Cultura. Entre intelectuales, gestores y militantes.1

Transcripción

Cultura. Entre intelectuales, gestores y militantes.1
Portal Iberoamericano de Gest ión Cult ural
www.gestioncultura l.org
Cultura. Entre intelectuales, gestores y
militantes.1
Jorge Eduardo Padula Perkins
Licenciado en Periodismo y Analista en Medios de Comunicación Social
Argentina
1
Artículo cedido por el autor para su difusión a través del Portal Iberoamericano de Gestión Cultural.
Resumen
La gestión, la militancia y la intelectualidad son formas de abordaje individual de la
cuestión cultural, que no aseguran por sí mismas el compromiso personal ni
ideológico, que emana del propio ser .
Palabras clave:
Gestión – cultural – intelectual – gestor – militante – ideología – compromiso
En presencia de un creciente desarrollo del quehacer cultural asociado a la figura del
gestor , parece oportuna una reflexión respecto de quienes han tenido y tienen roles
preponderantes en la materia.
Carlos Altamirano (2008) señala al intelectual como una “Figura característica de la
modernidad” que se halla “conectado al mismo tiempo, por intermedio de una
tradición y de una genealogía, con quienes en las sociedades premodernas
encarnaban el poder cultural o desafiaban la definición oficial de la realidad en
nombre de una verdad más profunda. Sacerdotes y profetas son antepasados más o
menos lejanos del intelectual” .
Definidos por Bourdieu como aquellos que en las sociedades modernas tienen “el
monopolio de la producción de los bienes culturales” (ibídem), los intelectuales
actúan en la teoría del sociólogo francés en el marco de un “campo cultural” ,
espacio relativamente autónomo en el que “luchan por el monopolio de la
producción cultural legítima con arreglo a estrategias que dependen de la posición
que cada actor , individual o colectivo, ocupe en el campo” (ibídem).
Estos intelectuales aparecen entonces como los productores históricos de hechos
culturales, fueren sacerdotes, profetas, escritores, actores, artistas plásticos o
filósofos.
www.gestioncultural.org
[email protected]
2 de 7
Por su parte, los militantes de la cultura, se presentan como actores menos
formales, alternativos y profundamente comprometidos con una orientación
ideológica. Por definición el militante es quien adopta y defiende una ideología.
Para la agrupación estudiantil Franja Morada el militante “cree en una verdad que lo
trasciende y da sentido a su vida. Esta verdad es su ideología, la ideología que
comparte con sus compañeros y expresa su lucidez. La ideología que hace de él un
sujeto y no un objeto de la historia.”
(http://www.siemprefranjamorada.com.ar/que-es-un-militante - sin fecha)
El escritor Alfredo Di Bernardo (2009), refiriéndose a sí mismo, dice en un
reportaje: “Me defino, primero, como escritor y después como una categoría que
sería militante cultural porque creo que la tarea del artista no se agota en su
actividad, específica y técnica, sino que se extiende al utilizar esas facultades en
función de algún fin que ayude a modificar la realidad en que está. En mi caso tiene
que ver con la difusión y el trabajo con gente joven. Y si bien no he tenido esa
experiencia
de
la
militancia
política,
rescato
la
cuestión
de
hacer
algo
desinteresadamente, en función de un propósito o una meta” .
Más cercana a nuestros días, aunque sin anular la vigencia de las figuras expuestas,
aparece la del gestor cultural. La tecnicatura en la especialidad, ofrecida por la
Universidad Nacional de Mar del Plata señala al respecto que:
“Al término de la carrera el Técnico Universitario en Gestión Cultural, será capaz de:
•
Planificar , gestionar y evaluar proyectos culturales en ámbitos públicos y
privados.
•
Asesorar y coordinar museos, centros culturales, parques y ámbitos temáticos
naturales y/o paisajísticos, acciones de puesta en valor de bienes patrimoniales y
comunitarios en general, capaces de brindar distintas actividades de animación
socioculturales y educativas.
•
Ofrecer alternativas al uso del tiempo libre en la sociedad en el marco del
municipio y región en la que se desempeña el graduado.
www.gestioncultural.org
[email protected]
3 de 7
•
Analizar críticamente distintas manifestaciones del arte y la cultura en
general.
•
Diagnosticar y realizar estudios de campo a los efectos de poner en marcha
diferentes proyectos en la localidad y en la región.”
Así entonces el gestor cultural se presenta como un profesional capacitado
técnicamente para el desempeño de tales funciones. No obstante sus atribuciones
no se reducirían al aspecto formal, sino que debería estar en condiciones de
involucrarse desde una perspectiva de mayor compromiso político.
Para Kusch, citado por Olmos y Santillán Guemes (2004) “lo que el gestor cultural
recoge es la voluntad cultural. Esta, por su parte, puede cristalizarse de muchas
maneras, ya sea en política, en costumbre o en expresión artística”… es, afirman los
autores, “un operador del sentido y, en consecuencia, un factor clave a la hora de la
decisión cultural, a la hora de optar entre lo cultural y ‘lo ajeno’” .
¿Entonces, por formación académica el gestor cultural torna en un intelectual y por
compromiso en un militante de la cultura?
¿Y acaso el intelectual no puede ser gestor y militante?
¿No puede ser el militante, en algunos casos, no sólo un individuo comprometido
ideológica y emocionalmente, sino también un gestor eficiente y un intelectual
socialmente aceptado?
Adolfo Colombres (2008) estima como claras las diferencias al afirmar que “el perfil
del gestor cultural nada tiene ya que ver , gracias a la creciente colonialidad de las
ciencias sociales, con el de un militante de base que opera en su cultura y desde
ella se proyecta hacia los otros campos del quehacer , para fortalecer la identidad y
conciencia de su comunidad a fines de que ésta pueda defenderse mejor de toda
forma de opresión” . Más aun, anatematiza su funcionalidad aseverando que “se
trata más bien de un profesional con formación universitaria, por lo común
www.gestioncultural.org
[email protected]
4 de 7
proveniente de la clase media e incluso alta, o de un intelectual con un vasto
currículum vitae y cursos de postgrado en el exterior que ostenta como broches de
oro” (ibídem).
A la luz de estas afirmaciones, los interrogantes antes planteados parecen tener
como respuesta común que la formación en gestión cultural no garantiza la eticidad
de su desempeño en función de las necesidades culturales de los grupos o sectores
sociales que reclaman su visibilidad en el espacio hegemónico, en tanto “un gestor
cultural no puede ir a gestar creativamente las culturas subalternas, pues eso sería
usurparles un rol fundamental para su liberación con un método paternalista, por
seductores que resulten sus frutos” (ibídem) y sólo si se limitase “a proveer , a
activar los mecanismos de la conciencia reflexiva y apoyar humildemente el proceso
con las armas de su especialidad, pero como un simple asesor” estaría ofreciendo
una contribución positiva, papel que, según Colombres (2008) “muy pocos gestores
se allanarán a cumplir” por “simple y subordinado….después de haber estudiado
varios años para conducir los ‘altos destinos’ de la cultura” .
Desde otra perspectiva ideológica, el peruano Germán Carnero Roqué (2007),
entrevistado por
Rosina Varcalcel, ante la pregunta ¿El gestor cultural es una
militancia?, responde afirmativamente: “Sí. Yo adquirí una dimensión muy
importante que es la de la gestión cultural, porque yo creo que los problemas
fundamentales de la humanidad son problemas culturales, y de lo que se trata es de
lograr una cultura de paz y la cultura de paz no es más que la democracia; me
impregné de la saludable filosofía "Unesquiana" (dice en relación con su actividad en
la UNESCO) .A través de los cargos fui asumiendo la cuestión cultural como una
militancia, sigo en eso de una manera u otra y ahí estaré hasta cuando pueda… el
interés por la cultura en las élites gobernantes es mínimo, hay que buscar recursos,
estoy convencido que los grandes problemas del Perú son problemas culturales.
Este desencuentro cultural que padecemos desde la conquista española está ahí
todavía, está ahí, pues, y significa intolerancia, racismo, prejuicios. ”
www.gestioncultural.org
[email protected]
5 de 7
Más allá del uso descalificador que de la denominación hace Colombres (ob.cit.), los
intelectuales ofrecen también una perspectiva de inconformismo creador . Para
Gramsci, según Altamirano (2008) “cada clase genera sus propias categorías
intelectuales –los intelectuales ‘orgánicos’ de una clase-, pero la disputa por la
supremacía social requiere también el esfuerzo por conquistar ideológicamente a los
intelectuales procedentes de otros grupos –los intelectuales ‘tradicionales’-“,
situación en la cual la sociedad civil era vista como “el espacio de un combate
cultural que hacía de los intelectuales actores centrales de la lucha por el consenso
y la conquista de la hegemonía” (ibídem).
Como poseedores del capital cultural, los intelectuales son para Bordieu (citado por
Altamirano, 2008) “miembros de la clase dominante pero en la condición de fracción
dominada de los dominantes. Esta posición socialmente ambigua –dominados entre
los dominantes- los inclina a “mantener una relación ambivalente, tanto con las
fracciones dominantes de la clase dominante (‘los burgueses’) como con las clases
dominadas (‘el pueblo’)” .
A la luz de lo referido se deduce que el compromiso con la cultura y el marco
ideológico dentro del cual éste se asume, es lo que marca las diferencias y no así la
dimensión personal/profesional (intelectual, gestor cultural o militante) desde la
cual se produzca el involucramiento.
www.gestioncultural.org
[email protected]
6 de 7
Bibliografía y fuentes:
Altamirano, Carlos (2008): Voz “Intelectuales” . Altamirano, Carlos: Términos
críticos de sociología de la cultura, Paidós, Bs.As.
Carnero Roqué, Germán (2007): Carnero Roque: Cantos y confesiones por Rosina
Valcarcel. En línea. http://isla_negra.zoomblog.com/archivo/2007/12/29/germanPeru-Carnero-Roque-Cantos-y-con.html [Consulta: 31-DIC-2009]
Colombres, Adolfo (2008): Jugar en el bosque cuando el lobo no mira ¿Militancia
cultural o gestión profesional?. En: II Congreso de Cultura, Mar del Plata,
septiembre 2008. En línea. http://www.scribd.com/doc/6000540/Militancia-Culturalo-Gestion-Profesional [Consulta: 31-DIC-2009]
Di Bernardo, Alfredo (2009): Declaraciones al diario “El Litoral.com” . En línea.
http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2009/01/03/nosotros/NOS-05.html
[Consulta: 30-DIC-2009]
Olmos, Héctor A. y Santillán Güemes (2004): “El mundo en gestión” . En: “El gestor
cultural. Ideas y experiencias para su capacitación” , CICCUS, Buenos Aires.
http://www.siemprefranjamorada.com.ar/que-es-un-militante/. En línea. [Consulta:
30-DIC-09]
http://www.mdp.edu.ar/uabierta/general.htm [Consulta: 31-DIC-2009]
www.gestioncultural.org
[email protected]
7 de 7

Documentos relacionados