El único fundamento de la iglesia

Transcripción

El único fundamento de la iglesia
El único fundamento de la iglesia
(Lección
9)
Porque nadie puede poner otro fundamento que
el que ya está puesto, el cual es Jesucristo
(1 Corintios 3:11).
No hay duda de que una de las más grandes
desilusiones que se puede llevar una familia, es darse
cuenta de que su casa está construida sobre un
fundamento resquebrajado. El reconocimiento de tal
condición les llega lentamente, durante un período de
semanas, y tal vez meses. Comienzan a darse cuenta que
una puerta de la casa no cierra como debería. Pronto
las grietas comienzan a aparecer en las paredes de los
dormitorios y en otras paredes de la casa. Al
principio sólo son inocentes líneas, pero con el paso
del tiempo se convierten en feas grietas. Los
ladrillos del exterior de la casa comienzan a mostrar
rajaduras con bordes irregulares. Llega la tristeza.
La realidad debe enfrentarse. Se tiene un gran
problema —la casa de ellos está asentada sobre un
fundamento defectuoso. La razón por la cual estas
noticias acerca de la casa son tan desilusionantes, es
porque son noticias de un problema irreparable. Un
fundamento malo se puede reparar hasta cierto punto,
pero no se puede reparar completamente; a uno sólo le
quedan dos opciones: o vive con el problema poniéndole
parches de alguna manera, o se muda.
Este tipo de problemas de vivienda nos recuerda la
crítica función que desempeña un fundamento. Todo lo
que compone la estructura en sí de una casa, descansa
sobre su fundamento. Si un fundamento es defectuoso,
la totalidad de la estructura es afectada. No deje
pasar esta lección de la vida: Tanto en lo que
concierne a la vida así como a la construcción, el
fundamento adecuado es vital. Cuando usted halla que
se encuentra sobre el fundamento inadecuado, no puede
repararlo —no le queda otra más que vivir sobre el
fundamento agrietado, o mudarse.
La iglesia verdadera tiene un
fundamento seguro, una estructura
de roca madre la cual jamás se
agrieta, ni cede.
Esta verdad debe considerarse en conexión con la
iglesia. La verdadera iglesia tiene un fundamento
seguro, una estructura de roca madre, la cual jamás se
agrieta ni cede; una iglesia falsa, no obstante,
descansa sobre calzas defectuosas, sobre un fundamento
que no puede resistir las pruebas de vida ni de la
eternidad.
Piense en cómo el fundamento de la iglesia nos
proveerá de confianza, así como de ayuda. El darse
cuenta, de que el fundamento de la iglesia es sólido,
es algo que les producirá confianza a los que son
miembros de la iglesia del Nuevo Testamento. Les
recordará que son miembros de un cuerpo que descansa
sobre una roca que no se agrietará, ni se desmoronará,
ni sucumbirá. El tener una comprensión del fundamento
de la iglesia del Nuevo Testamento también nos dará la
base para examinar los fundamentos de las iglesias
falsas del mundo; pues si el fundamento es malo, toda
la estructura será deficiente.
¿Qué clase de fundamento tiene la iglesia del
Nuevo Testamento, la iglesia verdadera? ¿Cuáles son
sus características?
SOBRE JESUCRISTO
Una característica del fundamento de la iglesia,
que resulta obvia después de leer la Biblia, es que su
fundamento es la deidad misma de Jesucristo. Su
fundamento es tan fuerte como la integridad y el
carácter divino de Jesús.
Pablo usó la imaginería de la construcción de una
casa, cuando habló de establecer una iglesia del Nuevo
Testamento. Esto fue lo que dijo: “Porque nadie puede
poner otro fundamento que el que está puesto, el cual
es Jesucristo” (1ª Corintios 3:11).
Hacia el final de su ministerio terrenal, cuando
Jesús y sus discípulos vinieron a la región de Cesarea
de Filipo, una ciudad altamente fortificada, la cual
estaba situada sobre una plataforma natural de piedra
calcárea, esto fue lo que les preguntó: “Quién dicen
los hombres que es el Hijo del Hombre?”. Las
respuestas que le dieron sus discípulos fueron las que
en el momento se habían popularizado: “Unos, Juan el
Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de
los profetas”. Jesús, entonces, les hizo esta
pregunta: “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?”. A
esta pregunta, Simón, en nombre de todo el grupo de
los discípulos, rápidamente contestó: “Tú eres el
Cristo, el Hijo del Dios viviente” (Mateo 16:13-16).
Jesús afirmó la exactitud de la respuesta de Pedro
mediante la pronunciación de una bendición sobre
Pedro: “Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás,
porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre
que está en los cielos” (Mateo 16:17). Jesús, después,
declaró que sobre esa roca—la verdad que Pedro acababa
de confesar— él edificaría su iglesia. “Y yo también
te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca
edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no
prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18).
La palabra del griego, petros, significa “una
piedra”, pero la palabra petra, del mismo idioma,
significa “un saliente de piedra”. Si la intención de
nuestro Señor hubiera sido el referirse a Pedro como
la roca sobre la cual edificaría su iglesia, él
hubiera repetido la palabra petros, la palabra que se
refería a Pedro. Pero usó la palabra petra en su
lugar. Con esta palabra, él señaló la verdad que Pedro
había expresado acerca de que Jesús era el Mesías, el
Hijo de Dios.
El único fundamento de la iglesia es Jesucristo,
el Señor de ella.
Ella es su nueva creación mediante el agua y la
palabra.
Desde el cielo vino y la buscó para que fuera su
santa esposa.
Con su propia sangre la compró.
Y por la vida de ella, dio la suya.
Considere seriamente el firme fundamento sobre el
cual descansa la iglesia de Cristo. Su fundamento
tiene integridad, pues lo constituye la condición de
Hijo, de Jesús, una verdad que jamás se podrá probar
que sea falsa. Imagínese el temor que nos
atormentaría, la desdicha que nos acosaría, si
existiera la más mínima posibilidad de que un día, la
fe sobre la cual hemos estructurado nuestras vidas, se
probara que fuera falsa. Así que, el fundamento de la
iglesia tiene una característica que es su
indestructibilidad. Los ataques del pecado, de
Satanás, y del mundo, no pueden minarla. Cuando el
amanecer de la eternidad atraviese nuestras vidas con
sus rayos de un mañana sin fin, el fundamento de la
iglesia estará tan fuerte como lo está hoy.
SOBRE LOS PROFETAS
Otra característica del fundamento de la iglesia
es que ella descansa sobre el cumplimiento de todas
las profecías divinas que Dios ha dado a través del
Espíritu Santo. Cuando Pablo representó el fundamento
de la familia o de la casa de Dios en Efesios 2, esto
fue lo que dijo: “... edificado sobre el fundamento de
los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra
del ángulo, Jesucristo mismo” (v. 20; énfasis
nuestro).
Las profecías, tanto del Antiguo, como del Nuevo
Testamento, convergen y hallan su cumplimiento en su
iglesia, el reino eterno. Daniel vio un día, cuando el
Dios del cielo “[levantaría] un reino que no [sería]
jamás destruido, ni... dejado a otro pueblo”;
desmenuzaría y consumiría a todos los demás reinos,
pero él permanecería “para siempre” (Daniel 2:44).
Al comienzo de la era del Nuevo Testamento, esto
fue lo que el ángel Gabriel le anuncio a María:
Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz
un hijo, y llamarás su nombre JESUS. Este será
grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el
Señor Dios le dará el trono de David su padre; y
reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su
reino no tendrá fin (Lucas 1:31-33).
Jesús hizo alusión al cumplimiento de estas
predicciones cuando hizo esta promesa: “Sobre esta
roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no
prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18). Pedro dio a
entender el cumplimiento de estas palabras el día de
Pentecostés, cuando dijo esto de David, el profeta:
Pero siendo profeta, y sabiendo que conjuramento
Dios le había jurado que de su descendencia, en
cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que
se sentase en su trono, viéndolo antes, habló de
la resurrección de Cristo, que su alma no fue
dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción. A
este Jesús resucitó Dios... Sepa, pues,
ciertísimamente toda la casa de Israel, que a
este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios
le ha hecho Señor y Cristo (Hechos 2:30-32, 36).
Es por el cumplimiento de las profecías del
Antiguo y del Nuevo Testamento, en Jesús y en su
iglesia, siendo ésta el reino eterno de Dios, que
podemos cantar junto con Juan: “y nos hizo reyes y
sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e
imperio por los siglos de los siglos. Amén”
(Apocalipsis 1:6).
¡Cuán firme el fundamento, oíd santos del
Señor,
Es el que está puesto para vuestra fe en su
excelente palabra!
¿Qué más podemos decir que lo que él os ha
dicho,
Vosotros, quien a Jesús habéis corrido
buscando refugio?
Hacía mucho tiempo las oscuras profecías hablaban
de un día en el que se verificaría la realidad para el
pueblo de Dios. El pueblo de Dios jamás perdió la
esperanza de que la realización profética de la era
mesiánica, estaba en camino, y que pronto llegaría.
Ellos esperaban con gozosa anticipación el día del
reino eterno de Dios. La sustancia y la realidad de
las profecías salieron a la luz el día de Pentecostés;
el reino eterno en la forma terrenal de la iglesia,
dio comienzo. La realidad del plan y la obra de Dios
irrumpieron en el mundo.
SOBRE LOS APÓSTOLES
Una tercera característica del fundamento de la
iglesia es la verdad revelada por los apóstoles
inspirados. Pablo dijo que la familia de Dios estaba
“[edificada] sobre el fundamento de los apóstoles y
profetas, siendo la principal piedra del ángulo
Jesucristo mismo” (Efesios 2:20; énfasis nuestro).
Cristo colocó la parte apostólica del fundamento
de la iglesia mediante el entrenamiento de sus
apóstoles, durante un período de más de tres años. El
les prometió que después de su salida ellos sería
guiados a toda la verdad: “Mas el Consolador, el
Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre,
él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo
que yo os he dicho” (Juan 14:26). Esta promesa fue
cumplida cuando el Espíritu Santo fue derramado sobre
ellos el día de Pentecostés en Hechos 2, siendo así
equipados para la misión de transmitir la revelación
de Dios a los demás hombres. Los apóstoles fueron los
instrumentos de Dios para darle la verdad al mundo. La
iglesia descansa sobre los apóstoles inspirados por
Dios, y en la revelación de la palabra de Dios, que
fue recibida por ellos. La verdadera iglesia de Cristo
sólo puede existir donde la palabra de Cristo es
honrada y obedecida.
Aferrado a las promesas que no pueden fallar,
Cuando asalten las aullantes tormentas de la
duda y el temor.
Es por la palabra viviente de Dios que
prevaleceré,
Aferrado a las promesas de Dios.
El cristiano puede regocijarse de que la iglesia
del Nuevo Testamento esté edificada sobre la sólida
roca de la verdad de Dios, pues el fundamento del
Señor permanece firme (2 Timoteo 2:19). La verdad es
eterna, el error está destinado a la destrucción. La
iglesia tiene un mañana eterno con Dios, porque está
anclada en la inquebrantable y perpetua verdad. El
cristiano, como parte del cuerpo de Cristo, cree,
espera, y vive, sobre la granítica roca de la
revelación de Dios.
CONCLUSIÓN
La iglesia del Nuevo Testamento tiene un
fundamento duradero: Descansa sobre la deidad de
Cristo, los profetas de Dios, y los apóstoles de
Cristo —un fundamento que es tan fuerte como Jesús,
tan eterno como la verdad, y tan real y tan auténtico
como el plan de Dios para el mundo.
¿Es usted miembro de la iglesia de Cristo?
Recuerde: si la iglesia de la cual usted es miembro
tiene un fundamento agrietado, usted no puede
repararlo —debe decidir vivir sobre ese fundamento
inadecuado o mudarse.
Si el fundamento sobre el cual vive está
agrietado, por favor, por amor de su vida y de su
eternidad, múdese. Entre a la iglesia de Cristo cuyo
fundamento le guardará seguro, durante las tormentas
de la vida, y le proveerá un apoyo seguro, ante el
trono del Padre en la eternidad.
PREGUNTAS PARA ESTUDIO Y COMENTARIO
1. ¿Por qué es importante para la iglesia, tener un
fundamento adecuado?
2. ¿Cuál es la afirmación de Pablo acerca del
fundamento de la iglesia, que se encuentra en 1
Corintios 3:11?
3. Explique el significado de Mateo 16:18. ¿Será
Pedro la roca sobre la cual Jesús dijo que
edificaría su iglesia?, o, ¿lo será la deidad de
Jesús?
4. Comente la integridad e indestructibilidad del
fundamento de la iglesia.
5. ¿Cómo es que los profetas forman parte del
fundamento de la iglesia?
6. ¿Qué es lo que da a entender el ángel Gabriel con
las palabras que le dice a María? (Véase Lucas
1:31-33).
7. ¿Qué es lo que Pedro declara respecto a Jesús, en
Hechos 2:30, 36?
8. ¿De qué forma es que los apóstoles constituyen el
fundamento de la iglesia?
9. ¿Será necesario que haya apóstoles viviendo hoy
día para que la iglesia se pueda considerar que
está edificada sobre el fundamento de ellos?
10.
¿Cómo fue que los apóstoles llegaron a ser
parte del fundamento de la iglesia?
11.
¿Qué es lo que Pablo da a entender cuando
dice que “el fundamento del Señor está firme”?
12.
¿Si el fundamento de una iglesia no es el
correcto, qué se puede hacer al respecto? Fin.

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