HISTORIA DE LOS PRIMEROS ALMACENES INSTALADOS EN
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HISTORIA DE LOS PRIMEROS ALMACENES INSTALADOS EN
HISTORIA DE LOS PRIMEROS ALMACENES INSTALADOS EN MAIPÚ Por el Ing. Juan J. Barbieri De su libro "Maipú Por tus Primeros Cien años". Al hacer el comentario de los mismos, he de comenzar desde los primeros hasta un poco más allá del año 1930, por considerar que aquellos vienen a representar la real historia en nuestro pueblo. Al primer almacén lo instaló don Nicolás Galante, ubicándolo en la calle Belgrano (Casa Dan-Mar) y fue construido de madera, un sencillo galpón. Como aún no había llegado el ferrocarril, el material de los mismos fue trasladado por intermedio de carretas, las que se equivocaron de camino en virtud que le dieron como destino para descargar a Maipú. Los conductores conocían ese nombre bajo la estancia que anteriormente mencioné, como en el citado paraje existía una casa de comercio, creyeron que era allí donde debían dirigirse, ignorando que se había fundado un pueblo llamado igual; tuvieron que retroceder al destino realmente fijado. Al poco tiempo de haberse construido el citado galpón, don Nicolás Galante forma una sociedad con Domingo Valinoti y Francisco Giudice como peón, abriendo una casa de ramos generales y acopios del país, la primera de esta naturaleza que se instala en esta localidad, frente al actual hotel Vasconia, más tarde Valinnotti hace venir a su esposa de Italia, yendo a vivir a la esquina opuesta (Casa Lys). Nicolás Galante se independiza de la sociedad abriendo un negocio de la misma categoría de aquel en la esquina de Alsina y Madero, al tiempo se trasladó enfrente (Tienda Maipú), quien colabora en el trabajo es don Francisco Spina, el que siendo carpintero abandona esa profesión para dedicarse de lleno al ramo de almacén ya que al fallecer don Nicolás Galante queda al frente del negocio. Más tarde se separa abriendo un almacén con el nombre de La Central en la esquina Madero y Sarmiento; en el anterior continúan sus hijos José, Nicolás y su madre, al morir esta los hijos se separan y Nicolás se une a Vertullo fundando un nuevo almacén. Otro negocio similar fue el de Domingo Gentiline en la esquina de Madero y Vicente López, su hija se casó con el propietario del edificio don Juan Golet. Una esquina que abarca parte de la calle Vicente López y Madero, continuando el citado matrimonio al frente de la firma al fallecer el padre de la señora. Otro negocio, Caparroy. Alsina y Madero, enfrente al de Galante, su hija se casó con don Francisco Berardoni, luego el citado continúa con el negocio de confitería - frutería. El de Bernardo López quien llega a nuestro pueblo en el año 1890 procedente del Uruguay que había venido de Asturias en el año 1889, inaugura en éste conjuntamente con Arturo Goyoaga la Despensa Maipú, con venta de ferretería - talabartería, almacén y bazar en el año 1907, primeramente se instala en el actual colegio de Hermanas, al llegar las mencionadas se muda enfrente, a la peluquería Ipar, independizándose. Actualmente continúa la firma dirigida por sus hijos con la trayectoria impuesta por su padre. El de don Pedro Darritchón y Cía, en Rivadavia y Ramos Mejía, de ramos generales, con salida de diligencias a la costa, como de la misma manera Ortiz Basualdo en Las Armas y Juan Caracoche en Segurola. El de don Leonardo Guma "El Águila" en Belgrano y Vicente López, origen de una antigua familia maipuense ya que don Pedro Guma llegó a estos pagos en el año 1874, procedente de Italia. En el año 1877 llega su esposa con su hijo Leonardo de 15 años, quien inmediatamente se pone al lado de su progenitor dedicándose a la compra de productos del país, fundamentalmente cueros, cerdas y plumas, éstas de elevado costo por la moda imperante en aquellos años. En el año 1910 abre el almacén de referencia cerrándose definitivamente en 1969 al fallecer su hijo Oscar, que estaba al frente del mismo. He dejado para lo último en lo concerniente al ramo de almacenes, la firma que comenzó con el nombre de Olariaga y más tarde de Nemesio de Olariaga y José Arrieta. Se instaló primeramente en la esquina de Alsina y Belgrano (Confitería El Águila) al tiempo forma la sociedad antes mencionada, llegando a ser con el tiempo una de las más sólidas de la provincia de Buenos Aires, comenzando su funcionamiento en el año 1880 con sucursales en General Madariaga y Parravicini, como socio don Diego Ibarbia y habilitados don Higinio Zatarain, José de Olariaga y Liberto Zatarain, la citada firma además de almacén y ramos generales tenía tienda y acopios de frutos del país. Hacían correr trenes especiales desde Mendoza, trayendo vino de la bodega Arizu, ya sea en damajuanas de 10 litros o bordalesas de 100 y 200 litros, cuya venta al público era de 30 centavos el litro; también en el negocio se expendían copas al menudeo, esto fue hasta el año 1923 en que la suprimieron; cuando el vaso grande valía 5 centavos del renombrado vino grueso Carlón. La cantidad de empleados en la tienda que estaba a continuación del almacén sobre la calle Alsina llegaba hasta 40 efectivos, se solía ocupar hasta 20 por día para trabajar en el corralón que estaba enfrente, el que últimamente estaba ocupado por el hotel Luna. Con la barraca en que hoy está instalada la firma Pastore, el número de personal del almacén, la tienda, el corralón y esta última se llegaba a los 100, sobre todo cuando arribaban los vagones especiales del norte del país trayendo palos de quebracho y varillas para los alambrados. Para una mejor atención a la gente de campo cada 10 días había un reparto hacia los distintos establecimientos ganaderos, donde iban los carros según el camino, tirados por 5 y 6 yuntas de caballos cargados al máximo, quienes transportaban los pedidos que anteriormente habían solicitado sus clientes, elementos necesarios para la subsistencia de los mismos, ya que tardaban y era muy común de 1 a 2 meses sin llegar al pueblo; quienes conducían los referidos carros fueron José Echeveguren, José Andiarena, Juan Etchelet, Cipriano Casado y José Beltrán, entre otros. Se trabajaba en aquellos tiempos hasta el domingo a la mañana, eran los años en que se podía comprar azúcar por 5 ctvs., yerba por 5 ctvs y 10 ctvs de fideos. Luego se pedía la yapa, en la bonanza del empelado este desparramaba unos caramelos que los tenían en un botellón grande en el mostrador para ese fin, se fabricaban con azúcar quemada. ¡Qué hermoso tiempo aquel en que las alpargatas costaban 20 ctvs! Además la firma tenía en campos arrendados o en propiedad, 60.000 has en Maipú, General Madariaga, General Guido, Dolores y Ayacucho, como de la misma manera en la Pampa eran dueños de 40.000 has. El personal ocupado en la referida explotación como los anteriormente mencionados llegaba al número de 200 que trabajaban para Olariaga y Arrieta, tiempo después don José Arrieta se independiza de su socio e inaugura en la esquina de Alsina y Belgrano un comercio similar al que poseía, el que luego lo cierra definitivamente, como de la misma manera su socio, quien al fallecer continúa su hijo, con Zataraín e hijos. Luego Eguibar y Garciarena se hacen cargo de la firma hasta que hace pocos años suspendieron sus actividades; quedando para el recuerdo de quienes lo conocimos que no sólo fue la casa que se desempeñó como lo he explicado, sino que fue por su honestidad y buena atención al público el verdadero banco, aun estando la sucursal del de la Provincia de Buenos Aires, ya que el hombre de campo, por su idiosincrasia, era reacio a acercarse a las instituciones mencionadas y Olariaga y Arrieta era la que le manejaba las ventas de sus productos, el importe de los mismos se los dejaba en su depósito para cuando los necesitara, pagándole intereses por el dinero, porque sabía que aunque fuera un día domingo se los entregaría. (Fragmento del libro Maipú; Por tus Primeros Cien Años del ing. Juan J. Barbieri 1978)