la gloria de dios estudio III

Transcripción

la gloria de dios estudio III
INSTITUTO BÍBLICO EN LO SOBRENATURAL
VINO NUEVO PARA LAS NACIONES
DOCENTE: PASTOR FRANCO GARCIA
ALUMNA: ANA LILIA FLOREÁN GARCÍA
MATERIA: LA GLORIA DE DIOS
TEMA: LA GLORIA DE DIOS ESTUDIO III
FECHA: 5 DE JUNIO DEL 2016
ALUMNA: ANA LILIA FLOREÁN GARCÍA
LA GLORIA DE DIOS
¿Qué es la gloria de Dios?
La gloria de Dios es la radiancia de su presencia, es su esencia misma, la revelación
constante e infinita de su poderío y majestuosidad. Es el poder de su palabra manifestándose
en la creación y su mantenimiento, siendo su sustancia quien sustenta todas las cosas con la
palabra de su poder.
La palabra Kabod significa literalmente “peso”, pero usado figurativamente significa:
“esplendor”, “abundancia”, “honor”, o “gloria”; algo “glorioso”. En el Antiguo Testamento
se usa para describir la riqueza, el poder o la majestad de un individuo, una posición de
influencia o gran honor. También puede expresar fama, reputación, reconocimiento, belleza,
magnificencia, fortaleza, esplendor, dignidad, respeto, excelencia, santidad y grandeza.
Entonces, la gloria (kabod) de Dios expresa todos sus atributos. Hoy en día puede utilizarse
para indicar “influencia” o sustancia.
La palabra doxa explica mejor el significado de la palabra Kabod; conlleva la noción
de reputación, honor, fama, alabanza, dignidad, esplendor y brillo. Doxa habla de la
verdadera majestad que le pertenece a Dios como Supremo Gobernador- majestad en el
sentido de perfección absoluta de su deidad. Cuando se habla de Jesús, el término alude a la
realeza majestuosa del Mesías, siendo éste el nivel más alto de exaltación.
La gloria de Dios se manifestó en Jesús porque a través de él pudimos conocerle, escucharle
hablar y conocer sus virtudes y su corazón.
Manifestación de la Gloria de Dios en el Antiguo Testamento
La gloria de Dios
es un ambiente espiritual, sin embargo, puede manifestarse de
manera tangible como se narra en el Antiguo Testamento : mediante una nube, una columna
de Fuego, mediante truenos y relámpagos y mediante la transfiguración de Jesús, al inicio
antes de la caída del primer Adán, Dios hablaba y se paseaba por el Edén.
Era la nube de su gloria la que guiaba a los Israelitas durante el día, además dicha
nube descendía sobre el tabernáculo y cuando era así la presencia de Dios lo llenaba con su
gloria.
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La columna de fuego que guiaba a los israelitas durante la noche, protegiéndolos
además de los peligros, es además esa fuerza irresistible que transforma a todo aquel que lo
observa cara a cara, tal como Pablo fue confrontado, así como Moisés cuyo rostro
resplandecía tras haber sido expuesto a la presencia de dios.
Aquel que tiene un encuentro con su presencia no puede volver a ser el mismo, ya
que al estar en la gloria de Dios somos transformados, y es así que podemos comprobar que
tenemos un Dios vivo porque su gloria sigue manifestándose en la actualidad al transformar
las vidas de muchos .
Su gloria shekina es la prueba indiscutible de la existencia del mismo, es ese peso
que nos hace caer de rodillas ante lo maravilloso de su ser, es todo es la plenitud de su gracia
y magnificiencia.
Opinión personal sobre la gloria de Dios en el “ahora” y la revelación de ésta
Dios es perfecto, es Santo, la Biblia nos narra que Él creó las cosas en su forma final
porque en la gloria de Dios todo es hecho, todo está en su forma final, en su gloria estamos
completos, no hay pobreza, muerte, enfermedad, o tristeza, todo es gozo y el conocimiento
es inmediato, porque en su ambiente de gloria no puede entrar lo enfermo, lo inmundo, por
eso Dios tuvo que venir a la tierra en la forma de Jesús para restaurar la relación rota por el
primer Adán, ya que no hay forma que lo que no es santo pueda permanecer en su presencia
¿Quién será capaz de mirar su rostro y no reconocer su propia inmundicia? Quién será
capaz de despojarse de su gloria por amor a sus hijos? Solo Dios en su majestuosidad se
despojó de su divinidad para caminar como Jesús en la Tierra, perfecta obediencia al Padre.
Esa gloria transforma desde el interior, renovando lo viejo, haciendo brotar ríos de agua viva
donde antes sólo había desiertos, saciando al hambriento, dando de beber al sediento, esa
palabra de poder que todo lo sostiene por su gracia.
Esa gloria que despierta el deseo de alabarle y adorarle, dándole honra por las cosas
creadas, dadas a conocer y las que han de ser reveladas.Esa gloria que nos lleva al
arrepentimiento, que se manifiesta en sentirnos completos porque en dios somos plenos,
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porque así lo dispuso originalmente Él, para que viviéramos inmersos en el ambiente de su
gloria. Ese ambiente dónde Él preparo todo para que pudiéramos disfrutar de sus maravillas.
Es el deseo de adorarle por la eternidad, una idea que nuestra mente finita y basada en el
cronos no alcanza a comprender, pero que al rendirnos en oración nos permite acercarnos a
su presencia y no querer salir de ella jamás.
Es el deseo de caminar a su lado, recorrer sus caminos y verle de frente maravillados
por su poder, comprendiendo su poder infinito y su misericordia constante. Su enorme
paciencia, su benevolencia, su benignidad y majestuosidad, esa gloria que todos anhelan pero
que pocos están dispuestos a esforzarse por alcanzarla y entrar en ella.
Por eso Dios desea hombres y mujeres valientes y esforzados porque no todos están
dispuestos a luchar por ella, a desearla con ardor en su corazón y entregar la vida, entregarle
los mejores años de tu vida, para correr la larga carrera de la que Pablo hablaba, y pelear la
batalla, las múltiples batallas: contra el adversario, contra nuestra carne, contra el mundo.
Es más fácil seguir una religión que anhelar su presencia con esa hambre que lastima,
esa hambre que es muerte a la carne para poder nacer como nuevo hombre nacido del espíritu
del padre.
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; si
yo estoy en Cristo Jesús también fui crucificado, muerto y resucitado, mi carne debe ser
crucificada, para morir al viejo hombre y nacer nuevamente en Cristo para poder volver a ser
a imagen y semejanza de Dios
¿Cómo manifestar la Gloria de Dios y los problemas en la actualidad?
Actualmente nuestra inclinación por la carne nos aleja de Dios, Dios es Luz, esa luz
que está separada de las tinieblas, que no puede cohabitar con ella. Debido a la santidad de
Dios el hombre tuvo que ser expulsado del edén, de su presencia, ya que al haber
desobedecido cayó en pecado y no pudo permanecer más en ese ambiente de Gloria.
El ambiente de la gloria es un ambiente de reino, un ambiente de señorío. En
consecuencia quien entra en su gloria debe reflejar esas características, debe poder reflejar la
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Gloria de Dios, ya que el Edén era un espacio de ambiente de gloria antes que un espacio
físico, el hombre puede volver a entrar a ese ambiente de Gloria, puede volver a hacerlo
gracias a la sangre de Jesús, la sangre del cordero perfecto, sin mancha, gracias al sacrificio
de su sangre derramada, podemos entrar a su presencia y ser irradiados por su gloria,
llevándola con nosotros a cada paso que damos. Y debido a que en su gloria estamos
completos, todo lo que pudiéramos necesitar ya nos fue dado en su gloria, y nuestra victoria
fue escrita en su gloria desde los inicios en los tiempos, porque Dios ES EL GRAN YO SOY
que mora en la eternidad todo lo conoce, todo lo puede. Y si somos portadores de su gloria,
a su vez somos portadores de su reino y en consecuencia con mentalidad de reino, una
mentalidad que nos lleva a la conquista de logros y victorias para dar testimonio de la gloria
de Dios en nuestra vida, para darle honra con nuestra vida.
La gloria de Dios se proclama mediante nuestras vidas, se anuncia con una alabanza viva,
una alabanza en espíritu y verdad, porque Dios se manifiesta en donde el pueblo le adora y
le da honra debemos convertirnos en una “alabanza caminando” no sólo con la acción de
gracias constante, sino, además, con nuestra vida transformada por su gloria. Nuestra vida
además de reflejar su santidad debe reflejar su poderío, testificando con señales y prodigios.
Y aunque en estos días pareciera que la tarea es ingente según nuestras fuerzas, la batalla no
es con nuestras fuerzas sino con su espíritu y si
conocemos los milagros descritos en la
Biblia y nos apropiamos de su palabra que declara que la gloria postrera será mayor que la
primera, sabemos qué haremos esos y más milagros, los cuales ni siquiera podríamos
imaginar, no por nosotros, sino por su reino, que se ha acercado.
Sin embargo a pesar de los múltiples milagros narrados en la Biblia, y a pesar que es
la misma palabra que nos dice que Dios es el mismo ayer, hoy y siempre, pareciera ser que
su gloria se ha reducido a un mero concepto teológico muerto, se ha convertido a Dios en un
concepto, una idea a pensar de manera racional y se desconfía de los milagros o se abusa de
ellos
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Asimismo, nuestra relación con Dios ha sido sustituida por una religión, donde
importa más el legalismo y los conflictos entre las diferentes denominaciones por erigirse en
la única forma correcta de acercarse a Dios, no hay que olvidar que fueron los fanáticos de
la ley los que crucificaron a Jesús
Por otra parte enfrentamos la batalla contra la cultura predominante de este mundo
cuyos ideales están alejados de Dios, dónde la gente prefiere confiar en su propia
razonamiento y en el llamado conocimiento sensorial, donde nuestra mente esta sujeta al
“conocimiento científico” mas no a Dios.
Está también la oposición de nuestra carne, que se guía por lo que le resulta
placentero. También estorba el orgullo, la incredulidad, la amargura que provocan que se
rechace al Espíritu Santo.
Y por último, la oposición del enemigo que desea la perdición de todas las almas
posibles. Es por eso que al hablar del reino se habla siempre de batallas , de luchas, de
conquista, de dominio, donde a pesar de ser la “buena batalla” no deja de ser un conflicto,
por lo que se habrá de enfrentar oposición, pero sabemos quién es nuestro Padre, y sabemos
que Él no nos desamparará jamás, que Él inicia la obra y Él la termina, y que los recursos
sobreabundan como en la construcción del Tabernáculo,
Dice la palabra “He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el
camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado (Éxodo 23:20) así que si en la Gloria
de Dios ya todo fue hecho, sólo hay que reclamar la victoria que ya nos fue entregada por
nuestro Padre, victoria que ya fue escrita en su eternidad.

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