Teórico Archivo
Transcripción
Teórico Archivo
EL FLAN Es uno de los postres más populares donde el huevo se usa como gelificante. En esta preparación se manifiesta con gran impacto el poder gelificante de los huevos. Sometemos al calor una mezcla líquida y, si la dejamos enfriar, obtenemos un sólido elástico con mucha agua retenida. El resultado de esta operación es riquísimo. ¿Qué veríamos si pudiéramos espiar lo que le va ocurriendo a la preparación a medida que se calienta? Al principio, las proteínas están en su forma nativa y mucho más separadas entre sí que en el huevo; por eso la preparación está tan líquida como cuando recién la colocamos al calor. Cuando la temperatura comienza a subir, las proteínas del huevo se van desnaturalizando y atrapan agua, haciendo que la preparación se espese cada vez más a medida que se van sumando proteínas desnaturalizadas. Cuando sacamos el flan del horno, algunas proteínas empiezan a asociarse entre sí, pero no en cantidad suficiente como para mantener la forma del molde. Si tratamos de desmoldar el flan en ese momento, su consistencia será de una crema inglesa más concentrada, menos fluida, pero nunca conservara la forma. Si dejamos que la mezcla se enfrié en la heladera y esperamos por lo menos 12 horas, veremos que la preparación ha formado un gel, lo cual significa que podemos desmoldar los flancitos sin que pierdan su forma porque las proteínas han atrapado toda el agua. Lo que ocurre es que a medida que la temperatura disminuye, las moléculas van dejando de moverse y tienen la oportunidad de encontrarse, de unirse unas con otras de manera más estable y de formar una red que atrapa toda el agua. Que debemos hacer y que no, a la hora de realizar un flan: - - - Calentar la leche, para acortar el tiempo de cocción, por ende el tiempo que expondremos a las proteínas de los huevos al calor del horno, obteniendo así mejores resultados. Generalmente usamos la proporción de 1 huevo – 2 Cdas. azúcar – 1/2 T leche. Agregar los huevos a la leche caliente batiendo continuamente, para evitar que estos se coagulen. No debemos batir demasiado los huevos para no incorporarles mucho aire. La temperatura aconsejada del horno es de 175ºC a baño María. No recocinar los flanes, ya que la sobre cocción coagula demasiado las proteínas de los huevo y aparecerán burbujas a los lados del flan y también en su interior; si la temperatura del horno es muy alta no lograremos una buena textura en el flan. Se pueden colocar en moldes enmantecados o caramelizados, lo podemos espolvorear antes de hornearlo con nuez moscada, o servirlo con crema chantilly, salsa de caramelo o frutas. La consistencia de los flanes depende de la proporción de huevos y leche y de la forma de cocción. A mayor cantidad de yemas en el flan, más tierno y amarillo queda. Se pueden sustituir una yema por dos claras, así logramos mayor consistencia, menor tenor graso, pero también afecta el color y el sabor, quedando menos apetecible. Una mezcla de flan sin azúcar la usamos muchas veces como base para platos salados, por ejemplo los quiches.