celebrando - Seminario Metropolitano San Aton

Transcripción

celebrando - Seminario Metropolitano San Aton
Señor, Jesucristo,
Pastor bueno,
tú que conoces a todas tus ovejas y sabes
cómo llegar al corazón de los que buscan
y esperan una palabra de verdad para su vida;
hazles sentir que sólo en ti
pueden encontrar plena luz;
da valor a los que saben dónde encontrar la verdad,
pero temen que tu llamada sea demasiado exigente;
sacude el alma de los que quieren seguirte
en el ministerio sacerdotal,
pero no saben vencer las dudas y los miedos,
y acaban por escuchar otras voces.
Tú, que eres la Palabra que ilumina
y sostiene los corazones,
suscita en aquellos a quienes llamas
valor para dar la respuesta de amor:
“¡Heme aquí, envíame!”
“Para ser feliz”
DÍA DEL SEMINARIO 2008
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celebrando
guión litúrgico
ORACIÓN
Día del Seminario
9 de marzo 2008
GUIÓN LITÚRGICO
“Para ser feliz”
ste año 2008 la solemnidad de San José, por coincidir con el
Miércoles Santo, se traslada al día 9 de marzo, V Domingo
de Cuaresma, manteniendo íntegramente la liturgia de ese
domingo.
E
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9 de marzo
guión litúrgico
Monición de entrada
Celebramos hoy, en el quinto domingo de Cuaresma, el Día del
Seminario con el lema «Para ser feliz». En estas palabras se quiere
expresar la felicidad a la que están invitados los que son llamados al
sacerdocio. Entre ellos están los que han respondido al Señor y se
preparan en el Seminario para realizar este servicio en la Iglesia y
los que ya ejercen su ministerio en las distintas comunidades a las
que han sido enviados. Este medio de realización personal es una
opción de felicidad; los que son llamados a esta tarea son felices
porque hacen felices a los demás celebrando, anunciando, sirviendo
y siendo germen de unidad, como manifiesta el cartel de esta campaña.
A pesar de que la llamada del Señor es «para ser feliz», la realidad actual de nuestro Seminario de Mérida-Badajoz es que este
año cuenta solamente con trece seminaristas mayores preparándose
para ser sacerdotes.
Tengamos presentes en esta eucaristía y en nuestra oración a
todos ellos, para que vivan la felicidad que conlleva este ministerio
y sean cada vez más los llamdos.
Acto penitencial
V/ Tú que transformas la vida del que te responde.
R/ Señor, ten piedad.
V/ Tú que nos haces felices con tu presencia.
R/ Cristo, ten piedad.
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V/ Tú que nos llamas a perder la vida para ser felices.
R/ Señor, ten piedad.
en él es muy posible SER feliz. (El sacerdote puede introducir aquí
su testimonio personal: ¿en qué medida y por qué me siento feliz
siendo sacerdote?).
SER feliz en la vida sacerdotal siempre va unido al HACER
feliz a otros y el sacerdote lo hace, como presenta el cartel, anunciado al Palabra que es la clave de la felicidad para todos, celebrando los sacramentos –fuentes de Vida y sentido–, sirviendo a todos
los que puedan necesitar algo, uniendo a los que formamos la familia de la Iglesia y a todos los hombres. Y todo ello desde el amor
como signo del cariño del Padre hacia todos sus hijos.
5. Al final, como consecuencia de aquel acontecimiento en
Betania, todos los que estaban presentes tomaron una postura, porque la llamada solicita una respuesta: muchos judíos «al ver lo que
había hecho Jesús, creyeron en Él».
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V domingo de cuaresma
Tú y yo también tenemos que responder hoy a Jesús, tenemos
que tomar postura. ¿Estamos dispuestos a creer hoy en su palabra
con todo lo que significa? ¿Estamos dispuestos a tomar conciencia
de nuestras «muertes», «infelicidades» y «sin-sentidos»? ¿Creemos
que Cristo nos ofrece una propuesta de felicidad y vida que puede
romper todas nuestras ataduras? ¿Si a ti, joven, te llamara a un camino de felicidad en la vida sacerdotal estarías dispuesto a seguirlo?
¿Si a alguno de vuestros hijos, padres, el Señor lo llamara al sacerdocio, estaríais dispuestos a acompañarlo? ¿Y nosotros todos estamos dispuestos a orar por las vocaciones y a trabajar para que dentro de nuestra comunidad cristiana surja alguna vocación al ministerio ordenado?
6. En este día en que tenemos especialmente presente al
Seminario pidamos por los que están percibiendo signos de llamada y les cuesta responder, por los que han respondido y se preparan
para ser sacerdotes y también por todos los sacerdotes que un día
recibimos esta llamada del Señor. Pidamos como Iglesia, como
familia, que el Espíritu nos toque con su gracia y nos haga disfrutar
en profundidad del ministerio sacerdotal.
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3. La palabra de Jesús es una palabra liberadora que vence la
muerte y todas sus manifestaciones: «¡ven fuera!». Es una palabra
que hace libre al hombre y le permite caminar: «Desatadlo y dejadlo
andar». Es una invitación a la felicidad. Su propuesta también
manifiesta la identidad de Jesús: «Yo soy la resurrección y la vida»,
y el sentido más profundo de su misión: comunicar a los hombres la
Vida plena, la felicidad, de Dios. Estas palabras de Jesús interpelaron a Marta: «¿Crees esto?» Y su respuesta fue una preciosa confesión de fe: «Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios,
el que tenía que venir al mundo».
La vida que ofrece Cristo no es sólo la vida eterna después de
la muerte. Es una realidad cotidiana, es salvación, es sentido, es felicidad para el presente. ¿En qué momentos de mi vida me he sentido más feliz, más lleno? ¿Qué lugar ocupaba en aquel momento
Jesús en mi vida?
También hoy nos dice Jesús a cada uno: «¡ven fuera!», ven a la
vida, al sentido, a la felicidad. ¿Creo de verdad esta propuesta de
Jesús? ¿Considero que su seguimiento puede ofrecer a mi vida sentido y felicidad? ¿Qué me pasaría si hoy me dejara desatar por Él?
¿Qué cambiaría si hoy lo aceptara como la fuente de mi vida?
4. El cartel del día del Seminario, que hoy celebramos, pone
delante de nosotros la imagen de una cruz en la que puede leerse
«PARA SER FELIZ». Desde Cristo es posible ser feliz.
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Desde la llamada de Jesús, los sacerdotes hemos descubierto
una vida en la que se es feliz, aunque no falten las dificultades. El
camino del sacerdocio no es un camino de infelicidad; al contrario,
Monición a las lecturas
En la primera lectura el Señor nos anuncia una gran noticia, que
la muerte no tiene la última palabra, sino la vida, la Vida que Él
mismo da mediante su Espíritu: «os infundiré mi espíritu y viviréis».
En la segunda lectura el apóstol Pablo habla de ese mismo Espíritu,
«el Espíritu del que resucitó a Jesús». El relato del Evangelio de
Juan nos presenta a Jesús como la resurrección y la vida. Que esta
palabra que se nos presenta hoy nos haga conscientes a todos de que
creer en Jesucristo nos trae el verdadero sentido de nuestras vidas.
Oración de los fieles
Recemos todos juntos al Señor, que no deja de llamarnos a ser
felices con Él y con nuestros hermanos. Oramos diciendo: Atiende
nuestra plegaria, Señor.
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¿Cuáles son hoy las situaciones en las que nos sentimos infelices? ¿Ante qué situaciones no encontramos sentido? ¿Qué lugar
dejamos que Jesús ocupe en ellas? Jesús, que no es ajeno a nuestro
dolor, puede ofrecernos una mano tendida de consuelo y de sentido,
porque sus lágrimas no son reflejo de una resignación humana, sino
de una solidaridad y una empatía total con los que sufren.
1. Por el Papa Benedicto XVI y por todos los Obispos, para que
fieles al ministerio que han recibido transmitan la Buena Noticia,
que es noticia de alegría. Roguemos al Señor.
2. Por nuestro Obispo Santiago y el presbiterio de MéridaBadajoz, para que seamos sembradores de unidad, esperanza y fraternidad. Roguemos al Señor.
3. Por nuestro Seminario Metropolitano San Atón, para que
cada día los seminaristas y todas las personas que forman aquella
Casa renueven el sí generoso que un día dieron al Señor. Roguemos
al Señor.
4. Por todos los que son llamados por el Señor al sacerdocio o
a la vida consagrada, pero no escuchan su llamada por distintas circunstancias, para que abran sus corazones al Señor y todos les ayudemos a ellos. Roguemos al Señor.
5. Por todos los niños, jóvenes, monitores y responsables del
Plan Diocesano de Animación Vocacional (Mar Adentro, Damasco
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6. Para que las familias sean la fuente en la que surjan cristianos que se comprometan con el Señor para hacer un mundo mejor.
Roguemos al Señor.
7. Por todos nosotros, los aquí reunidos, para que encontremos
nuestra felicidad respondiendo afirmativamente a la llamada que
Jesús nos hace. Roguemos al Señor.
Monición de despedida
Jesús da color y sabor a nuestra vida, da la verdadera alegría; lo
hemos vivido y escuchado en la Eucaristía. Salgamos y proclamémoslo con todas nuestras fuerzas para que todos puedan contemplar
la felicidad que supone seguir a Jesús.
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y Pozo de Jacob), para que realicen siempre en sus vidas lo que Dios
quiere de ellos y sean felices así. Roguemos al Señor.
Dios y Señor nuestro, que nos llamas a seguir a tu Hijo Jesús
para que nuestras vidas tengan verdadero sentido, acoge las peticiones que te presentamos con confianza. Por Jesucristo nuestro Señor.
Ofertorio
Móvil. Te presentamos Señor este móvil, símbolo de la llamada por parte de Dios a los jóvenes. Dios sigue llamando para ser
felices.
Calendario del Seminario. Te presentamos el calendario de
este curso de nuestro Seminario. Que no decaiga nuestra oración por
los que lo forman.
Estola. Te presentamos también Señor esta estola, símbolo del
ministerio sacerdotal. Queremos que nuestros sacerdotes sigan contagiándonos la felicidad que supone su ministerio.
Monición antes de la colecta
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Hemos pedido por el Seminario, hemos pedido para que gocen
de la felicidad de su vocación. Pero necesitamos poner junto al pan
y al vino nuestra aportación económica para seguir contribuyendo
también de esta manera al fortalecimiento de las vocaciones. La
colecta de hoy será entregada al Seminario para su mantenimiento.
Posibles pautas para la homilía
1. La liturgia de este domingo nos prepara para el misterio pascual hablándonos de la victoria de Jesús sobre la muerte. Juan nos
presenta el séptimo signo de su evangelio: Jesús enfrentándose al
mayor drama del hombre, la muerte.
2. El punto de partida es la muerte de Lázaro, un amigo de
Jesús. Una muerte ante la que ya parece que no se puede hacer nada.
Una muerte ante la que sólo cabe el dolor y el llanto. Tal vez no
esperaban nada de Jesús en aquella situación. ¿Podría Él hacer algo?
La muerte real que nos pasa de cerca o de lejos –en catástrofes
naturales, guerras, atentados,…– nos plantea a todos el sentido de la
vida: vivir, ¿por qué?, ¿para qué? También la muerte en un sentido
más figurativo desde un punto de vista más psicológico, emotivo o
espiritual –como pueden ser situaciones de depresión, desorientación, angustia, desesperación…– nos cuestiona sobre el sentido de
la vida. Y unido a la cuestión por el sentido puede uno preguntarse
si Jesús tiene capacidad para vencer esas realidades de muerte.
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