrega y oscura, y del de las uvas, en cuentos árabes y otras fuentes, antes de la aparición del Lazarillo. No obstante, es obvio que el autor anónimo es un letrado, y por lo mismo parecen ser más importantes las fuentes literarias del Lazarillo que las folclóricas. Conviene saber que existe una miniatura que data del siglo XIV; muestra un mozo de ciego que sisa vino del jarro de su amo mediante una paja. Bataillon, Marcel, Pícaros y picaresca. Taurus Ediciones, S.A., Madrid, 1969. del Monte, Alberto, Itinerario de la novela picaresca española. Editorial Lumen, Barcelona, 1971. Fernán-Gómez, Fernando, Historias de la picaresca. Editorial Planeta, S.A., Barcelona, 1989. Lázaro Carreter, Fernando, La vida de Lazarillo de Tormes, y de sus fortunas y adversidades. «El genero picaresco» (Págs. 7-17); «Cuadro cronológico», Págs. 21-24; y «Estudio preliminar», Págs. 25-40. Ediciones Tarraco, Tarragona, 1976. Parr, James A., «Rhetoric and Referentiality: Historical Allusiveness and Artful Innuendo», Crítica Hispánica, Vol. 19, Nos. 1 & 2, Duquesne University, 1997. Rico, Francisco, La novela picaresca y el punto de vista. Editorial Seix Barral, S.A., Barcelona, 1969. Rico, Francisco, La vida de Lazarillo de Tormes, y de sus fortunas y adversidades, «Introducción», Págs. IX-LXXXI. Editorial Planeta, S.A., Barcelona, 1980. Rodríguez Gómez, Juan Carlos, La literatura del pobre, Editorial Comares, Granada, 1994. 3 Véase el siguiente enlace: http://www.maplandia.com/spain/castilla-lamancha/toledo/almorox/ 4 Correas, op.cit., Pág. 1126. Abriendo puertas: Recursos en línea 3 © Houghton Mifflin Harcourt Publishing Company