Estrs Policial: Reconocerlo y controlarlo

Transcripción

Estrs Policial: Reconocerlo y controlarlo
1 ESTRÉS POLICIAL:
RECONOCERLO
Y
CONTROLARLO
2 INDICE:
INTRODUCCIÓN.
DEFINICIÓN DE ESTRÉS.
• Tipos de estrés.
• Causas de Estrés.
• Consecuencias.
ESTRÉS EN EL ÁMBITO POLICIAL.
FUENTES DEL ESTRÉS POLICIAL.
ESTRÉS ¿ENFREMEDAD PROFESIONAL?.
LÍNEAS DE INTERVENCIÓN Y TRATAMIENTO.
TÉCNICAS DE RELAJACIÓN Y RESPIRACIÓN.
CONCLUSIONES.
3 1. INTRODUCCIÓN
En el campo de la salud laboral, el estrés ocupa un lugar importante por
cuanto se está mostrando que afecta a gran cantidad de personas y es el
responsable de buena parte del absentismo laboral. Es además significativo en
la profesión policial, en la cual, por la misma naturaleza del trabajo que
desarrolla, se ve directamente influida por este.
La profesión de policía está directamente relacionada con el estrés, debido al
roce continuo que el desarrollo de su función implica en relación con la
sociedad. Esta fue una de las conclusiones que se dedujeron de la Mesa
Redonda del primer Grupo de Trabajo del Ministerio del Interior, que bajo el
tema "Policía y salud Mental" se celebraron en Madrid en 1.986. El policía
desarrolla su labor en un entorno conflictivo, en el límite de la marginalidad y
criminalidad. Además su herramienta habitual de trabajo -la defensa y la
pistola- tiene un riesgo genérico que se añade como factor de estrés.
Pero además de estos factores puramente laborales, existen otros, de carácter
organizativo, muy relacionado con las relaciones de los funcionarios entre sí,
y con las características de desarrollo del trabajo policial, que inciden en
mayor o menor manera en los policías, aumentando su fatiga psíquica, y
sometiéndolos a los efectos nocivos del estrés.
Intentaremos hoy dar una ligera idea acerca de lo que es el estrés mediante su
definición y sus consecuencias en el organismo, intentando que podamos
reconocerlo en nosotros mismos si llegamos a sufrirlo.
Así mismo profundizaremos en la incidencia del estrés dentro de la profesión
policial, viendo la incidencia del mismo dentro de ésta profesión, los factores
que lo favorecen y las consecuencias para nuestra salud.
Por último trataremos de dar pautas para, no solo reconocer el estrés, sino ser
capaces de controlarlo, si bien las técnicas que se expondrán solo son eficaces
con su práctica habitual, no está demás conocerlas y saber de su existencia.
4 2. DEFINICIÓN DE ESTRÉS
El estrés es una respuesta del organismo ante un estímulo específico. El estrés
es siempre una respuesta de carácter fisiológico. Ante un agente estresor, que
puede ser externo o interno, se produce una segregación de hormonas que
producirán cambios a distancia en diversas partes del organismo. Estas
hormonas afectaran el comportamiento de la persona de un modo concreto,
variando de un individuo a otro, por lo que el estrés deja de ser un problema
únicamente fisiológico para convertirse en un problema también social.
A lo largo de la historia se han dado diversas definiciones de lo que es el
estrés, pero dos recogen principalmente la verdadera naturaleza de lo que y
significa: la O.M.S. define el estrés como "el conjunto de reacciones
fisiológicas que prepara al organismo para la acción". Para Richard Lazarus
(1966) sería "el resultado de la relación entre el individuo y el entorno,
evaluado por aquél como amenazante, que desborda sus recursos y pone en
peligro su bienestar".
Por tanto, el estrés puede considerarse como una reacción física y emocional
compleja. Podemos distinguir tres fases en el estrés:
(1) Se da una reacción de alarma en respuesta a un factor de tensión que
activa el sistema nervioso autónomo, es decir, nos activamos ante el estimulo
que nos provoca estrés, que nos es amenazante.
(2) la fase de resistencia ocurre mientras el cuerpo se aclimata y ajusta al
factor de estrés, es decir, mientras convivimos con el estimulo estresor
haciéndole frente. Nos adaptamos al esfuerzo requerido.
(3) la fase de fatiga, si la tensión persiste por mucho tiempo termina
desgastando nuestras fuerzas, y las reacciones que la fase de resistencia
produjo en nuestro cuerpo acaban por enfermarnos.
Pero el estrés es necesario para movilizar los recursos vitales de nuestro
cuerpo, aunque también podemos ser consumidos por la energía desplegada
por él.
5 TIPOS DE ESTRÉS.
El puesto del estrés en nuestras vidas puede ser por tanto de enemigo o aliado.
* Estrés Positivo (Eustrés): Como hemos dicho la palabra estrés, aunque se
relaciona normalmente con un estado patológico, no es por definición “malo”.
Estrés es la activación necesaria para hacer frente a las distintas exigencias
que nos plantea la vida diaria. Es lo que nos permite seguir adelante y
funcionar. El estrés actúa como factor de motivación para vencer y superar
obstáculos. Puede decirse que es un elemento que nos ayuda a alcanzar el
éxito, es el combustible para el logro de nuestras ambiciones. Todos sabemos
que nuestro organismo está preparado, tanto física como psíquicamente, para
responder a situaciones que supongan para nosotros un reto. Normalmente, si
no hay ningún desajuste o disfunción, nos desenvolvemos y hacemos frente a
las distintas situaciones de nuestra vida sin mayor problema, con un nivel
determinado de activación. Es más, necesitamos de esta activación para
responder a las distintas demandas que se nos plantean. En palabras de
Goleman, “una cantidad moderada de ansiedad en el ambiente –una leve
sensación de urgencia- nos moviliza adecuadamente, mientras que su defecto
nos deja apáticos y su exceso nos desborda.”
*
Estrés Negativo (Distrés): Cuando el estrés supera límites aceptables, es
decir, se mantiene por un tiempo prolongado y supera el nivel normal y
deseable. La presión autoimpuesta o percibida en nuestro entorno provoca un
aumento anormal de los niveles de activación de nuestro organismo, y, en vez
de resultarnos útil para afrontar las circunstancias, se genera en nosotros una
sensación de malestar interno que puede llegar a angustiarnos e, incluso, a
bloquearnos.
* Estrés Físico y Estrés Mental: Algunos autores diferencias entre el estrés
físico y el estrés mental, mientras que otros combinan ambas definiciones
cuando hablan del estrés. Esta diferenciación depende de el origen o causa del
estrés, definiendo al estrés físico principalmente como fatiga o cansancio
físico. Puede expandirse esta definición para incluir exposición al calor o al
frío, al peligro, o a sustancias irritantes. Por otro lado, el origen del estrés
mental está en las relaciones interpersonales, frustraciones y apegos,
conflictos con nuestra cultura o religión o por la preocupación por alguna
enfermedad.
6 * Estrés agudo: El estrés agudo es el producto de una agresión intensa (aún
violenta) ya sea física o emocional, limitada en el tiempo pero que supere el
umbral del sujeto, da lugar a una respuesta también intensa, rápida y muchas
veces violenta. Cuando el estrés agudo se presenta se llega a una respuesta en
la que se pueden producir úlceras hemorrágicas de estómago como así
también trastornos cardiovasculares. En personas con factores de riesgo altos,
pueden tener un infarto ante situaciones de este tipo.
* Estrés crónico: Cuando el estrés se presenta en forma crónica, prolongado
en el tiempo, continuo, no necesariamente intenso, pero exigiendo adaptación
permanente, se llega a sobrepasar el umbral de resistencia del sujeto para
provocar las llamadas enfermedades de adaptación. Es decir que cuando el
organismo se encuentra sobre estimulado, agotando las normas fisiológicas
del individuo, el estrés se convierte en distrés. El estrés crónico puede darse
ya sea por una exposición prolongada y continua a factores estresantes
externos o por condiciones crónicas o prolongadas de la respuesta al estrés
(como en sujetos deprimidos y en el estrés postraumático). Aquí el sujeto se
ve expuesto prolongadamente a las llamadas hormonas del estrés
(catecolaminas, adrenalina y noradrenalina liberadas por el sistema nervioso
simpático; y los glucocorticoides). Algunos autores catalogan como estrés
agudo al que ocurre dentro de un período menor a 6 meses, y crónico, de 6
meses o mas.
Hemos de entender que no existen respuestas objetivas, todas las respuestas
que generamos son de carácter estrictamente particular: la interpretación,
emoción y sensación que acompañan al estrés son intransferibles, el estrés es
un particular e íntimo mecanismo de defensa que puede transformarse en un
medio de autodestrucción.
7 SINDROME GENERAL DE ADAPTACIÓN.
El síndrome de estrés depende de varios factores, los principales son:
Hace falta un agente estresor, que sea percibido como una amenaza.
No poseer los mecanismos necesarios para afrontar la situación de
manera efectiva.
Dependiendo de estos factores un determinado agente estresor podrá provocar
respuestas de placer, incomodidad, ansiedad, miedo ó pánico.
Si el estimulo es efectivamente agresor y se mantiene en el tiempo el cuerpo
pasará por las fases de alarma, resistencia y agotamiento que comentamos
anteriormente. Produciendo en cada caso los efectos negativos que sobre el
organismo tiene el exceso de estrés cuando este se mantiene en el tiempo más
allá del propio nivel de adaptación.
Lo peor es que incluso esto puede llegar a suceder tan lentamente que casi no
nos damos cuenta, o incluso lo consideremos normal, yo no noto el esfuerzo
ya que todo lo hace el sistema nervioso autónomo por su cuenta.
Pero si puedo notar los EFECTOS:
• Dolores de cabeza ocasionales, que se repiten poco a poco más a menudo.
• Una fatiga crónica que no parece desaparecer con el reposo, antes si lo
hacía.
• Problemas circulatorios, pesadez en las piernas, varices quizás.
• Contracturas musculares en cuello, dorso y zona lumbar, que no ceden
descansando.
• Pérdida ocasional de memoria, que aumenta y me irrita al principio.
• Dolores de estómago, problemas para hacer la digestión, estreñimiento.
• Tics nerviosos.
• Dificultad para dormir, o descansar.
8 • Aumento de las adicciones, comida, bebida, tabaco.
• Falta de concentración.
• Pesimismo.
• Sensación de fracaso
Todos estos son signos de alerta que deben hacernos pensar que podemos
estar siendo víctimas de estrés y que debemos tomar una determinación para
solucionar el problema antes que los síntomas advertidos se conviertan en una
verdadera enfermedad.
9 CONSECUENCIAS
Llega un momento en que el cuerpo no puede continuar el esfuerzo, tras la
resistencia continua, las energías se acaban, el equilibrio interno después de estar
amenazado largo tiempo se rompe, el sistema inmune se ve afectado, la
capacidad de resistir a los agentes patógenos de cualquier tipo disminuye y la
enfermedad aparece, si el desgaste previo ha sido suficiente incluso la vida corre
peligro, en caso contrario el cuerpo tras un descanso suficiente aún se recupera
parcialmente aunque con secuelas derivadas del colapso sufrido; derrames
cerebrales, hipertensión, úlceras, infarto, cáncer, infecciones, tienen la puerta
abierta en un organismo debilitado.
Podemos dividir las consecuencias en:
Trastornos cardiovasculares pueden mencionarse la hipertensión arterial, la
enfermedad coronaria o las taquicardias.
El asma bronquial o el síndrome de hiperventilación constituyen trastornos
respiratorios.
Dentro de los inmunológicos figura la aceleración del desarrollo de los
procesos infecciosos.
En cuanto a alteraciones del sistema endocrino, las principales son el
hipotiroidismo y el hipertiroidismo.
La úlcera péptica, la colitis ulcerosa, la aerofagia y el estreñimiento son
desequilibrios gastrointestinales.
El prurito, la sudoración excesiva, la dermatitis atípica y la alopecia se
inscriben dentro de los dermatológicos.
Los trastornos musculares más habituales son tics, temblores, contracturas
musculares, etc.
10 Como problemas sexuales, pueden mencionarse la impotencia, la eyaculación
precoz, el coito doloroso, el vaginismo y las alteraciones del deseo.
Los desequilibrios psicopatológicos, como miedos, fobias, depresión,
trastornos de la personalidad, consumo de drogas, conductas obsesivas y
compulsivas, alteraciones del sueño, etc.
Pero en conclusión, cualquier enfermedad oportunista puede aprovechar la
debilidad inmunológica que el estrés provoca en nuestro organismo para atacarlo
y hacernos enfermar.
11 3. ESTRÉS EN EL ÁMBITO POLICIAL.
Una vez que hemos determinado que es el estrés, los tipos, sus fases y sus
consecuencias, vamos a concretar y a explicar el impacto del estrés en la
salud física y psíquica del policía.
Lo primero que tendríamos que preguntarnos es si la profesión de policía es
más sensible que otras para padecer estrés, o por el contrario no es mas
propensa que cualquier otra…
Bien, indagando en las distintas noticias y estudios (los cuales son bastante
escasos en nuestro país), en los que se enumeran las profesiones con una
mayor probabilidad de padecer estrés, encontramos que un estudio sobre el
impacto del estrés en el absentismo laboral señala como profesiones de "alto
riesgo" las de maestro, enfermero, policía o médico, y demuestra que las
bajas laborales ocasionadas por el estrés están causadas por situaciones
inherentes al propio trabajo y no por incidentes estresantes ocasionales. Se
trata de un estudio realizado durante 4 años a nivel europeo llamado Stress
impact en diversos países europeos (entre los que no se incluye España),
cuyos resultados se hicieron públicos en Valencia. Durante la presentación
del informe también se puso de manifiesto que la Organización Mundial de la
Salud (OMS) predice que la enfermedad mental (estrés, ansiedad, depresión)
será la segunda causa de incapacidad laboral en 2020.
Si esto es así, el estrés en el ámbito policial debería preocupar más de lo que
lo hace a las esferas organizativas y de mando de los cuerpos policiales.
Máxime cuando como hemos dicho, una de las cusas principales son las
situaciones inherentes al propio trabajo, esto es, organización, relaciones con
mandos y compañeros, turnos de trabajo, imagen de la policía en la
sociedad…
En otros países, como Estados Unidos, si son mas frecuentes los estudios
sobre el estrés, dirigidos únicamente al ámbito policial.
Estos son los datos obtenidos por la Universidad de Búffalo tras una década
de investigación con policías. La investigación ha mostrado, entre otras cosas,
que los policías mayores de 40 años tienen un riesgo mayor de padecer
problemas coronarios que la media de la población. El 72% de los policías
12 varones y el 43% de mujeres tienen niveles de colesterol más altos de lo
recomendado.
Las investigaciones han empleado la medida del cortisol, conocido como “la
hormona del estrés” para determinar si éste se encuentra asociado a factores
de riesgo fisiológico que lleve a problemas graves de salud, como diabetes y
enfermedades cardiovasculares.
Los resultados de un estudio sobre los cambios de turno en el que participaron
115 policías al azar, mostraron que los pensamientos suicidas eran más
frecuentes en las mujeres que trabajaban en el turno de mañanas y en los
hombres
que
trabajaban
en
el
turno
de
tarde/noches.
Los datos mostraron que el 23% de los hombres y el 25% de las mujeres
informaban de más pensamientos suicidas que la población general (13.5%).
En un estudio previo, Violanti (autor de estudio) encontró que las tasas de
suicidio eran 3 veces mayores entre los policías que entre otros grupos de
funcionarios.
Según Violanti, “las mujeres policía se encuentran bajo mayor estrés que los
hombres. Todavía sigue siendo una profesión masculina y las mujeres pueden
sentirse aisladas en el trabajo. Además, la mayoría de las mujeres tienen más
responsabilidades domésticas de qué ocuparse, como la casa, los niños, etc.”
En este aspecto también coinciden varios estudios, que ponen a la mujer
dentro del ámbito laboral en general en el punto de mira del estrés, debido a
su doble rol laboral.
El policía y el “síndrome del quemado”
El “burn-out”, que se traduce literalmente como quemarse, es una fase
avanzada de estrés profesional se produce cuando se desequilibran las
expectativas en el ámbito profesional y la realidad del trabajo diario. Se suele
dar en trabajos sociales que implican el trato con personas e importantes
exigencias emocionales en la relación interpersonal (docentes, sanitarios,
policías…).
13 Uno de los efectos a largo plazo del estrés en las fuerzas policiales es pues, el
agotamiento profesional, y explica su origen apuntando al propio sistema de
valores y al compromiso con la profesión de policía, lo que facilita una alta
implicación. Las relaciones personales o matrimoniales sufren las
consecuencias.
En su trabajo, los profesionales de policía experimentan cierto nivel de
cansancio emocional. Del policía, que trata con los problemas del público
diariamente, se espera que ofrezca una actuación eficaz en la resolución de
situaciones altamente estresantes (disputas violentas, accidentes de tráfico,
muertes, etc.), a pesar del coste personal que ello pueda suponer. Pero cuando
el estrés emocional y psicológico se cronifica, el profesional pierde la
habilidad, el deseo o la energía para responder emocionalmente a situaciones
conflictivas que implican al usuario. En esta situación el policía empieza a
ver, y a tratar, al público de forma diferente. Si el policía sólo entra en
contacto con un conflicto tras otro, los ciudadanos se transforman en "objetos
sin sentimientos" y los responsables de lo que les ocurre. Además, con
frecuencia estos conflictos pueden implicar incluso a las mismas personas.
Esto puede propiciar la conclusión de que con sus esfuerzos y su trabajo no
consigue nada positivo, nada de lo que hace satisface a nadie. Este
sentimiento de baja realización personal puede obviamente ir en detrimento
tanto del policía como del público.
Este síndrome tiene varias fases que son fáciles de reconocer en el trabajo
policial, y que si, los que llevan mas años en el cuerpo, echan la vista atrás,
podrán reconocer haber pasado por una o varias de ellas.
Fase de entusiasmo: cuando el trabajo inicialmente se experimenta como
algo estimulante.
Fase de estancamiento: cuando se comienzan a plantear dudas acerca del
trabajo, del esfuerzo, de si vale la pena... las expectativas iniciales se
oscurecen, los objetivos ya no son tan claros y comenzamos a aislarnos y a
interpretar negativamente las propuestas.
Aparecen los primeros síntomas (dolores de cabeza, estomacales,
aburrimiento).
Fase de frustración: aquí las herramientas de la organización y las
personales hacen que o bien salvemos positivamente la situación (recobremos
la ilusión por nuevos proyectos, las motivaciones, o cambiemos hacia un
14 trabajo con mejores perspectivas...) o se entra en una etapa donde los
problemas psicosomáticos se van cronificando, y se va adoptando una actitud
irritable, de paso del tiempo, dudas, inadecuación con las tareas.
Fase de apatía: o bien se resigna uno a cambiar las cosas, o entra en una
etapa de no saber decir que no, de cinismo ante los clientes; comienzan las
bajas laborales.
Fase de quemado: se produce un colapso físico e intelectual de no poder
más, y es donde la enfermedad se manifiesta en sus características más
comunes y acentuadas.
Existen varios instrumentos de medida del Burn-Out que nos permiten
saber en que grado estamos afectados, se trata de test y escalas desarrolladas
por diferentes investigadores que arrojan resultados tangibles del grado de
estrés padecido por el trabajador.
15 4. FUENTES DEL ESTRÉS POLICIAL.
Hemos comentado anteriormente algunas de las causas que convierten a la
profesión de policía como una de las que sufren una mayor incidencia de
estrés entre sus componentes, pero se pueden determinar de un modo mas
concreto las fuentes de ésta enfermedad, dividiéndolas en dos grandes grupos
que se subdividen a su vez en otras.
• Las relacionadas directamente con el trabajo operativo.
• Situaciones inherentes al propio trabajo.
Dependiendo de las características de cada persona, se verán mas afectados
por una o por otra de las posibles causas, o por un compendio de varias de
ellas.
Relacionadas directamente con el trabajo operativo.
• La mayoría de las veces, el policía desarrolla su profesión y su labor en
un entorno conflictivo y arriesgado, sobre todo, cuando debe actuar o
intervenir en situaciones de seguridad y atención ciudadana. En otras
ocasiones, las intervenciones policiales aparentemente resultan ser
inofensivas pero pueden complicarse hasta convertirse en situaciones
críticas y peligrosas.
• Por otro lado, las herramientas propias del trabajo policial, el arma y la
defensa principalmente, generan o añaden un riesgo que puede
considerarse como factor de estrés.
En el caso de los policías, cuando éstos se ven confrontados con las demandas
propias de su trabajo y se perciben a sí mismos como incapaces de manejar
esas demandas, el estrés puede ir en aumento. Como señalamos
anteriormente, el estrés apunta a un "desequilibrio" percibido entre las
demandas y la capacidad o recursos para responder a esas demandas.
16 Para paliar ese desequilibrio es necesario que el agente de policía reúna una
serie de requisitos o condiciones que le ayuden a enfrentar con éxito cualquier
tipo de situación estresante, crítica o peligrosa que surja o pueda surgir en sus
intervenciones policiales.
- Mantener una buena condición física.
- Disponer de una preparación y formación en tácticas policiales, así como, de
una práctica y un entrenamiento adecuados de las mismas.
- Poseer una formación técnica de tiro policial y conocimientos sobre el
propio arma, además, de que ésta sea lo suficientemente eficaz.
- Por último, y no por ello menor importante, conseguir una buena condición
psicológica y un adecuado control mental sobre situaciones estresantes.
Situaciones inherentes al propio trabajo.
Estos factores se pueden dividir en 6 grupos:
1• Inherentes al puesto de trabajo.
2• Derivados de la organización.
3• Asociados al desarrollo de la carrera profesional.
4• Derivados de la estructura y atmósfera del trabajo.
5• Asociados a las relaciones laborales.
6• Exteriores al trabajo.
1. INHERENTES AL PUESTO DE TRABAJO
Debemos considerar los siguientes:
• La turnicidad laboral. El trabajo a turnos es suficiente motivo, para que con
el tiempo, se produzcan cuadros de insomnio, ansiedad, hipertensión y
gastropatías. Así mismo el trabajo en turno nocturno conlleva similar
penosidad.
17 • El trabajo excesivo o insuficiente. La excesiva carga laboral del policía,
puede provocar en este, un aumento en la carga psíquica y la aparición de
fatiga psíquica y estrés.
Asimismo, el trabajo mal distribuido, puede provocar una alteración en el
ritmo laboral y desencadenar episodios de estrés laboral.
• El peligro físico en el trabajo. Se ajustaría a la sobrecarga por estrés
inherente al desempeño de la labor policial en sí.
• El peligro de inestabilidad laboral, la actuación del policía está sujeta a la
legalidad y a los jueces. Existe el sentimiento de que todo el mundo es libre
de juzgar nuestro trabajo. La denuncia por parte de particulares está a la orden
del día y nos vemos observados en cada paso que damos en la calle. Nos
convertimos en unos seres cautelosos que miden con lupa sus actuaciones
“por si acaso”, lo que supone un aumento del estrés en situaciones ya de por
si estresantes porque has de actuar “cubriendo tus espaldas”. Sentimiento de
que el “delincuente” está más protegido que el policía, e incluso que el
honrado ciudadano.
2. FACTORES DERIVADOS DE LA ORGANIZACIÓN.
El burnout se da en aquellas organizaciones excesivamente centralizadas o
rígidas en las que prácticamente todo está previamente definido, y las
posibilidades de improvisar o de tomar decisiones están muy restringidas.
También en estructuras descentralizadas donde la improvisación y el “verlas
venir” se impone.
2.1 Función que la persona desempeña en el trabajo. Pueden producirse
situaciones nocivas de estrés por dos aspectos fundamentalmente:
AMBIGÜEDAD. No está claro lo que se le exige, lo que crea una
inseguridad en el trabajo por parte del funcionario y aumento de la carga
psíquica.
CONFLICTO DE FUNCIONES. Cuando al policía se le plantean
exigencias contradictorias, sobre todo en la transmisión de órdenes y en la
asignación de tareas, se produce de nuevo inseguridad en cuanto a la forma de
actuar, lo que conlleva un aumento de la caga emocional y tensional.
2.2 Responsabilidad sobre la seguridad de otros trabajadores u otras personas.
18 3. FACTORES ASOCIADOS AL DESARROLLO DE LA CARRERA
PROFESIONAL.
Se deben considerar los siguientes:
• Debidos a las consecuencias por ascensos excesivos o insuficientes.
• Falta de congruencia en la categoría o status.
• Expectativas insatisfechas. FRUSTACION PROFESIONAL.
4. FACTORES DERIVADOS DE LA ESTRUCTURA Y ATMOSFERA DEL
TRABAJO.
4.1 Escasa o nula participación en las decisiones sobre como desarrollar la
tarea en cuestión. La anulación de la capacidad de poder opinar y participar,
provocan frustración, que aumenta el grado de estrés del trabajador. Esto
puede ser más significativo incluso en categorías intermedias de la empresa
en las cuales, por si, deben asumir ciertos criterios de mando.
4.2 Restricciones en el comportamiento.
4.3 La posibilidad de ser objeto de una investigación interna, de unas normas
rígidas y de expedientes disciplinarios cuya justicia en ocasiones es
cuestionada.
5. FACTORES ASOCIADOS A LAS RELACIONES PERSONALES.
• Relaciones personales entre compañeros, subordinados y superiores. Como
en cualquier situación en las que coexisten personas, cuando la relación entre
estas es buena, mejora la capacidad de convivencia, y esta mejoría se puede
extrapolar al plano laboral. Igualmente, si existen malas relaciones o
tiranteces personales, estas se trasladan al campo del trabajo, produciendo una
merma en el rendimiento y un peor ambiente del trabajo, que desencadena un
incremento de la tensión y del estrés del conjunto.
• Hay que considerar en este apartado también, como factor importante en el
manejo de las relaciones entre el personal, el estilo de liderazgo, debiéndose
encaminar este en el sentido de aglutinar opiniones, y hacer más copartícipes
al personal adscrito a las distintas Unidades, para de esta forma, hacerles
sentir más parte de la organización, lo que redunda en un incremento en el
19 rendimiento por aumento del grado de satisfacción personal. Un mal
liderazgo, separa y disgrega, destruye la estructura de grupo, provocando
aumento en los roces.
6. FACTORES EXTERIORES AL TRABAJO
A todos los anteriores factores generadores de estrés hay que sumarles
otros que emanan del puesto de trabajo que se ocupa pero su influencia se
refleja directamente en la vida social y privada del policía, como por ejemplo
que en muchas ocasiones los horarios dificultan el mantenimiento de
contactos sociales.
La imagen negativa del policía. Muchos grupos dentro de la sociedad
reaccionan hacía el policía no como un individuo sino como un estereotipo.
Incluso fuera del trabajo, el policía debe aceptar prejuicios, miedos,
suspicacia y a veces hostilidad de un amplio segmento de la sociedad. Así, el
trabajo policial deviene en uno de los pocos trabajos que tiene un efecto
negativo que puede abarcar la vida total del trabajador.
El policía se percibe como un experto ofreciendo un servicio vital a la
comunidad, pero a menudo es tratado como un enemigo del bienestar de la
comunidad.
Junto a todos estos estresores encontramos que el apoyo administrativo
deviene fundamental. Un policía podría ser capaz de afrontar el estrés si
siente que sus superiores conocen y comprenden sus problemas. Pero parece
que los mandos, desde el punto de vista del agente, en vez de eliminar
algunas presiones, con frecuencia les crean presiones nuevas. Además, al
policía no se le pide ninguna participación en decisiones y políticas que le
afectan directamente. Estos estresores están relacionados con una baja
satisfacción laboral, la cual a su vez puede afectar a cómo el policía hace su
trabajo.
20 5. ESTRÉS ¿UNA ENFERMEDAD PROFESIONAL?
Hay que diferenciar primero que se entiende por enfermedad profesional y
accidente de trabajo, según la ley de la Seguridad Social.
Enfermedad profesional: “La contraída a consecuencia del trabajo ejecutado por
cuenta ajena en las actividades que se especifican en el cuadro que se apruebe por las
disposiciones de aplicación y desarrollo de esta Ley, y que ésta proceda por la acción
de elementos o sustancias que en dicho cuadro se indiquen para cada enfermedad
profesional”.
Accidente de trabajo: “Se entiende por accidente de trabajo toda lesión corporal
que el trabajador sufra con ocasión o por consecuencia del trabajo que ejecute por
cuenta ajena”. Y el artículo 115.2.e dice que tendrán la consideración de accidente de
trabajo “Las enfermedades que contraiga el trabajador con motivo de la realización de
su trabajo, siempre que se pruebe que la enfermedad tuvo por causa exclusiva la
ejecución del mismo”.
Hasta ahora, el estrés laboral no está incluido en el cuadro de
enfermedades profesionales, pero va siendo reconocido como accidente de
trabajo. Como ejemplos algunas sentencias:
A finales de 1999, el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco dictó una sentencia
en la que se reconocía el estrés laboral como accidente de trabajo. Aunque en la
resolución el tribunal falló a favor de un trabajador en un taller de producción, los
razonamientos son extrapolables a diferentes profesiones.
En 1998, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León consideró un intento de
suicidio como accidente laboral. En este caso, la Justicia consideró que el estrés
empujó al trabajador a quitarse la vida.
También la Sala Primera del Tribunal Supremo ha dictaminado que un infarto sufrido
por estrés en el ámbito laboral está considerado como un accidente de trabajo. El
Tribunal Supremo ha considerado, ante la dispersa doctrina en este aspecto, que el
estrés laboral es un accidente de trabajo. En organismo ha basado su resolución en que
dicha cardiopatía se ha originado en determinadas causas de carácter externo e
inmediato, como es el caso del agotamiento físico e intelectual generado por el trabajo.
La sentencia del TS considera que el trabajador no padecía enfermedad alguna ni
antecedentes antes de iniciar su actividad laboral, y que la principal causa fue el estrés
sufrido en su puesto de trabajo que le originó una "cardiopatía isquémica y un
síndrome depresivo grave".
21 No debemos confundir accidente laboral con enfermedad laboral. En
España sólo se contempla la depresión como la enfermedad más parecida
al estrés laboral. Un trabajador puede sufrir estrés laboral, pero para
concederle la baja laboral sólo se puede argumentar la depresión como
causa de dicha baja. Y a pesar de que el estrés laboral afecta al 28% de los
trabajadores de la Unión Europea y es el segundo problema de salud
relacionado con el trabajo después del dolor de espalda, en estos
momentos no existe una legislación específicamente dedicada a evitar el
estrés laboral, ni a escala comunitaria ni tampoco a escala nacional.
En España la Ley de Prevención de riesgos Laborales aborda el problema
del estrés de una forma parcial. Sin embargo dicha ley no es suficiente,
porque sabiendo ya que existe una relación directa entre el estrés y los
accidentes laborales, también se sabe que “mientras resulte mas barato un
accidente que la prevención, no se acabará tan fácilmente con este
problema”.
22 6. LÍNEAS DE INTERVENCIÓN Y TRATAMIENTO.
El tratamiento de las enfermedades por estrés laboral deberá siempre dirigirse
a erradicarlo a través de controlar los factores o las fuerzas causales del
mismo. El criterio general que pretende curar la enfermedad en forma aislada
mediante tratamiento de las alteraciones emocionales o reparación de las
lesiones orgánicas es sumamente simplista, no se trata de solucionar los
resultados del estrés sino las causas que lo provocan. Así, el tratamiento
contra el estrés deberá ser preventivo y deberá lograrse ejerciendo las
acciones necesarias para modificar los procesos causales.
Desde una perspectiva más integradora no deberíamos limitar la
responsabilidad del afrontamiento al individuo que padece estrés. En el
ámbito laboral hay muchos aspectos que son controlados por la propia
organización y ella ha de estar también implicada tanto en la prevención
como en el tratamiento del estrés.
Aunque determinados aspectos del trabajo policial no puedan ser
modificados, es posible establecer un entorno organizacional que suponga
una barrera ante el desarrollo del estrés.
Una preparación del individuo para la realidad laboral a la que se ha de
enfrentarse que le permita desarrollar unos objetivos profesionales más
realistas, variedad en las actividades, apoyo organizacional, disponer de
medios y equipos suficientes, una cultura que valore al profesional, canales de
comunicación efectivos entre los distintos niveles de la organización, etc., son
aspectos que han de tenerse presentes en el control del estrés laboral.
Como en otras áreas, la mejor línea de intervención parece ser la
prevención. Si los policías en su periodo de aprendizaje recibieran formación
sobre cómo afrontar la activación emocional que conlleva su trabajo, entonces
quizás podrían manejar mejor esas situaciones y consecuentemente evitar el
"burnout".
Pero ¿Qué hacemos cuando el estrés se ha instaurado ya en nuestra vida?, si
la prevención ha llegado tarde y los efectos hacen mella en nuestro
organismo, hay que tratar de paliar los daños mediante técnicas que nos
permitan controlar los niveles de estrés. Como hemos dicho, el tratamiento ha
23 de basarse en erradicar los elementos causales, pero eso no siempre es posible
y pocas veces es inmediato.
Por ello es importante conocer y saber aplicar una serie de técnicas que
pueden ayudarnos a prevenir que los efectos negativos puedan llegar a
enfermarnos.
Desde el enfoque biomédico el tratamiento para el estrés es la prescripción de
tranquilizantes o ansiolíticos, especialmente las benzodiacepinas, que inciden
directamente en las respuestas fisiológicas de estrés. Desde el enfoque
psicológico se plantean varias alternativas; todas ellas otorgan gran
importancia al control de la ansiedad emocional, así como al
aprovechamiento de los recursos del organismo.
Para empezar hay que tener en cuenta el tipo de estrés que nos ocupa para
poder determinar de que manera abordarlo:
Si se trata de un cuadro de estrés agudo, una crisis de ansiedad, depresión, o
cualquier otro efecto adverso que interfiera de un modo grave y directo sobre
nuestra vida, habrá que acudir a los profesionales de la salud adecuados, para
que bien con tratamientos farmacológicos, bien con técnicas de tratamiento
psicológico específicas, contengan los efectos adversos y nos devuelvan a un
estado en el que seamos capaces de utilizar otros métodos de ámbito
psicológico.
Si se trata de un estrés crónico, cuyos efectos adversos aún podemos combatir
por nosotros mismos, tenemos numerosas técnicas de relajarnos y disminuir
nuestro estrés.
La relajación podremos obtenerla de muchas maneras, unas mas simples que
seremos capaces de auto aplicarnos en cualquier momento y otras que
denominaremos instrumentales, en las que es necesario un mayor grado de
preparación o la utilización de elementos o instrumentos externos.
Técnicas instrumentales:
•
Kinesiterapia o Masajes terapéuticos. El principal propósito del masaje
es mitigar la tensión muscular y aumentar la relajación, pero también puede
hacerse para mejorar la función muscular y cutánea, aliviar el insomnio y
reducir el dolor.
24 El masaje Shiatsu es un tipo de masaje muy especializado, diseñado para
aliviar la tensión muscular y la fatiga. Consiste en la aplicación de un masaje
firme pero suave en los puntos de acupuntura del cuerpo por lo que a veces se
le denomina acupresión.
•
Hidroterapia. El estado de ansiedad y el estrés se reduce con la acción
relajante de un baño de hidromasaje a presión mínima y a 36 o 38º c.
Preferiblemente en días alternos, por la mañana o antes de cenar. Si no se
puede ir a un Spá o a una sauna, se puede hacer en casa, procurando buscar
un momento en el que sepamos que nadie va a molestarnos. La duración
efectiva está entre los 30-45 minutos y seria conveniente añadir al agua del
baño sales aromáticas o relajantes para potencia el efecto del baño.
•
Ejercicios y Ocio: El ejercicio y otras actividades recreativas
proporcionan al individuo un escape momentáneo de las tensiones vitales.
Al realizar estas actividades el individuo se reconforta física y
psicológicamente y a menudo es mas capaz de afrontar las crisis vitales y
resolver problemas.
La participación en algún deporte, danza, atletismo, natación, bicicleta u otras
actividades muy enérgicas pueden ser muy eficaz para mitigar la tensión
relacionada con el estrés. Al igual que otras estrategias encaminadas a
afrontar el estrés, el ejercicio tiene ventajas tanto fisiológicas como
psicológicas. Desde un punto de vista fisiológico, el ejercicio fomenta la
resistencia cardiovascular, aumenta la fuerza y el tono muscular, mejora la
eficacia del control del oxígeno y reduce la tensión arterial y la frecuencia
cardiaca. La estimulación de la producción de endorfinas y encefalinas
mitiga el dolor, y provoca una sensación de bienestar.
•
Acupuntura. Una sola sesión de acupuntura revierte a la normalidad los
parámetros sanguíneos alterados por el estrés (cortisol en sangre). Los efectos
se mantienen durante al menos un mes, lo que demuestra científicamente la
utilidad de esta terapia de la medicina china.
Como hemos dicho, existen otra serie de técnicas que son mas sencillas de
aplicar y que podemos usar para momentos en que sintamos que nuestro nivel
de estrés sube, o cuando queramos relajarnos tras llegar del trabajo a casa. El
único secreto de las técnicas de relajación es que necesitan de un
entrenamiento mínimo para que sean efectivas y las podamos automatizar y
usar en el día a día.
25 5. TÉCNICAS DE RELAJACIÓN Y RESPIRACIÓN.
Las Técnicas de relajación y respiración, son uno de los métodos más eficaces
para combatir estados de estrés e incluso de ansiedad. Estos métodos en su
conjunto, bien entrenados y automatizados pueden hacer que ante una
respuesta inadecuada a una demanda externa (estresor), logremos paliar los
efectos en el organismo, de modo que no sólo evitemos estresarnos en el
momento, sino que los efectos negativos del estrés nos ataquen, con lo cual
lograremos darnos tiempo para saber cómo manejar la situación y no
acumularemos tensión para la próxima situación.
Se trata de no llegar a un estado en el que nos haga falta atención médica para
solucionar nuestros problemas, sino poder ayudarnos a nosotros mismos
mediante unas sencillas técnicas que podamos aplicar incluso conduciendo,
sentados ante un ordenador, viendo la tele, y que no nos ocupen mucho
tiempo ni requieran de una especial parafernalia.
De este modo y con un poco de implicación inicial, se podrán conseguir
resultados de gran relajación en escasos minutos.
ENTRENAMIENTO EN RELAJACION.
1.- POSICION Y ENTORNO
Antes de comenzar una sesión de relajación hay que tener en cuenta varios
aspectos:
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ƒ
ƒ
El lugar ha de ser tranquilo. Hay que prever que no suene el teléfono,
no nos abran la puerta de la habitación de forma repentina, etc.
Lo ideal es hacer los ejercicios sobre una superficie dura, como un
aislante sobre el suelo, por ejemplo, pero puede hacerse también sobre
la cama.
La postura más adecuada es tumbado sobre la espalda, los brazos
extendidos a lo largo del cuerpo y las piernas ligeramente separadas
con los pies caídos hacia los lados. El cuerpo ha de quedar lo más
horizontal posible, nuca y cuello bien extendidos y rectos. La boca
cerrada, pero es muy importante que no se presionen los dientes, que la
26 ƒ
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ƒ
mandíbula esté relajada. Los ojos, conviene mantenerlos cerrados o
semicerrados.
La temperatura de la habitación debe ser adecuada. Resultaría muy
difícil relajarse en sitios con mucho aire acondicionado o, por el
contrario, donde haga un excesivo calor.
La luz ha de ser suave, creando un ambiente de semipenumbra.
Conviene establecer un horario fijo con el fin de que tanto el cuerpo
como la mente se habitúen a esa situación y se facilite así la relajación.
La ropa ha de ser sencillamente cómoda, holgada, sin presiones en
cintura, pecho, etc.
El tiempo que ha de practicarse la relajación puede ser de aproximadamente
15 minutos al principio, pudiéndose aumentar posteriormente con la práctica.
Si por alguna circunstancia tiene lugar una interrupción durante la
sesión, hay que procurar no levantarse y salir corriendo de una forma brusca,
pues esto tendría un efecto pésimo sobre el proceso de relajación. Conviene
antes, realizar tres respiraciones profundas, después abrir los ojos, estirar
todos los músculos (como desperezarse) y, finalmente, levantarse. Así es
como hay que finalizar siempre cada sesión.
2- ENTRENANDO LA RESPIRACION.
Algunos estudios recientes han puesto de manifiesto, que la utilización de
técnicas respiratorias, puede ser igual o incluso más efectivo, que la técnica
de relajación muscular progresiva a la hora de conseguir un control de la
activación por parte del sujeto. Evidentemente, la utilización de técnicas
respiratorias se convertiría en este caso, en el procedimiento de elección para
conseguir reducciones en la activación psicofisiológica, por ser un método
más sencillo y fundamentalmente más rápido que las técnicas de relajación.
El uso de técnicas respiratorias tiene una gran tradición a lo largo de la
historia. El problema que siempre ha prevalecido, ha sido que éstas técnicas
no han estado respaldadas por investigaciones controladas que las validen,
aunque en la actualidad sí existen ya bastantes estudios controlados que
demuestran inequívocamente su eficacia.
27 Ejercicio 1:Inspiración abdominal: El objetivo de este ejercicio es que la
persona dirija el aire inspirado a la parte inferior de los pulmones. Para lo cual
se debe colocar una mano en el vientre y otra encima del estómago. En el
ejercicio debe de percibir movimiento al respirar en la mano situada en el
vientre,
pero
no
en
la
situada
sobre
el
estómago.
Al principio puede parecer difícil, pero es una técnica que se controla en unos
15-20 minutos.
Ejercicio 2: Inspiración abdominal y ventral: El objetivo es aprender a
dirigir el aire inspirado a la zona inferior y media de los pulmones. Es igual al
ejercicio anterior, sin embargo una vez llenado la parte inferior se debe llenar
también la zona media. Se debe notar movimiento primero en la mano del
abdomen y después en la del vientre.
Ejercicio 3: Inspiración abdominal, ventral y costal: El objetivo de este
ejercicio es lograr una inspiración completa. La persona, colocada en la
postura del ejercicio anterior debe llenar primero de aire la zona del abdomen,
después el estómago y por último el pecho.
Ejercicio 4: Espiración: Este ejercicio es continuación del 3º, se deben
realizar los mismos pasos y después, al espirar, se deben de cerrar los labios
de forma que al salir del aire se produzca un breve resoplido. La espiración
debe ser pausada y controlada.
Ejercicio 5: Ritmo inspiración – espiración: Este ejercicio es similar al
anterior pero ahora la inspiración se hace de forma continua, enlazando los
tres pasos (abdomen, estomago y pecho). La espiración se hace parecido al
ejercicio anterior, pero se debe procurar hacerlo cada vez más silencioso.
Ejercicio 6: Sobregeneralización: Este es el paso crucial. Aquí se debe de ir
utilizando estos ejercicios en situaciones cotidianas (sentados, de pie,
caminando, trabajando, etc.). Hay que ir practicando en las diferentes
situaciones: con ruidos, con mucha luz, en la oscuridad, con mucha gente
alrededor, calor, etc.
Un control adecuado de nuestra respiración es una de las estrategias más
sencillas para hacer frente a las situaciones de estrés y manejar los aumentos
en la activación fisiológica provocados por éstas.
28 3.- TECNICA DE RELAJACION MUSCULAR.
Ahora vamos a realizar una técnica de relajación que nos será muy útil en
momentos de tensión excesiva, ansiedad, insomnio, depresión, fatiga y
siempre que queramos relajarnos. La relajación progresiva de Jacobson está
basada en la premisa de que las respuestas del organismo a la ansiedad
provocan pensamientos y actos que comportan tensión muscular. La
relajación muscular profunda reduce la tensión fisiológica y es incompatible
con la ansiedad: El hábito de responder de una forma anula el hábito de
responder de la otra.
El tiempo necesario para su entrenamiento es de una a dos semanas, a razón
de sesiones de 15 minutos diarios. Se recomienda el uso de una grabadora
para su práctica y en el fondo de las palabras una música suave y relajante.
Los pasos que habría que seguir para aplicarse una técnica de relajación
muscular serían los siguientes:
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Todas las sesiones han de empezarse con tres respiraciones lentas y
abdominales. Hay que procurar que la respiración sea algo más lenta de
lo habitual, así como que la espiración sea más lenta que la inspiración.
La espiración conviene que tenga una duración aproximada del doble a
la inspiración.
ƒ
Utilizando la técnica de relajación progresiva de Jacobson resumida,
hay que empezar tomando conciencia de la tensión y la relajación de
los distintos músculos. La forma más adecuada es tensar y relajar cada
uno de los grupos musculares que se enumeran a continuación y,
finalmente, realizar una respiración profunda.
Como norma general, la tensión durará unos 5-7 segundos a intensidad
máxima y la relajación unos 15-20 segundos. Hay que sentir la diferencia
entre el músculo en tensión y la sensación agradable cuando lo rejamos.
Relajación de cara, cuello y hombros con el orden siguiente:
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Frente: Arrugar, ejerciendo tensión sobre el puente de la
nariz y alrededor de las cejas.
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Ojos: Abrir y cerrar. Notar la tensión en los párpados y en
el exterior de los ojos.
Nariz: Arrugar, ejerciendo tensión en el puente y los
orificios.
Boca: Sonreír ampliamente. Notará la tensión en los labios
superior e inferior y en ambas mejillas.
Lengua: Presionar la lengua contra el paladar.
Mandíbula: Presionar los dientes notando la tensión en
los músculos laterales de la cara y en las sienes.
Labios: Arrugar como para dar un beso.
Cuello y nuca: Hacer movimientos del cuello SI-NO y
derecha-izquierda.
Hombros y cuello: Elevar los hombros presionando
contra el cuello.
Relajación de brazos y manos con la siguiente progresión: Contraer, sin
mover, primero un brazo y luego el otro con el puño apretado, notando la
tensión en brazos, antebrazos y manos.
Relajación de piernas: Estirar primero una pierna y después la otra
levantando el pie hacia arriba y notando la tensión en piernas: trasero, muslo,
rodilla, pantorrilla y pie.
Relajación de tórax, abdomen y región lumbar (estos ejercicios se hacen
mejor sentado sobre una silla):
Espalda: Levantar brazos hasta formar ángulo recto con antebrazo y
llevar codos hacia atrás. Notará la tensión en la parte inferior de la
espalda y los hombros.
Tórax: Inspirar y retener el aire durante unos segundos en los
pulmones. Observar la tensión en el pecho. Espirar lentamente.
Estómago: Tensar estómago hasta notar dicha tensión en ombligo y
alrededores.
Cintura: Tensar nalgas y muslos. El trasero se eleva de la silla.
30 Relajación rápida y completa: Consiste en tensar y relajar todos los
músculos a la vez. Se puede hacer tumbado o de pie. Requiere una cierta
experiencia, pero una vez adquirido se puede conseguir un correcto estado de
relajación en tan sólo unos minutos.
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El último paso después de cada sesión de relajación, es realizar tres o
cuatro respiraciones profundas. Antes de dar por finalizada la sesión,
conviene dedicar unos minutos para observar nuestra respiración, hasta
conseguir que sea constante y regular.
Cuando estamos muy bien entrenados en esta técnica de relajación, lo que se
consigue realizándola muchas veces, es posible practicar únicamente la parte
de la relajación rápida y completa y las respiraciones profundas posteriores,
consiguiendo así excelentes resultados.
31 6. Conclusiones
El estrés laboral o Burn-Out puede afectar a la actividad y rendimiento del
trabajador, con graves consecuencias, tanto a nivel personal, como a nivel
profesional, se puede perder la esencia de la profesión.
Las personas tenemos unos límites y debemos aceptarlos, no existe la
perfección sino las cosas bien hechas. Cuando nos sintamos desbordados
tanto físicamente como emocionalmente debemos pedir ayuda.
Como dijimos, la profesión de policía se ha evidenciado como una profesión
de riesgo para la aparición de estrés.
Un estimulo estresor generará un mecanismo de afrontamiento, en función del
mayor o menor éxito de ese afrontamiento y control del estrés, se producen
determinados resultados y, la mayor o menor duración de los mismos tienen
efectos y consecuencias más o menos significativas y duraderas.
La profesión de policía, tanto en el ámbito del trabajo operativo, como
en el de la organización del trabajo, es muy difícil y nos obliga a mantener
una serie de condiciones (físicas, mentales,…) a lo largo de nuestra vida
laboral que conllevan más sobrecarga aún.
El policía debe estar preparado psicológicamente para enfrentarse a
cualquier situación de estrés que se produzca en sus intervenciones policiales.
De hecho, el policía que cuente con una adecuada preparación mental estará
en una posición más óptima y ventajosa para afrontar el estrés de la
intervención policial que otro agente cuya preparación mental sea inferior o
menos adecuada. Por ello, todo policía debería ser consciente de esta
necesidad y debería fomentar su entrenamiento mental para mejorar su
desempeño profesional.

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