Pescando en Familia.

Transcripción

Pescando en Familia.
PESCA DEPORTIVA
Pescando en familia
y desde chicos
“De chicos, allá en Apóstoles,
solíamos acompañar a mi papá,
que era apasionado de la pesca,
a pasar la noche en Ituzaingó
o en el río Uruguay”.
Chango Spasiuk
“De chico viví en Villa Ballester e iba
a pescar a la vieja Ciudad Deportiva
de Boca Juniors con mi viejo,
que pescaba al revoleo tirando
una línea con un tachito y la madera
que lo atravesaba, a modo de reel”.
Miguel Habud
“Tengo nenes chiquitos y hemos
salido a pescar. Hay que hacerlos
que les guste, porque la
naturaleza es lo más lindo
que hay”.
Nery Pumpido
“Siempre me gustaron las actividades al
aire libre y desde chico, sobre todo en el
interior y en pueblos como Unquillo, te
criás de esa manera, jugando en la calle,
en el campo. E ir a pescar es algo muy
habitual que hacen grandes y chicos”.
David Nalbandian
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llos, como muchísimos
otros, aprendieron y/o
enseñaron a pescar desde chicos. ¿Cómo aprender?
¿Cómo enseñar? Desde muchos
clubes en todo el país, desde los
medios del sector o desde cada
hogar de un pescador se van
transmitiendo conocimientos.
Agradecemos entonces a
Airelibredigital.com habernos facilitado el artículo escrito
en ese portal por uno de nuestros periodistas de pesca más
prestigiosos, Néstor Saavedra,
con consejos que pueden servir para que sus hijos, nietos o
E
sobrinos se “envicien” con la
pesca.
El chico es central en la salida
No lo lleve a un lugar donde él sea su espectador y usted
el actor protagonista. Si quiere
entusiasmarlo con este deporte, no vaya a pescar usted, sino
a que él pesque. Lleve equipos
adecuados para el niño. Un chico de cinco o seis años difícilmente podrá manejar un reel
rotativo para pescar tiburones,
pero sí un lindo frontal chico
para realizar pesca variada. Ade-
más, no busque su lucimiento
propio, sino que él se divierta.
Cuídelo, sin exageraciones, pero
cuídelo: póngale protector solar, gorra, repelente contra insectos y lentes.
bagres con lombriz, y pejerrey
con mojarritas y boyas. Si lo ingresa al mundo del fly con una
caña de mosca en la mano, probablemente le generará tanta
frustración que nunca más lo
acompañará en una salida.
Empiece de abajo
Paciencia
Entusiasmado por una técnica en particular, usted puede
pensar que su nene debe manejarla sin pasar por otras etapas. Grave error. Si quiere que
su hijo pesque con mosca, comience a enseñarle a sacar mojarras con el mojarrero, a pescar
Seguramente el niño se
equivocará (es la mejor manera
de aprender) y no lanzará adecuadamente, espantará al cardumen, hará ruido en el momento más silencioso, tendrá
hambre a cada rato, cañará ina-
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decuadamente, encarnará mal y
decenas de errores que son
necesarios corregir con cariño y
sin gritos ni amenazas. Si usted
es una persona naturalmente
irritable, no lo lleve consigo. Jamás lo insulte ni lo amenace:
muéstrele que usted también se
equivoca, cuéntele anécdotas…
Ayúdelo a que goce
con la pesca
Si inicia a un niño con los sacrificios de muchas pescas (vadeos, largas caminatas, mosquitos, etc.) seguramente producirá
en él una asociación entre la
pesca y la falta de confort o la
pesca y el dolor, que lo hará huir
de este deporte. Busque pesqueros cómodos, aunque no se
obtengan los grandes ejemplares que usted sueña. Sin embargo, dado el concepto de aprendizaje concreto que tiene un
niño, trate de encontrar un pesquero donde, aunque sean mojarras o bagres, él pesque algunos ejemplares. Busque embar-
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caciones cómodas y un clima de
media estación, con una costa
limpia en una salida corta sin
demasiados esfuerzos.
Introdúzcalo en el medio
ambiente
Enséñele con su ejemplo a
contemplar las pequeñas maravillas de la naturaleza al estar
inmersos en un ambiente natural. Por allí para usted es muy
común ver un pato o una vaca,
pero para él constituye una rareza. Mirar más allá de la pesca
también generará un paréntesis
que afloja tensiones en tantas
horas de búsqueda de peces.
No lo fuerce
No insista en que lo acompañe a una salida de pesca. Por
obligar a sus chicos a pescar,
muchos amigos sólo lograron
que odien la pesca. A un nene
la naturaleza lo tienta, normalmente. Si ve que usted lo desea,
lo disfruta y, cuando no lo hace,
lo extraña, él mismo le pedirá
que lo lleve a pescar. Una vez
que estén pescando, no los empuje a realizar cada paso como
si fuera la última vez que los
llevará. Los chicos se cansan y
tienen otros tiempos. Sufren
frío, pasan hambre, les molesta
el sol y los mosquitos y, muchas
veces, no están acostumbrados
al aire libre, pues pasan largas
horas del día en el colegio o
frente a la televisión o la computadora. No realice en ellos un
cambio forzado de situación y
deles tiempo para cambiar sus
hábitos sin exigirles en demasía.
Juegue
El concepto de juego es
muy adecuado para enseñar a
pescar a un chico. No se trata de
una lucha en la que hay que
matar al rival una vez vencido.
Es un juego en el que tenemos
el privilegio de divertirnos. Si no
pesca, no importa, aunque sea
más lindo pescar. Habrá que explicarle, entonces, por qué no se
pesca, y buscar la forma de entretenerse y de aprovechar los
momentos sin pique para mostrarle aspectos del equipo y las
carnadas. La gran mayoría de
los niños apoya plenamente la
pesca con devolución. Reguemos esta conciencia tan limpia
en el jardín de su corazón.
Pesque con él en su casa
Durante la semana, entre
salida y salida, enséñele los cuidados del equipo, revisen literatura de pesca deportiva (revistas, libros), miren algún buen
programa de pesca en la televisión, conversen sobre el tema,
planifiquen la próxima salida,
observen planos y fotos, entren
a la computadora (y mejor, déjelo que él lo guíe en esta búsqueda). Si no es muy chico, permítale que toque los elementos
de pesca. La mejor forma de
aprender incluye la mayor cantidad de sentidos puestos en
función del aprendizaje y el tacto es uno de ellos ■

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