arquitectura popular del Campo de Calatrava

Transcripción

arquitectura popular del Campo de Calatrava
La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
La arquitectura popular del Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
-Autora:
Irene Fernández Villegas. Licenciada en Historia del Arte
-Arquitectos:
Juan Francisco Racionero de la Calle.
Teodoro Sánchez-Migallón Jiménez.
-Coordinador:
Isidro G. Hidalgo Herreros. Arqueólogo
-Director:
Carlos Corella Anaya
Asociación para el Desarrollo del Campo de Calatrava
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
ÍNDICE
O. INTRODUCCIÓN (metodología y objetivos)
1.¿QUÉ ES LA ARQUITECTURA POPULAR?
2. LA ARQUITECTURA POPULAR EN EL CAMPO DE CALATRAVA:
PATIOS, QUINTERIAS Y VENTAS.
2.1.El Campo de Calatrava.
2.1.1. Evolución histórica.
2.1.2. Un espacio geográfico. Su influencia en la arquitectura popular.
2.2. Arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
2.2.1. Materiales y técnicas de construcción.
2.2.2. Análisis iconográfico.
2.2.3. Tipología de la arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
2.2.3.1. La casa urbana.
2.2.3.2. La quintería.
2.2.3.3. La venta.
2.3. Inventario de elementos.
2.3.1. Alero.
2.3.2. Bodegas.
2.3.3. Carpinterías.
2.3.3.1. Balcones
2.3.3.2. Puertas
2.3.3.3. Ventanas
2.3.4. Chimeneas
2.3.5. Escaleras
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
2.3.6. Herrajes
2.3.7. Palomares
2.3.7.1. Palomar Camino de Valdecañas
2.3.7.2. Palomar-Ermita de Santiago
2.3.7.3. Palomar de Venta de Borondo
2.3.8. Pavimentos
2.3.9. Rejerías
2.3.10. Pozos
2.3.11. Sistema estructural de galerías
2.3.12. Vanos
2.4. Ejemplos destacados
2.4.1. Venta de Borondo
2.4.2. Quinterías
2.4.2.1. Quintería camino de Barajas
2.4.2.2. Quintería camino de Torralba a las Nieves. I
2.4.2.3. Quintería camino de Torralba a las Nieves. II
2.4.3. Patios
2.4.3.1. Casa - patio en Ballesteros de Ctva (Calle Virgen, 11)
2.4.3.2. Casa - patio en Bolaños (Calle Cristo, 19)
2.4.3.3. Casa – patio en Valenzuela. Plaza de la Constitución
2.4.3.4. Casa - patio en Torralba. Calle Real 13
3. BIBLIOGRAFÍA.
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
0. INTRODUCCIÓN (Metodología y objetivos).
Las edificaciones de carácter popular en el Campo de Calatrava son una
de las manifestaciones artísticas más interesantes y menos estudiadas de
nuestro entorno. Por ello, la Asociación para el Desarrollo del Campo de
Calatrava propuso en 2003 el desarrollo del Plan Director de Calidad Estética
Urbana, que en una primera fase tuvo la finalidad de realizar un inventario de
las construcciones de origen popular de la comarca.
En la actualidad, nuestro objetivo ha sido llevar a cabo un análisis más
exhaustivo de los edificios y restos constructivos de carácter popular de
nuestros pueblos, y más concretamente de viviendas, y construcciones urbanas
y rurales de uso doméstico y agropecuario, entendiendo por ello, patios,
quinterías y ventas, con especial mención a la Venta de Borondo.
Los pueblos que integran el Campo de Calatrava, y que han sido objeto
de nuestro estudio son: Aldea del Rey, Almagro, Ballesteros de Calatrava,
Bolaños
de
Calatrava, Carrión
de
Calatrava, Granátula
de
Calatrava,
Miguelturra, Pozuelo de Calatrava, Torralba de Calatrava, Valenzuela de
Calatrava, Villanueva de San Carlos y Villar del Pozo.
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
Tenemos que tener en cuenta que la sensibilidad ciudadana hacia el
patrimonio histórico-artístico es cada vez mayor y que existe una conciencia
colectiva en auge hacia la conservación del mismo. Por este motivo, es
necesario que tengamos un mayor conocimiento del patrimonio etnológico, de
los bienes inmuebles con más de 100 años, incoados para ser declarados B.I.C.,
según el art. 23 de la Ley de Patrimonio de Castilla-La Mancha, y que integran
el paisaje del Campo de Calatrava, porque sólo conociendo y estudiando
nuestro patrimonio podremos conservarlo.
En esta investigación, hemos tratado de describir algunos de los
elementos que componen este patrimonio, en concreto varios edificios urbanos
y rurales, de construcción popular, y conocer las diferentes tipologías
predominantes en la comarca y las características de cada una de ellas.
En definitiva, nos hemos preguntado cuales son los invariantes de estos
edificios, sus elementos constructivos más característicos, su composición, sus
trazas, sus principios básicos. De este modo, hemos estudiado unas tipologías
concretas como son las casas urbanas, complejos destinados a vivienda y
almacenes agropecuarios en desuso, es decir, como la casa-patio integrada en
el entorno urbano, y las casas o caseríos rurales, como las quinterías y ventas
que aparecen diseminadas por el paisaje del Campo de Calatrava.
Cada cultura ha dejado su huella en la casa popular, de manera que se
puede rastrear la evolución de técnicas constructivas, como el tapial, desde
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época medieval, el mampuesto desde el Bronce Medio o la influencia del
“impluvium” romano en los patios del Campo de Calatrava.
Estas descripciones van acompañadas de un material gráfico como
planos, alzados y fotografías de las edificaciones más significativas.
En definitiva, esta sería la línea argumental de esta aproximación al
análisis de las edificaciones o inmuebles populares en el Campo de Calatrava.
1. ¿QUÉ ES LA ARQUITECTURA POPULAR?
En primer lugar, y para entender el sentido de este trabajo, es
fundamental definir que es la arquitectura popular, y para ello nos basaremos
en el tratado de Carlos Flores sobre arquitectura popular española y en el
artículo sobre arquitectura popular manchega de Miguel Fisac.
De modo que definimos arquitectura popular como «la arquitectura que
hace el pueblo. Con mayor rigor se podría decir que es la arquitectura que
hacen el pueblo y el tiempo.» (Miguel Fisac, 1985: 17).
La arquitectura popular es el resultado de la sabiduría de muchas
generaciones que han dejado su huella en el Campo de Calatrava.
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Si queremos analizar exhaustivamente la arquitectura popular, nos
encontramos siempre con dos factores esenciales: «su condición artesana de lo
hecho a mano y su lenta gestación. Y son esos dos factores los que le
proporcionan
esa
realidad
de
permanencia,
de
inmutabilidad,
de
intemporalidad. Porque la arquitectura popular no es ni de antes ni de ahora:
sencillamente es. Por eso de una arquitectura popular en desuso no quedan
ruinas, ni menos aún ruinas gloriosas: sino un montón de escombros.» (Miguel
Fisac, 1985:17).
En su tratado sobre Arquitectura Popular Española, Carlos Flores dice:
«La arquitectura popular es una arquitectura existencial, un fenómeno vivo y
nunca un ejercicio de diseño, es la arquitectura del sentido común».
En las edificaciones populares podemos comprobar dos aspectos: el
intrínsecamente arquitectónico, con un contenido formal como obra de arte. Y
la expresión testimonial de la manera de ser un pueblo, con toda la riqueza
psicológica y sociológica que esto proporciona.
Carlos Flores (1973: 14) define la arquitectura popular en veinticuatro
puntos que tratan de concretar un poco más en que consiste este tipo de
arquitectura. Expondremos, a continuación, tales características:
1) Enraizamiento en la tierra y en el pueblo. La arquitectura popular
surge como respuesta a las necesidades y posibilidades de sus usuarios y a las
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exigencias derivadas de la tradición religiosa y cultural de la zona geográfica en
que se produce.
2) Predominio del sentido utilitario que informa todo el vivir de sus
creadores-usuarios. Funcionalismo hasta donde los limitados conocimientos
técnicos de sus autores permiten llegar.
3) La arquitectura popular se encuentra siempre fuertemente ligada a la
tradición de la zona, no sólo respecto a las técnicas constructivas sino en
cuanto al sentido plástico y a la manera de distribuir los diversos recintos.
4) La arquitectura popular raramente introduce innovaciones gratuitas.
Cuando admite una novedad lo hace apoyándose en razones lógicas muy
poderosas. El arquitecto popular, al construir su casa, da por supuesto,
tácitamente, que será semejante a todas las demás que la rodean.
5) La arquitectura popular se caracteriza por un enfoque mental en el
que apenas hay lugar para la afectación o la frivolidad. Es la arquitectura del
sentido común.
6) El factor económico ejerce sobre ella un efecto importante, si bien,
generalmente, no se ahorra en aquello que a la larga originaría mayores
dispendios: espesor de muros, seguridad en la cubierta, etc.
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7) Las complicaciones constructivas que una determinada obra popular
parezca presentar, lo son muchas veces, en mayor grado para el observador
actual, ajeno a ella, que para sus realizadores para quienes su construcción tal
vez no supuso un esfuerzo excepcional al estar familiarizados por tradición y
costumbre con la técnica y los sistemas utilizados.
8) Tanto la técnica como los materiales utilizados pertenecen a una
época pre-industrial, si bien la producción industrial ha facilitado el trabajo del
constructor popular en lo que a provisión de herramientas se refiere.
9) En lo que concierne a los aspectos visuales, la arquitectura popular
deriva de un planteamiento generalmente desprovisto de todo prejuicio acerca
de los efectos plásticos, lo que no supone en cada caso una despreocupación
absoluta al respecto.
La arquitectura popular abre un hueco allí donde resulta más
conveniente o cierra, según sus necesidades, total o parcialmente una galería
exterior sin detenerse a considerar de antemano, por lo general, el efecto
plástico que se derivará de su acción. Tal actitud dará lugar a soluciones
inesperadas que pueden resultar sorprendentes y nuevas desde un punto de
vista estético. Este carácter diverso e imprevisible, que constituye uno de los
grandes atractivos de la arquitectura popular, raramente se da en la profesional
o culta, donde la composición suele obedecer a reglas o pautas establecidas.
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10) La economía de medios materiales con que la arquitectura popular
se lleva a cabo puede suponer, aunque parezca paradójico, una circunstancia
de influencia positiva. El despojamiento de casi todo lo no estrictamente
necesario le confiere unas condiciones de sobriedad y elegancia a las que el
arquitecto popular difícilmente accedería teniendo a su alcance una mayor
riqueza de posibilidades.
11) Los errores o fallos estéticos que, desde un punto de vista culto,
pueda ofrecer la arquitectura popular casi siempre suponen la exteriorización
del planteamiento sencillo o ingenuo con que tal actividad fue acometida por
sus creadores. Ocurre entonces que tales “errores” en lugar de constituir un
aspecto negativo dentro de la obra llegan, incluso, a aumentar su atractivo.
12) Entre los aspectos que, pudiéramos decir, “ennoblecen” la
arquitectura popular se encuentran el cariño y esfuerzo puesto a contribución
por sus autores al realizarla. También el carácter natural de los materiales
empleados, ajenos a cualquier tipo de moda o uso injustificado.
13) El arquitecto popular persigue, por lo general, la realización de una
obra definitiva que será utilizada por él mismo y sus descendientes.
14) La arquitectura popular es, habitualmente, una arquitectura de
módulo unifamiliar. A penas es posible, por lo general, la construcción de
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conjuntos de viviendas populares si bien estos pueden llegar a formarse
posteriormente mediante un fenómeno de agregación.
15) En el lenguaje de la arquitectura popular es evidente la ausencia de
“estilos históricos”, si bien, en ciertos casos, puede encontrarse un reflejo o
transposición ingenuos de términos pertenecientes a tales estilos. El hecho de
no obedecer esta actividad a una sucesión cronológica de repertorios formales
anula la posibilidad de dividir su estudio en períodos estilísticos.
El carácter eminentemente utilitario de la arquitectura popular suprime,
por otra parte, cualquier respeto hacia el lenguaje de la arquitectura culta.
16) Como característica específica de la arquitectura popular hay que
considerar la importancia que dentro de ella alcanzan las construcciones
complementarias: molinos, palomares, pajares, chozos, etc., sin apenas
existencia o relieve dentro de la arquitectura culta.
17) La arquitectura popular es una arquitectura existencial, un fenómeno
vivo y nunca un ejercicio de diseño por el que se perciben unos honorarios.
18) La arquitectura popular no es un objeto de especulación. Su
realización persigue la satisfacción de unas necesidades, no el logro de un
beneficio económico.
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19) La arquitectura popular no se propone habitualmente la expresión de
conceptos generales o universales ni de ideas simbólicas. Tampoco supone una
expresión de poder.
20) La vivienda popular es un reflejo auténtico de la vida campesina,
ajena a nuestra idea de la comodidad y el confort. En este aspecto tiene más
puntos en común con un estándar medieval de existencia que con las
comodidades de una sociedad burguesa.
21) La arquitectura popular se plantea como respuesta inmediata, o al
menos a corto plazo, a problemas particulares y concretos.
22) La arquitectura popular rara vez pretende una modificación radical
del medio en el que se realiza, sino más bien una adaptación del mismo a sus
necesidades vitales.
23) Es evidente que la arquitectura popular se distingue por un marcado
carácter rural. No sólo porque lo popular encuentra sus más profundas raíces
en este medio, sino debido a que hasta época reciente, aun en las ciudades
importantes, el carácter predominante era decididamente rural.
24) En la arquitectura popular se encuentra generalmente un predominio
de los valores volumétricos sobre los espaciales. En todo caso, el modo de
articularse los diversos componentes de una vivienda, más sus servicios, así
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como la existencia de ciertos elementos (patios, galerías, soportales, etc.),
pueden llegar a conformar espacios de auténtica entidad arquitectónica.
2. La arquitectura popular en el Campo de Calatrava: patios,
quinterías y ventas.
2.1. El Campo de Calatrava.
2.1.1. Evolución histórica.
El Campo de Calatrava se encuentra en el centro de la provincia de
Ciudad Real, articulando territorialmente la misma. Se presenta como una de
las zonas geográficas más definidas históricamente de Castilla-La Mancha,
debido a la constitución en su territorio de la Orden Militar de Calatrava que le
confirió el nombre.
Ocupa una superficie de 1.284 km², con una población de 43.072
habitantes (padrón municipal de habitantes a 31/12/99), con una densidad de
población de 33,53 hab/km².
Desde que los historiadores romanos nos dejaran constancia escrita de la
existencia de esta tierra hasta hoy, podríamos llegar a hacer la abstracción de
circunscribir, los más de dos milenios de historia que comprende este largo
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período, en torno a dos topónimos que podríamos calificar de complementarios
y correlativos.
Ordenados cronológicamente nos estamos refiriendo a Oreto y Calatrava.
Al primero le podríamos dar un valor testimonial, mientras que al segundo hay
que darle un valor de carácter más presencial y más determinante en todo el
territorio.
Oreto es hoy un enclave arqueológico situado en el actual término
municipal de Granátula de Calatrava, pero que llegó a ser una ciudad muy
importante, ya conocida en tiempo de los pueblos prerromanos. Fue tal su
importancia que por extensión, al ser la principal ciudad de un amplísimo
entorno, dio nombre a todos los pueblos que se extendían desde los Montes de
Toledo hasta Sierra Morena, y así, bajo el topónimo de Oretanos fueron
conocidos todos éstos.
Su presencia a lo largo de los siglos, como podemos seguir a través de la
historiografía, nos revela que mantuvo su existencia a pesar de las diferentes
ocupaciones militares y culturales.
Primero fueron cartagineses y romanos, posteriormente los visigodos,
con quienes alcanzaron su máximo esplendor, como lo establecen las diferentes
presencias de sus obispos en los distintos concilios celebrados en Toledo, y
posteriormente los musulmanes.
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Y así, con su persistencia ante el continuo devenir de diferentes culturas
se desarrollo la historia de Oreto a lo largo de casi un milenio. Esto determinó
en gran medida la historia de todo éste territorio, desde los tiempos de los
oretanos, hasta bien entrada la Edad Media. La ocupación musulmana de este
territorio, unido al declive urbano de la ciudad, propició que sus habitantes
fueran trasladados y Oreto dejó de ser el referente político y cultural de esta
zona.
El segundo topónimo al que hacíamos referencia era Calatrava, que
marca la impronta de este territorio del siglo VIII al siglo XXI.
Este largo período de tiempo lo podemos fijar en dos etapas claramente
diferenciadas. Una de carácter militar, caracterizado por la construcción de la
fortaleza de Calatrava la Vieja, que reforzaba el paso del río Guadiana y se
convertía en un núcleo de gran importancia en el camino de Toledo a Córdoba.
Y una segunda etapa que viene determinada por la creación y asentamiento de
la Orden Militar de Calatrava.
Esta primera etapa, que definimos de ocupación militar, viene
determinada por las continuas luchas internas entre los recién llegados
musulmanes, siendo así el referente obligado de Córdoba en sus ataques a
Toledo, y viceversa.
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Así podemos afirmar que durante más de cuatrocientos años, entre
finales del siglo VIII y 1212 (Batalla de las Navas de Tolosa) Calatrava es el
centro de ocupación militar, y referente obligado de un amplio territorio
marcado geográficamente por los Montes de Toledo y Sierra Morena, y cuyo
epicentro es el cauce del río Guadiana, en el enclave de Calatrava.
La segunda etapa se inicia en 1158, con la donación por parte de Sancho
III de Castilla de la antigua fortaleza musulmana de Kalaat-Rawah a Raimundo
de Fitero y Diego Velásquez. Con esta decisión se crea la Orden Militar de
Calatrava.
Entre 1158 y 1212 sigue siendo una época de posesión alterna entre
castellanos y musulmanes de la plaza de Calatrava, pero en la que ya la recién
creada Orden Militar de Calatrava, ejerce su dominio sobre el territorio,
marcando el avance de la frontera cristiana hacia el sur, estableciendo una base
sólida de repoblación y de organización administrativa en todo el territorio.
Tras la ocupación militar de 1212, y gracias al papel preponderante que
desempeña de defensa de la frontera y de expansión hacia el sur, sus
posesiones se van incrementando rápidamente, bien a través de donaciones
reales o de grandes familias. Esta situación propicia que en la segunda mitad
del siglo XIII la sede de la orden se traslade del Castillo de Calatrava la Vieja,
en el actual término municipal de Carrión de Calatrava, al Castillo de Calatrava
la Nueva, en término municipal de Aldea del Rey.
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En este traslado de la Orden, se produce un cambio cualitativo
importante. Calatrava ya no va a ser ese enclave geográfico y militar, sino que
Calatrava pasa a ser un concepto, un extenso territorio, un sistema propio de
administración y ocupación territorial, una forma propia de concebir y
administrar la economía de la zona, etc.
La Orden Militar de Calatrava extiende su dominio por todos los
asentamientos existentes ya a principios del siglo XIII.
La situación de dependencia de todo este territorio, de la Orden Militar
de Calatrava, se sostiene desde el siglo XII al siglo XIX. Durante 700 años la
presencia y usos de la orden imponen unos criterios y unas formas de concebir
y hacer que determinan la tenencia de la tierra, sus cultivos, las costumbres de
sus habitantes, sus fiestas, su religiosidad, etc.
A pesar de que hace algo más de un siglo que, desde la Desamortización
de mediados del siglo XIX, se interrumpe la dependencia de todos estos
pueblos con la Orden, aunque muchos municipios conservan el topónimo, la
vigencia de sus edificios más importantes, la tenencia y usos de la tierra, etc.
Como vemos, es importante que conozcamos la historia de nuestra
comarca, para así poder realizar un análisis más exhaustivo de la arquitectura
popular del Campo de Calatrava. A continuación, abordaremos un capítulo
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esencial, ya que el medio físico va a condicionar las construcciones en tierra del
entorno.
2.1.2. Un espacio geográfico. Su influencia en la arquitectura
popular.
La arquitectura popular de un territorio es el producto de una serie de
factores geográficos que han ido dando forma a las distintas tipologías. El
empleo de los materiales que ofrece el suelo, la disponibilidad o no de agua a
través de cursos fluviales, o la influencia de una serie de caracteres climáticos,
harán de la arquitectura popular de un territorio una manifestación cultural
singular, estrechamente unida al paisaje. Veamos por tanto las principales
características del paisaje natural de esta zona y su influencia sobre la casa
rural.
El Campo de Calatrava está fundamentalmente integrado por Cuarcitas
Armoricanas de la Era Primaria y materiales de origen volcánico del Terciario y
Cuaternario.
La orogenia Herciniana afectó a los materiales primarios en dos fases,
una de plegamiento en dirección NO-SE y otra de deformación de ese relieve en
dirección NO-SO.
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Durante el Terciario se producen dos fenómenos fundamentales, la
formación de cuencas sedimentarias y su colmatación, y el inicio y desarrollo de
la actividad volcánica, que afectará a los materiales existentes.
El resultado ha sido el relieve actual que se caracteriza por llanuras
calcáreas que colman las depresiones del terciario cuyo aspecto es similar al de
la Llanura Manchega, aunque sin su extensión ni su homogeneidad en la
altitud.
Además también destacan elevaciones producto de la actividad
volcánica, de mayor entidad que las sierras de cuarcita.
Por lo tanto, entre las formaciones más importantes hay que destacar la
Sierra de Calatrava, Sierra Pelada y los Cerros de Valdeparaíso, junto al Puerto
del Reventón. También destacan los conos volcánicos como Cerro de Yezosa,
Cerro Gordo y Columba. Y por último los maares como Hoya de Bolaños, Hoya
de Cervera o El Acebuche.
Cono volcánico de Cerro de Yezosa (Almagro)
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En cuanto a la hidrografía hay que mencionar que la comarca del Campo
de Calatrava está drenada en el norte por el río Guadiana, en el centro por su
afluente Jabalón y en el sur por el río Ojailén, afluente del Jándula.
Por otra parte, el Campo de Calatrava está salpicado de lagunas o “navas”
que se forman en las depresiones del terreno y los cráteres de explosión por
acumulación del agua de lluvias.
Las lagunas más importantes de la comarca del Campo de Calatrava son la
Laguna del Prado, también llamada La Inesperada, la laguna Romaní y la
laguna de Cervera.
Por lo que al clima respecta, el del Campo de Calatrava puede definirse
como un clima Mediterráneo continentalizado. Este clima se caracteriza por un
nivel de precipitaciones bajo, oscilando entre los 400 y los 700 mm., con
máximos en primavera y otoño, mínimo en invierno y una acusada sequía
estival.
La temperatura media oscila entre los 14º y los 14.5º y la amplitud térmica
supera los 20º, de tal modo que los inviernos rigurosos se alternan con veranos
muy calurosos.
Las horas de sol suman un total de 2.784, de las cuales 380 las recibe en el
mes de julio.
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Como vemos, unas características muy concretas que nos van a determinar
la tipología de la arquitectura popular en el campo de Calatrava, ya que el
elevado número de horas de sol y la escasa pluvimetría, condicionará
inevitablemente las construcciones.
Finalmente, en lo referente a la flora y la fauna del Campo de Calatrava
habría que señalar que la flora, varía en función de las unidades
morfoestructurales en las que se encuentra, aunque en general se trata de un
paisaje floral fruto de la regresión del bosque mediterráneo.
En las sierras de Cuarcita y elevaciones volcánicas destacan especies como
el tomillo, la coscoja, el cantueso, el torvisco, la jara y el romero.
En las llanuras se conservan algunos paisajes adehesados poblados por
encinas.
Paisaje de encinas (Almagro)
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Por último, en cuanto a las lagunas y cursos fluviales las especies
fundamentales de este medio son las ovas, la majeda de agua, el carrizo, la
espadaña y el taray.
Respecto a la fauna, mayoritariamente se encuentra localizada en las zonas
húmedas, destacando en este sentido una variada avifauna entre las que se
cuentan especies como la garceta común, el pato colorado, el porrón común o
el pato cuchara.
Como veremos, la arquitectura popular del Campo de Calatrava va a estar
determinada por estos condicionantes geográficos, obteniendo como resultado
una arquitectura perfectamente adaptada al medio.
Por otro lado, también es importante que conozcamos las características
más importantes de la población a través de la geografía humana.
La población del Campo de Calatrava ronda los 43.504 habitantes y la
densidad de población es de 33,89 hab/km²; en cualquier caso el poblamiento
no es uniforme y la población se halla desigualmente repartida.
De este modo, el 69,2% de los habitantes se concentra en los tres
municipios de mayor entidad (Almagro, Bolaños de Calatrava y Miguelturra), el
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
26,2% en los de mediano tamaño (Aldea del Rey, Carrión de Calatrava,
Granátula de Calatrava, Pozuelo de Calatrava y Torralba de Calatrava) y el resto
(4,53%) en los más pequeños (Ballesteros de Calatrava, Valenzuela de
Calatrava, Villanueva de San Carlos y Villar del Pozo).
En cuanto a la evolución de la población, el Campo de Calatrava ha tenido
un régimen demográfico antiguo hasta el siglo XX; hacia mediados de la pasada
centuria se alcanzó el máximo poblacional, reduciéndose drásticamente el
número de habitantes en las décadas posteriores, debido al éxodo rural que se
vivió con el desarrollismo.
La recuperación comienza a partir de 1991, tras una década de
estancamiento, habiendo aumentado los efectivos poblacionales en un 10,8%.
Respecto a la estructura de la población por sexos, el número de mujeres
supera claramente al de hombres. Y por edades, el grupo principal es el de los
adultos entre 16 y 65 años, seguidos por la población de más de 65 años y, en
último lugar, por los jóvenes de 0 a 15. De estas cifras se obtiene una
tendencia al envejecimiento en línea con la edad del resto del país.
También es importante que conozcamos la geografía económica de
nuestra comarca para alcanzar así una visión más completa de la arquitectura
popular.
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Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
El Campo de Calatrava se caracteriza en lo económico por un predominio
del sector terciario (comercio y servicios) con un porcentaje del 72,56%,
seguido del secundario (industria y construcción) con un 21,75% y el sector
agropecuario con un porcentaje del 5,69%
2.2. Arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
2.2.1. Materiales y técnicas de construcción.
Hemos visto en el anterior apartado la influencia que el medio físico
ejerce sobre la arquitectura popular. Así mismo, el constructor extraerá casi
siempre los materiales constructivos de su entorno más inmediato.
Por lo tanto, los materiales propios de la arquitectura popular son los
obtenidos del entorno más próximo a la casa. Estos materiales son: tierra,
piedra, cal, arena, yeso y madera.
La tierra se emplea para construir tapias. Según Juan de Villanueva en
El arte de la Albañilería explica: “debe ser arcillosa, pegajosa, compacta, limpia
de guijo y con poca mezcla de arena y cascajo” (54: 1984)
La piedra se emplea de forma irregular y tosca para la mampostería y
en la cimentación, ya que el uso de la piedra labrada y regular es muy raro en
esta arquitectura.
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
La cal, obtenida de las piedras calizas, tras ser expuesta al fuego y
reducida posteriormente a un polvo finísimo, se utiliza tanto para encalar
fachadas e interiores de las casas como para ser mezclada con arena de donde
se obtiene el mortero de cal.
Es la base de casi todos los morteros. Muy diluida en agua se
emplea para blanquear. El blanqueado de cal recibe el nombre de encalado o
enjalbegado.
Muros encalados en Casa de Hernán Muñoz, conocida como “El Cortijillo” (Aldea del rey) y en Venta de Borondo
(Bolaños de Calatrava)
La arena, otro material disponible en la comarca, se utiliza para hacer
mortero, o también llamado argamasa. Según Juan de Villanueva la arena “para
mezclarla con la cal debe ser limpia, suelta y nada terrosa. Se conoce su
bondad cuando tomándola en la mano y estregándola cruje, dejando después
la mano limpia, sin polvo ni tierra pegada” (59: 1984)
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
El yeso es otro material abundante en la comarca y muy empleado en la
arquitectura popular. Según Juan de Villanueva: “Llamamos yeso al polvo que
resulta de la calcinación de una especie de piedra a quien se da el mismo
nombre, que abunda en muchos países. (…) El blanco se hace de una piedra
alabastrina, cristalizada en lo interior a manera de sal, y es una materia
excelente para los enlucidos” (62: 1984)
Otro material utilizado en esta arquitectura era la madera, empleada
para entramados, vigas, cerchas, pies derechos, zapatas, puertas o ventanas.
Ésta se obtenía de encinas, olivos y otras especies de la zona.
Otros materiales obtenidos del entorno eran el carrizo, con el que se
cubrían los techos, a veces sólo y en ocasiones mezclado con yeso; la ramoniza
del olivo y las gavillas de las viñas también se han utilizado para cubriciones en
algunas casas.
En cuanto a las técnicas constructivas, se desarrollan a partir de estos
materiales. Los más representativos en el Campo de Calatrava básicamente son
tres:
- Tapial
- Mampostería y mortero (mezcla de cal y arena)
- Ladrillo y adobe
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
Los materiales y técnicas de construcción de esta arquitectura popular
apenas han variado durante varios siglos.
La técnica del tapial era la más generalizada en las construcciones
rurales que hay en el Campo de Calatrava. Se tienen vestigios de su utilización
desde la Prehistoria, ya que se ha podido comprobar que se levantaban muros
de tapial sobre zócalos de mampostería. También en el mundo romano estaba
muy extendida esta técnica.
El uso del tapial lo conocemos también por los escritos de tratadistas
romanos. Juan de Villanueva asegura, basándose en los escritos de Plinio ,
que
en el siglo I se podían ver en Hispania, torres y atalayas hechas de tierra, de
remotísima antigüedad.
Se hacía con la tierra del mismo terreno sobre el que se construye la
casa. Para quitarle las piedras más gordas se cogían tres tejas y se colocaban
en forma de chozo; sobre ellas se iban vaciando esportillas de tierra. Las tejas
actuaban a modo de criba, provocando que las piedras mayores rodasen hacia
los extremos.
Primero se hacía un cimiento de mampostería, hasta la altura del
rodapié, y luego se ponían las agujas del tapial que eran unos hierros que
soportaban las tablas. Se humedecía un poco la tierra y se iban echando
esportillas entre las dos tablas. Dentro había una o dos personas con un
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
“pisón”, que se hacía con un “tarugo” de encina, y con él se machacaba la
tierra hasta quedar compacta y prensada. Una vez llenos y enrasados los
tapiales, se echaba una capa de yeso, tanto en la parte superior como en los
laterales, entre tapia y tapia.
Venta de Borondo (Bolaños de Calatrava)
Calle Iglesia, 2 (Ballesteros de Calatrava)
Marca de yeso dividiendo el cajeado de tapial.
Calle Iglesia, 2 (Ballesteros de Calatrava)
Quintería del Bandolero Josico (Bolaños de Calatrava)
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
De nuevo se repite la operación para levantar otra tapia, e
inmediatamente después de terminar la anterior, se quitan los clavos y las
tablas y se colocan a continuación.
Finalmente se podía revocar con yeso o con cal, con el fin de defender la
tapia contra las adversidades climáticas; según este proceso, levantadas las
tapias a plomo, se podía edificar un muro de varios metros de altura.
La mampostería, a base de piedra tosca, con mezcla de cal y arena
(mortero) o con barro, constituye otra técnica constructiva. Generalmente se
hacen de este género de obra los cimientos de las casas, aunque también
aparecen casos del alzado completo. Esta realizada con piedras sin labrar y
aparejadas sin orden de hiladas y de tamaño, unidas mediante algún mortero y
ejecutadas en seco. La mampostería se sitúa en la base del muro para dar
solidez a la fábrica del tapial. Según Juan de Villanueva: “Generalmente se
hacen de este género de obra los cimientos de los edificios. (…) Abiertas ya las
zanjas de un muro o pared hasta el fondo firme, (…) se irán llenando las zanjas
o los cajones de los zampeados, desaguándolos antes lo mejor que se pueda, si
acaso tienen agua. Luego se pondrán dentro de la zanja las piedras más
crecidas, (…) se echará en el fondo una buena tortada de cal, cuya práctica nos
parece mucho mejor que la de sentar las primeras piedras en seco. Sobre
aquella se van sentando y enripiando las piedras más crecidas (…) llenando con
cal y ripios los vanos que quedan, y metiendo y extendiendo con la paleta la cal
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
por todos los rincones, haciendo así un perfecto plano por encima, bien
apretado y apisonado con un pisón. (…) Para mayor seguridad de la
mampostería se suelen echar verdugos de ladrillo sobre los enrases a una
altura proporcionada (…). Los verdugos o verdugadas son una o más hiladas de
ladrillo sentado sobre mezcla, las cuales cojen todo el grueso de la pared, la
unen, traban y fortifican infinito.” (81: 1984)
Plaza Constitución, 4 (Ballesteros)
Fábrica de tapial encalada, reforzada con machones y verdugadas de
ladrillo. Finca Montanchuelos (Granátula de Calatrava)
El adobe es una de las técnicas más utilizadas, junto con el tapial y la
mampostería, en la arquitectura vernácula. Los elementos base para la
realización de los adobes son tierra cribada, sin impurezas; paja de trillar, ni
muy gruesa ni muy fina; y agua.
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
La técnica consiste en mezclar la paja con la tierra y humedecerla poco a
poco con agua. Se remueve y se pisa continuamente, para obtener una pasta
homogénea, que se va amontonando en una pilada.
Desde aquí y con la ayuda de una pala, se vierte el barro en la gradilla o
macal, y a continuación se aprieta y alisa con la paleta.
Posteriormente se retira la gradilla tirando verticalmente hacia arriba,
con cuidado para que no se deshaga el adobe.
Adobes en calle Madre de Dios, 8 (Almagro)
Éstas son las principales obras de los muros de la arquitectura popular
del Campo de Calatrava. En algunos casos, cuando estos muros tienen que
soportar presiones muy elevadas, se le adosan contrafuertes, generalmente de
forma trapezoidal.
El enlucido de las paredes se hace con yeso. Hoy este material ha sido
sustituido por cemento o su mezcla con arena, llamándose enfoscado.
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
Lo que si ha pervivido de una manera prácticamente inalterable es el uso
de la cal, reiterándose sucesivamente capa sobre capa como resultado del
encalado de años sucesivos. Este material se ha empleado tanto para blanquear
los muros exteriores como los interiores.
Hay varias razones que podrían explicar esta costumbre del encalado.
Alguna se ha buscado en la herencia del mundo musulmán, cuya cultura, que
ha pervivido durante varios siglos en esta zona, generalizó su uso en las casas
de Al-Andalus. También se ha buscado en la blancura su capacidad reflectante
frente a los rayos solares del estío, lo cual no desestima la interpretación
anterior, así como en el deseo de utilizar la cal para ocultar a la vista la
humildad de los materiales de construcción, en este caso predominantemente
tapial, o como un elemento aglutinante a la tapia, a la vez que higiénico y
desinfectante.
El empleo de otro colorante, el añil, en cambio cada vez menos
frecuente, se empleaba en los zócalos de la arquitectura popular de esta zona.
Respecto a las cubiertas de la arquitectura popular del Campo de
Calatrava éstas suelen ser de teja árabe o curva sobre una serie de tirantes
de madera clavados a las formas o cerchas que forman las pendientes,
resueltas con viguería de madera. La cubrición se hace colocando sobre el
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
entramado de madera del tejado unos zarzos o cañizos de varas entretejidas,
sobre los que va una capa de barro que sirve de asiento a las tejas.
El finalizar la cubrición se emplea la teja, que es una pieza hecha de
barro cocido y con forma acanalada, que constituyen, junto con otras iguales, el
material de los techos de una construcción, que queda así protegida de las
inclemencias meteorológicas. Su disposición se suele llevar a cabo en series
verticales, superponiendo o montando parcialmente unas sobre otras, siguiendo
la curvatura de su acanalamiento, una pieza sería la “canal” y otra la “cobija”.
La teja árabe o curva tiene forma de canal troncocónico y una longitud
entre 30 y 50 centímetros. La teja, como elemento de cubrición, es uno de los
materiales de tierra cocida más utilizados en la arquitectura popular. La
vertiente es habitualmente a dos aguas, aunque se pueden encontrar tejados a
una sola vertiente o incluso a cuatro aguas. Las vigas de madera, con una
inclinación de aproximadamente unos 45º, apoyadas en la parte superior del
muro y clavadas a las “soleras” o “durmientes”, darán lugar a las cerchas que
forman el esqueleto de la techumbre.
En el interior de la casa popular aparecen forjados de viguetas y
bovedillas, “al revoltón”, el cual es un sistema adintelado que se genera por la
disposición de viguetas de madera dispuestas en paralelo apoyadas en las
jácenas o en los muros de carga, que se unen mediante bovedillas, vanos de
unos 30 cm de ancho, que se ciegan, con un relleno de morteros bastardos de
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
yeso, o piezas de ladrillo, formando una pequeña bóveda de cañón, resuelta
con un encofrado recuperable llamado “caparazón”, artilugio de madera en dos
piezas curvas unidas por bisagras, que se abría para formar la bóveda y se
cerraba cuando el mortero hubiese fraguado, recuperándose para otra postura.
Forjado de bovedillas en Venta de Borondo (Bolaños de Calatrava)
2.2.2. Análisis iconográfico.
Con este apartado pretendemos ofrecer el significado de la forma, la
estructura y la decoración de la casa popular. Debemos tratar de descifrar de
que manera las condiciones geográficas, económicas, culturales e ideológicas
van a condicionar la arquitectura vernácula.
La vivienda tradicional construida por el arquitecto anónimo, la edificada
en el Campo de Calatrava por el hombre del campo y sin otro plan de
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
edificación que el aprendido de sus antepasados, es un medio de expresión, en
el que el constructor-habitante expresa su situación geográfica, cultural y social
por medio de la casa.
A través de una serie de signos y por medio de un lenguaje simbólico la
casa se transforma en algo más que una forma arquitectónica. La casa es,
además de un habitáculo, la morada en la que vive una familia y que por tanto
debe estar especialmente construida, confiriendo un especial valor a los
espacios y la distribución de los mismos, así como a la forma y al tipo de
decoración que hay en ella.
En este capítulo vamos a intentar interpretar aquellos elementos de
carácter iconográfico más representativos.
En primer lugar destacaremos la simbología de los zócalos de color añil
o azulina, propio de la arquitectura popular manchega. El origen de estos frisos
tiene un origen totalmente simbólico, aun cuando hoy nos parezca decorativo.
Se trata de una tradición que se extendió a partir de la presencia musulmana
en Al-Andalus. Estos pueblos, fundamentalmente beréberes, llegados desde
áreas norteafricanas, utilizaban este color en zócalos, puertas, ventanas y
vanos en general, para alejar del hogar a los malos espíritus, precisamente
por los lugares en los que la casa contactaba con el mundo exterior.
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
Este ejemplo ilustra uno entre diferentes aspectos de cómo la
arquitectura popular no hay que entenderla únicamente desde una perspectiva
geográfica, histórica o funcional. El aspecto simbólico e iconográfico ha de
considerarse en su justa medida como un factor más para la interpretación de
la arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Otro de los aspectos que nos interesa destacar es el significado
iconográfico de la planta de las viviendas. En general, son de planta
rectangular, lo que nos acerca al simbolismo terrestre. El número cuatro, así
como el cuadrado, representan a la tierra con sus direcciones cardinales, es el
mundo material creado y se asocia por tanto al mundo terrestre, por oposición
al círculo, que representa al mundo divino.
El cuadrado se interpreta como una figura antidinámica, anclada a sus
cuatro lados, que representa lo finito, lo definido. Al igual que en la cruz,
también en el cuadrado se halla el deseo de encontrar el camino en un mundo
que aparece como caótico, mediante la introducción de direcciones y
coordenadas. La cuadratura lleva en sí un principio de orden que parece innato
al hombre, oponiéndose al círculo, que representa potencias celestiales.
La correspondencia perfecta se establece con la orientación, más o
menos precisa, de dicho cuadrado con los ejes norte-sur y este-oeste,
como ocurre en la arquitectura no popular (por ejemplo en las pirámides
egipcias, en las iglesias cristianas o en las mezquitas musulmanas, con una
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
orientación bien definida). Pero esto no es lo habitual en la mayoría de los
casos de viviendas aisladas, dado los componentes locales de tipo geográfico,
como su topografía, la dirección dominante de los vientos, la presencia de
caminos, etc.
La casa del Campo de Calatrava aparece perfectamente integrada en el
paisaje y el entorno que la rodea.
En definitiva, desde el punto de vista simbólico que estamos abordando,
la casa cuadrangular es el hogar donde el hombre se siente anclado en un
mundo material que conoce, donde se siente seguro, por oposición al espacio
que le rodea, que se representa de forma circular, un espacio desconocido que
le ofrece inseguridad.
A pesar de este carácter simbólico de las plantas cuadradas en las casas
y viviendas, este simbolismo posiblemente se haya ido perdiendo con el paso
del tiempo, llegándose a construir con ambas plantas, indistintamente,
siguiendo unos principios meramente utilitarios, constructivos, estéticos o
económicos. Es decir, se han utilizado unos elementos simbólicos de forma
inconsciente.
Otro de los elementos, que aparecen como símbolo protector, son las
inscripciones solares las cuales suelen encontrarse en las quinterías del
Campo de Calatrava. Uno de los más característicos es la rosa de seis brazos,
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
o rosácea séxtuple, como símbolo para ahuyentar a las brujas (García
Atienza, 1981).
Roseta en Casa de Ceferino Huerta (Almagro)
Esta figura se asocia a la tradición céltica en Occidente, aunque se
pueden encontrar ejemplos preindoeuropeos en el lauburu vasco y en otras
culturas. En todo caso, se trata de un símbolo que se interpreta como protector
contra los espíritus nocturnos.
Estos gráficos son marcados con un punzón sobre la pared. Su ejecución
artística no presenta una gran destreza, pero si tiene un gran interés el
significado que encierran.
Destacan los graffitis de la Casa de Ceferino Huerta en el término
municipal de Almagro. Estos, nos ayudan a entender la vida cotidiana de los
labradores del Campo de Calatrava.
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
Aparecen en las paredes de la quintería dibujos religiosos como símbolo
de protección, los cuales reflejan una sociedad profundamente creyente en la
religión católica. Los dibujos son cruces, cálices, sudarios en la cruz y torres
campanario.
Además, también encontramos llaves, puñales y navajas, éstas últimas
dibujadas con gran minuciosidad.
Otro de los elementos marcados sobre el yeso son labradores con arados
tirados por bueyes, que aunque de manera muy esquemática, nos muestran las
faenas diarias de los moradores de esta quintería.
También en la Casa de Ceferino Huerta queda reflejada la fiesta de los
toros, ya que en uno de los graffitis aparece un banderillero con su cuadrilla en
el momento de enfrentarse al toro.
Como vemos, queda reflejada la vida cotidiana de los campesinos del
Campo de Calatrava, lo que nos ayuda a entender con más precisión la
arquitectura vernácula de nuestro entorno.
Incluir graffitis de la casa de Ceferino Huerta
Por último, otro de los elementos que aparecen, en algunas ocasiones,
en las fachadas de las casas son las hornacinas, en las que se sitúa una cruz
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
cristiana o una imagen de la Virgen María. Estas imágenes son elementos
protectores no sólo de los moradores de la vivienda, si no también del barrio
en el que ubican.
Cruz cristiana como símbolo de protección religiosa en Belvis
Imagen de la Virgen María en Calle Santo, 37
(Granátula de Calatrava)
Inscripciones religiosas en Belvis
Cabeza de santo en Villanueva de San Carlos
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
2.2.3. Tipologías de arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
2.2.3.1. La casa urbana
La casa popular urbana, también denominada casa-patio, aunque suele
tener varios patios, o patio y corral, y los pueblos del Campo de Calatrava
surgen como respuesta a unas necesidades de poseer una vivienda no solo
para las personas, sino capaces así mismo de albergar a los animales
imprescindibles para las faenas agrícolas, a los vehículos y aperos necesarios
para este mismo fin y dotados de espacio suficiente para el almacenamiento de
las cosechas.
La amplitud de espacio que tales necesidades exigen y la facilidad de
obtener piensos y forrajes (procedentes casi siempre de la propia recolección o
de los desperdicios diarios) llevan a completar este cuadro de la casa de labor,
con corrales para gallinas y conejos, cochiqueras, palomar, basurero, etc., que
suponen un complemento estimable no sólo por lo que supone desde un punto
de vista económico sino como fuente de autoabastecimiento dentro de una
economía de mercado semicerrada hasta épocas recientes.
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
Cochiquera en calle Real, 107 (Aldea del Rey)
La ordenación de los volúmenes y espacios exigidos por todo este amplio
programa de necesidades se hace de una manera libre y desprejuiciada.
Un esquema bastante usual de esta casa de labor urbana vendría
constituido por dos partes fundamentales bien diferenciadas al tiempo que
unidas y relacionadas entre sí:
-La parte agropecuaria o de trabajo, con huertos, corral y cuadras para
animales, además de los porches para carros y galeras, vehículos de transporte,
con su zona de maniobras y su acceso al exterior a través de portón o portada,
almacenes, pajares, trasteros para acopio de los aperos agrícolas, graneros,
pequeña bodega-cueva, cocinas para los gañanes, palomar, etc.
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
Zona de labranza en Plaza de la Constitución, 2 (Valenzuela de Calatrava)
-La parte de vivienda propiamente dicha, casa-habitación, adosada a la
anterior la primera, en algunas ocasiones con acceso independiente al de la
zona agropecuaria o de trabajo. Con portón, zaguán, patio porticado, con
galerías, aljibe, pozo, despensa-cueva, cocinas y alcobas, con una planta alta
donde se ubicaban galerías o corredores abiertos (secaderos), alcobas, cámaras
o sobrados para despensas o trasteros.
Este esquema, en todo caso, no puede constituir una regla general, pero
es uno de los modelos más generalizados. Tampoco puede hablarse con
respecto a estas dos zonas adosadas de una segregación absoluta de funciones
en una y otra, ya que en la dedicada a la casa-habitación pueden encontrar
albergue alguna de las funciones relacionadas con el trabajo o la producción
como bodega en las cuevas, palomar o pajar en departamentos superiores,
como así mismo dentro del área dedicada a animales-trabajo puede situarse
alguna habitación de la vivienda como por ejemplo el horno.
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
La organización de cada una de estas dos partes que componen la casa
de labor se ordena teniendo como centro o zona distributiva un espacio abierto
y libre. Así las dependencias de la casa suelen distribuirse alrededor de un patio
más o menos central, mientras que la zona agropecuaria lo hace alrededor de
un amplio corral o espacio a cielo abierto que cuando tiene acceso directo a la
calle va provisto de una amplia portada capaz de permitir la entrada a los
carros.
Portada de acceso a zona de labranza en Calle Pedro Oviedo, 18 (Almagro)
La casa de labor del Campo de Calatrava suele desarrollarse en una o
dos plantas, más frecuentemente en dos, si bien en ocasiones puede tener
sobre la segunda alguna dependencia más como un pajar, un palomar,
cámaras, etc.
La entrada a la vivienda suele efectuarse a través de un zaguán del que
se pasa al patio central y a veces también desde este a las bodegas. A veces el
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
patio puede hallarse situado delante de la vivienda, abriendo directamente a la
calle.
Si la casa es de dos plantas tendrá a menudo, en la baja, una cocina,
además de la que existirá casi sin excepción en el piso alto. Las dependencias
del piso bajo pueden corresponder a la vivienda principal o bien estar
relacionadas con el trabajo (cuarto de aperos, algún pequeño almacén, bodega,
etc.).
En ocasiones la cueva subterránea, con las tinajas donde se conserva el
vino, tiene acceso por el patio y así mismo se abren a él o a la calle las
lucernas, tragonas o lumbreras, de iluminación de la misma. Del patio también
arranca la escalera que conduce a la planta superior.
Una solución frecuente en planta alta es que la escalera desemboque en
una galería o corredor, abiertos, con balaustres de madera y a los que se abren
las puertas y ventanas de algunos dormitorios de la planta alta. En esta se
encuentra también la cocina. Algunas de estas viviendas poseían retrete en la
planta superior con estercolero debajo, al que iban a parar los excrementos
utilizados posteriormente como abono.
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
Retrete con estercolero en Plaza de la Iglesia 2 (Valenzuela de Calatrava)
El corral o zona de labranza constituye un amplio recinto a cielo abierto,
cerrado por una tapia alta respecto a la calle y al que se abren de forma
perimetral las construcciones relacionadas con el trabajo que no se encuentren
situadas en la zona de vivienda. Las cuadras albergaban uno o varios pares de
mulas, según la importancia de la explotación agrícola de que se tratara. Tanto
estas cuadras como las cochiqueras, cuartos de aperos, etc, suelen situarse con
accesos directos únicamente desde la zona de trabajo.
2.2.3.2. La quintería.
El origen de la quintería viene dado por la gran distancia que hay entre
los distintos pueblos, de manera que los labradores no podían volver a sus
casas todas las noches desde los lugares de labor, hecho que motivó la
construcción de estos habitáculos en el campo para pasar toda la semana,
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
especialmente a raíz de la desamortización del siglo XIX, con la parcelación
rural, y la intensificación de la economía rural.
Este hecho lo describe el arquitecto daimieleño Miguel Fisac (1985:24)
de la siguiente forma:
“El paisaje manchego es un paisaje de horizontes abiertos, sin
particularidades que justifiquen razones especiales de pequeños asentamientos
de población y por eso los pueblos de la Mancha están muy distantes unos de
otros y sus términos municipales son muy extensos”.
Ante esta ordenación territorial aparece una necesidad: los gañanes
tenían que cultivar unas tierras que se encontraban muy lejos, a varias leguas
del pueblo. No se podía en el mismo día ir, trabajar y volver al hogar. Había
que permanecer sobre el terreno mientras duraban las faenas agrícolas de la
temporada. Y esa necesidad les obligaba a construir unas instalaciones más o
menos provisionales, para albergar a los gañanes y a las bestias de labor. Así
surgieron las casillas o quinterías; salpicando de prismas blancos los fértiles
campos manchegos.”
Por tanto, la quintería es el resultado arquitectónico y la justificación
constructiva de un modo de vida rural, basado en la labranza de terrenos
alejados del núcleo urbano.
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
El origen etimológico de la denominación de quintería se desconoce.
Miguel Fisac (1985:31) en su artículo sobre arquitectura popular manchega
realiza algunas disertaciones sobre el concepto de quintería:
“¿Por qué se denomina quintería? No lo sé, ni lo saben muchas gentes
de los pueblos a las que se lo he preguntado.
Quintos se llama en La Mancha a partes (tal vez una quinta parte) de
una finca mayor (…).
Tal vez en cada uno de esos trozos de una gran finca, que se roturaba
por partes, se pusiera primitivamente una de estas casillas y de ahí pudiera
proceder el nombre: la casa del quinto. El Diccionario de la Real Academia dice
simplemente que quintería es una casa de campo. Pero de quintero dice que es
el que tiene arrendada o labra y cultiva una quinta. Y de quinto que es parte de
dehesa o tierra, aunque no sea la quinta.”
Las quinterías se levantan siempre utilizando los materiales del entorno.
Se alza un zócalo de mampostería de planta rectangular (9 x 4,50 m) y sobre él
cuatro muros de tapial, que se cierran con un tejado a dos aguas cubierto de
tejas árabe o curva.
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
Quintería en Camino de Barajas (Almagro)
Miguel Fisac (1985:27) dice sobre el tapial:
“El factor clave en la edificación de la quintería es el muro de tapial y su
fabricación tiene resonancias prehistóricas.
El tapial es tierra apisonada. Se obtiene compactando, a golpe de pisón
de madera, tierra mojada (ligeramente arcillosa, o con alguna sustancia
aglutinante: paja, estiércol, yesones, etc.) entre dos tableros verticales de
madera separados unos cincuenta centímetros. Esta pieza paralelepipédica, de
un tamaño adecuado para que los tableros de su encofrado sean manejables,
es la que condiciona toda la edificación en planta rectangular. El espesor y la
compacidad le proporcionan un gran aislamiento térmico y suficiente resistencia
para soportar los esfuerzos a compresión que le transmite la cubierta. Cubierta
formada por unas formas triangulares de madera, de escuadrías ligeras, con
correas y parecillos también de madera escuadrada.”
El único vano de ciertas dimensiones que tiene la quintería es la puerta
de entrada, o a lo sumo, alguna ventana, ambas orientadas casi siempre al sur.
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
Otra abertura, de reducidas dimensiones, es el tragaluz, situado en la parte
más alta del testero, en el centro del remate triangular que mira al este. Debido
a la penumbra y al ambiente de casi total oscuridad que hay en el interior de la
quintería, por la ausencia de vanos, si la puerta permanece cerrada, la única
entrada de luz natural se produce por el tragaluz. Además este se abre
intencionadamente a oriente, al sol saliente, ya que las primeras luces tras la
salida del sol serán las que anuncian a los gañanes el inicio de una nueva
jornada.
Tragaluz de quintería en Camino de Barajas(Almagro)
Sobre este aspecto relativo a la iluminación y la ventilación de la
quintería, el arquitecto Miguel Fisac (1985:30) realiza la siguiente descripción:
“Existen tres huecos (con más propiedad se podría decir orificios) de
comunicación
del
espacio
interior
con
el
exterior.
Dos
de
ellos,
permanentemente abiertos y situados en los extremos del lado más largo del
rectángulo interior, y el otro (la puerta) en el muro de mediodía. Uno cenital, en
el hastial de saliente: la chimenea de la cocina. El otro en la parte superior del
hastial de poniente: el pequeño ojo de buey de la zona de cuadra.
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
Estos orificios están tan sabiamente dimensionados que son suficientes
para crear una continua corriente de renovación de aire. Escape de aire caliente
en verano y aireación en invierno, pero sin que por ello entre el calor estival ni
el frío invernal.
El otro hueco del edificio es la puerta, de una sola hoja, siempre
orientada al mediodía y cuya apertura puede graduarse según las circunstancias
ambientales exteriores y según la dirección del viento para así conseguir que la
chimenea produzca menor humareda; El problema del tiro de la chimenea no lo
ha sabido resolver la arquitectura popular de aquí, ni creo, que de ningún otro
lado.
Con los tres huecos típicos de la quintería (recientemente se le ha
añadido algún ventanuco) la iluminación interior es muy escasa, pero suficiente
para las tareas que hay que realizar en ella durante el día, que son muy
reducidas, ya que los gañanes salían al trabajo al amanecer y volvían al
ponerse el sol.”
En definitiva, la quintería es una cuadra-cocina-alcoba en la que los
gañanes pasaban toda la semana durante la época de faena agrícola,
dividiéndose la casa en dos partes, una para los animales de tiro (pesebres) y
otra para los labradores, con una cocina con chimenea, alacenas y dos poyos
adosados a modo de camastros que a la vez sirven de dormitorio. El tamaño es
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variable, siendo las más pequeñas aquellas con capacidad para una o dos
yuntas.
La quintería, por tanto, no es una casa de ocupación habitual, sino que
se habitaba en épocas de faenas agrícolas, de riego, recolección o cuando se
araba el campo.
Junto a ella es habitual un pozo, con su pilón-abrevadero, una alberca,
cuadrada o circular, la noria y algunos árboles frutales o de sombra alrededor,
así como también, en algunas, una era.
Pozo de quintería en camino de Torralba (Almagro)
El interior de la quintería se define básicamente por dos habitáculos:
-Una cuadra para los animales de tiro, con una serie de pesebres,
adosados a la pared o exentos y hechos de obra, sobre los que sobresalen unas
estacas en las que se cuelgan los arreos de las mulas tras desuncirlas.
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-Una cocina que a la vez es dormitorio, y que nunca está separada de la
cuadra por tapia, muro o tabique alguno. Este habitáculo sirve de lugar de
reunión al acabar las labores; en el se sitúa una amplia campana a unos dos
metros de altura. A ambos lados de la campana hay unos huecos en la pared
que se llaman vasares, y es donde los gañanes colocan sus aperos, sacos y
albarcas.
A los lados del hogar están los poyos enjalbegados, que cubiertos con
pieles de oveja le sirven para dormir. Como asiento móvil tienen los serijos,
construidos de enea trenzada; son circulares, y para que resulten cómodos y
abrigados la parte superior está cubierta de piel de oveja o conejo. Para sujetar
los cacharros sobre el fuego usan trébedes o trancos. De las vigas del techo
cuelgan los alimentos que tienen que secarse, como pimientos, guindillas,
chorizos y morcillas, y la talega con los panes.
Guindillas colgadas en el techo de una de las quinterías de la Venta de Borondo (Bolaños de Calatrava)
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Las funciones de la quintería, así como de cada uno de los elementos
que la componen, se refleja en la siguiente descripción de Miguel Fisac
(1985:28):
“El gañan mete las mulas por la puerta, cogidas del ronzal, en una
especie de vestíbulo, de amplitud suficiente para que puedan torcer a su
izquierda y avanzar por el espacio que queda entre los dos pesebres adosados
a los muros laterales. Ya dentro de esa cuadra, giran 180º para colocarse
mirando a la puerta y una cadena entre los dos pesebres delimita
perfectamente la superficie de dicha cuadra y de este modo queda cerrada,
para impedir que los animales se salgan.
Al entrar en la casilla, el gañan encuentra a mano derecha el poyo que le
proporciona asiento, para comer junto a la lumbre y, después, cama para
dormir.
A altas horas de la noche, el gañan se levantará. A sus pies tendrá los
costales de cebada, y él repartirá unos puñados de ésta en los pesebres. En
una esquina del fondo de la cuadra hay un triángulo acotado con un murete
ligero de adobes de algo más de un metro de altura donde se guarda la paja.
Todo está al alcance de la mano, todo está jerarquizado, todo está en su
sitio
de
una
forma
lógica,
natural,
casi
se
diría
que
ha
surgido
espontáneamente.
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
La puerta se abre a derechas y deja el paso libre para la entrada de las
caballerías.
Un clavo para colgar el candil, y unas hornacinas para poner la colodra
de la sal y la alcuza del aceite, unas trébedes para apoyar la sartén o el caldero
y unas trancas de hierro para sostener los pucheros de barro en la lumbre baja
de un fogón amplio, ligeramente resaltado del suelo y rematado con un
mamperlán de madera sin pintar, ni barnizar.
El piso de la entrada de la quintería, lo solían empedrar; en cambio, el
resto era de tierra simplemente apelmazada.”
A partir de la quintería, pueden aparecer diferentes elementos, hasta el
punto de llegar a construir un caserío. Así puede aparecer una doble planta o
un piso alto para el pajar, un patio, un corral, cuadras y cocinas, alguna
habitación para el guarda o los dueños en aquellas más importantes, etc.
En conclusión, podemos decir que la quintería o casa de labranza es la
simplificación estructural y funcional de la casa manchega, de volúmenes
cúbicos, cubierta a dos aguas, con tejas curvas, formando cornisa las propias
tejas al avanzar y levantadas con muros de tapial sobre zócalo de mampostería,
utilizando siempre los materiales propios del entorno.
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Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
2.2.3.3. La venta.
Las ventas se sitúan a lo largo de los caminos, veredas, cordeles,
principalmente en aquellos lugares de paso obligado y a la entrada de los
núcleos urbanos.
Venta de Borondo (Bolaños de Calatrava) situada en el Camino Real de Alicante
Están constituidas, por lo general, por un gran caserón de dos plantas
con un gran patio o corralón al que se entra por una puerta monumental como
en el caso de la Venta de Borondo. En este patio quedaban albergados carros y
caballerías mientras sus conductores paraban en el camino a alimentarse y a
descansar.
Estos patios están provistos normalmente de pozo y así mismo de una
pila de abrevaderos y pesebres, elemento este último que no falta tampoco en
las cuadras.
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Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
Una escalera exterior o semiexterior conduce del patio a una larga
galería o corredor abierto al que dan las puertas de las habitaciones. El
comedor, con su gran cocina de campana, se halla, por lo general, en planta
baja. Si bien las casas urbanas se distribuían las habitaciones vivideras
principalmente en planta baja, en las ventas el uso de los bajos se destina a las
cuadras de los animales de tiro y cocinas-comedores, ubicándose las alcobas en
alto, siendo el gran patio de maniobras alrededor del cual se distribuyen todas
las dependencias principales.
Aunque el origen de esta tipología no ha sido fijado, es seguro que su
construcción experimentaría un gran incremento en los últimos años del siglo
XV y principios del XVI, en que en toda Castilla, pero más particularmente en
las rutas que conducían a Granada, entonces recién incorporada a la civilización
cristiana, se favoreció la construcción de ventas en despoblados por varias
Reales Pragmáticas.
Para entender mejor el concepto de venta analizaremos paso a paso la
estructura fundamental de estas construcciones rurales del Campo de
Calatrava:
-Patio: es la pieza central en torno a la cual se disponen el resto de
elementos, constituyéndose en el núcleo organizador de todo el conjunto. La
superficie del patio debía ser grande, como mínimo se dice que debía tener
espacio suficiente para que un carro tirado por animales pueda dar la vuelta
con comodidad.
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Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
En él, ya hemos señalado que es frecuente que aparezca algún elemento
adicional como un pozo o abrevaderos para el ganado.
Patio central de la Venta de Borondo (Bolaños de Calatrava)
-Cocinas: de gran tamaño y de fácil acceso desde el patio, es el lugar
principal de vida. Suelen ser de forma rectangular y con entrada por uno de los
muros laterales. En el interior se hayan unos poyos o bancos corridos para
sentarse y a la vez utilizados como camastros. Sobre ellos sobresalen unas filas
de estacas de palo clavadas en el muro que actuaban como percheros para
colgar aperos, mantas, ropa y otros objetos personales de los propios gañanes.
En el muro del fondo está el fogón, bajo la campana de la chimenea, que
siempre esta adosada al muro.
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Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
Cocina en Venta de Borondo (Bolaños de Calatrava)
Otros elementos que suelen aparecer en la cocina son la despensa, la
alacena y los vasares.
-Cuadras: las cuadras están compartimentadas por tabiques de poca
altura y con gran cantidad de pesebres adosados a los muros. Además de estas
cuadras cubiertas, existen cuadras de verano constituidas por patios y corrales
con pesebres al aire libre o bajo porches.
Cuadras para animales en la Venta de Borondo (Bolaños de Calatrava)
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Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
-Pajar: el pajar es otra dependencia habitual en estas construcciones
rurales. En ocasiones la paja se almacenaba en el exterior de la venta, junto a
las eras. Generalmente este habitáculo se situaba junto a las cuadras, y a veces
sobre ellas.
-Dependencias
para
los
animales:
en
las
ventas
existen
dependencias específicas para distintos animales, que aunque no se incluían
como explotación principal, siempre han complementado la economía de los
labradores en forma de diferentes sustentos, ya sea carne, leche, huevos, lana,
etc. De esta forma, en algunas ventas hay pocilgas y gorrineras, cobertizos,
corrales, apriscos y descansaderos para ovejas y cabras, así como gallineros,
que se hacían acotando un trozo de patio, aunque lo habitual es que las aves
anduvieran sueltas por el patio y los alrededores de la casa.
Patio trasero en Venta de Borondo (Bolaños de Calatrava) utilizado como gallinero.
-Almacenes: estas dependencias se utilizaban para guardar los aperos
de labranza, arados, arneses, yugos, carros y carretas.
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Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
-Eras: son elementos imprescindibles para la actividad laboral, donde se
trilla y se avienta la mies. Se sitúan en una explanada junto a la casa, estando
empedradas con cantos.
-Otras dependencias: Aunque sea una obra de profunda raigambre
popular, aparecen algunos elementos asimilados a la arquitectura culta, aunque
adaptados y transformados con una visión mucho más llana, como son motivos
cruciformes en las ventanas, espadaña, pórtico cubierto de entrada, y otros
elementos decorativos.
También aparecen estercoleros, que aunque a veces se trate de un
amontonamiento de la basura sobre el suelo sin más, en otros aparece alguna
estructura utilizada para almacenar el estiércol hasta que éste se utilizaba en el
abonado de los campos.
Molinos, almazaras, bodegas, hornos, graneros, palomares, etc.,
constituían otras dependencias que formaban parte de la venta.
También es importante señalar que en El Quijote aparecen algunas
descripciones de las ventas manchegas, como aquella que confunde el hidalgo
con un castillo: “ancho corral, cuadra y granero amplios (…). Las ventanas al
exterior son pocas, según costumbre morisca; a veces solamente una: la
piquera del pajar (…). En el interior adornan las blancas paredes pobres sargas,
en vez de tapices, cruces de espigas y pajas con amapolas, manzanillas y
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Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
retamas. El lecho lo forman unos bancos sobre los cuales, cuando hay con qué,
van los colchones, sábanas, franazas, mantas y vistosas colchas. Si faltan los
colchones, basta con una estera” (García de la Santa, 1977: 238).
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2.3. INVENTARIO DE ELEMENTOS
2.3.1. ALERO
Es la parte del tejado que sobresale del muro. La tipología de aleros en
la arquitectura popular del Campo de Calatrava es variada; cabe destacar el
alero adintelado, que es recto y de formas sencillas. También es muy común
la utilización del alero de dientes de sierra que esta realizado en ladrillo
imitando los dientes de sierra.
Alero adintelado. Quintería (Almagro)
Alero de dientes de sierra. Plaza de la Constitución, 10
(Granátula de Calatrava)
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2.3.2. BODEGAS
Las bodegas populares de nuestros pueblos son sótanos excavados en el
subsuelo de las viviendas. Suelen ser espacios relativamente pequeños con
habitaciones donde se guardan los recipientes que contienen el vino,
normalmente tinajas. Son elementos muy habituales en las edificaciones
populares, debido a la facilidad de excavaciones de los terrenos, a su grado de
compactación, y a que las tierras extraídas en muchas ocasiones eran las
utilizadas en la construcción de los tapiales.
Las bodegas tienen unos orificios que dan luz al interior y renuevan el
aire, son los llamados ventanos, tragonas o lumbreras, que sobresalen al
exterior. En muchas ocasiones tienen una apertura a la calle.
Cueva-bodega. Calle Ave María, 1 (Torralba de Calatrava)
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Lumbrera de cueva en Calle Ave María, 1 (Torralba de Calatrava)
Calle Virgen, 11 (Ballesteros de Calatrava)
2.3.3. CARPINTERÍA
El material utilizado tradicionalmente para los cerramientos de los vanos
en nuestra arquitectura vernácula es la madera. Por lo tanto, analizaremos cada
tipología detalladamente:
2.3.3.1. BALCÓN
Es una plataforma volada, exterior al plano de fachada, guarnecida con
barandilla o balaustrada, que sirve como mirador. También son muy
característicos los balconcillos de antepecho de madera con balaustres
torneados.
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
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Plaza de la constitución, 2 (Valenzuela de Calatrava)
Venta de Borondo (Bolaños de Calatrava)
Plaza de la Constitución, 10 (Granátula de Calatrava)
Plaza de la Iglesia, 2 (Valenzuela de Calatrava)
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2.3.3.2. PUERTAS
En la arquitectura popular del Campo de Calatrava es habitual encontrar
dos tipos de puertas: las que tienen acceso a la vivienda, y las que conducen a
la zona de labranza, normalmente de mayor tamaño.
Por regla general, es en las puertas principales donde se llevan a cabo
las realizaciones más interesantes de carpintería. Es muy común el empleo de
cuarterones o casetones en el despiece de las puertas, junto con los diseños de
tablas verticales.
Podemos constatar un amplio repertorio fuertemente enraizado en las
formas árabes. La pervivencia de un grueso contingente de moriscos en La
Mancha, entre ellos buenos alarifes, marca una pauta en la disposición y
configuración de la puerta, generalmente la puerta de acceso a la vivienda se
sitúa en un lateral, para de esta manera preservar la intimidad de los
moradores, generando, por tanto, un acceso en “acodo”, de tradición
musulmana, al patio como lugar de sociabilidad.
Por otro lado, también destacan las puertas del interior de la vivienda
que suelen ser de casetones.
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
Puertas de zona de labranza en Plaza Constitución, 4
Venta de Borondo (Bolaños de Calatrava)
(Ballesteros de Calatrava)
Venta de Borondo (Bolaños de Calatrava)
Puerta de casetones en Calle Real, 13 (Torralba de Calatrava)
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Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
2.3.3.3. VENTANAS
La especial climatología de la zona con temperaturas extremas, así como
la pervivencia de modelos culturales musulmanes, han determinado en su
trayectoria la existencia de vanos de reducidas dimensiones, dispuestos de
forma irregular y asimétrica. Cuando la edificación tiene dos alturas nos
encontramos que los vanos varían de tamaño según el uso o función que tenga
la planta superior.
Si se utiliza para vivienda familiar los vanos son de mayor tamaño que si
los usos son agropecuarios, ya que generalmente estas dependencias son
cámaras para albergar los productos agrícolas (grano, paja, etc.)
En una tierra donde los elementos que debían ser comprados constituían
un lujo, el hombre aprovechaba al máximo los materiales que le brindaba la
naturaleza. Frecuentemente se encuentran ventanucos de los pisos superiores,
careciendo de cristales, que cierran con una contraventana de madera, pintada
exteriormente para darle mayor resistencia frente a las inclemencias del tiempo.
Tradicionalmente los campesinos de estas tierras pintaban sus puertas y
ventanas con colores fuertes como azules, verdes, etc. Era la única nota de
color que sobresalía frente a la monotonía del blanco o del ocre del yeso
bastardo.
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
Ventana en Ballesteros de Calatrava
Calle Cristo, 19 (Bolaños de Calatrava)
Venta de Borondo (Bolaños de Calatrava)
Calle Real c/v calle Príncipe, 20 (Torralba de Calatrava)
Calle Pilas, 4 (Villar del Pozo)
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Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
2.3.4. CHIMENEAS
Las chimeneas son un elemento muy significativo de la casa popular,
donde se enciende el fuego para diversos usos. En el caso de las quinterías se
utilizan para dar calor, a la vez que para cocinar los alimentos que el gañan
necesita para poder desarrollar sus labores agrícolas y ganaderas. El dintel de
las chimeneas esta realizado en madera, mientras que la chambrana o campana
esta recubierta con guarnecido de yeso o mortero bastardo de cal.
Encontramos una dificultad en la construcción de las chimeneas, según
Fisac “el problema de tiro de la chimenea no lo ha sabido resolver la
arquitectura popular de aquí ni, creo, que de ningún otro sitio” (30: 1985).
El Pardillo (Bolaños de Calatrava)
Quintería en Aldea del Rey
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Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
Chimenea central en la Finca Montanchuelos (Granátula de Calatrava)
2.3.5. ESCALERAS
Podemos distinguir dos tipos de escaleras en la arquitectura vernácula de
la comarca, exteriores e interiores.
El primero y más popular es una escalera al aire dispuesta
independiente de la crujía, a la que se une mediante disposición frontal o
lateral. Se suele situar en los patios de labor, es de un único tramo y aparece
cubierta con un tejado en voladizo paralelo a su pendiente, sostenido por pies
derechos de madera con zapata, que además sirve para crear un pasamanos,
realizado con adobes o ladrillos guarnecidos de mortero bastardo o con
balaustres de madera, las paredillas finas de ladrillos suelen reforzarse con
entramados ligeros de madera, que queda oculta.
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
El segundo tipo es la escalera de ida y vuelta. Pueden ser cerradas o
abiertas y se introducen en la crujía edificada, en una de las alas entorno al
patio, generalmente en uno de sus ángulos. El hueco que queda bajo el tiro de
este tipo de escaleras suele ser utilizado a modo de despensa para almacenar
alimentos. Esto permite la ubicación de un respiradero que desarrolla formas
geométricas de una gran belleza.
Escalera en patio de labor. Venta de Borondo (Bolaños de Calatrava)
Plaza de la Iglesia, 2 (Valenzuela de Calatrava)
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La arquitectura popular en el Campo de Calatrava.
Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
Escalera exterior en Finca Montanchuelos
Escalera interior en Calle Real c/v Calle Príncipe, 20
(Granátula de Calatrava)
(Torralba de Calatrava)
Respiradero en Calle Ave María, 1 (Torralba de Calatrava)
2.3.6. HERRAJES
En las puertas se encuentran espléndidas manifestaciones del quehacer
de los herreros. Existe un variado muestrario de filigranas en hierro hechas en
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Ventas, quinterías y patios. La Venta de Borondo.
la fragua, a golpe de martillo. Destacan los tiradores, llamadores, bisagras,
embocaduras de llave, cerrojos, etc.
Cerradura de llave y falleba en Calle Cristo, 19 (Bolaños de Calatrava)
Clavo y cerrojo en El Pardillo (Bolaños de Calatrava)
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