Lea el relato del segundo premio

Transcripción

Lea el relato del segundo premio
LEMA: VÍCTORMAN
TÍTULO: ATERRIZAJE DE EMERGENCIA
TEXTO: En mi memoria guardo recuerdos inolvidables sobre mi vida profesional pero,
quizás, haya un momento que sin duda, recordaré durante toda mi vida y del que me
siento realmente orgulloso.
Estando de servicio en el desempeño de mis funciones como controlador de
Tráfico Aéreo, una tarde recibí en la Torre de Control una llamada de una avioneta civil
con identificación francesa (solicitando cruzar mi zona restringida a nivel 90)
procedente de Biarritz y destino Lisboa.
Al no tener tráfico reportado le autorizo lo solicitado y le digo que me notifique
abandonando mi zona. Así lo hace, y damos por terminada la comunicación.
El problema empieza cuando una hora más tarde, ya se había hecho de noche,
recibo nuevamente la llamada de esta avioneta notificándome que le de instrucciones
para llegar a mi aeropuerto pues se habían encontrado con una tormenta de mucha
intensidad y gran aparato eléctrico, no estaban seguros de su posición (se habían
perdido) con respecto al aeropuerto ya que fallaban los instrumentos de a bordo y solo
tenían autonomía de combustible para treinta minutos. La comunicación por radio era
buena.
Les doy una noticia desagradable, no es posible aterrizar en mi aeropuerto. Las
luces de balizaje están fuera de servicio por obras de ampliación.
Esta avería había sido publicada varios días antes en todos los Boletines de
Información Aeronáutica y los pilotos tenían la obligación de saberlo, pues al presentar
su plan de vuelo en el aeropuerto de procedencia le dan información de toda la ruta.
Pasan unos segundos, me dicen que han recibido el mensaje pero,
inmediatamente, escucho una voz de mujer hablando en un castellano con mucho acento
portugués y sollozando, muy nerviosa y pidiendo auxilio, implorando mi ayuda, pues
daban por seguro que se iban a estrellar.
Lo primero que pienso es cumplir con el Reglamento de Circulación Aérea,
según el cual es falta grave la utilización de cualquier instalación aeronáutica que se
encuentre fuera de servicio, por el grave riesgo que su uso puede presentar para
tripulantes, pasajeros y aeronaves. Me pongo algo nervioso, me olvido del Reglamento
y no sé como actuar. La pérdida de tiempo puede resultar fatal.
Me ayudo del radiogoniómetro automático y empiezo a darles los rumbos que
deben ir poniendo para dirigirse a mi aeródromo. El Aerofaro también queda activado.
Después de unos minutos interminables consigo traerlos a la vertical, oigo sus
motores y veo sus luces de navegación. Ya hemos conseguido algo pero… queda el
aterrizaje y las luces de pista no funcionan.
Lo único que se me ocurre en ese momento es mandar colocar dos coches del
Servicio contra incendios a ambos lados del final de la pista con sus rotativos en
funcionamiento para que sirvan de referencia.
Después de dos maniobras fallidas se logró aterrizar, se habían salvado unas
personas. El indicador de combustible marcaba prácticamente 0.
Estoy convencido que mereció la pena pasar tanta angustia, impotencia y miedo
por salvar a aquellas personas. Aquella noche estábamos tratando algo muy serio, un
“asunto” que no se podía dejar en manos de Leyes y Reglamentos y del cual nunca
podré olvidarme.
Víctorman

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