10 de Octubre:TRIBUNA DE LA HABANA.qxd

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Domingo
Octubre 11 / 2015
TEXTO Y FOTO: LAURA RODRÍGUEZ
BALBUZANO
ientras recorremos La Habana Vieja, la
conversación transcurre animada. Caminamos por la calle O’Reilly, hasta llegar a lo
que parece una tienda abandonada. Desde los
cristales podemos entrever algunos sacos de
café esparcidos por el suelo; después supimos
que realmente están llenos de serrín.
Al entrar, se mostró ante nosotros un salón
oscurecido por el predominio del marrón en las
paredes y, sobre todo, en los cuadros. Esta tonalidad en la habitación se debe a que Rafael
Sánchez solo pinta con café. También promotor
de la cultura, lleva varios años desarrollando
proyectos comunitarios en los que enseña Artes
Plásticas. También, desde el pasado 3 de octubre, inauguró una galería en el histórico Palacio
de la Revolución.
¿De dónde nació la idea de usar este material?
–Evoco a mi madre, quien me enseñó desde
pequeño a tomar café. Ella lo bebía a todas
horas, incluso en las noches, y así me fui adaptando también, porque luego de tomar, ella me
dejaba un poco.
“Recuerdo muy bien cuando, aún siendo niño,
casi de forma inconsciente mojé un dedo en el
café del fondo de la taza y comencé a dibujar
sobre la cartulina blanca. Al día siguiente percibí
que había quedado manchada con la tinta oscura
de la infusión y me atrajo mucho el efecto.
“En aquel entonces no tenía ni pinturas ni pinceles, nada con lo cual trabajar, entonces le
arranqué una pluma a una gallina del patio y
fabriqué un pincel con ella. A partir de ese
hallazgo me incorporé a la Casa de la Cultura
de Guanabacoa para prepararme como artista.
Allí quedaron sorprendidos cuando llevé una
pintura hecha con nada más que la familiar
bebida. Poco tiempo después me pidieron participar en un programa televisivo que conducía
M
Pinceladas
con aroma
Rosalía Arnáez, y ella me nombró como me
conocen hoy: el pintor del café.
“Para mí lo más importante no es solo pintar,
sino plasmar lo que tenga que ver con nuestra
esencia y cubanía. En la galería del Museo de
la Revolución se encuentra mi serie Los grandes de Cuba, que exhibe algunas personalidades del proceso revolucionario y de la historia.
También hago esculturas con materiales como
hojas, sacos, madera, cerámica”.
¿Para pintar, de qué modo utiliza la infusión?
–La tintura del café puede ser obtenida de
varias maneras, una de ellas es tostar y moler el
grano. Después hacer varias coladas y poner ese
líquido a fuego lento por un tiempo hasta que
quede una tinta bien espesa. Con ese extracto
logro los colores en sepia de mis cuadros.
“El proceso es muy incómodo, se requiere de
mucho cuidado. Por ejemplo, cuando llega la
parte del rostro no puedo detenerme hasta que
lo acabe, ni para tomar un poco de agua o atender el teléfono. En caso de que me detenga, la
tela queda manchada y debo limpiar y comenzar todo desde el principio. Utilizo lo que
encuentre a mano: pinceles, espátula… me
gusta trabajar con paños y, sobre todo, con las
manos. Los marcos los hago con masa de pan.
“Cuando no tengo deseos de pintar no
comienzo, para mí el entusiasmo vale mucho
en la obra. Durante muchos años he dibujado
habaneras, porque siento una gran pasión por
mi ciudad natal. Otro elemento que esbozo en
mi obra es la arquitectura colonial, rejas, vitrales, mamparas, guardavecinos… que considero, como el café, parte de nuestra cultura e
identidad nacional”.
¿Qué labores realiza ahora?
–Un proyecto comunitario en el Museo de la
Revolución y en Guanabacoa. Consiste en enseñar a los niños el trabajo con la cerámica y la
madera, de ahí su nombre: Cema de arte Aché.
“Antes el taller estaba dentro de mi propia casa,
pero gracias a la solicitud que hice al Gobierno
provincial y los vínculos con el Ministerio de
Cultura, me fue cedido un local cerca de allí. El
sitio me encanta, vivo enamorado de él.
“Estoy muy agradecido con quienes me han
ayudado en la vida, hoy continúo mi obra gracias a ellos. Creo que uno siempre debe ver el
aspecto positivo de las cosas, porque esa es una
buena forma de lograr lo que deseamos”.
Contrastes y similitudes
ADA ORAMAS
FOTO: FONSECA
nspirado en un estudio de analogías
y peculiaridades de dos ciudades
distantes en el espacio y el decursar de
sus historias, la visualidad de sus poéticas se erige en punto de unión de sus
geografías, convergentes en el proyecto Diversidad Metropolitana en La
Habana, de la doctora Yana Elsa
Brugal, quien descubrió los engarces y
alianzas entre ambas urbes.
Contrastes y similitudes vertebraron un evento que reunió artistas, de
la Universidad Autónoma de Azcapotzalco, de México, y de La Habana, quienes expusieron tesis en
cuatro mesas y abarcaron
dos días de reflexión, en
tres grandes temas: Ciudad y Arte, Pos-metrópoli
y el no lugar: Ciudad e
historia.
La Casa de África sirvió
de escenario al análisis y
discusión de las ponencias, ilustradas en su
mayoría por materiales
fílmicos aportados por los
ponentes. Dos exposiciones, entre otras, dieron pie
al debate y confrontación
de las ideas, como La
Habana Vieja en la estela
del tiempo, de Arturo Pedroso Alés; y
La sostenibilidad cultural en el modelo de gestión de la Oficina del
Historiador, en la conceptualización
de Limbanua Nariela Torres Simón.
Las máscaras de lucha libre para
revivir la ciudad constituyeron un elemento simbólico que contribuyó a
enriquecer los planteamientos del
I
La Lisa a capella
ADA ORAMAS
FOTO: FONSECA
staba por los alrededores de la Basílica Menor de San
Francisco de Asís, pasadas las 9:00, cuando advierto que
varias personas en su adultez mayor se dirigían a la entrada.
Retrocedí para enterarme de lo que iba a suceder de inmediato:
la agrupación coral Sine Nomine brindaría un concierto en el
atrio de ese espacio tan hermoso.
Luego conocí más detalles, pues se trataba de una actuación
de la mencionada agrupación vocal, a capella, dedicado a un
colectivo de mujeres: Amigas para siempre, un proyecto comunitario del reparto San Agustín, en La Lisa.
Además de la excelente propuesta musical, los asistentes
pudieron disfrutar de una introducción sobre la historia del edificio, las características de su estilo arquitectónico y de la simbología de las esculturas que pueblan los altares, representativas de una parte del santoral católico.
Una síntesis del repertorio del coro vocal Sine Nomine, fue
reseñado por la maestra Leonor Suárez, directora de la agrupación, quien se refirió a la amplitud de los géneros que abarca, a
partir de expresiones de la música antigua, aunque –además–
aborda otros como el negro espiritual y la música cubana contemporánea.
Conociendo que la música antigua se supone circunscrita a un
público conocedor del género, la actuación de Sine Nomine fue
altamente apreciada por los asistentes, quienes lo manifestaron
en varias ovaciones a medida que avanzaba el concierto.
E
autor de la ponencia, Olar Zapata,
quien portaba una de ellas durante su
disertación.
Obras de las más diversas expresiones de la plástica contemporánea, presentadas por artistas de la ciudad
mexicana, contribuyeron a la visualidad de la muestra, en la galería de la
Casa de la Obrapía.
Con 30 piezas de mediano formato,
entre ellas Evocación, de Bela Gold
quien presentó una serie de10 dibujos,
a partir de un rostro de mujer, trabajado con fragmentos de madera quemada, cuyos rasgos perfilados, como realizados a plumilla, están delineados
con exquisitez.
Bela Gold junto a su obra.
Según narra la autora, los otros
nueve van mostrando ausencias de la
línea, en un lenguaje figurativo
imbuido de lirismo, hasta terminar en
el número 10, donde casi desaparece
el rostro, aludiendo a los efectos del
paso del tiempo, en una evocación
que poetiza el retrato.
LECTURA
PARA TI
MARÍA EZQUERRO
ajo el título de Contra viento y
marea, la escritora María
Teresa León estremece dos ámbitos temporo/espaciales diferentes:
Cuba y España durante la Guerra
Civil (en la década del 30), acerca
de las cuales, muy especialmente
la última, se inspiró la autora para
escribir esta novela, publicada
recientemente por la editorial Arte
y Literatura.
La experiencia durante aquella
lucha contra el franquismo es
narrada en su primer libro de un
modo vívido, por quien formara
parte de las milicianas que lucharon con valentía ejemplar para
derrocar al régimen de terror que
escribió una de las páginas más
sangrientas de la historia universal.
Tan terribles vivencias, retratadas por la autora en sus páginas,
convierten a este texto en testimonio personal de inapreciable valor,
como en los pasajes relativos a la
tiranía machadista, de la cual también pudo describir sus horrores.
El mérito de la obra aparece en
su más exacta valoración en las
palabras introductorias escritas por
la Doctora Luisa Campuzano:
“María Teresa y Rafael, que se
encontraba en Ibiza, escaparon por
un pelo de la represión desatada
inmediatamente en las zonas
sublevadas y se incorporaron a las
fuerzas defensoras de la República. Sobre la participación de
María Teresa en la guerra se ha
dicho que su protagonismo, en
tanto mujer, solamente fue superado por el de la Pasionaria”.
Contra viento y marea no es solo
un ejemplo de una prosa cuidada,
sino del arte de narrar que reúne
junto a la voz de su creadora, un
conjunto vocal donde intervienen
seres vivos, no personajes, porque
cada uno protagoniza historias
trascendentes de seres excepcionales. El heroísmo de algunos que no
sobrevivieron a su tiempo, pero
que no pudieron oscurecer aquellos pasajes que van al encuentro
de los lectores en una complicidad
de amor por las causas justas.
Esta mujer, dotada de una vocación intensa para el teatro, escribió
e interpretó como actriz obras que
tuvieron por escenario las terribles
experiencias narradas en su novela
Juego limpio, publicada en 1959,
que le otorgan matices luminosos
a su recuerdo.
B

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