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Parrocomentarios
¿Era necesario padecer?
Domingo 1 de Abril, 2007
Continuamente vemos en la televisión los sufrimientos de los hombres en los combates de
guerra, en la miseria, en las catástrofes naturales, y ello trae a nosotros la pregunta: ¿debe
ser así? ¿Quién lo causó o no lo impidió? Sin duda, nos es más comprensible la vía del
triunfo y del poder; no así la vía del sufrimiento y de la donación de uno mismo.
La experiencia del dolor habilita al profeta de una manera muy particular para llevar una
palabra de consuelo a los propios hermanos. Jesús renuncia a la igualdad con Dios, y
emprende un camino de despojo. Ha rechazado la espectacularidad y ha preferido el pasar
de incógnito. Hay un rechazo suyo al poder y de dominio, ha abierto un camino insólito al
cristiano: el de la renuncia, el de la pobreza. El de humillarse. Por lo que fue tenido
simplemente por un hombre.
Para salvar al hombre como tal, Cristo debía nacer como los otros hombres. Para santificar
el trabajo humano, Jesús trabajó como hombre. Para santificar el trabajo humano, trabajó
como hombre. Para dar fuerza en las debilidades humanas, Jesús acepto ser un niño, un
prófugo, un predicador cansado, incomprendido y odiado. Al final, para librarnos de la
muerte, aceptó también la muerte humana en su forma más horrenda.
«En la cruz está la salvación, en la cruz está nuestra redención». Todo lo que Cristo ha
asumido es salvado. Y si encontramos un poco la cruz en todo lo que hacemos, significa que
en todo Dios nos conduce hacia El. Jesús nos propone abajarnos, humillarnos, servir a los
otros y ofrecernos como don.
Pbro. Lic. José Lamberto López Rosas
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