Descargue ValledeAran a su ordenador

Transcripción

Descargue ValledeAran a su ordenador
La Val
d’Arán
Por: María Adela Díaz Párraga
42 VIAJAMOS
Dos
VD / Fin de Semana
El valle se estira perezoso a lo largo de seiscientos kilómetros, albergando las cabeceras de los ríos Noguera
Pallaresa y Noguera Ribagorzana, aunque el río por derecho de este valle, es el Garona.
Un río majestuoso, que después
de atravesar el valle casi entero, sale
por Pont del Rei, pasa por Toulouse y
vuelca sus aguas al Atlántico, en la
vinatera ciudad de Burdeos. Y fíjense
ustedes si será importante esta
comarca, que hasta tiene lengua propia, el aranés. Una lengua viva, de
fonética suave y dulce, sin apenas
inflexiones ásperas. El aranés, pertenece al tronco occitano, y es una
variante de la lengua gascona, que se
habla en Comenge, con muchas analogías con la lengua catalana. Las
gentes que habitan estos valles, son
abiertas y amistosas. Pero mejor que
vayamos conociéndolos poco a poco.
Y ahora, si quieren, empezamos a
tener un encuentro con sus ciudades
y villas. Para empezar, Viella, que
para eso es la capital del valle.
Rodeada de altas montañas, guardada por las aguas del Garona y del
Nere, Viella es moza vieja, a la que ya
se conocía en tiempos romanos, con
el nombre de Betula. Viella es un
lugar precioso, con su casco antiguo
lleno de calles estrechas y casas antiguas, que acogen restaurantes y
bares. En esta parte triunfa en todo
su esplendor, la Capilla de San
Miguel, un edificio del románico al
VIAJAMOS
Dos
43
gótico, que empezaron a levantar allá por
el siglo XII. De esa misma época, es la
venerada talla del Cristo del Mig, que
guarda en su interior un busto de madera,
que pudo formar parte de una Bajada de la
Cruz, que fue destruida. La iglesia, tiene
por vecino al Ayuntamiento. Hay más
cosas, claro. La Torre del General
Martinon, del siglo XVII, con unas hermosas ventanas renacentistas, y que ahora
alberga el Museo Etnológico, ya verán que
colección tan maravillosa de utillajes propios de esta comarca. Casi al lado, la
casona señorial Ço de Rodes, que fue restaurada. Y el Museo de la Lana, que hay
44 VIAJAMOS
Dos
que ver la importancia que éste artículo
ha tenido en la comarca, sobre todo en el
siglo XIX, Dentro hay una maquina Mülle
Jenny, que fue muy importante en los
talleres en la época de la Revolución
Industrial. En contraste, la parte nueva,
con calles y edificios que ofrecen una animada vida comercial, en la que se mezclan los artículos de deporte tan solicitados en este lugar, nieve, aventura, y alta
montaña; con las cositas de artesanía de
la Val, las tiendas de moda, y los bancos.
Y eso que ven ahí, es el coto de
Saforcada, que una vez a la semana, se
anima con el estira y afloja del mercado.
Trasiego, que llega a su punto culminante, en las tradicionales ferias
de ganado, que se celebran de
septiembre a octubre.
Que si caen aquí por septiembre, se van a encontrar con las
fiestas patronales, la Natividad de
Ntra. Sra. en la que hacen una deliciosa romería a la antigua iglesia
del Mig Aram, donde podrán contemplar en todo su sabor, los
populares
bailes
araneses.
También en mayo, hacen una
romería la mar de típica a la pequeña ermita de Santa Quiteria, donde
pasa de mano en mano, el pan y el
queso benditos. Y el agua de la
fuente del manantial, a la que bautizan con chorritos de aguardiente.
Y es que a esta Santa, se le tiene
una gran devoción por estos lugares.
Si piensan quedarse unos días,
vale la pena que alquilen un todo
terreno, y se dediquen a hacer
excursiones por toda esta parte
del Pirineo leridano, que es una de
las mas hermosas. Y casi sin dar-
nos cuenta, hemos llegado a Les,
aduana con Francia, y es que una
vez atraviesas el Puente del Rey, te
encuentras ya en tierras francesas. Tiene el aliciente del esquí en
la estación de La Tuca, y de una
estación termal a orillas del
Garona, las Thermas de la Baronía
de Les, de aguas sulfuroso-sódicas, que dicen son mano de santo.
Se remontan al tiempo de los
romanos, y se han encontrado
altares votivos y otros objetos de
la época. Tiene una iglesia parroquial del siglo XVI, dedicada a San
Juan Bautista, con una torre románica y estilo marcadamente aranés. Pero Les, posee también la
capilla románica mejor conservada
de la Val, la de Sant Blai, de estilo
pirenaico y planta circular, donde
está enterrado nada menos que el
señor Barón de Les. Luego, si
quieren, iremos a ver el castillo
medieval de los barones, bueno,
las ruinas del castillo, porque lo
único que se conserva es la torre
del homenaje.
Y todavía no les he contado,
que Les tiene otro gran atractivo,
sobre todo para los sibaritas, porque en sus tierras alberga la factoría del famoso Caviar Nacarii. Un lugar
que se puede visitar, y donde podrán
enterarse de la historia, la cultura y la producción actual del preciado oro negro.
A lo mejor no saben que Les celebra
una de las fiestas mas antiguas de la Val
d’Aran; se llama la Fiesta del Haro, y en
ella, queman un tronco de abeto sin
ramas, el día de San Juan, y plantan otro
el día de San Pedro. Las tres ultimas parejas que se han casado durante el año,
colocan en este tronco una cruz, un ramo
de flores, y una corona también de flores.
Mientras, los viejos bailes se mecen al
son de arcaicas canciones.
En el Alto Aran, la vida se reparte entre
los pueblos que lo forman. ¿Ven aquella
pequeña villa? Es Arties, pero no se dejen
engañar por su modestia, que allí están
las ruinas del castillo de los enigmáticos
Templarios, del que solo queda la capillita
dedicada Sant Pelegri. La iglesia de Santa
VIAJAMOS
Dos
45
María, románica del siglo XII, la nave es de
este estilo, pero el retablo es gótico, como
la torre de cinco pisos, y un gran reloj.
Gótica pura, es la preciosa iglesia de San
Juan. ¡Miren que casona tan hermosa! Es
la casa de Gaspar de Portolá, un bello edificio medieval muy bien conservado, que
después de restaurarlo se ha visto convertido en Parador, lo que no es mal destino. Pero en todo el casco antiguo se van
a encontrar casas de estilo renacentista,
muy bien conservadas, compadreando
con restaurantes y bares.
Cruzando el Alto Aran, llegamos hasta
Salardú, capital del municipio de Naut
Aran; rodeada por los ríos Garona y
Unhola, es una villa la mar de pintoresca,
con rincones lindísimos, calles en cuesta,
fuentes y abrevaderos para el ganado. Su
estratégica situación, hizo que fuera una
villa fortificada en la Edad Media, y toda-
46 VIAJAMOS
Dos
vía mantiene firme parte del baluarte, de
las altas torres de lo que fue recia muralla
y del Portal de Pallars, del siglo XIII. Y tienen que ver la iglesia parroquial de San
Andrés, en la parte alta. La hicieron entre
los Siglos XII y XIII, una iglesia románica
con partes góticas, y un hermoso campanario de planta octogonal del XVI. En su
interior, guarda el crucifijo del Sant Crist
de Salardú, una impresionante talla románica, del siglo XI. Y no se pierdan un
paseito por su Plaza Mayor, con la hermosa fuentes del ochocientos. Y paseamos
por Baguergue, el pueblo habitado mas
alto de todo el valle. Vale la pena contemplar sus escalofriantes paredes verticales,
sus verdes prados, y una quesería, la
única del Valle, donde podrán ver cómo se
elabora el queso. También hay que entrar
en el museo ETH Corrau, aposentado en
una casona histórica, que guarda miles de
objetos de la vida cotidiana, y de la artesanía aranesa.
También hay que ir a Gessa, empinada
allá en lo alto, es uno de los pueblos mas
pintorescos, y además tiene unas vistas
maravillosas sobre el Mont Ronies, salpicado de setas, frambuesas y grosellas.
Tiene la iglesia parroquial de Sant Pere,
que es muy curiosa, porque sobre una
torre maciza cuadrada, se escapa hacia el
cielo, un bello campanario hexagonal.
También alberga algunos edificios del
siglo XVI y XVII. La Casa Rosa, con su
torre cilíndrica, la de Xelina Catalá, la de
Pont y la de Fradera Pont, de 1618. Y colgando en el acantilado, casi suspendida
en el aire, la ermita de Sant Martin de
Corilha, con su pequeña gruta que aposenta el altar. Dicen, que fue aquí donde
se apareció San Martin de Tours a los
vecinos del pueblo, y les pidió que le
levantaron un oratorio, a cambio de librarlos de las tormentas.
Y Tredos, entrada al Parque Nacional
d’Aiguestortes, con el río Garona repleto
de truchas, que casi se pescan solas.
Javalies y perdices habitan el lugar, para
reclamo de cazadores. Pero además,
Tredos guarda la sorpresa de una
iglesia románica del siglo XII, con
una curiosa cubierta a dos aguas de
madera. En ella se alberga la milagrera Virgen del Cap d’Aram. Y en el
término, la estación de esquí de
Baqueira Beret; para que nada falte,
también tienen un balneario, el de
Tredos, cuyas aguas sulfurosas se
utilizaban ya en la época romana, y
que se restauró no hace mucho.
En cuanto al comer, no pierden
el viaje. En sus condumios se nota,
como es natural, la influencia francesa en los patés, civets y crepes,
que aquí llaman pasteres y pescajuts. Y como el clima es algo fresquillo, lo combaten con una cocina rica
en sopas, potajes, estofados, y la
fabulosa olla aranesa. Buenas carnes de cordero y vacuno, truchas
preparadas de mil formas, y las deliciosas setas, buenas para cualquier
cosa. Y unos licorcillos caseros, a
base de frutas, que son cosa fina. El
cassis anisat, y un licor de ciruelas
pasas, el Berretxa, que resucita a un
muerto. V
D
VIAJAMOS
Dos
47

Documentos relacionados