Carta Geológica #19

Transcripción

Carta Geológica #19
Nueva Carta Geológica - No. 19 • noviembre 2013
A G U N A L
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[email protected]
www.agunal.com
ASOCIACIÓN DE GEÓLOGOS EGRESADOS
DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL
Personería Jurídica Resolución 0808 • junio 8 de 1966
N U E VA CA R TA G EO LÓ G I CA
No. 19 • BOGOTÁ, D.C. - NOVIEMBR E 2013
EDITORIAL
LOS GEÓLOGOS, EL GREMIO Y LAS ORGANIZACIONES:
EL QUE ES BUENO PARA COBRAR ES MALO PARA PAGAR
En el No. 18 de relanzamiento de nuestra Nueva Carta Geológica, publicamos el reporte sobre el Primer
Encuentro de Organizaciones Geocientíficas Colombianas, durante el cual se presentó la Propuesta de Plan
Estratégico para la Geología en el país, realizada por la Sociedad Colombiana de Geología, la Asociación de
Geólogos de la Universidad Nacional de Colombia (AGUNAL) y el Consejo Profesional de Geología.
Este importante documento también publicado en nuestra última Nueva Carta Geológica, inicia afirmando
que:“El geólogo no es ajeno a los fenómenos sociales, políticos y económicos, no se debe aislar solamente
para generar conocimiento (cientifismo), debe estar comprometido con la sociedad y dispuesto a interactuar
con otros profesionales”. Desafortunadamente la actitud de la gran mayoría de los colegas, durante más de
medio siglo de presencia oficial de la geología en el país, parece desmentir tan importante afirmación. Desconocemos la importancia de la existencia de organizaciones que trabajan por el crecimiento de la geología en
Colombia, porque ignoramos que son muchas las profesiones que no las tienen; en este panorama es obvio
desconocer la importancia de una institución como el Consejo Profesional de Geología, encargado de reglamentar el ejercicio del quehacer del geólogo, mediante la Ley 9ª de 1974, porque igualmente ignoramos que
son muchas las profesiones, que en este país carecen de un órgano que regule su ejercicio.
Así las cosas, es normal que muchos colegas recién egresados le soliciten a un órgano científico como la
Sociedad Colombiana de Geología, la expedición de su matrícula profesional. Una vez se entiende que la instancia encargada de expedirla es el Consejo Profesional de Geología, se procede a realizar el trámite con urgencia, porque “hay que salir a trabajar y a devengar”. Poco o nada se piensa en el impacto social de nuestra
profesión, ni en que pertenecemos a un gremio que necesariamente se relaciona con otros, y mucho menos
en que somos parte de una sociedad nacional y de otra mundial. Queremos estar bien y que nos vaya bien,
porque tuvimos la agudeza mental de elegir una de las profesiones mejor remuneradas en Colombia. El paradigma es vincularse con una entidad del sector hidrocarburos, o con una minera porque “el gobierno se comprometió a arrancar la locomotora”. Y como me empieza a ir bien, porque tengo empleo en un país donde
campea el desempleo, y además mi sueldo es cuantioso, entonces no debo gastar tiempo pensando en cómo
le esté yendo al país, “¡Porque si yo estoy bien es porque el país está bien!”.
¡Que patética esta actitud cómoda de indiferencia de los geólogos e ingenieros geólogos! Porque el bienestar individual no necesariamente es consecuencia del colectivo, y resulta fácil olvidar que la provisión de
nuestros empleos suele ser consecuencia de esas oleadas inversionistas que llamamos “booms”, petroleros o
mineros, neoliberalismo puro, pero los colegas detestan que se les mencione el término, ya que aborrecen la
política, porque “tengo que montarme en el boom y aprovechar mi cuarto de hora”.
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AGUNAL • Asociación de Geólogos Colombianos
Y nuestra profesión deriva entre épocas de gran
demanda de geólogos y geocientíficos que llamamos
de “vacas gordas”, y otras cuando las multinacionales
de los hidrocarburos y la minería abandonan el país,
o se reducen a su mínima expresión. Entonces los
empleos que ofrece el Estado Colombiano, normalmente mal remunerados se nos hacen apetecibles,
“porque estamos en tiempo de vacas flacas”. Ahí es
cuando reflexionamos sobre las causas por las cuales perdimos nuestro empleo, por ejemplo, por la llegada indiscriminada de profesionales extranjeros al
país. Unos pocos reflexionan de manera tardía, que
“como a Colombia le estaba yendo mal, tal vez tarde
o temprano a mí también me tenía que ir mal”, entonces recordamos que nuestro gremio tiene organizaciones: reguladora de nuestra profesión, que nos expidió una licencia para que la ejerciéramos en
Colombia (Consejo Profesional de Geología), sindical
de primer grado y gremial (AGUNAL), y hasta científicas (Sociedad Colombiana de Geología, Asociación
Colombiana de Geólogos y Geofísicos del Petróleo,
Asociación Colombiana de Hidrogeólogos).
A las organizaciones las llamamos a cuentas
“¡Porque ellas son las culpables de esta crisis de desempleo de la geología en Colombia!”, las conminamos a que se pronuncien “¡Porque para eso existen!”.
Pero no reflexionamos en que nunca hemos querido
pertenecer a ninguna de ellas, devengamos un excelente salario pero no deseamos pagar cuotas de afiliación, porque los beneficios gremiales nos tienen
que llegar “de gratis”. Mucho menos vincularnos a la
Junta Directiva de uno de esos organismos sin ánimo
de lucro, porque somos profesionales preparados en
los más altos niveles académicos, nómina de importantes empresas del sector minero-energético, siempre muy ocupados, que merecemos la mejor remuneración. La actitud de los colegas con respecto a las
organizaciones geocientíficas nacionales, la expresa
mejor ese dicho popular que dice: “el que es bueno
para cobrar es malo para pagar”.
Es crucial que entendamos la importancia de los
órganos gremiales, científicos, sindicales y reguladores de nuestro gremio geológico y geocientífico, en
que estos no surgieron por generación espontánea, ni
siguen existiendo porque sí. Es titánico el trabajo no
remunerado que han hecho y siguen haciendo unos
pocos geólogos e ingenieros geólogos, para que es-
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tas organizaciones no se acaben;igualmente son
cada vez menos los colegas dolientes del Consejo
Profesional de Geología, la Sociedad Colombiana de
Geología o AGUNAL, prácticamente hay que suplicarles para que hagan parte de una Junta Directiva, y
los más jóvenes siguen siendo los eternos ausentes,
mientras los pocos que aceptan la invitación lo hacen
para: defender sus intereses personales, la mayoría
de las veces; los de la empresa a la cual prestan sus
servicios, unas pocas; los de la organización sin ánimo de lucro a la cual deberían apoyar, casi nunca.
De poco le sirve a nuestro gremio tener muchas
organizaciones, cuando es indiferente por naturaleza, dado que está constituido por profesionales que
creen poder sustraerse de la realidad nacional y
mundial, debido a que solucionaron sus problemas
económicos. ¡Si me está yendo bien, no necesariamente a mi gremio y al país le tiene que estar yendo
bien!, la fortaleza de nuestras organizaciones es
responsabilidad de todos nosotros, en vez de llamarlas a pedirles cuentas debemos fortalecerlas, vinculándonos como asociados y miembros de sus Juntas Directivas. Ser indiferente a ellas es ser
indiferente a la profesión que ejercemos, al gremio al
que pertenecemos, a nuestra sociedad y hasta al
planeta que aprendimos a estudiar.
Henry Villegas Vega
Director Nueva Carta Geológica
Ex Presidente Sociedad Colombiana de Geología
Dr. Orlando Navas Camacho, actual Presidente del Consejo
Profesional de Geología, presidiendo el Primer Encuentro de
Organizaciones Geocientíficas Colombianas, durante el XIV
Congreso Colombiano de Geología (2 de agosto de 2013).
Nueva Carta Geológica - No. 19 • noviembre 2013
DE CARA A LA REFORMA MINERA EN COLOMBIA. EL ANTES Y EL AHORA
Doctora Angélica Pilar Aldana Rivera • Asesora Jurídica CPG
Análisis jurídicos, sociales, económicos, ambientales y de derechos humanos, son la base para la
expedición de la nueva Ley de Minas que se encuentra aún en discusión; la multiplicidad de intereses en
juego generan un mayor nivel de estudio para el legislador, el cual trabaja bajo la tensión de un intento fallido por reglamentar la actividad minera del país. Aún
tenemos el sinsabor que dejó la caída de la Ley 1382
de 2010 que reformó el Código de Minas, y que pocos
meses después de promulgada fue declarada inexequible por la Corte Constitucional, mediante fallo de
constitucionalidad No. C-366 de 2011.
La demanda de inconstitucionalidad impetrada
por la Comisión Colombiana de Juristas, tuvo como
fundamento primordial que la norma no garantizaba
la consulta previa a pueblos indígenas y afrodescendientes, desconocía parámetros de orden constitucional como los estatuidos por el art. 330 de la Constitución Política, y específicamente los contenidos en el
Convenio 169 de la OIT.
Este histórico fallo de la Corte, fue proferido en el
efecto diferido, o también llamado constitucionalidad
temporal, es decir que la Corte declara la inconstitucionalidad de la norma, pero da un plazo al legislador para
que promulgue una nueva normatividad que cumpla las
máximas constitucionales, y mientras transcurre dicho
plazo permite la aplicación de la norma atacada. El problema radica en que dicho plazo venció el pasado 11 de
mayo de 2013, y a la fecha la rama Legislativa del poder
público en cabeza del Congreso de la República, no ha
proferido la tan esperada reforma al Código de Minas,
reviviendo indefectiblemente nuestra antigua legislación minera contenida en la Ley 685 de 2001.
Bajo esta perspectiva, el marco normativo vigente
se encuentra en la Ley 685 de 2001 (Código de Minas) y Ley 1450 de 2011 (Plan Nacional de Desarrollo
2010-2014). En relación a este último es preciso destacar los siguientes aspectos reglamentados por los
artículos 106 a 114 ibidem:
a) Prohibición de utilización de dragas, minidragas, retroexcavadoras y cualquier otro tipo de maqui-
naria para la el ejercicio de la actividad minera, de
quienes la ejercen sin contar con un título minero debidamente inscrito en el Registro Nacional Minero,
que impone a estos infractores multas de hasta 1.000
salarios mínimos Legales mensuales vigentes, sin
contar con las acciones penales y administrativas a
que haya lugar, así como el decomiso de estos elementos. Ordena igualmente el rechazo de plano de
las solicitudes de título minero a estas personas naturales o jurídicas, que estén ejerciendo actividad minera en las circunstancias antes anotadas.
b) Necesidad de establecer estándares claros
para diferenciar entre minería ilegal e informal, ordenando fijar dichos parámetros a fin de respetar el derecho al trabajo y al mínimo vital de los mineros informales. Fue demandada la inconstitucionalidad de
este artículo, pero la Corte Constitucional en providencia C-398 de 2012 se declaró inhibida de fallar
sobre el mismo, por ineptitud de la demanda de inconstitucionalidad instaurada.
c) Importancia de determinar los minerales de interés estratégico, a fin de delimitar las áreas que se
encuentren libres para ser otorgadas por concesión
especial, mediante proceso de selección objetiva y
sacarlas del mercado minero ordinario.
d) Ordena la elaboración del Plan Nacional de Ordenamiento Minero, dentro de un término no superior a tres
(3) años contados a partir de la vigencia de dicha Ley.
e) Incluir como casual de suspensión por un plazo
máximo de seis meses y la posterior caducidad del
título minero, el incumplimiento grave de las obligaciones técnicas de seguridad, fijadas en el reglamento
técnico de seguridad e higiene minera.
f) Delegar al INGEOMINAS, hoy SERVICIO
GEOLÓGICO COLOMBIANO, la publicación de la
lista de los titulares mineros que se encuentren en la
fase de explotación, y que cuentan con las licencias
ambientales requeridas, así como los agentes autorizados para comercializar minerales. Esta norma
tiene como finalidad, que a partir del 10 de enero de
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AGUNAL • Asociación de Geólogos Colombianos
2012, los compradores y comercializadores de minerales, solo pueden adquirir estos productos a los
agentes enlistados. Faculta a las autoridades a enajenar los minerales decomisados,y su producto destinarlo a la erradicación de la minería ilegal.
En conclusión, el Plan Nacional de Desarrollo
2010-2014, es la base del legislador para la expedición de la nueva normatividad minera, la cual esperamos todos los sectores públicos y privados, cuente
con la reglamentación de diversos aspectos de importancia social y política, procedimientos técnicos y
ambientales para la formalización de la minería, re-
querimientos claros frente a los soportes financieros,
que deben presentar las empresas para subscribir los
contratos de concesión minera, requerimientos mínimos para acceder a las prórrogas contractuales, así
como el ámbito de competencia de manera exclusiva
en cabeza del gobierno nacional, en lo que concierne
con la designación de las zonas permanente o transitoriamente excluidas de esta actividad.
Hoy, marcha sin carril y sin rumbo la tan esperada
locomotora minera, soportada en 10 artículos del Plan
Nacional de Desarrollo y en una norma resucitada de
entre los muertos.
“LA CRISIS ESTRUCTURAL DEL
SERVICIO GEOLÓGICO COLOMBIANO-SGC”
Guillermo Parrado Lozano. Químico MSc. Esp.
Presidente – Asociación Nacional de Servidores Públicos del SGC, ASOGEOCOL
Breve Reseña Histórica
A las disciplinas Geológica y Química, se atribuyen en buena medida los avances del discurso y la
praxis geocientífica en Colombia (López de Mesa,
1970). En la reseña sobre “Historia de la Química en
Colombia”, cita el Dr. Ramiro Osorio Osma como precursores del quehacer científico en el Nuevo Reino de
Granada a los Sabios José Celestino Mutis, Alejandro
de Humboldt y Francisco José de Caldas; en la época republicana se destacan entre otros los Químicos
Jorge Tadeo Lozano (1771–1816), Liborio Zerda
(1830–1919) y el autodidacta Profesor Eduardo Lleras
Codazzi (1885–1960), y como entidades precursoras
de los estudios de la disciplina Química en Colombia
a la Escuela de Minas de Medellín (1886) y al Laboratorio de la Fábrica de Municiones del Ministerio de
Guerra (1927). Estos contribuyeron desde sus carencias a la creación de una institución de servicios e investigaciones químicas (el extinto “Laboratorio Químico Nacional”, creado en 1928, Decreto No. 86), que
supliera “las necesidades de la incipiente industria
nacional que empezó a desarrollarse a raíz de la Primera Guerra Mundial” (Osorio, R. 1985).
Los estudios geológicos sistemáticos se dan inicio en nuestro país con la creación de la Comisión
Científica Nacional en 1916, pero antes se habían
destacado los trabajos del Coronel de Ingenieros
Joaquín Acosta, quién en 1840 escribió el primer es-
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tudio geológico de Colombia; Stuebel, Reiss y
Kartsen (1868), H. Hettner (1884), Sievers (1888), H.
Stille (1906), Roberto Schiebe (1923), Enrique
Hubach (1924), Otto Stutzer(1926), Emil Grosse
(1931) y Oppenheim (1940). La Universidad de Antioquía y la Escuela de Minas de Medellín (fundada
esta en 1886 y posteriormente en 1939 adscrita a la
Universidad Nacional de Colombia), fueron las instituciones pioneras en la estructuración de una escuela geocientífica basada en las teorías de los precursores del pensamiento geológico como Hutton,
Lyell, Chamberlain, de Martone, entre otros. El Instituto de Geología y Geofísica de la Universidad Nacional tuvo vida hasta 1965, cuando en la reforma
universitaria del Dr. José Félix Patiño se transformó
en el Departamento de Geología (hoy de Geociencias), integrante de la Facultad de Ciencias (Durán,
L.G. 1999; López de Mesa, L. 1970). El Servicio
Geológico Colombiano (anteriormente INGEOMINAS) tiene su origen en 1916, cuando se creó y organizó la Comisión Científica Nacional, a la que se le
encomendó realizar la cartografía geológica, la exploración de los recursos minerales y el estudio del
subsuelo. Este organismo fue reemplazado en 1940
por el Servicio Geológico Nacional, al cual se le anexó en 1953 la Planta Metalúrgica de Medellín y los
Laboratorios de Fomento Minero de las ciudades de
Pasto e Ibagué, y adoptó en ese momento el nombre
de Instituto Geológico Nacional (http://www.sgc.gov.
co/Intranet/Nosotros/Historia.aspx).
Nueva Carta Geológica - No. 19 • noviembre 2013
En 1968, en el marco de la reforma del Estado de
la Administración Lleras Restrepo, mediante Decreto
3161, se crea una nueva entidad: el Instituto Nacional
de Investigaciones Geológico – Mineras, INGEOMINAS (sigla que conservó hasta 2011), fruto de la concreción funcional del Servicio Geológico Nacional
(fundado en 1938, Durán op. cit), el Laboratorio Químico Nacional (1928) y el Inventario Minero Nacional.
La catástrofe de Armero obligó al Estado Colombiano
a legislar sobre el estudio de los riesgos geológicos,
asignándole dicha tarea a INGEOMINAS mediante el
Decreto Ley No. 3815 de 1985. Ha sido una tarea ardua para este instituto de investigación, ya que para el
tiempo de la tragedia no contaba con personal especializado en Vulcanología, en un país no familiarizado
con las amenazas volcánicas.
Después de sucesivas reestructuraciones, en
2011 mediante la expedición del Decreto No. 4131, el
INGEOMINAS pasa a su actual denominación de
“Servicio Geológico Colombiano, SGC”, entidad de
Ciencia y Tecnología, adscrita al Ministerio de Minas
y Energía. Son pues casi cien (100) años, de esta
emblemática institución estatal de las Geociencias,
cuyos determinantes de su crisis estructural se revisaran a continuación de manera somera.
Los Determinantes de la Crisis:
El Enfoque Misional y las Capacidades
Operativas
Hacia finales de la década de los 80´s el INGEOMINAS (Instituto Nacional de Investigaciones Geológico-Mineras), tenía alrededor de novecientos
(900) Funcionarios y algunos pocos contratistas,
distribuidos en una Sede Central (Subdirecciones
Administrativa y Financiera, Exploración Geológica,
Geología Aplicada, Geofísica e Investigaciones
Químicas) y siete Direcciones Regionales (Nororiente, Pacífico, Caribe, Alto Magdalena, Noroccidente, Sur y Oriente).
A mediados de los 90´s, en el INGEOMINAS (Instituto de Investigaciones en Geociencias, Minería y
Química) ya se tenían alrededor de setecientos cincuenta (750) Funcionarios de planta, y un número
creciente de Contratistas, las Subdirecciones aumentaron a siete (Administración de Recursos, Información y Servicios, Geología, Minería, Ingeniería
Geoambiental, Geofísica y Química) y las Regionales cambiaron su denominación a las de las ciudades sedes (Medellín, Cali, Cartagena, Ibagué, Bucaramanga, Manizales, Popayán y Pasto).
En el periodo 1999-2004 el INGEOMINAS (Instituto de Investigación e Información Geocientífica,
Minero-Ambiental y Nuclear), integró a su enfoque
misional las funciones que en materia nuclear y radiactiva venía desempeñando el extinto INEA (Instituto de Ciencias Nucleares y Energías Alternativas),
conservándose similar número de Funcionarios de
planta y desapareciendo casi por completo el grupo
– ya bastante numeroso – de Funcionarios Provisionales (toda una generación formada en una incipiente “Escuela Geocientífica”), y de aquellos también
formados en los Niveles de Doctorados, muchos de
los cuales pasaron a formar parte del Departamento
de Geociencias, el Departamento de Química y la
Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de
Colombia, y de las empresas privadas, que desde
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AGUNAL • Asociación de Geólogos Colombianos
mucho antes ya exhibían unos mejores niveles salariales, y de valoración y reconocimiento académico,
acordes con el Talento Humano muy bien formado a
instancias del antiguo INGEOMINAS. Esta “diáspora
geocientífica”, empezó a dejar prácticamente privado al instituto, de su activo más valioso: su Talento
Humano y consecuentemente de su “Escuela
Geocientífica” (Parrado, G. 2002).
Para el periodo 2004-2011, quizás la época más
aciaga del INGEOMINAS (Instituto Colombiano de
Geología y Minería), la institución recibe las funciones
de “Administración del Recurso Minero”, provenientes
del extinto MINERCOL (Empresa Nacional Minera Limitada, “empresa Industrial y Comercial del Estado”),
y ve reducida su planta de personal a cuatrocientos
(400) Funcionarios, quedando en los actuales doscientos cuarenta y dos (242), que siendo todavía adscritos al extinto INGEOMINAS, fungen desde el 3 de
noviembre de 2011 como parte del Servicio Geológico Colombiano-SGC. Esto último, producto de una
reestructuración fallida que es el reflejo del fracaso de
su actual Administración y corolario de esta ineludible
crisis, donde el Estado Colombiano (MINMINAS,
DAFP, SGC, ANH, Altas Consejerías Presidenciales)
dilapidó millonarios recursos económicos en varias
Consultorías (McKinsey, Universidad Nacional, AIAP,
entre otras conocidas), con resultados inciertos.
El INGEOMINAS, como entidad del Sector Minero – Energético Colombiano, prácticamente fue convertida en el “sumidero institucional” del mencionado
sector, pues aquí convergieron todas las funciones
de las anteriormente liquidadas: Minerales de Colombia S.A., MINERALCO; Compañía Colombiana
de Uranio S.A., COLURANIO; Sociedad Carbones
de Colombia S.A., CARBOCOL; Empresa Colombiana de Minas S.A., ECOMINAS; Empresa Colombiana del Carbón Limitada, ECOCARBÓN; Instituto
de Asuntos Nucleares, IAN; Instituto de Ciencias Nucleares y Energías Alternativas, INEA; y de la Empresa Nacional Minera Limitada, MINERCOL.
Las
Crisis: RepenGeológico Colombiano
posibles salidas de la
Servicio
del Siglo XXI
sar el
Para el Instituto Americano de Geólogos Profesionales (American Institute of Professional Geolo-
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gists, AIPG), el rol de las Geociencias en el desarrollo nacional se consigna como:
“State geological surveys are vitally important to
the economy of each state and to the nation. The
information they collect and disseminate is used by
other state agencies, by consultants, industry, developers, and the public as critical input in local and
regional economic development plans, resulting in
an economic advantage to the state. The information
is essential for the responsible and sustainable development of a state’s mineral, energy, and water resources, safe development and modernization of infrastructure, protecting the public from losses due to
geologic and natural hazards or anthropogenic hazards, and the wise use of the state’s natural resources for tourism and recreation. All of these are significant to the economy of the state and to the nation
by providing jobs and various revenues, preventing
or minimizing loss due to hazards and natural disasters, and by increasing our understanding of the
earth’s resources and the need for sustainable use”.
La actual Misión del Servicio Geológico Colombiano-SGC, está orientada a:
“Contribuir al desarrollo económico y social del
país, a través de la investigación en geociencias básicas y aplicadas del subsuelo, el potencial de sus
recursos, la evaluación y monitoreo de amenazas de
origen geológico, la gestión integral del conocimiento geocientífico, la investigación y el control nuclear
y radiactivo, atendiendo las prioridades de las políticas del Gobierno Nacional.”
Sin embargo, el panorama del cotidiano devenir
de nuestro SGC es bastante desalentador: la función
de ejecutar actividades de “conocimiento y cartografía geológica del subsuelo”, la cual se venía desempeñando desde 1916, como uno de los pilares fundacionales del antiguo Servicio Geológico Nacional, es
ahora de titularidad del Ministerio de Minas y Energía-MINMINAS, como resultado del Acto Legislativo
No. 05 de 2011 (Sistema General de Regalías), que
modificó el art. 361 de la Constitución Política y por
ello fue necesaria la expedición de la Resolución No.
18-1283 de 31 de julio de 2012, mediante la cual el
MINMINAS delega al SGC las funciones de “conocimiento y cartografía geológica del subsuelo”, las cua-
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les en cualquier caso pueden ser “reasumidas por el
Ministerio de Minas y Energía cuando lo estime conveniente”. En otra resolución del MINMINAS (No. 180273 de 29 de febrero de 2012), se reafirma la delegación de ese ministerio del “....ejercicio de funciones
en materia de licenciamiento, vigilancia y control a
nivel nacional, de las actividades concernientes a la
utilización por parte de usuarios públicos y privados
de materiales radiactivos…”. Mientras tanto, desde el
12 de abril de 2012 (Decreto No 714 de 2012) la Agencia Nacional de Hidrocarburos, ANH, está a la espera
de que el Servicio Geológico Colombiano, SGC, asuma “las funciones relacionadas con la administración
de la información técnica y geológica de Hidrocarburos y del Banco de Información Petrolera, BIP”, cuyo
plazo efectivo vence el 30 de julio de 2014.
ficos peor remunerados del sector minero-energético, una entidad de papel, cuyo cambio de realidades
requiere del profundo esfuerzo de toda la Comunidad Geocientífica Nacional.
Esa es la precaria situación actual de este Servicio Geológico Colombiano, SGC. Un acrónimo centenario que nos dice todo, pero que actualmente significa poco. Un decreto crea al SGC hace dos años,
pero no le asigna personal, ni funciones técnicas
definidas taxativamente; solamente un marco general que le permite tener permanencia (más no vigencia) en el escenario público-administrativo nacional.
Esta es la utopía de constituirnos en una “entidad de
Ciencia y Tecnología”, constituida por los geocientí-
Díaz, P. Santiago. 2010. “Hombres de Ciencia e Independencia”. Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Colección
Memorias No. 13. Bogotá. 187p.
Referencias Bibliográficas / Lecturas sugeridas
López de Mesa, Luis. 1970. “Escrutinio Sociológico de la Historia Colombiana”. Editorial Bedout. Medellín. 256p.
Osorio O., Ramiro. 1985. “Historia de la Química en Colombia”. Instituto Colombiano de Cultura Hispánica. Bogotá. 230p.
Acosta R., Carlos. 2007. “La Historia de INGEOMINAS, 1917-2007, 90
AÑOS DE Geología Oficial en Colombia”. Imprenta Nacional de Colombia. Bogotá. 300p.
Durán S., Luis G. 1999. “Marco Conceptual: Las Ciencias de la Tierra
en Colombia: Pasado, Presente y Futuro” en: “Situación de las Ciencias
de la Tierra en Colombia – Visión General”. Sociedad Geográfica de
Colombia. Bogotá. 222p.
Parrado L., Guillermo A. 2002. “Hacia un Modelo de Administración
técnica de los Laboratorios del Instituto de Investigación e Información
Geocientífica, Minero-Ambiental y Nuclear, INGEOMINAS – Una
aproximación prospectiva”. Escuela Superior de Administración Pública, ESAP. Bogotá. 77p.
Becerra A., Diego, Restrepo F., Olga. “Las Ciencias en Colombia: 1783-1990.
Una Perspectiva Histórico-Sociológica”. Universidad Pedagógica Nacional.
En versión digital disponible en el siguiente link: http://www.docentes.
unal.edu.co/omrestrepof/docs/Las%20ciencias%20%20colombia.pdf
EN HORA BUENA… ¡III ENCUENTRO DE LOS GEÓLOGOS DE POZO!
Martiniano Meneses
Geólogo de Pozo (Wellsite Geologist)
Ser GEÓLOGO DE POZO (WELLSITE
GEOLOGIST), genera un clima y un sentimiento especial en quienes nos atrevemos a
hablar sobre lo que posiblemente vamos a encontrar una vez llegamos a un taladro, y comienzan las operaciones de perforación. Hacer el seguimiento a lo que los duros de la
interpretación han pronosticado, y enfocar todos los esfuerzos para precisar los puntos de
control, de parada de pozo, y evaluar si hay o
no manifestaciones y/o presencia de hidrocarburos en esas benditas Formaciones; y estar
preparados para cualquier sorpresa, como por
ejemplo cuando se nos aparece una discordancia, o una de las tantas fallas que puede
complicarnos la vida; todo esto nos obliga a
mantener los ojos bien abiertos y la cabeza en
su puesto. Y…¡Ay de nosotros si nos equivocamos!
Y… bueno ¡Queda mucho por decir pero
poco espacio! ¡Ya vendrán otras ocasiones!
Y qué mejor manera de acordarnos de nosotros mismos que un ENCUENTRO DE LOS
GEÓLOGOS DE POZO (WELLSITE GEOLOGIST). Espacio que nos permite generar charlas para fortalecer nuestros espíritus y valorar
nuestro aporte a los procesos, antes, durante y
después de la perforación, y a la vez renovar
ánimos para seguir construyendo el valor e importancia que el Geólogo de Pozo se merece,
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AGUNAL • Asociación de Geólogos Colombianos
en el sector de los hidrocarburos y que quizás
nosotros mismos por nuestros temores, no hemos sabido reconocer. Es por esto, que saludamos efusivamente el III Encuentro realizado
el 10 de octubre en Bogotá, con la presencia de
tres colegas que están demostrando que administrativamente también tenemos un gran
potencial. El Geólogo Enrique Velásquez, Vicepresidente de Exploración de ECOPETROL
S.A., el Geólogo Juan F. Martínez, Vicepresidente Técnico de la Agencia Nacional de Hidrocarburos y el Geólogo Carlos F. Durán, Vicepresidente de Exploración de Hocol.
El evento inició con un saludo especial de
bienvenida por parte de AGUNAL, a los casi
CINCUENTA (50) colegas asistentes, posteriormente se hizo un recordatorio de los colegas Gustavo Delgado, Carlos Jairo Vesga,
Bernardo Herrera, Ariel Solano, Oliverio Rojas
y Julio Uscátegui, quienes ya no nos acompañan en este mundo terrenal; finalmente la presentación central por parte de los tres vicepresidentes.
El Geólogo Martiniano Meneses realizó la
presentación, enfocado básicamente en el papel del Geólogo de Pozo en todas las fases de
la perforación, haciendo énfasis en la importancia del trabajo en grupo, con el Geólogo líder de la operadora, el ingeniero líder de perforación, el company man o jefe de pozo, los
Ingenieros de lodos, brocas, yacimientos, producción y con los profesionales de la cabina de
mudlogging. Incluso mencionó la posibilidad de
dar soporte en el manejo relacionado con aspectos sociales en el pozo.
Posteriormente se realizó un conversatorio
en torno a preguntas formuladas en la presentación, y sobre la situación particular de nuestra actividad en el pasado, presente y perspectivas de la misma, enmarcada en los planes
exploratorios de las diferentes compañías operadoras. Eso sí, ¡¡¡No podía faltar el brindis del
Geólogo!!!
Aquí algunas de las ideas que surgieron en
este III ENCUENTRO DE GEÓLOGOS DE POZO:
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• El tema social ha ido tomando más fuerza
durante las operaciones de perforación y no
somos ajenos a ello.
• No olvidar que somos un agente importante
durante la operación de perforación. Como
Geólogos de Pozo, debemos mantener un
papel activo y determinante.
• La legislación, el entorno y lo que viene sucediendo con las tarifas entre otros, son elementos que obstaculizan la buena marcha
de cualquier proceso exploratorio.
• Hay que alimentar nuestro espíritu de unidad. Nos falta mucho por aprender de los ingenieros.
• Frente al Estado no existimos. No participamos en la generación ni evaluación de políticas para el sector de Hidrocarburos. Ejemplo
de ello es la total ausencia de Geólogos en
las discusiones de los TLC, en particular, el
que se firmó con EEUU.
• Debemos buscar mecanismos que nos permitan contar con abogados expertos en Hidrocarburos.
• Es necesario materializar una escuela para
geólogos de pozo.
Todo lo anterior, nos impulsa a aceptar que
tenemos problemas de organización. No hemos logrado materializar y mantener un grupo
base. Siempre hemos hablado de los ingenieros y con envidia, rabia o tristeza, ¡Decimos
que ellos sí pueden! Entonces…, desde ya a
preparar el IV Encuentro.
Agradecimientos especiales a las empresas
CGA Limitada, Datalog y la UT Gexdes-CSI
por su apoyo a la realización de éste y los anteriores encuentros.
NUEVA CARTA GEOLÓGICA
Boletín Informativo de AGUNAL
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