Dejar estela para un Chile mejor

Transcripción

Dejar estela para un Chile mejor
Fundación Sailing Antártica
Dejar estela para
un Chile mejor
<
REPORTAJE CENTRAL
>
Expedición “Tesoros de Chile Insular” del yate Antártica
UNA EPOPEYA PARA
DESCUBRIR
OTRO CHILE
E
n nuestra época escolar en algún
momento en las clases de geografía escuchamos acerca del Chile insular y están en el recuerdo los nombres
de islas como San Félix, Salas y Gómez, archipiélago de Juan Fernández
y Rapa Nui. Pero de ellos, la gran mayoría de los chilenos sabemos poco y
nada. Quizás algo de las dos últimas,
luego de que Robinson Crusoe fuera
noticia mundial por el posible tesoro
enterrado en ella, así como se viera
afectada por el tsunami del 2010 y la
tragedia del avión de la Fach, y Pascua
por sus misteriosos moais.
Pero estas islas repartidas en la inmensidad del océano Pacífico deparan muchas sorpresas y tienen una
gran relevancia para nuestro país al
nivel que recientemente han sido
valoradas por el resto del mundo.
Hace sólo unos meses en esta zona
se creó el Parque Marino Nazca-Desventuradas, con una superficie protegida de 297.518 km2.
“Es un lugar único en el mundo,
que ha sorprendido a los científicos.
Tiene el mayor endemismo en peces
costeros del planeta, más del 99% de
los peces y el 84% de la biomasa registrados corresponden a especies que
no están en otras zonas del mundo.
Razones de peso para protegerlo”,
dice el biólogo Carlos Gaymer, investigador de la U. Católica del Norte.
Precisamente en este marco la tripulación del yate Antártica, conformada por su capitán Juan Francisco Novion, Rodrigo Díaz y Cristián
Guilquiruca, cumplió una hazaña
Una singladura que comenzó en Algarrobo,
pasó por las Islas Desventuradas y la isla
Salas y Gómez, para terminar en Rapa Nui
y posteriormente unir la Isla de Pascua con
la Isla de Chiloé. Una insólita travesía de
10.000 kilómetros que permitió apreciar las
maravillas desconocidas de nuestro mar
y descubrir a compatriotas que viven en
condiciones increíbles y hacen patria en zonas
absolutamente perdidas de los mapas.
Fotos: Rodrigo “GoPro” Díaz
desde el océano Pacífico.
10.000 KILÓMETROS
EN NUESTRO MAR
Isla Salas
y Gómez
Islas Desventuradas
San Félix y
San Ambrosio
Isla de
Pascua
Algarrobo
Juan Francisco Novion, capitán de Antártica, destacó haber
alcanzado la meta a pesar de todas las dificultades previas.
El yate Antártica
fondeado a
4.000 kilómetros de la costa
chilena, frente
a la isla Salas y
Gómez.
Chiloé
nunca antes realizada, al unir estos
pequeños puntos imperceptibles en
el mapa, en un viaje que tomó treinta
días para recorrer 5.000 millas náuticas (equivalentes a casi 10.000 kilómetros) desde Algarrobo hasta Chiloé.
La expedición “Tesoros de Chile Insular” fue una proeza donde no sólo
confirmaron la magnitud de la fauna
marina, sino que también tuvieron una
experiencia única de vida al conocer a
chilenos anónimos que hacen patria
en estos desolados parajes, como el
“Chito”, el “Tunga” y el “Tapsin” que viven de la captura de la langosta.
“Queríamos que ésta fuera una
experiencia con sentido, que dejara
una ‘estela’ permanente en cada uno
de ellos. Con la tripulación vivimos
momentos inolvidables que quere-
mos transmitir a la gente y que pueden ser apreciados en el canal Sailing
Antártica en Youtube o en nuestro
Facebook Sailing Antártica. Ha sido
un desafío sumamente ambicioso. Hay todo un trabajo de programación, de análisis técnico, mental
y motivacional y de coordinación
como equipo. Y el desafío empieza
desde el momento que te planteas
la expedición. Pero lo más relevante,
es dar a conocer al mundo los tesoros de estos lugares, ponerlos en el
firmamento al ver los videos que hicimos y que se aprecie que estos verdaderos ‘paraísos’ también son una
parte importante de nuestro país,
donde existen chilenos que viven en
condiciones increíbles. Porque si hay
compatriotas que están abandona-
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dos, son éstos”, cuenta Juan Francisco Novion, capitán de Antártica y
gestor de esta expedición.
EL PEQUEÑO SABOT
Para llegar a este punto fue necesario que pasaran casi 45 años. Desde que Juan Francisco Novion, a los
ocho años, recibiera de regalo de navidad un sabot, embarcación escuela
de esos años, para aprender a navegar.
Ahí comenzó la travesía en esta
pasión que compartió con su padre,
Germán Novion Aguirre, quien ganó
el primer título sudamericano de
Lightning para Chile en 1972.
Logro que Juan Francisco emuló el ’97, al igual que su hermano
Germán el ‘92.
A eso se suma el vice campeonato
mundial en esta especialidad junto
Casi al llegar a Isla de Pascua e
Antártica cumplió las 10.000 millas
desde que comenzó a navegar.
Tras la destrucción del molo del
club de yates Higuerillas, sólo
una proeza de ingeniería logró
poner a Antártica a flotar.
al mítico Manuel González y a una
prolífera carrera deportiva con innumerables títulos nacionales e internacionales en categorías de monotipo y oceánicas.
Pero él sabía que su principal enlace con el mar no estaba en las regatas, sino que en la aventura.
“En ese sabot, y con menos de 10
años de edad, nos arrancábamos
con mi primo Germán Schacht a
navegar en invierno hasta virar los
Farellones, una rompiente de rocas,
muy alejada, que hay en la bahía de
Algarrobo. Íbamos solos, sin avisarle a nadie, así que si llegábamos a
tener un problema o darnos vuelta, las cosas se habrían puesto muy
difíciles para nosotros, ya que no se
iban a enterar. Creo que desde esos
tiempos tenía ese espíritu de bus-
car grandes y nuevos desafíos en el
océano”, recuerda Novion.
Antes de emprender la expedición “Tesoros de Chile Insular”, recorrió una parte importante de la
costa pacífica. Primero en el Don
Germán, una embarcación de 33
pies, llamada así en recuerdo de su
padre, quien había fallecido recientemente, y con la que llegó por primera vez a Juan Fernández, vía Antofagasta, para apreciar la sacrificada
vida de los pescadores.
Luego con el Punta Sur, su primera embarcación preparada para la real
y verdadera navegación de altura, un
Beneteau de 53 pies, acumuló nada
menos que 25.000 millas náuticas. Entre los logros estuvo un periplo que
unió Higuerillas y Rapa Nui, posteriormente Higuerillas, Guayaquil, Galápagos, Marquezas, Tahiti, Rapa Nui
y de regreso en Higuerillas. Pero particularmente simbólico fue el cruce
del trofeo náutico por excelencia, el
“Everest” de los navegantes, el mítico
Cabo de Hornos, el año 2006.
LA ODISEA
El 17 de septiembre pasado un nuevo terremoto golpeó nuestro país generando gran destrucción en la zona
centro norte, lo que se vio agravado
por el tsunami que azotó la costa.
Entre las consecuencias estuvo la
destrucción del Club de Yates de Higuerillas, base del yate Antártica y
donde se trabajaba en el proceso de
preparación para la expedición “Tesoros de Chile Insular”.
Si bien la embarcación no sufrió
daños, el molo quedó inutilizado
por lo que no había forma de poner
a Antártica en el mar.
“Eso también es lo atractivo de
estos proyectos. Es como una empresa donde, a pesar de que tratas
de manejar todas las variables, surgen imponderables. Algunos bajan
los brazos, pero nuestra tripulación,
con ese mismo espíritu de lucha que
hemos visto en los transportistas,
no se dio por vencida jamás, luchamos contra viento y marea y nuestro
lema ‘Prohibido rendirse’ más presente que nunca”, enfatiza Juan Francisco Novion.
Fue un quebradero de cabeza.
Tras un arduo trabajo de ingeniería,
la implementación de grúas y aparejos, y luego de una titánica operación, Antártica estaba finalmente
reposando en el agua.
Pero la Ley de Murphy estaba sobre sus cabezas. A sólo días de zarpar, los técnicos que realizaron el
servicio de 1.000 horas al motor, por
falta de capacitación lo inutilizaron,
poniendo en serio riesgo una vez
más la expedición.
Nuevamente afloró el orgullo que
estamos acostumbrados a ver en
nuestras carreteras tantas veces para
lidiar con la adversidad y de una manera increíble se ganó la batalla.
DESVENTURADAS
El primer tramo de este viaje contemplaba llegar hasta las Islas Desventuradas (islote González, roca
Catedral e islas San Ambrosio y San
Félix), distante a 603 millas náuticas
(1.200 km) lineales que se transforman en bastantes más debido a la
parábola u ortodrómica que se debe
realizar con el fin de encontrar los
mejores vientos.
Así se comenzó a utilizar la vela
Gennaker, denominada por la tripulación como “Corazón de Chileno”,
por tratarse de una bandera chilena
y que simboliza el espíritu patriótico
que envolvía al grupo, a Antártica y a
la misma expedición.
Las Desventuradas fueron descubiertas por Magallanes en el siglo
XVI, quien le dio su nombre por no
existir agua ni alimentos en el lugar.
LA ISLA PROHIBIDA
Hasta la Navidad de 2014 los
pocos pescadores que habitan
temporalmente la isla San Ambrosio
vivían una celebración especial junto
a la dotación naval de la base de la
Armada en la isla San Félix, distante
sólo 20 millas náuticas (40 km) .
Memorables eran, incluso, los partidos
de fútbol tras los festejos.
Contar con sólo dos tripulantes más el capitán obligó a
tener una máxima coordinación y las funciones definidas.
Este lugar tiene un valor estratégico
y geopolítico para el país y cuenta
con una pista de aterrizaje, que
Cinco siglos después la situación no ha cambiado mucho. Sobre unos roqueríos de San Ambrosio se levanta un humilde refugio,
pero que resulta impresionante de
sólo imaginar la proeza que significó llevar los materiales hasta este
inhóspito lugar.
Aquí 17 pescadores, que dejan
a sus familias en Juan Fernández,
están de septiembre a mayo laborando en la captura de la langosta.
Precisamente con un gran ejemplar de este crustáceo celebraron
Manuel “Chito” Chamorro y Héctor “Tunga” Recabarren el arribo de
esta expedición, como se puede
apreciar en uno de los capítulos
de la expedición en el canal Sailing
Antártica, en Youtube.
Luego, los invitaron a conocer su
refugio donde se las arreglan para
llevar de la mejor manera la soledad
y con los suministros básicos que
cada 35 días les deja el barco que va
a recoger la carga de langostas.
A pocas millas de distancia está
la isla San Félix donde se encuentra
una base de la Armada, pero esa es
otra historia (ver recuadro).
en su momento fue construida
por la Nasa como alternativa para
los transbordadores, ante alguna
emergencia al momento de su ingreso
a la tierra. Algo similar a lo que se hizo
al ampliar la pista de Isla de Pascua.
Ésta habría quedado en desuso por
parte de la agencia estadounidense
mientras no se requiera para el
programa espacial.
Lo extraño es que, sin razones
Esta travesía permitió conocer historias de vida increíbles de
los pescadores de langosta, como Manuel “Chito” Chamorro.
aparentes, esa regalía festiva de fin de
año se terminó para los pescadores y
San Félix se transformó en un punto
RUMBO ESTE
A una semana de partir, comenzó una de las etapas más complejas
desde el punto de vista de la navegación, cubrir las 1.362 millas náuticas (2.522 km) que separan a las
Desventuradas de Salas y Gómez.
“Quizás en otras partes hay mayores distancias que recorrer entre
un punto y otro, pero acá estás en
la nada misma. No te cruzas con
ninguna embarcación, nadie está
cerca. Lo que en navegación de al-
tura es conocido como un “punto ciego”. Eso hace que el barco se
transforme en tu mundo. Hasta el
más mínimo detalle pasa a ser relevante en esta empresa que has
emprendido y donde debes lograr
que no le pase nada a tu tripulación, liderar y motivar permanentemente, que cada uno cumpla sus
funciones y se alcance el objetivo
final que es llegar a buen puerto”,
comenta Juan Francisco Novion.
Para sobrevivir en el mar, salvo
los placeres que éste te puede en-
inexpugnable al que sólo se permitiría
el acceso en caso de una emergencia
extrema y bajo autorización expresa
del jefe de inteligencia de la Armada de
Chile que está a cargo de la base.
“Antártica, dentro de su plan de
navegación, contemplaba recalar
brevemente en esta isla como uno de
los tantos hitos que fueron planteados
al iniciar el viaje, pero personal de la
Armada nos prohibió acercarnos a
menos de cinco millas náuticas, lo que
me extrañó mucho, por el historial que
tenían los pescadores para acceder
al lugar y porque en teoría, como
embarcación con bandera chilena
tenemos el derecho a poder recalar en
el territorio nacional”, recuerda Juan
Francisco Novion, capitán de Antártica.
Incluso durante el proceso, la
embarcación fue contactada, por
radio, por un avión de la Armada que
La isla San Félix donde se encuentra la base
de la Armada pasó a ser un misterio absoluto.
sobrevolaba el cuadrante para confirmar
las razones de su paso por la zona.
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neran fuertes tormentas que obligan a
bajar rápidamente las velas. Pese a ello,
el viento igual hace escorar la embarcación por la sola fuerza sobre el mástil y el casco. Son rachas de más de 40
nudos que no duran ni diez minutos,
pero que se hacen eternas.
Luego de siete días la tripulación
llegó hasta esta isla, también conocida como Motu Motiro Hiva, que
no entrega más que la visión de un
peñón volcánico de sólo 770 metros
de largo donde anidan algunas aves,
entre ellas el mítico Manutara.
Pero bajo el agua se aprecia otro
mundo. Es más, es una de las zonas
del mundo que más concentran
tiburones, lo que fue apreciado in
situ por la cámara de Rodrigo Díaz
(ver código QR).
Detalles, como la comida, no pueden quedar al azar.
Debe llevarse una dieta equilibrada, que no caduque y
que optimice el uso del espacio en el barco.
A sólo
Rodrigo “GoPro” Díaz.
tregar con la pesca de una vidriola,
un atún o un dorado, hay que realizar un trabajo logístico que comienza meses antes de zarpar.
“Tuvimos que preocuparnos de
preparar una dieta con una nutricionista, elegir los alimentos que cumplieran lo dispuesto por ella y con
las limitantes de espacio para que
alcance los treinta días de navegación. Lo mismo para cubrir las necesidades médicas que pudiésemos
enfrentar y los requerimientos de
combustible y respaldo técnico para
el adecuado funcionamiento del
barco”, detalla Rodrigo Díaz.
Claro, porque una vez en ruta, Antártica no se detiene y los tripulantes
deben hacer turnos de noche para
garantizar que la singladura se cum-
Cristián “Guilqui” Guilquiruca.
pla con seguridad.
“Te puedes encontrar con un container que cayó de un carguero o, incluso, una ballena. Éstas duermen en
la superficie y si la chocas te puedes
hundir. Además, si tiene una cría,
te ven como una amenaza y puede
embestirte varias veces. Son muchos
los casos de embarcaciones que han
naufragado por eso”, cuenta el capitán de Antártica.
Otro problema lo presentan los
repentinos cambios del tiempo y los
vientos, agravados por la inestabilidad que presenta en esta época el
Fenómeno del Niño.
Precisamente camino a Salas y Gómez, enfrentaron la aparición de lo
que llamaron “Godzillas”, cúmulos
nimbos que tocan la superficie y ge-
TE PITO O TE HENUA
Desde Salas y Gómez continuó la
travesía con 208 millas náuticas (400
kilómetros) hasta Isla de Pascua,
donde la recepción fue muy efusiva.
“El pascuense es muy reacio a la
gente que viene de afuera, pero hay
que recordar que para ellos el mar
tiene un simbolismo increíble. Su leyenda cuenta que Hotu Matu’a, el
primer rey Rapa Nui, llegó navegando. Por tanto, que tú llegues en una
embarcación, te da una cercanía distinta con la gente que te trata muy
bien. Nuestra experiencia fue maravillosa. He tenido el gusto de recalar dos veces en Anaquena, una de
amanecida, en mi embarcación Punta Sur el 2004, y ahora al atardecer y
son experiencias únicas”, detalla Juan
Francisco Novion.
Una de las particularidades es
que la expedición logró la autorización de la Conaf para poder realizar tomas aéreas de la isla con su
drone, algo no menor dado que
es una zona arqueológica protegida y con fuertes restricciones. Así
quedó registro de una perspectiva única del “ombligo del mundo”
que se puede apreciar en el canal
Sailing Antrártica. (Ver QR).
Llegó el momento de comenzar la última etapa, unir a Rapa Nui
con Chiloé, quizás las islas de nuestro país que más renombre nos han
dado a nivel mundial.
No era menor el desafío, doce
días para cubrir las 2.073 millas
náuticas (4.100 km) que las sepa-
El arribo a Rapanui al atardecer marcó la mitad
de la travesía de 10.000 kilómetros en un mes.
La majestuosidad del
humedal dentro del volcán
Rano Kau, se revela en
pleno gracias al primer
vuelo de un drone en isla
de Pascua. Rodrigo Díaz,
tripulante de Antártica, tuvo
que conseguir un permiso
especial de Conaf.
Un simple faro es
el único símbolo de
soberanía chilena
en la isla Salas y
Gómez.
ran en línea recta.
La ventaja es que en esta ruta ya es
usual encontrarse con más embarcaciones y no es extraño realizar el recorrido, pero en el otro sentido. Desde
el punto de vista de navegación hacerlo desde Pascua hacia el sur es sumamente complejo por las corrientes
y la disposición de los vientos.
“Fueron días bastante parejos, la
mitad despejado y la otra con mal
tiempo y un par de tormentas entre
medio que nos sacudieron bastan-
te. Pero nos sentimos muy a gusto
trabajando como equipo, porque
ya veníamos muy afiatados”, apunta
Cristián Guilquiruca.
Incluso el ingreso al Canal de Chacao, les deparaba una de las últimas sorpresas del viaje, se sumó la
subida de la marea con una fuerte marejada, y por ende la corriente
de ingreso de agua generó enormes
olas. Antártica a esas alturas había
presentado problemas en el sistema manual del timón y tuvieron que
hacer gran parte del trayecto con el
piloto automático, con el riesgo que
implica no tener un control absoluto de la situación en un momento
como el que les tocó vivir.
“Al bajarnos finalmente en Puerto
Montt, luego de haber realizado una
travesía que a nadie más se le había
siquiera pasado por la cabeza; ver las
maravillas de nuestro Chile insular;
conocer a gente espectacular, de esfuerzo y con un espíritu envidiable;
y sentir que cumpliste ese objetivo
que casi un año atrás habías trazado en el papel como una idea loca,
es impagable. Te das cuenta que eres
un mejor equipo humano y tripulación desde que zarpaste, eres un mejor marinero y una persona que ha
crecido en muchos aspectos. Es aplicable a cualquier desafío en la vida
y como decía mi querido y recordado amigo Felipe Cubillos: ‘Persíguelo
apasionadamente y si no lo consigues, no importa. Por sólo recorrer
ese camino habrá valido la pena vivir. Ojala el sueño, sea tu sueño im-
posible’. Sin duda ha sido esa la experiencia que queremos transmitir”,
enfatiza Juan Francisco Novion.
Por lo pronto Antártica este 2016,
quiere cumplir con el anhelo que le
dio su nombre, llegar al continente
blanco junto con recorrer el chile insular austral para conocer las vivencias de los chilenos que hacen patria
en el fin del mundo. Un capítulo
que su tripulación pretende escribir
muy pronto.
Mediante el código QR acceda al
canal Sailing Antártica en Youtube
y disfrute todos los videos de esta
expedición así como de las anteriores.
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Fundación Sailing Antártica (FSA)
UNA ESTELA
QUE MARCARÁ
LA VIDA DE
MUCHOS
Conocer la compleja realidad que
viven valientes chilenos en estas islas,
completamente abandonados, motivó a
Juan Francisco Novion, líder de la FSA, a
crear esta institución que busca canalizar
iniciativas que mejoren su calidad de vida
y premien su sacrificio
Pescadores han construido
con mucho esfuerzo un
pequeño y básico refugio
en la isla San Ambrosio,
pero carente de la más
mínima comodidad.
Parte del grupo de pescadores que vive en un refugio con lo básico
para subsistir durante la temporada de langostas.
E
EL DESAFÍO ELÉCTRICO
El primer proyecto de la
fundación Sailing Antártica
busca dotar con electricidad,
a través del uso de paneles
solares fotovoltaicos, a la
veintena de familias que viven
de la captura de langosta en
la isla Alexandro Selkirk.
En abril próximo se firmará
en el lugar el protocolo para
dar inicio a la iniciativa.
ra una idea que navegaba por su
cabeza hace tiempo y que encontró buen puerto luego de terminar este largo viaje de la expedición
“Tesoros de Chile Insular”.
Esta travesía, junto a lo visto en
oportunidades anteriores, lo decidió a embarcarse en una empresa
de mayor envergadura, la creación
de la fundación Sailing Antártica.
“Cada vez que salimos a navegar
hemos conocido a gente maravillosa que habita lugares remotos, muchas veces sin una fuente de agua
potable, sin luz, sin alcantarillado,
sin autoridad policial o marítima.
Son personas de esfuerzo que han
logrado mucho, pero a las que también pequeños detalles les pueden
cambiar la vida. Lo que pretendemos con esta fundación es transformarnos en un vehículo para mostrar esa realidad y también canalizar
esas necesidades. Este es un primer
paso porque con el tiempo queremos ir incorporando más gente con
pasión por el mar y con un gran
“Corazón de Chileno”, explica Juan
Francisco Novion.
Y este proyecto no se queda
en las intenciones. Los resultados
han sido inmediatos. Entre las islas
que han visitado previamente está
Alexandro Selkirk, también conocida como Más Afuera, y, por ende, la
más alejada del archipiélago de Juan
Fernández, a casi 100 millas náuticas (200 km) de Robinson Crusoe
que concentra la mayor actividad y
recursos.
Aquí se instalan de septiembre a mayo unas veinte familias
con sus niños, que trabajan en la
captura de la langosta, pero en el
lugar, entre muchas carencias, no
tienen electricidad.
Por ello Juan Francisco Novion,
a la cabeza de la fundación Sailing
Antártica, se acercó a Rame Energy, empresa con prestigio mundial
en la instalación de sistemas de
paneles fotovoltaicos y generadores eólicos de gran envergadura.
“Vamos a zarpar, integrando a
nuestra tripulación al Presidente mundial de Rame Energy, desde
Puerto Montt, donde se encuentra
fondeado Antártica y tras este viaje
simbólico, recalar el 18 de abril en
Selkirk y ahí mismo firmar junto a las
autoridades locales del archipiélago y regionales, el protocolo que dé
inicio al estudio técnico que permita
instalar a la brevedad paneles solares
en las viviendas de estas familias que
con tanto sacrificio hacen patria.
Imaginen las implicancias que tendrá
para ellos contar con luz y especialmente lo que significa que sea con
un sistema sustentable y que no tiene impacto ambiental en uno de los
lugares más bellos del mundo”, enfatiza Novion.
A esta ceremonia van a estar invitados los pescadores que laboran en la isla, junto a sus familias
y que se verán beneficiados con
esta iniciativa.
PRIMER PASO
La idea es proyectar este tipo
de acciones en más islas del país,
donde se vive literalmente el concepto de estar aislado y muchas
veces sin los suministros básicos.
“Lo que vimos recientemente con
los pescadores que están en San Ambrosio, motiva a pensar en implementar algún sistema para que ellos
puedan mejorar de manera sustancial sus sistemas de comunicaciones,
reduciendo el aislamiento o casi confinamiento en que se encuentran. Así
vamos a ir tratando de aportar con
un granito de arena que premie el sa-
crificio de esta gente. Son muchas la
iniciativas que se nos pueden ir ocurriendo. Lo importante es que todos
trabajemos y pongamos la pasión necesaria para lograrlo”, detalla Novion.
Otra de las labores de la fundación Sailing Antártica será iniciar un
programa de comunicación y difusión vía encuentros o conferencias,
para dar a conocer, sus aventuras,
anécdotas y expediciones.
En ese sentido, se irán preparando charlas motivacionales para
colegios e instituciones.
“Imagina que un niño que no tiene
idea dónde están estos lugares, que
también son parte de nuestra patria,
vea esos ejemplos de entrega y la lucha por salir adelante y conseguir
los objetivos que te propones pese a
toda la adversidad. Porque también
es importante comprender que esa
gente eligió tener esa forma de vida,
porque sienten en el corazón lo que
hacen. Es algo que uno quizás no
puede entender, pero te debe llenar
de orgullo como país ver que hasta
en esos lugares remotos en el mapa
se hace patria. Es una experiencia que
la puedes aplicar a cualquier empresa o sueño de vida que uno quiera
emprender. Implica sacrificio, programación, orden, trabajo en equipo, enfrentar momentos difíciles, superar la
adversidad y cumplir el objetivo trazado. Es una experiencia de vida que
hay que dar a conocer”, concluye Juan
Francisco Novion.
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REPORTAJEGRÁFICO
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Postales de
10.000k en el
Océano Pacifico
La travesía de 10.000 kilómetros durante los 30 días de la expedición
“Tesoros de Chile Insular”, además de la experiencia de lo vivido por los
tripulantes del yate Antártica, dejó un registro de momentos inolvidables.
Lugares y gente que también forman parte de nuestro país y que muy
pocos conocen realmente.
Fotos: Rodrigo “GoPro” Díaz
desde el océano Pacífico.
Con su vela gennaker
“Corazón de
Chileno” desplegada,
Antártica aproxima a
la isla San Ambrosio,
en el archipiélago de
las Desventuradas.
Los artesanos pascuenses han
creado un sendero con intervenciones
en roca en Hanga Roa.
La seguridad es fundamental y
regularmente hay que subir hasta el
tope del mástil a revisar las “jarcias”.
El mítico manutara ha transformado
a Salas y Gómez en su hogar gracias
a la soledad absoluta de la isla.
El cementerio de Rapa Nui, un
ejemplo palpable de la conservación
de las tradiciones en Pascua.
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Arribando al motu
ubicado frente a
Orongo, lugar donde
tradicionalmente los
rapanui buscaban el
huevo del manutara
para elegir al rey.
La asombrosa
transparencia de las
aguas dejó perplejos
a los navegantes.
Los pescadores
de San Ambrosio
recibieron a la
tripulación de
Antártica con un
impactante regalo.
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La tripulación de
Antártica departe
con pescadores
de San Ambrosio
mientras recogen las
jaulas con langostas.
Panorámica del Ahu
Tongariki captada
por el drone de
Antártica, un registro
privilegiado que
contó con el apoyo
de la Conaf.
El buceo deparó
una inquietante
compañía. Salas y
Gómez cuenta con
una de las mayores
concentraciones
de tiburones en el
mundo.
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Después de 31 días
de navegación,
con más de
10.000 kilómetros
recorridos, el yate
Antártica descansa
en las costas de
la isla de Chiloé,
con el orgullo de la
misión cumplida.
La travesía también
deparó agradables
sorpresas como la
pesca de vidriolas,
dorados o el atún
que aparece en la
imagen.
El refugio de los
pescadores de San
Ambrosio enclavado
en la roca. Toda una
proeza llegar con
estos materiales a
una isla perdida en
el mar.
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